Confederación Imperial Galáctica
Libro - 7
El Brazo de la Galaxia
1
Fecha estelar - 5329
11º Cuadrante Militar del Imperio
Frontera Exterior
Posición Estelar CIG-2357
Crucero de Batalla “Elemental del Viento”
El Crucero de
Batalla “Elemental del Viento” y sus tres naves hermanas se encontraban en esos
instantes en el 11º Cuadrante Militar de la Confederación Imperial Galáctica,
en los límites de la Frontera Exterior con el Brazo Inexplorado de la Galaxia,
una zona denominada como “Espacio Profundo”.
Los límites del brazo inexplorado se extendían más allá de la frontera
de la Confederación, haciendo también frontera con el brazo aunque en otros
cuadrantes se encontraban los Shilrrurs o el territorio de las Colmenas
Karasasn, por lo que era una zona doblemente peligrosa. Los Cruceros de Batalla
de la clase “Elemental”, lo conformaban únicamente cuatro Naves, las “Elemental
del Viento”, “Elemental del Fuego”,
“Elemental del Agua” y “Elemental de Tierra”, siendo la primera la que
ostentaba el honor en esos instantes de ser la nave insignia del Grupo de
Vigilancia del segmento de la Frontera en que estaban.
El proyecto
Elemental fue un intento “oficialmente fallido” de mejorar las capacidades
sensoras de los Cruceros de Batalla hasta llevarlas al nivel de las Corbetas de
Exploración de la Flota. Se erró estrepitosamente en el intento pues para que
sus sensores fuesen efectivos estos deberían de estar en el piquete exterior de
una Flota. Se concluyó que dadas las características específicas de los
Cruceros de Batalla y sus funciones dentro de un despliegue de una Flota, el
sistema no era realmente apto para su uso en dichas naves. Su mismísima Alteza
Imperial, el Príncipe Jhored, sin embargo, sí que era más que capaz de
encontrarle al grupo una función para la que realmente parecía que hubiese sido
especialmente diseñado, y esa no era precisamente la vigilancia de la Frontera
con el Brazo Inexplorado de la Galaxia, aunque no había que ser ningún genio
tampoco, para darse cuenta de que en aquel sector, los cruceros de Batalla se
encontraban en su habitad natural.
Durante las
primeras pruebas para su nueva función como naves de protección fronteriza se
descubrió que cuando el Grupo entero se sincronizaba, juntándose sus naves en
una formación cerrada y repartiéndose la esfera circundante a ellos de 360º en
cuatro cuadrantes independientes, prácticamente eran capaces de triplicar el
alcance de detección de la mejor Corbeta de Exploración de la Flota. Mientras que el proyecto “Elemental” se
cancelaba oficialmente por falta de resultados, todo lo referente al mismo fue
clasificando como de alto secreto. Tras un encontronazo entre el Oficial al
mando de las mismas y su Alteza, finalmente las cuatro naves a petición expresa del
primero fueron destacadas en el 11º Distrito Militar. Pese a su destino
oficial, quedaron no obstante bajo constante supervisión de los servicios de
inteligencia, concretamente, de la novena sección por orden directa de su
Alteza Imperial.
En el sector que vigilaban los sensores del “Elemental del Fuego” acababa de activarse la alarma al detectar la entrada al espacio normal de una nave. El motivo de dicha alarma es que según todos los datos reflejados, dicha nave procedía del interior del Espacio Profundo, y peor aún, según los datos recabados por los sistemas de detección dicha nave era la “Xferas Tyrrell”, propiedad del grupo minero “Tirrels Corporal Minera”. Era una nave dedicada exclusivamente a la Exploración Minera y que según constaba en los archivos fue destruida dos años antes en un accidente mientras exploraba opciones de Mineral en un campo de asteroides en el 4º Cuadrante Militar. El Comandante del “Elemental del Fuego” rápidamente dio la voz de alarma, comunicándose de inmediato con su superior el Vicealmirante *Tagard “Diablo” Blosky, quien se acababa de tumbar a dormir tan solo tres horas antes y a quien no era nada aconsejable despertar tan pronto sin una muy buena razón, algo con peso.
