martes, 3 de mayo de 2016

                           Confederación Imperial Galáctica

Libro - 7

El Brazo de la Galaxia


1




Fecha estelar - 5329
11º Cuadrante Militar del Imperio
Frontera Exterior
Posición Estelar CIG-2357
Crucero de Batalla “Elemental del Viento”


El Crucero de Batalla “Elemental del Viento” y sus tres naves hermanas se encontraban en esos instantes en el 11º Cuadrante Militar de la Confederación Imperial Galáctica, en los límites de la Frontera Exterior con el Brazo Inexplorado de la Galaxia, una zona denominada como “Espacio Profundo”.  Los límites del brazo inexplorado se extendían más allá de la frontera de la Confederación, haciendo también frontera con el brazo aunque en otros cuadrantes se encontraban los Shilrrurs o el territorio de las Colmenas Karasasn, por lo que era una zona doblemente peligrosa. Los Cruceros de Batalla de la clase “Elemental”, lo conformaban únicamente cuatro Naves, las “Elemental del Viento”, “Elemental del Fuego”, “Elemental del Agua” y “Elemental de Tierra”, siendo la primera la que ostentaba el honor en esos instantes de ser la nave insignia del Grupo de Vigilancia del segmento de la Frontera en que estaban.


El proyecto Elemental fue un intento “oficialmente fallido” de mejorar las capacidades sensoras de los Cruceros de Batalla hasta llevarlas al nivel de las Corbetas de Exploración de la Flota. Se erró estrepitosamente en el intento pues para que sus sensores fuesen efectivos estos deberían de estar en el piquete exterior de una Flota. Se concluyó que dadas las características específicas de los Cruceros de Batalla y sus funciones dentro de un despliegue de una Flota, el sistema no era realmente apto para su uso en dichas naves. Su mismísima Alteza Imperial, el Príncipe Jhored, sin embargo, sí que era más que capaz de encontrarle al grupo una función para la que realmente parecía que hubiese sido especialmente diseñado, y esa no era precisamente la vigilancia de la Frontera con el Brazo Inexplorado de la Galaxia, aunque no había que ser ningún genio tampoco, para darse cuenta de que en aquel sector, los cruceros de Batalla se encontraban en su habitad natural.
Durante las primeras pruebas para su nueva función como naves de protección fronteriza se descubrió que cuando el Grupo entero se sincronizaba, juntándose sus naves en una formación cerrada y repartiéndose la esfera circundante a ellos de 360º en cuatro cuadrantes independientes, prácticamente eran capaces de triplicar el alcance de detección de la mejor Corbeta de Exploración de la Flota.  Mientras que el proyecto “Elemental” se cancelaba oficialmente por falta de resultados, todo lo referente al mismo fue clasificando como de alto secreto. Tras un encontronazo entre el Oficial al mando de las mismas y su Alteza, finalmente  las cuatro naves a petición expresa del primero fueron destacadas en el 11º Distrito Militar. Pese a su destino oficial, quedaron no obstante bajo constante supervisión de los servicios de inteligencia, concretamente, de la novena sección por orden directa de su Alteza Imperial.
En el sector que vigilaban los sensores del “Elemental del Fuego” acababa de activarse la alarma al detectar la entrada al espacio normal de una nave. El motivo de dicha alarma es que según todos los datos reflejados, dicha nave procedía del interior del Espacio Profundo, y peor aún, según los datos recabados por los sistemas de detección dicha nave era la “Xferas Tyrrell”, propiedad del grupo minero “Tirrels Corporal Minera”. Era una nave dedicada exclusivamente a la Exploración Minera y que según constaba en los archivos fue destruida dos años antes en un accidente mientras exploraba opciones de Mineral en un campo de asteroides en el 4º Cuadrante Militar. El Comandante del “Elemental del Fuego” rápidamente dio la voz de alarma, comunicándose de inmediato con su superior el Vicealmirante *Tagard “Diablo” Blosky, quien se acababa de tumbar a dormir tan solo tres horas antes y a quien no era nada aconsejable despertar tan pronto sin una muy buena razón, algo con peso.
