martes, 24 de mayo de 2016

                           Confederación Imperial Galáctica

Libro - 7

El Brazo de la Galaxia


4


Fecha estelar - 5329
Brazo Inexplorado de la Galaxia
Sistema codificado BIG 1025
Crucero de Batalla “Elemental del Viento”
Puente de Mando

El Vicealmirante estaba en el puente de mando de la nave, situado en el asiento de observación situado a la derecha y levemente por detrás del de mando del Capitán de la nave. La reunión mantenida con sus capitanes justo antes del salto había sido medidamente escueta, lo justo como para poder ponerles al corriente, contestar a dos o tres cuestiones de las más importantes, y después hacer el salto, dejándoles a todos tiempo a solas en el Interespacio para que fuesen rumiando la nueva situación en la que se encontraban. Claro, que eso no había sido así para su propio Capitán del Elemental del Viento y segundo al mando de la Flotilla, el Teniente Coronel Taled, este no había tenido el menor escrúpulo en preguntar hasta conseguir por fin darle dolor de cabeza… Pero bueno, al menos pareció finalmente quedar satisfecho con las explicaciones, también era cierto, que de pasarle algo a él, seria quien tendría que hacerse cargo “del muerto” que empezaba a ser esta misión.


Mientras, en la nave de guerra “Represor”, su Alteza Imperial permanecía pensativo tras recibir la información transmitida por el Vicealmirante Tagard. Cuando llego la información dio orden de que le fuese comunicado al Vicealmirante todo lo que se sabía y lo que se suponía, confiaba en que el Misil de Frecuencia enviado hubiese llegado bien a su destino. Estaba tan abstraído que ni noto la presencia de su prometida, Kilara, quien tras unos segundos de observarlo, no pudo evitar intervenir preocupada…
·         ¿Qué ocurre?, es eso de la mina que se ha encontrado en el brazo de la galaxia, ¿no?
·         ¿Qué es lo que sabes tú de eso? –se volvió sorprendido Jhored.
·         Pues que la expedición que está buscando Tigenium se ha topado con lo que posiblemente sea la mina más rica de mineral de las que se han encontrado hasta la fecha en la Confederación Imperial… -replicó sonriente.
·         ¿Quién te habló de esa expedición? –preguntó su Alteza entornando peligrosamente los ojos.
·         ¡¡Ohhh, venga Jhored!!, no soy idiota ¿sabes?
·         Nunca he dicho nada semejante, pero he realizado una pregunta de la que quiero obtener una respuesta…
·         Nadie me ha dicho nada, pero como digo, idiota no soy, y a estas alturas gracias a todo lo que me habéis estado enseñado entre todos, incluido tú mismo, soy perfectamente capaz de ir uniendo pequeñas piezas que se escuchan aquí y allí.
·         Está bien, por mucho que me cabree algo así, supongo que es un efecto colateral del entrenamiento al que te estamos sometiendo como mi pareja… ¡Ven! –estiró los brazos, sentándose Kilara sobre sus piernas, y dándole un beso antes de volver su rostros hacia la pantalla y empezar a leer.
·         ¡Bufff!, sí que es peliagudo, ¿de verdad esa mina puede ser tan determinante? –preguntó asombrada-. Nunca me habría planteado algo así de esas mineras tan grandes.
·         Sí, es así de problemático, ninguna de ellas puede arrojarse el hecho de haberlo descubierto, y por supuesto, la que menos va a ser capaz es la “Tirrels Corporal Minera”, les sería complicado explicar cómo una nave que teóricamente resulto destruida dos años antes, decidió ocultar algo así y seguir con su misión de “búsqueda de recursos básicos” tal como lo que aún está en libertad de su junta directiva ha declarado para defenderse de todo el lio.
·         Podrían aducir de que han cometido un error y que la nave lo oculto simplemente porque se averió, por si acaso se encontraban o eran rescatados por alguna otra nave de exploración de un rival… -replicó Kilara.