Cuando el
Vicealmirante llego al puente de mando del “Elemental del Viento”, su
comandante le tenía ya preparado un amplio informe con todo lo que habían
podido reunir en tan corto espacio de tiempo. Tagard dio orden de inmediato de
poner rumbo a la nave y activar el nivel rojo de alera en la flotilla, lo que
quería decir sensores revisando el blanco, escudos y blindaje alzados a máxima
capacidad más la totalidad del armamento dispuesto para abrir fuego de
inmediato a una orden suya. A medida que se iban a cercando y podían observar
la nave está cada vez planteaba un mayor número de incógnitas, sumado todo al
más que probable dolor de cabeza que le supondría en cuanto emitiese su informa
a su inmediato superior, el imbécil del Almirante Cossiers. La “Xferas Tirrels”
según los datos que los poderosos sensores transmitían indicaba tres cosas a
cual más importante.
• Que no parecía haber nadie vivo en su interior
pues no se detectaban señales de calor y una aparente total ausencia de
atmósfera respirable.
• Que había recibido un buen número de impactos en
su casco, incluyendo daños importantes en las puertas de la dársena de sus
transportes y no todos parecían ser causa de los habituales impactos fortuitos
por las rocas que estudiaban en naves de ese tipo.
• Y lo más importante de todo, que según todos los
datos que los sensores estaban reuniendo, esa era la “Xferas Tirrels” original. Una nave que
supuestamente había resultado destruida en un accidente dos años antes.
Si bien el
explorar el brazo de la Galaxia no estaba prohibido, si era obligatorio por ley
obtener un permiso especificando los intereses de la expedición y notificar a
la Flota cualquier intento al respecto, dando todos los datos tanto de nave
como de la tripulación que participaría en el evento. El obviar estos
requisitos estaba severamente castigado, y en esos momentos, dada la clara
procedencia de esa nave, Tagard pensó que la “Tirrels Corporal Minera”
iba a tener que dar muchas explicaciones. Dio órdenes al Comandante del
“Elemental del Fuego” de enviar un grupo armado completo de abordaje e
investigación bajo las reglas más estrictas para dichos casos. Obviamente, con
solo observar el casco de la “Xferas Tirrels” quedaba claro que en algún
momento había estado bajo ataque, las gigantescas puertas de la dársena de
atraque aparecían medio destruidas por el impacto de algún tipo de arma
explosiva, no obstante presentaban una entrada lo suficientemente amplia como
para dar cabida en su interior a una Lanzadera de Asalto de la Flota.
El equipo de
exploración enviado comprobaría la ausencia de “tripulación” del tipo que sea
en la nave, de trampas explosivas y otros elementos nocivos biológicos, de
origen químico o radiológico. También se harían con los “cuadernos” de la
bitácora registrados en su ordenador central, así como de una copia completa de
sus bancos de memoria para su posterior análisis en la Flota. Una de las
ventajas del Grupo de Cruceros de Batalla de la Clase Elemental, es que gracias
a la importancia de sus sistemas y al supuesto uso para el que habían sido
diseñados tenía su propios laboratorios con capacidad más que suficiente para
poder tratar por si mismos los datos extraídos de cualquier nave con total
seguridad. El Vicealmirante Tagard no pudo evitar sonreír cuando vio entrar al
emocionado responsable del denominado Centro de control de Sensores quien por
fin iba a poder usar sus complejos equipos a plena capacidad de realizar una de
las funciones primordiales para lo que supuestamente fueron diseñados
originalmente. Antes de que pudiese abrir la boca, Tagard directamente le aseguro
que recibirían copia de todo lo que se recabasen de los bancos de datos de la
nave, marchándose de inmediato tras saludar, completamente feliz tras escuchar
aquello.