Cuando el Vicealmirante llego al puente de mando del “Elemental del Viento”, su comandante le tenía ya preparado un amplio informe con todo lo que habían podido reunir en tan corto espacio de tiempo. Tagard dio orden de inmediato de poner rumbo a la nave y activar el nivel rojo de alera en la flotilla, lo que quería decir sensores revisando el blanco, escudos y blindaje alzados a máxima capacidad más la totalidad del armamento dispuesto para abrir fuego de inmediato a una orden suya. A medida que se iban a cercando y podían observar la nave está cada vez planteaba un mayor número de incógnitas, sumado todo al más que probable dolor de cabeza que le supondría en cuanto emitiese su informa a su inmediato superior, el imbécil del Almirante Cossiers. La “Xferas Tirrels” según los datos que los poderosos sensores transmitían indicaba tres cosas a cual más importante.
      Que no parecía haber nadie vivo en su interior pues no se detectaban señales de calor y una aparente total ausencia de atmósfera respirable.
      Que había recibido un buen número de impactos en su casco, incluyendo daños importantes en las puertas de la dársena de sus transportes y no todos parecían ser causa de los habituales impactos fortuitos por las rocas que estudiaban en naves de ese tipo.
      Y lo más importante de todo, que según todos los datos que los sensores estaban reuniendo, esa era la  “Xferas Tirrels” original. Una nave que supuestamente había resultado destruida en un accidente dos años antes.
Si bien el explorar el brazo de la Galaxia no estaba prohibido, si era obligatorio por ley obtener un permiso especificando los intereses de la expedición y notificar a la Flota cualquier intento al respecto, dando todos los datos tanto de nave como de la tripulación que participaría en el evento. El obviar estos requisitos estaba severamente castigado, y en esos momentos, dada la clara procedencia de esa nave, Tagard pensó que la “Tirrels Corporal Minera” iba a tener que dar muchas explicaciones. Dio órdenes al Comandante del “Elemental del Fuego” de enviar un grupo armado completo de abordaje e investigación bajo las reglas más estrictas para dichos casos. Obviamente, con solo observar el casco de la “Xferas Tirrels” quedaba claro que en algún momento había estado bajo ataque, las gigantescas puertas de la dársena de atraque aparecían medio destruidas por el impacto de algún tipo de arma explosiva, no obstante presentaban una entrada lo suficientemente amplia como para dar cabida en su interior a una Lanzadera de Asalto de la Flota.
El equipo de exploración enviado comprobaría la ausencia de “tripulación” del tipo que sea en la nave, de trampas explosivas y otros elementos nocivos biológicos, de origen químico o radiológico. También se harían con los “cuadernos” de la bitácora registrados en su ordenador central, así como de una copia completa de sus bancos de memoria para su posterior análisis en la Flota. Una de las ventajas del Grupo de Cruceros de Batalla de la Clase Elemental, es que gracias a la importancia de sus sistemas y al supuesto uso para el que habían sido diseñados tenía su propios laboratorios con capacidad más que suficiente para poder tratar por si mismos los datos extraídos de cualquier nave con total seguridad. El Vicealmirante Tagard no pudo evitar sonreír cuando vio entrar al emocionado responsable del denominado Centro de control de Sensores quien por fin iba a poder usar sus complejos equipos a plena capacidad de realizar una de las funciones primordiales para lo que supuestamente fueron diseñados originalmente. Antes de que pudiese abrir la boca, Tagard directamente le aseguro que recibirían copia de todo lo que se recabasen de los bancos de datos de la nave, marchándose de inmediato tras saludar, completamente feliz tras escuchar aquello.
Media hora después de la entrada en la nave del equipo de investigación, el Vicealmirante recibió un primer informe preliminar procedente del "Elemental del Fuego" que no era nada halagüeño. Mientras la lanzadera de Asalto se internaba en la zona de atraque de la "Xferas Tirrels", una segunda lanzadera la rodeaba explorando detenidamente los daños del casco, la estimación de este estudio es que la nave había estado bajo el fuego tanto de armas de energía como de las denominadas "solidas", misiles, torpedos, armas repulsoras, de proyectil, etc. Por otro lado el grupo de exploración se había encontrado en el interior de la nave con una total ausencia de atmosfera, encontrándose que ninguna de las puertas de seguridad se había sellado automáticamente al producirse la descompresión por los daños en el casco. Del mismo modo informaron de la presencia de al menos una docena de cadáveres pertenecientes aparentemente a la dotación de la nave, estando al menos dos de ellos como pacientes en la pequeña enfermería, por lo que recomendaban un nivel mínimo de alerta ámbar hasta poder verificar que la "Xferas Tyrrell" no había traído nada peligroso con ella en su viaje de regreso.
