Confederación Imperial Galáctica
Fecha estelar -
5346
1º Cuadrante
Militar del Imperio
Sistema
Murokhnanr
Planeta
Murokhnanr
Capital Kunuar
La visita en la tarde de Jhored a Akros,
el amigo del profesor, en sus oficinas para cerrar la firma del acuerdo, fue
otra lucha contra Selena, quien quería ir con todos los escoltas. Obviamente,
Jhored adujo que no se podría pretender que, para firmar un acuerdo, un simple
enviado llevase medio batallón de escoltas tras su espalda… Al final logro que
Selena tragase con el módico número de ocho escoltas más ella y el general Mao.
Eso sí, el resto se encargarían de permanecer en el perímetro del edificio por
si surgían problemas… Jhored sabia como estos se las gastaban con ese presunto
tipo de “problema”, y no olvidaba tampoco que en conjunto llevaban suficientes
granadas como para, literalmente hablando, demoler la mitad del edificio si
fuese necesario y que si le creían en peligro no dudarían en usarlas de forma
tan abundante o letal como considerasen necesario.
Además de lo anterior, de nuevo Jhored
trato de que Selena alterase en algo su forma habitual de vestirse,
maquillarse, peinarse, etc. Y como la vez anterior que lo propuso, esta se negó
de plano aduciendo que no veía la necesidad… Si Selena en su cabreo por todo lo
anterior no hubiese cometido el error de dar rápidamente la espalda a su
alteza, habría visto en este aflorar una sonrisita socarrona que no auguraba
nada bueno para ella, y muy posiblemente apuntase hacia alguna futura trastada…
Algo que le contó en su día el profesor Jarkon mientras ensalzaba a Nuari, la
esposa de Akros, puso en alerta a su Alteza, e hizo que este comenzase a
planear como poder aprovecharlo para reírse un poco de su tiránica
guardaespaldas… De hecho, Nuari, también le iba a venir bien a Jhored para
poder demostrar algo que siempre le había preocupado y que sabía que por mucho
que dijese a sus colaboradores estos desecharían de inmediato por ser
“altamente improbable” como poco, y desgraciadamente para él, todas sus
aventuras parecerían avalarlo así… hasta ahora.
La llegada a la reunión fue completamente
normal, Akros, el amigo del profesor Jarkon fue quien les recibió en persona en
la puerta del edificio en donde se encontraban las oficinas de la compañía.
Tras los saludos protocolarios, guio al grupo a una muy adornada sala de juntas
en la que había una mesa ovalada con numerosos y comodísimos impresionantes
sillones adaptables, válidos para la mayoría de las razas de la Confederación
Imperial. Obviamente, se notaba en todos los detalles que habían preparado con
enorme esmero esta reunión. Jhored sabia por el profesor que este contrato era
la última oportunidad de Akros y su esposa Nuari para poder salvar la empresa.
Con todos sentados, tras repartir Selena,
ejerciendo las funciones de un ayudante, y cuando se disponían a comenzar con
las conversaciones entro en la sala Nuari, la esposa de Akros. Al entrar hizo
ademán de cerrar la puerta tras de sí, sin embargo, por unos segundos se quedó
congelada mirando en dirección a Selena, quien estaba en pie justo detrás de
Jhored, para después pasar sus ojos por todos los miembros del grupo de Jhored
hasta detenerse en él por tan solo medio segundo. Entonces Nuari, hizo un gesto
a todos los ayudantes de su empresa que se encontraban en la sala, indicándoles
luego con voz potente que saliesen de la sala hasta que ella personalmente les
invitase a entrar de nuevo. Al ver esto Jhored se limitó a suspirar poniendo en
su cara un gesto de “allá vamos” … Una vez cerrada la puerta tras los que
salieron, y antes de que Nuari pudiese hacer nada Jhored se puso en pie e
intervino…
-
Está bien… ni se
moleste en hacer una reverencia… ya veo que sabe quién soy… -sonrió Jhored-.