Media hora después
de la entrada en la nave del equipo de investigación, el Vicealmirante recibió
un primer informe preliminar procedente del "Elemental del Fuego" que
no era nada halagüeño. Mientras la lanzadera de Asalto se internaba en la zona
de atraque de la "Xferas Tirrels", una segunda lanzadera la rodeaba
explorando detenidamente los daños del casco, la estimación de este estudio es
que la nave había estado bajo el fuego tanto de armas de energía como de las
denominadas "solidas", misiles, torpedos, armas repulsoras, de
proyectil, etc. Por otro lado el grupo de exploración se había encontrado en el
interior de la nave con una total ausencia de atmosfera, encontrándose que
ninguna de las puertas de seguridad se había sellado automáticamente al
producirse la descompresión por los daños en el casco. Del mismo modo
informaron de la presencia de al menos una docena de cadáveres pertenecientes
aparentemente a la dotación de la nave, estando al menos dos de ellos como
pacientes en la pequeña enfermería, por lo que recomendaban un nivel mínimo de
alerta ámbar hasta poder verificar que la "Xferas Tyrrell" no había traído
nada peligroso con ella en su viaje de regreso.
Otra de las
aportaciones de la misión de exploración fue el descubrir rápidamente el motivo
del retorno de la nave al espacio de la Confederación Imperial, ya que el
mandato que el ordenador central había seguido aún se hallaba operativo en la
consola de navegación. Según todos los datos en el ordenador central existía
una discreta pero a la vista estaba que muy eficaz rutina por la cual, en caso
de pérdida total o incapacitación de la tripulación de la nave, el ordenador
central tomaría el mando de la misma haciéndola retornar en saltos Interespacial
"seguros" a su base de origen. El oficial de navegación que había en
el grupo de exploración, trasmitió que el programa aún estaba en ejecución,
aunque en esos momentos ya había sido completamente desconectado. Según las
primeras estimaciones de dicho oficial, en el momento de la intercepción, el
ordenador central de la "Xferas Tirrels" estaba preparando un nuevo
salto que le llevaría al interior del territorio de la Confederación Imperial
con destino final en los astilleros de reparación que la "Tirrels Corporal
Minera" dispone en el 11º Cuadrante Militar.
El Vicealmirante
Tagard medito su siguiente paso, si bien estaba obligado a informar de forma
inmediata a su superior, la situación le había dado un margen para poder
retrasarlo hasta tener algo sólido de que notificar. En esos instantes y
gracias a la declaración por parte del médico de la expedición del nivel de
alerta medica Ámbar, disponía de varias otras opciones que debía de
reconsiderar cuidadosamente pues podría suponerle un buen montón de problemas.
A los pocos minutos de la recepción de la información, el Vicealmirante Tagard
notifico a comunicaciones que mandase el informe completo a su superior
directo, el Almirante Cossiers, pero a su vez dio también orden de hacer lo
mismo con el comando central de la flota con codificación de alta prioridad,
pero de modo independiente al de su superior, de forma que este no fuese
consciente de ello. Tagard conocía al Almirante y sabia de su estrecha vinculación
a esa compañía Minera, no se fiaba de su superior por lo que prefirió curarse
en salud.
En cuestión de
dos horas en el "Elemental del Viento" se recibió la orden de retirar
el grupo de abordaje y mantenerse a la espera hasta que llegase personal de la compañía
propietaria de la nave para hacerse cargo de ella. Cuando esta llego a manos
del Vicealmirante Tagard, este con mucha diplomacia solicito un refrendo de sus
órdenes, argumentando para ello la presunta destrucción de la nave dos años
antes, el hecho de que estuviese en esos instantes bajo una alerta medica ámbar
por el personal médico de la Flota y su procedencia del espacio profundo, donde
era evidente que había sido atacada por elementos desconocidos por el momento.
La contestación al Vicealmirante fue de lo más tajante y escueta por parte del
Almirante Cossiers, cumplir escrupulosamente con las órdenes recibidas o ser
destituido de su comando. Este sonriendo para sí mismo, ordeno a trasmisiones
enviar al comando central de la Flota en el Planeta Capital como anexo a su
informe anterior, todas las comunicaciones mantenidas con el Almirante
Cossiers.