·         Todos los miembros de la junta, y todos los cargos de supervisión inmediatamente inferiores fueron oficialmente interrogados sobre ello por el SISI negando todo conocimiento… Ahora nunca admitirían algo así… por la cuenta que les tiene si es que están encariñados con sus pellejos… -dejo colgando su Alteza.
·         Entiendo, ahora ya se juegan directamente sus cuellos tras mentir y ocultar información al SISI… Según esos datos que estabas mirando, si la sacases a subasta esa mina podría desencadenar una guerra encubierta entre las Corporaciones Mineras para obtener su control…
·         Si, y no podemos permitírnoslo. Sería el caos en las vías de comercio, no solo serían las corporaciones con naves armadas, otros podrían apuntarse al caos para su propio beneficio. Todo esto podría incluso desbordar la capacidad de la Flota para tenerlas controladas y forzarnos a tener que llamar a parte de la reserva de la flota, incluyendo poner nuevamente en marcha la totalidad de las *naves “Q”, con el consiguiente incremento de los costes de Defensa.
·         ¿Y entregarle directamente la mina a alguien que nos convenga a corto, medio o largo plazo? –replicó pensativa Kilara.
·         El problema es que no se da ese caso con ninguna corporación, la Mina apuntalaría en exceso a una las principales sobre las demás, o permitiría una expansión económica acelerada a cualquiera de las medianas de entregársele a una de ellas, que no tardaría en sufrir algún tipo de OPA “hostil” por parte de las doce más grandes… -meneo la cabeza Jhored, quedando nuevamente pensativo.
·         ¿Y la *Alianza Minera?, son varios miles quienes la conforman, e independientes… –susurro para sí más que dijo Kilara.
·         Serían una buena opción, pero en esta situación es un gigante con pies de barro, y lo mismo que les hace fuertes ante las corporaciones, en esta ocasión, les impide poder aprovecharlo. Les faltan muchísimos recursos para poder ser capaces de controlar eficazmente la mina. Entregársela a ellos sería casi tanto como sentenciarles a muerte…
·         Así sí, pero quizá… bueno he pensado… -se detuvo, mirando nerviosa a su prometido.
·         Explícate, ya te he dicho cuál va a ser tu puesto a mi lado cuando nos casemos y el motivo del entrenamiento a que estas siendo sometida, si tienes una idea, quiero escucharla… -se irguió Jhored, mirando a su prometida, que se levantó para sentarse junto a él y comenzar a manipular el sistema.
·         Tienes pensado ampliar las fronteras de la Confederación Imperial para englobar la mina y poder obtener de ese modo los grandes ingresos por impuestos que generara. Todo podría depender de si es lo suficientemente grande el pedazo que nos comamos. A poco que lo sea, esa adquisición territorios forzaría la creación, como mínimo, de una pequeña base avanzada para las unidades de vigilancia de la Flota dentro de los nuevos territorios. Pero me he fijado en que si aumentamos la adquisición de territorio en este punto –señalo un sector cercano al mundo donde estaba situada la mina- e incluimos estos trece nuevos sistemas estelares, los cuales además en conjunto según los datos preliminares cuentan en total con cinco planetas hábiles para el programa de Terraformacion, lo que por si solo, podría apuntalar aún más la decisión de aumentar la expansión… -se volvió hacia el Príncipe con una sonrisa de triunfo en los labios.
·         Ya veo, con esos cinco planetas incluidos dentro del programa de repoblación a medio o largo plazo, y una mina de mineral tan valiosa como enorme en sus cercanías para abaratar los costes de colonización, nos obligaría a establecer una nueva base de la Flota. El punto ideal para la construcción de la nueva base de la Flota del sector según todos los parámetros que establecemos al situarlas, estaría justo sobre el mismísimo planeta de la Mina, concretamente sobre la superficie de la mayor de sus lunas, uno de cuyos enormes cráteres nos vendrían que ni pintados para las instalaciones de personal para cuando pase de ser una simple avanzada a una base en toda regla, incluyendo un par de grandes diques orbitales de reparaciones–repuso el Príncipe Jhored, asintiendo ante la idea.
