Confederación Imperial Galáctica
Ukur-Uruk
Fecha estelar - 5343
Brazo Inexplorado
Orbitando Chin
Superacorazado Colossus
El Almirante Tagard, el Vicealmirante
Alkard y la Coronel Sigrid esperaban pacientemente a que llegase la Embajadora
Lady Dalemar. Acababa de arribar en el Colossus procedente del planeta, donde
había sido requerida por la propia Emperatriz dos días antes, tiempo que
llevaba en la corte. Hacia dos semanas que el Crucero B-52 había regresado con
la Embajadora Chin, Dama Mei Ling y tenían noticias de que las cosas en palacio
desde entonces habían estado muy tensas. Tras su llegada Dama Mei Ling tuvo una
reunión con ellos ya que por lo que parecía, su Alteza le facilitó unas fichas
de datos codificados para que esta le entregase a su llegada al Almirante
Tagard. Obviamente, ninguno tuvo dudas de que posiblemente Dama Mei Ling
hiciese sus copias para tratar de averiguar de que se trataba. Una vez fueron
desencriptadas, que, por cierto, el código usado era bastante antiguo, incluso
podría llegarse a sospechar que fue hecho así apropósito para que los Chin
fuesen capaces de leerlas antes o después, todos se llevaron una sorpresa. Los
datos que portaban las fichas, no eran otra cosa que balances contables de
costos de construcción de todo lo que le había sido entregado a los Chin…
Ninguno, ni Tagard, Alkard, Sigrid o la misma Dama Dalemar, sabían el porque
les había sido enviado aquello.
En un principio estuvieron preocupados
porque la llamada fuese en relación con esas fichas de datos, que a esas
alturas seguro que los Chin, dada la codificación usada, ya deberían de haber
sido capaces de leer. Pero no, finalmente la llamada no fue por eso. Según
parecía la Emperatriz y su gobierno estuvieron estudiando la posibilidad de
contar con un embajador permanente en la Confederación Imperial, algo a lo que
Dama Mei Ling se negó de plano, aconsejando ceñirse únicamente a la presencia
de Lady Dalemar en Chin. Cuando la embajadora llego a la sala de reuniones,
prácticamente se desplomo en su asiento, suspirando profundamente, cosa extraña
en un Myrrsh.
-
Excelencia,
¿ocurre algo grave que debamos conocer? -preguntó el Almirante Tagard-.
-
Ocurre,
Almirante… ocurre… y el responsable es su Alteza Imperial… el de siempre…
-replicó sarcástica-.
-
¿Los datos que
envió?
-
No, ni siquiera
los han mencionado… era por otra cosa… una de "esas" de su Alteza…
-replicó sarcástica-.
-
Bueno, bueno… ¿y qué
es lo que hizo su Alteza esta vez teniendo en cuenta que se supone que sigue en
la Confederación? -preguntó divertido el Vicealmirante Alkard-.
-
Nada, únicamente
ser su Alteza ante la delegación Chin, y créanme que les ha causado una fuerte
impresión… Querían enviar una delegación permanente, y su Majestad Imperial me
ha preguntado, como lo vería nuestro gobierno… si habría algún inconveniente,
si no causaría problemas en las relaciones, etc… -dijo con tono amargo la
Embajadora-.
-
Déjeme
adivinarlo, usted le ha dicho a todo que muy bien, hasta que a alguien se le ha
ocurrido preguntar con relación a su Alteza, ¿a que sí? -se rio Sigrid-.
-
Justamente, por
lo visto Dama Mei fue muy dura con respecto a su Alteza y las "dotes"
de los posibles candidatos que pretendían optar al puesto si de verdad tenían
pensado en salirse con la suya en algo si estaba de por medio. Básicamente le
dijo a la Emperatriz que, si pensaba mandar a alguno de "esos",
créanme que más despectiva no pudo ser, y pretendían que tratase con su Alteza,
también adjuntase una… no sé como la llaman, es una daga ritual que usan para
suicidarse. Vamos, que sugirió a la Emperatriz y al Gobierno que incorporasen
una bien afilada para que pudiesen rajarse el cuello después de que se
relacionasen dos veces seguidas con su Alteza…
-
Pues sí, sí que
causo impresión para que alguien como Dama Mei Ling dijese eso… -admitió
Tagard, quien había coincidido con ella al principio cuando les enseñaba el
protocolo Chin, y sabía que era tan buena en su trabajo con discreta en sus
opiniones-.
