Confederación Imperial Galáctica

Libro - 16

Ukur-Uruk

4

Fecha estelar - 5343

Brazo Inexplorado

Sistema Chin

Orbitando Chin

Superacorazado Colossus

 

La Flota entera junto con las UNEX y la UEP Estrella Oscura estaban en el sistema Chin, orbitando el planeta principal y sus dos lunas, llevaban casi dos meses allí. Las bases de datos robadas habían sido enviadas a la Confederación Imperial, eran tan enormes que tuvieron que dividirlas entre dos misiles de Frecuencia. El Almirante Stratos no quiso correr riesgo y envió un total de cuatro misiles para asegurarse de que llegasen intactos. La copia que se quedó en la flota se estaba tratando de decodificar, pero su volumen era tan enorme que los servicios de inteligencia destacados en ella no daban abasto. El problema que se estaba dando es que muchos de los datos que estaban consiguiendo no tenían valor ninguno, inteligencia calculaba que apenas el 8% del total serian de interés inmediato.

Ambos Almirantes esperaban lo mismo, o bien un golpe de suerte por parte de inteligencia de la flota porque encontrasen algo útil, o que llegasen instrucciones desde la Confederación Imperial porque ellos hubieran tenido más éxito. Tardo un mes más, pero por fin en el sistema entro un misil de Frecuencia que emitió un pulso de alta densidad codificado con ordenes antes de autodestruirse. Estaban reunidos los dos Almirantes con el Vicealmirante Alkard para estudiar las ordenes junto con la información que se habían recibido, cuando entró la coronel Sigrid cojeando, ya que hacía tan solo un par de días que había sido dada de alta de la nave hospital. El único motivo por el que aún seguía viva es porque cuando las dos cubiertas superiores se desplomaron sobre ella llevaba puesto su Traje Blindado de Combate. Pese a ello entró en la nave hospital con pronóstico crítico, ya que se rompió el 65% de los huesos del cuerpo. Se había tirado casi dos meses en un tanque de regeneración celular, el tratamiento había sido un éxito, pero aún le quedaban unas semanas de recuperación. Y no era la única, al menos el 34% de sus hombres estaban en la misma situación que ella.

Los datos recibidos eran simples extractos de la base de datos capturada. Contenía el código de acceso a los datos y una especie de árbol desplegable de identificación de los diferentes contenidos. Con esto inteligencia de la Flota tardaría apenas dos o tres días en extraer la documentación realmente importante para la flota. Su Alteza había remitido ordenes muy específicas, tanto para la Flota, como para las UNEX y la UEP Estrella Oscura, aunque para poder llevarlas a cabo debían de acceder a parte de la base de datos. El plan desarrollaba las áreas de Exploración que debían de verificar las UNEX, incluyendo la posición de tres nuevas Estaciones Comerciales de las que la UEP Estrella Oscura se encargaría. La Flota por su parte, tenía lo que parecía ser un plan de ataques simultáneos sobre varios lugares no especificados pertenecientes a los Ukur-Uruk. Una particularidad, es que también incluía instrucciones precisas de evitar enfrentamientos con los Extraños si era posible.

Se tardo una semana en completar la planificación de lo que pretendía su Alteza que se hiciese. Los cuatro no pudieron evitar mirarse entre sí cuando se dieron cuenta de la enormidad que aquello suponía. Era un plan de ataque a gran escala por fases sobre los Ukur-Uruk, incluido una pequeña parte de su propio territorio, que venía perfectamente identificado en la base de datos robada en la Estación Comercial. Algo que llamó la atención es que una importante zona delimitada como territorio Ukur-Uruk estaba situado en el interior de una nebulosa, donde además según los datos se establecían dos de sus más importantes bases militares. El problema con la nebulosa, en caso de tratar de atacar, es que los sensores perderían su ventaja, lo que sería un serio inconveniente, ya que prácticamente tendrían que actuar poco menos que a ciegas. Aunque por fortuna, esa zona concreta estaba marcada por su Alteza como excluida. Ninguno terminaba de verlo claro, con estos ataques los Ukur-Uruk no tendrían más remedio que responder antes o después, difícilmente se quedarían parados, y era un riesgo enorme, ya que la Flota solo tenía un punto de apoyo, el sistema estelar Chin, y muy probablemente no eran los suficientes como para poder hacer frente a un ataque a gran escala.

