Confederación Imperial Galáctica
La Heredad MUM
Fecha estelar - 5341
Brazo Inexplorado
Órbita del Quinto Planeta
Superacorazado "Colossus"
Hacia dos semanas que Tagard recibió las
primeras noticias de las UNEX, ante las cuales decidió que se centrasen ambas
en el extraño sistema que estaba en esos instantes investigado la
"Espectro". Tal y como sospecho nada más conocer sus detalles, allí
era donde se encontraba Tigenium, y los últimos datos que las UNEX habían
transmitido se estaban convirtiendo en un completo dolor de cabeza. Se los
había enviado tanto al Almirante Stratos como a la coronel Sigrid. Dos horas después
Tagard y Sigrid junto con la profesora Tolsin Veney, contactaron con Stratos. Por
la cara de los cuatro cuando por fin se conectaron para hablar de ello, estuvo
muy claro que todos pensaban lo mismo.
Si las UNEX fueron capaces de identificar
la ubicación de Tigenium fue por el mero hecho de saber que era lo que estaban
buscando y acotarlo a dos posibilidades, de otro modo jamás ni en mil años
habrían podido dar con ella… El sistema estelar en cuestión, era de esos a los
que todo el mundo prefería evitar como la peste por lo inestable y peligroso
que incluso ya a simple vista podía resultar. A nadie con dos dedos de frente,
ni en sus sueños mas profundos, se le hubiese ocurrido siquiera la posibilidad
de tratar de construir allí nada de nada…
El sistema que comenzó a investigar la
UNEX Fantasma era de lo más normal, siete planetas, un total de trece satélites
y ni el menor asomo de algo parecido a una fuente de energía o algo que pudiese
marcar que allí existía alguna cosa, todo completamente anodino. Por el
contrario, el sistema que investigaba la UNEX Espectro resulto ser de todo
menos "normal". Una gigante roja con un microagujero negro estable en
sus cercanías que en un momento dado podía transformar la estrella en una
supernova e incluso volatilizar con ello medio cuadrante. Un único planeta que se
encontraba prácticamente incrustado en la fotosfera de la estrella, el cual en
sus 9/10 partes era un océano de magma. El planeta parecía estar en un
imposible equilibrio entre la atracción de la estrella y la del microagujero
negro, siempre en la misma posición, sin rotación o traslación. El otro único
cuerpo estelar en el sistema era un enorme asteroide situado a varios millones
de kilómetros justo sobre la vertical de la parte solida del planeta, cosa que
de no estar buscando una base oculta, no hubiese llamado mucho la atención,
pues su situación quedaba protegida por la masa del planeta. Aunque era una
posición algo extraña, su existencia única en el sistema quedaba perfectamente
explicada precisamente por esa situación. Tras las órdenes del Almirante Tagard
las dos UNEX bajo el mando científico de la profesora Tolsin Veney se centraron
en la monitorización tanto del planeta como del asteroide, únicos puntos viables
para la instalación de una base secreta… aunque en opinión de casi todos, había
que estar muy loco para algo semejante. Cuando casi se cumplió el primer día de
investigaciones, determinaron que el asteroide era un cuerpo sin signo de vida o
señal de construcción alguna. Finalmente, escudriñando el planeta, varios días después
dieron con lo que buscaban.
Inicialmente la Espectro detectó leves
fluctuaciones en la zona solida del planeta, concretamente procedente de un
enorme cañón situado justo en la zona central del área estable y que "casualmente"
se situaba sobre la vertical exacta del Asteroide. Este, aunque protegido por
el cuerpo del planeta, no evitaba el recibir parte de las gigantescas
llamaradas que emitía la estrella, cristalizando su superficie en la cara
expuesta, en la que como se explicó, casi de inicio se estimó que no existía
base o construcción alguna. Sin embargo, gracias a esta peculiaridad de
cristalización de su superficie, descubrieron que la cara del asteroide que
quedaba expuesta, justo la que daba hacia el planeta, se encontraba surcada de
profundos cráteres, que de no ser por las sospechas sobre Tigenium habrían sido
tomados como "normales".
Pero una cuidadosa y metódica observación
de la superficie, revelo que los aparentemente naturales impactos de cuerpos
externos, en realidad presentaban un patrón regular de tamaño. Las
probabilidades de que hubiesen sido producidos por armas repulsoras de gran
calibre eran muy elevadas. Dado que una práctica de bombardeo de una nave
estelar sobre esa zona no tendría el menor sentido o utilidad alguna, sin
contar con el riesgo que se correría, más el hecho de que la cara opuesta no
presentaba dichos impactos, implicaría que fueron producidos por armas situadas
en el planeta. No resulto muy complicado realizar los cálculos sobre los
posibles orígenes de dichos presuntos proyectiles, concentrándose casi en un
98% en el profundo cañón del centro de la zona sólida, al cual comenzaron a
denominar como "la grieta".
Parecía bastante obvio dada la situación.