-
Si, porque, de
hecho, ella misma fue la primera que reconoció que después de conocerlo, si
tiene que tratar con su Alteza, no tiene la menor confianza en sí misma… que,
para un Chin, ya es humillarse mucho… -explicó Lady Dalemar-.
-
Bueno, pues si,
entonces según parece cuando trató con ellos fue más su Alteza que nunca… -dijo
Sigrid-.
-
Mas aun teniendo
en cuenta que por lo visto, su Alteza únicamente tuvo la amabilidad de unirse a
la delegación casi al final de su estancia. Aunque claro, que para saludarles,
tuvo a bien usar el propio protocolo Chin, que nadie le había enseñado… Por
cierto, que salvo por ciertos detalles un tanto anticuados, Dama Mei me
confirmó que lo hizo perfecto, no cometió ni un solo error… -dijo la embajadora
recalcando cada frase-.
-
Es una broma,
¿verdad?, a nosotros nos llevó casi dos malditos meses ser capaces de
defendernos, y todo gracias a instructores Chin como Dama Mei. Vamos, pero si
aun metemos la pata en ciertas ocasiones… -replicó el Vicealmirante Alkard con
los ojos muy abiertos-.
-
No, no es ninguna
broma. Según Dama Mei usó algunos elementos algo complejos que los Chin no nos
han enseñado a nosotros, entre otras cosas porque se usan en situaciones
extremadamente formales entre miembros de la realeza, por eso están seguros de
que fue cosa en exclusiva de su Alteza. No creo que se hagan ustedes una idea
de lo que ha supuesto eso para ellos… -dijo la embajadora-.
-
Si damos por
sentado que su Alteza estaba en nuestra capital y que nunca ha interactuado con
ningún Chin, sí, créame que sí que soy muy capaz de saber cómo se sienten. Mas
o menos es lo mismo que cualquiera de nosotros cuando nos hace alguna de las
suyas y no le hemos visto, ni venir, ni después marcharse hasta que nos hemos
dado de morros… -replicó sonriendo sarcástico Tagard-.
-
Básicamente es
así… -admitió la embajadora-.
-
¿Pero para que la
querían a usted en realidad?, porque para eso no hacían falta dos días…
-preguntó el Vicealmirante-.
-
Según parece su
Alteza admitió ante Dama Mei Ling, que me envió a mi como embajadora
precisamente por ser una Myrrsh y complicarles la vida al no ser capaces de
descifrar mi lenguaje corporal. Y por algunas cosas que dijo su Alteza y en las
que Dama Mei ha estado pensando mucho de camino hacia aquí, llegó a la
conclusión de que era incluso posible, que me mandase sin la mayor parte de la
información, para complicarles aún más el ser capaces de identificar mi contextualización
corporal al estar enormemente enfadada con él, lo que alteraría profundamente
también mi "gestualidad"… -replicó Lady Dalemar recalcando la última
palabra-. Digamos que querían asegurarse de que también esa parte era… posible…
-
Y usted ha
terminado por estar de acuerdo con ella, ¿no? -dijo riéndose Sigrid-.
