Confederación Imperial Galáctica

Libro - 16

Ukur-Uruk

5

Fecha estelar - 5343

Brazo Inexplorado

Sistema Chin

Orbitando Chin

Superacorazado Colossus

 

Los Almirantes Stratos y Tagard estaban reunidos con el Vicealmirante Alkard a la espera de la llegada de Sigrid con la Embajadora Lady Dalemar, y Dama Mei Ling. Por lo poco que sabían, nuevamente su Alteza Imperial había hecho algo que terminó por cabrear a las dos embajadoras, en especial a Lady Dalemar, como demostraron sus garras durante la comunicación al rastrillar la mesa junto a la que estaba sentada. ¿El que había hecho esta vez su Alteza?, ninguno de los tres trató siquiera de planteárselo, cualquier cosa que uno se imaginase podía llegar a ser válida…

Si alguno de los tres oficiales tenía la esperanza de que la cosa se hubiese calmado un poco durante el trayecto, la entrada de las tres mujeres desecho tan deseable posibilidad. Sigrid entró tratando aun de contener la risa, mientras que Lady Dalemar continuaba con las garras extendidas, lo que daba perfecta idea del cabreo que llevaba, y Dama Mei Ling, tenía cara de muy, pero que muy poquitos amigos. Lo que fuese que hubiese hecho su Alteza, estaba claro que tenía que haber sido muy, muy gordo.

Ninguno de los tres dijo ni media palabra, esperando que alguna de las tres mujeres comenzase. Al final fue una sonriente Sigrid quien comenzó a hablar…

-        Supongo que se preguntaran los tres, que fue lo que hizo su Alteza esta vez, ¿no?

-        Pues sí, sinceramente si… eso mismo coronel… -replicó Tagard con cautela, mirando a ambas embajadoras de reojo-.

-        Bueno, pues resulta, que con las ultimas órdenes y la llegada del Almirante Yue Fei, su Alteza dio ciertas instrucciones que no especifico mucho…

-        El muy cabrón nos coló una puta sorpresita de las suyas con el emisor del Transmisor que instalaron los Chin y los sistemas del Astillero que trajo el Almirante Yue Fei… -interrumpió Lady Dalemar chirriando las palabras-.

-        Si, bueno… resulta que tanto el emisor como el Astillero, llevan incorporados ciertos aparatitos que han sido capaces de abrir un agujero de gusano… -continuo Sigrid-, lo averiguamos cuando se realizaron las últimas pruebas del Transmisor para sincronizarlo con el Astillero...

-        ¿Cómo? -preguntó Stratos, adelantándose a los otros dos, que por la sorpresa también se reincorporaron algo en sus asientos-.

-        Que el cabronazo de su Alteza, nos ha colado camuflada en la Estructura del Astillero que trajo el Almirante Yue Fei, una puta puerta de enlace de Agujero de Gusano para poder comunicarnos al instante con la Confederación Imperial… -chirrió las palabras Dama Dalemar-.

-        Ejem, pues sí, eso mismo que ha dicho la Embajadora. Entre el emisor de comunicaciones y los sistemas insertados en la estructura del Astillero, al sincronizarlos, se ha podido abrir un pequeño agujero de gusano de unos pocos centímetros de diámetro, por el que dudo que entre siquiera una mano -dijo Sigrid-, y a su Alteza, se le debió de olvidar por completo decirnos nada a ninguno.

-        Entiendo, suficiente como para cabrearnos por no decir nada, pero insuficiente para que nada pueda pasar, excepto las comunicaciones… -replicó pensativo Stratos, tratando de ocultar una sonrisa sin mucho éxito-.

-        Almirante… se está ganando a pulso un zarpazo… -amenazó Lady Dalemar-.

-        Ejem… si, eso mismo Almirante, es justo como usted ha dicho… Nos cabreo bastante la sorpresa… ¿Y adivinen quien mando la primera comunicación a través del agujero? -preguntó sarcástica Sigrid-.

-        Voy a suponer que su Alteza, y lo que ha enviado, ha provocado algún conflicto… ¿no? -dijo Alkard tratando de no sonreír viendo como andaba el ambiente-.

-        No, conflicto no, en palacio lo que ha provocado es pánico… -replicó Dama Mei Ling-. Y de paso, me ha cargado a mí y al Almirante Yue Fei con un… como dicen ustedes… ¿eh?... -miró a Lady Dalemar y Sigrid buscando ayuda-.

-        Muerto Dama Mei, muerto, decimos muerto… -replicó casi riéndose Sigrid-.

-        Eso, muerto, su Alteza se las ha apañado de algún modo que no entiendo muy bien, para cargarnos a los dos con el muerto… -terminó diciendo Dama Mei Ling visiblemente, tan indignada como enfadada-.

-        ¿Pero qué es lo que ha hecho? -preguntó sin poderlo evitar el Vicealmirante Alkard, llevándose miradas amenazantes de ambas embajadoras-.

-        Recordaran ustedes que Dama Mei se opuso frontalmente al envió de un embajador si el gobierno Chin no podía comunicarse con él en tiempo más o menos real, y todo por culpa del mismo de siempre ¿verdad? -replicó con voz chirriante Lady Dalemar-.

-        Si, algo nos contaron ustedes. De hecho, si no recuerdo mal, tardaron unas pocas semanas en finalmente aceptar la idea de Dama Mei, ¿no? -replicó el Almirante Tagard-.

-        Si, eso es, más de tres semanas se tardó en tomar esa decisión. De hecho, puede que ese fuese un precio que Dama Mei iba a pagar… -intervino de nuevo Lady Dalemar, quien por su voz chirriante seguía muy cabreada-.

-        Si, me hice algunos enemigos con ello, mi carrera en ese momento posiblemente estuviese ya en su punto más alto al que podría llegar… era un coste aceptable por evitar males mayores para mi gobierno -admitió dama Mei-.