Otra de las aportaciones de la misión de exploración fue el descubrir rápidamente el motivo del retorno de la nave al espacio de la Confederación Imperial, ya que el mandato que el ordenador central había seguido aún se hallaba operativo en la consola de navegación. Según todos los datos en el ordenador central existía una discreta pero a la vista estaba que muy eficaz rutina por la cual, en caso de pérdida total o incapacitación de la tripulación de la nave, el ordenador central tomaría el mando de la misma haciéndola retornar en saltos Interespacial "seguros" a su base de origen. El oficial de navegación que había en el grupo de exploración, trasmitió que el programa aún estaba en ejecución, aunque en esos momentos ya había sido completamente desconectado. Según las primeras estimaciones de dicho oficial, en el momento de la intercepción, el ordenador central de la "Xferas Tirrels" estaba preparando un nuevo salto que le llevaría al interior del territorio de la Confederación Imperial con destino final en los astilleros de reparación que la "Tirrels Corporal Minera" dispone en el 11º Cuadrante Militar.
El Vicealmirante Tagard medito su siguiente paso, si bien estaba obligado a informar de forma inmediata a su superior, la situación le había dado un margen para poder retrasarlo hasta tener algo sólido de que notificar. En esos instantes y gracias a la declaración por parte del médico de la expedición del nivel de alerta medica Ámbar, disponía de varias otras opciones que debía de reconsiderar cuidadosamente pues podría suponerle un buen montón de problemas. A los pocos minutos de la recepción de la información, el Vicealmirante Tagard notifico a comunicaciones que mandase el informe completo a su superior directo, el Almirante Cossiers, pero a su vez dio también orden de hacer lo mismo con el comando central de la flota con codificación de alta prioridad, pero de modo independiente al de su superior, de forma que este no fuese consciente de ello. Tagard conocía al Almirante y sabia de su estrecha vinculación a esa compañía Minera, no se fiaba de su superior por lo que prefirió curarse en salud.
En cuestión de dos horas en el "Elemental del Viento" se recibió la orden de retirar el grupo de abordaje y mantenerse a la espera hasta que llegase personal de la compañía propietaria de la nave para hacerse cargo de ella. Cuando esta llego a manos del Vicealmirante Tagard, este con mucha diplomacia solicito un refrendo de sus órdenes, argumentando para ello la presunta destrucción de la nave dos años antes, el hecho de que estuviese en esos instantes bajo una alerta medica ámbar por el personal médico de la Flota y su procedencia del espacio profundo, donde era evidente que había sido atacada por elementos desconocidos por el momento. La contestación al Vicealmirante fue de lo más tajante y escueta por parte del Almirante Cossiers, cumplir escrupulosamente con las órdenes recibidas o ser destituido de su comando. Este sonriendo para sí mismo, ordeno a trasmisiones enviar al comando central de la Flota en el Planeta Capital como anexo a su informe anterior, todas las comunicaciones mantenidas con el Almirante Cossiers.
La entrada al sistema estelar de la gigantesca nave de transporte "Xalesias", perteneciente a la "Tirrels Corporal Minera" le creo al Vicealmirante Tagard un problema, pues lo único claro y cierto en esos momentos es que tenía órdenes expresas de su superior directo de hacer entrega de la nave. Estaba intentando encontrar un medio de poder retrasar todo lo posible dicha situación cuando en comunicaciones entró una comunicación tridimensional de alta prioridad para el Vicealmirante. A Tagard no le sorprendió en absoluto al aceptar la comunicación, encontrarse en el comunicador con la pequeña figura tridimensional de su Alteza Imperial el Príncipe Jhored. Tras saludar, su alteza entro directamente en materia, demostrando que estaba al tanto de las últimas novedades.
      Bien Vicealmirante, ¿algo nuevo con referencia a esa nave?
      No señor, de momento no, además, no han terminado su inspección ya que el Almirante Cossiers nos dio órdenes de que el grupo de abordaje abandonase la nave.
