Confederación Imperial Galáctica

Libro - 7

El Brazo de la Galaxia

5

Fecha estelar - 5330

Brazo Inexplorado de la Galaxia

Sistema codificado BIG 1188

Crucero de Batalla “Elemental del Viento”

Puente de Mando

La pequeña flotilla entro en el sistema con los Cruceros de Batalla formando en el Piquete exterior y sus equipos de detección funcionando a pleno rendimiento, rastreando en profundidad todo el sistema buscando cualquier tipo de presencia o anomalía que pudiese poner en riesgo a las naves. El oficial del puente a cargo de los sensores tardo apenas dos minutos en dar la voz de alarma. La Flotilla se dirigía a toda velocidad en dirección hacia un profundo campo de asteroides que se encontraba alarmantemente cerca de la entrada al sistema por ese sector. Las naves redujeron su velocidad al mínimo, abriendo su formación para que la XR-88 pudiese avanzar directamente y bajo la vigilancia cercana de uno de los Destructores, concretamente el “Tarso”, a investigar el campo de asteroides. La suerte fue que el Vicealmirante prohibió taxativamente el que ninguna de ambas naves se introdujese en el interior, únicamente autorizo el rastreo desde el perímetro exterior y con un margen de seguridad de media docena de kilómetros del asteroide más cercano.

La XR-88 sufrió tres impactos que tanto el blindaje como sus escudos fueron capaces de absorber sin mayor problema, retirándose de inmediato a toda velocidad en el rumbo marcado de antemano por el Vicealmirante en caso de ataque, con el fin de despejar la línea de fuego de los Cruceros de Batalla. Otro cantar fue el Destructor Tarso, si bien sus daños fueron leves gracias a que tan solo sufrieron impactos indirectos, concretamente doce, sobre la misma zona, que dejaron tras de sí cuatro muertos, tres heridos graves y al menos una veintena más leves. Por fortuna, al estar los impactos tan concentrados, si bien allí los daños fueron considerables, el resto de la estructura de la nave quedo completamente intacta. Tras quitarse de la línea de disparo ambas naves, el Vicealmirante dio la orden al resto de la flota de abrir fuego con las armas de energía sobre el área de donde había procedido el ataque. Tras la primera descarga hubo un número considerable de explosiones en esa zona, lo sorprendente fue que estas parecieron expandirse hacia el interior del campo de asteroides.

Completar las reparaciones del Tarso llevó dos días, tiempo que aprovecho concienzudamente el Almirante para averiguar que era exactamente lo que había ocurrido allí, siendo la XR-88 al sufrir un nuevo impacto directo cuando comenzó a internarse en el campo de asteroides buscando pistas, quien por fin consiguió dar con el enigma. Alguien, había dispuesto de centenares de minas ocultas como si fuesen pequeñas rocas entre el campo de asteroides, la propia envoltura de las minas impedía de forma efectiva y muy eficaz, el que los sensores pudiesen distinguirlas de las rocas originales. Cuando una nave entraba en el rango de ataque de una de ellas, por lo que se consiguió saber y observar, parecía emitir una alerta a sus compañeras, poniéndose las que más cerca estuviesen en marcha contra el blanco, aunque sus sistemas aun no lo hubiesen detectado. Los ingenieros supusieron que debían de usar algún tipo de sistema de guía por coordenadas enviadas por la mina detectora para dirigirse hacia el blanco motivo de la alerta. Seis de esas minas salieron a por la XR-88, por fortuna para ellos, los Destructores “Flecha” y “Colibrí” se encontraban escoltándola lo suficientemente cerca como para impedir que al menos cinco de las seis minas pudiesen hacer blanco sobre su costado. La parte buena es que los sensores de las tres naves captaron a la perfección el momento de ataque, por lo que gracias a sus datos combinados, los ingenieros no tuvieron el menor problema en saber que era lo que había ocurrido.

Una vez descubierto el modo de ataque que había sufrido la flotilla y quien lo había llevado a cabo, el Vicealmirante dio dos órdenes. La primera fue idear un modo para poder hacerse con un grupo de al menos cuatro o cinco de esas minas para estudiarlas, y segundo, el envió inmediato de un Misil de Frecuencia con un mensaje de máxima prioridad para su alteza explicando todo lo que allí había ocurrido. El segundo al mando, el Teniente Coronel Taled, intento convencer al Vicealmirante para que suspendiese la orden del Misil, ya que la flota llevaba muy pocos y sería un desperdicio usarlo cuando podía darse la novedad al regreso. Sin embargo el Vicealmirante mantuvo la orden e hizo especialmente responsable de su envió a su segundo, era consciente de que Taled tenía razón, pero también, de que este desconocía un dato crucial. Tagard sabia por su Alteza que la Estrella Oscura no estaba disponible para esa misión, pero también conocía al Príncipe, y ya que ahora sabia de primera mano que era lo más que probablemente estuviesen buscando realmente, tenía claro como el agua que Jhored ordenaría a la UEP ponerse en marcha tras sus huellas en cuanto terminasen con lo que fuese que estaban haciéndole en esos instantes.