Tigenium sin duda estaba situada en la grieta, ya que en la superficie hubiese
sido fácilmente identificable. A la vez, también, precisamente por esos
impactos, se dedujo que en la misma existían no menos de cuatro poderosos
cañones presumiblemente de repulsión electromagnética capaces de destrozar
cualquier cosa que se acercase desde el asteroide, único camino factible para
hacerlo. El otro problema es que nada podría acercarse con garantías de éxito a
la zona desde otra dirección, porque las constantes llamaradas de la estrella
freirían cualquier cosa que lo intentase. De hecho, incluso desde el propio
Asteroide no dejaría de ser un riesgo el tratar de acercarse dado lo angosto
del pasillo teóricamente seguro que existía hasta la grieta, algo que por otro
lado convertía al "invasor" en un blanco tan fácil como simple… La
única ventaja es que era imposible que desde la posición de Tigenium y con las
constantes emisiones de radiación de la estrella, que sus sensores fueran
capaces de controlar el sistema en absoluto, podrían tener una flota de miles
de naves sobre sus cabezas que ni las verían, siempre y cuando se mantuviesen alejados
del frente del Asteroide…
-
Profesora, ¿sus
conclusiones por favor? -indagó Stratos-.
-
Basándome en la
radiación detectada, las condiciones del planeta, las llamaradas, etc… estoy
segura al 100% de que lo que hemos localizado en la grieta es Tigenium… Sinceramente,
creo que la única opción viable contra ellos en esas condiciones es
aniquilarlos de raíz, a ser posible desde lo más lejos posible… Aunque ese
aspecto lo conocerán ustedes mejor que yo… -replicó Tolsin Veney-.
-
¿Sigrid? -preguntó
Stratos-.
-
Estoy de acuerdo.
Un asalto sobre esa grieta queda descartado, no llegaríamos jamás, al menos
vivos. Aun en el improbable caso de que aterrizásemos, calculo nuestras bajas para
poder llegar en un 74% siendo muy conservadora. Pero ni aun así lo lograríamos,
porque tampoco sabemos dónde están exactamente sus puertas o como es su
situación defensiva, resistencia… Es imposible, no tenemos información
presencial para atacar el acceso. De ninguna de las maneras podríamos ocupar
Tigenium, por otro lado, nuestros trajes blindados tampoco aguantarían en esa
superficie al descubierto más de tres o cuatro minutos, y eso siendo
optimistas.
-
¿Tagard? -se
volvió hacia el Stratos-.
-
Cualquier nave
que entre en ese pasillo que no sea un Acorazado o un Superacorazado no
llegaría ni a un tercio de distancia del planeta, entre la radiación y esos
cañones, lo destrozarían. El "Colossus" posiblemente alcanzase la
superficie, cosa que sinceramente tampoco garantizaría de ninguna manera, pero
lo que si sería completamente cierto, es que ya no se levantaría de allí nunca más…
Y teniendo en cuenta lo expuesto por Sigrid, ¿para qué?
-
Sin contar con
que algo así les alertaría de inmediato, y dudo mucho que pudiésemos hacer algo
luego de ser advertidos, presupongo que tendrán sus planes de contingencia para
casi cualquier cosa. No olvidemos tampoco que tratamos con fanáticos, y que
nuestros trajes no nos iban a proteger en absoluto en un asalto salvo que una
vez en el exterior, entrásemos en un área protegida en menos de tres o cuatro
minutos… Un asalto es definitivamente
inviable -aseguró la coronel Sigrid-.
-
Entonces solo
queda la Estrella Oscura con sus misiles… Y el golpe tiene que ser preciso y
definitivo, solo la sorpresa nos vale… -replicó pensativo Stratos-.
-
Si, pero seguimos
teniendo un problema, porque no tengo la menor duda en vista de estos datos de
impactos, que cualquier cosa con un tamaño similar o superior al de una corbeta
que se situé delante de ese Asteroide será de inmediato detectada por Tigenium y
barrida del mapa -arguyó Tagard-.
-
Opino como el
Almirante… sus sensores por su situación deben de estar inoperativos para el resto
del sistema, en ese sentido tienen que estar completamente ciegos. Pero dudo
mucho de que no fuesen capaces de detectar alteraciones relativamente importantes
entre Tigenium y la cara visible para ellos del Asteroide, que cada vez estoy
más convencida que su posición de natural tiene muy poquito. Es más, yo
apostaría que incluso las anomalías sobre su superficie las usan como una
especie de detector -opinó Sigrid-.
-
Si, y no hay duda
de que eso sería inteligente, sabiendo al milímetro la orografía de la cara del
Asteroide seria relativamente fácil detectar cualquier anomalía incluso a
simple vista. No obstante, deben de tener ciertas limitaciones… -replico
pensativo Stratos-.
