viernes, 31 de julio de 2015

                           Confederación Imperial Galáctica

Libro - 6

El Compromiso


2




Fecha estelar - 5329


8º Cuadrante Militar del Imperio

Sistema Scarrat

Exteriores del Sistema

Nave de Combate “Represor”


Estaban preparándose para transferirse desde el “Represor” al Crucero de Batalla “intrépido” cuando entró la señal de alerta en el puente de mando. Una vez estudiado, su Alteza se alegró de ello, ya que les permitiría retrasar un poco su llegada al planeta Scarrat, o por lo menos la suya en el remoto caso de que Kilara desease seguir viaje para estar con su amiga. Tal cosa obviamente no ocurrió, dado que el “Represor” con su flota de escolta pensaba acudir a toda velocidad en socorro de la nave que había solicitado ayuda por estar bajo ataque, ella decidió que también iría con su “prometido”.


La Almirante dio la orden de despliegue a la Flota para ejecutar en el mismo instante en que saliesen del Interespacial. Tanto el Intrépido como las demás naves asignadas a su escolta, fueron integradas en el Grupo de Combate del Represor, incluido el Superacorazado “Punto Blanco”, que entro en el sistema Scarrat en el mismo momento que el mensaje de socorro. El viaje hasta el lugar llevaría poco más de dos horas escasas, la alerta la había lanzado una nave de transporte de pasajeros que se encontraba bajo ataque, de lo que supuestamente parecían ser Naves de Guerra de las Colmenas Karasasn. Un grupo de Cruceros Pesados y Destructores destinados a la protección del 8º cuadrante llegarían una media hora antes aproximadamente, encargándose si todo iba bien, de “guiar” a los agresores a un campo de tiro despejado para que la Flota del “Represor” pudiese hacer prácticas… La orden explicita de su Alteza a la Almirante como respuesta a la agresión, fue… “sin cuartel”.
Kilara nunca había asistido a un combate, y desde luego no tenía la menor intención de perderse este, aunque pensaba que el “Represor” al ser la nave insignia del Príncipe Heredero no entraría en acción. Dado el interés de Kilara y de que el puente de combate de una nave no era el mejor sitio para ella, decidió que ambos estarían en sus dependencias privadas de la nave asistiendo a los sucesos que aconteciesen. Cuando la Almirante le informo que en un plazo de cinco minutos la Flota saldría del Interespacial, marcho en compañía de su prometida a su despacho, en donde una vez sentados hizo que uno de los paneles de la pared lateral del mismo se moviese, dejando ver tras él una serie de monitores que obtenían sus datos directamente del puente de mando, incluyendo imágenes de los visores frontales de la nave así como del mismo puente. En cuanto los primeros datos comenzaron a aparecer Kilara observo como Jhored apretaba con fuerza las mandíbulas hasta que casi le debieron de crujir… No pudo evitar preguntarle…
·         ¿Jhored, que ocurre?
·         Era una trampa…
·         ¿Para nosotros? –se sobresaltó.
·         No, para la flotilla de Cruceros que acudieron a la llamada… Observa los datos…
Tras manipular una serie de controles, hizo aparecer en el proyector tridimensional la zona del sistema donde se estaba llevando a cabo el combate. Kilara observo como dos de los Cruceros Pesados de la Confederación Imperial intentaban retirarse en su dirección con enormes daños en sus estructuras, mientras el resto de las naves trataban de protegerlos. Vio como la Flota de Represor empezaba a desplegarse a toda velocidad, con las Corbetas de Exploración de la Flota en sus extremos y parte superior alejándose lentamente del resto en compañía de una Fragata de Protección más un crucero ligero cada una. La Flota avanzaba a toda velocidad con rumbo directo de colisión hacia las naves enemigas, mientras, desde el extremo contrario del sistema, podía ver también avanzar a otro grupo de naves…
·         ¿Y ese otro grupo de naves que se acerca del otro extremo? –señalo con el dedo Kilara.
·         Eso es verdadero objetivo de nuestros enemigos. Es una Fuerza Pesada en tareas de vigilancia de las rutas comerciales, dos Acorazados junto con Tres Cruceros de Batalla acompañados de siete Cruceros Pesados, cinco Cruceros Ligeros, diez Destructores y una Corbeta de Exploración de la Flota. Esa corbeta debería de haber registrado este combate en sus sensores antes de ver impotentes como los asaltantes escapaban dejando tras de sí los suficientes rastros de sus naves como para hacer una identificación positiva…