Tagard sabía que el Almirante Stratos no se entretendría en explorar el campo de asteroides, sin embargo,  si podía ocurrir que la Estrella Oscura tratase de aprovechar la presencia del campo para cruzar en su cercanía con el fin de ocultar aún más su ya de por si bajísimo perfil de rastreo. Pese a su perfil, existía el riesgo de activar accidentalmente una de las minas, las cuales además actuaban en enjambre, atacando varias a la vez, y la UEP tenía unos sistemas especiales muy delicados que no soportarían varios impactos sin verse severamente comprometidos por los daños. El misil partió a los cinco minutos de dar la orden, el capturar varias minas fue un asunto muy diferente. Al final lograron hacerse con un total de tres minas, no antes sin embargo, de que el Elemental del Agua al cometer un error durante el tercer intento frustrado de captura, sufriese el impacto de cuatro de ellas, que por fortuna y gracias a la rápida reacción de su tripulación, sus escudos fueron perfectamente capaces de absorber sin sufrir apenas daños. Se necesitaron de ocho tentativas, cuatro impactos en el Elemental del Agua y más de cuarenta minas activadas que fueron destruidas por el fuego de defensa puntual de la Flotilla fue el costo final  de poder hacerse con tres de ellas intactas.

Los ingenieros de los Cruceros de Tagard estaban como niños con juguetes nuevos, incluso se enfrentaron de malas formas a los investigadores de la XR-88 cuando estos intentaron ponerle las manos encima a una de las tres minas capturadas. El propio Tagard tuvo que intervenir junto con la capitana Enya Belara con el fin de poner orden, y tras estudiar ambos las respectivas peticiones, llegaron a la misma conclusión, que los conocimientos de los miembros de ingeniería de los Cruceros eran muy superiores a nivel armamentístico a los de la XR-88, con lo que sería más fácil que pudiesen sacar algo en claro. En menos de dos horas el equipo de ingeniería se comunicó con el puente para dar un más que preocupante informe preliminar urgente al Vicealmirante. El problema que habían detectado mientras trataban de saber cómo funcionaban esas minas era el tiempo que supuestamente deberían de llevar en el espacio, ya que todos creían que alguna de sus hermanas debía de haber sido la causante de las primeras bajas de la “Xferas Tyrrell”.

Fuese lo que fuese lo que le ocurriera a la nave de exploración Minera “Xferas Tyrrell”, ingeniería tenía claro que desde luego esas minas no habían sido, puesto que  según todos los datos obtenidos de sus sistemas internos, acumulación externa de ciertos isotopos, polvo cósmico, etc., debían de llevar en ese lugar no menos de tres semanas y no mucho más de un par de meses, asegurando que dada la situación, era lo máximo que podían afinar. El principal problema de esa afirmación para el Vicealmirante Tagard, es que suponía la presencia de alguien o algo, que las había repartido en ese campo a modo de trampa para incautos o distraídos. Su sistema de ocultarlas era muy ingenioso a la vez que efectivo, y el saber en esos instantes como lo habían hecho exactamente, no significaba ni muchísimo menos que estuvieran en condiciones de rastrearlas con eficacia si no era desde muy cerca. Las conclusiones finales de los ingenieros que las estudiaron fue que con los medios disponibles sería muy dudoso poder averiguar mucho más, y que esas minas eran un diseño muy avanzado, más que cualquier otra cosa semejante a la que la Flota pudiese echar mano. El Vicealmirante dio órdenes de inmediato para que las dos minas restantes fueran debidamente dispuestas en una de las Cámaras de Munición del Crucero para en su momento ser trasladadas a los laboratorios de investigación de la Flota que se determinase.

Durante los tres o cuatro siguientes saltos fueron de normalidad absoluta, manteniendo siempre y en todo momento uno de los Destructores muy cerca en la estela de la XR-88, luego el Grupo de Apoyo formado por el Crucero Ligero junto con los tres Destructores restantes buscaban acomodo, bajar su perfil detectable y protección lo más cerca posible de la XR-88. Por último los Cuatro Cruceros de Batalla de clase Elemental permanecían a cierta distancia en formación de diamante, con sus sensores a máxima potencia, aprovechando cualquier sitio que les ofreciese una mínima cobertura, aunque desde el descubrimiento de las minas, para el Vicealmirante primaba más la distancia hasta la XR-88 que la discreción. Fue tras el último de estos saltos cuando tuvieron el primer encontronazo con los “extraños”. Tras no encontrar nada en el último planeta del sistema que podía parecer mínimamente prometedor de la existencia de alguien, la Flotilla había puesto rumbo hacia el exterior del sistema con el fin de realizar un nuevo salto… cuando ocurrió, de repente y en sus mismos morros.

Repentinamente y ante la Flotilla, a unos escasos cientos de kilómetros hizo su aparición lo que los sensores de los Cruceros de Batalla denominaron como un Vórtice de Energía probablemente transdimensional, y que finalmente se convirtió en algo similar a la parte ancha de un enorme embudo estrechándose hacia el interior. Repentinamente y del mismo modo en que en su momento hizo su aparición el Vórtice, hicieron también su entrada estelar tres naves de diseño desconocido, dos de las cuales, más pequeñas, parecían ir escoltando a la mayor. Esta última, segundos después de hacer su entrada al sistema, por su parte frontal pareció disparar una autentica cortina de proyectiles con aspecto de misiles, y de seguido sus costados comenzaron del mismo modo a vomitar una serie de lo que parecieron ser pequeñas naves de ataque que parecían ser de tipo Caza o Bombardero. Lo siguiente también fue absolutamente inesperado del todo, exceptuando la parte obvia de las defensas puntuales de toda la Flotilla disparando contra los proyectiles lanzados por la nave mayor. Lo que nadie pudo suponer dado el tamaño y aparentes características de las naves que Tagard tenía en esos instantes frente a él, fue que las tres fuesen fácilmente destruidas por los disparos del armamento principal de los Destructores y el Crucero Ligero, que iniciaron el fuego con la única intención de dar tiempo a posicionarse a los Cruceros de Batalla. La explosión de la nave mayor también se llevó consigo todas las naves menores que estaban abandonándola en esos instantes.

