Confederación Imperial Galáctica
Fecha estelar - 5345
4º Cuadrante Militar del Imperio
Parque Natural Strela
Strela III
Jhored estaba esperando esta visita de
los embajadores de Vega y de la Republica Tharkana, pero no tan pronto del Gran
Matriarcado Vikara, cuyos territorios estaban situados más allá de los
territorios Tharkanos y con las que, debido a la gran distancia la
Confederación Imperial apenas tenía tratos. Todo esto era debido a los planes
previos de su Alteza. Todo ello debido a la implantación de la Puertas de
Gusano en la CIG y al “robo” de los planos de las mismas.
Los planes de Jhored para evitar que la
Mancomunidad pudiese actuar de alguna manera por el asunto de la Puertas estaba
funcionando perfectamente, los problemas en los territorios Razors ocupados
estaban incrementándose de forma exponencial desde que le "obligaron"
a reestructurar el sistema de patrulla fronterizo con ellos, sumados a los
“indicios” que sus servicios de inteligencia deberían de haber detectado en Lahst, planeta
capital de los clanes establecidos en la Confederación Imperial. Debido
a esto la frontera había vuelto nuevamente a ser permeable a determinado
tráfico, incluso podría decirse que incluso más de lo normal.
Por poner un ejemplo, tan solo en las dos
últimas semanas Jhored calculaba que al menos habrían pasado por la frontera
desmontados en piezas unos 4000 cañones de riel, cuyos conversores de plasma en
al menos un 90% procedían de la famosa carrera de aeromóviles celebrada tan
solo un mes antes. Los aeromóviles entraron en la Mancomunidad de Vega con los
Conversores montados y en muchos casos luego salieron de allí sin ellos… Y todo
esto, simplemente hablando de ese único equipo de armamento, pero todo había
ido encauzándose en esa dirección después de que Jhored se viese “obligado” a
reestructurar el servicio de control fronterizo con Vega.
El problema que tenía ahora la
Mancomunidad es que si no quería aumentar sus problemas deberían de reforzar
las guarniciones y patrullas militares de su flota en los territorios ocupados,
alguno de los cuales estaban casi sobre la frontera con la Confederación
Imperial. Cuando esas fuerzas comenzaron su despliegue, el Alto Estado Mayor de
la Confederación a su vez también incremento sus efectivos, todo ello
evidentemente, ya previsto y buscado por su Alteza. Aunque obviamente, este
incremento por parte de la Confederación no iba a suponer un aumento en su
control de lo que traspasaba la frontera. En su momento el Embajador
Vol-Tiaplos, podríamos decir que casi milagrosamente, encontró un modo de poder
"amargar" a su Alteza y se empleó a fondo en ello. Pero ahora esa
misma decisión que tan feliz le hizo, con la cual presumió todo lo que pudo
ante sus superiores y colegas, le tenía ahora como quien dice con el cuello
puesto bajo la hoja del verdugo.