·         No lo entiendo, pero según esto no creo que puedan escapar. Somos más rápidos, sin olvidar que estamos entre ellos y su territorio, además de que en menos de tres minutos las naves que persiguen estarán a salvo tras las nuestras, y por lo que veo no van a ser capaces de destruir ninguna. No podrán esquivarnos… ninguno de ellos –Kilara miro a Jhored sin entender a que se refería.
·         Kilara, nosotros somos su error, no esperaban que estuviésemos en esta zona, muchísimo menos que viniésemos desde esta dirección, con semejante número y potencia de naves de Guerra. Fíjate bien en los datos de lo que han estado haciendo al tener tal superioridad, debido a que sus planes les estaban salido como esperaban y al perseguir cómodamente en esta dirección a esos cruceros, se han confiado permitiéndose deshacer en gran parte su propia formación. Teóricamente se alejaban más y más de los adversarios que esperaban a la vez que sus presas amablemente se acercaban a su punto de salida del sistema, que es lo que ellos querían en su plan perfecto para poder destruirles antes de marcharse, pero resultó que es justo por donde nosotros entramos a este mismo sistema.
Su Alteza observo atentamente la configuración de la Flota que tenían enfrente, y que sin duda eran naves de combate Karasasn, que para su desgracia habían perdido su formación lo que les ponía aun en mayor desventaja. Se componía de dos naves pesadas tipo Acorazado, seis medias de tipo Crucero y catorce ligeras del tipo Destructor, viendo el despliegue ordenado a la Flota, era obvio el plan de la Almirante Tanya, mientras que los dos Acorazados y el Superacorazado se ocupaban de uno de sus iguales, el Represor se encargaría del otro junto con el Crucero de Batalla Intrépido, los cuatro restantes Cruceros de Batalla de la Flota se ocuparían junto con los Cruceros Pesados del resto de las naves con el apoyo de todas las escoltas a excepción de ambas Corbetas y acompañantes.
Quien estuviese al mando de la Flota Karasasn no debía de ser excesivamente bueno o bien no estaba nada acostumbrado a observar las maniobras de la Flota de la Confederación Imperial, pues cometió un error tal, que ni el propio Príncipe Jhored se podía creer cuando lo vio. En lugar de tratar de redesplegar su Flota, recurrió a una de las tácticas preferidas por las Colmenas en General, limitarse a concentrar sus naves en un área pequeña con el fin de golpear con toda su potencia sobre un punto concreto. Entre las Colmenas, dada su idiosincrasia, esa táctica suponía descabezar la Flota adversaria y que esta luego al no saber qué hacer de modo coordinado fuese presa fácil. Sin embargo, eso pese al riesgo que suponía para el Represor, requería de un tiempo y una organización previa de los que no disponían y para cuando quisiesen estar listos para atacar, tanto la Flota del Represor como el Grupo Pesado de tareas a su espalda entrarían a la vez en rango de disparo, duplicando de ese modo el número de naves en el combate.
Las dos naves pesadas Karasasn de clase Acorazado no tuvieron la menor oportunidad superadas en fuego por cuatro a uno gracias a la reunión de ambas flotillas. Por un lado las naves que alcanzaron su espalda más los acorazados y la potencia incrementada del Represor se hicieron cargo de su naves clase Acorazado, mientras que al resto de su flotilla les fue aún peor. Tras la unión la superioridad en medios y naves fue brutal, no se salvó ninguna. Cierto que tampoco hicieron la menor intención de lanzar capsulas de salvamento. Las naves de las Colmenas eran multifuncionales, en contra de la amplia variedad general de naves en otros pueblos, en las colmenas estas eran mínimas. Las colmenas únicamente tenían tres tipos de naves en sus flotas de guerra:
1.   En primer lugar estaban sus naves pesadas con equivalencia de Acorazado que eran la máxima expresión de poder en su flota, y en este caso sí que se podían medir perfectamente con los de otros pueblos, tanto en funciones como en características.
