domingo, 30 de abril de 2023

                            Confederación Imperial Galáctica


Libro - 19

Diplomacia


5











Fecha estelar - 5345

4º Cuadrante Militar del Imperio

Sistema Strela

Parque Natural Strela

Strela III

 

 

Una vez que despacho a las tres delegaciones, Jhored regreso con los gemelos y Kilara al parque de Strela. Sus colaboradores trataron de que explicase lo que había pasado allí arriba y porque había aceptado unas condiciones tan pesimamente ridículas, no obteniendo nada más allá de una risita de diversión por parte de su Alteza. Tras una exhaustiva investigación por parte de los Generales Gzak y Mao, habían descubierto que el embajador de la Mancomunidad Federada de Vega, el excelentísimo señor Vol-Tiaplos era un redomado incompetente con excelentes conexiones gubernamentales que tenía dificultades hasta para vestirse solo por las mañanas, y muchas de estas legaciones que estaban llegando, incluidas las Vikara, lo sabían perfectamente porque habían interactuado con él.


Por algún extraño motivo, todos estos pueblos habían sabido misteriosamente de la negociación del embajador con su Alteza y como había conseguido que este fuese severamente reconvenido a favor de Vega, lo cual evidentemente no hablaba muy bien de la competencia de Jhored. Del mismo modo, sus investigaciones en Capital, también los habían llevado a la ingenua creencia de que su Alteza sin la presencia del personal de apoyo del cuerpo diplomático podría ser altamente manipulable.

 Igualmente, todos ellos parecían haber tenido la inmensa suerte pese a no tener delegaciones permanentes en Capital, de conocer sin problemas donde estaría “de vacaciones” su Alteza en compañía de su familia y unos pocos, no más de dos o tres, colaboradores cercanos, ninguno de ellos expertos en áreas diplomáticas… Dado que ninguno de ambos generales a estas alturas de su trato con su Alteza se chupaba el dedo, resultaba del todo obvio que este había tendido en algún momento, y justo debajo de sus mismas narices, algún tipo de trampa descomunal a todas estas delegaciones.

Lo que ninguno de sus máximos colaboradores, Kilara incluida, tras leer los exhaustivos informes de ambos generales, es que se suponía que sacaba Jhored a cambio de todas las concesiones que ya realizo, y que visto lo visto aun pensaba realizar… Porque todos ellos daban por sentado que era imposible del todo que su Alteza Imperial no supiese lo que se hacía, y que de un modo u otro no fuese a sacarle algún tipo de provecho a toda esta situación. Pero no encontraban por ningún lado ventaja posible alguna en esos acuerdos, cuyos resultados podrían llegar a calificarse de pésimos a penosos según el caso… Todas las respuestas de su Alteza a sus requerimientos de una explicación habían terminado del mismo modo, con este riéndose sibilinamente sin contestarles… lo que obviamente les terminaba por poner sistemáticamente de mala leche…

Para terminar de arreglar la situación, la Almirante Tanya se vio con serios problemas entre manos según fueron llegando las diferentes delegaciones, algunos de los cuales nada más verse cargaron sus armas con la sanísima intención de matarse unos a otros. Obviamente, alguien había organizado muy mal la situación, permitiendo la entrada al sistema en el mismo tramo de tiempo a delegaciones representativas de enemigos irreconciliables. Mentiría si dijese que de inmediato la Almirante Tanya no pensó que todo este aparente despropósito era obra de su Alteza Imperial… Pero lo cierto es que fuese así o no, era ella quien se encontró con el problema. Lo soluciono rápidamente, ordenando a los cruceros de las escoltas que se situasen junto a las diferentes naves consulares, cargasen sus armas y fijasen sus sistemas en ellas, dando instrucciones de que al primer disparo de alguna de ellas responderían con toda la potencia de fuego. Como por casualidad, para las dos más díscolas, en vez de un Crucero Pesado o uno Ligero, a su lado se situó un Crucero de Batalla con sus baterías principales cargadas, apuntándoles y muy visiblemente listas para disparar sobre ellos…

La llegada hasta la posición de la Flota del Represor junto a la estación no fue mucho mejor, puesto que todos inicialmente comenzaron por solicitar una reunión con su Alteza, para a las pocas horas empezar a pasar a “exigir” el encuentro. Tanya se comunicó un par de veces con su alteza para expresarle su preocupación, la primera cuando entraron al sistema y comenzaron a tratar de enfrentarse, a lo que Jhored simplemente respondió que lo impidiese, aunque fuese a cañonazo limpio, que luego de las explicaciones a esos mundos sobre sus representantes se encargaría el personalmente de darlas… La segunda fue cuando tras llegar y comenzar a solicitar la reunión, pasaron a la exigencia más extrema, obteniendo Tanya por toda respuesta una risa un tanto escandalosa por parte de su Alteza… Si aun le hubiese quedado alguna duda de que todo esto estaba hecho de este modo de forma más que consciente, las respuestas y gestualidad de su Alteza termino por despejarlas.

