jueves, 27 de abril de 2023

                            Confederación Imperial Galáctica


Libro - 19

Diplomacia


2











Fecha estelar - 5345

4º Cuadrante Militar del Imperio

Sistema Strela

Estación Orbital

Strela III

 

 

Una vez que quedo perfectamente claro a todo el mundo de quienes exactamente se trataba la visita y ya no había porque seguir "fingiendo". Todo ello gracias a la joven de mantenimiento, quien se las apañó de maravilla para poder ver el nombre de la Nave, fue entonces cuando por fin Jhored entró "en materia"…


-        Bueno, como creo que ya ha quedado bastante claro, mi nombre es Jhored Thalant, y he sido yo personalmente quien ha devuelto al Sr. Dragos sus permisos… por lo que no creo que nadie vaya a retirárselos en un corto plazo de tiempo…. Y si alguien trata de ordenárselo a cualquiera de ustedes, me lo mandan que yo le daré las explicaciones oportunas… -la sonrisa amable de Jhored no llegaba a sus ojos-.

-        Al.. Al.. Alteza… sus vehículos… no hay para ustedes… -tartamudeo la Azafata-.

-        Oh, por eso no se preocupe, todos los vehículos del Parque cuyo uso es fraudulento o no autorizado para lo que se espera de ellos, están retornado a sus bases iniciales, de modo que le sugiero que comience usted a llamar a todos aquellos cuyo viaje fue cancelado y lo organice de nuevo para que sean llevados a sus puntos de partida…

-        Señor… perdón, Alteza… vera, esos vehículos llevan pasajeros, y algunos son personajes muy importantes, no van a aceptar regresar… -replico el Coronel-.

-        Coronel, de esa parte ya me he preocupado yo, y créame que esa “gente importante” no van a dar muchos más problemas a partir de ahora... Pero de momento, lo que quiero de usted es que se haga cargo del mando de esta estación orbital por orden mía, dos de mis hombres le acompañaran para detener al director y ocuparse apropiadamente de él si se resiste -hizo una señal a Selena quien repitió el gesto con otro de sus compañeros-.

-        ¿Sigrid? -pregunto Kilara-.

-        Por supuesto querida, sus comandos necesitaban entrenamiento practico, por lo que se han encargado de todos los vehículos junto con sus ocupantes, y sus órdenes eran muy, pero que muy específicas… -replico Jhored-.

-        Alteza… supongo que no habrá ordenado que los maten a todos, ¿verdad? -preguntó un alarmado General Mao-.

-        Por los dioses, no… claro que no… -sonrió Jhored beatíficamente, nuevamente con ese gesto siniestro que tanto adoraba Selena-.

-        Alteza… ¿qué le ha ordenado exactamente a Sigrid…? -pregunto Selena al ver la sonrisita-.

-        Bueno, pues lo lógico, si alguien se resistía debían de "convencerlo" de cooperar por las buenas o por las malas -replico con gesto inocente que no engaño a nadie-.

-        Papa, ¿para qué les tenían que convencer Sigrid? -pregunto sonriente el pequeño Jhored, mientras su hermana asentía vigorosamente-.

-        Bueno, Sigrid y sus Comandos se han llevado sus vehículos, ropas y armas… solo tenían que convencerles de entregarlo todo por las buenas…

-        ¿Y si no querían? -pregunto la pequeña Kilara-.

-        Bueno cariño -Jhored sonriendo, alzo a la niña en brazos-, supongo que les habrán aturdido con las armas… y dejado donde cayesen…

Lo que Jhored no especifico, es que, en sus órdenes a Sigrid, además de especificarle que no matase a nadie porque quería que el castigo fuese ejemplar, también dejo caer que, en caso de convencer a alguien por las malas, era preferible el uso de las culatas de las armas del modo más duro y contundente posible a disparos aturdidores. Todos los presentes se estremecieron al pensar en esas personas desnudas y desarmadas en esa gigantesca isla que era el Parque, cuyo principal atractivo eran precisamente los feroces depredadores que lo habitaban. Tanto el Coronel Krilos, la Azafata, su hermana y el guía Dragos, sabían que esa gente pagaba fuertes sumas por poder cazar los depredadores que vivían en ese parque protegido, y lo que había costado conseguir que evitasen atacar los vehículos de los visitantes debido a su ferocidad... Alguien en esa isla sin un vehículo de apoyo y fuera de las rutas habituales, por muy bien armado que estuviese, lo iba a pasar francamente mal. El estar sin uno, sin armas y sin ropa era tanto como una condena a muerte, solo que mucho más cruel… En esas condiciones no había forma de salir vivo de allí, además, de que implicaba una muerte segura de lo más desagradable.