Entre los datos recuperados de la Estación, había unos en particular que hacían precisamente referencia a ellos, a la Flota del Almirante Tagard. Según estos, se había puesto precio a cualquier información que se recibiese sobre su paradero, tipos de naves, modelos, etc, en definitiva, cualquier cosa de interés que se les facilitase. Eso era tanto como decir que los Ukur-Uruk le habían puesto precio a las cabezas de todos los integrantes de la Flota. También encontraron lo suficiente como para poder crear un mapa de un grupo amplio de sectores de esa zona del Brazo de la Galaxia, y las consideraciones al respecto que tenían los Ukur-Uruk. Por ejemplo, los Xgor entraban dentro de una categoría que inteligencia parecía haber denominado como una especie de clientes, colaboradores e informadores. Y no eran los únicos, había más marcas como las de ellos sobre otros pueblos no identificados aun repartidos por el Brazo. La zona concreta del sector donde estaba el sistema Chin estaba denominada por ellos como "granja de esclavos" o algo de un cariz muy similar, ya que las traductoras algunas veces tenían problemas con ciertos términos muy específicos.

Los Chin no eran el único planeta aparentemente habitado del sector que se hallaba en esa situación, aunque no existían datos aparentes sobre esos otros presuntos mundos. Pero esta "calificación" de esta zona del sector, básicamente implicaba que posiblemente aun apareciesen más grupos de esclavistas en el sistema. Por ello Tagard una vez revisado todo insto a los Chin a preparar planes de contingencia por si sucedía de nuevo alguna visita indeseada. Lo que desde luego si que quedó claro, es que los Ukur-Uruk dentro del Brazo eran extraordinariamente poderosos y su alcance llegaba muy lejos… Pero sin embargo, también se dieron cuenta de que faltaba, aunque solo fuese una estimación aproximada, información sobre el global de las fuerzas Ukur-Uruk.

De todos modos, los cuatro estaban de acuerdo en una cosa, en esa planificación que había desarrollado su Alteza para que ellos la implementaran había algo muy extraño. Si hubiesen estado más cerca de las Fronteras de la Confederación Imperial tendría cierto sentido con toda la Flota tras ellos respaldándoles, pero allí tan lejos no, es por ello que no terminaban de entender que era lo que su Alteza realmente pretendía con esto. Todas las naves Ukur-Uruk estaban armadas, y ese todas eran literal, incluidas las que en condiciones normales podrían calificarse como de "civiles". El plan no establecía ataques selectivos precisos contra objetivos militares importantes, aunque hubiese alguno incluido, sino que esto parecía una especie de raid contra blancos masivos al azar. Incluso las ocho Torpederas Acorazadas que quedarían libres tenían sus propias misiones específicas, que no eran otra que nuevamente, causar caos sobre las rutas comerciales de los Ukur-Uruk y por tanto en su economía. Todos los presentes opinaban lo mismo, una de dos, o todo el plan era un error de su Alteza de dimensiones descomunales, o conociéndolo, más probablemente, estaba tramando alguna de las suyas, aunque por la distancia existente con la Confederación Imperial no eran capaces de suponer ni por asomo el que podría ser…

Por otro lado, llegaron más malas noticias, porque finalmente la Q 13 tuvo que ser apartada del servicio para el que se suponía que estaba allí, y prácticamente para cualquier otro, de forma definitiva. Sus daños eran tales que resultaba absolutamente inútil para cualquier cosa que no fuese ser usada como plataforma de Artillería móvil, en realidad estuvo muy cerca de alcanzar el límite marcado por la normativa donde ya no hubiese sido rentable su reparación. El veredicto de los ingenieros de la Genius fue aún mucho peor de lo esperado, la propia estructura de la nave había resultado comprometida, algo que solo podía ser solucionado en un Astillero de primera clase. Los ingenieros ni siquiera sabían cómo había podido llegar hasta allí de una pieza con semejantes desperfectos en sus cuadernas estructurales. Lo que en principio serian dos semanas o tres para parchearla, se habían convertido en dos meses y medio, sin que por ello dejase de necesitar con urgencia reparaciones profundas que allí no se podían hacer. De momento, pese a sus condiciones, aún era una nave "útil" en cierto modo, ya que se podría catalogar, por denominarla de un modo optimista, como un Crucero Pesado para defensa cercana de la Genius. Vamos, anclarla a la Genius como Batería Artillera para su defensa estática mientras tuviese los extensores de Dársenas desplegados. Los ingenieros ni siquiera tenían claro si sería capaz de soportar el viaje de regreso a la Confederación Imperial, o finalmente habría que barrenarla durante el mismo.

