viernes, 10 de mayo de 2024

                           Confederación Imperial Galáctica


Libro - 21

Las travesuras de Jhored


1










Fecha estelar - 5346

1º Cuadrante Militar del Imperio

Sistema Capital

Planeta Capital

Palacio Imperial

 

Los Gemelos llevaban ya cinco meses de clases con su nueva maestra, la Srta. Nessaya Limerus, con quien todo iba en perfecta armonía y a la que los niños parecían incluso idolatrar. Era así especialmente por dos motivos, primero porque su padre, el Príncipe Jhored, no se había movido de Palacio salvo en una ocasión y parecía tener constantemente un ojo sobre ambos niños, lo que no les tranquilizaba para nada. Y segundo, porque en esa feliz incidencia, los gemelos trataron de aprovechar planeando una broma para su profesora que ocurriría nada más tratar de entrar en la sala que usaban de aula. Y si, efectivamente justo en ese instante apareció su padre de saben los dioses donde, porque debería de haber estado fuera de Capital, precisamente en tan pésimo momento con la peregrina idea de “ser testigo de una de sus clases”, y lo que era peor, de entrar él primero. No hacía falta decir que si entraba y activaba la “broma” los gemelos lo iban a pasar extremadamente mal…


Fue la Srta. Nessaya quien les salvo el culo a ambos niños al indicar a su Alteza que ese día darían clases prácticas en el exterior visitando algunos museos en Capital y por ello no entrando al aula donde estaba preparada la broma. Como respuesta, su Alteza se limitó a aplaudir con una sonrisita sarcástica en sus labios, añadiendo luego para los gemelos, que por esta vez lo dejaría pasar ya que la Srta. Limerus había decidido “protegerles”. Luego su Alteza se puso en marcha seguido de Selena, pasando entre los dos niños, a los que revolvió el pelo en gesto de cariño, y de paso les dio un azotito en el culete, añadiendo en voz baja que solo ellos escucharon, “que no les pasaría una segunda vez y recordasen darle las gracias a su profesora por salvarles de entrar en clase”. Obviamente tras esto, a los Gemelos se les quitaron de inmediato las ganas de hacerle nada de nada a su profesora… Eso sí, como con los demás profesores no tenían esas “restricciones”, pues se desquitaron un poco con ellos, aunque luego su madre o su abuelo les castigasen…  Pero en opinión de ambos, desde luego, eso era mucho mejor que comprobar que les haría su padre si trataban de hacerle una segunda jugarreta a su profesora, la Srta Nessaya.

Por otro lado, su Alteza llevaba casi tres meses siguiendo con enorme interés los trabajos de mejora que se estaban realizando en la Base de la Flota de Sharthart, Base principal de operaciones del Primer Cuadrante. Ninguno de sus ayudantes, Selena incluida, entendían muy bien el porqué de su repentino interés en algo a lo que nunca antes había prestado Jhored atención, excepto claro, que estuviese preparando alguna de las suyas, máxime, cuando ya había comentado más de una docena de veces en las últimas semanas, que últimamente “se aburria mucho” … Todos sus ayudantes tenían excepcionalmente claro, que un Jhored aburrido, antes o después no sería nada bueno para alguien o algo, y la Base de Sharthart parecía estar ganando el sorteo… Y a decir verdad, no estaban nada desencaminados, pero no se imaginaban ni por casualidad lo que su Alteza quería hacer en cuanto finalizasen las obras de modernización y actualización de la Base tan solo unos pocos días después, justo en la recepción de entrega de los trabajos a la que por cierto acudiría toda la cúpula militar de la CIG, incluido el ministro.

