Confederación Imperial Galáctica
Hermanos Perdidos
Fecha estelar - 5342
Brazo Inexplorado
Flota Expedicionaria
SuperAcorazado Colossus
Tras la captura de la nave de la Heredad,
Tagard tuvo que enfrentase a un serio problema, según los ingenieros de la nave
de Apoyo a la Flota, los daños causados en el asalto fueron lo suficientemente
importantes como para comprometer la integridad estructural de la nave, por lo
que esta debería de ser barrenada y sus restos arrojados a la estrella para no
dejar rastro alguno. Tagard entonces les presento un nuevo problema, antes de
poder hacer eso, debían de buscar soluciones para los 800 seres que estaban en
estado de éxtasis y a los que no sabían aun como despertar. Lo cierto que es
para su sorpresa, en tan solo un par de días dieron con una opción viable, trasladar
esas 800 cámaras a una de las Fragatas de protección después de reconvertir los
sistemas generadores expansores de escudo para que las alimentase y de ese modo
seguir manteniendo a esos seres en éxtasis. Esto que podría parecer complicado,
sería muy sencillo de realizar precisamente gracias a la presencia de la Genius,
la nave de apoyo de la Flota. Sin embargo, los mismos ingenieros le advirtieron
a Tagard que eso era únicamente una solución provisional pues esos sistemas no
estaban diseñados para esa función, ni para un uso continuo tan prolongado como
tendría que ser, y que, además, las instalaciones médicas disponibles no eran
adecuadas para tratar de despertarlos con un mínimo de seguridad si surgían
problemas.
Tagard sin dudarlo ni un solo momento,
decidió mandar un amplio informe a su Alteza sobre el problema surgido junto
con todos los datos extraídos de los bancos de la nave capturada. Jhored desde
luego no le defraudo en lo más mínimo, tras recibir la transmisión, en apenas 96
horas el Almirante Tagard ya tenía un misil de frecuencia en el sistema con
instrucciones precisas de que hacer… No pudo evitar reírse entre dientes al
pensar en la que se le avecinaba al Vicealmirante Alkard… De inmediato pidió
una comunicación con el Superacorazado del Vicealmirante, el Thalos…
-
Almirante…
supongo que ese misil de Frecuencia traía ordenes…
-
Si, además de
infórmanos de la llegada de refuerzos…
-
¿Aún más naves?
-se sorprendió el Vicealmirante-.
-
Si, su Alteza, en
base a parte de los datos que le enviamos, cree que la Heredad tiene que tener
como mínimo entre dos o tres naves más idénticas a la que capturamos.
-
Entiendo, y
supongo que querrá que también nos hagamos con ellas, ¿no?
-
Eso mismo, opina
que antes o después aparecerán por aquí para descargar en Tigenium, ya que
logramos bloquear la señal que se envió con bastante eficacia. Sus órdenes son
muy explicitas, debemos capturarlas también… y recuperar sanos a sus probables
"pasajeros"… Según su alteza, reintegrarlos a su origen podrían ser
un bonito gesto de buena voluntad hacia sus mundos…
-
Pues va a ser un
problema, porque si traen a más sujetos en éxtasis no sé cómo nos las vamos a
poder apañar… y seguir desmantelando nuestras fragatas no es ninguna opción, no
pasa de ser un parche -replicó el Vicealmirante-.
-
Bueno, eso creo
que lo ha solucionado bastante bien, ya que junto con la Fragata Blindada de
Asalto A-05-FT, nos envía la Nave Hospital Pesada NH-02-A, más por supuesto, su
escolta, tres Cruceros Pesados, dos ligeros y siete Destructores… La nave
hospital tiene por misión ocuparse de esos hibernados, además de tratar de
encontrar el modo de despertarlos con seguridad…
-
Bueno, eso
soluciona bastante bien nuestros problemas, la Nave Hospital podrá hacerse
cargo sin problema de esas cámaras de Éxtasis o de cualquier suceso medico
relacionados con ellos, la Fragata de Asalto se podrá encargar sin problemas de
tomar el control de cualquiera de esas naves en cuanto que aparezcan por aquí y
nosotros recuperamos nuestras escoltas -afirmó el Vicealmirante-.
