Confederación Imperial Galáctica
Fecha estelar - 5345
4º Cuadrante Militar del Imperio
Parque Natural Strela
Strela III
Una vez que despacho a las tres
delegaciones, Jhored regreso con los gemelos y Kilara al parque de Strela. Sus
colaboradores trataron de que explicase lo que había pasado allí arriba y
porque había aceptado unas condiciones tan pesimamente ridículas, no obteniendo
nada más allá de una risita de diversión por parte de su Alteza. Tras una
exhaustiva investigación por parte de los Generales Gzak y Mao, habían
descubierto que el embajador de la Mancomunidad Federada de Vega, el
excelentísimo señor Vol-Tiaplos era un redomado incompetente con excelentes
conexiones gubernamentales que tenía dificultades hasta para vestirse solo por
las mañanas, y muchas de estas legaciones que estaban llegando, incluidas las
Vikara, lo sabían perfectamente porque habían interactuado con él.
Por algún extraño motivo, todos estos
pueblos habían sabido misteriosamente de la negociación del embajador con su
Alteza y como había conseguido que este fuese severamente reconvenido a favor
de Vega, lo cual evidentemente no hablaba muy bien de la competencia de Jhored.
Del mismo modo, sus investigaciones en Capital, también los habían llevado a la
ingenua creencia de que su Alteza sin la presencia del personal de apoyo del
cuerpo diplomático podría ser altamente manipulable.
Igualmente, todos ellos parecían haber tenido
la inmensa suerte pese a no tener delegaciones permanentes en Capital, de
conocer sin problemas donde estaría “de vacaciones” su Alteza en compañía de su
familia y unos pocos, no más de dos o tres, colaboradores cercanos, ninguno de
ellos expertos en áreas diplomáticas… Dado que ninguno de ambos generales a
estas alturas de su trato con su Alteza se chupaba el dedo, resultaba del todo
obvio que este había tendido en algún momento, y justo debajo de sus mismas
narices, algún tipo de trampa descomunal a todas estas delegaciones.
Lo que ninguno de sus máximos
colaboradores, Kilara incluida, tras leer los exhaustivos informes de ambos
generales, es que se suponía que sacaba Jhored a cambio de todas las
concesiones que ya realizo, y que visto lo visto aun pensaba realizar… Porque
todos ellos daban por sentado que era imposible del todo que su Alteza Imperial
no supiese lo que se hacía, y que de un modo u otro no fuese a sacarle algún
tipo de provecho a toda esta situación. Pero no encontraban por ningún lado
ventaja posible alguna en esos acuerdos, cuyos resultados podrían llegar a
calificarse de pésimos a penosos según el caso… Todas las respuestas de su
Alteza a sus requerimientos de una explicación habían terminado del mismo modo,
con este riéndose sibilinamente sin contestarles… lo que obviamente les
terminaba por poner sistemáticamente de mala leche…
Para terminar de arreglar la situación,
la Almirante Tanya se vio con serios problemas entre manos según fueron
llegando las diferentes delegaciones, algunos de los cuales nada más verse
cargaron sus armas con la sanísima intención de matarse unos a otros.