-        Pues su Alteza mando dos comunicaciones, una codificada para nosotros, consciente de que los Chin la copiarían y "tratarían" de descifrarla junto con un pequeño saludo muy especial a ambas embajadoras… -dijo sonriendo Sigrid-.

-        Coronel… coronel… no me cabree aún más… -interrumpió Lady Dalemar-.

-        ¡Eh!, si Embajadora, perdone. Bueno, pues la otra fue un comunicado por imagen tridimensional, que siguiendo el mejor protocolo Chin, directamente solicitó a la Emperatriz y su gobierno, el envío de un embajador, ahora que con el micro agujero de gusano podrían tener comunicación casi instantánea en tiempo real con él o ella… además indico que, para no crear conflictos innecesarios, por su parte trataría de interactuar lo menos posible -dijo Sigrid tratando nuevamente de no reírse al ver las caras de las dos embajadoras, porque en esto estaba la base de su cabreo con su Alteza-.

-        Ni siquiera voy a preguntar como supo su Alteza de la decisión del Gobierno Chin de no enviar un embajador a la Confederación y sus motivos… -replicó Stratos-.

-        Bueno, dado que ninguno de ustedes estaba, y quien se ha comunicado siempre con nuestro gobierno en ese periodo he sido yo misma, les aseguro que de aquí no salió esa información… Y como alguno me pregunte si "yo" se cómo la obtuvo lo destripo… -replicó en tono seco y desabrido Lady Dalemar-.

-        Ni se nos ocurriría… -replicó Tagard, también tratando de no reírse-.

-        Bueno el caso es que eso causo una fuerte impresión en el gobierno Chin y todo su elenco de relaciones exteriores -dijo Sigrid-. Entonces se produjo una discusión bastante fuerte con Dama Mei, aquí presente, por saber a quién mandar de embajador…

-        Entiendo, la elegida resultó ser Dama Mei, ¿no? -preguntó Stratos-.

-        Si, al final… pese a mi negativa, por considerar que eso era precisamente lo que su Alteza quería, que fuese yo la enviada… La discusión fue bastante acalorada, por decirlo suavemente… -replicó Dama Mei-.

-        Resumiendo, nadie quería ser el embajador después de que su Alteza fuese capaz de "plantear" algo en función de lo que ellos habían decidido tras semanas de discusiones y con un precario acuerdo. Pero lo peor vino después de que la Emperatriz y el Gobierno decidiesen que Dama Mei sería una perfecta embajadora, y el Almirante Yue un idóneo agregado militar, prácticamente acallando a todo el mundo por las malas… -dijo Lady Dalemar-.

-        Sin contar con que no fue del agrado de mucha gente la decisión. O, mejor dicho, el modo en que se tomó puesto que me opuse frontalmente a ello, incluso se abrieron dos corrientes de opinión al respecto, por supuesto, ambas en mi contra. Una que defendía que yo era una especie de desequilibrada paranoica, y otra que opinaba que era una prepotente que pensaba mejor de mí que lo que me merecía… -dijo Dama Mei apretando los dientes, ya que ambas opiniones, para la mentalidad Chin eran insultos intolerables-.

-        Vaya… lo siento… pero supongo que no acaba aquí, ¿verdad? -preguntó Stratos-.

-        ¿Recuerdan que dije que mandó un archivo codificado para nosotros? -pregunto Sigrid irónica-.

-        Si, claro… supongo además que no sería gran cosa como para que los servicios de inteligencia Chin -hizo un gesto de disculpa a Dama Mei- lo descifrasen.

-        Oh, no se preocupe almirante, no me ofende, es algo que ya he asumido. A estas alturas ya tengo muy claro que su Alteza quería que lo hiciésemos, y si me apura, incluso podría jurar que calculo hasta el tiempo que tardaríamos en conseguirlo… Igual que ya puestos, también supongo que de alguna forma sabrá que estoy aquí en esta reunión con ustedes, y que además ando levemente enfadada con él -aseguró, aunque por su tono todos los presentes podrían atestiguar que Dama Mei estaba algo más allá del "muy enfadada"-.

-        Eso mismo es lo que ocurrió. Bueno, pues cuando la inteligencia Chin lo descifró hace un par de días, se llevaron un susto de muerte. Porque lo que el archivo ordenaba a Lady Dalemar, era "enseñar" a manejarse en nuestra corte a la "futura" Embajadora Chin Dama Mei Ling, y a su agregado Militar, el Almirante Yue Fei… -explicó Sigrid-.

-        ¿Y cuánto tardó la decisión del Gobierno de enviar a Dama Mei y al Almirante Yue? -preguntó Stratos-.

-        Casi una semana de fuertes discusiones en todos los niveles… supongo que entenderán que estuvimos monitorizando detenidamente lo que hacía el gobierno Chin después de descodificar las ordenes de su Alteza con la vana esperanza de que el muy cabrón por una vez se equivocase… -dijo Lady Dalemar-.

-        Entiendo… por lo que se ve, desde la Confederación ha sido capaz de manipular una vez más a todo el mundo… -replicó Stratos tratando por todos los medios de no soltar una carcajada-.

-        ¡Oh!, pero no crea que ha terminado aún, que no… -replicó Lady Dalemar, con las garras rascando la superficie de la mesa de reuniones-.

-        ¿Aún hay más? -pregunto sorprendido el Vicealmirante Alkard-.

-        Pues sí, hay más, porque ahora mismo el gobierno Chin tiene una crisis con mi sequito. Nadie quiere ir conmigo por si acaso en algún momento me pasase algo y se viesen obligados a "debatir amigablemente" con su Alteza… los ha asustado a todos… Según parece ya no soy, ni paranoica, ni egocéntrica… -replicó una enfadada Dama Mei-.