Finalmente, la flota dividida en tres grupos se puso en marcha, atrás quedaban las naves "especiales" con una escolta compuesta de un Superacorazado, tres acorazados, un Crucero de Batalla, tres Cruceros Pesados, dos ligeros, siete Destructores y la mitad de las Fragatas a cuyo mando se quedaba el Contraalmirante Narros, del Superacorazado Kraken. Quien por cierto no estaba nada contenta era la coronel Sigrid, ya que ni ella ni sus pocos comandos aun aptos para el servicio fueron autorizados por el Almirante Tagard para participar en estas operaciones. Poco antes de que la flota partiese, lo hicieron la UEP Estrella Oscura con sus seis Torpederas Acorazadas como apoyo, y el resto de estas, camino de sus propios objetivos. La misión de las Torpederas era "extraña" en su concepción, ya que sus instrucciones eran desplegarse en sistemas de influencia Ukur-Uruk, localizar naves de estos y una vez hecho, lanzar un ataque en salva, o lo que es lo mismo, disparar la máxima capacidad de misiles o torpedos a la vez. La miga de las ordenes venia después de eso, pues según estas, su prioridad era desaparecer sin volver a lanzar nuevos ataques en busca de un nuevo blanco sin importar si destruían, inutilizaban, dañaban o fallaban con sus disparos.

Por su parte, el Almirante Tagard, tenía unas ordenes bien distintas, en ellas si especificaban que sus ataques debían de causar daños. De hecho, se especificaba que debía incluso de someter a bombardeos las colonias de los sistemas objetivo, aunque procurando limitar los daños masivos a elementos militares. Sin embargo, los ataques debían de ser tipo raid, entrar, golpear y salir lo más rápidamente posible. Y, además, la organización en fases que habían recibido indicaba también enormes saltos en distancia entre ataques, y por mucho que lo habían intentado, ninguno había sido capaz de identificar un posible patrón en el conjunto del plan establecido por su Alteza Imperial. Daba la impresión de ser algo hecho de forma apurada e improvisada, algo que todos sabían que no cuadraba en absoluto con nada que procediese del Príncipe Jhored. Una cosa si tenían por cierta, si ellos que conocían al dedillo toda la planificación, no eran capaces de verle ni pies, ni cabeza, los Ukur-Uruk, muchísimo menos, para ellos sus movimientos iban a ser poco menos que impredecibles e improvisados, y no, ni por un solo instante, alguno de ellos pensó que algo tan simple fuese el objetivo final de su Alteza.

El primer objetivo de las distintas flotas fueron sistemas eminentemente mineros, por lo que disfrutaron de una gran variedad de blancos entre los que elegir. Por poder, podrían haberlo arrasado todo sin dificultad, pero las limitaciones impuestas por el plan de su Alteza, hizo que los tres mandos tuviesen que afinar sus opciones con vistas a causar los mayores daños posibles. Cruceros Pesados y Ligeros se encargaron de cuanta nave pudieron alcanzar, mientras que las naves pesadas, Acorazados y Cruceros de Batalla, se centraban en atacar y bombardear las defensas de las diversas instalaciones, para que después los Destructores las atacasen a placer.

En ningún momento se olvidaron del detalle de que los Ukur-Uruk armaban todo lo que tocaban. Con cualquier otro pueblo, las naves mineras, de transporte o cargueras hubieran sido blanco de los Destructores, pero en previsión a que opusieran feroz resistencia se mandaron contra ellas los Cruceros. Los blancos entre estos se dividieron por sus lecturas energéticas, los que más cantidad emitían fueron los Blancos principales de los Cruceros Pesados, y los que menos, de los Cruceros Ligeros. Las naves "civiles" Ukur-Uruk demostraron estar bien armadas, pero para su mala suerte, no eran naves militares, y la diferencia tecnológica era abismal. Al igual que con las Torpederas, al Almirante Tagard también se le dieron órdenes de no repetir ataques, simplemente tras realizar uno, sin importar el resultado, debían de pasar de inmediato a otro blanco diferente.