Obviamente, alguien había organizado muy mal la situación, permitiendo la
entrada al sistema en el mismo tramo de tiempo a delegaciones representativas
de enemigos irreconciliables. Mentiría si dijese que de inmediato la Almirante
Tanya no pensó que todo este aparente despropósito era obra de su Alteza
Imperial… Pero lo cierto es que fuese así o no, era ella quien se encontró con el
problema. Lo soluciono rápidamente, ordenando a los cruceros de las escoltas
que se situasen junto a las diferentes naves consulares, cargasen sus armas y
fijasen sus sistemas en ellas, dando instrucciones de que al primer disparo de
alguna de ellas responderían con toda la potencia de fuego. Como por
casualidad, para las dos más díscolas, en vez de un Crucero Pesado o uno
Ligero, a su lado se situó un Crucero de Batalla con sus baterías principales
cargadas, apuntándoles y muy visiblemente listas para disparar sobre ellos…
La llegada hasta la posición de la Flota
del Represor junto a la estación no fue mucho mejor, puesto que todos
inicialmente comenzaron por solicitar una reunión con su Alteza, para a las
pocas horas empezar a pasar a “exigir” el encuentro. Tanya se comunicó un par
de veces con su alteza para expresarle su preocupación, la primera cuando
entraron al sistema y comenzaron a tratar de enfrentarse, a lo que Jhored
simplemente respondió que lo impidiese, aunque fuese a cañonazo limpio, que luego
de las explicaciones a esos mundos sobre sus representantes se encargaría el
personalmente de darlas… La segunda fue cuando tras llegar y comenzar a
solicitar la reunión, pasaron a la exigencia más extrema, obteniendo Tanya por
toda respuesta una risa un tanto escandalosa por parte de su Alteza… Si aun le
hubiese quedado alguna duda de que todo esto estaba hecho de este modo de forma
más que consciente, las respuestas y gestualidad de su Alteza termino por
despejarlas.
Para mayor disgusto de la Almirante,
además su Alteza Imperial tuvo la brillante idea de recibir en el Represor al
mismo tiempo siguiendo un determinado orden con el que fue muy específico, y que
como no, “casualmente” agrupo a las delegaciones más antagonistas entre ellas.
Tanya no se complicó en absoluto tras las ordenes que le transmitió Jhored,
cuando las lanzaderas de las delegaciones aterrizaron en los hangares del
Represor, estas fueron recibidas por Marines en Armadura de combate y con las
armas listas. La situación se explicó por la presencia en la Nave de su Alteza
Imperial, su esposa e hijos, aunque realmente tanto Kilara como los gemelos, en
realidad seguían en el parque en Strela.
Al igual que las Vikara, todas las
delegaciones presentes querían exactamente lo mismo, usar las puertas de la
Confederación Imperial con el fin de evitarse posibles sorpresas desagradables
por parte de sus adversarios. Algunos de esos pueblos llevaban más de cien años
en guerra, y no tenía muchos visos que fuese a terminar en un futuro cercano,
la presencia de las Flotas de la Confederación Imperial en sus puertas les daba
una garantía de que su enemigo no aparecería desde allí con armas suficientes
como para ser un problema real. Pese a lo tenso de las negociaciones, más
porque las delegaciones varias estuvieron más tiempo insultándose entre ellas
del modo más ocurrente posible, que por las negativas iniciales de su Alteza a
aceptar los términos que estos pretendían.
Todas y cada una de las delegaciones
estuvieron dando rodeos en torno a su Alteza a medida que este rechazaba
acuerdo tras acuerdo. Los Generales Mao y Gzak, así como Tanya o la misma
Selena, se dieron cuenta casi al instante que todas las propuestas que
presentaban no dejaban de ser la misma solo que alterando el orden y el léxico
empleado, tratando con ello de contentar a su Alteza. Poco a poco, fueron
variando la presentación siguiendo las “negativas” de su Alteza para conformar
algo que a este le pareciese aceptable, por mucho que en sí mismo las
condiciones apenas hubiesen variado en realidad. Finalmente, las condiciones
pactadas por todos ellos fueron muy similares, por no decir que prácticamente
calcadas, a las establecidas con las Vikara. Su marcha al contrario que la
llegada, si fue perfectamente organizada para evitar que ninguno de ellos
tratase de matar a ninguno otro delegado…