·         Además, esa misma mina podría facilitar aproximadamente el 78% del mineral necesario para poder construirla, con la consiguiente rebaja de costes para los presupuestos de la Flota. Seria únicamente cuestión de montar fundiciones provisionales sobre la superficie planetaria, para transportarlo luego hasta la luna y las estaciones orbitales de reparación. Solo quedaría por ensamblar los módulos, con ello reduciríamos en mucho los costes, y le otorgaríamos a la Alianza Minera un “suelo firme” para ponerla en marcha…  -explicó una Kilara triunfante, conocedora que había dado con la idea.
·         O eso –sonrió el Príncipe irónico, dando un beso en la mejilla a su prometida-, o también podríamos activar varias de las *Naves de Apoyo de la Flota que están asignadas a la Reserva y que ellas sean las que se encarguen de la construcción de la base avanzada de la Flota, lo que para la flota haría el “esfuerzo” aún mucho menos costoso económicamente hablando. Teniendo tan a mano la materia prima necesaria, sería aún mucho más eficaz por varios motivos que el montar fundiciones provisionales en el planeta. Incluso los propios cargueros de la Alianza Minera podrían ser quienes transportasen la materia prima más específica que allí no se encontrase. Eso aumentaría su estabilidad a la vez que nuevamente reduciría nuestro gasto, ya que mientras introducen la producción de la mina en el mercado, también recibirían un pago suficiente como para cubrirles los gastos del viaje de retorno a la mina sacando un pequeño beneficio de paso con ello…
·         Lo de las Naves Auxiliares sería perfecto, por lo que se de esas naves, incluso ellas mismas podrían fabricar ellas los sistemas de armas primarios que serían necesarios para la defensa puntual de la base. Podrían ir armándola poco a poco a la vez que la construyen, incluso disponer de su integración en la mismísima estructura básica… Además, si se presupuestase de forma normal, quizá incluso habría dinero para dejar casi acabada una Base Estelar de Sector completa en lugar de únicamente una avanzada ampliada -Kilara parecía entusiasmada con la idea.
·         Tengo que estudiarlo detenidamente, el pasar de una base a otra influye en muchas otras cosas que hay que valorar independientemente. Pero tienes razón, es una forma magnifica forma de tener esa mina controlada en todo momento y dejaría en un segundo plano para su propietario sus problemas de protección –alzó las manos Jhored, tratando de aplacarla-. Además, la presencia de una base de la Flota justo sobre la Mina convertiría a la Alianza Minera en la opción ideal, mucho más deseable que cualquiera otra.  Hablare con Gzak y Mao para que investiguen el modo más discreto posible para reunirnos con alguien significativo en ella…
·         O quizá fuese mejor que de eso me encargase yo, mi sistema natal y los cuadrantes adyacentes son algunos de las zonas en que su presencia es más estable, de hecho, quienes no tienen allí casi presencia son las corporaciones… –replicó Kilara con una sonrisita de suficiencia en los labios.
·         Tú dirás… ¿a quien tienes exactamente en mente para contactar? -preguntó Jhored haciendo un gesto a su prometida para que hablase.
·          El Barón Belton Von Grogoreki. Tiene los contactos  necesarios, además de una muy buena relación con varios de los miembros más importantes de la Alianza, es más, sé de cierto que gracias a su puesto en la Mesa de la Cámara Alta les ha podido echar discretamente una mano en algunas zancadillas de sus competidores surgidas repentinamente por la aparente falta de concreción de algunos permisos. Además –soltó una carcajada-, estará encantado de ayudarnos, nos aprecia a los dos enormemente por lo que hicimos, y ademas, con lo bien que se llevan esos dos ahora, estoy convencida de que si el Barón tuviese el menor problema, tu tío discretamente metería mano por medio. Esto le proporcionara además un gran placer, le entusiasmara el hecho de poder fastidiar un poco a las grandes Mineras y ayudar a la Alianza a afianzarse contra ellas. Belton siempre ha sido de la opinión de que se las ha dejado obtener excesivo poder para ser únicamente empresas privadas.