La isla donde estaba situado el Parque y que englobaba la totalidad de su superficie tenía una extensión aproximada de 15 millones de Km2. Strela III tiene un perímetro ecuatorial de 178.000km, con una gravedad de 1.2G respecto al estándar, por lo que la isla en cuestión pese a su tamaño tampoco era de las más grandes. Durante cinco años tras construirse los diversos puntos de acceso y puestos intermedios para las visitas guiadas, los vehículos terrestres destinados a los turistas estuvieron circulando por las rutas establecidas con el fin de que los distintos animales, especialmente los depredadores más agresivos, se acostumbrasen a su presencia. Pero más importante aún, que todos ellos se adaptasen a que mientras que no les molestasen eran inofensivos, solo se ponía fea la cosa si trataban de atacarlos o entrar en su espacio "personal" que cada vehículo delimitaba mediante balizas tridimensionales en modo visual y ultrasónico cuando se detenían. Cualquier cosa "peligrosa" que entrase dentro del perímetro era de inmediato atacada por los cañones del vehículo causándoles un dolor nada agradable durante varios minutos.

Cada vehículo que montaba grandes ventanales para que los pasajeros viesen todo con comodidad, montaban sendas torretas laser de tiro rápido sobre su techo para protección. Tanto los vehículos como las Bases de apoyo intermedias o las principales, tenían sus sistemas defensivos configurados inicialmente para exclusivamente causar dolor, solo variaban a letal en condiciones extremas muy específicas. Esto se hizo por igual en todos los parques del servicio Imperial con unos excelentes resultados, y en Strela III unos cuantos codiciosos habían estado a punto de estropear todo el entramado del Parque autorizando cazadores y por ello su Alteza ya tenía claro desde el principio que todos, literalmente, iban a perder sus cabezas…

Todos los que conocían a Jhored tenían muy claro que eso desde luego no iba a quedar así, que muchos iban a pagarlo muy caro y que de inicio el abandonar a los cazadores desarmados a su suerte ya iba dando una idea de lo desagradable que sería el castigo para los responsables máximos … Otra de las misiones de los comandos de Sigrid era acompañar a los agentes del SISI destacados inicialmente en Strela III para detener a la dirección del servicio de Parques en nombre de la policía planetaria. Jhored había descubierto que dicho personaje tenía incluso previsto un plan de huida para el caso de ser detenido por la policía, uno francamente atrevido, y obviamente, deseaba que lo pusiese en práctica con el único fin de "divertirse" amargándole los últimos días de su existencia…

Para sorpresa de todos resulto que Jhored había escogido la visita "aventura larga" en el parque, lo que suponían 24 días en plan "colono". Todos los parques funcionaban del mismo modo, las rutas iban todas de Norte a Sur, de Este a Oeste y al contrario. En cada uno de los cuatro puntos estaba situado un lujoso hotel protegido por altos muros con armas situados en cada una de las torres del perímetro, que era de donde salían y a donde llegaban los visitantes. Los vehículos en que se moverían tenían diferentes configuraciones, aunque externamente pareciesen idénticos. En el caso de la opción aventura en vez de desplazarse por medio de repulsores antigravedad a entre metro y medio y dos metros de altura, lo harían al estilo "clásico" mediante doce poderosas ruedas. Mientras que los visitantes "normales" durante el trayecto se hospedaban en lo que externamente parecían fuertes colonizadores armados de avanzada, aunque en su interior contaban con todos los lujos, los de "aventura" lo hacían en verdaderos fuertes de Avanzada e incluso dormirían en un par o tres de ocasiones en lo que aparentemente sería un campamento "improvisado" y que evidentemente se situaría en una zona perfectamente acotada y controlada…

Los parques estaban bien protegidos contra visitantes no deseados mediante baterías antiaéreas dispersas por su territorio y constantes patrullas de las fuerzas aéreas de la defensa planetaria. En el caso presente, además, uno de los Cruceros de Batalla se situaría sobre la vertical donde se encontrasen en cada momento. Si de por si las órdenes para la custodia del espacio aéreo y el territorio de los parques ya era de por si estricto, cualquier incursión no autorizada se controlaba con fuego real y no había rescate alguno después. Con su Alteza en la isla, la presencia del Crucero de Batalla lo haría todo más interesante y por supuesto letal, para cualquiera que pretendiese hacerse el inteligente. Todo el grupo, incluyendo los niños esperaban que, dada la situación en Palacio y Capital, Jhored hubiese elegido la opción de una visita de como máximo 7 días, pero, sin embargo, y aunque obviamente no estaría incomunicado, se había decidido por la de mayor tiempo y más "complicada" para localizarle.