-
Si, pero de todos
modos seguimos necesitando explorar todo este cuadrante apoyando a las UNEX y a
la Nave Q de la coronel Sigrid, por lo que habrá que dividirse… -replicó
sonriendo Tagard-.
-
Y supongo que quien
va a tener el inmenso honor de quedarse aquí a esperar a nuestros futuros
invitados seré yo, ¿no?… -replicó riéndose el Vicealmirante-.
-
Eso es, quedara
usted al mando de las operaciones que se realicen aquí para capturar las naves
que lleguen, sin olvidarse el problema de esos hibernados, debería de
comunicarlo en caso de encontrar el modo de despertarlos. Pero de momento
ocupémonos de lo primero, tan solo dígame que va a necesitar a parte del Thalos
y las naves de refuerzo que vienen de camino para esta operación… -indagó
Tagard-.
-
Bueno, creo que,
con otro Superacorazado, tres cruceros pesados, tres ligeros, una docena de
Destructores, dos de las Fragatas por si aparecen antes que los
"refuerzos", tres Torpederas Acorazadas y la flotilla que viene de
camino tendré más que suficiente para hacerme con esas naves sin grandes
problemas -replicó pensativo el Vicealmirante-.
-
Bien, pero además
incorpore también dos Cruceros de Batalla, no sea que le dé por aparecer a dos
a la vez y se quede corto con lo que tiene… Entre los dos Superacorazados y los
dos Cruceros de Batalla, aun en ese supuesto, podría inutilizarlas con bastante
rapidez… o hacerle frente si es una nave de guerra de la Heredad…
-
Si, puede ser
necesario, cualquiera de las dos opciones sería factible, así que más vale
tomar precauciones… Aumente entonces un Crucero de Batalla y tres Cruceros
Pesados más…
-
De acuerdo,
entonces, dos Superacorazados, Tres Cruceros de Batalla, nueve Cruceros
Pesados, cinco Cruceros Ligeros, diecisiete Destructores, dos fragatas de
protección, tres Torpederas Acorazadas, la nave hospital y la Fragata de
Asalto… Con eso podrá hacer frente a lo que se presente. Lo que no he entendido
muy bien es lo de las Torpederas… -dijo curioso el Almirante Tagard-.
-
Bueno, las quiero
por si acaso se da la poco probable situación de que una de las naves pudiese
saltar del sistema a ciegas aun recibiendo bastante castigo. Únicamente hay
tres sistemas donde podría hacer algo así con una seguridad del 100% sin correr
un serio riesgo de saltar por los aires…
-
Entiendo, y
piensa emboscar una Torpedera en cada uno de esos sistemas…
-
Eso mismo, su
misión seria emboscarse en cada uno de ellos. En caso de que alguna se escape, sus
órdenes serán la de destruir los motores de la nave nada más aparecer en el
sistema, y esperar después hasta que la capturemos… Como dije antes, no dudo
que seremos suficientes como para hacerlo sin problemas, pero solo por si acaso
surge algún contratiempo "raro"…
Tras la llevada
de los refuerzos y la marcha de la Flota del Almirante Tagard, el Vicealmirante
Alkard desplegó su flota. Tenía la misma opinión que las ordenes de su Alteza
dejaban vislumbrar sobre el sistema y del repaso de la operación de destrucción
de Tigenium que le detallo Tagard con todo detalle. La mayor defensa de
Tigenium siempre debía de haber sido su secretismo y ubicación, ni en mil años
si no se sabía dónde buscar alguien hubiese podido dar con ella. Pero como
todo, también tenía su punto débil, y por su situación, este era la necesidad
de ser suministrada prácticamente de todo. Se podía asumir, que al mismo tiempo
que descargaban sus pasajeros forzados para ser convertidos en acólitos
fanáticos, también lo debían de hacer con todo lo que esa base necesitase
además de llevarse a los nuevos "refuerzos". Pero esto implicaba que
en ese mismo instante la base era vulnerable, la presencia de una nave
descargando o cargando, llevaría indefectiblemente al descubrimiento de
Tigenium.