Para mayor disgusto de la Almirante, además su Alteza Imperial tuvo la brillante idea de recibir en el Represor al mismo tiempo siguiendo un determinado orden con el que fue muy específico, y que como no, “casualmente” agrupo a las delegaciones más antagonistas entre ellas. Tanya no se complicó en absoluto tras las ordenes que le transmitió Jhored, cuando las lanzaderas de las delegaciones aterrizaron en los hangares del Represor, estas fueron recibidas por Marines en Armadura de combate y con las armas listas. La situación se explicó por la presencia en la Nave de su Alteza Imperial, su esposa e hijos, aunque realmente tanto Kilara como los gemelos, en realidad seguían en el parque en Strela.

Al igual que las Vikara, todas las delegaciones presentes querían exactamente lo mismo, usar las puertas de la Confederación Imperial con el fin de evitarse posibles sorpresas desagradables por parte de sus adversarios. Algunos de esos pueblos llevaban más de cien años en guerra, y no tenía muchos visos que fuese a terminar en un futuro cercano, la presencia de las Flotas de la Confederación Imperial en sus puertas les daba una garantía de que su enemigo no aparecería desde allí con armas suficientes como para ser un problema real. Pese a lo tenso de las negociaciones, más porque las delegaciones varias estuvieron más tiempo insultándose entre ellas del modo más ocurrente posible, que por las negativas iniciales de su Alteza a aceptar los términos que estos pretendían.

Todas y cada una de las delegaciones estuvieron dando rodeos en torno a su Alteza a medida que este rechazaba acuerdo tras acuerdo. Los Generales Mao y Gzak, así como Tanya o la misma Selena, se dieron cuenta casi al instante que todas las propuestas que presentaban no dejaban de ser la misma solo que alterando el orden y el léxico empleado, tratando con ello de contentar a su Alteza. Poco a poco, fueron variando la presentación siguiendo las “negativas” de su Alteza para conformar algo que a este le pareciese aceptable, por mucho que en sí mismo las condiciones apenas hubiesen variado en realidad. Finalmente, las condiciones pactadas por todos ellos fueron muy similares, por no decir que prácticamente calcadas, a las establecidas con las Vikara. Su marcha al contrario que la llegada, si fue perfectamente organizada para evitar que ninguno de ellos tratase de matar a ninguno otro delegado…

Los acuerdos establecían básicamente un convenio general de tránsito para naves comerciales de los “estados” con los que se negoció, sin convenio de comercio u otro tipo de modalidad similar que permitiese sacar a la Confederación algún tipo de beneficio visible más allá del cobro por el uso de las Puertas de Gusano que cada nave emplease y que cada estado fuese quien se hiciese cargo de los gastos de los consulados que la Confederación establecería en el sistema en donde hubiesen construido su puerta para el control del tráfico mercante. Ninguno de sus máximos colaboradores dudo ni por un solo instante en que Jhored de un modo u otro había logrado salirse con la suya, aunque no entendían que podría tener de beneficioso ninguno de los acuerdos obtenidos y que cualquiera con una mínima experiencia diplomática habría calificado como desastrosos. Después de las negociaciones, al igual que la vez anterior, Jhored esquivo a todos y se apresuró a regresar a Strela con su familia, dejando un montón de preguntas sin contestar detrás suya…

En la última parada al aire libre a realizar por el grupo en el parque, su Alteza tuvo que acudir nuevamente al Represor, esta vez porque tanto su tío como el gobierno querían hablar urgentemente con él tras recibir los “maravillosos acuerdos” que Jhored había firmado, casi les dio un infarto cuando los vieron. Esta vez, todo el grupo, con la excepción de los Gemelos y sus escoltas, decidieron acompañar a su Alteza para poder estar presente en sus explicaciones, a ver si de ese modo eran capaces de entender que era lo que su Alteza se traía entre manos… Una vez se establecieron las conexiones con Capital, el primero en hablar fue el propio Emperador, impidiendo de este modo que algún Ministro furibundo pudiese decir algo inconveniente…

-        Sobrino, he visto los acuerdos que has firmado en nuestro nombre, y son francamente pésimos, algo que por cierto es impropio de ti, de modo que voy a asumir que son así por algo… ¿o me equivoco?