-
No solo eso. He
tenido que reconocer para mí misma, que posiblemente, el enviarme como lo hizo,
llevándome luego las sorpresas con que me encontré, realmente me han ayudado
muchísimo con los Chin, dándome una notoria ventaja sobre ellos -admitió Lady
Dalemar-. Obviamente no se lo reconocí, aunque se sobreentendió que era cierto,
pero es otra cosa a sumarle a su Alteza… No puedo afirmarlo, pero creo que le
tienen cierto temor… a la vez que un enorme respeto… Dama Mei opina que, si no
se pueden comunicar al instante con la delegación, sería un error enviar a
alguien, especialmente si tiene que tratar con su Alteza… Y por lo visto, su
majestad y el gobierno, han terminado siendo de la misma opinión tras valorar
toda la información…
-
De verdad, que algún
día me encantaría saber cómo narices hace estas cosas, porque por mucho que
piense en ello, soy incapaz… -replicó Sigrid-. Y lo cierto es que realmente sí
que da un poco de miedo cuando lo piensas detenidamente… es imposible saber por
dónde se va a descolgar con algo... Su Alteza es completamente imprevisible…
cuando te habla no puedes evitar darle cien vueltas para ver si ha querido
decir algo más de lo que ha dicho… es enervante…
-
Bienvenida al
Club, al que, por cierto, creo que ha entrado unos cuantos nuevos miembros en
forma de todos los Chin que fueron a la Confederación, incluidos sus militares
por lo que entendí de Dama Mei -replicó sarcástica la Embajadora-.
-
¿Y que se supone
que les hizo a ellos para que también entren en el "club"? -preguntó
riéndose el Vicealmirante-.
-
Por lo visto se
empeñó en acompañar a la embajadora y su sequito a tomar pasaje en el Crucero
B-52 en Mar-Shagan. Donde, por cierto, me ha comentado Dama Mei que dejaron el
Represor para una revisión, y después se unieron al Almirante Yue Fei para
escoltarles de camino a la Frontera. Por lo visto, su Alteza se ofreció a
simular con ellos un combate y les paso por encima con únicamente 12 Naves de
guerra, y no las más poderosas precisamente. Dama Mei no fue muy clara al
respecto porque fue poco antes de que el Crucero B-52 partiese hacia aquí a
máxima potencia. Por lo que me ha dicho, el Almirante Yue Fei le mando un
informe antes de que su Crucero abandonase nuestras fronteras. Pero está claro
que entre la Almirante Tanya y su Alteza los hicieron picadillo -dijo la
Embajadora riéndose-.
-
Un momento… ¿el
"Represor" entró al Astillero en Mar-Shagan y la Almirante Tanya no
se quedó con la nave? -preguntó muy serio el Almirante Tagard mientras se
miraba con el Vicealmirante Alkard y Sigrid-.
-
No, según parece
si se iba a quedar, pero su Alteza quiso ponerse al frente del Grupo de
escoltas del Represor, y la Almirante no se lo permitió, por lo que era ella
quien lo dirigía. ¿Es que pasa algo con eso? -preguntó la embajadora al ver
como se miraban entre si los tres-.
-
Algo trama… se
las ha apañado para dejar la nave en Mar-Shagan y que Tanya no se quedé con
ella… -dijo Tagard-.
-
Pero se queda el
coronel Zorg, es el Capitán del Represor, y persona de la máxima confianza de
Tanya… No es ningún estúpido y conoce de sobra a su Alteza, no podrán hacer
nada que él no controle en el acto… -replicó Alkard-.
-
Además, esta la
general Samantha, nunca permitiría que ocurriese nada "anómalo" a la
nave de su Alteza sin ella saberlo primero -dijo Sigrid-.
-
Si los datos que recibimos no son erróneos, se
está terminando de ultimar un segundo Crucero B-52, que es de importancia vital
por la situación aquí. Si surgiese algún problema con esa nave no sería muy
difícil distraer a Zorg, porque posiblemente la misma Samantha, que evidentemente
sabe lo importante que es, le pida que lo supervise… -replicó Sigrid-.
-
Y Samantha con el
trabajo que tendrá entre la Base y el resto de depósitos estará de todo menos
atenta al Represor, "que solo va a someterse a una revisión", salvo
que sea algo muy escandaloso. Además, opino como tú, Sigrid, si hay un problema
con el nuevo B-52 le pediría ayuda a Zorg -añadió Tagard-.