La entrada al
sistema estelar de la gigantesca nave de transporte "Xalesias",
perteneciente a la "Tirrels Corporal Minera" le creo al Vicealmirante
Tagard un problema, pues lo único claro y cierto en esos momentos es que tenía órdenes
expresas de su superior directo de hacer entrega de la nave. Estaba intentando
encontrar un medio de poder retrasar todo lo posible dicha situación cuando en
comunicaciones entró una comunicación tridimensional de alta prioridad para el
Vicealmirante. A Tagard no le sorprendió en absoluto al aceptar la comunicación,
encontrarse en el comunicador con la pequeña figura tridimensional de su Alteza
Imperial el Príncipe Jhored. Tras saludar, su alteza entro directamente en
materia, demostrando que estaba al tanto de las últimas novedades.
• Bien Vicealmirante, ¿algo nuevo con referencia a
esa nave?
• No señor, de momento no, además, no han terminado
su inspección ya que el Almirante Cossiers nos dio órdenes de que el grupo de
abordaje abandonase la nave.
• Entiendo, pues cancélelas, que ese grupo termine
con lo que estaba haciendo, y mantenga el nivel de alerta.
• Sí señor, aunque lo cierto es que poco podrán
hacer ya, sería aconsejable poder llevar esa nave a algún lugar para poder
hacerle un examen lo mas exhaustivo posible. Por los primeros informes que
facilitaron, está muy dañada.
• Opino igual que usted. ¿Llegaron ya de la compañía
minera para hacerse cargo de la nave?
• Si, lo han hecho hace apenas diez minutos, y también
nos han exigido de una forma un tanto brusca la entrega de la nave mas todo lo
que hubiésemos obtenido de ella.
• Vicealmirante, esa nave sigue a su cargo, impida
que nadie no autorizado les pongan las manos encima, por las buenas o por las
malas. Le recuerdo que dispone de Cuatro Cruceros de Batalla con sus
correspondientes cañones a su disposición, y que desde este mismo momento tiene
mi autorización personal para usarlos a su discreción, ¿queda claro?.
• No se preocupe Alteza, le garantizo que no le pondrán
las manos encima.
• Entonces todo conforme. Tagard, desde este mismo
instante está usted directamente bajo mis órdenes, recuerde que tengo plena
confianza en usted. Y por cierto, no se preocupe por el Almirante Cossiers, yo
mismo me encargare de ese… “problema”, y de una vez por todas. Jhored fuera…
-la comunicación se cortó de forma brusca.
Lo que el
Vicealmirante Tagard no sabía, era que en cuanto su informe más las
trascripciones de sus conversaciones con el Almirante habían llegado por vía
urgente a manos de su alteza, este había despachado de inmediato a dos Agentes
del SISI para que mantuviesen una conversación privada con Cossiers con las
instrucciones explicitas de que quería su cabeza, ya fuese unida al cuerpo o no.
Tan solo veinte minutos después del inicio de la conversación, el Almirante
Cossiers salía de su despacho con las muñecas presas en un cepo magnético y
escoltado por ambos agentes del SISI, la temida Guadaña. Su poco agradable
destino era una de las dos prisiones del SISI en la Confederación Imperial, contritamente
en este caso, iría a parar a una Gélida celda en el interior de la prisión de Hiberna.
La nave enviada
por la Minera cada vez se mostraba más impaciente, y aun más que esto, su
personal demostraba una preocupante negligencia para con las instrucciones que recibían
de los Cruceros de batalla, casi, casi que tomándolos por idiotas.
Desgraciadamente para la "Xalesias", y su capitán, desde el mismo
instante en que el grupo de combate paso a estar bajo el mando directo de su
Alteza Imperial el príncipe heredero y Tagard sabia por experiencia que cuando
este ordenaba algo, esperaba que sus instrucciones se cumpliesen de un modo u
otro. Hasta ese momento la "Xalesias", aunque de modo renuente, había
obedecido las órdenes del Vicealmirante de no acercarse más a su objetivo, marcándoles
firmemente un amplio perímetro entorno a la nave como zona militar de
seguridad, y advirtiendo que si intentaban acceder allí se atuviesen a sus
decisiones. En un momento dado la "Xalesias" se puso repentinamente
en marcha, mientras que las compuertas de los hogares se abrían para dejar
salir una lanzadera. El Vicealmirante se puso entonces en comunicación directa
con el puente de la nave minera.