Jhored en su momento había escuchado algo que se decía en la flota a modo de reconocimiento de sus méritos. Esto era que, si se lo propusiese, sería capaz de amarrar el represor en cualquier base de la Flota sin que nadie se diese cuenta de su presencia. Pues bien, gracias a esta “reforma” para mejorar la disponibilidad y la seguridad tanto interna como externa en la Base de Sharthart, la principal del primer distrito militar, su Alteza había descubierto una debilidad. Concretamente una forma de hacer realidad el dicho, atracar el Represor sin que nadie se diese cuenta en la Base más Grande de toda la Confederación Imperial. Concretamente planeaba amarrar el Represor en la dársena nº181 de la Base de Sharthart el mismo día en que la obra de la mejora fuese “entregada” a la flota en una mini ceremonia y presentarse en la misma de incognito para dar una “sorpresa”. Obviamente Jhored se cuidó muy mucho de que ninguno de sus colaboradores, Kilara o su Tío se enterasen por razones obvias…

La parte más complicada del plan para Jhored había sido qué hacer con el Superacorazado Sol Negro y el Resto de la flota de protección del Represor, porque estaba claro que si aparecían por allí y se quedaban a la espera no había que ser ningún genio para saber que la nave insignia del príncipe heredero no estaría muy lejos y más aún en tan especial situación. La Almirante Tanya tampoco aceptaría que solo fuese el Represor, por lo que la escolta habitual al completo si o si estaría presente. Incluso el controlador de rutas de amarre más novato de la Flota sabía que si el Represor en esas circunstancias no era visible junto a su escolta es que probablemente su Alteza tramaba alguna de las suyas, automáticamente tardaría segundo y medio en notificarlo a sus superiores. Por supuesto, estos tardarían aún menos en escalar la cadena rápidamente, aunque solo fuese por cubrirse el culo por si su Alteza hubiese decidido liar alguna de las suyas y por lo que ya era sobradamente conocido. Por fortuna para Jhored, y no tanta para otros, la pequeña ceremonia de “entrega”, todo gracias a la presencia del ministro de defensa, de los miembros del Alto Estado Mayor Central de la Flota y el Alto Mando del Primer Distrito Militar le facilito la solución de qué hacer con el Sol Negro y el resto de la escolta… Como retraca de la broma, Jhored decidió que el mejor modo de ocultarlos es que la flotilla de escoltas del Represor al completo amarrase también “de incognito”, solo que ellos lo harían en los galpones externos auxiliares donde al ser lo que el sistema diría que eran, Naves de Guerra de la Flota en misión de escolta de personalidades, difícilmente los mirarían dos veces seguidas si nadie hacía nada raro. Si ya sería malo de por si el hecho de que amarrase el Represor sin que nadie se enterase de su presencia, el que también lo realizase todo el grupo habitual de sus escoltas iba a suponer una autentica hecatombe…

En la Dársena Nº 181 amarraría un viejo carguero modificado de la Flota, cuya matrícula para más coña aun seria la misma con tan solo un leve cambio en la sintaxis del nombre, R3pr3S0R, asignado en misión de transporte de “personal” para la asistencia al evento. Siguiendo una ruta muy específica, en un momento determinado concreto y gracias a cierto punto ciego temporal que se crearía debido al a posición de la estrella, el planeta, la rotación de la propia Base y la propia configuración cerrada de la dársena 181, el Represor amarraría sin que nadie en la Base de Sharthart fuese consciente de ello. Gracias a esto durante unos pocos minutos el sistema no podría tomar imágenes reales completas de la nave al acercarse al quedar está en oscuridad total, y únicamente marcar unas pocas de sus luces de navegación estratégicamente escogidas por el propio Jhored. En lugar de las habituales imágenes completas de la nave que se acercaba, este hecho concreto presentaría al control de Tráfico y de Amarre una imagen seccionada de los planos del supuesto carguero dándolo el sistema por valido.

Pero lo que más tarde seria realmente sangrante para el control de la base, es que para amarrar en la dársena 181, el Represor debería de pasar entre dos baterías Laser pesadas dobles, además de justo bajo una óctuple batería de misiles rastreadores de defensa puntual, y los sensores de cualquiera de los tres debería de ser por sí mismo capaz de detectar la “anomalía” con la consiguiente advertencia al sistema y a los controladores. Unos sistemas que al detectar la anomalía cargarían las armas y fijarían los blancos de las mismas en el Represor tan solo a la espera de una orden al respecto desde el control de amarre… dejar pasar la nave, o volarla en pedazos… y Jhored ya contaba con que no sería la segunda opción precisamente por culpa de la “mejora” en los sistemas de defensa de la base…