      Entiendo, pues cancélelas, que ese grupo termine con lo que estaba haciendo, y mantenga el nivel de alerta.
      Sí señor, aunque lo cierto es que poco podrán hacer ya, sería aconsejable poder llevar esa nave a algún lugar para poder hacerle un examen lo mas exhaustivo posible. Por los primeros informes que facilitaron, está muy dañada.
      Opino igual que usted. ¿Llegaron ya de la compañía minera para hacerse cargo de la nave?
      Si, lo han hecho hace apenas diez minutos, y también nos han exigido de una forma un tanto brusca la entrega de la nave mas todo lo que hubiésemos obtenido de ella.
      Vicealmirante, esa nave sigue a su cargo, impida que nadie no autorizado les pongan las manos encima, por las buenas o por las malas. Le recuerdo que dispone de Cuatro Cruceros de Batalla con sus correspondientes cañones a su disposición, y que desde este mismo momento tiene mi autorización personal para usarlos a su discreción, ¿queda claro?.
      No se preocupe Alteza, le garantizo que no le pondrán las manos encima.
      Entonces todo conforme. Tagard, desde este mismo instante está usted directamente bajo mis órdenes, recuerde que tengo plena confianza en usted. Y por cierto, no se preocupe por el Almirante Cossiers, yo mismo me encargare de ese… “problema”, y de una vez por todas. Jhored fuera… -la comunicación se cortó de forma brusca.
Lo que el Vicealmirante Tagard no sabía, era que en cuanto su informe más las trascripciones de sus conversaciones con el Almirante habían llegado por vía urgente a manos de su alteza, este había despachado de inmediato a dos Agentes del SISI para que mantuviesen una conversación privada con Cossiers con las instrucciones explicitas de que quería su cabeza, ya fuese unida al cuerpo o no. Tan solo veinte minutos después del inicio de la conversación, el Almirante Cossiers salía de su despacho con las muñecas presas en un cepo magnético y escoltado por ambos agentes del SISI, la temida Guadaña. Su poco agradable destino era una de las dos prisiones del SISI en la Confederación Imperial, contritamente en este caso, iría a parar a una Gélida celda en el interior de la prisión de Hiberna.
La nave enviada por la Minera cada vez se mostraba más impaciente, y aun más que esto, su personal demostraba una preocupante negligencia para con las instrucciones que recibían de los Cruceros de batalla, casi, casi que tomándolos por idiotas. Desgraciadamente para la "Xalesias", y su capitán, desde el mismo instante en que el grupo de combate paso a estar bajo el mando directo de su Alteza Imperial el príncipe heredero y Tagard sabia por experiencia que cuando este ordenaba algo, esperaba que sus instrucciones se cumpliesen de un modo u otro. Hasta ese momento la "Xalesias", aunque de modo renuente, había obedecido las órdenes del Vicealmirante de no acercarse más a su objetivo, marcándoles firmemente un amplio perímetro entorno a la nave como zona militar de seguridad, y advirtiendo que si intentaban acceder allí se atuviesen a sus decisiones. En un momento dado la "Xalesias" se puso repentinamente en marcha, mientras que las compuertas de los hogares se abrían para dejar salir una lanzadera. El Vicealmirante se puso entonces en comunicación directa con el puente de la nave minera.
      Capitán Sjoter, le quiero fuera de este sistema de forma inmediata. Ordene a esa lanzadera que retorne de nuevo al interior de su nave...
      Usted no tiene ningún derecho a darme esa orden, por el contrario, sé que ha recibido instrucciones de su Almirante para que me entregue la propiedad de mi compañía de la que pretende apropiarse ilegalmente.
      Estoy únicamente se lo voy a explicar una única vez Capitán, después de ello si es inteligente, dará media vuelta con su nave y se marcharan de aquí...
      ¿Y si decido no serlo? -interrumpió altanero.
      A eso precisamente iba, a explicárselo. Vera capitán, por si aún no se dio cuenta, dispongo de cuatro Cruceros de Batalla armados, con sus escudos a máxima potencia y listos para disparar... Tengo órdenes muy precisas y cero restricciones en como cumplirlas, si me obligan, daré orden de abrir fuego...
      No se atrevería a dispararnos... -replico el capitán Sjoter.
      Le doy tres minutos para que emprenda su marcha del sistema... desde ya.
