Confederación Imperial Galáctica
Libro - 6
El Compromiso
2
8º Cuadrante Militar del Imperio
Sistema Scarrat
Exteriores del Sistema
Nave de Combate “Represor”
Estaban preparándose
para transferirse desde el “Represor” al Crucero de Batalla “intrépido” cuando
entró la señal de alerta en el puente de mando. Una vez estudiado, su Alteza se
alegró de ello, ya que les permitiría retrasar un poco su llegada al planeta
Scarrat, o por lo menos la suya en el remoto caso de que Kilara desease seguir
viaje para estar con su amiga. Tal cosa obviamente no ocurrió, dado que el
“Represor” con su flota de escolta pensaba acudir a toda velocidad en socorro
de la nave que había solicitado ayuda por estar bajo ataque, ella decidió que
también iría con su “prometido”.
La Almirante dio
la orden de despliegue a la Flota para ejecutar en el mismo instante en que
saliesen del Interespacial. Tanto el Intrépido como las demás naves asignadas a
su escolta, fueron integradas en el Grupo de Combate del Represor, incluido el
Superacorazado “Punto Blanco”, que entro en el sistema Scarrat en el mismo
momento que el mensaje de socorro. El viaje hasta el lugar llevaría poco más de
dos horas escasas, la alerta la había lanzado una nave de transporte de
pasajeros que se encontraba bajo ataque, de lo que supuestamente parecían ser
Naves de Guerra de las Colmenas Karasasn. Un grupo de Cruceros Pesados y
Destructores destinados a la protección del 8º cuadrante llegarían una media
hora antes aproximadamente, encargándose si todo iba bien, de “guiar” a los
agresores a un campo de tiro despejado para que la Flota del “Represor” pudiese
hacer prácticas… La orden explicita de su Alteza a la Almirante como respuesta
a la agresión, fue… “sin cuartel”.
Kilara nunca
había asistido a un combate, y desde luego no tenía la menor intención de
perderse este, aunque pensaba que el “Represor” al ser la nave insignia del Príncipe
Heredero no entraría en acción. Dado el interés de Kilara y de que el puente de
combate de una nave no era el mejor sitio para ella, decidió que ambos estarían
en sus dependencias privadas de la nave asistiendo a los sucesos que
aconteciesen. Cuando la Almirante le informo que en un plazo de cinco minutos la
Flota saldría del Interespacial, marcho en compañía de su prometida a su
despacho, en donde una vez sentados hizo que uno de los paneles de la pared
lateral del mismo se moviese, dejando ver tras él una serie de monitores que
obtenían sus datos directamente del puente de mando, incluyendo imágenes de los
visores frontales de la nave así como del mismo puente. En cuanto los primeros
datos comenzaron a aparecer Kilara observo como Jhored apretaba con fuerza las
mandíbulas hasta que casi le debieron de crujir… No pudo evitar preguntarle…
·
¿Jhored, que
ocurre?
·
Era una trampa…
·
¿Para nosotros?
–se sobresaltó.
·
No, para la
flotilla de Cruceros que acudieron a la llamada… Observa los datos…
Tras manipular
una serie de controles, hizo aparecer en el proyector tridimensional la zona
del sistema donde se estaba llevando a cabo el combate. Kilara observo como dos
de los Cruceros Pesados de la Confederación Imperial intentaban retirarse en su
dirección con enormes daños en sus estructuras, mientras el resto de las naves trataban
de protegerlos. Vio como la Flota de Represor empezaba a desplegarse a toda
velocidad, con las Corbetas de Exploración de la Flota en sus extremos y parte
superior alejándose lentamente del resto en compañía de una Fragata de
Protección más un crucero ligero cada una. La Flota avanzaba a toda velocidad
con rumbo directo de colisión hacia las naves enemigas, mientras, desde el
extremo contrario del sistema, podía ver también avanzar a otro grupo de naves…
·
¿Y ese otro grupo
de naves que se acerca del otro extremo? –señalo con el dedo Kilara.