Todo terminó tan rápido como empezó, excepto por la nube de Misiles o torpedos que habían atravesado la posición de la flotilla sin alcanzarlos, resultaron ser lo bastante lentos como para que a los sistemas de guiado y control de las naves no tuviesen problemas, bien en esquivarlos, bien en destruirlos. Gracias a las deflagraciones de varios de esos proyectiles por los cañones laser de defensa puntual de la Flotilla, se pudo determinar que eran en su gran mayoría de algún tipo de Explosivo de alta intensidad bastante convencional. Sin embargo, tres de esos proyectiles habían resultado ser ingenios Termonucleares de alta potencia, lo que era mucho más peligroso. Una explosión cercana de uno de esos “normales”, no habría llevado mayor interés que un leve retraso por los daños causados en escudos y blindaje. Sin embargo, en caso de un impacto directo, o de una explosión relativamente cercana de uno de los Termonucleares, se estimó que muy probablemente ni el Crucero Ligero, ni los Destructores hubiesen sobrevivido. El vicealmirante ordeno que todas las naves se dirigiesen hacia los escombros y ayudasen a la XR-88 a encontrar cualquier cosa que pudiese dar alguna pista sobre qué era lo que estaba pasando allí…

Tras un primer rastreo, recogida e investigación primaria de todo lo que allí había ocurrido durante los tres siguientes días, por fin el Vicealmirante ordeno una reunión, incorporando a la misma a los principales científicos e ingenieros presentes en la flotilla. Si bien sobre las armas, las naves y como suelen moverse o que hacer se habían hecho algunos progresos, sin embargo sobre lo que de verdad preocupaba y mucho al Almirante, era el modo en que las naves “extrañas” habían llegado al sistema. Lo único que Tagard saco en claro de toda la discusión con los científicos e ingenieros presentes en la flotilla, fue que los agujeros de Gusano eran una realidad, que aquello sin duda había sido uno, y que en teoría… eran completamente imposibles de crear por medios artificiales. La conclusión final fue que posiblemente en aquel sistema existía alguno altamente estable que se abría cada cierto tiempo entre dos sistemas estelares, y los “extraños” sabían sus “tempos” para poder usarlos de aquel modo. Ni que decir tiene, que el Vicealmirante tras la reunión, había quedado de todo, menos contento, pues su instinto le indicaba, que ese agujero de gusano del que salieron las naves extrañas, por mucho que todos los “expertos” presentes dijesen, de natural tenía muy poco.

Tagard estaba a punto de dar orden de formación y dirigirse hacia el siguiente punto de parada de la Xferas Tyrrell, cuando entro una llamada del capitán del Crucero Ligero “Espadachín”, el Comandante T’doret, notificándole que uno de sus jóvenes ingenieros, tenía algo que decirle al Vicealmirante sobre el agujero de gusano. Tagard se dio cuenta de cómo de asustado parecía el joven y la forma en que trago saliva cuando su capitán dijo aquello, daba la impresión de estar arrepintiéndose con todo su alma de haber abierto la boca, de modo que decidió anticiparse… Rápidamente hizo una consulta en la base de datos de la tripulación de la Espadachín…

·         Muy bien, Sr. Skrroble, tiene usted toda mi atención durante los próximos cinco minutos –Tagard se sonrió para si al darse cuenta por la cara del joven de la sorpresa que le producía que el Vicealmirante conociese su nombre.

·         Sí señor, vera, yo acabo de incorporarme a la flota tras terminar mi carrera, mi proyecto final se basó en las anomalías estelares, entre las que trate los agujeros de gusano, por lo que indague entre los últimos descubrimientos sobre cualquier cosa relacionada con ellos. A día de hoy, existe un modo de descubrir si en algún sistema estelar alguna vez ha existido o se ha producido un agujero de gusano, estudie un nuevo método desarrollado por un equipo de investigación de una de las principales universidades de la Confederación, para poder realizar una estimación de la última vez que dicho agujero se abrió… -él Vicealmirante le cortó.

·         Muy bien, todo eso es muy interesante, de hecho, hemos podido presenciar en directo el instante de apertura de la “anomalía”. Pero dado que todo eso ya lo sabemos, y soy consciente de que usted también lo es, no se preocupe más, y dígame sin rodeos que es lo que me quería comunicar…

·         Sí señor, quería decirle que existe un modo de determinar si ese agujero aparece cada cierto tiempo en el sistema, o no.

·         ¿Está diciéndome, que podemos saber cada cuanto se abre y cierra ese agujero de gusano? –se interesó vivamente el Vicealmirante.

·         No señor, como le expliqué, solo podríamos saber la última apertura y cierre del extremo dentro de una franja estimada de probabilidad. Tampoco serviría para conocer si es estable en ambos extremos, o si es seguro de atravesar o no. Pero en base a determinados elementos que el agujero deja tras de sí a su cierre, es posible determinar si este aparece en el sistema estelar de modo regular o no.

·         ¿Qué necesitaría para hacerlo?