-
Pero es solo una
revisión de la nave, ¿no? -preguntó confundida Lady Dalemar-.
-
Debería… pero
esto me huele a que su Alteza por algún motivo ha querido sacar a Tanya de
Mar-Shagan, y allí no queda nadie de la Flota con mando suficiente fuera de
Zorg, que pueda meter las narices en lo que estén haciéndole a su nave insignia.
Sinceramente, dudo mucho que el Represor este en los Astilleros de Mar-Shagan
simplemente para una revisión… Y me huele que al Crucero seguro que le surge
algún problema del que se tendrá que encargar Zorg y de esa forma apartarle de
lo que sea que de verdad piensen hacer con esa nave… Algo anda mal -replicó
Tagard-.
-
Es decir, que, si
lo juntamos todo, nos ponemos en lo peor, y no nos equivocamos, su Alteza
nuevamente está tramando algo que no le va a gustar a nadie… -replicó Sigrid-.
-
Básicamente… si,
y en el centro de lo que sea esta el "Represor", que es su nave
insignia, de la que procura no separarse nunca… excepto en esta ocasión, en la que
ni siquiera ha dejado a Tanya para "que se lo cuide…" -dijo Tagard-.
-
Bueno, supongo
que en algún momento nos enteraremos, porque no creo que ninguno tengamos ni la
más mínima idea de que pueda ser, ¿o me equivoco? -replicó Lady Dalemar-.
-
En absoluto, dudo
que nadie sea capaz de saber que narices es lo que piensa o no su Alteza en un
momento dado… -replico riéndose Sigrid-.
-
¿Y enviar un
mensaje codificado al Emperador mandando un misil de Frecuencia directamente al
sistema Capital para advertirle de nuestras sospechas…? -preguntó Lady Dalemar,
ronroneando ante la feliz posibilidad de causarle problemas a su Alteza-.
-
Inútil… lo que
sea que pretendiese posiblemente ya lo han terminado, y dudo que no haya
cubierto cualquier contingencia. Además, tenga en cuenta que hace bastante que
pasó esto, súmele también lo que tardaría el misil de frecuencia en llegar…
Para lo que sea que de verdad se haya hecho con el Represor posiblemente habría
que despiezar la nave para descubrirlo -replicó Alkard-.
-
Eso no lo harían
nunca, el Emperador ni se lo plantearía siquiera, sabe perfectamente que esa
nave es la niña de los ojos de su Alteza. Es muy capaz de renunciar como
heredero si tan solo lo insinuasen… y seguro que "él" ya cuenta con
ello… -dijo Tagard-. Una vez "cerrado", el "Represor" es
absolutamente intocable…
-
Supongo que en
algún momento nos enteraremos de si sus sospechas son fundadas o no… Y por
favor, no me miren así… sé que es ingenuo por mi parte pensar que no trama algo…
-se rio Lady Dalemar, ya que los otros tres la miraban socarrones-.
Durante todo este tiempo, en Chin se
habían hecho muchas cosas. Para empezar, se había establecido ya la estructura
principal del cuerpo central de los dos astilleros, defendidos por plataformas
defensivas fijas Golan I. En el planeta por otro lado ya estaba montado el
sistema de comunicación Avanzado por Interespacio de ultimísima generación y
listo para comenzar son sus pruebas, aunque algunas concretas de las de
sincronía, por alguna razón que los ingenieros no entendían bien, deberían de
esperar hasta que el Astillero estuviese operativo. Además, también al menos
una veintena de plataformas defensivas orbitales de clase Golan II se habían
situado en torno al planeta. Todo este entramado estaba protegido por la máxima
expansión del escudo, el cual podría ser replegado dejando las plataformas
Golan II fuera para que pudiesen atacar a las naves agresoras. Tagard estaba ansioso
porque llegase por fin el Almirante Yue Fei con sus naves para el poder
comenzar a moverse. Stratos, con las dos UNEX y las seis torpederas Acorazadas
que le acompañaban, ya había destruido la segunda Base Comercial Uruk-Ukur.