·         Muy bien –accedió Jhored, pasando por alto la crítica implícita, con la que por cierto, estaba totalmente de acuerdo-, es buena idea, dada su posición no sorprenderá para nada una visita del Barón a palacio, y será más fácil mantener el secreto de lo que ocurre. Tú ponte a organizar la reunión con el Barón y a recopilar toda la posible información que podamos necesitar de cara a un contrato con la Alianza para el suministro de materia prima en la construcción de la base procedente de “su” mina. Yo mientras comenzare a poner en marcha media docena de Naves Auxiliares de la reserva junto con su correspondiente escolta…
·         No te preocupes, preparare todo para cuando venga Belton, redactare un acuerdo ventajoso para nosotros, y justo para ellos dado todo lo que vamos a proporcionarles sin que se tengan que molestar en nada de nada.
Jhored hizo un gesto a su prometida para que se pusiese en marcha, tras la marcha de esta se puso en contacto con los generales Gzak y Mao, explicándoles todo lo que habían tramado Kilara y el. Contra todo pronóstico, ambos hombres estuvieron completamente de acuerdo en que era la mejor de entre todas las opciones posibles, además con esa mina y un contrato en firme con la Flota desde el inicio de la explotación estabilizando económicamente a la Alianza, a las grandes corporaciones les había salido un serio competidor que no se avendría a su manejos. Ninguno lo dijo, pero en la mente de los tres, quedo la esperanza de que la estabilidad definitiva de la Alianza Minera supusiese el fin del, en la práctica, casi monopolio de las Grandes corporaciones, o como mínimo, les proporcionase la escusa necesaria para poder caer sobre ellas y poder desmantelarlas por completo.
El príncipe ordenó la puesta en marcha inmediata de ocho Naves Auxiliares de la Reserva que se unirían a sus escoltas en Altaria II, base principal de la flota del 11º Distrito Militar. Jhored no pensaba volver a tener problemas con la interferencia de ninguna corporación en todo este asunto. Puso al frente de la misión a alguien de su absoluta confianza, el *Almirante Adward, héroe de la Guerra contra los Razors y Corix, con órdenes concretas y tajantes sobre hasta dónde podía llegar en caso de problemas en su cometido. Este respondió a su alteza, que no se preocupase, que en caso de ser necesario, las prácticas de tiro al blanco le vendrían bien a su Flotilla. Su Alteza de acuerdo con este con respecto al despliegue, dotó al Almirante de una fuerte escolta para las Naves Auxiliares y la protección del sistema estelar mientras la base se construía. Puso bajo su mando directo dos Superacorazados, un acorazado, dos Cruceros de Batalla, cinco Cruceros Pesados, ocho Cruceros Ligeros, treinta y dos Destructores, ocho Fragatas de Protección y tres corbetas de exploración de la Flota, además ordeno que se creasen dos nuevas patrullas perimetrales para el nuevo sector, asegurándose de que ambas tuviesen el sistema estelar asignado en su recorrido. Ordeno también al Mando del 11º Cuadrante Militar planificar nuevamente todos los planes preestablecidos de Defensa encuadrando la incorporación del nuevo sector junto con el del puesto avanzado que se crearía para su custodia, vigilancia y protección.