• Capitán Sjoter, le quiero fuera de este sistema
de forma inmediata. Ordene a esa lanzadera que retorne de nuevo al interior de
su nave...
• Usted no tiene ningún derecho a darme esa orden,
por el contrario, sé que ha recibido instrucciones de su Almirante para que me entregue
la propiedad de mi compañía de la que pretende apropiarse ilegalmente.
• Estoy únicamente se lo voy a explicar una única
vez Capitán, después de ello si es inteligente, dará media vuelta con su nave y
se marcharan de aquí...
• ¿Y si decido no serlo? -interrumpió altanero.
• A eso precisamente iba, a explicárselo. Vera capitán,
por si aún no se dio cuenta, dispongo de cuatro Cruceros de Batalla armados,
con sus escudos a máxima potencia y listos para disparar... Tengo órdenes muy
precisas y cero restricciones en como cumplirlas, si me obligan, daré orden de
abrir fuego...
• No se atrevería a dispararnos... -replico el capitán
Sjoter.
• Le doy tres minutos para que emprenda su marcha
del sistema... desde ya.
El Vicealmirante
Tagard fingió mirar detenidamente hacia el puesto de control de armas del
Crucero de Batalla en el que estaba, dejando de este modo claro el mensaje de
que no bromeaba. Apenas un minuto después la lanzadera de la
"Xalesias" estaba nuevamente en su interior, una pequeña sonrisa
asomaba a los labios del Vicealmirante, cuando el oficial al frente del puesto
de sensores se dirigió en voz alta hacia el comandante de la nave.
• Comandante, están armando sus armas defensivas,
dos cañones laser de montura cuádruple de gran calibre. El giro que están
realizando no tiene como fin salir de este sistema, sino colocarse en una posición
óptima de tiro contra la "Xferas Tyrrell"... Si la “Xalesias” la alcanzase
de lleno y sin escudos de protección activos, podrían llegar a destruirla.
• ¿Señor? -el oficial al mando de la nave se volvió
de inmediato hacia el Vicealmirante a la espera de instrucciones.
• Fuego contra su motor de estribor, inutilícenlo.
Eso le impedirá seguir haciendo el giro en esa dirección, y que el
"Elemental del Agua" se ocupe de esos dos cañones... Los quiero fuera
de combate…
Apenas un minuto después
el "Xalesias" había recibido el impacto directo de una de las baterías
principales de cada uno de los dos Cruceros, disparos que cumplieron con sus
objetivos, restringiendo enormemente su maniobrabilidad, desarmándolo y
causándole algún que otro daño serio en la zona de compartimentos de carga
sobre la que se situaban los dos montajes de armas. Tras ello el
"Elemental del Viento" abrió una comunicación personal con el puente
de mando de la Xalexias para dirigirse a su capitán y tripulación...
• Capitán, le sugiero que deje de tratar de jugar
conmigo, ya no va a recibir más advertencias. Recuerde, tres minutos... y esta
vez le añado, que si no lo hace, ninguno de ustedes saldrá vivo de aquí, porque
no tengo tampoco la menor intención de recoger supervivientes, las capsulas de
escape pienso usarlas para pruebas de puntería de los cañones menores de mis
Cruceros de Batalla, y esta vez espero haber sido lo suficientemente claro.
Tras esto se
rechazaron todos los intentos del capitán de la "Xalesias" para
hablar con el Vicealmirante, mientras desde la nave minera podían observar perfectamente
como los cuatro Cruceros de Batalla empezaban a moverse, interponiéndose entre
ella y la “Xferas Tyrrell” a la vez que de forma ostentosa se desplegaban en
orden de batalla, centrando la totalidad de su armamento pesado sobre su nave.