A nadie, los niños incluidos, se le escapo tras enterarse de la duración del viaje, que sin lugar a dudas su Alteza Imperial estaba tramando algo, o quizá incluso, ya lo había hecho. Lo que estaba claro es que la visita al parque había sido organizada para quitarse de en medio de lo que fuese a pasar en ese periodo… Jhored, pareció en todo momento desde que aclararon las cosas en la estación orbital y hasta que llegaron a su punto de partida contento, alegre, divertido y despreocupado, lo que no cuadraba con la situación que se vislumbraba en ese parque. Si bien el parque solo representaba apenas el 0.7% de ingresos del planeta, sí que indirectamente influía en el 21.7% de los mismos, y todo eso había sido puesto en peligro por gente sin escrúpulos con el fin de hacerse ricos, lo habitual hubiese sido que su Alteza personalmente se estuviese encargando de que el SISI matase gente a mansalva del modo más publico posible y no como ahora, "viajando alegremente por placer" sin aparentemente tomar media seria alguna. Como dije, la situación tenia a sus principales colaboradores y a Kilara bastante nerviosos…

Lo siguiente que hizo su Alteza, puso a sus colaboradores aún más nerviosos, incluida la propia Tanya, quien saltándose las ordenes de su Alteza, ordeno que fuese directamente el Represor en vez de unos de los Cruceros de Batalla el que se situase en una órbita sobre ellos en todo momento. Su Alteza, quien era el sumun de la discreción y que trataba siempre por todos los medios de pasar desapercibido, tuvo a bien descender sobre el fuerte de inicio de su "Aventura" en su lanzadera personal que contaba en sus costados con un bonito escudo Imperial marcado con el número dos, indicando así claramente de quien se trataba, escoltado además por una docena de Cazas Escorpión y por una de las compañías de Marines de Asalto del Represor en armadura de combate. Para rematarlo, cuando Tanya le informo de su intención de abandonar la dársena y situar el Represor para su protección, lo cual dejaría la nave “al descubierto”. Su Alteza Imperial el Príncipe Jhored se limitó a esbozar una sonrisita y no "hacer o comentar" nada al respecto. Esto, todo ello en conjunto, era tanto como gritarle a toda la Confederación Imperial en donde se encontraba en ese instante, algo que su Alteza siempre había tratado de evitar por todos los medios.

El director del complejo que de por sí ya estaba nervioso por la repentina aparición solo unas horas antes de varios agentes del SISI, y poco después de los vehículos que supuestamente deberían de estar tripulados por los "cazadores" pero sin estos y con una serie de tropas armadas hasta los dientes a bordo, se encontró de repente con muy agradable presencia de su Alteza Imperial en persona. Como ya dije en otros libros, si alguien tenía algo que no estaba muy claro y tenía un puesto en la administración, la última persona a quien quisiese tener enfrente era precisamente el Príncipe Jhored, a quien toda la Confederación Imperial había podido ver por trivisión y en directo, como se las gastaba. Lo único que tranquilizaba al director hasta cierto punto, es que en el asunto de los cazadores había transigido por dos motivos, porque era algo que venía autorizado por el director de parques en el planeta y porque había recibido ciertas amenazas que, por fortuna para él, podría demostrar. Por cierto, que ya aclaro que eso también era algo que su Alteza conocía de antemano, por lo que se limitó a saludar al director, permitir que le hiciese de guía por las instalaciones y después rogarle que por favor volviese a sus obligaciones e ignorase su presencia pues "únicamente" era un viajero más.

Obviare decir, que Selena, el General Mao, Kilara y la propia Sigrid que llego junto con sus comandos a bordo de los vehículos de los "cazadores" estuvieron esperando impacientes el momento de poder quedarse a solas con su Alteza para que comenzase a explicar que era lo que estaba pasando en realidad… A esas alturas ninguno de ellos se creía ya la historia del "viaje de placer" para los gemelos, por mucho que estos estuviesen de verdad entusiasmado con la "aventura"…