Jhored estaba francamente contento y relamiéndose
al ver que poco a poco todas las fichas que había ido colocando pacientemente
estaban comenzando a caer una tras otra, aunque también era consciente del
monumental cabreo que alguno que otro de sus colaboradores o Kilara se iban a
pillar una vez que cierta parte de sus planes y alguna otra cosa de la que
tenía constancia, fuesen cumpliéndose… Sin ir más lejos, la Almirante Tanya no
estaba nada contenta con la prevista visita de estos tres embajadores, lo que aún
no sabía era que no iban a ser los únicos… Jhored esperaba que la situación
escalara bastante aun, incrementándose su número considerablemente y por gente
que además le generaría diversos problemas bastante “divertidos” a Tanya…
Cuando los planos de las puertas se filtraron hizo que esto se ampliara a una
considerable cantidad de servicios secretos, actualmente no era nada complicado
saber quién si y quien no tenía acceso a ese material robado, únicamente había
que seguirle la pista al elemento Z o a la construcción de puertas…
En todo el sector galáctico el Elemento Z
había sido reclasificado como material estratégico del más alto nivel, pero quienes
realmente disponían de acceso a él, tenían sus "minas" especialmente
protegidas. Por otra parte, aun así, se les podía calificar como desesperados
por obtener más elemento Z como fuese. Obviare decir que Jhored había montado
alguna que otra operación de la inexistente sección 9 de inteligencia con el
fin de que ciertos gobiernos bajo cuerda, negociando con todo tipo de
traficantes y aunque con "enormes dificultades", fuesen capaces de
obtener suficiente elemento Z como para poder construir "su puerta"…
En esos instantes Jhored esperaba que sus primeras visitas llegasen en
aproximadamente unas 120h, pero antes tenía que dar otras órdenes a Tanya. El
profesor Jarkon había terminado con su misión en Mar-Shagan antes de lo
esperado y esos planes ya se podían poner en marcha, evidentemente, con el
necesario cuidado para que ninguno de sus colaboradores se diese cuenta de lo
que tramaba… Aprovecho la primera parada para ponerse en contacto con la
Almirante por un canal de alta codificación…
-
Almirante, tiene
que trasferir momentáneamente su mando al Sol Negro, tengo un trabajo para el
represor… El Coronel Zorg puede hacerse cargo del mismo…
-
Alteza… de que
trabajo está hablando… -pregunto la Almirante Tanya mientras el Coronel se
acercaba a un gesto suyo-.
-
Debe de dirigirse
de inmediato al sistema Cruxars, allí le estarán esperando el Almirante Tagard
y el Almirante Stratos con sus respectivos mandos además de las dos UNEX, debe
de llevarlos por un agujero de gusano hasta el sistema Chin…
-
Alteza, ¿ha
dejado solo en Mar-Shagan al doctor Jarkon? -pregunto un tanto alarmada
Selena-.
-
No, de hecho, el
doctor está en la Estrella Oscura con el Almirante Stratos, cuando el Represor
llegue se embarcará en el Represor junto con su equipo para verificar el
correcto funcionamiento del sistema de puerta de la nave. Luego, a su regreso,
el Coronel Zorg deberá dejar al profesor Jarkon junto con su equipo en su
laboratorio de Cruxars y entregarle al gobierno del planeta una tarjeta codificada
de datos de mi parte…
-
Entonces, únicamente
debo de acompañar a los Almirantes hasta el sistema Chin, dejar luego en su
laboratorio al profesor Jarkon y entregar un mensaje suyo al gobierno
planetario, ¿nada más que eso? -pregunto el coronel Zorg-.
-
Nada más coronel,
pero tiene que estar de regreso en un plazo máximo de 100 horas, ni medio
minuto más… como vera el tiempo es muy justo…
-
Es factible… si
marcho ahora mismo debería de poder estar de regreso en unas 80 u 85 horas…
-asintió pensativo el coronel-.
-
Bien, pero
llévese con usted uno de los Cruceros Ligeros y dos de los Destructores de
nuestro grupo de escolta… Almirante… por favor, transfiérase lo antes posible
al Sol Negro…
-
Ahora mismo… ¿algo
más que deba de saber Alteza…? Cómo por ejemplo quizá el hecho de que según
protocolo de palacio vamos a recibir más visitas de las esperadas -replico
Tanya apretando los labios-.
-
Aun no es seguro,
aunque sí muy probable… no se preocupe, ya di órdenes para que se nos unan más
naves de la flota… cuatro Cruceros de Batalla, tres cruceros pesados, seis
ligeros, cinco Fragatas de protección y catorce Destructores que se sumaran a
las escoltas que acompañaran a esas visitas… Con eso más los refuerzos
anteriores debería de ser más que suficiente…
-
¿Y nuestros dos
Cruceros Pesados?
-
Que se queden dónde
están, los dos tienes ordenes especificas… y Almirante… no envíe más naves en
ese sector del sistema, ignórelo por completo pase lo que pase… Para esta
flotilla esa zona concreta no existe si yo no doy órdenes directas de lo
contrario o cualquiera de ambos Cruceros pide ayuda…
-
Entendido…
-
Bien… salvo que
sea una emergencia inmediata, si hay algo hágamelo saber antes de hacer nada…
-dijo un risueño Jhored poniéndose en marcha en dirección a sus hijos-.