-
Una nave quedaría
descartada, incluso una corbeta o un Destructor seria fácilmente detectado, aun
en el hipotético caso de que tan solo dependiesen de un puesto de observación
visual con algo tan anticuado como un telescopio. Mas aun contra más avanzase
sobre el planeta… Pues sí que tenemos un bonito problema para poder cargarnos a
esos hijos de puta, si… -dijo Tagard-.
-
Los sistemas de
la Estrella Oscura para esto tampoco nos servirán, ni el encubrimiento, ni el
camuflaje, ambos serian inútiles. Con un sistema óptico gracias a los cambios
de luz repentinos producidos por las llamaradas o la radiación haría que nos
viesen casi al instante… y si no nos colocamos ante ese Asteroide, no podremos
lanzar los misiles de Antimateria, porque cualquier intento desde otra posición
es inviable, las llamaradas o las mismas fluctuaciones solares los destruirán.
-
Entonces si lo he
entendido bien… nuestro problema real no sería destruir Tigenium… sino como
situar esos misiles en la posición correcta para que puedan impactar sobre
ellos sin que los detecten, o al menos, no hasta que sea demasiado tarde para
que puedan hacer nada, ¿no? -miro Tolsin Veney a ambos Almirantes-.
-
Si, básicamente,
ahora mismo esos misiles son nuestra única opción viable de eliminar Tigenium y
hacerlo por sorpresa. Pero desgraciadamente solo existe un punto desde donde
poder dispararlos que es justo donde ellos serán más proclives a detectarnos… También
tendríamos que lanzar uno a uno para colocarlos en línea con el fin de
minimizar aún más su perfil y que no se salgan del estrecho pasillo seguro
hasta la grieta…
-
Con lo angosto
del pasillo si tratamos de lanzarlos de ese modo, la Estrella Oscura será
localizada de inmediato. Si esos "presuntos" cañones realmente
existen, en cuanto disparen contra la nave dudo que sobreviviese alguno de esos
misiles con lo estrecho del pasillo, serian destruidos por sus disparos en
cuanto partiesen de la nave… Sin contar con que ya les estaríamos advirtiendo
de nuestra presencia e intenciones y entonces sí que adiós opciones…
-
¿Pero porque es
necesaria la Estrella Oscura para disparar esos misiles? -preguntó Tolsin Veney
-.
-
No te entiendo…
-replicó Tagard-.
-
Esos misiles se
pueden guiar por medio remoto hacia sus blancos, ¿no? -preguntó una pensativa Tolsin
Veney -.
-
Si, incluso en
caso extremo podrían ser programados manualmente para que se autodirijan a sus Blancos
una vez disparados, pero en la situación de ese planeta las llamaradas solares
los destruirían antes siquiera de entrar al pasillo seguro del asteroide. También
la radiación podría complicar su control a distancia, haciéndolo de hecho, casi
inviable.
-
Si, pero no era
eso exactamente lo que preguntaba… Me refería a dispararlos sin necesidad de los tubos lanzadores, ¿se podría hacer manualmente en el espacio? -preguntó Tolsin Veney -.
-
Bueno si, se
podría sin necesidad de tubos lanza misiles siempre y cuando lleven ya una
inercia mínima en la dirección correcta… Pero el problema sería como llevarlos
a su posición y comenzar a ponerlos en movimiento sin una nave. El sistema de
guiado remoto en esta situación ni siquiera lo consideraría, fallaría casi con
total seguridad -replicó pensativo Stratos mientras se frotaba el mentón-.
-
Bueno, lo que
dice la doctora quizá si fuese factible si encontrásemos alguna forma de
acoplarles varias de las mochilas de nuestros trajes propulsores y controlarlas
todas a la vez por remoto para moverlos. Creo que eso no sería muy complicado
hacerlo… -dijo Sigrid pensativa-.
-
Si, eso seria
posible, pero aun nos quedaría crearles la inercia suficiente… -replicó
Tagard-.
-
Bueno, eso se podría
conseguir con las mismas mochilas. Pero hay dos complicaciones para ello,
primero acoplarlas, y después gestionar un sistema remoto por medio de cable
para poder hacerlo, porque cualquier otro método, seria susceptible de poder
ser detectado por Tigenium o incluso como ya hemos apuntado, de ser interferido
por las radiaciones de la estrella, las cuales atravesaríamos para llegar al
punto de disparo… -explico Sigrid-.
-
¿Descargar los
misiles en la cara oculta del Asteroide y allí elevarlos unos cientos de
metros, para después rodear la roca y colocarlos en sus posiciones de disparo
al otro lado? -preguntó Tagard pensativo-.
-
Si, básicamente,
lo bueno es que por lo que yo sé, el impulso de los misiles no es necesario que
sea muy grande, por lo que la misma inercia que llevaríamos para situarlos nos
valdría para ello… Pero con las llamaradas habría que medir muy bien los
tiempos si queremos que los misiles lleguen intactos y además regresar después todos
vivos… -expusó Sigrid-.