-        Bueno tío, la verdad es que si, ciertamente son pésimos y en otras circunstancias no me hubiese planteado siquiera recibir esas delegaciones, con excepción quizá de las Vikara y los Shurgos… pero el resto… Bahhh -hizo un gesto despectivo-.

-        Alteza, la verdad, nos gustaría que nos explicase el porqué de esos acuerdos… porque créame que algunos estamos francamente enfadados por ellos… -intervino el Ministro de asuntos Diplomáticos, conteniéndose visiblemente de llamar a Jhored idiota como mínimo-.

-        Señor Ministro, quizá su colega de Economía pueda decirnos cual es el estado de los ingresos de las puertas en este tiempo que llevan funcionando… ¿Señor Ministro, por favor? -Jhored hizo un gesto invitando al Ministro a contestar-.

-        Bien, actualmente el uso de las puertas es bueno, la recaudación se corresponde más o menos con las previsiones, siendo capaces de cubrir los gastos y obtener un pequeño beneficio, aunque es cierto que minimo. Se espera que la facturación continue creciendo en los próximos años aumentando exponencialmente el margen de beneficios -respondió-.

-        Muy bien, todo eso sería correcto siempre que no tengamos en cuenta las bonificaciones que se están aplicando en los impuestos de todas las empresas que usan las puertas para abrir nuevas rutas. Esas bonificaciones implican un recorte de entorno al 38% de lo recaudado con ellas.

-        Pero Alteza, eso… -fue interrumpido por un gesto de Jhored-.

-        Sin peros, además añada la variable del cambio del flujo de movimiento en las rutas comerciales por la presencia de las Puertas. Esto nos va a obligar a reestructurar casi por completo el sistema de rutas en un futuro próximo en cuanto todo se estabilice. Pero de momento ya nos hemos visto obligados a ampliar los grupos de control y protección para las rutas, por lo que el presupuesto de la Flota para esa función se ha incrementado. Todo esto implica dinero y más dinero, concretamente en conjunto, todo ello ya se está comiendo aproximadamente el 50.8% de los ingresos de las puertas. Ese déficit se está cubriendo con la reserva económica que implante y que tan “problemática” le pareció en ese entonces a todo el mundo…

-        Bueno Alteza, pero para eso está esa reserva… ¿no? -preguntó el presidente del Gobierno-.

-        No señor presidente, esa reserva está constituida para “emergencias”, y esto no lo es, es una situación previsible. La situación esta drenando los fondos muy rápidamente, y aunque no es un problema a corto plazo, lo cierto es que para cuando todo se estabilice definitivamente en tres o cuatro años, la reserva estará prácticamente devorada por completo, lo cual es algo que no nos conviene en absoluto.

-        Pero estos acuerdos no nos benefician en nada… por mucho que vayan a suponer un incremento importante de los ingresos por las puertas y si puede ser un problema si más adelante dejan de usarlas -intervino el Emperador-.

-        Si y no. Dos cosas, la primera es que nuestro sistema comercial interno necesita tiempo para estabilizarse nuevamente y ser otra vez completamente rentable, ahora mismo se está sosteniendo mediante bonificaciones por el uso de las Puertas. La segunda es que en estos instantes lo último que necesitamos es una entrada importante de comerciantes externos para hacer la competencia a nuestro mercado interior… Estos acuerdos si se leen con detenimiento y en perspectiva, les está restringiendo cualquier tipo de comercio con nosotros más allá del uso de las puertas y su pago por ello.

-        ¿Entonces lo que su Alteza perseguía con esto es el mero cobro por el uso de las puertas y proteger nuestro comercio interno?

-        Durante los próximos tres o cuatro años si, esos ingresos cubrirán el Déficit y además permitirán unos ciertos beneficios extras que podrán ser destinados a acelerar la redistribución de las rutas comerciales… Antes o después esos comerciantes que crucen por nuestro espacio van a querer tratar de conseguir negocios en nuestro territorio, lo que nos vendrá muy bien, pero desde luego no ahora mismo, y estos tratados lo impedirán…

-        Pero ellos siguen pudiendo cancelar su acuerdo una vez cumpla, o negociarlo a la baja recortándonos de ese modo una parte importante de nuestros ingresos, y con los que estaremos contando -replico el Ministro de economía-.