El Vicealmirante Tagard fingió mirar detenidamente hacia el puesto de control de armas del Crucero de Batalla en el que estaba, dejando de este modo claro el mensaje de que no bromeaba. Apenas un minuto después la lanzadera de la "Xalesias" estaba nuevamente en su interior, una pequeña sonrisa asomaba a los labios del Vicealmirante, cuando el oficial al frente del puesto de sensores se dirigió en voz alta hacia el comandante de la nave.
      Comandante, están armando sus armas defensivas, dos cañones laser de montura cuádruple de gran calibre. El giro que están realizando no tiene como fin salir de este sistema, sino colocarse en una posición óptima de tiro contra la "Xferas Tyrrell"... Si la “Xalesias” la alcanzase de lleno y sin escudos de protección activos, podrían llegar a destruirla.
      ¿Señor? -el oficial al mando de la nave se volvió de inmediato hacia el Vicealmirante a la espera de instrucciones.
      Fuego contra su motor de estribor, inutilícenlo. Eso le impedirá seguir haciendo el giro en esa dirección, y que el "Elemental del Agua" se ocupe de esos dos cañones... Los quiero fuera de combate…
Apenas un minuto después el "Xalesias" había recibido el impacto directo de una de las baterías principales de cada uno de los dos Cruceros, disparos que cumplieron con sus objetivos, restringiendo enormemente su maniobrabilidad, desarmándolo y causándole algún que otro daño serio en la zona de compartimentos de carga sobre la que se situaban los dos montajes de armas. Tras ello el "Elemental del Viento" abrió una comunicación personal con el puente de mando de la Xalexias para dirigirse a su capitán y tripulación...
      Capitán, le sugiero que deje de tratar de jugar conmigo, ya no va a recibir más advertencias. Recuerde, tres minutos... y esta vez le añado, que si no lo hace, ninguno de ustedes saldrá vivo de aquí, porque no tengo tampoco la menor intención de recoger supervivientes, las capsulas de escape pienso usarlas para pruebas de puntería de los cañones menores de mis Cruceros de Batalla, y esta vez espero haber sido lo suficientemente claro.
Tras esto se rechazaron todos los intentos del capitán de la "Xalesias" para hablar con el Vicealmirante, mientras desde la nave minera podían observar perfectamente como los cuatro Cruceros de Batalla empezaban a moverse, interponiéndose entre ella y la “Xferas Tyrrell” a la vez que de forma ostentosa se desplegaban en orden de batalla, centrando la totalidad de su armamento pesado sobre su nave. Cinco minutos después, el "Xalesias", de forma un tanto renqueante viraba hacia el exterior del sistema seguido de cerca por dos de los Cuatro Cruceros de Batalla, saltando al Interespacio poco después. Lo que el Almirante Tagard no llego a saber, es que su detallado informe a su Alteza sobre el comportamiento de la “Xalesias” tuvo consecuencias muy graves para la nave, la tripulación y especialmente para su capitán. Al Príncipe Jhored nunca le había gustado el poder que parecía querer otorgarse a sí mismos las Grande Mineras, tampoco el modo de actuar de ciertos capitanes que pensaban que estaban por encima de cualquier ley, por ello decidió darles a todos ellos un severo toque de advertencia aprovechando la actuación del “Xalesias”. Por orden suyo fueron interceptados por un Crucero Pesado, uno Ligero y dos Destructores a su llegada a los principales astilleros de mantenimiento y reparaciones de la Minera a la que pertenecía. La tripulación fue detenida por los marines del Crucero pesado cuando la “Xalesias” fue asaltada, posteriormente la nave fue volada por ingenieros del mismo por orden directa de su Alteza Imperial tras retirar de la misma los complejos sistemas del ordenador principal junto con todas sus células de memoria intactas.
Varios agentes del SISI fueron despachados a la vez que las naves con la orden de averiguar quién dentro de la minera dio sus órdenes a la “Xalesias” para enfrentarse a la flota si hacía falta, llevaban instrucciones detalladas para tomar medidas drásticas contra quien fuese y ocupase el cargo que ocupase, incluso ejecutarlo en su mismo despacho en las oficinas centrales en caso de encontrar la menor resistencia a su arresto. El mensaje hacia las Mineras les llego alto y claro, el hecho de que la “Xalesias” fuese destruida por su enfrentamiento con la Flota, sumado a las imágenes en los principales noticieros de agentes uniformados de SISI acompañados por unidades de asalto del Ejercito entrando en las oficinas centrales de la “Tirrell Caporal Minera” les indico a todos claramente que el traspasar ciertas líneas era tremendamente peligroso.