-
Quienes los
lleven no solo tienen que colocarlos en su lugar preciso y dejarlos en
movimiento, tienen después que regresar al lado contrario y salir de allí, todo
ello entre llamarada y llamarada de la estrella… Es casi un suicidio, si algo
sale mínimamente mal, no saldrán vivos… -auguró Tagard-.
-
¡¡Uhmmm!!, si
lograsen colocar los misiles en su posición, podrían tener tiempo de sobra para
llegar a su transporte si escogemos el interludio preciso entre llamaradas…
-replicó Stratos-.
-
No, no es tan
simple, porque si la nave que los lleve no ha partido antes de llegar la
llamarada, esta podría freír vivo a todo el mundo en su interior… -meneo la
cabeza Tagard-.
-
Siempre y cuando
esa nave no sea la propia Estrella Oscura, que por otra parte tendría de todos
modos que situarse allí para descargar los misiles… Tendremos que hacer algunas
modificaciones, pero creo que podríamos conseguirlo. Con la Estrella Oscura calculo
que habría un margen de al menos tres o cuatro minutos cuando llegue la
llamarada para salir de allí sin freírnos… -dijo Stratos-.
-
¿Cómo? -preguntó
Tagard-
-
Sus tres sistemas
de energía, si los distribuimos bien podríamos conseguirlo. Exclusivamente el sistema
A a los escudos, sistema B al sistema de soporte y sistema C a los motores.
Todo lo demás que no sea vital y que consuma energía o genere un mínimo de
calor debería de ser desconectado. Aun así, esto solo nos daría hasta un máximo
de cuatro minutos antes de que los relés de seguridad o los mismos enlaces de
los sistemas saltasen por los aires, con nosotros inmediatamente detrás…
-explicó Stratos-.
-
Sabes que su
Alteza te va a matar por esto, ¿verdad?, porque es imposible que la Estrella Oscura
no sufra daños importantes -preguntó sonriendo Tagard-.
-
Bueno, el mismo
ordeno que nos cargásemos Tigenium como fuese… ahora que no se queje… -sonrió irónico
Stratos-.
-
¿Entonces nos
ponemos a la faena? -preguntó Sigrid-.
-
Desde luego,
Sigrid, pida voluntarios para la misión…. -replicó Tagard-.
-
Almirante, ¿está
usted loco? -preguntó escandalizada Sigrid-.
-
¿Por qué lo dice?
-replicó un perplejo Tagard-.
-
Porque si pido
voluntarios los que después no acepte se me van a amotinar… De eso nada, le
recuerdo que todos mis chicos son voluntarios precisamente por poder participar
en este tipo de misiones… Irán los que mejores resultados hayan obtenido en
pruebas similares a esta… y eso quiere decir, los marines de Asalto de la
Estrella Oscura -replicó seria Sigrid-.
-
Pero sabe que
usted tiene prohibido ir, ¿verdad? -sonrió amablemente Stratos-.
-
Créame que sí, y
que si me llego a oler esto cuando tan sibilinamente me lo vendieron, desde
luego este puesto se lo habría quedado el padre de la general Samantha… De
todos modos, tengo que estudiar cómo vamos a manejar esos bichos para
colocarlos en su lugar… -replicó Sigrid arrugando el entrecejo-.
-
De acuerdo, tiene
72 horas estándar mientras los ingenieros sacan los misiles de sus protecciones
y acoplan esas mochilas propulsoras con los cables del sistema de guía… -replicó
el Almirante Stratos-.
-
Todo estará listo
para entonces… -asintió la coronel Sigrid-.
-
Preparare
mientras la disposición de la flota por si tienen tiempo de enviar algún
mensaje de ayuda bloquearlo y que no nos sorprendan… -dijo Tagard-.
Durante estas 72 hora se fueron topando
con nuevas complicaciones a cuál más seria, y que estuvieron a punto de inhabilitar
toda la planificación. En primer lugar, cuando estuvieron estudiando el
objetivo se dieron cuenta de que, si querían asegurarse de destruir Tigenium,
al menos tres de los seis misiles debían de impactar en el interior de la
grieta, algo nada sencillo ya que también descubrieron que tampoco podrían
programarse para que sus sistemas fuesen quienes les condujesen. Las continuas
llamaradas de la estrella y su violenta radiación suponían un problema para los
sistemas de los misiles pues podría llegar a inutilizarlos. A esto se sumó el
segundo problema, y es que quienes colocasen los misiles en posición y marcha,
debían de hacerlo a una distancia que apenas les dejaba unos pocos metros de
margen con el punto de no retorno que generaba la gravedad de la estrella
sumada a la del propio planeta, y que sus mochilas propulsoras luego serian
incapaces de repeler. Con el primer problema no se encontró más solución que el
desconectar los sistemas de guiado y hacer que los propios marines apuntasen
los misiles en dirección a la grieta usando sistemas manuales in situ. Pero
esto implicaba que tardarían un tiempo excesivo, lo que llevaría a los
integrantes de la misión más allá del punto de no retorno para sus trajes
propulsores, convirtiéndolo en una misión suicida.