La implicación
era obvia, cualquier traspaso entre la base y una nave debía de realizarse lo
más rápido posible y el único punto para ello era el asteroide. En esto se
incluía el entrar y salir del sistema lo más rápidamente posible, por lo que
cualquier nave tomaría indefectiblemente el camino más corto para ello. Eso
dejaba a Alkard dos posibilidades muy claras, y una tercera poco probable, pero,
aun así, posible. El Almirante dividió su flotilla en varios grupos. En los dos
puntos más factibles desplego uno de los Superacorazados acompañado de un
Crucero de Batalla y dos Cruceros Ligeros, en el tercer punto, desplego al
último Crucero de Batalla acompañado de tres Cruceros Pesados. Entre los dos
primeros grupos se situó la Fragata de Asalto junto con dos Cruceros Pesados… Tras los tres grupos creo una pequeña
agrupación compuesta de seis Destructores con órdenes de reforzar en caso
necesario cualquier punto. Tal y como lo habló con Tagard, desplegó también las
Tres torpederas acorazadas en los sistemas aledaños, por si algún blanco
escapase con éxito. En la Zona interior del sistema, más cerca del sol incluso
de lo que hubiese preferido, situó a la Nave Hospital acompañada del resto de
naves de la Flotilla, los cuatro Cruceros Pesados, un Crucero Ligero, Dos
Fragatas de Protección de la Flota y los restantes once Destructores.
El modo en que
Tagard asaltó la nave de la Heredad le pareció un buen método para seguir
siendo empleado, máxime con la incorporación a su grupo de la Fragata de
Asalto, especialmente concebida para estos menesteres. La secuencia era muy
simple, establecer comunicación procurando confundir a la tripulación del
objetivo lo suficiente como para permitir que las dos naves pesadas de cada
grupo la deshabilitasen, mientras que los cruceros Ligeros y los dos pesados
que acompañaban a la Fragata se encargaban de silenciar el armamento de uno de
los flancos del objetivo. Luego de esto la Fragata iniciaría su doble ataque,
por un lado, descargaría los Marines sobre la nave objetivo con el fin de
asaltar las escotillas, a la vez que se abarloaría extendiendo varios túneles
de asalto entre ambas naves para penetrar por puntos claves… Aunque mientras le
daba vueltas al asunto, recordó cierta maniobra creada por su Alteza durante la
guerra, y que quizá fuese ideal para esta situación…
Finalmente, a los
ocho días de espera entró al sistema una nave idéntica a la capturada, justo
por el punto en que estaba situado el grupo del Thalos, el Superacorazado del
Vicealmirante. Este decidió emplear la táctica creada por su Alteza durante la
Guerra, y que tan buenos resultados le dio a la flota contra los Razors y los
Corix. Su Alteza al poco de incorporarse a la Confederación tras ser reconocido
por su tío como heredero comenzó a implementar una serie de cambios en todas
las naves de la flota de nueva construcción, incluso modificando las que ya
estaban casi para entregar, retrasando de ese modo el programa de rearme, lo
que no le gusto a nadie. Por ese entonces aún era poco conocido, pero tan solo
un año después de todo esto, durante uno de los por entonces habituales cursos
de mejora de mandos, su Alteza demostró de forma más que eficaz a los
principales y mejores mandos de la Confederación Imperial, el porqué de todos
aquellos cambios que ordeno realizar en las naves. Además, lo hizo por la vía
dura…
Alkard aun
recordaba cuando como miembro en ese entonces del estado mayor del Almirante
Reorsx, fue invitado a ese curso, y mientras con sus compañeros comentaban
críticos los cambios implantados por su Alteza, el Almirante les hizo callar a
todos ellos, en un tono que sonó muy molesto. Por aquel entonces, ya era un
secreto a voces que el mejor táctico y estratega de toda la Confederación
Imperial, era alguien a quien inteligencia había dado el nombre código de
"Agujero Negro", al que nadie había logrado vencer aún. Lo que
ninguno sabia, era que el tal sujeto, en realidad nunca perteneció al sistema
militar de la Confederación Imperial e incluso que hasta poco tiempo antes realmente
nadie lo conocía. Todos suponían por aquellas fechas que su identidad era
secreta con el fin de no convertirlo en un objetivo de primer nivel para los
enemigos.