Por si alguien se lo pregunta, si, lo
cierto es que si, todos sus colaboradores tenían ya a esas alturas
meridianamente claro que su Alteza estaba tramando algo y que lo que fuese se
realizaría allí mismo, en el sistema Strela, aunque ni por lo más remoto tenían
idea de que narices pusiese ser. Pero resultaba realmente curioso que justo
cuando tantas legaciones diplomáticas por algún motivo, el cual no habían
logrado averiguar aun, querían entrevistarse con su Alteza a cualquier precio,
este decidiese irse hasta Strela III junto con la Familia. La impresión que
todos recibieron era que su Alteza había tratado de aislarse de ello y evitar
esas “entrevistas”, pero, sin embargo, lo había hecho rematadamente mal, pues
había ido dejando suficiente información como para poder ser localizado con
cierta “facilidad”. En realidad, cualquiera que enviase una embajada o
delegación diplomática medianamente competente a Capital, o ya la tuviese
establecida allí, no le seria excesivamente complicado saber dónde se
encontraba su Alteza, más aún cuando su presencia pública en el Parque se
extendería en cuestión de días por la Confederación Imperial por medio de los
noticieros…
La Almirante Tanya, a la vez que, a su
Alteza, también transmitió al resto de “colaboradores” y a la Princesa Kilara
el comunicado de Protocolo de Palacio junto con el del servicio Diplomático de
Capital y lo que había conseguido sacar de los servicios de inteligencia al
respecto. Varias legaciones diplomáticas, aparte de las de Vega, los Tharkanos
y las Vikara, se estaban preparando para dirigirse al sistema Stela si su
Alteza no regresaba pronto a Capital con el fin de “tratar” directamente con él…
Según le transmitió Inteligencia a la Almirante, en algunas de estas legaciones
se tenía la ridícula, estúpida e inconcebible idea, de que fuese lo que fuese
que estaban interesados en tratar, les sería más sencillo hacerlo con su Alteza
que con los servicios diplomáticos de la Confederación Imperial, puesto que
consideraban que seria “más manejable”, y por eso parecían tan ansiosos por
encontrarse con él…
Por su parte el viaje por el parque en
Strela III se estaba realizando dentro de lo esperado y que a los Gemelos
estaba entusiasmando. El grupo se estaba moviendo en un convoy de cinco enormes
vehículos a ruedas, cuatro de ellos para los visitantes, con diez asientos por
cada uno para ellos, más el del conductor y un ayudante. El quinto vehículo y
que abría la marcha, era un elemento auxiliar en el que viajaba el Guía, un
experto en sistemas, tres ayudantes, un cocinero, los depósitos de agua,
alimentos y un potente equipo de comunicaciones. Todos los vehículos contaban
con un sistema de balizamiento de alarma de emergencia por si ocurría cualquier
imprevisto que pudiesen recibir ayuda en el menor tiempo posible.
Cada vez que un grupo paraba los
vehículos formaban un círculo e inmediatamente sus cañones apuntaban hacia el
exterior. Apenas un par de minutos después de la detención, los vehículos
emitían un balizamiento perimetral tridimensional con inclusión de advertencia
acústica ultrasónica, avisando así a cualquier criatura dentro de dicha zona
que tenían poco tiempo para salir de allí. El Balizamiento tenía forma de algo
parecido a una cerca tridimensional que iba lentamente cambiando de un color
verde intenso a un rojo brillante, en cuanto alcanzaba este último tono, los
cañones disparaban contra cualquier animal que entrase dentro de dicho
perímetro. Si bien los disparos no eran en absoluto mortales excepto que la
situación se tornara extrema, sí que eran terriblemente dolorosos para
cualquiera que recibiese uno. Se tardo casi un año en conseguir que la fauna
local entendiese que cuando el balizamiento se tornaba en rojo, esos extraños
animales atacaban a todo el que estuviese en ese perímetro, en la actualidad,
dos años después, era muy difícil que alguno se atreviese siquiera a acercarse
al perímetro. Cada disparo suponía para el infractor al menos un par de minutos
de revolcarse por el suelo del dolor que les producía.