Teóricamente no debiera de haber sucedido así, pero un error de programación sumado a un pequeño error de sintaxis en la redacción del manual, aplicaba que con la autorización y verificación del sistema central era suficiente confirmación incluso para las posibles alertas de los sistemas independientes de las Baterías. Además de eso Jhored también contaba que con el incremento del tráfico por el evento y las importantes visitas que se esperaban, ningún controlador o sus jefes se pusiesen puntillosos con las autorizaciones validadas por el sistema central de la base, aunque algún sistema auxiliar de apoyo, como por ejemplo el de una batería, pidiese confirmación activa de un controlador sobre un posible objetivo calificado como “dudoso”. Además, durante el plazo de la obra y con la actual entrega de la misma, los transportes de la Flota trasladando personal y equipo eran constantes, por lo que no sorprendería su presencia en esa misión. Sumaba también el que el Represor se identificase como uno de los muy antiguos cargueros de la flota de la Clase armada “Taurus”, que fueron construidos durante la guerra, y de los que ya apenas quedarían más de dos o tres ya en la reserva.

Dado el volumen de tránsito por el fin de las obras y por el evento, se sabía que algún carguero de la reserva había sido puesto en funcionamiento para evitar distraer los que estaban en activo de sus cometidos habituales, por lo que era fácil que cualquiera que prestase atención a la Alarma de los Sistemas Auxiliares de las baterías pudiese pensar que era por el armamento pesado de defensa que montaban esos cargueros construidos durante la guerra a toda prisa y armados hasta los dientes. De hecho, era de conocimiento general en la Flota, que antes de entrar en servicio las naves Q, alguno de ellos debido precisamente a su potente armamento, incluso fueron usados como corsarios, por lo que Jhored ya esperaba que fuese pasado por alto.

La primera noticia que Selena y el resto de colaboradores de Jhored tuvieron de que algo estaba tramando, fue cuando tras partir la flotilla del Represor de la Base Estelar Zero, este decidió que irían a la base de la Flota de Sharthart sin usar la puerta de gusano, marcando para el grupo una ruta y tiempo muy específicos para cada salto. La ruta consistía en cuatro saltos hasta llegar al sistema Sharthart, hasta ahí nada anormal, todo parecía en orden excepto que su Alteza quisiese hacerlo de forma que se tardase tanto tiempo en llegar. Todos tenían claro que si Jhored quería tardar tanto era por algún motivo, ya fuese en la propia Base, la cual había estado monitoreando detenidamente, o quizá en algún otro lugar, ¿pero que tramaba algo?, de eso nadie tenía dudas conociéndole como le conocían.

Las dudas se despejaron cuando antes de iniciar el ultimo salto anterior al del sistema Sharthart el propio Jhored entregó al puesto de navegación y comunicaciones del Represor una ficha de datos con órdenes de seguir las instrucciones al pie de la letra, para después irse tranquilamente a su cámara de gravedad antes de que nadie, ni Selena, a la cual esquivó para esta entrega, ni el General Mao o la Almirante Tanya pudiesen “interrogarle” sobre ello… Claro, que al oficial a cargo del puesto de navegación le faltó tiempo en cuanto vio las órdenes para comunicarse con la Almirante Tanya por un canal de emergencia…

Esas órdenes no dejaban lugar a dudas de lo que su Alteza Imperial pretendía hacer, amarrar el Represor junto con todos sus escoltas en la Base de Sharthart sin que nadie se diese cuenta de ello y luego visitar la misma Base de incognito… Si esa ficha le hubiese llegado al oficial de cualquier otro sitio se lo habría tomado como una broma de mal gusto, pero tratándose de su Alteza en persona, se lo tomo muy, pero que muy en serio… y no, tampoco dudo en lo más mínimo de que probablemente el Príncipe terminase saliéndose con la suya… A Tanya casi le dio un sincope cuando por fin fue capaz de digerir las detalladas instrucciones de la ficha de datos…  Tardó segundo y medio en convocar a una reunión urgente a Selena, al General Mao y por enlace tridimensional con el General Gzak en Capital para mostrarles una copia de la ficha de órdenes para navegación y comunicaciones…