Cinco minutos después, el "Xalesias", de forma un tanto renqueante
viraba hacia el exterior del sistema seguido de cerca por dos de los Cuatro
Cruceros de Batalla, saltando al Interespacio poco después. Lo que el Almirante
Tagard no llego a saber, es que su detallado informe a su Alteza sobre el
comportamiento de la “Xalesias” tuvo consecuencias muy graves para la nave, la
tripulación y especialmente para su capitán. Al Príncipe Jhored nunca le había
gustado el poder que parecía querer otorgarse a sí mismos las Grande Mineras, tampoco
el modo de actuar de ciertos capitanes que pensaban que estaban por encima de
cualquier ley, por ello decidió darles a todos ellos un severo toque de
advertencia aprovechando la actuación del “Xalesias”. Por orden suyo fueron
interceptados por un Crucero Pesado, uno Ligero y dos Destructores a su llegada
a los principales astilleros de mantenimiento y reparaciones de la Minera a la
que pertenecía. La tripulación fue detenida por los marines del Crucero pesado
cuando la “Xalesias” fue asaltada, posteriormente la nave fue volada por
ingenieros del mismo por orden directa de su Alteza Imperial tras retirar de la
misma los complejos sistemas del ordenador principal junto con todas sus
células de memoria intactas.
Varios agentes
del SISI fueron despachados a la vez que las naves con la orden de averiguar
quién dentro de la minera dio sus órdenes a la “Xalesias” para enfrentarse a la
flota si hacía falta, llevaban instrucciones detalladas para tomar medidas
drásticas contra quien fuese y ocupase el cargo que ocupase, incluso ejecutarlo
en su mismo despacho en las oficinas centrales en caso de encontrar la menor
resistencia a su arresto. El mensaje hacia las Mineras les llego alto y claro,
el hecho de que la “Xalesias” fuese destruida por su enfrentamiento con la
Flota, sumado a las imágenes en los principales noticieros de agentes
uniformados de SISI acompañados por unidades de asalto del Ejercito entrando en
las oficinas centrales de la “Tirrell Caporal Minera” les indico a todos
claramente que el traspasar ciertas líneas era tremendamente peligroso.
Dos días mas
tarde de la marcha de la “Xalesias”, llegó la fuerza enviada por el comando
central para hacerse cargo de la nave entró al sistema, se componía de tres
Cruceros Pesados, cuatro Cruceros Ligeros, dos Fragatas de escolta y diez
Destructores, tan solo quince horas después la pequeña flotilla con la “Xferas Tirrels” en el centro de su formación saltaba también
fuera del sistema, dejando en este únicamente al grupo de Cruceros de Batalla.
El Vicealmirante se puso en comunicación con el "Represor", nave
insignia de su Alteza Imperial, quien le ofreció libertar total de movimiento
por la Frontera a la espera de sus órdenes definitivas. También le fue
comunicada por el propio príncipe la detención y encarcelamiento en una prisión
de máxima seguridad del Almirante Cossiers para investigar en profundidad todo
lo que había estado haciendo durante el ejercicio de su cargo. Su Alteza no
dijo ni insinuó nada, pero Tagard conociéndolo como lo conocía, sabia de sobra
que si lograban probar aunque solo fuese un tercio de todo lo que Cossiers
había estado haciendo aprovechándose de su cargo, no saldría vivo de esta, y
que del mismo modo, su muerte no sería nada placentera.
Pese a todo lo anterior,
el Vicealmirante por cuenta propia ordenó quedarse con una copia de todo lo que
se obtuvo de los ordenadores, bitácoras y otros medios electrónicos varios en
la “Xferas Tyrrell”. La flotilla llevaba ya diez días estacionada en el mismo
sistema en que interceptaron la nave, los equipos de investigación no parecían
avanzar mucho, apenas habían logrado desentrañar que era cada cosa, pues todo
lo obtenido estaba cifrado, y desde luego, quien desarrollo el sistema de
encriptación, según los expertos que había en la flotilla, sabía muy bien lo
que se traía entre manos. Ese decimo día el Vicealmirante Tagard recibió la
orden de que la Flotilla se dirigiese a velocidad de crucero al sistema
Altaria, concretamente a la Base Principal de la Flota del 11ª Cuadrante en
Altaria II para reabastecerse. Según lo que leyó el Vicealmirante en las
órdenes y que le hizo silbar asombrado, sus Cruceros de Batalla tenían
preparados en espera de su llegado cuatro diques de reparaciones bajo la
directiva de máxima prioridad. No le hizo pensar mucho para saber que tras todo
esto estaba la mano de su Alteza Imperial, dadas las prisas que parecía
desprenderse de dicha orden, algo gordo se estaba cociendo y su pequeña
Flotilla se iba a ver metida de lleno.