-
¡Alteza Imperial!
-atronó Nuari clavando su rodilla en tierra y cruzando sus brazos con los puños
a la altura de los hombros según el saludo tradicional al máximo jerarca de un
Clan, haciendo caso omiso de las instrucciones de Jhored, el cual volvió a
suspirar-.
-
¡Como! ¡El
príncipe! -exclamó Akros, poniéndose en pie de un salto e imitando de inmediato
a su esposa-.
-
Vaya… parece que
esta vez a su Alteza no le ha ido tan bien tratando de pasar desapercibido…
-replico Selena en tono zumbón-.
-
No te equivoques
Selena, querida mía, no ha sido a mí a quien esta señora ha reconocido… -se
dirigió a Selena con una sonrisa sarcástica-.
-
¿Cómo qué no?
-pregunto sorprendido el general Mao-.
-
Señora Nuari, por
favor, ¿podría explicarle a mi sequito como ha llegado tan fácilmente a la
conclusión de quien era yo…? -pregunto Jhored volviéndose a sentar y haciendo
un gesto al resto para que hiciesen lo mismo-.
-
Obviamente le ha
reconocido nada más entrar… se ha visto claramente en su expresión al verle…
-replicó Selena-.
-
Lo siento, pero
no he reconocido a su Alteza, ha sido a usted… -señalo Nuari a Selena-.
-
¡Explíquese!
-exclamo seca una sorprendida Selena con tono imperioso-.
-
Cuando Jarkon, el
amigo de mi esposo nos dijo que posiblemente vendría su Alteza en persona,
vimos todas las imágenes que pudimos encontrar para tratar de asegurarnos de
reconocerlo, pero era imposible, siempre daba la impresión de que algo había
cambiado… Era… frustrante, nos dimos cuenta que posiblemente nos sería
imposible reconocerlo incluso si lo teníamos delante… como ahora…
-
¿Entonces?
-pregunto el general Mao-.
-
Bueno, me di
cuenta, que en todas las imágenes de trivisión o bidimensionales en pantallas
antiguas que vi, siempre, aunque solo fuese por unos segundos, aparecía la
misma mujer… ella -señalo a Selena-.
-
Dicho de otro
modo, la señora Nuari llego a la muy acertada conclusión que, si en vez de
centrase en tratar de encontrarme a mí, le dedicaba su atención a tratar de
reconocer a Selena, una vez la viese era obvio que yo no estaría muy lejos… ¿Me
equivoco en la deducción? -sonrió Jhroed sarcástico, mirando a Selena-.
-
No Alteza, es
correcto, esa es la conclusión a la que llegue tras ver innumerables horas de
imágenes de usted en las que, de un modo u otro, antes o después, ella siempre
terminaba por aparecer, aunque solo fuese una fracción de segundo… -sonrió
también Nuari-.
-
¿Ahora por fin
tienes claro porque te insistía en que cambiases tu aspecto, aunque solo fuese
mínimamente…? -le pregunto un divertido Jhored con tono zumbón, mirando como
Selena se iba cabreando poco a poco-.
-
¿Y no me lo podía
haber dicho directamente…? -pregunto una ya hipercabreada Selena-.
-
¿Decírtelo y
perderme la cara de sorpresa que has puesto al darte cuenta de que has sido la
culpable de esto? Tú estás de broma… -replico riéndose Jhored, mientras el
General Mao dirigiéndose hacia Selena le hacia su gesto habitual de “ya nos la
ha jugado otra vez”-.
-
Lo que no
entiendo es como sabía que la Sra Nuari iba a reconocer a Selena, porque estoy
completamente seguro que lo esperaba… -replico el general Mao mirando fijamente
a Jhored-.
-
Creo que no
habéis prestado atención a mis conversaciones con el profesor ni a lo que me
contaba sobre sus amigos. En cuanto escucháis algo que no os interesa os
desconectáis, y así es muy fácil liárosla… -se rio Jhored cabreando aún más a
Selena-.