El Príncipe Jhored se las apañó de maravilla para esquivar a todo el mundo y no dar explicaciones pese a lo reducido del espacio en los vehículos durante el viaje. Por lo menos le salió bien hasta el tercer día, cuando la Almirante Tanya se puso en contacto con ellos mediante el equipo portátil codificado de alta seguridad que llevaba consigo el General Mao. Una Almirante con una cara bastante expresiva que implicaba ya de entrada que estaba enfadada por lo que fuese, comunico a su Alteza que habían llegado diversos comunicados a su atención. Una vez Jhored se puso al otro lado del comunicador, la Almirante Tanya se limitó a enviar todos los archivos de los comunicados recibidos desde capital, e indicarle que pensaba aumentar la presencia de la flota en el sistema y recuperar a los dos Cruceros Pesados del grupo que su alteza había enviado a otro extremo del sistema…

-        No se preocupe Almirante, deje en su posición al "Amanecer" y al "Atardecer", en unas dos o tres horas deberían de llegar algunos refuerzos… -dijo un sonriente Jhored-.

-        ¿Qué refuerzos?

-        Bueno, si no recuerdo mal, deberían de llegar el Portanaves P-06 junto con los Acorazados "Tormenta", "Exterminador" y "Askae" acompañados por una escolta de 5 cruceros ligeros, un par de Fragatas de Protección y al menos una docena de Destructores…

-        Supongo que entonces ya sabrá de la "visita" que vamos a recibir en una semana, ¿no?

-        Bueno, el Embajador Vol-Tiaplos de la Mancomunidad de Vega y Andros Korsic de la Republica Tharkana sí que los esperaba. Pero lo cierto es que a las embajadoras Vikaras aun no, francamente ellas sí que me han sorprendido…

-        ¿Por qué será que no me lo creo? -preguntó retóricamente en tono irónico Kilara-.

-        Bueno cielo, esperarlas si las esperaba, solo que no aun… calcule que tardarían al menos una semana en perder la paciencia en Capital y venir hasta aquí…

-        Alteza… podría por favor tener la bondad de informarnos de que es lo que está pasando -replico el general Mao-.

-        Bueno, digamos que los Tharkanos y las Vikaras quieren "hablar" conmigo sobre las puertas de gusano… están interesados en ciertos acuerdos… Nada importante… -hizo un gesto con la mano de quitar importancia-.

-        ¿Y los Veganos? -pregunto Selena-.

-        Oh, esos… pues… no se… -replico un aparentemente sorprendido Jhored-.

-        Alteza no trate de evitar la pregunta… el embajador Vegano lleva un mes tratando de verle de cualquier forma, incluso empleando métodos que podrían crear un problema diplomático… -explico el General Mao-.

-        Bueno, recordaran que Vol-Tiaplos consiguió una importante tanto en mi contra cuando mi tío y el gobierno en pleno me echaron la bronca por mis órdenes a las patrullas de la Frontera con la Mancomunidad Federada de Vega y me obligaron a retirarlas, ¿verdad? -sonrió Jhored-.

-        Alteza… cumplió con las órdenes del Emperador sin añadir alguna de sus "ideas" ¿verdad? -pregunto un alarmado general Mao-.

-        Por su puesto, me limite a reestructurar nuevamente las patrullas de la frontera cumpliendo expresamente y con la mayor pulcritud los deseos del embajador… -sonrió Jhored con una sonrisita aún más siniestra de lo normal, provocando un respingo en Selena-.

-        Alteza… ¿qué es lo que hizo exactamente? -pregunto Selena cuando vio esa sonrisita que nunca auguraba nada bueno-.

-        Se lo aseguro, solo hice lo que el embajador solicito, nada más que eso punto por punto… Aunque bueno, supongo que a estas alturas debe de estar ya enormemente arrepentido de haber conseguido “ganarme” -se rio Jhored-.

-        ¿Qué es lo que pasa con esas órdenes? -pregunto Kilara-.

-        Bueno, lo cierto es que sí que me excedí con mis instrucciones iniciales e inadvertidamente compliqué en mucho el tráfico comercial de Vega en nuestro territorio. Por lo que cuando el embajador protesto, y tanto el gobierno como mi tío tuvieron a bien reconvenirme, volví al sistema "antiguo"… solo eso… -sonrió Jhored-.

-         ¡¡Jhored…!! -replico Kilara con muestras claras de estar enfadándose con su marido-.

-        Está bien, está bien, que genio tienes cariño… Bueno, digamos que hubo ciertos "problemas" de los que los Veganos no se percataron y otros si lo han hecho… Por ejemplo, ¿todos sabéis lo que es un cañón de riel, ¿verdad? -dijo Jhored-.

-        Si, por supuesto, son unas cosas ciertamente molestas y bastante problemáticas cuando te disparan a ti… -replico el general Mao-.