Los acuerdos establecían básicamente un
convenio general de tránsito para naves comerciales de los “estados” con los
que se negoció, sin convenio de comercio u otro tipo de modalidad similar que
permitiese sacar a la Confederación algún tipo de beneficio visible más allá
del cobro por el uso de las Puertas de Gusano que cada nave emplease y que cada
estado fuese quien se hiciese cargo de los gastos de los consulados que la
Confederación establecería en el sistema en donde hubiesen construido su puerta
para el control del tráfico mercante. Ninguno de sus máximos colaboradores dudo
ni por un solo instante en que Jhored de un modo u otro había logrado salirse
con la suya, aunque no entendían que podría tener de beneficioso ninguno de los
acuerdos obtenidos y que cualquiera con una mínima experiencia diplomática
habría calificado como desastrosos. Después de las negociaciones, al igual que
la vez anterior, Jhored esquivo a todos y se apresuró a regresar a Strela con
su familia, dejando un montón de preguntas sin contestar detrás suya…
En la última parada al aire libre a
realizar por el grupo en el parque, su Alteza tuvo que acudir nuevamente al
Represor, esta vez porque tanto su tío como el gobierno querían hablar
urgentemente con él tras recibir los “maravillosos acuerdos” que Jhored había
firmado, casi les dio un infarto cuando los vieron. Esta vez, todo el grupo,
con la excepción de los Gemelos y sus escoltas, decidieron acompañar a su
Alteza para poder estar presente en sus explicaciones, a ver si de ese modo
eran capaces de entender que era lo que su Alteza se traía entre manos… Una vez
se establecieron las conexiones con Capital, el primero en hablar fue el propio
Emperador, impidiendo de este modo que algún Ministro furibundo pudiese decir
algo inconveniente…
-
Sobrino, he visto
los acuerdos que has firmado en nuestro nombre, y son francamente pésimos, algo
que por cierto es impropio de ti, de modo que voy a asumir que son así por
algo… ¿o me equivoco?
-
Bueno tío, la
verdad es que si, ciertamente son pésimos y en otras circunstancias no me
hubiese planteado siquiera recibir esas delegaciones, con excepción quizá de
las Vikara y los Shurgos… pero el resto… Bahhh -hizo un gesto despectivo-.
-
Alteza, la
verdad, nos gustaría que nos explicase el porqué de esos acuerdos… porque
créame que algunos estamos francamente enfadados por ellos… -intervino el Ministro
de asuntos Diplomáticos, conteniéndose visiblemente de llamar a Jhored idiota
como mínimo-.
-
Señor Ministro,
quizá su colega de Economía pueda decirnos cual es el estado de los ingresos de
las puertas en este tiempo que llevan funcionando… ¿Señor Ministro, por favor?
-Jhored hizo un gesto invitando al Ministro a contestar-.
-
Bien, actualmente
el uso de las puertas es bueno, la recaudación se corresponde más o menos con
las previsiones, siendo capaces de cubrir los gastos y obtener un pequeño
beneficio, aunque es cierto que minimo. Se espera que la facturación continue
creciendo en los próximos años aumentando exponencialmente el margen de
beneficios -respondió-.
-
Muy bien, todo
eso sería correcto siempre que no tengamos en cuenta las bonificaciones que se
están aplicando en los impuestos de todas las empresas que usan las puertas
para abrir nuevas rutas. Esas bonificaciones implican un recorte de entorno al
38% de lo recaudado con ellas.
-
Pero Alteza, eso…
-fue interrumpido por un gesto de Jhored-.
-
Sin peros, además
añada la variable del cambio del flujo de movimiento en las rutas comerciales
por la presencia de las Puertas. Esto nos va a obligar a reestructurar casi por
completo el sistema de rutas en un futuro próximo en cuanto todo se estabilice.
Pero de momento ya nos hemos visto obligados a ampliar los grupos de control y
protección para las rutas, por lo que el presupuesto de la Flota para esa función
se ha incrementado. Todo esto implica dinero y más dinero, concretamente en
conjunto, todo ello ya se está comiendo aproximadamente el 50.8% de los
ingresos de las puertas. Ese déficit se está cubriendo con la reserva económica
que implante y que tan “problemática” le pareció en ese entonces a todo el
mundo…
-
Bueno Alteza,
pero para eso está esa reserva… ¿no? -preguntó el presidente del Gobierno-.