Mientras, la pequeña flotilla del Vicealmirante Tagard continuaba internándose en el interior del Brazo Inexplorado de la Galaxia. Llevaban ya revisadas cinco de las paradas reflejadas por la “Xferas Tyrrell” en su bitácora, y aún no habían encontrado nada de nada o que pudiese explicar que era exactamente lo que estaban buscando, sí que tenían claro que minerales desde luego, no era. No se había repetido el éxito obtenido con la mina, pero en algunos de los sitios revisados era obvio con tan solo hacer un primer escaneo, que de allí no se obtendría nada importante., sin embargo la exploradora había estado muchísimo más tiempo del necesario sobre cada objetivo. No fue hasta el sexto salto, cuando por fin obtuvieron certeza de la presencia sobre la superficie de miembros de la Xferas sobre un planeta, concretamente sobre lo que a priori parecían ruinas antiguas de algún tipo de civilización tecnológicamente avanzada. Por el tiempo que marcaba la bitácora de la nave, los historiadores y arqueólogos del equipo de exploración de Tagard, dedujeron que los miembros de la Xferas regresaron a la nave en cuanto llegaron a la conclusión de que posiblemente fueran refugiados de algún mundo ocupado por los Shilrrurs entre quinientos y setecientos años antes, que finalmente no pudieron sobrevivir en ese lugar tan hostil para los humanoides...
En los siguientes once saltos a nuevos sistemas, pudieron establecer como dato objetivo, que la Xferas Tyrrell tan solo se detenía tiempo suficiente como para obtener datos objetivos y amplios cuando distinguían posibles asentamientos de seres inteligentes, evidenciando que no estaban ejerciendo el trabajo que normalmente realizaría ese tipo de nave. En tres de los diez sistemas volvieron a encontrar huellas de la presencia de varios grupos de exploración procedentes de la nave, aunque en ninguno de los casos en que descendieron, finalmente resultaron ser “ruinas”. Una de las falsas alarmas resulto ser una sonda no tripulada de origen Corix con varios cientos de años de antigüedad, la segunda eran los restos de una nave exploradora Shilrrurs que debió de estrellarse allí un par de cientos de años antes por el estado del fuselaje y el tipo de diseño del navío. Y la tercera, era un grupo geológico de cortados junto con cuevas, situados en una Grieta que se adentraba profundamente en la corteza del planeta y que hacían que los rastreadores obtuviesen lecturas muy extrañas e inquietantes.
A los equipos de la XR-88 les llevo varios días darse cuenta de cómo las particularidades de la grieta y sus cañones laterales, hacían resonar entre sus paredes o implicando gracias a las cuevas las propias señales de los rastreadores volviéndoles literalmente locos. Incluso los propios sensores de la pequeña lanzadera que llevaba la XR-88 para el rastreo planetario resultaron ser completamente ineficaces para conseguir navegar a lo largo de los cañones de la grieta, y tras un par de sustos, la propia capitana Enya Belara prohibió terminantemente los viajes visuales por los cañones, para cualquier exploración sobre el terreno, se debía de acceder al punto exacto descendiendo en vertical desde arriba, algo que no agrado a casi nadie, pero que fue muy eficaz evitando los riesgos innecesarios. Al final la Flotilla se marchó del sistema sin más datos para reflejar que la particularidad especial que creaba esa enorme grieta, y que a los geólogos presentes no les sentó especialmente bien el tener que dejarla de lado para continuar viaje, cuando según ellos, ni siquiera habían empezado a rozar la superficie de sus particularidades y peculiaridades.