Finalmente fue la propia coronel Sigrid
quien dio con la solución, aunque creó un nuevo problema para poder
implementarla, o más bien dos, el segundo como consecuencia del primero. La
solución era simple, fijar sus trajes con un sistema de cables unidos a
cabestrantes situados sobre la superficie de la Estrella Oscura, los cuales
podrían recoger a los comandos. Además, este sistema sería capaz de incrementar
la velocidad de retorno de los Marines, y estos únicamente deberían de centrarse
en usar las mochilas propulsoras como guías direccionales para no chocar con el
asteroide. Luego cuando llegasen sus compañeros de los cabestrantes estarían
allí para ayudarlos a frenar con el fin de evitar que se estrellasen sobre la
nave, algo por cierto a lo que ya estaban acostumbrados los Marines de la
Estrella Oscura. Pero esto a su vez implicaba que podría ser un problema el
desplazar todos los misiles juntos por el mismo lugar dada la cantidad de
anclajes que se requerirían y la enorme cantidad de cables que habría que
manejar… Si se enredasen podría llegar a dar al traste con todo…
Por fortuna esto se solventó de forma "sencilla",
repartiendo los anclajes en la Estrella Oscura a lo largo y ancho de todo el
fuselaje para distanciar los grupos. Pero esto implicó que se tuviesen que
enviar los Misiles por diferentes lugares rodeando el Asteroide con el fin de
no correr el riesgo de que se enredasen los cables entre los diferentes grupos,
lo que genero el segundo problema.
Puesto que los misiles deberían de ser
trasladados desde diferentes ángulos del Asteroide las distancias también
variarían, lo que implicaba tener que coordinar muy bien la llegada de los
mismos a sus posiciones. Por un lado, las comunicaciones entre los diferentes
grupos no funcionarían gracias a la radiación y por otro, los trajes de los
Marines tenían un tiempo limitado de aguante al descubierto expuestos a las
radiaciones de la estrella. Los seis proyectiles debían de ponerse en marcha al
unisonó con unos intervalos de espacio prefijados entre ellos al ir uno tras
otro si querían que el ataque fuese un éxito, y para ello tenían que llegar
todos a la vez… La coordinación de esto fue una pesadilla para la coronel Sigrid.
La Estrella Oscura se situó una veintena
de kilómetros sobre la parte oculta del Asteroide. Una vez estabilizada en su
posición, mientras los marines que llevarían a cabo la operación procedían a
sacar los misiles, los compañeros se dedicaban a moverse sobre la superficie
instalando los diversos cabestrantes y asegurando los cables de sujeción a
ellos. Una vez todos estuvieron listos en sus puestos, los diferentes grupos
fueron partiendo lentamente hasta su destino final, manejando los tiempos para
llegar todos a la vez y colocar simultáneamente los seis misiles en sus
posiciones rumbo a la grieta. Cada misil era manejado por un total de veintiún
Marines, dos marines más se encargaban del sistema manual de guiado, otro
marine más se encargaba de la situación del Misil y el oficial al mando de cada
grupo era el que gestionaba los tiempos coordinándose con los otros cinco. En
total cada grupo constaba de 25 miembros, teniendo sobre la Estrella Oscura el
triple de miembros por cada grupo, a la espera de su retorno para poder
ayudarlos a frenar y que no chocasen contra el blindaje de la nave. Además,
dado lo ajustado del tiempo, todas las esclusas permanecerían abiertas en todo
momento, cerrándolas cada grupo según se retirase. Pero en última instancia,
serian cerradas de forma automática desde el puente, dejando a su suerte a todo
el que no hubiese entrado dentro de la nave para entonces. Todo esto desde
luego era más fácil de explicar que de llevar a término con éxito, la
coordinación fue una auténtica pesadilla.
La maniobra fue impecable, tanto la
sincronización como la situación de los misiles. La recuperación de los
comandos encargados de ello también fue bastante limpia, aunque hubo más de
cuarenta heridos leves y una docena de consideración debido a la violencia del
impacto al llegar los grupos a los cabestrantes. Algunos cables se enredaron
generando violentos choques entre los Marines que eran arrastrados y sus
"frenos", terminando todos ellos de forma sistemática estrellándose
contra el casco de la nave. Por fortuna todos pudieron introducirse en la nave
dentro de los límites de tiempo estipulado evitándose con ello bajas.