Las UNEX siguieron las Bases Comerciales
siguiendo la formula capturada por Sigrid, pero enseguida se vio que no todo
era tan simple como había parecido en un principio. Esa fórmula solo servía
para poder localizar una baliza, a la cual se emitía un mensaje en código y
ella remitía otro, también cifrado, que se supuso desde el inicio, que serían
las verdaderas coordenadas de la Base Comercial. A los sistemas e inteligencia,
les fue imposible romper el cifrado de la baliza por escasez de datos. Al
Vicealmirante Alkard y la Coronel Sigrid les había costado tres intentos
obtener el código cifrado para la baliza. Para ello tuvieron que asaltar un
total de tres naves que lo usaron. Finalmente, en el tercer intento lo
consiguieron, lograron extraer una base de dato completa de la nave, las de las
dos anteriores quedaron muy dañadas tras los ataques. Obviare decir que las
tripulaciones fueron ejecutadas al descubrirse que eran piratas, y sus naves
enviadas directamente al interior de la estrella del sistema.
En la primera base localizada, nuevamente
Sigrid con sus comandos se volvieron a Infiltrar, extrayendo información muy
importante sobre el funcionamiento interno, y de buena parte de sus medidas de
seguridad. Consiguieron salir sin el menor inconveniente. Solo un par de días
después, la Base fue destruida en un ataque de la UEP Estrella Oscura.
Nuevamente, la presencia de las seis Torpederas Acorazadas fue vital para
evitar que ninguna de las naves de guardia en la zona inferior de la Estación
sobreviviese a la Explosión del misil de Antimateria. Todas estas operaciones
demostraron dos cosas, que los Comandos de Sigrid eran vitales, y que
desgraciadamente, eran insuficientes. El Almirante Stratos determino que para
enfrentar la actual situación de modo optimo serían necesarios al menos el doble
y una segunda nave Q de un porte diferente. En su opinión, en cuanto regresasen
a Mar-Shagan, la coronel Sigrid y la General Samantha iban a tener muchísimo
trabajo para solucionar esto.
En esos instantes, a falta del retorno
del Almirante Stratos con su grupo y las dos UNEX, Tagard y los demás estaban
tratando de averiguar cómo hacerse con las bases de datos de la otra estación
que tenían localizada. Bueno, en realidad eso no era del todo correcto, el
llegar hasta el centro de almacenamiento de datos de la estación no era ningún
problema, el extraer toda la información que contenía tampoco, igual que el
eliminar a todos sus guardias o el luego poder retirarse hasta la nave sin ser
detectados. Sigrid también había diseñado un plan para crear confusión para
facilitar su asalto y luego poder retirarse hasta la Q 13, calculaba que de ese
modo tendría al menos un par de horas antes de que supiesen que había ocurrido
exactamente. Lamentablemente, ese margen de tiempo no era suficiente como para
permitirles salir de la estación, porque una vez que surgiese el problema con
el centro de datos, los Ukur-Uruk de acuerdo a lo que habían averiguado sobre
sus protocolos, cerrarían la estación a cal y canto. Cualquier nave que tratase
de irse seria destruida por las defensas o las naves de patrulla, que muy
probablemente también incrementarían en número. Y desde luego una vez
averiguasen que su base de datos había sido "robada", conociendo ya
el modo de actuar de los Ukur-Uruk, eran más que capaces de asesinar a todo el
mundo presente en la Estación para asegurarse de que nadie escapase con ella.