Entre los cuatro estudiaron las órdenes y verificaron los datos sobre la actualización de la Base, llegando a la misma conclusión. Por increíble que pudiese parecer, el grupo completo del Represor iba de verdad a amarrar en la mayor base de la Flota de toda la Confederación Imperial sin que nadie lo detectase y su alteza posiblemente incluso considerase presentarse por sorpresa en la “fiesta” de entrega de la “obra” de modernización y mejora de la seguridad… Estaba claro que a algunos de los presentes la “broma” de su Alteza les iba a estropear el día, sin mencionar el pánico generalizado en el resto de bases de la Flota ante la posibilidad de que les pudiese hacer algo similar… Se barruntaba un espectacular incremento en la seguridad de todas y cada una de las Bases de la Flota tras la “sorpresa” de su Alteza en Sharthart. Todo eso sin contar con el auténtico caos en todos los niveles de mando que el Príncipe Jhored iba a provocar en Sharthart con su “inocente” broma.

Al mando de la base había un Almirante de tres medias lunas encargado de las operaciones de la Flota con la Base, secundado por un General de la Infantería de la Flota también de tres medias lunas encargado de la Base en sí. Dado que Sharthart era el paso lógico para cualquier que quisiese ascender luego a los estados mayores centrales, estaba claro que a ninguno de los dos les iba a hacer la menor gracia que el mismísimo Represor, la nave con el perfil más conocido de toda la Flota, fuese capaz de amarrar sin ser detectado, sin olvidarse de que todo su grupo de escolta “fijo” pensaba usar los galpones exteriores bajo sus verdaderas identidades, más que de sobra conocidas también, sin que nadie se diese cuenta entre el resto de naves que amarrarían para el evento. Los mas que previsibles gritos y preguntas bajarían por toda la cadena de mando de la base hasta los puestos más bajos… En previsión al caos que se produciría, oculto en el sistema estaban instrucciones específicas de su Alteza para evitar posibles chivos expiatorios en las partes más bajas de la cadena, y pobre del que intentase quitarse de en medio y cargarle a otro el muerto por ese método… su cabeza correría el riesgo que terminar por un lado y su cuerpo por otro… literalmente hablando. Por qué si, y perdón por la expresión, pero la cagada de que el mismísimo Represor amarrase en Sharthart sin ser detectado, por mucho camuflaje o identidad falsa que pudiese pretender, era de las muy, muy, pero que muy gordas, pero el que además lo hiciesen también sus escoltas ya sería mejor ni mencionarlo.

Al final todo resulto como su Alteza habia predicho y planificado, el Represor termino amarrado en el Amarre Nº181, el cual era un error de seguridad monumental, ya que no había modo visual posible para que alguien pudiese verificar personalmente si la nave amarrada era la que decía ser. En este caso concreto al no existir ningún ventanal, esclusa de visión o algo similar para que alguien pudiese ver personalmente el amarre, esto se realizaría por varias cámaras de alta resolución situadas en el exterior, pero con el tamaño del Represor, excesivamente grande para ese amarre concreto, apenas se vislumbraría algo más que planchas del Blindaje del mismo. Tal y como su Alteza predijo, tanto los sensores de las dos baterías Laser como el del Lanzador de Misiles alertaron al sistema de que algo no iba bien, pero al ver la clase del Transporte, fue desechado de inmediato por la suposición de que lo habían detectado eran las armas pesadas de defensa del mismo. Dado que el sistema central de la base también admitió como valido el amarre y el protocolo lo validaba así, sumado a la carga de trabajo, a nadie se le ocurrió pedir una verificación visual insitu de la nave, cosa como ya dije, era complicado de hacer en ese amarre concreto.