-
Alteza mire que
le pego una patada en el culo y le mando de regreso a capital… no me toque más
las narices… -replico sulfurada Selena, arrancando carcajadas de Jhored-.
-
Está bien… está
bien… que genio… En resumen, el profesor Jarkon me hablo excepcionalmente bien
de las dotes de observación, de la inteligencia y de la memoria fotográfica de
la Sra Nuari. También se le escapo que les había dicho que era incluso posible
que fuese en persona a ayudarles, porque me había visto muy interesado en
visitar el sistema…
-
No termino de
entender… -interrumpió el general Mao-.
-
Pues es obvio, si
todo lo que dijo el profesor era verdad, y no tenía porque no serlo, esta
señora -señalo a Nuari-, trataría de encontrar un método de poder reconocerme…
Y el único punto débil en eso por mucho que yo haya intentado evitarlo, me temo
que sois vosotros, o más concretamente, Selena, porque sois los únicos que
estáis permanentemente a mi lado… -sonrió Jhored-.
-
Eso lo entiendo,
mis compañeros de su escolta rotan, cambiando cada cierto tiempo, ¿Pero porque
yo y no Mao, Gzak o incluso la misma Tanya? -pregunto Selena-.
-
Pues porque la que
siempre, en algún momento aparece a mi lado, de un modo u otro, eres tú. Mao y
Gzak se alternan entre ellos cuando nos movemos, incluso algunas veces quedan
en el Represor, por lo que no son una cara fija continua. Tanya por su parte,
no abandona el Represor excepto en contadas ocasiones y siempre que lo hace es
con ciertas condiciones muy concretas… Por eso en Sharthark tan solo les hizo
falta ver a Tanya junto a nosotros para saber que el Represor tenía sí o sí que
estar amarrado en algún punto de la base…
-
Muy bien, mis
disculpas Alteza. Desde hoy comenzare a tomarme más en serio mi aspecto… no
volverá a ocurrir… -admitió Selena a regañadientes-.
-
Tu tranquila,
ahora que lo sabes, yo mismo me ocupare de que esto no ocurra otra vez… En
cuanto regresemos al Represor comenzara tu entrenamiento para ello -le sonrió
Jhored con esa sonrisita adorablemente siniestra que solo él sabía poner,
provocando en Selena un escalofrió-.
-
Un momento Nuari,
antes de que hagas entrar a vuestros colaboradores tengo que hablar con ambos,
contigo y con Akros sobre el contrato… -dijo Jhored a Nuari cuando esta estaba a
punto de abrir la puerta para dejar entrar otra vez a todo el mundo-.
-
Díganos Alteza…
por favor -replicó Akros en tono respetuoso-.
-
Primero, no
quiero volver a escuchar lo de Alteza, Príncipe, o cualquier cosa similar.
Hasta nuevo aviso llamarme solo… Uhmmm… Jhod, si, eso bastaría para no ser
obvio…
-
Como digas… Jhod…
-replico sonriendo Nuari-.
-
Bien, vamos con
el contrato. En primer lugar, una vez lo estudiéis y lo firméis, recordad que
tendrá que ser validado en Capital, por lo que está bajo en amparo de las leyes
generales y específicas de la CIG y no las del sistema. Tenedlo en cuenta en
todo momento…
-
Somos conscientes
de ello… -asintió Akros-.
-
Bien, segundo…
tenéis dos modos de manejar este contrato, el habitual, maximizando los
beneficios, lo cual no creo tener que explicaros para nada. Pero existe una
segunda posibilidad, sacrificar beneficios para usarlo de modo estratégico,
especialmente en vuestra situación actual con los Clanes… -sonrió Jhored-.
-
No entiendo...
por favor… -Akros hizo ademan de que siguiese-.