Desgraciadamente, tal y como tanto Tagard como Stratos supusieron al inicio del
plan, la Estrella Oscura sufrió bastantes daños debido a una llamarada solar
que la alcanzó cuando se retiraba. No fue algo que pusiese en peligro ni a la
nave ni a su tripulación gracias a las especiales características de la nave,
pero sí que la obligaría a retornar a Mar-Shagan para someterse a unas
reparaciones que necesariamente debían de llevarse a cabo en un astillero. Sin
embargo, sí que quedo claro que de haberse tratado de cualquier otra nave nadie
hubiese podido sobrevivir…
Lo malo fue que el ataque fracasó. Una
vez que los misiles se pusieron en marcha todo pareció ir bien hasta que una
reacción anómala en la llamarada que en esos momentos se desprendía de la
estrella "rozó" a cuatro de ellos, lo que hizo que se viesen
afectados saliéndose levemente de rumbo. Finalmente, de los seis misiles, tan
solo uno alcanzo la grieta, los cinco restantes se desviaron del objetivo,
aunque al menos impactaron sobre la superficie dura del planeta. Los daños constatables
de la base de la Heredad dependerían por completo de lo cerca que impactase de
Tigenium ese único misil de antimateria que entró en la Grieta. Ni que decir
que todo el mundo tenía cara de funeral cuando se fueron conociendo los
resultados de los misiles y lo que había ocurrido… Lo peor es que ahora la
Hermandad estaba sobre aviso, y no se disponían de más misiles de Antimateria…
Las corbetas de exploración usando sus
sistemas de forma activa fueron capaces de detectar picos de señales en la
grieta que parecían indicar la posición exacta de lo que parecía ser el acceso
a Tigenium. Por suerte el misil parecía haber impactado lo suficientemente
cerca como para cuanto menos haberles causado algunos daños que esperaban
fuesen suficientes como para dañarlo seriamente. Tagard, tras conocer estos
datos y meditarlo durante un rato, muy serio le propuso un nuevo plan a Stratos
para tratar de conseguir la destrucción de Tigenium, aunque el costo sería
enorme. Lanzar el "Colossus" directamente contra la grieta después de
evacuar a toda su tripulación y hacer que su sistema central guiase la nave al
interior detonando luego la antimateria de su reactor de salto sobre la
situación donde se habían detectado los picos de energía…
Una repentinamente sonriente Sigrid se dirigió
a ambos Almirantes…
-
Caballeros, si lo
que estoy observando se confirma, no será necesario hacer nada más salvo cazar
a todo el que trate de escapar del infierno que se va a desatar ahí abajo en
unas horas -dijo una más que sonriente Sigrid-.
-
¿A qué se
refiere? -preguntaron ambos Almirantes a dúo-.
-
A que, si los
cálculos de mis chicos no se equivocan, con nuestras explosiones hemos conseguido
provocar algo que me explicó Peter Ston mientras preparábamos los misiles.
-
¿Qué le dijo mi
jefe de Ingeniería? -preguntó interesado el Almirante Stratos-.
-
Pues que quizá aun
en el caso de que no entrase ninguno de los misiles en la grieta, mientras que
todos impactasen en la superficie dura, era posible que dada la inestabilidad
del planeta creada por la atracción que ejercen la Estrella y el microagujero,
consiguiésemos que con las explosiones se iniciase un movimiento de rotación
sobre su eje.
-
¿Está rotando?
-preguntó esperanzado Tagard, indicando de inmediato a oficial de sensores que
lo confirmase-.
-
Según lo que
estamos observando, sí, el planeta está rotando sobre sí mismo. Si no se
detiene, el planeta dará una vuelta sobre su eje cada 84 horas, hasta que gracias
a los cambios generados por ese movimiento, en unos diez o doce años la presión
ejercida finalmente se altere y lo arrastre en una u otra dirección, o hacia la
estrella, o hacia el agujero… -replicó Sigrid-.
-
En cuanto la cara
de la grieta se situé frente a la estrella todo lo que exista sobre esa
superficie se convertirá en magma… es el fin de Tigenium… -afirmó Stratos-.
-
Si, pero tenemos
que confirmar que rota completamente. Pero ahora mismo quizá deberíamos de
ponernos a rematar la misión y usar mi flotilla para volar ese asteroide,
además de terminar con cualquiera que trate de salir de ese infierno que hemos
desatado… -dijo Tagard-.
-
Hágalo de
inmediato. Dentro de 24 horas, tras de que revisemos la Estrella Oscura de
punta a punta, partiré de regreso a Mar-Shagan. En cuanto en un par de horas
confirmemos de modo definitivo que esa rotación no cesara, hare que la Estrella
lance un *misil de Frecuencia a la posición designada por su alteza con las
noticias… -replicó Stratos-. Mientras vaya planificando la segunda parte de su
misión.