De hecho,
prácticamente todas sus tácticas y estrategias estaban siendo usadas con gran
éxito por los mismos oficiales que habían mordido el polvo luchando contra el
en las simulaciones. Recordó como el Almirante Reorsx les hizo callar además de
sentirse profundamente avergonzados cuando les reprendió duramente. Aun
recordaba la cara de idiotas que se les quedo a todas cuando les recrimino sus comentarios,
indicándoles después que cuando alguno de ellos fuese capaz de derrotar a
"Agujero Negro", entonces y solo entonces, estarían habilitados para
poder hablar sobre cualquier cosa relacionada con su Alteza Imperial. Lo que
entonces no sabía ninguno de ellos, era que su Almirante era de las pocas
personas que en esos momentos conocían quien era realmente su Alteza y de lo
que este era capaz de hacer, igual que lo peligroso que resultaba enfadarle con
estupideces.
El curso
impartido a los veinte mejores Almirantes de la Confederación Imperial junto
con sus estados mayores fue una autentica carnicería de lo más vergonzosa para
todos ellos. Cinco intentos tuvieron cada uno para enfrentarse al denominado
por inteligencia como "Agujero Negro", y en las cinco ocasiones
duraron menos de diez minutos en combate… Todas y cada una de las flotas fueron
literalmente masacradas a placer. ¿lo peor?, que ninguno sabía que narices era
lo que había ocurrido exactamente. Cuando en una simulación la nave en que
estaba el Almirante con su estado mayor era destruida, todo el sistema del
simulador quedaba automáticamente a oscuras, expulsándolos de la batalla al ser
considerados muertos.
Esto en si no era
problemático pues estaba contemplado por si ocurría, ya que siempre había un
segundo grupo de apoyo que en estos casos se hacía con el control del mando
tras la caída del principal, Pero en esta ocasión, en todos los casos, fue algo
completamente ineficaz, además quedo terminantemente prohibido que
intercambiasen opiniones o información antes de terminar con todos los combates
bajo advertencia de durísimas sanciones, y ninguno sabía por qué… Cuando
consultaron las razones, la explicación los dejo con la boca abierta. La respuesta
fue simple, dado que los diferentes grupos, tanto el principal como los de
apoyo sucumbieron en las batallas, se determinó la prohibición, porque
"los muertos no sacan conclusiones", y ninguno de ellos sobrevivió a
ninguna de las diferentes batallas…
Después de que se
ejecutasen sus órdenes, Alkard no pudo por menos que sonreírse, la nave de la
Heredad fue capturada sin que hiciese ni un solo disparo o de que sus
tripulantes supiesen siquiera que era lo que estaba pasando antes de
encontrarse ante las armas de los marines de la Flota. Nuevamente el audaz
movimiento creado por su Alteza había resultado absolutamente letal, y lo más
increíble, que era de una simpleza tal que tras aquella reunión, más de uno de
los Almirantes se estuvo dando de cabezazos contra las paredes por no habérsele
ocurrido a él cuando lo explicó.