-
Este contrato
entrara en la órbita de la ley de elementos estratégicos, por lo que las
medidas de seguridad que tendréis que aplicar son muy estrictas, y para las que
recibiréis asesoramiento. Maximizar beneficios es fácil, una fábrica para los
tres módulos del dispositivo… o usarlo de modo estratégico, tenéis tres
complejos de fabricación, dividirlo, fabricar cada módulo en un sitio diferente…
-explico Jhored-.
-
Pero… -Nuari fue
interrumpida por Selena-.
-
Lo que su Alteza
quiere decir con estratégico, es que, bajo esta ley, cualquier problema en el
centro de fabricación del dispositivo será competencia del SISI. Serán
compañeros míos quienes se encarguen de investigarlo y tomar medidas… si lo
dividen, sus tres complejos entrarían dentro de esta “protección” … aunque
evidentemente tanto en seguridad como en logística aumentaría sus costes
reduciendo sus beneficios -explico Selena-.
-
Es tal cual lo
explicó Selena. La ventaja y a su vez inconveniente, es que, si ellos
investigan cualquier posible problema futuro -Jhored señalo a Selena-, no van a
pararse a mirar quien es quien. Está garantizado que el responsable será
castigado de forma bastante severa, incluso podría perder la cabeza…
literalmente hablando… sea quien sea, sin excepciones…
-
Lo entendemos… -replico
mirando a su esposa un instante, continuando a su gesto de asentimiento-, y
creo que con nuestra situación será mejor que lo usemos como nos han explicado,
dividiendo el sistema entre nuestras tres fábricas… Si alguien de nuestra
confianza no actúa limpiamente, se tendrá que atener a las consecuencias… como
usted dice… sea quien sea…
-
Bien, eso sería
una decisión inteligente, pero además… -sonrió Jhored-, asegúrense antes de
firmar ese contrato, que su centro de investigación en Berto-reth tenga una entrada
común general con el centro de fabricación anexo, de ese modo como parte
integrada con su complejo de fabricación, también entraría dentro de la
“protección” del SISI …
-
Mientras nuestros
empleados estudian el contrato con calma, con mucha calma, voy a dar
instrucciones de que se comience hoy mismo con la modificación para reubicar y
centralizar la entrada de ambos centros en una sola común… Así se podrán unir
en un único complejo -replicó sonriendo Nuari dirigiéndose a toda velocidad
hacia la puerta-.
-
Por cierto, una
vez entreguemos el contrato y aclaremos las dudas de sus subordinados, me
gustaría que me aconsejasen un sitio donde poder cenar que no sea mi hotel… Por
supuesto también que nos acompañasen los dos… -sonrió Jhored, haciendo que
Selena frunciese el ceño mirándole fijamente, no teniendo todas consigo con
esta repentina petición, por lógica o normal que pudiese parecer-.
-
Por eso no se
preocupe, es más, no solo le indicaremos, sino que les invitaremos a cenar
nosotros… es lo mínimo que podemos hacer… sin olvidarnos de que si no les
atiendo bien luego me tocaría aguantar a Jarkon… -se rio Akros, arrancando una
carcajada de Jhored-.
Fueron cuatro horas estándar lo que
tardaron los subalternos de Akros y Nuari para verse satisfechos con las
explicaciones que les dieron entre Jhored y el General Mao. Luego de esto Akros
fue quien guio al grupo hasta el restaurante, en el cual se dio una curiosa
situación que aparentemente desconcertó a ambos esposos. Previo a comenzar a
comer, Nuari recibió una llamada por su intercomunicador procedente, según
explicó, de su amiga Inaria interesándose por su presunta presencia en una
próxima boda de una pareja que estrecharía lazos entre dos clanes importantes,
y a lo que en ese instante no dieron mayor importancia. Estaban degustando un
primer plato, cuando Akros le hizo un comentario a Nuari un tanto
desconcertado…
-
Qué raro… no hay
nadie de las primeras familias de ningún Clan… Solo veo un par de miembros de
segundas familias, el resto son de tercera, cuarta e incluso quinta… -le dijo
Akrom a Nuari curioso-.