El problema que estaban tratando de
solucionar, era ese precisamente, como conseguir que la Q 13 escapase con esas
bases de datos intactas, y luego destruir la Estación para que nadie supiese del
robo… Pero para eso, lo único que todos tenían claro a esas alturas, es que si
o si, necesitaban a la UEP Estrella Oscura para destruirla y las UNEX para
controlar el flujo de movimientos del sistema… Pero de momento y hasta que
Stratos decidiese regresar al sistema Chin, el Almirante Tagard decidió
ocuparse el otro problema pospuesto debido a la protección del Mundo Chin. En
su momento planificó un doble ataque sobre algunos de los mundos Xgor, ya que
se determinó con un 89% de posibilidades que los datos recabados por los
Ukur-Uruk sobre la flota procedieron de ellos, además de que aún les debían la
emboscada que les tendieron. Según los últimos datos recibidos, en un par de
días la flota del Almirante Yue Fei estaría aproximadamente a una semana del
sistema estelar Chin, lo que le permitiría a Tagard poder moverse con libertad
contra los Xgor. Se habían identificado doce sistemas estelares pertenecientes
a los Xgor, la flota dividida en dos grupos se encargaría de cuatro de los
sistemas, mientras que en otros seis más las Torpederas Acorazadas atacarían su
tráfico comercial.
Solo dos días después partieron los
diversos grupos. El Almirante Tagard y el Vicealmirante Alkard partieron cada
uno con una flota compuestas por 3 Superacorazados, 15 Acorazados, 14 Cruceros
de Batalla, 30 Cruceros Pesados, 20 Cruceros Ligeros, 70 Destructores, 4
Fragatas de Defensa y 4 Corbetas de Exploración. Por otro lado, también lo
hicieron dos grupos de 4 Torpederas Acorazadas cada uno. Atrás quedaron la nave
hospital, la Fragata de Asalto, la Q 13, el Portanaves P-14, la nave de apoyo
Genius y el resto de las naves de la Flota como escoltas, encabezadas por el Superacorazado
Kraken.
Una vez que llegasen a destino, la parte más
vulnerable de la Flota eran las Corbetas de Exploración con sus poderosos
sensores, que eran los ojos de la Flota, por lo que les fue asignada a cada una
de ellas una Fragata de Defensa como escolta, quienes las cubrirían con sus
poderosos emisores de escudo. La idea era realizar un ataque rápido y preciso
sobre las principales instalaciones militares de los cuatro sistemas mientras
las torpederas sembraban caos en otros seis sistemas para generarle problemas
al mando Xgor. Todo estaba cronometrado en una operación muy similar a la que
su Alteza ideo contra los Brimm, una vez cumplido el tiempo, todos debían de
dirigirse a un punto preestablecido suspendiendo cualquier operación que en ese
momento se estuviese realizando para saltar de inmediato al siguiente punto del
plan.
Los ataques realizados por la flota
fueron un completo éxito. En el primer ataque de los dos Grupos de Combate
aproximadamente 70 naves de guerra Xgor fueron destruidas, otras 90 más cayeron
en el segundo, las dañadas se contabilizaron en dos o tres decenas más, y a
esto hubo que sumar varias bases militares severamente dañadas durante todo el
proceso por el masivo bombardeo orbital de los Acorazados de la Flota. Los dos
primeros sistemas no presentaron el menor problema, ya que la sorpresa fue
absoluta, no se esperaban un ataque de semejantes proporciones. Además, la
dispersión de fuerzas en esos sistemas al estar acantonadas en diversas bases
también ayudo bastante a los ataques, ya que no les dieron tiempo de
reorganizarse y preparar una defensa sólida.
Tagard y Alkard prácticamente dieron la
mismas ordenes, mientras las naves Capitales acompañadas de los Cruceros
Ligeros se encargaban de bombardear la principal base defensiva de sus
respectivos sistemas destruyendo cuando material hubiese en ella, dieron
completa libertad a los Cruceros Pesados y Destructores para poder dar caza a
cuanta nave se moviese en el sistema o causar daños a las instalaciones
comerciales existentes. Esto último fue algo parecido a lo que hicieron las
Torpederas Acorazadas. Si bien durante el primer ataque no tuvieron mayores
problemas que tener que ir cazando las naves de guerra prácticamente de una en
una excepto las de la Base principal, en el segundo sistema se encontraron con
una defensa más organizada puesto que ya les habían llegado noticas confusas
del primer ataque. Lamentablemente para los Xgor, en este segundo sistema
cometieron el mismo error contra ambas flotas, y que demostró que el
enfrentarse en un combate abierto a un número equivalente de naves que eran muy
superiores tecnológicamente, no era una buena idea.