·         Tendríamos que recalibrar algunos de los sistemas del Espadachín y no sé si… -Tagard le cortó.

·         Capitán Derscroxx, que el Sr. Skrroble sea trasladado de forma inmediata a la XR-88 para que pueda realizar las modificaciones que sean necesarias en sus sensores. Yo preparare su llegada… Sr. Skrroble, quiero esos datos lo antes posible, y eso significa, que era para ayer… ¿está claro?

·         Sí señor, en cuanto llegue a la fragata XR-88 empezare…

·         No, comience a dar instrucciones de cómo quiere que se modifiquen esos sensores desde la misma lanzadera, le aseguro que en esa fragata hay personal más que cualificado que sabrá seguir sus instrucciones a la perfección. Tagard fuera…

El Vicealmirante se pudo de inmediato en contacto con la XR-88, transmitiéndole sus órdenes a la capitana Belara y a su jefe de ingeniería… Contra lo que cualquiera pudiese suponer, las órdenes del Vicealmirante fueron excepcionalmente bien recibidas por los diversos científicos e ingenieros de la Fragata, según supo después, todos ellos encontraron altamente estimulante el poder aprender lo que aún era una forma realmente novedosa de estudiar estos fenómenos. Tan solo doce horas después, al Vicealmirante le fue transmitida desde la XR-88 la información que había requerido, y desde luego, no era nada buena, algo que vio reflejado ya de ante mano en la colección de científicos situados tras el joven Sr. Skrroble. El agujero era extremadamente reciente, habían podido establecer, que tan solo llevaba abriéndose un margen máximo de dos a cuatro años… El director científico de la XR-88, extremadamente serio, añadió tras que el Ingeniero del Espadachín terminase, que a la vista de la reciente investigación, habían llegado a la conclusión, de que por improbable que pusiese parecer por los conocimientos que actualmente se tenían, existía una base sólida para considerar la posibilidad de que ese agujero de gusano no fuese natural…

El Vicealmirante agradeció la información y de seguido dio la orden a la flota de ponerse en marcha hacia el próximo salto. Tagard considero la información lo suficientemente grave y seria como para dar orden de mantener permanentemente preparado un Misil de Frecuencia con el fin de transmitir rápidamente a su alteza los nuevos descubrimientos, así como las fuertes sospechas que estaban comenzando a surgir en su mente. Nada de lo visto hasta el momento, ni esas naves, ni su diseño, ni su armamento, ni nada en absoluto le sonaba ni remotamente parecido a nada que se conociese, incluso visto lo visto, tecnológicamente quienes quieran que fuesen estaban bastante atrasados en casi todos los aspectos. Empezaba a pensar muy seriamente, que fuese lo que fuese con lo que se encontrase la “Xferas Tyrrell”, y a la luz de lo poco que aún se sabía, no había sido con Tigenium o la Hermandad de MUM, sino algo posiblemente mucho más problemático.

En el siguiente salto de la Flotilla, Tagard cambio completamente el protocolo, en esta ocasión, la XR-88 avanzó escoltada por los Destructores y el Crucero Ligero, manteniendo sus Cuatro Cruceros de Batalla en un segundo plano cercano a las demás naves, para el Vicealmirante las condiciones habían cambiado por completo, no pensaba dividir su Flotilla más allá de unos pocos minutos de distancia entre los grupos. Según lo visto en el primer encuentro, esos extraños parecía que eran de los de disparar primero y preguntar después. El Vicealmirante ordenó al Comandante  T’doret del Crucero Ligero “Espadachín”, que en caso de un nuevo encuentro procediese a retirarse con su grupo lo más pronto posible, que él no iniciase bajo ningún concepto las hostilidades, pero que en caso de ser atacado, replicase con la máxima contundencia que sus armas le permitiesen mientras cubría la retirada de la XR-88, cuya protección era su único objetivo real. Tagard se abstuvo de decir al comandante, que si esos “quienes fuesen” volvían a atacar, esta vez serían sus Cruceros de Batalla quienes directamente  les darían los oportunos saludos de parte de su Flotilla.

Si la primera parada transcurrió sin incidentes, no resulto así con la segunda, un sistema estelar completamente muerto y en el que era dudoso que nunca hubiese, o pudiese haber vida de ningún tipo. Según los datos, la “Xferas Tyrrell” en dicho sistema no paró, simplemente continuo su camino, y fue allí precisamente, a mitad de sistema, cruzando hacia el próximo punto de salto, donde les dio alcance la Corbeta de Exploración de la Flota “Zafiro Azul”, que según sus órdenes hacía de correo entre su alteza Imperial el Príncipe Jhored y el Vicealmirante Tagard. Los datos que transmitió su Alteza al Vicealmirante y el motivo de usar una corbeta de exploración, era que por fin habían logrado descodificar todo lo recogido en las bitácoras de la “Xferas Tyrrell”, que señalaban un panorama nada halagüeño para la pequeña flotilla, por lo que su Alteza había querido asegurarse que las noticias llegasen intactas usando para ello una Corbeta de Exploración. Tagard comprobó que en el sistema donde ellos se habían encontrado con el campo de asteroides minado, la “Xferas Tyrrell” observo varias naves moviéndose en el interior del campo. Trato de observar, usar sus potentes sistemas de rastreo para investigarlos y pasar desapercibida. Pero según su bitácora fue descubierta y atacada de inmediato, sufriendo daños leves, pero según los datos extraídos por fortuna eran más rápidos que los extraños y pudieron dejarles atrás. Gracias a la decodificación de la bitácora, y a que habían logrado sacar a la luz toda la información oculta en aquellos registros en esos instantes Tagard por lo menos ya tenía una idea de dónde podía esperar problemas, incluido el lugar del ultimo enfrentamiento en donde casi resulto destruida, que fue donde estaba la última inscripción “incompleta” en el diario de a bordo.