2.   En segundo lugar la clase media con equivalencia de Cruceros. Sin embargo estas naves estaban situadas en versatilidad y potencia entre los Cruceros Pesados y Ligeros de la Confederación Imperial. Eran muy similares a las antiguas y desechadas clases estándar preguerra que tan malos resultados demostraron en batalla. Y por supuesto, además no contaban con nada similar a los Cruceros de Batalla de la Flota, artillados casi al nivel de un Acorazado, pero tan solo algo más lentos y menos maniobrables que un Crucero Pesado. Obviamente su debilidad en referencia a sus hermanos mayores acorazados, estaba en escudos y blindaje.
3.   En tercer lugar las naves ligeras con equivalencia de Destructores. Estas naves las usan para todo tipo de funciones que en cualquier otra flota se repartirían los Cruceros Ligeros, los Destructores, las Fragatas y las Corbetas. Aunque en los últimos años se había detectado que las tres colmenas colindantes con la Confederación Imperial habían empezado a construir también naves similares en categoría y funciones a las Corbetas de Exploración de la Flota. Tan llenas como estas de sensores de detección y generadores de interferencias, aunque por el momento, ciertamente menos eficaces.
En contra de su debilidad de funciones a la hora de un combate bien planificado, tal simplicidad de tipos de nave hacia que su construcción o reparación fuese más rápida y eficaz que la de cualquiera de sus equivalentes en otros pueblos, incrementado esto por su mentalidad de colmena de sus individuos. Lo peor de todo lo ocurrido es que una vez que se identificasen los restos y definiesen a que colmena pertenecían, esas pruebas serian razón más que suficientes de una inmediata declaración de guerra, o incluso de un ataque masivo por sorpresa si se consideraba este ataque como la primera acción no declarada por parte adversaria de la guerra. El príncipe Jhored, una vez que todo termino dio orden inmediata de secreto absoluto sobre lo sucedido a toda la flota.
Las naves más dañadas junto con las del grupo de cruceros a los que tendieron la emboscada recibieron órdenes de dirigirse a un pequeño Astillero de ese mismo sector para que fuesen reparados y donde seria relativamente fácil controlar que no se supiese nada, o por lo menos, que no se obtuvieran datos verídicos. El resto de las naves participantes, tanto ilesas como que sus reparaciones pudiesen ser echas por sus propias tripulaciones fueron asignadas por Orden Imperial a la Flotilla de protección del Represor. La Almirante dio órdenes a la Flota para que se dispusieran de inmediato para el salto hacia el sistema Scarrat, mientras su Alteza establecía una comunicación prioritaria con el propio Emperador para informarle de todo lo ocurrido, de lo que pasaba y de tratar de controlar la situación cuando se filtrase, porque estaba seguro que esto se filtraría, la cuestión era cuando, y desde donde. El príncipe sabía perfectamente, que la trampa, pese a la destrucción de la flota adversaria había funcionado perfectamente, ya que en cuanto se identificaran los restos de las naves agresoras, estos apuntarían hacia el lugar equivocado.
Durante los dos últimos años alguien parecía muy interesado en tratar de provocar serias tensiones entre las colmenas fronterizas y la Confederación Imperial, con las cuales se tenía un tratado económico y de no agresión muy beneficioso para ambas partes. Con este ataque directo y lo que implicaba la presencia de esas naves ahora destruidas, el problema había pasado a otra escala muchísimo más seria. Una vez estableció comunicación con el Emperador y este fue puesto al corriente, su Alteza se preparó para la siguiente conferencia, la cual, seria además de muy tensa, a cuatro bandas, además tres de cuyas partes, en esos instantes tenían grandes problemas de confianza entre sí. Si bien no se puede decir que la conferencia fue un éxito, sí que gracias a la propia presencia personal durante el incidente y el prestigio del propio Príncipe Jhored ante sus interlocutores, la situación momentáneamente se había salvado, pudiendo continuar adelante con el plan con algunas concesiones de cierta importancia.