-
No señor
presidente, esa reserva está constituida para “emergencias”, y esto no lo es,
es una situación previsible. La situación esta drenando los fondos muy
rápidamente, y aunque no es un problema a corto plazo, lo cierto es que para
cuando todo se estabilice definitivamente en tres o cuatro años, la reserva
estará prácticamente devorada por completo, lo cual es algo que no nos conviene
en absoluto.
-
Pero estos
acuerdos no nos benefician en nada… por mucho que vayan a suponer un incremento
importante de los ingresos por las puertas y si puede ser un problema si más
adelante dejan de usarlas -intervino el Emperador-.
-
Si y no. Dos
cosas, la primera es que nuestro sistema comercial interno necesita tiempo para
estabilizarse nuevamente y ser otra vez completamente rentable, ahora mismo se está
sosteniendo mediante bonificaciones por el uso de las Puertas. La segunda es
que en estos instantes lo último que necesitamos es una entrada importante de
comerciantes externos para hacer la competencia a nuestro mercado interior…
Estos acuerdos si se leen con detenimiento y en perspectiva, les está
restringiendo cualquier tipo de comercio con nosotros más allá del uso de las
puertas y su pago por ello.
-
¿Entonces lo que
su Alteza perseguía con esto es el mero cobro por el uso de las puertas y
proteger nuestro comercio interno?
-
Durante los
próximos tres o cuatro años si, esos ingresos cubrirán el Déficit y además
permitirán unos ciertos beneficios extras que podrán ser destinados a acelerar
la redistribución de las rutas comerciales… Antes o después esos comerciantes
que crucen por nuestro espacio van a querer tratar de conseguir negocios en
nuestro territorio, lo que nos vendrá muy bien, pero desde luego no ahora mismo,
y estos tratados lo impedirán…
-
Pero ellos siguen
pudiendo cancelar su acuerdo una vez cumpla, o negociarlo a la baja
recortándonos de ese modo una parte importante de nuestros ingresos, y con los
que estaremos contando -replico el Ministro de economía-.
-
Sin duda, es lo
que harán la mayoría de ellos, o mejor dicho, lo que trataran de hacer casi con
toda seguridad… Pero, su problema es que para entonces nuestra economía se
habrá estabilizado, los ingresos se habrán recuperado por completo y no
supondrá una pérdida económica que realmente nos vaya a afectar… -sonrió
Jhored-.
-
Deduzco que ha
encontrado un medio para que ese recorte no nos afecte… -replico el presidente
del gobierno-.
-
Por supuesto, es
muy simple. Verán, a medida que la economía se recupere, las rutas se
estabilicen y las bonificaciones se vayan retirando, ese incremento de ingresos
se usara exclusivamente para reponer el drenaje que ha sufrido la reserva
económica. En otras palabras, no los estaremos usando en los presupuestos, por
lo que cuando nos recorten esos “ingresos” simplemente recuperaremos ese
movimiento desde la reserva… La única consecuencia es que la entrada de fondos
de la reserva volverá a ser la habitual… Pero les garantizo que para ellos no
será tan “simple” … -la sonrisita siniestra nuevamente volvió a aparecer en el
rostro de Jhored-.
-
Perdón Alteza… no
comprendo -replicó el Ministro de Seguridad y Defensa, que no había hablado
hasta entonces-.
-
Excepto nosotros,
que disponemos de 12 Puertas, el resto solo disponen de una única puerta de
Gusano, que esta indefectiblemente situada en una posición problemática para su
propia seguridad. El modo en que se ha negociado implica que excepto nosotros,
nadie más podría envíales una Flota de Invasión sin que antes tengan que
vérselas con las nuestras y eso tanto Estratégicamente, como Tácticamente no es
nada sensato de intentar.