-
¿Eso es raro?
-pregunto Selena rápidamente, adelantándose a Nuari-.
-
Bastante… en
estas horas debería de haber cuanto menos media docena de miembros de primeras
familias cenando aquí… este restaurante es muy prestigioso, siempre alguien de
entre los treinta primeros clanes esta cenando… Pero hoy… no hay nadie… además los
que están evitan cuidadosamente el contacto visual con otras mesas… es como si
su máximo interés fuese evitar posibles problemas… -replicó Akrom-.
-
Inaria cuando me
ha preguntado si iríamos a la boda los dos al final me ha dicho que todos los
miembros principales de los clanes han sido llamados a las residencias de los
patriarcas… creo que por eso no hay nadie aquí esta noche… -replico Nuari-.
-
¿Todos los
clanes? -se sorprendió Akrom-.
-
Si, según Inaria,
todos… Por ejemplo, su abuelo ha prohibido a todos sus primos primeros salir de
sus casas en los próximos días… por lo menos hasta después de la boda… y ha
dejado muy claro al resto que ahora mismo no quiere ningún tipo de problema con
nadie o lo pagaran muy caro…
-
¿Tan importante
es esa boda? -pregunto curioso el general Mao-.
-
Es importante,
pero solo por eso no tiene sentido que prohíban la salida de los herederos de
las primeras familias… -replico Nuari pensativa-.
-
Es por el Crucero
de Batalla que está en órbita… el Innombrable… -dijo Jhored sorprendiendo a
todos-.
-
Pero… -Nuari fue
interrumpida por una joven que se acercó a ellos-.
-
Vuestro amigo
tiene razón… es por esa Nave que está en órbita… Hola, buenas noches, perdón
por interrumpir y meterme, soy Inaria… -saludo al grupo de Jhored-.
Tanto Akrom como Nuari se levantaron
rápidamente y la abrazaron, apoyando la barbilla sobre el extremo de cada uno
de los hombros del otro, en un saludo reservado exclusivamente para la gente
muy cercana o los parientes de la familia directa, algo típico de su raza. Inaria
tras las presentaciones y saludos estándar de rigor con el resto, tomo asiento
en la mesa pidiendo de inmediato algo para cenar también ella. Según explico
luego Inaria, el problema es que ese Crucero de Batalla pertenecía al grupo de
escoltas habituales del Represor, Nave insignia del príncipe heredero… Una vez
se confirmó el hecho por parte de la junta, los patriarcas fueron advertidos de
ello, resultando en esa rápida prohibición y la dura recomendación al resto…
Según Inaria, el temor a que su Alteza de
algún modo hubiese podido escabullirse en el planeta tenia a todo el mundo muy,
pero que muy nervioso, máxime después de conocerse lo ocurrido tan solo días
antes en la base de la Flota de Sharthart, lo cual como en casi toda la CIG,
también había sido la comidilla en los Clanes… Ninguno de los diferentes
patriarcas quería que por cualquier casualidad algún idiota con su
comportamiento “habitual” fuese a chocar precisamente con el Príncipe Jhored si
es que de verdad estuviese en el planeta de incognito… Según Inaria, una
tercera, cuarta, quinta, e incluso en algunos casos la segunda familia, no
preocupaba a los patriarcas, aunque resultase exterminada por meterse con quien
no debía, pero la primera era otra cuestión, pues de ella solía salir el 99.9%
de las veces el futuro sucesor… y todos conocían muy bien como actuaba su
Alteza Imperial si se veía abocado a tener que responder con dureza…
-
Vamos que somos
nosotros al desembarcar del Crucero quienes les hemos metido miedo… Al final va
a resultar divertido que nos haya acompañado hasta aquí un Crucero de Batalla
de la escolta del Represor… -se rio Jhored, haciendo que Selena, Mao y varios
de los escoltas rodasen los ojos ante la cara que le estaba echando en su
respuesta-.