La siguiente parada no supuso mayor dilación temporal que lo que se tardó en reorganizar la flota para orbitar la “creciente” estrella por el exterior del sistema, la cual era absolutamente inestable y parecía estar al borde del colapso. Según os varios científicos presentes en la expedición, tanto podría colapsar en unos pocos cientos de años, que en un par de semanas. Para lo que si sirvió esta expedición, es para dejar marcado el sistema como potencialmente peligroso para cualquier tipo de tráfico futuro en viajes de exploración o científicos, porque como a estas alturas Tagard ya sabía, los científicos presentes en la XR-88 iban a estar mucho más que interesados en regresar en un futuro próximo a un par de puntos del camino para “investigar”. Sin embargo, dos saltos después, surgió un nuevo desafío para la XR-88 y sus equipos, un planeta en formación, con cientos de volcanes activos a la vez sobre su superficie,  nada que no hubiese sido investigado hasta su extenuación en mundos similares dentro de la Confederación Imperial. Pero por eso mismo, y ante la prolongada parada de la “Xferas Tyrrell” en ese sistema, todos a bordo de la Fragata sabían nada más verlo que les esperaban unas horas de investigación, y exploración la mar de “divertidas”.
Como era habitual ya en la forma de desplazamiento de la Flotilla, la XR-88 avanzo en solitario con dirección al V planeta del sistema estelar, mientras que a unos escasos dos minutos por detrás a idéntica velocidad, viajaba el Destructor “Colibrí”. Los tres Destructores restantes y el Crucero Ligero se desplazaban mientras a toda velocidad a un pequeño campo de asteroides situado en las cercanías del Planeta con dos objetivos. El primero explorarlo para evitar posibles sorpresas, y el segundo, usar los asteroides para camuflan sus perfiles ante cualquier sistema de rastreo que hubiese o entrase en el sistema. Por su parte los Cuatro Cruceros de Batalla hicieron lo propio dirigiéndose a orbitar el Gigante Gaseoso que hacia el Vi planeta del sistema. La decisión sobre qué posición adoptar para Tagard en esta ocasión fue simple, pues de los 12 Planetas de ese sistema, tan solo el 5 y el sexto se habían mantenido en esa zona, el resto estaban en esos instantes orbitando justo al extremo contrario de la estrella. Cualquier nave o artilugio procedente de cualquiera de ellos los sensores de los Cruceros de Batalla lo detectarían con la suficiente antelación como para poder ser capaces de interceptarlo con un amplio margen de tiempo.
La exploración planetaria tuvo más problemas de los que inicialmente habían previsto. La gravedad era equivalente a 3.2G estándar, y la temperatura ambiente, superaba en torno a un 21% lo que se consideraba como un límite seguro para su exploración con métodos y medios no específicos para ese tipo de situación térmica. Las Lanzaderas tenían por tanto que hacer frente a dos condiciones absolutamente adversar, una la gravedad, que las convertía en el triple de pesadas, lo que obligaba a sus motores a un sobreesfuerzo y aumento de calor interno que impedía su uso prolongado sobre el planeta. Por si eso no fuese poco, ese 21% de sobremargen de temperatura hacia que sus escudos térmicos exteriores al entrar en la atmosfera fuesen sobrecargados de calor, menguando bastante el margen del Angulo de entrada optimo, y sumándose al mismo los problemas de calor antes mencionado con los motores.
La pequeña la pequeña lanzadera para el rastreo Planetario que llevaba la XR-88 resulto ser totalmente inoperable en esa condiciones, su misma ligereza, tamaño y falta de blindaje que tan maniobrable le hacía, en este caso era su principal hándicap, nadie dudo ni por un segundo, que si trataban de usarla seria destruida junto con quien la tripulase. Otro problema, es que la XR-88 al disponer de un exceso de equipos de investigación de diversos ámbitos, había tenido que renunciar al espacio que normalmente ocuparían otras seis grandes lanzaderas. En esos instantes, se veían obligados a realizar con tan solo dos, una misión más que apta para la distribución de la misma entre las ocho que debería de haber llevado la nave. Cada quince minutos, las dos lanzaderas tenían que salir al espacio y abandonar la proximidad del planeta con el fin de que el frio extremo exterior enfriase el blindaje de ambas naves. Tras esto, las dos hacían una suave pasada a muy baja velocidad sobre los grupos sensores de la XR-88 con el fin de tratar de detectar cualquier posible reducción peligrosa o pequeña grieta que una entrada en esa atmosfera adversa pudiese terminar en catástrofe.