-
Las puertas nos
dan la capacidad de poder reunir la práctica totalidad de nuestras naves de
Guerra en apenas una pocas horas, algo que nadie más esta hoy por hoy en
condiciones de hacer… Ciertamente no sería sensato tratar de colar en nuestro
territorio una Flota de Invasión por las bravas… -replico pensativo el ministro
de Seguridad-.
-
Si la mayoría de
ellos quieren seguir manteniendo esa seguridad, y no volver a que una de cada
nueve de sus naves comerciales se pierda en la Zona del Laberinto u otras
similares, antes o después van a tener que volver a tratar con nosotros, porque
si sus enemigos lo hacen y ellos no, lenta pero inexorablemente, les tomaran
ventaja económica, lo que se traduciría dado su enfrentamiento, en mayor
capacidad Militar… -replico Jhored-.
-
Perdón, pero no
entiendo como no se han dado cuenta, ninguno de ellos de algo así… No me ha
parecido muy complicado de entender… -pregunto Kilara-.
-
Posiblemente por
la compartimentación en los presupuestos, además, el sistema de Reserva
Económica que su Alteza Implanto esta… por decirlo suavemente, excesivamente
disperso para que alguien pueda encontrar algo coherente en ello desde fuera
del sistema de mi ministerio… -replico sonriendo el Ministro de Economía-.
-
Desafortunadamente
para ellos, posiblemente ninguno sabe a ciencia cierta que nuestro sistema de
puertas ahora mismo se está sosteniendo económicamente mediante esa Reserva, y
que nuestra economía actualmente, tiene serios problemas de equilibrio. Con
estos acuerdos con los que acaban de “engañarme”, nos han resuelto ese problema
y a la vez ofrecido el tiempo necesario para evitarnos el comercio externo en
gran medida… -sonrió Jhored-.
-
Alteza, creo que
debería de saber que probablemente después de esto, su persona va a estar un
poco desacreditada en casi todas las capitales de esas delegaciones… Eso podría
ser un problema diplomático, ya que usted es el heredero al Trono, la
reputación de la Confederación… podría resentirse en todo ese cuadrante…
-Informó el Ministro de Asuntos Diplomáticos-.
-
No se preocupe
por eso, si de verdad han interpretado lo que yo pretendía, nos van a tomar muy
poco en serio y van a disfrutar de “utilizarnos” … pero créame que no harán nada
que nos perjudique -sonrió Jhored-.
-
Alteza, no me
parece gracioso, si piensan que… -el Ministro de Seguridad fue interrumpido por
Jhored-.
-
Incluso un idiota
es capaz de dispararte si tiene un arma en la mano, y este idiota -se señaló a
si mismo-, obviamente la tiene, por lo que se mantendrán discretos en sus
opiniones hasta que nos consideren “maduros” para su siguiente paso… que será
más o menos cuando llegue la fecha final del actual acuerdo…
-
Pero para
entonces, según entendí, ya estaremos recuperados, ¿no? -pregunto el
Emperador-.
-
Tío, para
entonces, su opinión será totalmente irrelevante, ya nos habremos recuperado y
prescindir de ellos no sería precisamente a nosotros a quienes más perjudicaría…
-Jhored sonrió sibilinamente-.
-
¿Entonces piensas
prescindir de ellos?
-
No
necesariamente, se nos abriría un interesante mercado en aquella región al que
poder acceder a través de sus Puertas de Gusano, pero puesto que son varios los
que nos ofrecen dicha opción, su importancia general es muy relativa. Como ya
he dicho, somos mucho más importantes nosotros para ellos que al revés…
-
Esos fondos que
su Alteza piensa que vamos a ir recuperando, creo que en vez de desviarlos a la
reserva podríamos… -Jhored corto al Ministro de Seguridad y Defensa-.
-
Señor Ministro,
creo que ya he dejado claro que no pretendo que nos convirtamos en los chicos
mas fuertes del barrio, ni en la policía o defensores de nadie. El presupuesto
de Defensa esta debidamente regulado para nuestras necesidades… pero nuestras,
no las de nadie más, y pretendo que siga siendo así. ¿He sido lo
suficientemente claro? -replico Jhored en tono seco y cortante-.