Diez minutos después desde la grieta se
emitía una señal codificada en dirección al espacio que, debido a las
características del sistema, tan solo logró ser parcialmente bloqueada por los
sistemas de bloqueo electromagnético de la flota. Tan solo unos instantes
después lo que parecían algún tipo de lanzaderas de extrañas formas despegaban
de la grieta en dirección hacia el asteroide. Según los datos que manejaban los
sensores, dichas naves parecían haber sido diseñadas con un único propósito,
soportar tanto las altísimas temperaturas del planeta, como la radiación y las constantes
llamaradas con las que podían encontrarse durante el vuelo. Para su desgracia,
una vez que superaron el asteroide fueron presas fáciles para los cazas Escorpión
del Colossus. Tras esto la Flota tomo posiciones, los cañones principales del
Colossus y de los Cruceros de Batalla redujeron a escombros el Asteroide, cuyos
restos poco a poco comenzaron a ser atraídos por el microagujero. Por otra
parte, Tagard desplegó su flotilla a la espera de la posible llegada de alguna
nave de la Heredad que pudiese haber recibido la parte que logró pasar de la
llamada emitida…
Tan solo 21h después un misil de
Frecuencia entro en el sistema procedente de la Confederación Imperial. Por el
código del mensaje y la firma del misil, este debía de proceder directamente
del mismísimo Represor. El mensaje incluía dos cosas, felicitaciones por
conseguir el objetivo, y nuevas órdenes para todos, incluyendo el aviso para
Tagard de la llegada al sistema en los próximos dos o tres días de los refuerzos
que según su Alteza ya iban en camino. A la vista de las órdenes recibidas par
ambos, Stratos decidió posponer su partida un máximo de 70 horas más hasta ver
que era lo que entendía su Alteza por "refuerzos", y desde luego, no
le defraudó. La entrada en el sistema del Vicealmirante Alkard al frente de una
flota compuesta por 7 Superacorazados, 33 Acorazados, 31 Cruceros de Batalla,
80 Cruceros Pesados, 43 Cruceros Ligeros, 171 Destructores, 35 Fragatas de
Defensa de Flota, 14 Torpederas Acorazadas, 8 Corbetas de Exploración de la
Flota, el Portanaves P-14 y 1 Nave de Apoyo de la Flota… hizo que a más de uno
se le abriese la boca de par en par, comenzando por los Almirantes Tagard y
Stratos o la coronel Sigrid, que desde luego no se esperaban algo de semejante calibre
ni por asomo.
EPILOGO
Tras la marcha de Stratos con ordenes
tajantes de su Alteza de que retornase a Mar-Shagan para reparar la Estrella
Oscura y volver a rearmarse, Tagard por su parte decidió permanecer aun unos
días más en el sistema con la esperanza de que apareciese por allí alguna nave
de la hermandad para socorrer a Tigenium. Y en eso tuvo suerte, porque
increíblemente cuando ya toda la flota se había puesto en marcha, apareció por
allí lo que menos se hubiese podido imaginar, una nave cuyas características
parecían ser idénticas a la que dio origen a todo esto. Para su desgracia
prácticamente fue a aparecer en los morros de la flota. La rapidísima reacción
de Sigrid en la Nave Q al ponerse en contacto con ella le dio tiempo suficiente
a la flota de Tagard para inhabilitarla y que los Marines de Asalto de la flota
se hiciesen con el control de la nave de la Heredad. La rapidez de la coronel
Sigrid al comunicarse con la nave entrante, y emitir con el juego de luces del
puente la imagen del escudo de la Heredad, y que todos pensaban que era parte
de su código de reconocimiento, funciono, o al menos lo hizo parcialmente, ya
que los llevo a tal grado de confusión que permitió "capturarlos".
Los tripulantes de la nave tuvieron que
ser eliminados todos ellos ya que no atendieron a razones, incluso al final los
últimos supervivientes trataron de inmolarse llevándose la nave con ellos. Por
fortuna el disponer de la información de la primera nave encontrada, permitió
que los marines se hiciesen primero con el control de todas las zonas sensibles
a ser capaces de provocar la destrucción de la nave. Lo más importante de la
captura, fue el que los bancos de datos de la nave estuviesen completamente
intactos, aunque, por otra parte, en sus bodegas encontraron lo que en la otra
nave debió de ser si estado habitual. Filas y filas de lo que parecían ser
cabinas de Éxtasis en forma de panal, y lo peor, que unas 800 de ellas estaban ocupadas
con lo que parecían ser seres humanoides en un estado de semi hibernación… La
nave de la heredad fue sujeta a la Nave de Apoyo de la Flota para que los
ingenieros de la misma pudiesen desmantelarla a placer y tratasen de recuperar
a esos seres que se encontraban en las capsulas. Tagard decidió que lo mejor
por el momento es ponerse en marcha hacia algún lugar más tranquilo y esperar a
que se sacase información de los ordenadores de la nave capturada o se pudiese
interrogar a algunos de los seres criogenizados…
Tagard disponía de una potente flota como
respaldo, y ordenes muy claras de su Alteza al respecto. Como objetivo primario
le ordenaba investigar y evaluar lo que según el mapa encontrado en aquella
primera nave parecía ser espacio habitado sin comenzar ninguna guerra… Y como
objetivo secundario, pero no menos importante, destruir y aniquilar todo rastro
de la Heredad que se encontrase durante su periplo. Básicamente su Alteza
desconfiaba de lo que hubiese estado haciendo la Heredad en el Brazo de la
Galaxia durante estos 250 años, y que su forma de comportamiento habitual con
otras razas y pueblos, le generase futuros problemas a la Confederación
Imperial… Y por lo que Tagard ya había podido ver en esa nave capturada,
posiblemente una vez más, su Alteza no fuese nada desencaminado en sus
apreciaciones…
FIN
* Misiles de
Frecuencia. Estos misiles con capacidad de saltar al Interespacio
y navegar en el a una velocidad aterradora, son creados específicamente para las
comunicaciones de emergencia, en su cabeza se encuentra un pequeño satélite que
una vez liberado del misil empieza a emitir durante el tiempo y en los ciclos
en que sea programado. Tanto el cuerpo del misil, como el propio satélite, una
vez concluida su misión ejecutan su autodestrucción, quedando reducidos a poco
más que partículas de polvo estelar.