-        Sin duda, es lo que harán la mayoría de ellos, o mejor dicho, lo que trataran de hacer casi con toda seguridad… Pero, su problema es que para entonces nuestra economía se habrá estabilizado, los ingresos se habrán recuperado por completo y no supondrá una pérdida económica que realmente nos vaya a afectar… -sonrió Jhored-.

-        Deduzco que ha encontrado un medio para que ese recorte no nos afecte… -replico el presidente del gobierno-.

-        Por supuesto, es muy simple. Verán, a medida que la economía se recupere, las rutas se estabilicen y las bonificaciones se vayan retirando, ese incremento de ingresos se usara exclusivamente para reponer el drenaje que ha sufrido la reserva económica. En otras palabras, no los estaremos usando en los presupuestos, por lo que cuando nos recorten esos “ingresos” simplemente recuperaremos ese movimiento desde la reserva… La única consecuencia es que la entrada de fondos de la reserva volverá a ser la habitual… Pero les garantizo que para ellos no será tan “simple” … -la sonrisita siniestra nuevamente volvió a aparecer en el rostro de Jhored-.

-        Perdón Alteza… no comprendo -replicó el Ministro de Seguridad y Defensa, que no había hablado hasta entonces-.

-        Excepto nosotros, que disponemos de 12 Puertas, el resto solo disponen de una única puerta de Gusano, que esta indefectiblemente situada en una posición problemática para su propia seguridad. El modo en que se ha negociado implica que excepto nosotros, nadie más podría envíales una Flota de Invasión sin que antes tengan que vérselas con las nuestras y eso tanto Estratégicamente, como Tácticamente no es nada sensato de intentar.

-        Las puertas nos dan la capacidad de poder reunir la práctica totalidad de nuestras naves de Guerra en apenas una pocas horas, algo que nadie más esta hoy por hoy en condiciones de hacer… Ciertamente no sería sensato tratar de colar en nuestro territorio una Flota de Invasión por las bravas… -replico pensativo el ministro de Seguridad-.

-        Si la mayoría de ellos quieren seguir manteniendo esa seguridad, y no volver a que una de cada nueve de sus naves comerciales se pierda en la Zona del Laberinto u otras similares, antes o después van a tener que volver a tratar con nosotros, porque si sus enemigos lo hacen y ellos no, lenta pero inexorablemente, les tomaran ventaja económica, lo que se traduciría dado su enfrentamiento, en mayor capacidad Militar… -replico Jhored-.

-        Perdón, pero no entiendo como no se han dado cuenta, ninguno de ellos de algo así… No me ha parecido muy complicado de entender… -pregunto Kilara-.

-        Posiblemente por la compartimentación en los presupuestos, además, el sistema de Reserva Económica que su Alteza Implanto esta… por decirlo suavemente, excesivamente disperso para que alguien pueda encontrar algo coherente en ello desde fuera del sistema de mi ministerio… -replico sonriendo el Ministro de Economía-.

-        Desafortunadamente para ellos, posiblemente ninguno sabe a ciencia cierta que nuestro sistema de puertas ahora mismo se está sosteniendo económicamente mediante esa Reserva, y que nuestra economía actualmente, tiene serios problemas de equilibrio. Con estos acuerdos con los que acaban de “engañarme”, nos han resuelto ese problema y a la vez ofrecido el tiempo necesario para evitarnos el comercio externo en gran medida… -sonrió Jhored-.

-        Alteza, creo que debería de saber que probablemente después de esto, su persona va a estar un poco desacreditada en casi todas las capitales de esas delegaciones… Eso podría ser un problema diplomático, ya que usted es el heredero al Trono, la reputación de la Confederación… podría resentirse en todo ese cuadrante… -Informó el Ministro de Asuntos Diplomáticos-.

-        No se preocupe por eso, si de verdad han interpretado lo que yo pretendía, nos van a tomar muy poco en serio y van a disfrutar de “utilizarnos” … pero créame que no harán nada que nos perjudique -sonrió Jhored-.

-        Alteza, no me parece gracioso, si piensan que… -el Ministro de Seguridad fue interrumpido por Jhored-.