Una vez que el Gobierno Chin y la Emperatriz decidieron que la embajadora seria Dama Mei Ling y el Agregado Militar el Almirante Yue Fei, pese a la oposición de ambos, todo pareció más o menos regresar a su cauce, aunque había una fuerte oposición a ello. El hecho de la encarnizada oposición de Dama Mei a su nombramiento por considerar que era lo que su Alteza Imperial quería, le trajo innumerables enemigos que veían en ello una especie de burla para gente que se consideraba con mejores condiciones para ese puesto, aunque nadie se atreviese a postularse para él. La elección del sequito comenzó siendo un problema porque algunos con evidentes aptitudes y condiciones para ocupar los puestos, se negaban ya que consideraban un deshonor ir bajo el mando de alguien a quien creían inferior en rango.

Finalmente, cuando la inteligencia Chin descifro el mensaje codificado que su Alteza habían enviado a la Flota, estalló un caos en la sede del gobierno, ya que su petición a Lady Dalemar de "enseñar" protocolo de la Corte de la Confederación Imperial a Dama Mei y al Almirante Yue en función de sus cargos fue un mazazo para todos. Luego, en un último apartado de su mensaje tridimensional, que nadie entendió en ese momento y que era lo que realmente tenía tan cabreadas a ambas embajadoras, Jhored, riéndose, les envió un saludo deseándoles suerte con su primera misión conjunta en el mundo Chin. El problema es que, si alguien aun hubiese tenido alguna duda sobre todo lo anterior que dijo Dama Mei sobre su Alteza y porque era mejor evitarlo en lo posible, esta vez el Príncipe Jhored había enviado este comunicado aun antes de que los Chin hubiesen ni tan siquiera comenzado a plantearse la decisión… y mucho menos, a tomarla como definitiva, por lo que ahora sí que no quedaba lugar a dudas para nadie.

De repente las predicciones de Dama Mei se habían cumplido por completo, y el problema con el sequito se habia recrudecido, puesto que ahora mismo nadie quería participar porque tenían miedo de interactuar con su Alteza, y que su honor terminase manchado con cometer algún error grave o alguna mala interpretación relacionada con él, cosa que ahora veían como algo más que probable que ocurriese. En otras palabras, su Alteza acababa de asustar a todo el área de relaciones exteriores del Gobierno Chin. Y lo que más cabreaba a ambas embajadoras, es que antes de todo esto, la Emperatriz ya les había encargado a ambas de ser quienes seleccionasen a los que ellas considerasen como idóneos para la Corte de la Confederación y ellas aceptaron, justo poco antes de que todo terminase por explotar con la decodificación del puñetero archivo…

Ahora y quizá precisamente por tener el beneplácito de la Emperatriz para poder tomar ellas mismas la decisión sobre quien debería de ir en el sequito de Dama Mei, a ambas les ocurría prácticamente lo mismo que a su Alteza en el complejo Imperial de Capital, que todo el que las veía, se escondía, trataba de irse por otro lado a la velocidad del viento o repentinamente estaba tan ocupado no tenían tiempo para nada, complicándoles el poder encontrar el personal necesario, puesto que no podían hablar o incluso reunirse con nadie… Lo cual, digamos que le dio un repentino sentido al extraño último saludo, que su Alteza riéndose, les había dedicado, que era lo que tan cabreadas les tenia a las dos, porque sentían que se había cachondeado de ambas como quiso y les metió en este lio solo por divertirse a su costa.

Según parece, por lo que luego explicaron, el diminuto agujero fue una idea de su Alteza sobre un informe de pruebas del profesor Jarkon. Una puerta podía establecer contacto con otra sin ser necesariamente de gran tamaño, por lo que su Alteza, decidió que se construyese una pequeña, camuflada, enlazada y fijada a la gran estructura del Astillero, para después usar el Emisor del Transmisor de enlace por Interespacio para poder dirigirlo con el fin de enviar comunicados a través de él. Funcionó, pero no hace falta decir el susto que se llevó todo el mundo cuando se abrió el vórtice. Evidentemente, por su tamaño, situación y que era algo relativamente experimental, tenía sus limitaciones, solo podía abrirse cada tres o cuatro días, dependiendo del sistema de reequilibrio de la puerta. No obstante, sí que habían establecido un sistema de emergencia por el que se podría abrir una segunda vez, pero al coste de freír los relés del sistema de seguridad y dejar inutilizada la pequeña puerta del Astillero durante al menos una semana.

Solo tres días después, en la nueva apertura del agujero, se recibieron nuevas órdenes para la flota, pero en especial para las Torpederas Acorazadas, mientras que la UEP Estrella Oscura debía de seguir en el sistema Chin. La Flota debía de castigar tres nuevos sistemas estelares dentro del área más cercano de influencia Ukur-Uruk y otros tres de los sistemas Xgor, mientras que las Torpederas debían de comenzar a llevar ataques indiscriminados en todo el territorio Ukur-Uruk, excepto el emplazado en la Nebulosa, durante un periodo de tiempo nuevamente predefinido. En caso de problemas, debían de suspender de inmediato operaciones y regresar a Chin. Nuevamente eran ordenes un tanto raras, pues los daños que se causarían serían más temporales que otra cosa, nada que los pusiese de verdad en problemas. Era como si tratase de castigarlos, pero procurando no causarles daños serios que complicasen futuros contactos, aunque conociendo a los Ukur-Uruk era una línea de pensamiento, tan ilusa como ilógica. Esto, sumado a los anteriores ataques, les iba a cabrear como nada que se pudiese imaginar, probablemente obligándolos a reaccionar de mala manera. Algo que todos ellos veían como un error estratégico inaudito tratándose de su Alteza…

Las catorce Torpederas Acorazadas regresaron una semana después de que lo hiciese la Flota tras agotar por completo toda su munición de Torpedos y Misiles. Habían destruido pocas naves, pero los daños causados en la flota comercial o civil Ukur-Uruk había sido realmente extraordinaria. Mas de trescientas naves necesitarían reparaciones de diversa consideración, junto con una docena de puestos mineros. Doce naves de Guerra también habían sufrido sus caricias necesitando reparaciones, desafortunadamente, al menos siete de las Torpederas iban a necesitar de los cuidados de la Genius por daños causados por impactos que los escudos no fueron capaces de absorber por completo, aunque por fortuna solo se produjeron heridos que terminaron en la nave hospital. El resto de la Torpederas fueron reabastecidas y dispersadas por los sistemas aledaños como centinelas por si se acercaban nuevas naves esclavistas…