Inicialmente se trató de que fuesen los
cañones moviéndose sobre cada animal que entrase, especialmente depredadores,
los que mediante disparos de advertencia los espantasen. El problema que surgió
fue que, en dos de los parques, ciertos depredadores que operaban atacando en
manadas organizadas encontraron el modo de crear puntos vulnerables por donde
poder alcanzar los vehículos y el circulo interno, lo que obligo a reformular
por completo la idea sobre el perímetro de protección de los visitantes. Después
de esas experiencias se decidió que los cañones dejasen de amenazar para
directamente disparar contra cualquier animal que entrase en su rango. Resulto
ser un método viable para hacer que cualquier animal, especialmente los
depredadores, fuesen conscientes de hasta donde se podían acercar.
Desde el mismo instante en que se
instauro el actual sistema, dejaron de producirse situaciones potencialmente
peligrosas, los disparos de los cañones y el dolor que producían fueron
excepcionalmente instructivos. Toda la fauna de los distintos parques aprendió
que esas extrañas criaturas no eran peligrosas si se mantenían a cierta
distancia, además no competían por los recursos, no trataban de apoderarse de
territorio, y por lo tanto, en cierto modo entendieron que si no las molestaban
tampoco ellos eran molestados más allá de su presencia. Por otro lado, el
servicio de parques también era extremadamente preciso y conciso en lo
referente a las condiciones que tenían que respetar los visitantes. Algunos de
estos descubrieron que tratar de evitar dichas normas no terminaba nada bien
para ellos, ya que los guías y sus ayudantes eran bastante duros cuando alguien
por su “estupidez” se ponía, o aún peor, ponía a algún otro en peligro. En
alguna ocasión muy concreta, algún visitante incluso había recibido el impacto
de un disparo de alguno de los cañones por tomarse a broma las normas.
Gracias a la protección personal que su
Alteza ofrecía al servicio de parques y a su firmeza con referencia al
cumplimiento de las normas, estos eran extremadamente puntillosos con los
visitantes. En alguno de los parques ya habían sido evacuados urgentemente visitantes
por tratar de eludir las normas, siendo además severamente castigados por ello,
multas multimillonarias aparte. De hecho, como ya dije, al menos en un par de
ocasiones el infractor termino siendo evacuado directamente a un hospital por
una Lanzadera tras sufrir “el castigo” por parte de los cuidadores y el Guía en
forma de disparo de alguno de los cañones de los vehículos. Por todo esto, es
fácil entender lo poco satisfecho que se encontraba Jhored con todo este
problema surgido en el Parque de Strela III… y porque sus colaboradores estaban
tan sorprendidos de que “aun” no hubiese un reguero de cadáveres al paso de su
Alteza Imperial… Aunque también es cierto, que el dejar a los cazadores, sus
guías junto al resto de acompañantes desnudos y desarmados en las zonas más
peligrosas del parque, era una muy desagradable sentencia de muerte encubierta.
Los gemelos estaban disfrutando del viaje
a tope, no paraban de saltar de un lado del vehículo a otro con el fin de poder
verlo todo, mareando de paso a su padre y a Drakon, el guía, a preguntas sobre
todo lo que veían. En las paradas era aún peor, porque, aunque respetaban
escrupulosamente todo lo que les pidieron, ambos niños estaban hiperactivos
corriendo de un lado a otro investigando todo lo que se ponía a su alcance. La
parte buena es que por la noche cuando se detenían en los fuertes de Avanzada
los dos caían dormidos en cuanto tocaban su cama… Los cuatro primeros días
mantuvieron esta tónica, el quinto día fue la primera parada en la que pasarían
la noche al aire libre en tiendas de campaña especialmente adaptadas para el
parque. La parada se estableció en una zona especialmente acotada junto a un
pequeño remanso de un rio en donde los vehículos abandonaron su formación
habitual para pasar a formar un amplio semicírculo ante dicho remanso.