En ese mismo
momento, en el Sistema estelar Belal, en la Base-depósito de la Flota de
Mar-Shagan se recibía una petición de contacto de máxima prioridad procedente
de la Nave de Guerra “Represor”, que de inmediato le fue transferida a los
aposentos personales del Almirante Stratos en la U.E.P. Estrella Oscura. Este
nada más recibirla introdujo su código personal en el ordenador e inicio una
llamada tridimensional de alta prioridad… En cuestión de apenas quince
segundos, una imagen del Príncipe Jhored aparecía ante el Almirante…
·
Alteza… me alegro
de verle. Quería darle las gracias por autorizar las mejoras que le solicite.
·
Almirante, no
hace falta que las de, merecerá la pena hasta el último Crédito Galáctico que
estamos invirtiendo en ella.
·
Eso se lo
aseguro, las pruebas que hicimos con los nuevos proyectores que estamos
colocando mejoraran nuestros sistemas de Encubrimiento y Cobertura de forma
significativa.
·
Eso creí entender
de su preciso y minucioso informe cuando solicito las modificaciones. Pero es
otra cosa la que me trae aquí Almirante, vera, quería hacerle una pregunta.
¿Cuánto tardaría en poder ponerse en marcha con la nave?
·
Alteza, lo que me
pregunta es complicado, por un lado ya tenemos preparados casi la totalidad de
los nuevos proyectores para montarlos, tan solo a falta de quitar los antiguos…
pero además… –el Príncipe alzo la mano para interrumpir al Almirante-.
·
Me da igual si
tienen que paralizarlo todo y volver a dejarlo como estaba otra vez, las
modificaciones las harían cuando regresasen, por el gasto que esto genere no se
preocupe. Y bien Almirante Stratos, ¿en cuánto tiempo podrían partir?
La respuesta del
Almirante Stratos sobre la disposición de la “UEP Estrella Oscura” para cualquier
tipo de misión en un futuro relativamente próximo, no le resulto nada divertida
a su Alteza Imperial…
CONTINUARA
*Vicealmirante Tagard “Diablo” Blosky: Conocido simplemente por sus hombres como
“Diablo”. Procedente del planeta Zoljat en el primer cuadrante Militar, es un
hombre de piel azulada y ojos de un color rojo intenso que había servido
durante la Guerra contra los Razors y Corix directamente Bajo las ordenes de su
Alteza Imperial al mando de un grupo de Naves “Q” en lo más profundo del
espacio enemigo. Su buen desempeño fue recompensado con su ascenso al a
Graduación de Vicealmirante y a tener línea directa con el Príncipe Jhored, una
conexión que nunca había querido utilizar.
Que alegría me has dado al ver esta nueva aportación.
ResponderEliminarMuchas gracias por continuar deleitándonos.
Luis
Perfecto shadow uno mas a tu favor , soy fan tuyo desde mas de 13 años en todo relatos.. nunca antes te habia comentado por vagancia.. saludos desde el Centro de la tierra.
ResponderEliminarShadow buen comienzo de la historia, aunque he de reconocer que miedo me da el ver juntos en el mismo capítulo a los Elementales, a la Estrella y a Su Alteza. No se porque me parece que va a ser un poco bestia jajajajajaja.
ResponderEliminarMe quedo en espera para ver como sigue. Saludos
eres el puto amo me tienes totalmente enganchado sigue asi
ResponderEliminargracias, por escribir y compartir y además hacerlo de la manera tan tan tan amena que lo haces.
ResponderEliminarun saludo desprendiz
Buen comienzo, esto promete
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