Cuando la transmisión se cerró tras una conversación que a priori cualquiera que la hubiese presenciado podría pensar que no había ido muy bien para la Confederación Imperial, Selena observo como una sonrisa ladina asomo levemente a los labios de su Alteza, de inmediato pensó al verla, que no todo debía de ser como parecía, y que muy posiblemente además, alguien debía de haber cometido un enorme error de bulto con aquel ataque, y que de un modo u otro lo iba a pagar muy caro. En estos asuntos y a estos niveles de riesgo para la Confederación Imperial, Selena llevaba ya el tiempo suficiente como su principal escolta, como para saber que la piedad no era precisamente  una de las características más sobresalientes de su Alteza.
Una vez todo estuvo bajo control el príncipe Jhored salió de sus dependencias en busca de Kilara. Pese a que la Almirante había tratado de retrasar en todo lo posible la posición del Represor sin que se notase, el adversario se dio cuenta con cierta rapidez de la intención, ordenando a todas sus naves acelerar a velocidad máxima y enfocarse únicamente en atacar la nave. Lo que fue un tremendo error que añadir a la lista, ya que esto dio al resto de la flota la ocasión de hacer tiro al blanco, todas las Fragatas de protección disponibles centraron sus escudos extendidos en el Represor para reforzar los de este, aunque pese a todo varios disparos consiguieron atravesarlos impactando contra la nave. El resultado fue de dieciséis heridos leves que en esos momentos estaban siendo visitados por Kilara. Por el contrario, dos cruceros pesados y uno ligero de la flotilla inicial que acudió a la llamada habían salido muy mal parados, el resto de ese grupo también resulto bastante tocado. Únicamente entre esas tres naves sumaban 429 muertos y más de quinientos heridos.
En el resto de la flota, apenas llegaban a los cien heridos, siendo el represor la nave más afectada al concentrarse todo el fuego en ella. Aunque gracias a los escudos ampliados de las Fragatas de Protección, no había sufrido prácticamente daños apreciables más allá de alguna que otra mampara exterior de blindaje que se había cobrado su coste. El príncipe Jhored tenía claro mientras se dirigía hacia donde estaba Kilara que alguien iba a pagar con sangre por todas esas muertes, quizá no pudiese echarle el guante a todos los responsables, pero a los que cayesen en sus manos, se pensaba asegurar personalmente de que deseasen no haber nacido nunca. Selena por su parte marchaba tras su alteza, y era la primera que sabía de cierto que su Alteza no pensaba dejar que esto quedase impune, ya fuese por las buenas o por las malas. Al fin y al cabo, para eso mismo habría creado el cuerpo al que ella misma pertenecía, el SISI, más conocido como La Guadaña, para encargarse  de forma contundente de este tipo de problemas.
Desde la puerta de entrada a la enfermería vio como Kilara estaba apoyada en los pies de la cama medica de uno de los heridos riéndose junto con ellos, las carcajadas atronaban la gran sala, incluso vio al personal médico regocijado por lo que fuese que se hubiese dicho. Cuando el entro todas aquellas voces y risas se acallaron, aunque no así sus sonrisas cuando vieron a su Alteza besar a su prometida “oficiosa”, algo que toda la nave conocía más que de sobra. Le hizo un par de bromas a Kilara y recupero las risas de los heridos, después, ante la pregunta de uno de los dos tenientes heridos, dio el número final de bajas de aquellas tres naves que muchos de ellos habían visto semidestrozadas por el fuego enemigo. Uno de los soldados lanzo al aire una maldición contra cierta colmena Karasasn concreta, lo que hizo reaccionar al Príncipe Jhored… Se fijó en el nombre que marcaba la ficha electrónica de la cama que ocupaba antes de hablar…
·         Rekiarj –el soldado le miro con asombro al escuchar como el Príncipe Jhored le llamaba por su nombre.
·         Alteza –contesto visiblemente ruborizado por la agradable sensación que acababa de experimentar.
·         No hagas acusaciones basándote únicamente en lo que has visto hoy, te aseguro que no todo es lo que parece…
·         Si, Alteza, no volveré a hacerlo…
·         Chicos –hizo un gesto de disculpa a la única mujer que había sido herida, sonrojándola-, creedme que yo también se distinguir lo que esas naves parecían y posiblemente fueran, pero lo que nos interesa de ellas es quien las manejaba en realidad. Creedme que no eran exactamente quienes creéis ahora mismo, aunque si os rogaría que esto quedase aquí, entre nosotros… -hizo un amplio gesto en dirección a los mamparos de la nave.