Su alteza fue
quien determinó que todos los puentes de mando de las naves, quedasen ubicados
en lo más profundo del casco de cada nave, en lugar de en su habitual posición,
en la parte frontal superior con grandes ventanales blindados por los que se
podía ver el espacio… A nadie le gusto esto, ninguno estuvo de acuerdo con
ello, y más el hecho de que pese a todo, los diseños exteriores no se
modificasen, según su Alteza, con el fin de ahorrar costos. Esto fue tomado
como una burla, ya que cualquier mando al acercarse a su nave, podía ver
perfectamente el lugar donde debería de estar el puente, con su forma
reconocible, y que, sin embargo, solo parecía algo realizado expresamente para
reírse de ellos. El enojo con su Alteza entre los altos mandos de la Confederación
Imperial en aquellos días alcanzo unos limites peligrosos…
En aquel curso,
cuando por fin todos fueron reunidos para las explicaciones finales, y para que
todos expusiesen su opinión, para su sorpresa allí estaba su Alteza Imperial en
persona. Pero lo que sin duda dejo a todos con la boca abierta, fue su
presentación por el mismismo jefe del estado mayor de la Flota como el mítico
"Agujero Negro", el cual, su labor entrenándolos táctica y
estratégicamente en simulaciones, había sido dado a conocer solo un año antes a
los principales mandos de la Flota. Una por una mostró todas las batallas, y en
todos los casos, los presentes tuvieron que apretar los dientes y tragar litros
de bilis cuando su Alteza les dejo claro el motivo especifico de sus
humillantes derrotas. Cuatro disparos habían sido suficientes para que en todos
los casos sus flotas resultasen reducidas a cenizas al quedar sin mando
operativo y desconocer el resto de sus naves este hecho, por lo que el segundo
grupo no pudo hacerse con el mando a tiempo…
Por alguna razón,
todas las razas conocidas con algunas excepciones mínimas, solían tener sus
puentes de mando en las secciones frontales, bien centradas adelante, en la
parte superior, en la inferior, o incluso lateral. De las pocas que no las
tenían de ese modo, estaban las colmenas Karasan, cuyos puentes de mando
estaban internos en las naves, siguiendo el mismo orden de sus nidos, donde las
reinas estaban siempre en lo más profundo y protegido… Precisamente de estas
fue de donde Jhored tomó la idea al estudiar su tácticas y métodos, fue en
ellas donde vislumbro el enorme punto débil de todas y cada una de las naves de
la Confederación Imperial, y por ende, de casi todos sus vecinos…
Evidentemente,
los enormes ventanales de los puentes de mando tenían poderosos blindajes que
se podían cerrar sobre ellos en Batalla. Pero lo cierto es que, por alguna
razón de índole sin duda psicológica, era extremadamente raro el oficial al
mando que cerraba el blindaje sin que el ventanal hubiese sido dañado
previamente, o el escudo de la nave estuviese muy debilitado, y ocurría fuese
de la raza que fuese. Esto era así especialmente en las naves más grandes,
Acorazados y Cruceros de Batalla al tener mejores escudos defensivos. Era más
probable que el capitán de un Destructor cerrase a que lo hiciese el de un
Crucero Ligero, y contra más poderosos eran los escudos de una nave, menor
probabilidad de que su Capitán ordenase el cierre, y el mando de una flota en
cualquier especie conocida, el 99,9% de las veces estaba siempre en una de las
naves más poderosas.
Cuando el orden
de acción fue explicado por su alteza, todos pensaron que vete tú a saber cómo
se le pudo siquiera ocurrir algo semejante. Su Alteza ideo un ataque de cuatro
naves para matar al Almirante al mando de una flota sin que esta fuese
consciente de lo que había ocurrido, al menos durante un buen rato. Primero el
disparo de precisión de las baterías de un Acorazado sobre los ventanales con
el fin de debilitar y hacer fluctuar durante dos microsegundos el escudo.
Segundo, justo un microsegundo después el disparo de precisión de las baterías
de un Acorazado o Crucero de Batalla aprovechando la debilidad extrema del
escudo en ese punto, pero esta vez, apuntando justo contra el punto exacto donde
se "escondía" la persiana Blindada de uno de los ventanales, aunque
esto únicamente lo dañaría levemente, ya que era un punto extremadamente fuerte
del casco al que nadie en su sano juicio trataría de dar por ser inviable el
sacarle provechó, o eso pareció hasta esos instantes. Y por último, un
microsegundo después del segundo disparo, las dos naves restantes, ya fuesen
cruceros Pesados o Ligeros, debían de disparar contra el Ventanal objetivo del
Crucero de Batalla justo cuando los escudos estaban comenzando a recuperarse
eliminando gran parte de la fuerza de los disparos, cosa que todo el mundo
sabía y habría considerado como una pérdida de tiempo… hasta entonces.