-
Paz Alteza, paz…
El Sr. Raldoreh solo ha expresado lo que algunos miembros de mi gabinete
piensan, obviamente cada uno de ellos con su Ministerio en el punto focal… Pero
si, entiendo lo que usted pretende con esto… -el Presidente alzo una mano para
que nadie hablase aun-. Aunque, Alteza, me gustaría estudiar sus informes…
-
Por supuesto, y
dígame Sr. Presidente, ¿piensa que va a encontrar en ellos algún punto débil por
el que poder desviar algunos fondos? -sonrió Jhored-.
-
Jajajajajajaja
-se rio-, francamente Alteza, ojalá tuviese la más mínima esperanza de algo
semejante, pero no es así. Quiero estudiar todo lo que ha planificado para
esto, porque… y creo que hablo por todo mi gobierno, e incluso me atrevería a
decir que por su Majestad e incluso sus propios colaboradores… ninguno lo hemos
visto venir hasta que nos ha “atizado” en la cabeza con ello…
-
Señor Presidente,
hablo por mí, créame que le doy la razón… -replico Kilara medio muerta de
risa-.
La reunión trato de varios asuntos más,
despejándose luego de unas dos horas de conversaciones. El grupo entero regreso
de nuevo al Parque de Strela para terminar sus “vacaciones”. Los Gemelos habían
disfrutado de todas las aventuras preparadas por el servicio del parque y con
lo que los guías habían ido enseñándoles, pero Selena observo que ambos niños
parecían algo mas nerviosos de lo habitual los dos últimos días de sus
vacaciones, como si estuviesen tramando algo.
El ultimo día en Strela, justo cuando se
disponían a regresar el Represor todo el grupo, ambos niños pidieron permiso a
su padre para poder hacerlo en la lanzadera que llevaría a su madre, lo cual
Jhored acepto con una sonrisa un tanto irónica. Selena que no perdía detalle,
se dio cuenta de inmediato, y no dudo en preguntarle en cuanto se dio cuenta
que Jhored había dado ordenes al piloto para acceder al represor por una
dársena diferente a la que usaría la lanzadera de la Princesa Kilara y los
niños…
-
Alteza, ¿podría
por favor informarme de lo que ocurre…? -pregunto Selena disgustada-.
-
Realmente no es
nada que te ataña a ti o a la seguridad de ninguno de nosotros, es solo que mis
hijos están apunto de chocar con su madre y no quiero ser el culpable de nada…
-se rio Jhored-.
-
¿Y que se supone
que van a hacer los Gemelos? -pregunto Selena pensando en algún tipo de
trastada de las suyas-.
-
De lo que estas
pensando, nada. Simplemente han crecido y se están volviendo mas astutos, hoy
van dispuestos a enfrentarse a su Madre y perder esta batalla de forma
absolutamente estrepitosa… -sonrió Jhored-.
-
Deduzco que esto
no va a terminar aquí con lo que sea que los Gemelos estén tramando… -replico
Selena-.
-
Ni mucho menos,
están comenzando una carrera de fondo que pretenden culminar dentro de
aproximadamente dos, máximo tres años… Y no Selena, ni me voy a meter por
medio, ni voy a dar explicación ninguna al respecto… Dentro de ese tiempo, si
son capaces de convencer a su Madre, tendrán mi apoyo para lo que quieren, pero
ahora mismo, aun tienen que madurar lo suficiente… los dos…
Selena asintió mucho mas tranquila,
aunque lo cierto es que no pudo evitar preguntarse qué demontres seria lo que
ambos niños estarían tramando en un plazo tan largo. Además, no dejaba de
hacerse cruces con el hecho de que, a su edad, ya comenzasen a tramar planes
que al igual que su padre parecía que nadie era capaz de vislumbrar a tiempo,
excepto claro, su Alteza Imperial el Príncipe Jhored, al que nada parecía
escapar de su control.