Tras marcharse con Kilara del brazo, esta no pudo por menos que hacerle una observación sobre lo que acababa de contar y pedir a todos los que se encontraban en esos instantes en la enfermería. Riéndose por lo bajo, Jhored le contesto que no se preocupase, que en realidad esperaba que ocurriese lo que ella tan diplomáticamente le estaba tratando de decir sin explicarle lo “ingenuo” que había sido. Kilara no pudo sino sonreír y menear la cabeza de un lado a otro, diciéndose a sí misma si alguna vez dejaría Jhored de manejar a todo el mundo como si fuese un maestro marionetista.
Por otro lado quedó pensativa durante el resto del camino hasta sus dependencias privadas. Ella durante las interminables clases de preparación política que había tenido que aguantar con el fin de prepararse como futura esposa de Jhored, había estado estudiando bastantes informes sobre todos los pueblos que hacían frontera con la Confederación Imperial, incluyendo a las Colmenas Karasasn. Había indagado todo lo posible sobre su pueblo, su forma de ser, su política, sus fronteras internas y su ejército en general. Pero tenía que admitirse que no era capaz de saber con tan solo lo que había visto a qué colmena podían pertenecer aquellas naves que habían atacado la Confederación Imperial, y que según parecía hasta el último soldado o marino del “Represor” parecía no tener el menor problema en hacerlo.
Una vez ambos llegaron a sus dependencias, sentados frente al otro tomando una bebida refrescante, Kilara le pregunto a Jhored por ello.
·         No es que lo sepan de fijo, pero tienen oídos para escuchar lo que hablan los oficiales superiores o lo que se ha comentado en el puente de mando durante el enfrentamiento a costa de la información de las pantallas tácticas, sensores, etc. –le respondió con gesto serio.
·         Entiendo, y tú ahora mismo acabas de sembrar… digamos que “contrainformación” y esperas que esta se filtre entre las tripulaciones de esta Flotilla, ¿no?.
·         Bueno, es un modo de definirlo un poco brusco, pero si, básicamente eso es lo que he hecho. He puesto en sus oídos información fiable al más alto nivel… El que se corra la voz es algo que no nos perjudica en absoluto…
·         Pero de todos modos no has mentido, no crees que esas naves pertenezcan realmente a la colmena a la que van a señalar, ¿verdad?
·         No es que no lo crea Kilara, es que lo se positivamente. Pero de lo que no tengo pruebas es de donde proceden realmente, una cosa es saberlo, y otra muy diferente poder demostrarlo…
·         Pues dos Acorazados, seis Cruceros y catorce Destructores visto lo que nos cuestan a nosotros no les han salido nada baratos, sin mencionar el tener que construirlos en secreto… Alguien se ha gastado muchísimo dinero y se ha tomado aún más molestias en conseguir esas naves Karasasn…
·         Te aseguro que en nuestro territorio no se han construido, al menos no ese tipo de naves. Sería prácticamente imposible hacerlo sin que nos enterásemos… Antes o después alguien habla de más, y eso créeme que siempre suele terminar en los oídos adecuados antes de que hubiesen estado listas para ser puestas en funcionamiento. Esas naves en la Confederación Imperial hoy por hoy es algo que no podrían permitirse construir sin que nos enterásemos. Ojala hubiese sido así, el intento nos hubiese dado un magnifico hilo del que poder tirar.
·         Pues entonces supongo que asumimos que las construyo una Colmena. En ese caso lo del secreto en su construcción casi que se puede obviar como un problema “complicado” tal y como está montada su sociedad… Pero aun así sigue sin ser sencillo, debe de existir un importante descuadre económico en algún lado, semejante cantidad y tipos de naves no son nada baratas de construir, y menos nuevas… -apunto Kilara pensativa, mirando a los ojos a Jhored.
·         Sigue, ¿por qué crees que eran nuevas y no reformadas? –pregunto Jhored mirando a su Prometida con los ojos entrecerrados, sonriendo orgulloso para sí viendo como trabajaba su mente.
·         No soy del todo idiota Jhored –replicó en un tono peligroso-.
·         Te aseguro que no lo he pensado nunca… Contéstame, por favor… -sonrió cariñoso.