El primer disparo
hacia fluctuar el escudo, el segundo penetraba este durante dicha fluctuación
que lo debilitaba en un alto porcentaje con el fin de dañar levemente la
capacidad de cierre del blindaje, y por último, los dos finales justo cuando
comenzaba a recuperase, que al perder por ello buena parte de su poder, lo que
hacían era destrozar únicamente los grandes ventanales blindados, provocando
una explosión descompresiva en el puente de mando, matando a todos los
presentes, pero sin dañar este. El segundo disparo, al golpear tanto sobre el
blindaje propio de una de las zonas más fuertes de la nave, el del cierre del
ventanal, no era suficiente como para causar daños importantes sobre dicho blindaje,
pero si lo suficiente como para retrasar su cierre el segundo necesario para
matar a todo el mundo en el puente, pero no dejar que ningún cuerpo escapase
por el destrozado ventanal, pudiendo advertir de ese modo a la flota de la
muerte del Almirante al mando. Según se demostró, cualquier flota de cualquier
pueblo que sufriese dicha maniobra, excepto casualidad, tardaba un mínimo de
entre diez a veinte minutos en descubrir que nadie estaba mandando sobre la flota, puesto que la nave, y gracias a los sistemas automáticos seguía combatiendo, evitando de ese modo averiguar que solo continuaban con la inercia de sus ultimas ordenes.
Evidentemente,
tras descubrir lo que les ocurrió, todos los Almirantes quisieron saber, por
qué en lugar de dos simples cruceros, no se habían empleado alguno de los
Restantes Acorazados o Cruceros de Batalla para que sus impactos destruyesen
por completo el puente de mando de la nave. La respuesta fue clara y concisa,
el ataque consistía en eliminar al mando de la Flota adversaria sin que nadie
se diese cuenta, algo inviable tras la destrucción material del puente por un
impacto, o el que algún cadáver fuese lanzado al espacio por la descompresión
al romper los ventanales. Se demostró, que, pese a que el Blindaje cerrase la
brecha lo bastante rápido como para que ningún cuerpo fuese lanzado al espacio,
la brutal descompresión instantánea que sufriría el puente mataría a cualquiera
que estuviese en él excepto que los tripulantes llevasen trajes de vacío, algo
que nadie hacía en un puente de mando por ser un obstáculo más que una ayuda.
También se demostraría durante la guerra, que al igual que en las naves de la
confederación, cuando después del ataque el blindaje cerraba la brecha, los
ordenadores de las naves Razors o Corix, al estar el puente intacto, también
estimaban la situación como segura y en estado operativo, por lo que no emitía alarma
alguna por el impacto o la muerte de sus tripulantes.
Irónicamente,
aunque finalmente los Razors y Corix medio supusieron lo que hacía la
Confederación Imperial para destrozar a sus oficiales de mando en sus
enfrentamientos y que tantos problemas les estaba causando, nunca fueron
capaces de replicar el ataque. Por un lado, durante la guerra nunca
descubrieron que en las nuevas naves, que era donde si situaban los Almirantes,
los puentes de mando ya no estaban donde parecía, y porque aun si hubiesen
seguido en el mismo sitio, habrían concentrado tal cantidad de fuego que tras
haberlo arrasado, el ordenador central enseguida habría traspasado el mando
siguiendo sus protocolos. Aun hoy en día, todas las naves externamente seguían
diseñándose aun como si el puente estuviese en el sitio "normal", y
en este, los paneles frontales presentaban imágenes tomadas desde la posición
donde antaño hubiesen estado situados, dando así la falsa sensación de que todo
seguía igual, pero estando realmente, infinitamente más seguros que antes. A
fecha de hoy nadie en toda la Flota que estuviese en su sano juicio, abogaría
por devolver los puentes de mando a sus situaciones anteriores visto lo que les
podían hacer unos disparos bien colocados.