Solo cuatro días después de que las Torpederas fueran desplegadas y se uniesen el resto tras su reparación, llego un mensaje codificado de alerta, se acercaba al sistema Chin una flota de guerra Ukur-Uruk. Las estimaciones de la Torpedera sobre la flota Ukur-Uruk antes de replegarse junto con sus compañeras hacia el sistema Chin fue escalofriante, más de veintitrés mil naves de guerra… Finalmente lo que se temieron Stratos, Tagard y Alkard había ocurrido, la flota y el sistema Chin habían terminado por ser descubiertos. La alarma fue transmitida, el escudo planetario activado, la población conducida a refugios, las flotas conjuntas de Chin y la Confederación Imperial se desplegaron bajo las órdenes del Almirante Tagard, mientras que la Estrella Oscura se dirigía hacia el exterior del sistema. Tagard, cuando por fin apareció la flota Ukur-Uruk en el sistema, solicitó al gobierno Chin que abriese el micro agujero de gusano para comunicar la situación a la Confederación Imperial, y más concretamente, a su Alteza Imperial el Príncipe Jhored.

Para sorpresa de Tagard y de todos los altos mandos, tanto de su flota, como de los Chin, tras pedir información precisa de la situación de la flota Ukur-Uruk, derrota, velocidad y un sinfín de datos, les llegó un plan de batalla de parte de su Alteza tanto para la flota combinada, como para la defensa Chin y órdenes para la UEP Estrella Oscura junto con todas las Torpederas. Mientras en el planeta y en la Flota se llevaban a cabo los preparativos para lo que planteo su Alteza, la UEP Estrella Oscura y las catorce Torpederas Acorazadas partían del sistema a toda velocidad rumbo a sus objetivos, varios de los principales mundos Ukur-Uruk en lo que se identificó como su sector central en el interior de la nebulosa. En la Estrella Oscura por otra parte, ingeniería estaba trabajando a destajo para que el sistema de encubrimiento pudiese replicar los parámetros de una nave media "Extraña". Según las previsiones que les habían transmitido junto con las ordenes, si bien el sistema de cobertura no funcionaría en la nébula por sus interferencias, el de encubrimiento al ser diferente no se tendría porque ver afectado. Stratos recibió órdenes concretas de que hacer, pero única y exclusivamente si el sistema funcionaba perfectamente. Stratos comprendió perfectamente lo que su Alteza pretendía con las órdenes para él, pues si todo salía bien, aparentemente y gracias a la Estrella Oscura, un sistema estelar entero Ukur-Uruk, junto con gran parte de sus Astilleros Militares, iba a ser arrasado por los extraños…

Por su parte, Tagard y Yue Fei no terminaban de ver claro las órdenes dadas por su Alteza, no sabían qué importancia podría tener dada la diferencia de fuerzas el que la flota estuviese desplegada delante o detrás del Planeta Chin, protegido ya por su escudo. Sus órdenes fueron desplegarse tras el planeta, a una distancia determinada y orientados hacia la posición derecha del mismo. Las naves pesadas debían de situarse delante con todos los cruceros detrás apoyados por las Fragatas, mientras que los Destructores se situaban tras el grupo a media distancia orientados hacia la zona centro izquierda del planeta. Por su parte las naves especiales y las Corbetas de Exploración debían de protegerse dentro del escudo en la parte trasera del Planeta en una órbita lo más baja posible. A medida que la flota Ukur-Uruk avanzaba los sensores de las Corbetas de Exploración de la Flota iban desgranando su composición exacta, un total de veinticuatro mil trescientas sesenta y nueve naves de Guerra. En el centro de su formación estaban dos centenares de gigantescas naves que estaban expulsando cazas y bombarderos como si no se les fuesen a terminar nunca. La situación estaba dolorosamente clara, no tenían salvación, tal y como ya fueron advertidos en su día que solían hacer, los Ukur-Uruk habían decidido aplastar la oposición que habían supuesto para sus intereses.

La Flota Ukur-Uruk estaba cerca de alcanzar el punto desde el que podría comenzar a bombardear el planeta, cuando justo a sus espaldas y sobre el flanco derecho se abrió el vórtice de un agujero de gusano. Tagard al ver eso se alegró, ya que por lo menos las naves extrañas que saliesen de allí distraerían parte de la Flota Ukur-Uruk, aunque no es que fuese realmente a cambiar nada, pero poco después, junto con el resto de miembros de la flota combinada, sintieron que los ojos se les salían de las orbitas y las mandíbulas se le descolgaban al ver a parecer la primera nave que surgió del Agujero de Gusano, el "Represor".

A la nave insignia de su Alteza Imperial le siguieron lo que a Tagard le pareció poco menos que la Flota de la Confederación Imperial al Completo, miles de naves de todo tipo y tamaños. Al frente del despliegue se situaron cerca de noventa Superacorazados acompañados de más de setecientos Acorazados y al menos mil quinientos Cruceros de Batalla, en el centro de esa formación, estaba el Represor, seguidos por un par de miles de Fragatas de Defensa que les cubrían con sus generadores de escudo. Tras este primer grupo iban los Cruceros Pesados, Cruceros Ligeros y Destructores, tras estos nueve Portanaves que en esos instantes junto con los Superacorazados empezaban a lanzar al espacio miles de Cazas y Bombarderos. Formando a la estela de las Portanaves, nueve hermanas de la Genius junto a tres naves Hospital, con unas trescientas torpederas y Torpederas Acorazadas, esperaban pacientemente órdenes junto con veinte Corbetas de Exploración de la Flota con sus sensores a máxima potencia transmitiendo los datos recogidos a la nave insignia.