En realidad, no existía el menor peligro,
ya que en estas zonas había formado un perímetro permanente que únicamente
dejaba acceder dentro a ciertos animales inofensivos, cualquier criatura
potencialmente peligrosa, depredador o no, era repelida de inmediato por los
sistemas de seguridad instalados en la zona. Al igual que con los vehículos, la
fauna local aprendió hasta donde sí, y donde no podían acercarse. Dichas zonas
a lo largo y ancho del continente fueron establecidas en lugares en donde se determinó
que su posible impacto sobre el complejo ecosistema del Parque fuese el mínimo.
El único problema surgió de que
precisamente ese quinto día, fue cuando las naves consulares de la Republica
Tharkana, La Mancomunidad Federada de Vega y el Matriarcado Vikaras hicieron su
aparición estelar en el sistema Strela. Las tres naves consulares llegaron
escoltadas por un grupo de Cruceros Ligeros y Destructores de la Flota que de
inmediato quedaron bajo el mando de la Almirante Tanya. Tal y como su Alteza
especificó, tan solo 16h antes el Represor había regresado de su misión,
encontrándose en esos instantes ocupando su posición sobre la vertical del
campamento en donde se encontraba la “excursión” de su Alteza. Nada más entrar
al sistema, al Represor le llego un cumulo de comunicaciones desde las tres
naves y el Crucero Ligero Tenrnus bajo cuyo mando se encontraba todo el grupo.
Según informo el Coronel al mando, las tres naves consulares habían sido todo
un foco de problemas desde que salieron de Capital, ya que intentaban adelantar
a las demás por todos los medios con el fin de llegar los primeros hasta su
Alteza… De hecho, nada más entrar al sistema las tres habían acelerado a máxima
velocidad abandonado la formación de protección hasta que un disparo de
advertencia de uno de los Cruceros Ligeros les obligo a retornar a sus
posiciones…
Tras recibir toda la información
relevante del Crucero Ligero Tenrnus, la Almirante se preparó para el dolor de
cabeza que le iba a suponer atender a esas tres delegaciones… Tanya tenía muy
claro que atendiese a quien atendiese primero, las otras dos iban a presentar
protestas formales por ello… Se detuvo un par de minutos a considerar que es lo
que hubiese hecho su Alteza en esa situación, y poco a poco se fue formando una
sonrisita sarcástica en su rostro… luego dio órdenes a comunicaciones de abrir
simultáneamente tres canales en una disposición muy concreta, uno para cada una
de las naves consulares. Ocurrió lo que supuso que pasaría, solo le dio tiempo
a presentarse, dar su rango y poco más, pues en cuanto los tres “embajadores” se
vieron las caras comenzaron a discutir entre ellos dejando a la Almirante Tanya
de lado… Esto le sirvió para poder actuar cómodamente contra ellos, ya que tras
los primeros gritos y dejar que se dijesen mutuamente varias “lindezas” ordeno
cortar las comunicaciones.