La mayor preocupación de Tagard, y por lo que suponía, compartida con su Alteza Imperial, residía en la última anotación en la bitácora tras la anteriormente mencionada y que fue realizada por el propio sistema inteligente de la nave, que marcaba el instante en que asumía el control con objeto de cumplir con la salva guarda de regreso prioritario. Antes de eso la bitácora registraba por parte del primer oficial la información de que se encontraban bajo ataque de extraños, notificando que el capitán había caído, que él se hacía cargo del mando y que dejaba los sistemas del ordenador central en modo de “Salvaguarda prioritaria Extrema” ante el temor de que nadie sobreviviese al ataque... después de eso se interrumpía bruscamente. En teoría el Ordenador bajo esa situación debería de haber puesto en marcha el sistema de autodestrucción por sobre carga de la antimateria, pero sin embargo, este había optado en cambio por ponerse en marcha y regresar a su base de origen mediante un salto instantáneo sin soporte vital ni estanqueidad. Solo había un motivo por el que un ordenador ignorase el expeditivo procedimiento de sobrecargar la Antimateria e iniciase lo que marcaba la bitácora, una salvaguarda secreta que supuestamente solo debería de estar presente en las naves de guerra de la Flota… Para algo así sería necesario que el ordenador estimase que era algo que nunca podría llegar a completarse de forma efectiva y que su interior había sido o estaba siendo ocupado por el “enemigo”. El salto de emergencia al Interespacio sin soporte vital, y más aún, sin que las esclusas exteriores estuviesen cerradas, manteniendo en modo estanco únicamente el puente de mando de ser posible, generaba un movimiento de succión hacia el exterior de varios cientos de kilos por centímetro cuadrado, suficiente para que nada que no estuviese firmemente sujeto a algún sitio saliese volando al exterior… La presencia de restos de la tripulación y de un buen número de objetos, implicaba que la nave únicamente había mantenido cara al exterior en el salto aquellas zonas comprometidas. Tagard ordeno a la Corbeta el regreso inmediato al espacio de la Confederación con instrucciones de transmitir a su Alteza Imperial la información que el Vicealmirante codifico y transmitió a la base de datos de la “Zafiro Azul”.

Llevaban ya un total de cuatro meses y medio, ya casi cinco, de misión, en el mensaje su Alteza informaba a Tagard de que en poco menos de veinte días el Almirante Stratos se pondría en marcha con la UEP Estrella Oscura, con órdenes expresas de alcanzándolo y ponerse en contacto con él en algún punto a lo largo de la ruta de la bitácora de la “Xferas Tyrrell”. También le aclaro que sus propias órdenes seguían en vigor independientemente de la presencia del Almirante Stratos. Tagard se quedó pensativo ante lo que eso implicaba, Stratos, era evidente según lo recibido, no tomaría el mando de la misión, sin embargo, las órdenes no habían cambiado y su Alteza especificaba, “que se pondría en contacto con él”, no que se reuniría con su Flotilla… Entendía según eso, que la UEP Estrella Oscura permanecería en un segundo plano tras la Flotilla, que Stratos tenía sus propias órdenes y únicamente intervendría si su presencia o su intervención era considerada como “necesaria”… Tagard era de las pocas personas en la Confederación Imperial Galáctica, que sabía de verdad para que servía y que llevaba en sus entrañas aquella menospreciada Fragata con el apelativo de “Clase Pifia”. Tagard no pudo evitar pensar de forma irónica al recordar varias anécdotas tanto suyas como de Stratos, que tanto su calificado como “paupérrimo” mando como el calificado como “terminal” del Almirante, serian de los más perseguidos dentro de la Flota si se conociesen de verdad las características especiales de sus naves, y sin embargo, todo el mundo “huía” de ellos como de la peste pensando que supondrían el golpe de gracia para sus carreras… Tanto Stratos como el sabían que tan solo existía un mando en toda la Confederación Imperial más goloso que los suyos, y ese era el del Navío de Guerra “Represor”, la nave insignia de su Alteza Imperial.

Tagard puso a la Flotilla en marcha, realizo el resto de los saltos manteniendo formaciones acordes con la información reflejada en las bitácoras de la nave minera, sin embargo, una cosa que sí que había cambiado de inmediato, es que lo primero que la XR-88 debía de realizar antes incluso de que la flota comenzase a moverse, era un estudio sobre la posible presencia en el sistema de un agujero de gusano en algún momento del pasado cercano. Tagard tenía la intuición y casi el convencimiento tras lo expuesto por el Sr. Skrroble y el resto de científicos, que esos “extraños” seguramente usaban los agujeros de gusano para moverse, y no los espacios de salto o el Interespacio, dado que con el otro método, estos no les deberían de hacer falta.