EPILOGO
Una vez que todos regresaron al Represor,
y que el conflicto entre la Princesa Kilara y los Gemelos estalló, eso sí,
mientras Jhored como por casualidad estaba en su Capsula de gravedad, por lo
que ninguno de ambos bandos pudo recurrir a él, la Flota recibió la orden de su
Alteza de Orbitar una de las Lunas del Planeta Strela en vez de regresar a
Capital. Ninguno entendía porque razón su Alteza, el cual advirtió a la
Almirante Tanya que no llamase aun sin ordenes precisas suyas a los dos
Cruceros Destacados en el Séptimo Planeta del sistema, quería permanecer aun
allí.
El misterio se despejo dos días después
de ello, cuando el presidente planetario del Parque y varios de los miembros de
su junta directiva, incluido el director de la Estación Orbital, fueron
trasladados a la Luna Prisión situada en el Octavo planeta del sistema por el
transporte habitual de presos. En las cercanías del Séptimo Planeta el
transporte y la pequeña patrullera que le hacia las veces de apoyo fueron interceptadas
por dos naves que se identificaron como Naves Q de la Flota.
Ambas exigieron el traslado del Director
del servicio de Parques de Strela para según sus órdenes trasladarlo a Capital,
para ello emitieron unos códigos, que, aunque antiguos, en otras circunstancias
hubiesen podido ser validados por el sistema de seguridad de ambas naves,
transporte y patrullera, desgraciadamente para ellos, la presencia del Represor
en el Sistema los hacia ineficaces, pues solo eran validos los emitidos por la
Flotilla de seguridad de su Alteza Imperial.
Cuando tras negar la verificación de los
códigos el transporte ambas naves desnudaron una serie de cañones que apuntaron
a la patrullera de protección, por sorpresa, desde el cercado séptimo Planeta
recibieron sendas andanadas de dos Cruceros Pesados que habían hecho su
aparición por uno de sus Flancos… De haber sido realmente dos Naves Q de la
Flota, al contar con escudos de rango militar y dada la distancia de disparo de
ambos Cruceros, los daños habrían sido mínimos. Desgraciadamente para ellos,
sus escudos tan solo eran una versión muy mejorada y manipulada de los
habituales contra impactos de micrometeoritos…
Además, en este caso, para agravar su
situación, ambas naves fijaron al máximo sus escudos en la parte frontal que
encaraba a la patrullera de escolta, por lo que casi saltan por los aires pues
sus escudos en el resto de zonas eran muy débiles. Una de ellas sufrió daños
severos en sus motores, mientras que la otra recibía una andanada en la parte
central que casi había volado la mitad de sus cubiertas…
Ambas naves fueron asaltadas por Marines
de la Flota procedentes de ambos Cruceros Pesados, deteniendo a los tripulantes
que se rindieron sin ofrecer resistencia, el resto, siguiendo órdenes, fueron
completamente masacrados. De los prisioneros que el transporte conducía a la
prisión de máxima seguridad del sistema se hizo cargo la “Estigia” con el fin
de trasladarles a todos, tripulantes de ambas naves incluidos, a la prisión del
SISI de Hibernia… El director de Parques había previsto que una vez detenido
seria trasladado a esa prisión hasta que se celebrase el juicio, y preparo su
fuga en consecuencia, alquilando los servicios de un grupo de “contrabandistas”
que no le hacían ascos a nada, por ilegal que fuese. De haber logrado su
objetivo, el Sr. Presidente habría sido liberado, mientras que ambas naves,
transporte y Patrullera hubiesen sido destruidas para borrar cualquier posible
“huella” en sus sistemas, y de paso, librarse del peligro que suponían sus
socios.