Finalmente, Jhored, Selena, el General Mao, la Almirante Tanya y seis de los escoltas del SISI desembarcaron tranquilamente en la base de Sharthart. Lo que ninguno de los acompañantes de Jhored sabia es como se las pensaba apañar este para pasar desapercibido en una Base Militar durante las aún más de ocho horas que quedaban hasta el inicio del evento. Todos ellos llevaban uniformes de la flota, en sus emblemas y acreditaciones colgadas del pecho se apreciaba que todos ellos eran casualmente del cuerpo de Ingenieros. Y si, como alguno ya se imaginará, a su Alteza Imperial no se le ocurrió otra brillante idea que hacerse pasar por inspectores del cuerpo de ingenieros de la Flota para las verificaciones finales de la “obra”. Tuvo el santo morro de pasearse con todos ellos por toda la base inspeccionando y preguntando por cada aspecto de las mejoras realizadas durante casi seis horas y media sin que nadie tuviese la más leve sospecha de que no eran quienes decían ser, además de pararse tranquilamente en un par de comedores de oficiales para tomarse un tentenpie… Si a alguien se le hubiese ocurrido tan solo verificar los números de identificación militar de las acreditaciones, los suyos verdaderos para más Inri, todo el tinglado se le hubiese venido abajo, pero tal y como Jhored esperaba, nadie lo hizo.

Si el Represor lo logro sin esfuerzo, al resto de su flotilla no le fue muy diferente. Se mezclaron con varias naves de la flota que volvían de sus misiones habituales o llegaban en misiones de escolta para amarrar en los puestos exteriores sin levantar sospechas. Dado que el sistema validaba que eran quienes decían ser, que sus identificaciones coincidían con lo que se esperaba y el volumen de trabajo por el dichoso evento, nadie repaso dos veces los datos de esas “naves” o verificaron a que “grupo” pertenecían. En tan solo media hora, todo el grupo de combate del Represor también estaba cómodamente amarrado en los galpones externos de la Gigantesca Base de Sharthart sin haber sido “detectada” su presencia, ante la incredulidad de todo el mundo en la flotilla.

Debo de señalar también, que las intenciones de Jhored tardaron menos de una hora en ser de dominio público en todo el Grupo desde que este entregase su planificación en el Represor. El plan de su Alteza Imperial estaba funcionando a la perfección, les había colado a todos ellos en la base más grande e importante de la Flota sin ser detectados… No comentare las risas, el jolgorio o el cachondeo que recorrió la flotilla a cuenta de haberlo conseguido… ni diré tampoco el enorme número de brindis por parte de los tripulantes en honor de su Alteza Imperial en los sucesivos días posteriores al hecho.

Finalmente, su Alteza con el resto de su sequito, regresaron al Represor donde se “vistieron” con sus ropas e insignias “normales”, desde donde directamente fueron a la zona en donde se celebraba el acto de entrega de las obras de acondicionamiento y mejora de la Base de Sharthart nuevamente sin ser detectados. Si bien en un principio la presencia de un Almirante, un General, dos paisanos y cuatro comandantes de Marines pasaron “relativamente” desapercibidos, solo tardaron diez minutos en ser localizados en medio de la multitud por el Ministro de Defensa y ambos oficiales al mando de la base, el Almirante Kridors y el General de Marines Bierzov, los cuales se apresuraron a acercarse a su Alteza Imperial mientras sus caras se iban descomponiendo al observar detenidamente a sus acompañantes…

No fue la presencia de Selena, de sus compañeros de la escolta o del General Mao lo que hizo que palidecieran hasta casi parecer cadáveres, no, fue ver junto a su Alteza a la Almirante Tanya, conocedores de lo que significaba que ella estuviese presente… Hasta el más inepto de los miembros más destacados del Gobierno, de la oposición, altos mandos de la Flota o el Ejecito a estas alturas ya sabían lo que significaba que la Almirante Tanya estuviese allí con su Alteza. Todos sabían que eso solo ocurriría en el caso de que el Represor estuviese “cómodamente” amarrado en algún lugar de la Base de Sharthart. En cuanto ambos mandos y el ministro vieron a la Almirante Tanya, el General Bierzov uso su comunicador para ladrar una orden por el mismo. Solo tres minutos después de saludar personalmente al grupo, se acercó el sonriente general de Marines de dos medias lunas Tier-Rakhu, un Andros, una especie humanoide de piel blanco azulada que estaba a cargo del servicio de Seguridad de la Base… El General Biezov solo necesito un gesto señalando con el dedo a la Almirante Tanya para que Tier-Rakhu hiciese que su piel se pusiese de un Azul brillante, equivalente en su especie a palidecer…

-        Es imposible…. No… no puede…. -fue interrumpido por la Almirante Tanya-.