En el cuarto sistema que revisaron tras el encuentro con la Corbeta, el rastreo del sistema capto restos de la aparición del extremo de un agujero de gusano. Siguiendo los nuevos datos aportados por las bitácoras de la “Xferas Tyrrell”, encontraron los restos de lo que parecía una nave de exploración de las colmenas Karasasn, lo cual de por sí ya era en cierto modo extraño, pues este sistema estaba muy apartado de lo que sería su área de expansión natural por el Brazo de la Galaxia. Lo malo es que tratándose de las Colmenas, Tagard sabía que muchas veces lo aparentemente normal y lo absurdo podían estar estrechamente vinculados, siendo para ellas de pura lógica… su lógica, claro. La nave era antigua, un modelo de hacia al menos cincuenta años, y había sido destruida por el impacto de varios proyectiles de alto explosivo, pero no había trazas suficientes o datos como para poder llegar mucho más lejos de esas conclusiones.

Finalmente la flotilla alcanzo por fin el último sistema estelar de la bitácora de la “Xferas Tyrrell”, aquel donde fue atacada por fuerzas muy superiores, donde murieron los últimos miembros de su tripulación y de donde la nave decidió escapar en lugar de destruirse. Los sensores de los Cruceros de Batalla casi se volvieron locos cuando la Flota hizo su aparición en el borde externo del sistema estelar, detectaron gran cantidad de naves, y más preocupante… el extremo aparentemente estable de un agujero de gusano en las cercanías del quinto de los trece planetas que parecían conformar el sistema. Los sistemas informaron de la presencia al menos de quince enormes naves como la que salió del agujero la vez anterior, y treinta y ocho de las otras más pequeñas, así como varias docenas más de otros modelos también no identificados, incluida una enorme esfera, con lo que parecían una veintena de enormes extremidades con forma de patas, situada junto a la entrada al agujero de gusano. En contra de las anteriores ocasiones, el Vicealmirante Tagard dio órdenes al Destructor “Flecha” para que iniciase su marcha en dirección a las formaciones de naves extrañas, ordeno también al Crucero Ligero que siguiese a un minuto al Destructor mientras ordenaba a los tres destructores restantes que se mantuviesen en su actual posición escoltado y protegiendo a la XR-88. Cedió el mando del Grupo de escolta de la XR-88 al capitán del Destructor “Delin” con órdenes de anteponer a cualquier otra cosa la seguridad de la Fragata de Investigación.

Los sensores de los Cuatro Cruceros de Batalla fueron puestos a máximo rendimiento, centrándolos en todo lo posible en la zona donde se encontraban las naves “extrañas”. Los Cruceros de Batalla para sorpresa de todos, detectaron el instante en que se cerraba el extremo del agujero de gusano, y más importante aún, tres minutos después, registro también el instante en que un nuevo extremo comenzaba su apertura. Y lo más importante aún, quien había sido responsable de la apertura del agujero de gusano, los sensores grabaron tanto sus datos por espacioradar, como por visionfotonica del instante en que la Gran Esfera extendía sus enormes extremidades hasta que hacían contacto entre todas ellas, diez sobre la esfera y las otras diez bajo ella, extendiéndose desde ambos puntos lo que pareció llegar a ser una especie de arco voltaico que envolvió la esfera... Sobre su posición los sensores detectaron exactamente lo mismo que en la vez anterior que estuvieron en el nacimiento de un agujero de gusano, lo que parecía ser un Vórtice de Energía probablemente transdimensional. Segundos después de empezar a detectar el vórtice, las extremidades de la esfera se volvieron a su anterior posición extendidas sobre su ecuador hacia el exterior, mientras que la nave al completo se desplazaba con rapidez hacia un lateral, alejándose de la zona donde se había detectado el vórtice energético, y del que solo tres o cuatro minutos después surgiría la boca del extremo de un agujero de gusano en el que se detectaría la entrada de al menos dos naves y la salida de como mínimo una.

Lo siguiente que los Cruceros detectaron fue el instante en que las naves “extrañas” descubrieron la presencia del Destructor “Flecha”, aproximadamente a dos minutos Luz del Crucero Ligero. Para cuando los Cruceros de Batalla estimaron que por fin habían detectado también a este último, la práctica totalidad de la flota contraria se encontraba ya en marcha hacia el destructor… y por su reacción, no parecían ir para nada en son de paz. Las quince naves de gran tamaño formaron una especie de “X” con buena parte de las otras naves más pequeñas haciéndoles de escolta, situadas en su totalidad sobre los vértices de los extremos en formación circular… Su aceleración era aparentemente lenta pero constante, adquiriendo velocidad a medida que transcurría el tiempo mientras que el “Flecha” procedía a retirarse también lentamente con el fin de no frustrar la persecución que tenía por objeto alejar esa Flota de la Nave esférica… Una hora y media después tuvo lugar el encuentro entre el Destructor y las naves extrañas… o mejor dicho, entre el “Flecha” y los centenares de proyectiles lanzados desde las naves Extrañas. Tras el ataque quedo muy claro el porqué de la enorme cantidad de daños de la “Xferas Tyrrell”, sin embargo, en esta ocasión lo que los extraños tenían frente a si no era una nave de exploración minera desarmada con excepción del pequeño cañón laser de defensa puntual, sino un Destructor de la Flota en compañía de algunos de sus hermanos mayores. Pese a poder esquivar con relativa facilidad la mayor parte de los proyectiles con forma de misiles, y de que sus sistemas de defensa cercana destruyesen los que se dirigían directos contra ellos, no pudo evitar que dos lo alcanzasen, aunque los escudos y el Blindaje aguantaron perfectamente, difícilmente podrían aguantar más golpes.