Las Torpederas entraron en el sistema
asignado con sus sistemas electrónicos de protección a máxima potencia, se
desplegaron y una vez localizaron sus objetivos se lanzaron sobre ellos. Tan
solo atacaron durante un periodo de unas pocas horas para después retirarse a
toda velocidad hacia su siguiente objetivo. Mientras que las flotas se
esmeraban en causar tanta destrucción como era posible sobre los elementos
militares dispersos, las Torpederas Acorazadas atacaban todo lo que se
encontraba a su alcance, aunque no resultase más que con daños medios. Su
misión era simplemente causar caos y confusión entre las guarniciones Xgor, y a
fe que lo consiguieron. Los sensores Xgor no era excesivamente buenos, para
desengancharse de ellos tras cada ataque, lo único que las torpederas debían de
hacer era interponer una masa entre medias y conectar sus sistemas de
interferencia a máxima potencia. Luego de eso solo tenían que realizar un
pequeño micro salto sobre otra posición y volver a comenzar de nuevo. Una vez
terminado el último ataque, las Torpederas saltaron al sistema de reunión para
esperar al resto de la flota y asegurar la zona.
Pese al éxito completo de la misión los
daños no habían sido elevados. Prácticamente todos ellos se produjeron cuando
los Xgor aprendieron que el único modo de hacer frente era concentrar el fuego
sobre el mismo objetivo. Tras este tardío cambio en su táctica, dos Acorazados
necesitarían al menos una semana de la Genius para reparaciones de cierta
importancia en cuanto llegasen al sistema Chin. Otros 7 Cruceros de Batalla, 2
Cruceros pesados, 14 Cruceros Ligeros y 28 Destructores sufrieron daños menores
que solo llevarían unas pocas horas de la Genius. Por su parte, la totalidad de
las 8 Torpederas Acorazadas necesitarían de una completa revisión de sus
sistemas tras sufrir todas ellas daños leves durante sus ataques a medios
militares Xgor. Los Superacorazados por su parte, entre los seis, perdieron un
total de 8 Cazas y 9 Bombarderos, cuyos pilotos pudieron ser recuperados de los
restos…
Por su parte los Xgor perdieron más de
400 cazas de su defensa además de casi todas las naves de guerra presentes en
ambos sistemas. La gran diferencia entre los Cazas y Bombarderos de la
Confederación Imperial y los de los Xgor fueron los escudos de los primeros, que
les permitían absorber varios impactos antes de que comenzasen a sufrir daños. Los
restos de estos Cazas y Bombarderos perdidos fueron totalmente destruidos por
disparos de los Cruceros de Batalla. Esos aparatos serían más adelante
repuestos por el Portanaves P-14, que contaba con varias decenas de cada tipo
de estas naves desmontadas en sus Almacenes. La parte negativa, pero que aun
así fue un alivio dado su bajo número final, fue la treintena de bajas mortales
y un centenar de heridos entre los tripulantes de la flota. Estas fueron
principalmente de los dos Acorazados sobre los que finalmente los Xgor
concentraron su fuego.
CONTINUARA
Estupendo relato, como siempre. Gracias por continuar la serie.
ResponderEliminarCon todos los respetos, pero eres un cabroncete; con el tema de las "mejoras completamente novedosas” del Represor, nos sacas de la parrilla para echarnos directamente sobre las brasas. Seguro que nos tienes en ascuas sobre el tema, quemando nuestra ansiedad, durante un par de capítulos, hasta que lo sepamos. Solo espero que luego no te descuelgues con que solo es un cambio de la junta de la trócola, ponerle unos dados de peluche en el retrovisor para crear ambiente o colocarle un par de hermosas astas sobre el capó :-PPPP.
ResponderEliminarInteresante lo de doblar los comandos y una segunda nave Q, veo que el brazo inexplorado aun dará mucho juego.
Un saludo,
VGG
Excelente
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