Sin embargo, durante el raid, en todos los ataques, las pocas Fragatas de Defensa que llevaba cada grupo, quedaron siempre en posición de prestar apoyo donde fuese necesario y proteger a cualquier nave que sufriese daños serios con sus poderosos generadores-emisores de escudo o estuviese bajo ataque de cazas. Dado que los Ukur-Uruk como ya se ha dicho, armaban todo lo que tocaban, era previsible que alguna nave pudiese sufrir en algún momento daños lo bastante serios como para que comprometiese la integridad de sus escudos. Además, estaba también la otra función primordial de estas, que era la defensa de la Flota frente a cazas o Bombarderos, algo que los Ukur-Uruk usaban, motivo por el que Tagard decidió llevarse la mitad de las Fragatas con la Flota.

Solo después del tercer sistema atacado Tagard se comenzó a dar cuenta de la magnitud de lo que estaban haciéndole a los Ukur-Uruk con este tipo de plan y su modo de desarrollo. Tan solo aproximadamente el 10%, 16% siendo enormemente optimista, había resultado destruido, todo lo demás atacado había sido dañado en mayor o menor medida. Esto lo que les iba a plantear a los Ukur-Uruk era un problema logístico de primer orden. Si atacas un sistema por el que circulen ejemplo cincuenta naves, y destruyes diez, generas un problema, puesto que tienes que reponerlas, pero el resto pude seguir funcionando con normalidad, simplemente reduces su eficacia. Pero si en ese mismo sistema, destruyes solo dos o tres, mientras que dañas cuarenta dejándolas inutilizadas para su uso durante cierto tiempo, por un lado, obligas a reponer las pocas perdidas, pero por otro, temporalmente consigues reducir su "capacidad" en dos frentes diferenciados. Uno en la logística para todo lo que sea necesario y otro en la saturación de sus medios de reparación. Por cada sistema que pasaban, este quedaba temporalmente inhabilitado para todo lo que no fuese reparar los daños que habían causado, y esto con los pocos medios hábiles que habían quedado tras el ataque de la Flota.

En el primer sistema que Tagard atacó y que contaba con una base militar, redujo está a cenizas mediante un bombardeo masivo de los dos Superacorazados y diez Acorazados de su grupo, algunas Fragatas se encargaron de los pocos Cazas que pudieron despegar, mientras que los Cruceros de Batalla con los Cruceros Ligeros y Destructores se encargaban del resto de instalaciones. Los Cruceros Pesados por su parte se ocuparon de cuanta nave se cruzó en su camino. Finalmente, tras poco más de dos meses de incursiones llego el plazo marcado para retirarse de nuevo al sistema Chin y una vez allí hacer recuento de los objetivos cumplidos por los diversos grupos, a la vez que las naves de la flota comenzaban sus reparaciones por parte de la Genius. Si bien hay que decir que no se registraron pérdidas de naves, sí que algunas de estas sufrieron daños de consideración y también hubo tripulantes que desgraciadamente perecieron. Dos Cruceros de Batalla, cuatro Cruceros Ligeros, dos Fragatas y trece Destructores iban a necesitar al menos de dos a tres meses de trabajos de la Genius. El resto de la Flota, quizá solo unas pocas horas de trabajo de sus propias tripulaciones para terminar de ponerse a punto.

Si para los Ukur-Uruk la flota, que les causo unos destrozos considerables debió de ser muy dañina, las ocho Torpederas Acorazadas sin duda fueron un constante dolor de cabeza. Solo en contadas ocasiones fueron capaces de destruir por completo la nave objetivo de un solo ataque, la mayoría de ellas sufrieron daños considerables, pero pudieron llegar a sus destinos o al menos, a algún sitio donde recibir ayuda. Pero hubo un buen numero, que simplemente quedaron varadas y que tuvieron que ser remolcadas, o destruidas en el mismo lugar, si se estimaba que no había forma de salvarlas. Los problemas logísticos, una vez más, que las Torpederas causaron, junto con el previsible pánico, fueron tan importantes como los de la Flota, solo que estas lo "dispersaron" más. Tras el raid, se estimó que al menos el 31% de la zona de influencia Ukur-Uruk tenía serios problemas de toda índole, incluido el de la seguridad generado por las decenas de alertas de ataque que habían generado.