Tagard dio orden de inmediato a los Cruceros de Batalla de desplegarse en formación diamante y aumentar a velocidad máxima de batalla, por otro lado ordeno a su vez al Flecha reunirse a toda velocidad con el Espadachín y retirarse ambos junto al grupo de la XR-88 para aumentar de ese modo su protección. Los sensores de los Cruceros de Batalla en ese impass entre el inicio de su despliegue y el llegar a las naves extrañas, detectaron lo que parecía ser una más que importante, Tagard diría que gigantesca base avanzada de esos extraños, quienes quiera que fuesen. Los datos de es flota fueron transmitidos al resto de la flotilla por orden del Vicealmirante, recibiendo de seguido el Comandante T’doret del Espadachín, la orden de saltar con el grupo rumbo al espacio de la Confederación y transmitir todo lo descubierto de inmediato, así como la última posición conocida del Grupo de Cruceros Elemental bajo su mando. En cuanto el Destructor emprendió la retirada a toda velocidad, los sensores de los Cruceros de Batalla detectaron el lanzamiento masivo de las pequeñas naves que al igual que la vez anterior salieron del interior de los navíos extraños más grandes. Lo siguiente fue una cortina de enormes misiles en dirección hacia la situación de la Flotilla de la XR-88, entre los que guiándose por lo descubierto en el anterior enfrentamiento, Tagard supuso que irían un buen número de Termonucleares de alta potencia y rendimiento. Tras el lanzamiento de los grandes misiles, los sensores detectaron como las “escoltas” aceleraban dejando tras de sí a las grandes naves, mientras que lo que parecían pequeños “cazas” se situaban rodeando por grupos o escuadrones las escoltas.

Tagard de inmediato cambio sus órdenes, dio instrucciones al Flecha y al Espadachín de desviarse de la trayectoria de los Grandes Misiles a iniciar después el contacto con la Flota que los seguía. Transmitió de seguido instrucciones al “Delin” para que su grupo saltase sin más dilación con rumbo lo más directo posible hacia el espacio de la Confederación Imperial sin detenerse para nada. Tras los mensajes con las ordenes a sus respectivos grupos, en el puente del Elemental del Viento entro una escueta comunicación que llevo una enorme sonrisa al rostro del Vicealmirante Tagard…

·         “Nosotros nos hacemos cargo del Planeta y su base. Buena caza, Fdo.: Stratos”

La UEP Estrella Oscura con todo su letal poder, por fin había llegado hasta la flotilla del Vicealmirante Tagard, y lo había hecho en tiempo record, forzando al máximo los motores. Stratos miraba el despliegue táctico en su pantalla, la Estrella Oscura había interceptado los datos que el Elemental del Viento había enviado al resto de su flota, descubriéndole a Stratos un panorama muy serio para el futuro si no hacían algo, y rápido. La información que Stratos vio le hizo entender la orden de su Alteza de que alcanzase lo más rápido posible al grupo de Tagard, lo que le hizo avanzar sin preocuparse en “camuflar u ocultar” la Estrella Oscura ante los ojos de nadie con quien se hubiesen cruzado hasta ese último salto, pero el Príncipe Jhored había sido muy explícito en la importancia del tiempo. En primer lugar informó de su presencia a Tagard, notificándole que ellos se harían cargo de la Base que esos seres estaban creando, y después, dio órdenes a sus hombres para que preparasen la totalidad de los Misiles de Antimateria de que disponían para su lanzamiento consecutivo…

El primer encontronazo entre el Flecha y el Espadachín con las naves Extrañas se saldó con tres escoltas  y una docena de naves tipo caza destruidas. El Flecha recibió el impacto de un proyectil que absorbió el blindaje sin problemas, y el Crucero Espadachín el impacto de cuatro de ellos que desviaron los escudos… Sin embargo la Flota enemiga no se desvió ni medio metro para esquivarlos o para seguirlos, simplemente siguieron tras los grandes misiles aumentando la velocidad poco a poco junto con ellos en dirección hacia la XR-88 y su escolta… Tagard envió al Flecha y al Espadachín a por las naves Grandes mientras los cuatro Cruceros de Batalla se encargaban de la Flota y los misiles que se les venían encima al grupo de la Fragata. El Vicealmirante dio orden de comenzar a disparar a discreción en cuanto los misiles o la flotilla que les seguían estuviesen a tiro… Quince minutos después, mientras el Flecha y el Espadachín terminaban con las grandes naves, que por sí solas y pese a sus disparos de proyectiles contra las naves de la flota en realidad parecían simples cascarones inertes para prácticas de tiro. Todas ellas fueron sistemáticamente destruidas en cuestión de un par de minutos, principalmente gracias a las baterías principales del Crucero Ligero, que se mostraron muy eficaces a la hora de causar daños…