Con un gusto a más. Gracias por tu aportación a la imaginación.
ResponderEliminarMe has emocionado, creía estar dentro de una de las naves. Mi enhorabuena, y como te dije antes que no sea nada tu operación y nos sigas deleitando con tus grandes obras literarias.
ResponderEliminarSombra Manca :-PPP, como te ha llamado otro usuario en los comentarios, con todo el cariño, pero eres un cabroncete.
ResponderEliminarEn vez de espaciar los relatos, que pudiéramos digerirlos, releerlos, encontrarles nuevos matices, pensar en que nos sorprenderías, etc; vas y has soltado todo el libro en tres días. Acabo de finalizar con el ultimo capitulo, tengo empachado de datos, situaciones, personajes, etc; tendré que volver a leerlo más tranquilo. Por suerte, eso aminorara el mono de CIG.
Muy buena la imagen, con que acompañas al libro, describe perfectamente la ubicación de Tigenium. También saber que la Heredad seguirá, eso espero, dando guerra en nuevos libros.
Lastima no tener ni un cuarto de tu imaginación; espero seguir disfrutándola.
Un saludo,
VGG
No se VGG, pero yo los he cogido después de tanto tiempo con tantas ganas que me han sabido a poco, si encima los entrega a cuentagotas, me muerdo hasta los muñones.
ResponderEliminarComo ya he dicho en otros comentarios, no podemos pedirle nada a Shadow en cuanto al ritmo de publicación, ni en otros muchos temas, solo agradecerle el que nos haga participes de su imaginación. Si pillas los primeros libros, veras que subía los capítulos pasando entre 8 y 18 días. Ya dije no pido nada; pero subirlos tan rápido, nos impide disfrútalos, leerlos, releerlos, encontrar matices que se te pasaron en una primera lectura, etc.
EliminarLuis, te pongo un símil. Imagina que vas a un restaurante de postín, con un menú degustación de numerosos platos. Te sirven el primer plato, empiezas a comértelo y ya te están poniendo el segundo, luego el tercero, etc. Vamos que siempre tienes tres o cuatro platos para comer. Vale que llevamos un hambre "canina", que hemos estado meses esperando para ir a ese restaurante y acabaremos comiéndolo todo, pero ¿lo disfrutaremos?.
Pues es lo mismo, si Shadow sube tres libros completos en una semana, leeremos todos los capítulos; pero lo haremos con premura, acelerados, viendo como no has acabado con uno, cuando ya hay otros subidos.
Conste que solo es mi opinión, algunos la verán bien, otros verán bien la tuya. Ya se sabe, que en gustos cada uno tiene el suyo.
Un saludo,
VGG
Creo que no me has entendido. Era un comentario con ironía.
EliminarSoy el Alto Inquisidor de la Congregación para las Buenas Formas Literarias.
ResponderEliminarEn declaración jurada ante este Tribunal el Director de la Clínica Mayo ha dicho que la lesión de Shiroi Kage es falsa y por lo tanto no requiere de operación.
Nuestras fuentes de inteligencia informan que el acusado fue visto en el Malecón de La Habana rodeado de 4 mulatas y bebiendo ron con agua de coco.
Delitos cometidos:
Demorar meses en entregar un nuevo libro de CIG.
Entregar un libro en 3 días sin tener en cuenta los corazoncitos de los lectores.
Se le condena a:
En un mes definir que va a suceder con la Heredad de MUM.
Entregar el libro con una semana entre entregas.
Acabar de explicar que hicieron el Emperador y Kilara en Scarrat.
Sino cumple la sentencia, será visitado por nuestros verdugos y se le asignará una suite permanente en la Clínica Mayo.
He dicho
Llevamos meses quejandonos de que no sube nada y una vez que lo hace alguien se queja de que lo hizo muy rapido...no jodan che! Son como la gata flora!!! Agradezcan que se acordó de nosotros . Yo por mi parte contento como perro con dos colas. Gracias shadow y pronta recuperación! Alex
ResponderEliminar