-
No entiendo…
-miro Inaria desconcertada a Akrom y Nuari-.
-
Vera, he venido a
firmar un contrato de la Flota con la empresa de los Sres Akrom y Nuari, y para
llegar hasta la capital, me fue asignado ese Crucero además del resto de las
escoltas que están junto a él en la órbita… -replicó sonriente Jhored-.
-
¡Ahhh!, es usted
de la Flota, del departamento de contratos en la propia Capital o algo así,
¿no? -replicó Inaria-.
-
Si, más o menos,
algo así, parecido… un amigo de Akrom con muy buenos contactos hizo ciertas
gestiones en las altas esferas en Capital, informo de algo interesante para la
Flota, movió algunos hilos y el resultado de ello es mi presencia aquí para
tratar el asunto directamente…
-
Esto entonces os
ayudara, ¿no? -preguntó muy interesada Inaria-.
-
Si, lo cierto es
que si… en cuanto el contrato este firmado y verificado en Capital, durante al
menos diez años nuestra empresa será poco menos que intocable para las prácticas
habituales de los clanes… -sonrió Akrom-.
-
Ya te contaremos
con más calma -le apretó la mano Nuari a Inaria en gesto de cariño-.
-
Espero que así os dejen en paz… Sobre la boda…
he intentado hablar con mi abuelo, pero no cede… -explicó una enfadada Inaria-.
Básicamente, por lo que finalmente
explicaron entre los tres, la boda iba a ser una trampa para ambos esposos y
otro par de parejas que como ellos habían desobedecido a sus clanes al casarse.
Les habían puesto en una especie de mesa centrada en el salón donde se
celebraría el típico banquete para los novios, una posición nada divertida si
se convertían en el blanco de los presentes. Los tres estaban seguros de que lo
iban a pasar mal, Inaria estaba intentando que su abuelo les permitiese
cambiarse a su mesa, o al menos, que ella pudiese ir con ellos, pero este se
había negado en redondo. Estuvieron explicando detalladamente al grupo entre
los tres, como funcionaban las bodas y la situación específica para cada uno de
ellos. Según supieron más adelante por ambos esposos cuando Inaria se despidió
de ellos, el único apoyo real de Inaria en su Clan era su abuelo, que era el
patriarca del mismo, pero eso mismo estaba poco a poco socavando su posición…
Ambos lo veían muy mal para ella el día en que su abuelo faltase o fuese
obligado a ceder su sitio al sucesor…
Dos cosas sucedieron en esa cena, la
primera y que hizo que tanto Akrom como Nuari casi se ahogasen con sus
respectivas comidas y bebidas, fue cuando hablando de la posible presencia del
Príncipe en el Planeta y lo sucedido en Sharthart, Inaria no tuvo otra
ocurrencia que poner como ejemplo el restaurante, asegurando que tal y como era
su Alteza Imperial, podría estar cenando en cualquiera de las mesas del mismo y
nadie darse cuenta de su presencia, arrancando una risita a Jhored y un gesto
de “dolor” a Selena y el resto de su grupo. Lo segundo que sucedió una vez
Inaria se marchó debido a una llamada que recibió de su abuelo, y que puso los
pelos de punta a su sequito, fue cuando Jhored, con esa sonrisita siniestra que
tanto adoraban ver en su cara, les preguntó a ambos esposos si querían
convertir esa comida tras la ceremonia en algo tan incomodo que no sería
fácilmente olvidado por nadie presente en ella…
CONTINUARA
Ya me veo a Jhored asistiendo a la boda y fastidiando a todos los principales clanes
ResponderEliminarEstás loco hermano,que locura de capitulo, impresionante .no se que más agregar... gracias totales
ResponderEliminarBueno. A ver si esta vez lo consigo. Muy bien, una magnífica entrega.
ResponderEliminarNada. Va a su aire. A ver qué pasa ahora
ResponderEliminar¡ Que alegría que retomes la escritura ! Espero que la salud este bien. Muchas gracias.
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