Para cuando Jhored abandono su encierro
en la cámara de Gravedad, las aguas entre Kilara y los Gemelos habían vuelto de
nuevo a su cauce habitual. Kilara le informo de lo que los niños querían, y
Jhored evidentemente se hizo el sorprendido ante la mirada escrutadora de su
esposa, que no se terminaba de tragar que él no hubiese sospechado nada de
nada. Ambos le habían planteado a su madre el poder acudir el año siguiente a
una escuela fuera de Capital, aunque en el sistema estelar Zero, donde poder
ser dos niños “normales”, a lo que Kilara se había opuesto frontalmente y había
estallado un conato de rebelión por parte de los Gemelos.
Los Gemelos llevaban meses sonsacando
discretamente, excepto obviamente para su padre, a la Princesa Kilara sobre sus
años de estudio en su planeta natal, Kidona III, por lo que para este quedo
meridianamente claro lo que ambos pretendían. Lo único, es que sobre la época
que solían preguntar a su madre, aun les faltaba tiempo para poder hacer nada
al respecto, unos dos o tres años, dependiendo de la situación. Por ello Jhored
asumió que, con este “enfrentamiento”, ambos niños simplemente estaban preparando
el terreno con su Madre para el futuro y su acceso a poder seguir sus estudios
donde ella lo hizo, en Kidona III… Jhored esperaba con interés las próximas
maniobras de los Gemelos para poder llevar a su Madre al terreno que ellos
pretendían para salirse con la suya cuando por fin llegase el momento preciso….
FIN
Excelente culminación, pero me quedé con los deseos de ver a Jhored, Selena y Tanya junto a Val, Mina y Amaratha, enfrentados a la Heredad, los Extraños y los Shilrrurs, que me parece es lo que está cocinando Shadow.
ResponderEliminarBueno, ahora a comer uñas hasta el próximo libro, que remedio nos queda. 😢😢😢
ResponderEliminar¡Buenísimo. ¡Muchas gracias! Excelente libro. A esperar con anhelo el siguiente.
ResponderEliminarGracias, muchísimas gracias por este magnífico libro, también desearía, al igual que todos los asiduos lectores de las aventuras de Jhored y compañía, que no tardes casi un año en volver a publicar.
ResponderEliminarDe nuevo muchas gracias!!!
Cuando el próximo para dejarme crecer las uña3
ResponderEliminar¡Espléndido!
ResponderEliminarPero tocaré un poco las narices:
¿Cómo van las relaciones entre lo príncipes imperiales y Doker y Telma y Jessy y Kelme?
¿Y las de los gemelos con las hijas de estos? ¿Hay más chiquillería?
¿Y con su "niñera" Valkirr?
¿Para cuándo Kilara va a querer más descendencia (es una madraza, se nota)?
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Vale, sí, lo mío es puro cotilleo, pero es tan divertido...
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Porque lo del lío de los agujeros de gusano se veía venir, a ver como lo trajinas... Seguro que bien.
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¡Muy bien, muy bien, muy bien!
Hola, para cuando el siguiente capítulo y también el de Lilim?
ResponderEliminarSe que es demasiado pronto para que tengas listo el proximo libro (Angustiosa expectacion)
ResponderEliminarpor eso despues de releer la saga completa por enesima vez he comenzado a releer la antigua historia del Orden Estelar.
los 54 bolsilibros que segun los estudiosos componen la Saga.
Espero y deseo que publiques pronto el siguiente libro.
Ante todo y sobre Todo agradecerte que nos deleites con estas maravillas
Hasta pronto
Orden Estelar
ResponderEliminarSi, las UNEX son un guiño a la novelas cortas del ORDEN ESTELAR, me gustaban esas novelitas, eran la mar de entretenidas...
EliminarBienvenido Sr. De las sombras, espero se encuentre mejor, es una alegría ver estos retazos de letras
ResponderEliminarEstoy ultimando ya el próximo libro, confió en poder publicarlo para la semana que viene...
ResponderEliminarMuchísimas gracias
EliminarTambién el de Lilim?
EliminarMuchas gracias, esperando con ansias su próxima publicacion
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