Esa fue una de
las primeras veces en que los altos mandos de la Confederación se tuvieron que
tragar sus opiniones previas sobre "las estupideces y caprichos" de
su Alteza. Otra de las consecuencias de aquel curso en concreto, fue el hecho
para todos de descubrir quién era en realidad el Mítico estratega y comenzar
con ello a pensárselo dos veces antes de hablar en su contra de sus ideas, o al
menos, de evitar hacerlo de forma abierta... No era igual hacerlo de su Alteza
Imperial, por muy heredero que fuese, que de alguien al que nadie había logrado
aun vencer en ningún combate y que muchas veces solía aplastar a sus
adversarios por simple diversión. Todo ello sin obviar además el hecho de que
la mayor parte de las tácticas en uso y que tan buen resultado les estaban
dando a todos, habían salido de su privilegiada mente… El riesgo de hacer el
ridículo frente a su Alteza en un momento dado era demasiado elevado.
Pues bien, eso
mismo que he explicado le ocurrió a la nave de la heredad… Tras ser interpelada
y dejar a su capitán completamente desconcertado, el Almirante Alkard dio orden
de abrir fuego. Primero disparo el Superacorazado Thalos, un solo microsegundo
después, le siguió el Crucero de Batalla "Arrogante", para solo un
nuevo microsegundo después, hacer lo propio los Cruceros Ligeros
"Dalal" y Tu-Anan". Tal y como supuso tras consultar
detenidamente los planos de la nave capturada, fue un éxito. Los disparos del
Thalos hicieron fluctuar el escudo, los del "Arrogante" dañaron lo
suficiente el blindaje como para retrasarlo y permitir que los de los Cruceros
Ligeros reventasen únicamente el ventanal central, provocando la descompresión
que los mato a todos sin que nadie más lo supiese. La nave simplemente siguió
el rumbo que llevaba fijado, siendo asaltada a placer por los marines de la
Fragata A-05-FT sin que nadie hiciese uso del armamento defensivo. Para cuando
alguien trato de reaccionar ya era muy tarde y todos los puntos clave de la
nave estaban bajo el control de los Marines de Asalto de la Flota.
CONTINUARA
Gracias por seguir publicando. hace años te leo.
ResponderEliminarpreguntas:que paso con los cruxas y con las cadetes valkirias
ResponderEliminarTiempo al tiempo, no puedo comentar nada por el momento, pero bueno, de forma tangencial aparecerán en este libro. Los comandos de la Coronel Sigrid son por los que preguntas. Los Cruxars son otro asunto para mas adelante...
EliminarEs muy complicado manejar un universo cruzándose todos por todos lados y mezclándose de forma coherente... Cada vez que avanzo me asusto de lo que se me lia...
Un saludo.
Gracias por responder y por la aclaración
EliminarBuenas noches, como siempre muchas gracias por estos textos tan magníficos. No nos abandones, un saludo.
ResponderEliminarGracias por este nuevo libro, Sombra Manca espero y deseo que estes ya recuperado de tu lesión en el brazo un saludó
ResponderEliminarExcelente como siempre. Que gusto da leeresta serie y la de Ashur
ResponderEliminarYo también te doy las gracias por tus libros.
ResponderEliminarMe encanta cómo has ido puliendo tu estilo de escritor, pero lo que de verdad me fascina en la imaginación que en mi opinión, te ha distinguido desde el primero de tus relatos.
Creo que lo primero que leí fue mi chica quince, va a hacer 10 años atrás y me da pena que no te puedas dedicar profesionalmente a ello porque comprendo que crear historias y escenarios como los que creas requiere mucha dedicación, esfuerzo y tiempo y si ese tiempo se saca del tiempo de ocio, la producción no puede ser tan rápida como a tus ávidos lectores nos gustaría.
Seguiré esperando pacientemente la continuación de tus historias y te doy las gracias de corazón por seguir contándonoslas.
(*) ...lo que de verdad me fascina es la imaginación...
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