·         Sería del todo estúpido no prever que alguna de esas naves pudiese ser destruida durante su… misión. Los restos de una nave reformada dejarían una huella de su origen real, e incluso quizá de su lugar de modificación, que hasta un necio de cualquier servicio de inteligencia sería capaz de seguir. Por el contrario, una nave especialmente construida con el debido cuidado de los detalles y según especificaciones precisas, señalaría hacia donde se quisiese que señalase… pero eso tiene que ser muy caro económicamente hablando.
·         Muy bien, y como bien has marcado en el camino de tu explicación sin necesidad de decirlo, algo de este nivel es tan grave y tan serio como para no cometer ese tipo de descuidos. Y si, es enormemente caro.
·         Y tengo la sensación de que en realidad, tú ya sabes en estos mismos instantes de donde proceden esas naves de verdad. Mejor dicho, ya sabes casi con certeza de que Colmena o astilleros han salido exactamente, porque está claro que ha sido una Colmena Karasasn quien está detrás de todo esto, ¿o me equivoco?
·         No, para nada, pero a estos niveles, como ya te he dejado claro, saberlo o intuirlo, no es lo mismo que poder probarlo ante sus iguales… de momento.
·         Entiendo, de todos modos, no creo que sea cosa únicamente de una única Colmena en solitario. Los informes que he visto sobre los problemas que se han tenido últimamente en las Fronteras con los Karasasn y que obligan a la flota de este distrito a permanecer más desplegada de lo normal, es imposible que el foco principal proceda de sus territorios. ¿Cuánto van ya en apenas cuatro meses escasos, diez, once naves “piratas” destruidas?
·         También estamos trabajando en eso, y ya son doce en realidad las naves destruidas que se dedicaban a apropiarse de lo que no era suyo. Pero aun nos requerirá un poco de tiempo el conseguir los “resultados” necesarios para poder tomar medidas drásticas contra los culpables, tanto de nuestro lado como del de ellos –terminó Jhored con gesto duro y ojos gélidos.
·         ¿Guerra? –preguntó Kilara con gesto sombrío al ver el de su prometido.
·         No si puedo evitarlo. Preferiría no tener que llegar a eso, pero desgraciadamente en estos momentos, esa es una opción mucho más real de lo que me gustaría admitir… Mantenemos el tratado sosteniéndolo con la punta de los dedos, no podemos cometer el menor error si queremos evitarla.
Por fortuna para el príncipe Jhored la Flota entro en esos mismos instantes en el sistema Scarrat y Kilara decidió dejar sus especulaciones en ese punto cuando ya estaba empezando a ponerle nervioso de verdad, pues empezaba a meterse peligrosamente en cosas que por el momento no quería que ella supiese. Kilara marchó rápidamente para preparar todo lo que pensaba que necesitaría para la boda y que debía de ser trasferido junto con ellos dos al Crucero de Batalla “intrépido”. Jhored se había dado cuenta desde el principio de conocerse de lo aguda que era la mente de Kilara, sin embargo, tras este tiempo de aprendizaje y de observar a las que posiblemente fuesen de las mentes más brillantes dentro del Gobierno de la Confederación Imperial, además también había ganado muchísimos enteros en astucia e incrementado de modo notable sus dotes de observación. Jhored tan solo esperaba que una vez llegados al planeta junto a su amiga, Kilara fuese capaz de “distraerse” de lo que ocurriese a su alrededor referente a este asunto de las colmenas…  El ver como Selena le sonreía de modo socarrón al ver la cara que puso al ver marcharse a Kilara hacia sus habitaciones, no es que le tranquilizase mucho que dijésemos…




CONTINUARA

6 comentarios:

  1. Como siempre magnifico tu forma de escribir , con ganas de mas , saludos desde colombia .

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  2. Una excelente forma de continuar esta historia.

    Saludos

    Claudio

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  3. Esperando con ansias nuevo capitulo....

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  4. Se hace larga la espera
    Animoooooo
    Saludos

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  5. Un pelin de paciencia, estoy muy liado, en cuanto pueda continuo subiendo.

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  6. Cuando vuelves a publicar algo. Por favor no nos olvides que no nosotros no nos olvidamos de ti y lo fantástico escritor que heres

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