Al final, la previsión de permanencia de 19 días, tuvo que ampliarse a 28 debido precisamente a que en una de esas pasadas una de las lanzaderas tuvo que ser retirada del trabajo para la reparación de un par de paneles de protección térmica del motor que estaba comenzando a resquebrajarse. Por fortuna los ingenieros de la XR-88 consiguieron volver a dejarla lista para el trabajo en tan solo cinco días, no obstante y tras el incidente, el tiempo sufrió una reducción de quince, a doce minutos exactos de permanencia sobre el planeta, lo que amplio el tiempo de permanencia, pero que hizo que no volviesen a surgir nuevos problemas con ninguna de ambas naves. Tras nuestra marcha, y aprovechando el trayecto hasta el siguiente punto, los ingenieros de la XR-88 aprovecharon para darles un exhaustivo repaso a ambas lanzaderas y dejarlas plenamente operativas para el siguiente sistema al que entrásemos.
Realmente, el terminar en ese sistema sin conseguir ningún dato fue realmente frustrante, pues según los datos posteriores de la bitácora de la “Xferas Tyrrell”, daba la impresión de que allí encontraron algo, fuese lo que fuese y que les impulso a viajar directamente hasta su siguiente parada. Pasamos prácticamente de largo sin detenernos los tres siguientes sistemas por los que, según su bitácora, la “Xferas Tyrrell” había pasado también sin detenerse en absoluto para nada, sistemas aptos para la exploración de una nave como esa, lo que nos hacía confirmarnos más aun en que debían de haber encontrado algo dentro de aquel infierno de fuego. Fuese lo que fuese, parecía también muy posible, que hubiese sido lo que después los guiase en esta especie de viaje a toda velocidad rumbo a algo determinado… Dado que en la bitácora, “la Xferas Tyrrel”, cuando por fin llegaron a su destino clasificaron el sistema como “peligroso”, que registraron sus tres primeras bajas sin más en contra a lo que marcaban todos los protocolos existentes, y que la constante falta de detalles existente era de por si un problema a la hora de poder tomar medidas optimas, en esta ocasión el Vicealmirante vario el despliegue de la Flota para su entrada al sistema estelar de destino. En esta ocasión la XR-88 fue situada en retaguardia y órdenes expresas para la Capitana Enya Belara sobre qué hacer si eran atacados. El resto de la Flotilla al completo fue desplegada en orden de batalla, con los escudos y las armas al máximo de su capacidad. Una vez todos estuvieron en sus puestos, el Vicealmirante dio la orden de salto hacia el sistema estelar objetivo…

CONTINUARA


*Nave “Q”. Se trata de naves estándar de carga construidas expresamente como trampas contra piratas o naves corsarias. Su potencia de fuego y escudos ocultos son equivalentes a los de un Crucero Pesado, no así su Blindaje que es netamente inferior a estos con el fin de poder cumplir con su papel en caso de ser escaneadas, sus sensores y equipamiento general es todo de capacidad militar. Están pensadas para operar golpeando por sorpresa al enemigo, siempre actuando en solitario o por parejas. 

5 comentarios:

  1. muy bueno otra vez ya con ganas de ver el final

    ResponderEliminar
  2. La mar de entretenido, repaso el blog casi diariamente para ver cuando es el siguiente capitulo.
    Asi de enganchado me tienes. :)

    ResponderEliminar
  3. Esperando la sorpresa que nos guardas, ? A ver que se encuentra la flotilla ?

    Luis

    ResponderEliminar
  4. Siempre espero a que lo subas todo para leerlo de un tirón. Pero esta vez he sido incapaz de esperar me tiene en ascuas. GENIAL

    ResponderEliminar
  5. Siempre espero a que lo subas todo para leerlo de un tirón. Pero esta vez he sido incapaz de esperar me tiene en ascuas. GENIAL

    ResponderEliminar