Antes de que las naves Ukur-Uruk pudiesen hacer nada, todo su flanco derecho había sido desmantelado por el fuego concentrado de la Flota de la Confederación, cuya repentina aparición a sus espaldas les tomó por sorpresa. Para cuando el Flanco logro virar con intención de enfrentarse a la flota de la Confederación, al menos cuatro mil naves habían saltado ya por los aires por el fuego concentrado de las naves pesadas sin que estas recibiesen apenas disparos. Cuando por fin se situaron capaces de enfrentarse, las naves pesadas de la Confederación ya estaban sobre ellas pasando por medio de su formación, mientras Supercorazados, Acorazados y Cruceros de Batalla avanzaban destrozando todo lo que se ponía por delante, tras ellos los Cruceros Pesados y Ligeros remataban lo que sobrevivía a su paso. Debido al refuerzo que suponían los emisores de escudo de las Fragatas de Defensa situadas entre ellas dándoles de paso defensa de punto contra los Cazas, las naves pesadas prácticamente aún no habían sufrido daños. La situación de la Flota Ukur-Uruk comenzaba a ser desesperada en el flanco derecho, y para complicar más la situación, aunque el centro pudiese virar, el ala izquierda no, ya que tenía al planeta Chin situado justo en el medio de su trayectoria de giro.

Cuando por fin la Flota de la Confederación destrozo el ala Derecha comenzando a golpear el centro, fijando sus blancos sobre las naves portadoras de aparatos de caza, el resto de la Flota Ukur-Uruk comenzó a tratar de girar al completo para enfrentarse a la de la Confederación Imperial, ignorando por completo al planeta Chin, lo que se demostraría ser un error. Desafortunadamente para ellos, cuando el Ala Izquierda comenzó a moverse para ocupar sus nuevas posiciones, tuvo que dividirse para pasar por ambos lados del planeta, el cual en ese instante replegó su escudo en una fase, dejando fuera del mismo las plataformas de defensa Golan II que poseían la potencia, escudos y blindaje de un Acorazado Preguerra, comenzaron a disparar sus baterías sobre todo lo que estaba a su alcance, creando el caos. Luego, la parte de la flota Ukur-Uruk que trato de pasar por la zona "trasera" del Planeta, se encontró frente al fuego cruzado de las plataformas y la Flota combinada al mando del Almirante Tagard. Aunque una parte del ala izquierda finalmente logró pasar, lo hizo arrastrando tras ellos la Flota de Tagard que los estaba machacando, metiéndose en un fuego cruzado luego con los Cruceros de Batalla que formaban en el ala derecha de la Flota de la Confederación Imperial. Varias naves Ukur-Uruk dañadas fueron destruidas al chocar con el Escudo del planeta, cayendo sus restos ardiendo sobre el mismo, causando daños mínimos en su superficie.

La lucha duro apenas una hora, en la que no menos de veintidós mil naves Ukur-Uruk fueron destruidas junto con varias decenas de miles de las de tipo caza. Las Naves de Guerra que escaparon lo hicieron con daños de diversa consideración perseguidas por la Torpederas y Torpederas Acorazadas que aun fueron capaces de destruir unas doscientas más en los sistemas aledaños antes de retornar al sistema Chin, todas las del tipo caza fueron aniquiladas en el sistema por los escuadrones de Cazas de la Confederación Imperial. Siete naves Chin y más de trescientas de la Confederación Imperial resultaron destruidas. Dieciocho de las plataformas defensivas Golan II resultaron destruidas, y las dos restantes con tales daños que deberían ser prácticamente reconstruidas desde cero. El espacio cercano al planeta estaba lleno de restos, lo que requirió la colaboración de todas las naves disponibles en Chin y al menos una semana, para poder despejarlo. No se pudieron hace prisioneros, los Ukur-Uruk, ni daban, ni dejaban que les dieran tregua.

Mientras el resto de la Flota Chin se situaba junto a sus Astilleros para ir pasando a reparaciones, las naves más dañadas de la Confederación fueron ocupando las Dársenas ampliadas de la Genius y sus hermanas para ser puestas en condición de marcha y poder retirarse hasta los Astilleros de la Confederación Imperial. No fue hasta que todo estuvo organizado, que su Alteza Imperial se puso en contacto con el Almirante Tagard, el Vicealmirante Alkard, y Sigrid junto con Lady Dalemar, que se encontraban en el Colossus, a quienes, por cierto, no extrañó en absoluto las caras de profundo cabreo que mostraban tanto Selena, como la Almirante Tanya o el General Gzak que se situaban junto a la imagen de Jhored, que los miraba a todos con cara de ser la inocencia personificada.

-        Alteza, no sabe cuánto nos alegramos de verlo, aunque por las caras de quienes le acompañan, supongo que no somos los únicos sorprendidos con su presencia aquí… -dijo Tagard sonriente-.

-        Oh, bueno, si, supongo que están un poco enfadados con este "accidente" afortunado que ha ocurrido… -replicó Jhored haciendo un gesto de restarle importancia-.

-        Alteza haga el favor de no tocarnos más las narices… esto no ha sido una casualidad, lo tenía todo planeado… -replicó una enojadísima Lady Dalemar-.

-        Bueno, Lady Dalemar, viendo las caras a mi alrededor no esperara usted que confirme sus palabras, ¿verdad? -se rio su Alteza-. Si esto hubiese sido planeado y alguno de ellos lo hubiese sabido me habrían echado a patadas del Represor antes de venir… -admitió Jhored con toda la caradura-.

-        Eso Alteza, puede usted jurarlo… si llegamos a saber esto, le garantizo que ahora mismo no estaría usted aquí… -replico una enojadísima Selena, con los asentimientos de Tanya y Gzak-.

-        Bueno, aparte de eso, Lady Dalemar, me gustaría que por favor preparase usted si es posible, mi visita a la Corte Chin para poder presentarle mis respetos a la Emperatriz y su Gobierno… -sonrió Jhored-.