-        Incluso un idiota es capaz de dispararte si tiene un arma en la mano, y este idiota -se señaló a si mismo-, obviamente la tiene, por lo que se mantendrán discretos en sus opiniones hasta que nos consideren “maduros” para su siguiente paso… que será más o menos cuando llegue la fecha final del actual acuerdo…

-        Pero para entonces, según entendí, ya estaremos recuperados, ¿no? -pregunto el Emperador-.

-        Tío, para entonces, su opinión será totalmente irrelevante, ya nos habremos recuperado y prescindir de ellos no sería precisamente a nosotros a quienes más perjudicaría… -Jhored sonrió sibilinamente-.

-        ¿Entonces piensas prescindir de ellos?

-        No necesariamente, se nos abriría un interesante mercado en aquella región al que poder acceder a través de sus Puertas de Gusano, pero puesto que son varios los que nos ofrecen dicha opción, su importancia general es muy relativa. Como ya he dicho, somos mucho más importantes nosotros para ellos que al revés…

-        Esos fondos que su Alteza piensa que vamos a ir recuperando, creo que en vez de desviarlos a la reserva podríamos… -Jhored corto al Ministro de Seguridad y Defensa-.

-        Señor Ministro, creo que ya he dejado claro que no pretendo que nos convirtamos en los chicos mas fuertes del barrio, ni en la policía o defensores de nadie. El presupuesto de Defensa esta debidamente regulado para nuestras necesidades… pero nuestras, no las de nadie más, y pretendo que siga siendo así. ¿He sido lo suficientemente claro? -replico Jhored en tono seco y cortante-.

-        Paz Alteza, paz… El Sr. Raldoreh solo ha expresado lo que algunos miembros de mi gabinete piensan, obviamente cada uno de ellos con su Ministerio en el punto focal… Pero si, entiendo lo que usted pretende con esto… -el Presidente alzo una mano para que nadie hablase aun-. Aunque, Alteza, me gustaría estudiar sus informes…

-        Por supuesto, y dígame Sr. Presidente, ¿piensa que va a encontrar en ellos algún punto débil por el que poder desviar algunos fondos? -sonrió Jhored-.

-        Jajajajajajaja -se rio-, francamente Alteza, ojalá tuviese la más mínima esperanza de algo semejante, pero no es así. Quiero estudiar todo lo que ha planificado para esto, porque… y creo que hablo por todo mi gobierno, e incluso me atrevería a decir que por su Majestad e incluso sus propios colaboradores… ninguno lo hemos visto venir hasta que nos ha “atizado” en la cabeza con ello…

-        Señor Presidente, hablo por mí, créame que le doy la razón… -replico Kilara medio muerta de risa-.

La reunión trato de varios asuntos más, despejándose luego de unas dos horas de conversaciones. El grupo entero regreso de nuevo al Parque de Strela para terminar sus “vacaciones”. Los Gemelos habían disfrutado de todas las aventuras preparadas por el servicio del parque y con lo que los guías habían ido enseñándoles, pero Selena observo que ambos niños parecían algo mas nerviosos de lo habitual los dos últimos días de sus vacaciones, como si estuviesen tramando algo.

El ultimo día en Strela, justo cuando se disponían a regresar el Represor todo el grupo, ambos niños pidieron permiso a su padre para poder hacerlo en la lanzadera que llevaría a su madre, lo cual Jhored acepto con una sonrisa un tanto irónica. Selena que no perdía detalle, se dio cuenta de inmediato, y no dudo en preguntarle en cuanto se dio cuenta que Jhored había dado ordenes al piloto para acceder al represor por una dársena diferente a la que usaría la lanzadera de la Princesa Kilara y los niños…

-        Alteza, ¿podría por favor informarme de lo que ocurre…? -pregunto Selena disgustada-.

-        Realmente no es nada que te ataña a ti o a la seguridad de ninguno de nosotros, es solo que mis hijos están apunto de chocar con su madre y no quiero ser el culpable de nada… -se rio Jhored-.

-        ¿Y que se supone que van a hacer los Gemelos? -pregunto Selena pensando en algún tipo de trastada de las suyas-.

-        De lo que estas pensando, nada. Simplemente han crecido y se están volviendo mas astutos, hoy van dispuestos a enfrentarse a su Madre y perder esta batalla de forma absolutamente estrepitosa… -sonrió Jhored-.