-        General, antes de seguir, yo haría que alguien comprobase el amarre Nº181 y de paso verificase los galpones exteriores del Sector 8-C…

-        ¿Cuánto hace? -preguntó un pálido Almirante Kridors-.

-        Mas de ocho horas… llevamos visitando la base ese tiempo, “inspeccionando las obras” por cierto… y créame que al principio la idea de su Alteza nos pareció tan ridícula como improbable… -afirmó el General Mao-.

-        Lo mismo que con la idea de colar aquí todo el grupo de Batalla sin ser detectados… -añadió sarcástica la Almirante Tanya en dirección al General Mao-.

-        Si, eso, al principio, y solo hasta que revisamos detenidamente la cuidadosa planificación que su Alteza le dio al puente del Represor para poder amarrar… -mascullo Selena-.

-        Averiguare como por todos los infiernos ha podido ocurrir esto… -mascullo con voz llena de ira el General Tier-Rakhu susurrando a su intercomunicador una serie de ordenes-.

-        No se moleste… tome… aquí tiene toda la “broma” de su Alteza paso a paso… -replicó la Almirante Tanya entregándole al General una copia de la ficha de datos con las ordenes que este les dio, la cual se apresuró a recoger-.

Luego, el General Tier-Rakhu se apartó discretamente para revisarla en su sistema portátil personal, acordándose en voz baja de todos los castigos infernales habidos y por haber como en el transcurso de ello descubriese una sola negligencia de alguien .El siguiente paso, fue el que el Almirante y el General llamasen a los responsables máximos de las empresas encargadas de las obras y les presentasen a todo el grupo, incluyendo la pregunta sobre el hecho que todo el conjunto del Represor con este a la cabeza se hubiese podido “amarrar” a la base sin ser detectados en ningún momento. Nadie ni por un solo instante dudo de la palabra de su Alteza de que la totalidad del grupo del Represor estaba tranquilamente amarrado en la base y que no había sido detectado, máxime con las caras de circunstancias de Selena, Tanya y el General Mao mientras un Jhored sonriente lo “confirmaba” …

De nuevo hubo caras a las que el color les abandono, se acentuó o cualquier otro modo similar dependiendo de la raza a la que perteneciesen… El único que reacciono de modo diferente fue el ministro, cuya cara ahora parecía estar congestionándose cada vez más del cabreo que estaba comenzando a hacer mella en su ánimo tras semejante “desastre” en la seguridad de la Base. Asistía impasible y sin soltar ni media palabra, principalmente por temor a decir algo de lo que más adelante pudiese arrepentirse. El ministro era más que consciente de la que se iba a armar a nivel político con todo este lio, lo único bueno, es que con su Alteza de por medio con una de sus “inocuas” trastadas nadie en ningún partido se iba a atrever a poner las cosas demasiado “altas” no fuese que al Príncipe Jhored le diese por tomárselo a mal y todos sabían que eso sería muy malo para todos ellos en general…

Todos los presentes involucrados de un modo u otro en las “obras” o en el mando de la Base, sabían que el que su Alteza siendo como era llegase y entrase de incognito a bordo de una Lanzadera estaba dentro de lo probable por mucha seguridad que hubiese, o incluso el que con el lio que había por el evento de entrega alguna de las naves ligeras de su escolta se pudiese haber colado entre todas las demás seria “previsible” conociéndolo. Pero sí que lo hiciese el propio Represor en la zona interna de amarres era de por si inadmisible del todo, no digamos el sumar encima el resto del Grupo al completo sin que tampoco fuese detectado, esto ahora tenía la categoría de desastre de magnitud 15 sobre 10. Todo eso sin olvidarse del paseo de “inspección” de su Alteza durante horas por la base, metiendo las narices en todos sitios para finalmente aparecer en la “fiesta”, sin que nadie les dijese absolutamente nada.

Todos los mandos militares de la Base presentes en el acto eran más que conscientes que iban a ser el hazmerreír de toda la puñetera flota y el ejército de la CIG en cuanto esto su supiese, y nadie dudaba de que era algo que de un modo u otro si o si se iba a saber… Era algo tan, pero tan jugoso, que dudaban que tárdese más de un día en que se conociese hasta en el último puesto de avanzada de la frontera más alejado y aislado que hubiese, sin olvidarse de la que se iba a liar políticamente entre los diferentes partidos políticos con el gobierno en cuanto esto fuese del dominio público.