Dos días mas tarde de la marcha de la “Xalesias”, llegó la fuerza enviada por el comando central para hacerse cargo de la nave entró al sistema, se componía de tres Cruceros Pesados, cuatro Cruceros Ligeros, dos Fragatas de escolta y diez Destructores, tan solo quince horas después la pequeña flotilla con la “Xferas Tirrels” en el centro de su formación saltaba también fuera del sistema, dejando en este únicamente al grupo de Cruceros de Batalla. El Vicealmirante se puso en comunicación con el "Represor", nave insignia de su Alteza Imperial, quien le ofreció libertar total de movimiento por la Frontera a la espera de sus órdenes definitivas. También le fue comunicada por el propio príncipe la detención y encarcelamiento en una prisión de máxima seguridad del Almirante Cossiers para investigar en profundidad todo lo que había estado haciendo durante el ejercicio de su cargo. Su Alteza no dijo ni insinuó nada, pero Tagard conociéndolo como lo conocía, sabia de sobra que si lograban probar aunque solo fuese un tercio de todo lo que Cossiers había estado haciendo aprovechándose de su cargo, no saldría vivo de esta, y que del mismo modo, su muerte no sería nada placentera.
Pese a todo lo anterior, el Vicealmirante por cuenta propia ordenó quedarse con una copia de todo lo que se obtuvo de los ordenadores, bitácoras y otros medios electrónicos varios en la “Xferas Tyrrell”. La flotilla llevaba ya diez días estacionada en el mismo sistema en que interceptaron la nave, los equipos de investigación no parecían avanzar mucho, apenas habían logrado desentrañar que era cada cosa, pues todo lo obtenido estaba cifrado, y desde luego, quien desarrollo el sistema de encriptación, según los expertos que había en la flotilla, sabía muy bien lo que se traía entre manos. Ese decimo día el Vicealmirante Tagard recibió la orden de que la Flotilla se dirigiese a velocidad de crucero al sistema Altaria, concretamente a la Base Principal de la Flota del 11ª Cuadrante en Altaria II para reabastecerse. Según lo que leyó el Vicealmirante en las órdenes y que le hizo silbar asombrado, sus Cruceros de Batalla tenían preparados en espera de su llegado cuatro diques de reparaciones bajo la directiva de máxima prioridad. No le hizo pensar mucho para saber que tras todo esto estaba la mano de su Alteza Imperial, dadas las prisas que parecía desprenderse de dicha orden, algo gordo se estaba cociendo y su pequeña Flotilla se iba a ver metida de lleno.
En ese mismo momento, en el Sistema estelar Belal, en la Base-depósito de la Flota de Mar-Shagan se recibía una petición de contacto de máxima prioridad procedente de la Nave de Guerra “Represor”, que de inmediato le fue transferida a los aposentos personales del Almirante Stratos en la U.E.P. Estrella Oscura. Este nada más recibirla introdujo su código personal en el ordenador e inicio una llamada tridimensional de alta prioridad… En cuestión de apenas quince segundos, una imagen del Príncipe Jhored aparecía ante el Almirante…
·         Alteza… me alegro de verle. Quería darle las gracias por autorizar las mejoras que le solicite.
·         Almirante, no hace falta que las de, merecerá la pena hasta el último Crédito Galáctico que estamos invirtiendo en ella.
·         Eso se lo aseguro, las pruebas que hicimos con los nuevos proyectores que estamos colocando mejoraran nuestros sistemas de Encubrimiento y Cobertura de forma significativa.
·         Eso creí entender de su preciso y minucioso informe cuando solicito las modificaciones. Pero es otra cosa la que me trae aquí Almirante, vera, quería hacerle una pregunta. ¿Cuánto tardaría en poder ponerse en marcha con la nave?
·         Alteza, lo que me pregunta es complicado, por un lado ya tenemos preparados casi la totalidad de los nuevos proyectores para montarlos, tan solo a falta de quitar los antiguos… pero además… –el Príncipe alzo la mano para interrumpir al Almirante-.
·         Me da igual si tienen que paralizarlo todo y volver a dejarlo como estaba otra vez, las modificaciones las harían cuando regresasen, por el gasto que esto genere no se preocupe. Y bien Almirante Stratos, ¿en cuánto tiempo podrían partir?
La respuesta del Almirante Stratos sobre la disposición de la “UEP Estrella Oscura” para cualquier tipo de misión en un futuro relativamente próximo, no le resulto nada divertida a su Alteza Imperial…