-        Deduzco que esto no va a terminar aquí con lo que sea que los Gemelos estén tramando… -replico Selena-.

-        Ni mucho menos, están comenzando una carrera de fondo que pretenden culminar dentro de aproximadamente dos, máximo tres años… Y no Selena, ni me voy a meter por medio, ni voy a dar explicación ninguna al respecto… Dentro de ese tiempo, si son capaces de convencer a su Madre, tendrán mi apoyo para lo que quieren, pero ahora mismo, aun tienen que madurar lo suficiente… los dos…

Selena asintió mucho mas tranquila, aunque lo cierto es que no pudo evitar preguntarse qué demontres seria lo que ambos niños estarían tramando en un plazo tan largo. Además, no dejaba de hacerse cruces con el hecho de que, a su edad, ya comenzasen a tramar planes que al igual que su padre parecía que nadie era capaz de vislumbrar a tiempo, excepto claro, su Alteza Imperial el Príncipe Jhored, al que nada parecía escapar de su control.

 

EPILOGO

Una vez que todos regresaron al Represor, y que el conflicto entre la Princesa Kilara y los Gemelos estalló, eso sí, mientras Jhored como por casualidad estaba en su Capsula de gravedad, por lo que ninguno de ambos bandos pudo recurrir a él, la Flota recibió la orden de su Alteza de Orbitar una de las Lunas del Planeta Strela en vez de regresar a Capital. Ninguno entendía porque razón su Alteza, el cual advirtió a la Almirante Tanya que no llamase aun sin ordenes precisas suyas a los dos Cruceros Destacados en el Séptimo Planeta del sistema, quería permanecer aun allí.

El misterio se despejo dos días después de ello, cuando el presidente planetario del Parque y varios de los miembros de su junta directiva, incluido el director de la Estación Orbital, fueron trasladados a la Luna Prisión situada en el Octavo planeta del sistema por el transporte habitual de presos. En las cercanías del Séptimo Planeta el transporte y la pequeña patrullera que le hacia las veces de apoyo fueron interceptadas por dos naves que se identificaron como Naves Q de la Flota.

Ambas exigieron el traslado del Director del servicio de Parques de Strela para según sus órdenes trasladarlo a Capital, para ello emitieron unos códigos, que, aunque antiguos, en otras circunstancias hubiesen podido ser validados por el sistema de seguridad de ambas naves, transporte y patrullera, desgraciadamente para ellos, la presencia del Represor en el Sistema los hacia ineficaces, pues solo eran validos los emitidos por la Flotilla de seguridad de su Alteza Imperial.

Cuando tras negar la verificación de los códigos el transporte ambas naves desnudaron una serie de cañones que apuntaron a la patrullera de protección, por sorpresa, desde el cercado séptimo Planeta recibieron sendas andanadas de dos Cruceros Pesados que habían hecho su aparición por uno de sus Flancos… De haber sido realmente dos Naves Q de la Flota, al contar con escudos de rango militar y dada la distancia de disparo de ambos Cruceros, los daños habrían sido mínimos. Desgraciadamente para ellos, sus escudos tan solo eran una versión muy mejorada y manipulada de los habituales contra impactos de micrometeoritos…

Además, en este caso, para agravar su situación, ambas naves fijaron al máximo sus escudos en la parte frontal que encaraba a la patrullera de escolta, por lo que casi saltan por los aires pues sus escudos en el resto de zonas eran muy débiles. Una de ellas sufrió daños severos en sus motores, mientras que la otra recibía una andanada en la parte central que casi había volado la mitad de sus cubiertas…

Ambas naves fueron asaltadas por Marines de la Flota procedentes de ambos Cruceros Pesados, deteniendo a los tripulantes que se rindieron sin ofrecer resistencia, el resto, siguiendo órdenes, fueron completamente masacrados. De los prisioneros que el transporte conducía a la prisión de máxima seguridad del sistema se hizo cargo la “Estigia” con el fin de trasladarles a todos, tripulantes de ambas naves incluidos, a la prisión del SISI de Hibernia… El director de Parques había previsto que una vez detenido seria trasladado a esa prisión hasta que se celebrase el juicio, y preparo su fuga en consecuencia, alquilando los servicios de un grupo de “contrabandistas” que no le hacían ascos a nada, por ilegal que fuese. De haber logrado su objetivo, el Sr. Presidente habría sido liberado, mientras que ambas naves, transporte y Patrullera hubiesen sido destruidas para borrar cualquier posible “huella” en sus sistemas, y de paso, librarse del peligro que suponían sus socios.