-        No se preocupe Alteza, eso se lo preparo enseguida, estoy segurísima que todos allí abajo tendrán tanta emoción como interés por su presencia… -replico socarrona e irónica la Embajadora-.

-        Lady Dalemar, ¿pretende insinuar que no sere bien recibido? -pregunto aparentemente escandalizado Jhored-.

-        Oh no Alteza, no, lo que no sé es si podre encontrar a alguien que lo reciba antes de que se esconda cuando me vea… -replicó sarcástica-.

-        Perdón, no entiendo… -dijo Jhored con gesto de socarrón desconcierto-.

-        Oh, si, ya lo creo que me entiende, ya que todo esto es culpa suya… "Alteza" -replicó poniendo tono de retintín al nombrar el cargo-.

-        Naaa, estoy seguro que se las apañara… yo ya aprendí a encontrar a quien quiero en Capital, aunque se escondan de mi… -replicó Jhored riéndose, lo que puso de mala leche a Lady Dalemar de inmediato, de cuya garganta surgió un gruñido gutural a la vez que sus garras en sus manos-.

-        Eh, Alteza, creo que sería mejor dejarlo aquí… nos veremos justo un poco antes de que viaje al planeta en la reunión programada… -interrumpió apresurado Tagard-.

Finalmente cortaron la comunicación tras que su Alteza le comunicase sus órdenes a Tagard y el Vicealmirante Alkard tras felicitarles a todos ellos por su desempeño en defensa de los Chin. Por cierto, que Lady Dalemar se marchó de la sala de reunión antes de que se cortase la comunicación gruñendo del cabreo que tenía con su Alteza, quien prácticamente le acababa de confirmar que el que todos se escondiesen de las dos, complicándoles el trabajo hasta extremos, fue provocado por este apropósito, y seguramente solo por hacerles la puñeta.

 

EPILOGO

 

Una vez finalizada la batalla Jhored acudió a la visita protocolaria en Chin organizada por Lady Dalemar y Dama Mei, donde remarco aún más su impronta sobre todo el que se cruzó con él. Realmente se lo paso muy bien, ya que se divirtió causando asombro entre los Chin debido al correcto uso de su protocolo. Aunque, había que reconocer, que, si causo una excelente impresión en la Emperatriz y su Gobierno, también fue cierto que idiotas hay en todos sitios y a todos los niveles. Según explicaría después Dama Mei, algunos altos funcionarios, aprovecharon la ocasión para tratar de "testar" la verdad de su Alteza referida por Dama Mei, y este los llevó prácticamente a casi verse abocados a solicitar a la Emperatriz el suicidio ritual. Esto tan solo recalcó aún más lo que en su momento predico Dama Mei sobre Jhored, no interactuar con él de ser posible. Desde luego, tras disfrutar de su presencia en la corte, fue un hecho que se volvió aún más palpable en el ambiente que nadie quería verse envuelto en el sequito de la futura embajadora en la Confederación Imperial, si corrían por cualquier causa el riesgo de tener que vérselas con su Alteza. También es cierto, que según Dama Mei, para su sorpresa, todos estos movimientos de su Alteza entré los altos funcionarios, fueron vistos con diversión y regocijo por parte de la Emperatriz, por lo que asumió, que Jhored debió de ponerla sobre aviso con anticipación, e incluso que quizá, solo quizá, todo fuese pergeñado entre ambos para su propia diversión.

Pero antes de esa visita, primero hubo una reunión de los miembros de la Confederación con su Alteza, donde además de ascender al Vicealmirante Alkard al grado de almirante, más o menos quedo claro lo que había ocurrido. A groso modo, una vez que el "Represor" fue entregado de nuevo por el Astillero, su Alteza, según alegó, para poder probarlo de modo eficaz, se incorporó con sus escoltas a unas maniobras de entrenamiento de combate de la Flota. Una vez se hizo cargo de ellas, incorporo a las mismas a casi toda la flota disponible en todos los Distritos Militares que no estuviesen ocupadas en sus posiciones de patrulla u otros servicios, añadiéndole, además, todas las de la reserva que en ese momento estaban activas.

Sus colaboradores no sabían exactamente, como se las pudo arreglar su Alteza, y evidentemente este no se lo explicó, para que le permitiesen alegremente semejante plan de operaciones a tan gran escala en un "entrenamiento". Para no causar alarma entre los vecinos de la Confederación Imperial ante semejante despliegue de fuerzas, su Alteza limitó y acotó los movimientos de la Flota al primer y cuarto Distrito Militar, los dos únicos internos sin frontera con nadie. El último salto de la flota fue al sistema Cruxars, desde donde completamente desplegada en orden de combate con armas y escudos listos por orden de su Alteza, supuestamente entrarían en su puerta para aparecer casi al otro extremo de la Confederación, en el cuarto distrito donde se habría planificado una zona de practica de tiro con, según explico, les había preparado una pequeña sorpresa para que no bajasen la guardia.

No os diré la "sorpresa" que se llevó todo el mundo cuando aparecieron en el Sistema estelar de Chin en medio de un ataque masivo al planeta y a parte de la flota de la propia Confederación Imperial, algo esto último que enojo muchísimo a todas las tripulaciones cuando se dieron cuenta de su presencia en formación de combate tras el planeta, especialmente porque fue su Alteza, quien se lo mostró a todos en los primeros segundos, recalcando que "había que ayudarles". La "suerte" fue que la flota cruzó la puerta en formación de combate con todas las armas cargadas y los escudos a máxima potencia, por lo que apareció por el vórtice del agujero lista para comenzar a disparar. Una vez pasado el primer segundo de estupor, la voz de su Alteza al ordenar fuego a discreción por todos los canales saco a todo el mundo de su "parálisis".