Por otro lado, la UEP Estrella Oscura eliminó dos nuevas Estaciones Comerciales Ukur-Uruk antes de retornar al sistema Chin para reabastecerse una vez que se agotó el límite de tiempo concedido por su Alteza en su planificación. Si bien la primera estación no presento la menor complejidad, y fue destruida con la misma "facilidad" que las anteriores. Sin embargo, con la segunda fue una auténtica odisea, por no decir, que casi una pesadilla y a punto de convertirse en un desastre. El grupo de la Estrella Oscura entró al sistema siguiendo su pauta habitual, derivaron lentamente para ocupar sus posiciones sin ser detectados cuando se produjo la aparición de los Extraños. Con esto Stratos se vio obligado a retirarse por dos motivos, primero porque no se podía permitir correr el riesgo de verse envuelto en la batalla, y segundo, porque la estación se estaba poniendo en marcha, siendo imposible que llegase a tiempo a su posición de disparo antes de que el plasma del motor impidiese su ataque. Aunque la UEP Estrella Oscura se retiró, una de las Torpederas permaneció en la zona exterior del sistema para chequear como terminaba aquello.

Finalmente, resulto que la Estación Comercial sobrevivió sin dificultades al llegarle refuerzos de importancia. La flota de refuerzo se estimó en algo más de 250 naves de Guerra, cuatro de ellas de considerable tamaño y por su funcionamiento, se catalogaron como portacazas, obligando a los Extraños a retirarse. Obviamente, con semejante apoyo el volver para rematar el trabajo no era una opción, por lo que pasaron a un nuevo blanco. Y si, como alguno ya habrá supuesto, el asunto se repitió, excepto que en esta ocasión fue al contrario y mucho más peliagudo. La UEP Estrella Oscura casi había alcanzado su posición, cuando, y justo por donde se encontraba, hizo su entrada una flota de Guerra de unas 90 naves Ukur-Uruk aproximadamente, obligando con ello a Stratos a ordenar nuevamente la retirada. Como dicen que no hay dos sin tres, Stratos tuvo la inmensa fortuna de que la Estrella Oscura se retirase precisamente en la dirección donde hizo su aparición el vórtice del Agujero de Gusano por el que aparecieron los Extraños. Literalmente, la Estrella Oscura se encontró justo en el medio de las dos flotas, que raudas avanzaban contra su opuesta lanzándose todo lo que tenían. La nube de Torpedos y Misiles que se lanzaron mutuamente fueron todos ellos dirigidos contra la posición donde se encontraba oculta la UEP Estrella Oscura, aunque por fortuna con distancia relativa suficiente como para darles tiempo a poder reaccionar.

La única opción que le quedó a Stratos para no resultar destruidos fue ordenar un salto de emergencia, lo que implico que todo el mundo vio perfectamente a la Estrella Oscura cuando lo realizó. Por si a alguien se le ha olvidado, la Estrella Oscura y sus difuntas hermanas estaban basadas en los modelos de Fragata de la Flota, por lo que comparte gran parte de características con ellas, por lo que Stratos tuvo que asumir que probablemente ambos contendientes reconocieran "la firma" de la nave. Con los Ukur-Uruk no era un problema, porque tras el paso de la flota por sus sistemas, iban a quedar hartos de ver ese tipo de "firma" de construcción, pero, sin embargo, con los Extraños era diferente, porque hasta ese momento posiblemente desconociesen la presencia de naves de la Confederación Imperial en la zona.

Stratos decidió pasar a por un nuevo blanco, optó por ir a por la Estación Comercial cuya posición era la más alejada de la zona, confiando con eso en no volverse a encontrar con un enfrentamiento. Lamentablemente, al hacer esto ajusto mucho el tiempo de misión, por lo que después le sería imposible lanzar un tercer ataque, incluso si fallase y también tuviese que retirarse. Por fortuna para él no ocurrió así, aunque la situación estuvo mucho más complicada, ya que los Ukur-Uruk habían reforzado sus patrullas. En la zona inferior de la estación, ahora se encontraban cinco naves de sus naves de protección para alejar a cualquier despistado. El movimiento de cuatro de las naves era el esperado, el mismo que en todas las ocasiones anteriores, el problema surgió con la quinta nave. El movimiento de este refuerzo era un tanto errático y aleatorio, incluso en un par de ocasiones quedo completamente estático dejándose derivar por la levísima atracción que ejercita la enorme masa de la Estación Comercial.