Ni que decir tiene que la entrega de las obras se detuvo en seco y todo el proceso de las mismas tuvo que ser reevaluado de inmediato. La ficha de datos proporcionada por Tanya hizo mucha sangre en todos los responsables, especialmente el hecho de que el Represor se coló pasando justo entre dos baterías pesadas dobles y un sistema óctuple de misiles de defensa puntual para amarrar en la base, los cuales dieron la alerta de que esa nave no parecía coincidir con lo que debería y nadie les hizo el menor caso. Todo ello ocurrió de acuerdo al protocolo, dado que el sistema “validó” el modelo de carguero que fingía ser, pese a que cualquiera que visualmente se hubiese fijado en los datos del nombre del supuesto carguero de la alerta, habría visto enseguida que se llamaba Represor, por mucho que alguno de sus caracteres de su nombre hubiera sido “levemente” modificados, pero nadie se tomó la molestia. Como digo, todo esto hizo mucha sangre…

Tan solo dos minutos después de que el General Tier-Rakhu ladrara sus órdenes por el intercomunicador, a través del mismo recibió la confirmación de que si, que efectivamente el Represor llevaba más de nueve horas amarrado tan ricamente en la dársena Nº181 sin que nadie en todo este tiempo se hubiese percatado de su presencia. Esta confirmación y la posterior de que todo el puñetero Grupo de Escoltas con el Supercacorazado Sol Negro a la cabeza también llevaba ese mismo tiempo amarrado a los galpones exteriores del Sector 8-C, puso en una actividad frenética a todo el sistema de seguridad de la Base tratando de revisar en modo visual uno por uno todos y cada uno de los amarres tanto internos como externos, confirmando asi todas las naves actualmente ancladas a la Base. Esta revisión se debía a que nadie que conociese a Jhored se fiaba de que su Alteza no hubiese podido añadir alguna otra “jugarreta” de las suyas sin que sus colaboradores lo supiesen e hiciese aún más sangre con todo esto. Por fortuna para todos, una hora después llego la confirmación de que todas las naves amarradas eran quienes y lo que decían ser…

 

 

CONTINUARA


14 comentarios:

  1. Gracias por acordarte de tus fieles seguidores y no dejarnos en la estacada. Como siempre es un placer volver a leer tus escritos, confío y deseo que también prosigas con la novela de Lilim.

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  2. Que bueno volver a leer un nuevo libro tuyo.. gracias por tanto perdón por tan poco

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  3. Había ganas de tener noticias tuyas Shadow. Además con el título de este capítulo y viendo que Jhored esta aburrido.... Me parece que va a estar entretenido jejeje Esperemos tener noticias de Ashur en breve también.

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  4. ¡Genial! un nuevo libro. Se te echaba de menos.

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  5. Sigue la fiesta. :-)))))

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  6. Muajajajaja muy bueno, gracias por tus escritos

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  7. Gracia, gracias. un millón de gracias. Nunca dejo de revisar si han salido nuevos libros. Fan absoluto!

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  8. Por rutina reviso las publicaciones y me llevé la sorpresa, que bueno que estés bien, saludos desde México. Gracias por compartir.

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  9. Puros elogios y muy merecidos. Llevamos más de una década siguiendo estas aventuras. Por favor no abandones!!

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  10. Gracias, Maestro, como siempre un placer leerte. Por cierto repasando las aventuras de Luisito, estoy.
    Sigo soltando carcajadas con su lectura.
    Eres grande un abrazo desde Valencia.

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    1. Olvide decirte, soy AngelKaido de la vieja manada de admiradores tuyos. ;)

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  11. Muchas gracias por publicar una parte más
    Por favor no te olvides del otro lado para seguir adorando todo lo que publicas en ambos generos
    Tu admirador y seguidor por ♾️

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  12. Gracias por continuar con la novela
    Pregunta ❓
    Continuará escribiendo en TR. Sus otras novelas
    Gracias de antemano por la atención prestada

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