Los cruceros al disparar desde máxima distancia con sus armas de energía contra los misiles, y pese al grado de dispersión de esta al alejarse tanto, hicieron una autentica limpieza entre los enormes misiles. La flotilla que los seguía al ver como los misiles empezaban a ser destruidos se dividieron en dos, separándose un grupo de unas diez escoltas con sus cazas “adosados” en dirección a los Cruceros. La toma de contacto entre los Cruceros y el pequeño grupo apenas fue de tres segundos, tras los cuales todas las naves extrañas fueron destruidas, los escudos y blindaje de los Cruceros por su parte, desviaron o absorbieron al menos una veintena de impactos. Los cuatro Cruceros de Batalla se lanzaron sin disminuir de velocidad en un movimiento lateral contra el resto de la flotilla extraña, dejando a su paso una importante franja de destrucción… aproximadamente la mitad de las naves Extrañas y un buen número de misiles habían sido destruidos, sin que los Cruceros sufriesen daños que no fuesen absorbidos por el Blindaje. Para el Grupo Elemental, el destrozar completamente la flotilla y dar caza a los misiles fue como el tiro al blanco de un centro de diversión de cualquier planeta de la Confederación, solo que sin pagar un crédito por los disparos. Ni naves, ni misiles lograron llegar a la posición en que estuvieron en su momento la XR-88 con su escolta antes de hacer su salto fuera del sistema estelar, todos fueron destruidos por los Cruceros de Batalla. Al mismo tiempo de esto, las quince grandes naves fueron destruidas por el Destructor “Flecha” y el Crucero Ligero “Espadachín” con un profuso uso de torpedos fotonicos por parte del primero.

EPILOGO

Los misiles de Antimateria de la Estrella Oscura dejaron la base de los Extraños en el quinto planeta completamente destruida, al igual que la totalidad de la superficie del mismo. Pese a que los Cruceros de Batalla trataron de capturar la esfera que parecía ser la causante de la apertura de los agujeros de Gusano usando las rapidísimas lanzaderas de los Marines de la Flota, obvia decir, que la nave cruzo por la boca del mismo en el mismo instante en que sus naves de guerra y la base pasaron a mejor vida… ni siquiera esperó a que el resto de naves en el sistema alcanzasen el agujero… que tras su marcha comenzó a desestabilizarse rápidamente. Pese a todo, el resto de naves, aparentemente de transporte de material o algo muy similar, lograron entrar en la boca del agujero antes de que desapareciese por completo, lo que resultaba más dudoso, es que alguna consiguiese alcanzar el otro extremo antes de resultar destruida por el derrumbe del túnel.

Se confecciono un informe secreto para el alto mando de la flota y los puestos más elevados del gobierno sobre la toma de contacto con una nueva raza extremadamente agresiva durante una misión “habitual” de exploración de la Flota en el Brazo de la Galaxia. Al mismo se incorporó el descubrimiento por parte de la “Unión Minera” de una nueva mina de mineral extremadamente rica, así como la necesidad de ampliación fronteriza para protegerla, y de paso introducir en nuestras fronteras cinco nuevos mundos  aptos para el programa de Terraformación. De dicho informe para el gobierno se retiró toda mención a los agujeros de gusano y su uso por parte de los extraños, quedando dicha información restringida únicamente a los más altos mandos conjuntos de la Flota y el Ejército. Dicho informe supuso la orden inmediata para el inicio de un proyecto de desarrollo de nuevo tipo de nave para la Flota denominado “UNEX”. Destinado a la creación de una especialmente construida y destinada para la exploración estelar de largo rango.

La junta directiva de la “Tirrel Corporal Minera” fue depurada por la ley, terminando varios de sus cargos más altos en la cárcel y sus bienes embargados. La minera así mismo tuvo que hacer frente a una cuantiosa multa que se llevó por delante los previsibles beneficios de los tres o cuatro años siguientes. El 11º Cuadrante vio sus fronteras ampliadas así como la creación de una nueva base avanzada de la flota para el control y protección de los nuevos territorios, cinco nuevos planetas del nuevo sector entraron en el programa Confederacional de Terraformación a la vez que la “Federación Minera Independiente” conseguía la mina de mineral más rica de toda la Confederación a la vez que un suculento contrato con el gobierno para proporcionar la materia prima destinada a la creación de la nueva base avanzada. Una Base Avanzada que estabilizaba completamente sus futuros planes de desarrollo y distribución del mineral de la inmensa mina, y que a su vez, estabilizaba económicamente por completo a la Federación Minera, anulando su vulnerabilidad ante las grandes Mineras. Si bien a corto plazo esto no implicó ningún cambio aparente, a largo plazo, esta mina en manos de la Federación Minera, supuso el principio del fin del “monopolio” de los gigantescos conglomerados mineros y su posterior caída, pero eso era algo que aún estaba lejos en el tiempo de suceder.

El nuevo recién ascendido a Almirante, Tagard “Diablo” Blosky y su Grupo de Cruceros de Batalla fue destinado a la Base-depósito de Mar-Shagan en el sistema Belal, en el 1º Cuadrante Militar, quedando bajo las órdenes directas de su Alteza Imperial. Oficialmente, los Cuatro Cruceros de Batalla fueron destinados a Mar-Shagan por la Flota como fuerza de protección de la Base, extra oficialmente, se corrió la voz por la Flota de que simplemente era una forma como otra cualquiera de quitarse de encima “elementos inútiles” de la Flota y que no servían para cualquier otra cosa. Lo cierto es que la pequeña e inicua Base-depósito de Mar-Shagan, gracias a las órdenes procedentes de su Alteza desde el instante mismo de su creación, disponía en comisión de custodia de la Reserva, de todo un completo “cuadro” de naves de la Flota de las más diferentes características. En realidad, Mar-Shagan era posiblemente el golpe más genial de su Alteza tras finalizar la guerra, pues con su creación ocultó la más importante base de operaciones secretas de la Flota situándola a plena vista.

FIN