-        Bien, pues un cañón de riel se puede desmotar en al menos una veintena de piezas que por separado no son muy difíciles de camuflar, incluso alguna de ellas se podría fabricar con medios… digamos que "artesanales"… todo esto con una única excepción… el conversor de plasma…

-        Un cañón de riel necesita un conversor de rango militar, es imposible pasar uno por delante de los sensores de cualquier nave de patrulla medianamente decente… -replico el General Mao-.

-        ¿Conocen ustedes la carrera de aeromóviles de Skrragard en la Mancomunidad de Vega? -pregunto Jhored con esa sonrisita siniestra-.

-        Por supuesto, está considerada como una de las tres competiciones más importantes de todo ese sector galáctico… son miles los participantes, los premios a los campeones marean y el dinero que mueve es estratosférico… -replico Selena-

-        Bien, ¿saben que tiene de particular esa carrera en concreto?

-        Alteza… perdóneme, pero ¿qué tiene que ver la carrera con la visita de los embajadores? -pregunto la Almirante Tanya-.

-        Bueno, una circunstancia particular de esa carrera es que la mayoría de los aeromóviles, y debido a los premios, montan conversores de plasma que, si bien son extremadamente peligrosos en ese tipo de vehículo, realmente compensan el riesgo por el posible beneficio final.

-        Bien, pero esos conversores no aguantarían ni un solo disparo de un cañón de riel de mediano calibre, incluso dudo mucho que durasen más de un par de ellos en una pieza pequeña… -replico el General Mao-.

-        Si bueno… con dos excepciones, el CPTR-4 de la Corporación Omega, y el CPSV-3 de la Numidius Complex… Esos dos conversores en concreto, con unas pequeñas modificaciones que cualquier ingeniero armamentístico podría hacer con los ojos cerrados, se podrían usar en cualquier cañón de riel de calibre medio… ¿A que no se imaginan ustedes que componente concreto desapareció en la carrera de este año después de que los aeromóviles llegaran a su destino? -dijo un sarcástico Jhored-.

-        El cambio de ordenes… ¿no haría la locura de que se dejaran de controlar los conversores de plasma…? Podría ser un desastre diplomático… -jadeo el general Mao-.

-         ¿Yo?, ni de broma, nunca cometería semejante idiotez… por supuesto cualquier conversor detectado que pase por nuestras fronteras como siempre será de inmediato conocimiento de las autoridades Veganas…

-        ¿Pero? -pregunto Selena-.

-        Bueno… un aeromóvil es un aeromóvil, esos conversores no son militares y están aprobados por las autoridades Veganas… no son problema nuestro, ellos sabrán que "autorizan"… ¿no creen ustedes? -replico Jhored mostrando esa sonrisita siniestra que Selena tanto adoraba ver-.

-        ¿Me está diciendo que por nuestra frontera han pasado hacia Vega como medio millar de conversores de plasma útiles para montar un cañón de riel de calibre medio? -pregunto el general Mao casi con la boca abierta-.

-        No general, le estoy diciendo, que por nuestra frontera ha pasado al menos unos 6000 aerocoches con conversores de plasma de esos dos modelos montados, y que han sido previamente autorizados en origen por las autoridades Veganas. Eso sí, todos ellos en dirección a participar en la gran carrera de Skrragard… Según la petición expresa del embajador ante mi tío y el Gobierno, no somos quien para "cuestionar" sus autorizaciones de importación mientras no nos afecten, por lo que obviamente, han pasado libremente…

-        Deduzco que gran parte del último incremento de armas de "calidad" en las guerrillas Razors en territorio de la Mancomunidad provienen de este "reordenamiento fronterizo" y por eso el embajador Vol-Tiaplos esta tan desesperado por reunirse con usted… ¿no alteza? -pregunto un asombrado General Mao-.

Jhored no contesto, se limitó simplemente a sonreír sarcásticamente mientras daba varias instrucciones a la Almirante para el recibimiento de las naves consulares que desde Capital informaron que se dirigían hacia el sistema Strela…

 

CONTINUARA


6 comentarios:

  1. Mis felicitaciones. Ya sea Lilim, Jhored o Val muestran una astucia y desarrollo de trama que no dejan de admirar! Mis felicitaciones!!

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  2. Que lujo, una narración por día, no me lo puedo creer. Muchas gracias. 😉😉

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  3. Ya casi había perdido la esperanza, pero nunca es tarde si la dicha es buena. Gracias por continuar con la saga.

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  4. Mil gracias por volver y por tus relatos, te esperábamos ansiosos

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  5. Muchas gracias
    Como siempre nos alegras
    Me estoy convirtiendo en adicto

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