Stratos en esta ocasión se dio cuenta de que iba a tener que arriesgarse más, el disparo tendría que regularse a mayor velocidad, lo que implicaba una menor distancia. Esto significaba que la Estrella Oscura estaría más cerca de las cinco naves de protección y más lejos de su propio grupo de Torpederas. El tratar de acercar la Torpederas tampoco era una opción, sus sistemas de interferencia electrónicos eran muy efectivos contra los sistemas de rastreo Ukur-Uruk, pero nada evitaría que fuese detectadas a simple vista si se situaban muy cerca, cualquier patrulla podría "verlas" sin el menor problema. Stratos debía de elegir el momento con extremo cuidado, ya que, al instante de disparar, la UEP Estrella Oscura quedaría al descubierto, y tendría que salir de allí a toda velocidad. La elección era obvia, debía de escogerse el instante en que el mayor número de naves estuviese cerca del lugar de impacto. Un problema añadido es que la Estrella Oscura solo podía disparar los Misiles de Antimateria por los tubos de lanzamiento de Proa debido a sus características y tamaño especiales que habían impedido poder instalar uno en Popa, por lo que, para escapar tanto de las naves de escolta, como de la explosión, debería de virar 180º.

En el momento del lanzamiento Stratos se vio presionado por dos circunstancias, la posición de las cinco naves, y el límite de tiempo impuesto por su Alteza Imperial, al que debía de ceñirse expresamente. Si por alguna circunstancia este se traspasaba, debería de abortar la misión sin importar si en ese momento tuviese disparo franco. Ya había visto demasiadas veces que cuando su Alteza categóricamente expresaba alguna limitación, más valía hacer caso, porque cuando se cruzaba esa línea, tendía a no ser nada bueno para el infractor, y no precisamente por la mano del Príncipe Jhored. Por fortuna para Stratos, tan solo unas pocas horas antes de que cumpliese el plazo, encontró el momento "perfecto" dentro de las limitaciones que tenía. Se puede decir que Stratos dio dos órdenes consecutivas, disparar, y después salir de allí a toda velocidad. Lo cierto es que estuvo de un pelo.

Tras el disparo, tal y como presuponía Stratos, las cinco naves viraron para darles caza, mientras que la Estrella Oscura hacía lo propio para escapar. Tan solo un segundo después de girar por completo, la Estrella Oscura reestructuro la disposición de sus escudos, debilitando la parte frontal para aumentar la potencia de los traseros. Apenas cinco segundos después, dos disparos alcanzaron la popa de la nave, siendo los impactos absorbidos sin problema por los reforzados escudos. La explosión de la Antimateria se llevó por delante dos de las naves de protección, dañando seriamente una tercera que quedo a la deriva al perder prácticamente toda su sección de popa, y por tanto sus motores. Un tercer disparo impacto sobre el flanco de la Estrella Oscura, fallando un cuarto por poco, fueron los últimos que ambas naves pudieron realizar. Entonces fue cuando las Torpederas aparecieron, centrándose tres por cada nave. Una de ellas encajo doce torpedos y cuatro misiles, mientras que la otra se llevó dieciséis torpedos, saltando las dos por los aires. Después, las seis a la vez dispararon otra salva completa sobre la que estaba a la deriva sin motores… reventándola sin piedad.