Para cuando Jhored abandono su encierro en la cámara de Gravedad, las aguas entre Kilara y los Gemelos habían vuelto de nuevo a su cauce habitual. Kilara le informo de lo que los niños querían, y Jhored evidentemente se hizo el sorprendido ante la mirada escrutadora de su esposa, que no se terminaba de tragar que él no hubiese sospechado nada de nada. Ambos le habían planteado a su madre el poder acudir el año siguiente a una escuela fuera de Capital, aunque en el sistema estelar Zero, donde poder ser dos niños “normales”, a lo que Kilara se había opuesto frontalmente y había estallado un conato de rebelión por parte de los Gemelos.

Los Gemelos llevaban meses sonsacando discretamente, excepto obviamente para su padre, a la Princesa Kilara sobre sus años de estudio en su planeta natal, Kidona III, por lo que para este quedo meridianamente claro lo que ambos pretendían. Lo único, es que sobre la época que solían preguntar a su madre, aun les faltaba tiempo para poder hacer nada al respecto, unos dos o tres años, dependiendo de la situación. Por ello Jhored asumió que, con este “enfrentamiento”, ambos niños simplemente estaban preparando el terreno con su Madre para el futuro y su acceso a poder seguir sus estudios donde ella lo hizo, en Kidona III… Jhored esperaba con interés las próximas maniobras de los Gemelos para poder llevar a su Madre al terreno que ellos pretendían para salirse con la suya cuando por fin llegase el momento preciso….

 

FIN


15 comentarios:

  1. Excelente culminación, pero me quedé con los deseos de ver a Jhored, Selena y Tanya junto a Val, Mina y Amaratha, enfrentados a la Heredad, los Extraños y los Shilrrurs, que me parece es lo que está cocinando Shadow.

    ResponderEliminar
  2. Bueno, ahora a comer uñas hasta el próximo libro, que remedio nos queda. 😢😢😢

    ResponderEliminar
  3. ¡Buenísimo. ¡Muchas gracias! Excelente libro. A esperar con anhelo el siguiente.

    ResponderEliminar
  4. Gracias, muchísimas gracias por este magnífico libro, también desearía, al igual que todos los asiduos lectores de las aventuras de Jhored y compañía, que no tardes casi un año en volver a publicar.
    De nuevo muchas gracias!!!

    ResponderEliminar
  5. Cuando el próximo para dejarme crecer las uña3

    ResponderEliminar
  6. ¡Espléndido!
    Pero tocaré un poco las narices:
    ¿Cómo van las relaciones entre lo príncipes imperiales y Doker y Telma y Jessy y Kelme?
    ¿Y las de los gemelos con las hijas de estos? ¿Hay más chiquillería?
    ¿Y con su "niñera" Valkirr?
    ¿Para cuándo Kilara va a querer más descendencia (es una madraza, se nota)?
    ---------------------------------------------------
    Vale, sí, lo mío es puro cotilleo, pero es tan divertido...
    ---------------------------------------------------
    Porque lo del lío de los agujeros de gusano se veía venir, a ver como lo trajinas... Seguro que bien.
    ---------------------------------------------------
    ¡Muy bien, muy bien, muy bien!

    ResponderEliminar
  7. Hola, para cuando el siguiente capítulo y también el de Lilim?

    ResponderEliminar
  8. Se que es demasiado pronto para que tengas listo el proximo libro (Angustiosa expectacion)
    por eso despues de releer la saga completa por enesima vez he comenzado a releer la antigua historia del Orden Estelar.
    los 54 bolsilibros que segun los estudiosos componen la Saga.
    Espero y deseo que publiques pronto el siguiente libro.
    Ante todo y sobre Todo agradecerte que nos deleites con estas maravillas
    Hasta pronto

    ResponderEliminar
  9. Respuestas
    1. Si, las UNEX son un guiño a la novelas cortas del ORDEN ESTELAR, me gustaban esas novelitas, eran la mar de entretenidas...

      Eliminar
  10. Bienvenido Sr. De las sombras, espero se encuentre mejor, es una alegría ver estos retazos de letras

    ResponderEliminar
  11. Estoy ultimando ya el próximo libro, confió en poder publicarlo para la semana que viene...

    ResponderEliminar
  12. Muchas gracias, esperando con ansias su próxima publicacion

    ResponderEliminar