También obviare en esto el enorme cabreo que se pillaron los principales ayudantes de su alteza cuando se dieron cuenta de lo que había ocurrido, porque ciertamente, ni uno solo de ellos se tragó la primera explicación de Jhored de que todo esto se debía a un "afortunado error" del sistema de puertas. Especialmente porque el ordenador del Represor, segundos después de cruzar y de la peregrina explicación de su Alteza, indicó que el Gestor de Vórtices había estabilizado el tamaño en el Sistema Chin e indico también los parámetros del rendimiento estable del Sistema B de energía de la nave, junto con el tiempo que este la mantendría abierta, dejando meridianamente claro a todos quien los había llevado hasta allí. Obviamente, después de escuchar eso, sus colaboradores y Selena, no tuvieron el menor problema en darse cuenta de la jugarreta que Jhored les hizo con la revisión del Represor en Mar-Shagan y todo lo que pasó cuando dejaron la nave, junto con la tomadura de pelo de la escusa que trato de colarles, cosa que por cierto termino cabreándoles bastante.

El denominado como Gestor de Vórtices, fue un descubrimiento colateral de un experimento fallido del profesor Jarkon sobre la posibilidad de abrir a voluntad agüeros de gusano tal y como presumiblemente lo hacían los Extraños. El sistema en si era incapaz de abrir uno por sus propios medios, pero si estaba capacitado para hacer dos cosas, desviar cualquier flujo de conexión de una puerta hasta cualquier sistema dentro de su rango de alcance, y estabilizar el Vórtice en cualquiera de sus dos extremos. Su limitación radicaba en que solo podía hacerlo en uno de ellos, y que debía de ser la primera o última nave en cruzar dependiendo si el Vórtice a estabilizar era el de entrada, o el de salida del Agujero de Gusano. En el caso del sistema Chin, el Represor simplemente amplio y estabilizó el pequeño agujero de destino creado por el microsistema del Astillero, pero por eso mismo tuvo que ser la primera nave en cruzarlo.

Luego de los experimentos fallidos en Cruxars, pero con nuevas e interesantes posibilidades en perspectiva por el descubrimiento accidental de poder desviar a voluntad el túnel de agujero a cualquier sistema a elección del operador, aunque solo fuese para usarlo dentro de la Confederación Imperial debido a su alcance, se mejoró y modifico con nuevos sistemas más potentes la puerta principal del sistema Cruxars con el fin de generar matrices que absorbieran el impacto de mover el Vórtice del Extremo del Agujero de Gusano. Con la puerta principal, el profesor trato de conseguir que fijando el movimiento del Vórtice final este pudiese ser situado en cualquier sitio a elección dentro del rango de potencia de la Puerta, o dentro del Área del enlace donde este se desviase, ya que requería de unos sistemas de protección altamente reforzados. Para el experimento fallido, se creo una micropuerta a escala en Cruxars, que fue donde por un error al tratar de conectarla con la principal de Cruxars y provocar su salto hacia la del 11º Distrito, el profesor Jarkon se dio cuenta de la posibilidad de mover el túnel del agujero. Sin embargo, se encontraron con que la diferencia de tamaño del Vórtice genero un pulso sobre la micropuerta por una disincronía de energía que estuvo a punto de volarla junto con medio sistema estelar, por fortuna el profesor, conocedor de este peligro, había multiplicado la capacidad de los sistemas de seguridad por diez, que impidieron el hecho.

Como digo, debido al error que genero la conexión accidental entre las puertas, el profesor estableció que era posible mover el haz de envió del túnel de gusano de posición durante su creación. Sin embargo, las pruebas posteriores con la puerta principal y la menor, demostraron cos cosas, primero que el problema era la cantidad de energía que se requeriría para luego mantener un Vórtice amplio el tiempo suficiente para cruzar con seguridad cuando la diferencia de capacidad entre las puertas era notable, y segunda, que si el sistema tenía potencia suficiente era capaz de disponer del tamaño de los Vórtices en cualquiera de ambos extremos independientemente del tamaño de la puerta, aunque es cierto que no en ambos a la vez. Todo esto fue probado a escala, lo que no supuso ningún problema, pero si cuando trato de realizarlo con la puerta principal. Fue entonces cuando desgraciadamente el profesor Jarkon se encontró con el problema de que para ello el sistema debía de ser llevado hasta la zona de apertura del Vórtice, y no existía nave alguna en la confederación capaz de desarrollar la energía necesaria.

Fue por ello, que el profesor recurrió a su Alteza para que autorizase la construcción de un modelo de nave de pruebas con la potencia necesaria para poder demostrar y verificar su teoría. Al ver los datos que le envió, fue entonces cuando Jhored se dio cuenta de que, en realidad, sí que había una nave en la Confederación capaz de generar la energía necesaria para lo que el profesor pretendía, el "Represor". Debido a su tamaño con su potencia de fuego y escudos altamente hipersobredimensionados, sus sistemas de energía eran realmente formidables. Además, contaba la ventaja de disponer de ellos por duplicado. Jhored lo considero cuidadosamente, pero decidió seguir adelante ya que el profesor lo había conseguido a pequeña escala, y como con las puertas, no tenía por qué ser diferente tampoco en este caso si se era capaz de generar la energía suficiente. Los planos del sistema de energía dual del Represor le fueron remitidos al profesor para que verificase si ese sistema sería valido con pruebas tangibles a escala real, pero sin mencionar que era algo ya construido. El profesor lo aceptó en cuanto revisó los datos conjuntos de la potencia generada por ambos sistemas de energía se dedicó a realizar las pruebas que le fueron pedidas siendo positivas. Una vez obtenido esto, se lo comunico a su Alteza para que autorizase la construcción de la nave, llevándose entonces una sorpresa cuando Jhored le explicó a qué pertenecía el sistema de planos que le envió.