Cuando saltaban fuera del sistema, una pequeña estrella crecía a ritmo acelerado desde la sección inferior de la Estación Comercial. Stratos dio orden de salto hacia un sistema cercano, una vez en él, ordeno a todo el grupo dirigirse a velocidad de crucero hacia el sistema Chin para reabastecerse y esperar nuevas órdenes. Stratos aprovecho el viaje de regreso hasta el sistema Chin para estudiar detenidamente todos los datos "obtenidos" por Sigrid de la Estación Comercial, descubriendo algo interesante desde su punto de vista. Se trataba de una especie de circular o algo de características muy parecidas a eso, ordenando una revisión exhaustiva del reactor de la Estación y sus sistemas implicados en el mismo, ya que "creían" que algún error en el diseño de las ultimas actualizaciones, había provocado al menos la destrucción de dos de las Plataformas de Comercio. Esto era interesante, porque demostraba que, hasta el momento, la participación de la Estrella Oscura en la destrucción de las Estaciones seguía siendo desconocida para los Ukur-Uruk, por lo que el secreto de la existencia del Misil de Antimateria seguía estando a salvo.

Mientras que todas las Flotas, el grupo de la Estrella Oscura y las Torpederas se encargaban de sus misiones, las dos UNEX se dedicaban a reunir inteligencia en los sectores que quedaban fuera, tanto de la nebulosa, como de los Ataques de la Confederación Imperial. Casi todos los sistemas por los que circularon las UNEX durante el plazo establecido por su Alteza tenían una cosa en común, la existencia de bases militares de la Flota Ukur-Uruk, de las que se registraron todos sus movimientos ante las alertas de los diversos ataques. Las UNEX también siguieron el mismo patrón que el resto de las naves, una vez que se cumplió su margen de trabajo, pusieron de nuevo rumbo al sistema Chin, al que llegaron antes que nadie, volcando toda la información obtenida en los sistemas del Superacorazado Kraken. Luego ambas volvieron a partir de inmediato tras reabastecerse para cumplir nuevas órdenes procedentes de su Alteza Imperial…

Las flotas y la Estrella Oscura con su grupo llegaron con pocas horas de diferencia, ya que todos habían agotado hasta el límite el tiempo del que disponían. No paso mucho tiempo, hasta que supieron que algo anda mal en el sistema. Sigrid les convoco a una reunión de urgencia con la embajadora Lady Dalemar y Dama Mei Ling, mientras que cuando entraron al sistema, el Almirante Yue Fei les dio la bienvenida con el gesto de alguien que ha recibido una muy mala noticia. Tagard no pudo evitar preguntarle si se encontraba bien, a lo que el Almirante Chin le respondió, que sí, que estaba tan bien como lo estaría él en cuanto se reuniese con la embajadora Lady Dalemar… luego cortó la comunicación… Fue entonces, cuando Tagard trató de comunicarse con el Superacorazado Kraken para tratar de localizar a la embajadora Lady Dalemar, cuando recibió la petición de la reunión en el Colossus de una sonriente Sigrid desde una pequeña nave que ya viajaba en su dirección. Por cierto, que Sigrid tuvo la brillante ocurrencia de solicitarlo en una comunicación múltiple con Stratos, Tagard y Alkard. Tras la socarronamente sonriente coronel, se veía perfectamente a Lady Dalemar, la cual desde luego no parecía nada contenta… y junto a esta, estaba Dama Mei Ling, que aún lo parecía incluso menos… Stratos no pudo evitar el preguntar…

-        ¿Pasa algo grave?

-        ¡oh, no!, es tan solo su Alteza que… -una sonriente Sigrid se calló volviendo la cabeza hacia ambas mujeres tras ella-.

En el momento de nombrar a su "Alteza" las garras de Lady Dalemar habían chirriado al dejar varios surcos sobre la mesa de soporte de pequeña nave de representación Chin en la que viajaban. Desde la posición de la imagen, se veía perfectamente que esas no eran las únicas marcas que tenía la superficie de esa pobre mesa, esta aparecía completamente rastrillada, sin duda por las garras de la embajadora. Ninguno de los tres, después de lo visto, tuvo la menor duda de que el más que visible cabreo de las dos mujeres, y la aparente diversión de Sigrid, tenían la misma fuente, su Alteza Imperial el Príncipe Jhored. Luego Sigrid cortó la comunicación siguiendo la especie de instrucción que los tres hombres supusieron que fue la especia de rugido enfadado que emitió la garganta de Lady Dalemar… Los tres se miraron entre sí a través de sus imágenes tridimensionales, preguntándose a sí mismos, ¿qué narices es lo que habría hecho esta vez su Alteza, que según sabían, continuaba en la Confederación, para que estuviesen así de cabreadas?...

 

CONTINUARA