Treinta minutos después del corte total
de comunicaciones, las tres naves consulares seguían tratando por todos los
medios de que el Represor les respondiese. Tras aceptar nuevamente la
comunicación y disponerla en los mismos parámetros que la vez anterior, esta
vez Tanya lo primero de indico, fue que si volvían nuevamente a comportarse con
semejante mala educación, ordenaría que fuesen nuevamente acompañados hasta
Capital por su escolta… Posiblemente si hubiese sido cualquier otro mando de la
Flota a los embajadores les habría importado muy poco la amenaza, pero conocían
perfectamente quien era la Almirante Tanya, y sabían que tanto su Alteza como
el propio Emperador respaldarían cualquier cosa que esta decidiese al respecto,
por lo que se vieron obligados a tragarse su orgullo y aceptar la “advertencia
amistosa”…
Para su consternación, la Almirante les
dejó muy claro a las tres delegaciones que su Alteza estaba de vacaciones con
su familia, y que salvo que decidiese que una lanzadera le recogiese para
atenderles, no podrían ser recibidos. Todos ellos trataron de encontrar el modo
de incluso se ellos mismos quienes se personasen donde fuese que estuviese su
Alteza, pero Tanya fue inflexible al respecto, nadie podía entrar a un parque
sin el proceso adecuado, y mucho menos para caer sobre su Alteza con una
lanzadera… Tanya fue muy clara al respecto, cualquier nave que tratase de
sobrevolar la isla en que estaba establecido el parque automáticamente seria
neutralizada. Obviamente a nadie se le escapo que ese “neutralizada” implicaba
recibir una batería completa de disparos hasta su destrucción total, máxime con
el propio Represor justo sobre el Parque. Tras terminar con la tensa
conversación, Tanya de inmediato se puso en contacto con su Alteza, el cual
simplemente se rio a carcajadas mientras la Almirante detallaba su conversación
con los embajadores… La respuesta de Jhored fue “que los atendería cuando
pudiese”, después de eso corto la comunicación con el Represor…
En realidad, Jhored tenía un pequeño
problema, y es que aún no le interesaba reunirse con las Vikara, estas se
habían adelantado a lo que tenía previsto. Necesitaba encontrar un modo de
poder retrasar su reunión con ellas un poco más, pero sin ofenderlas por si
atender a las otras dos legaciones, por lo que envió una serie de ordenes
mediante su enlace con el Represor… La oportunidad llego justo un día después, cuando
“casualmente” entró al sistema la Fragata de instrucción de la Flota
Rimpachetr, entre cuyos cadetes tripulantes se encontraban varios miembros
Razors procedentes de los mundos ocupados por la Confederación. La situación se
tornó inmediatamente tensa, por lo que su Alteza decidió atender lo antes
posible a la Mancomunidad de Vega y a la Republica Tharkana con el fin de
rebajar la situación… De inmediato se comunicó con la Embajadora Vikara,
pidiéndole disculpas por no poder atenderla aun dada la situación… Tras
comunicarse con las tres legaciones y mientras esperaba que su lanzadera fuese
a recogerle para llevarle al Represor, Jhored no pudo evitar que una sonrisita
sarcástica asomase a sus labios…
Cuando por fin llego al Represor dio órdenes
de que ambas legaciones fueran acompañadas a su llegada por la Almirante Tanya
a la misma sala de reuniones, en donde les estaría esperando junto con el
General Mao, Kilara y la inevitable Selena… Los tres habían estado tratando
desde que embarcaron en la Lanzadera de que Jhored les explicase que era lo que
en realidad estaba ocurriendo, limitando este a ponerles de mala leche puesto
que lo único que hacía era mirarlos y soltar una risita sarcástica…
CONTINUARA
Y van tres, muchas gracias por todo.
ResponderEliminarAsí es, tres y aun seguimos intrigados de que esta pasando. Gracias infinitas por esta saga Siempre pendiente de esta pagina para leerte.
ResponderEliminarLady Agatha Christie y Sir Arthur Conan Doyle son considerados los maestros del suspenso, pero ellos siempre daban un mínimo indicio de lo que sucedía.
ResponderEliminarTú no, eres alguien desagradable que está provocando problemas cerebrales, no sabemos donde está el quid, si en Cruxar, en Chin, con la Heredad. Y encima el profesor Jarkon con las UNEX y el Represor moviéndose sin Tanya.
Gravitando sobre todo, la "inexistente" Novena Sección. No me extrañaría que la Novena Sección no fuera otro que Val, y menos me extrañaría que Tao Tky fuera Val.
Exigimos indicios, solamente quedan 2 capítulos, ¿o es que te vas a extender?.........
Matriarcado?
ResponderEliminarGuerreras Talkinq?
Posible?
Dudoso
Pero como sales por la tangente...
Apareceran?
Gracias querido AUTOR
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