CONTINUARA





*Vicealmirante Tagard “Diablo” Blosky: Conocido simplemente por sus hombres como “Diablo”. Procedente del planeta Zoljat en el primer cuadrante Militar, es un hombre de piel azulada y ojos de un color rojo intenso que había servido durante la Guerra contra los Razors y Corix directamente Bajo las ordenes de su Alteza Imperial al mando de un grupo de Naves “Q” en lo más profundo del espacio enemigo. Su buen desempeño fue recompensado con su ascenso al a Graduación de Vicealmirante y a tener línea directa con el Príncipe Jhored, una conexión que nunca había querido utilizar.

6 comentarios:

  1. Que alegría me has dado al ver esta nueva aportación.
    Muchas gracias por continuar deleitándonos.
    Luis

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  2. Perfecto shadow uno mas a tu favor , soy fan tuyo desde mas de 13 años en todo relatos.. nunca antes te habia comentado por vagancia.. saludos desde el Centro de la tierra.

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  3. Shadow buen comienzo de la historia, aunque he de reconocer que miedo me da el ver juntos en el mismo capítulo a los Elementales, a la Estrella y a Su Alteza. No se porque me parece que va a ser un poco bestia jajajajajaja.
    Me quedo en espera para ver como sigue. Saludos

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  4. eres el puto amo me tienes totalmente enganchado sigue asi

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  5. gracias, por escribir y compartir y además hacerlo de la manera tan tan tan amena que lo haces.

    un saludo desprendiz

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