Ese fue el motivo real de adelantar la revisión del Represor en Mar-Shagan, instalar el nuevo sistema y aprovechar la construcción del nuevo Crucero B-52 para poder ocultar el hecho a todo el mundo, o lo que es lo mismo, a los más cercanos colaboradores de Jhored y demás "allegados". El problema descubierto del Interenlace B, en realidad se realizó durante las pruebas sobre el sistema de gestión de la puerta por el profesor con el modelo a tamaño "real" en su laboratorio, solo fue un extra en la cortina de humo creada por Jhored para ocultarlo todo. Con todo listo en la parte del Represor, fue cuando Jhored estableció un plan de acción para la Flota de Tagard y la Estrella Oscura, con el fin de provocar un ataque masivo de los Ukur-Uruk sobre el sistema estelar Chin donde se establecería una micropuerta, y si los había comprendido bien, así poder destruir la mayoría de sus flotas de una sola vez, aunque debía de marcar muy bien los tiempos para que no ocurriese antes de tenerlo todo preparado. Del mismo modo, que, con la última orden a la Estrella Oscura, pretendía agudizar el enfrentamiento entre Extraños y Ukur-Uruk, confiaba en que estos último encontrasen mas "asequibles" por el momento a los Extraños, dejando en paz el Sector de Chin para no provocar un nuevo enfrentamiento dada su debilidad tras su derrota.

Paradójicamente, la parte de su plan que su Alteza veía más complicada, era como apañárselas para poder ser el mismo quien introdujese las coordenadas del salto que los llevase al sistema Chin, pues a la vez debería de activar el nuevo sistema Gestor de Vórtices. Sabía de sobra que si alguno de sus colaboradores, Selena, su Tío o la misma Kilara, se llegaba a enterar de la instalación del nuevo sistema en el Represor nunca le dejarían finalizar personalmente su plan. Antes de que la flota saltase a Chin, cualquiera de ellos lo echaría del Represor a patadas. Finalmente encontró un modo más o menos valido para poder llevar a cabo la instalación del nuevo sistema en Mar-Shagan aprovechando la presencia en construcción del nuevo Crucero Ligero B-52 sin que se diesen cuenta de sus manejos. Y del mismo modo, creo el ejercicio de la Flota con tiempo suficiente como para poder aprovecharlo luego para dirigir el personalmente la operación, con la escusa de probar el Represor, algo a lo que sabía que Tanya no se opondría, máxime después de "descubrir" un serio problema con el Interenlace del sistema B de energía.

Una de las cosas que más cabreada tenia a la Almirante Tanya fue como les tomó Jhored el pelo para ser el quien en el último salto, introdujese las coordenadas del destino, por lo que nadie se dio cuenta cuando activo el nuevo sistema para redirigir y estabilizar el extremo del agujero. A nadie le extrañó que quisiese hacerlo en persona, ya que, durante el tiempo de maniobras, en un par de ocasiones, también había sido su Alteza quien introdujo las coordenadas para el viaje entre las puertas al alegar que en la salida existirían algunas pruebas para la flota. Dado que en las tres ocasiones anteriores en que lo solicitó, no ocurrió nada "anormal", aunque parezca mentira tratándose de su Alteza, se confiaron. Además, para colmo de la desfachatez, en su propia cara indico a toda la flota que saliesen listos para disparar a su orden de fuego sobre los Blancos que verían al salir del Vórtice. En parte posiblemente fuese por esto que todo el mundo saliese tan rápido de su estupor al encontrarse en medio del ataque Ukur-Uruk en cuanto escucharon por los canales de comunicación la orden de fuego a discreción, porque ya se esperaban que ocurriese alguna cosa al salir, aunque evidentemente, no el verse metidos en una batalla real.

Algo que quedo fuera de toda discusión, fue la posible nueva apertura del agujero de gusano por parte del Represor fuera de casos excepcionales para la seguridad de Chin. Los viajes de enlace lo seguirían haciendo los Cruceros Ligeros de la Clase B-52, mientras que se establecería un calendario de apertura del pequeño agujero de gusano para las comunicaciones entre la micro puerta del sistema Chin con la pequeña puerta secundaria de Cruxars y los protocolos para las mismas. Por cierto, que Selena y el resto de colaboradores de su Alteza, también dejaron meridanamente sobreentendido enseguida, que esa sería la primera y última vez que Jhored manejase por su cuenta el dichoso sistema instalado en el Represor. Todo ello ante la mirada socarrona de su Alteza al que solo le faltó soltar una risita, lo que provocó que comenzase a oler a cuerno quemado, especialmente por parte de Selena y Tanya.

El Grueso de la Flota, junto con la Q 13 anclada a la Nave de Apoyo Oberus, volvieron a sus bases habituales dos días después de la batalla, quedando el Grupo de Tagard, que fue casi duplicado en efectivos por Tanya para asegurar la presencia de su Alteza en el sistema Chin. Para retornar a la Confederación Imperial, Jhored esperó al regreso de la UEP Estrella Oscura de su exitosa misión, mientras alegraba a la corte Chin con su encantadora presencia, generando caos y desazón, para su disfrute y el de la Emperatriz, con la que demostró llevarse muy bien, todo por supuesto, bajo las miradas de enfado de sus colaboradores y ambas embajadoras. Las dos UNEX recibieron órdenes de permanecer en la zona usando los datos extraídos de los Ukur-Uruk para realizar una completa inspección de todo lo relacionado con ellos. Una vez Stratos estuvo en el sistema, el Represor, con el Sequito Chin a bordo, amplió y estabilizó el Vórtice generado por la micropuerta del Astillero al enlazar con la principal de Cruxars, siendo por ello la última nave en cruzar de regreso a Cruxars justo detrás del Colossus y del Thalos, los Superacorazados insignia de los Almirantes Tagard y Alkard. El B-52 permaneció en Chin bajo las ordenes de la Embajadora Lady Dalemar… la cual, por cierto, trato de dimitir para no verse obligada a tener que "arreglar" los destrozos generados por la impronta de su Alteza entre los Chin, cuya Emperatriz encima, comenzaba a dar muestras de tomar un camino similar dentro de sus posibilidades…

 

FIN