·
Eso es verdadero
objetivo de nuestros enemigos. Es una Fuerza Pesada en tareas de vigilancia de
las rutas comerciales, dos Acorazados junto con Tres Cruceros de Batalla
acompañados de siete Cruceros Pesados, cinco Cruceros Ligeros, diez
Destructores y una Corbeta de Exploración de la Flota. Esa corbeta debería de
haber registrado este combate en sus sensores antes de ver impotentes como los
asaltantes escapaban dejando tras de sí los suficientes rastros de sus naves
como para hacer una identificación positiva…
·
No lo entiendo, pero
según esto no creo que puedan escapar. Somos más rápidos, sin olvidar que estamos
entre ellos y su territorio, además de que en menos de tres minutos las naves
que persiguen estarán a salvo tras las nuestras, y por lo que veo no van a ser
capaces de destruir ninguna. No podrán esquivarnos… ninguno de ellos –Kilara
miro a Jhored sin entender a que se refería.
·
Kilara, nosotros
somos su error, no esperaban que estuviésemos en esta zona, muchísimo menos que
viniésemos desde esta dirección, con semejante número y potencia de naves de
Guerra. Fíjate bien en los datos de lo que han estado haciendo al tener tal
superioridad, debido a que sus planes les estaban salido como esperaban y al perseguir
cómodamente en esta dirección a esos cruceros, se han confiado permitiéndose
deshacer en gran parte su propia formación. Teóricamente se alejaban más y más
de los adversarios que esperaban a la vez que sus presas amablemente se
acercaban a su punto de salida del sistema, que es lo que ellos querían en su
plan perfecto para poder destruirles antes de marcharse, pero resultó que es justo
por donde nosotros entramos a este mismo sistema.
Su Alteza observo
atentamente la configuración de la Flota que tenían enfrente, y que sin duda
eran naves de combate Karasasn, que para su desgracia habían perdido su
formación lo que les ponía aun en mayor desventaja. Se componía de dos naves
pesadas tipo Acorazado, seis medias de tipo Crucero y catorce ligeras del tipo
Destructor, viendo el despliegue ordenado a la Flota, era obvio el plan de la
Almirante Tanya, mientras que los dos Acorazados y el Superacorazado se
ocupaban de uno de sus iguales, el Represor se encargaría del otro junto con el
Crucero de Batalla Intrépido, los cuatro restantes Cruceros de Batalla de la
Flota se ocuparían junto con los Cruceros Pesados del resto de las naves con el
apoyo de todas las escoltas a excepción de ambas Corbetas y acompañantes.
Quien estuviese
al mando de la Flota Karasasn no debía de ser excesivamente bueno o bien no
estaba nada acostumbrado a observar las maniobras de la Flota de la
Confederación Imperial, pues cometió un error tal, que ni el propio Príncipe
Jhored se podía creer cuando lo vio. En lugar de tratar de redesplegar su
Flota, recurrió a una de las tácticas preferidas por las Colmenas en General, limitarse
a concentrar sus naves en un área pequeña con el fin de golpear con toda su
potencia sobre un punto concreto. Entre las Colmenas, dada su idiosincrasia,
esa táctica suponía descabezar la Flota adversaria y que esta luego al no saber
qué hacer de modo coordinado fuese presa fácil. Sin embargo, eso pese al riesgo
que suponía para el Represor, requería de un tiempo y una organización previa de
los que no disponían y para cuando quisiesen estar listos para atacar, tanto la
Flota del Represor como el Grupo Pesado de tareas a su espalda entrarían a la
vez en rango de disparo, duplicando de ese modo el número de naves en el
combate.
Las dos naves
pesadas Karasasn de clase Acorazado no tuvieron la menor oportunidad superadas
en fuego por cuatro a uno gracias a la reunión de ambas flotillas. Por un lado las
naves que alcanzaron su espalda más los acorazados y la potencia incrementada
del Represor se hicieron cargo de su naves clase Acorazado, mientras que al
resto de su flotilla les fue aún peor. Tras la unión la superioridad en medios
y naves fue brutal, no se salvó ninguna. Cierto que tampoco hicieron la menor intención
de lanzar capsulas de salvamento. Las naves de las Colmenas eran
multifuncionales, en contra de la amplia variedad general de naves en otros
pueblos, en las colmenas estas eran mínimas. Las colmenas únicamente tenían
tres tipos de naves en sus flotas de guerra:
1. En primer lugar estaban sus naves pesadas con
equivalencia de Acorazado que eran la máxima expresión de poder en su flota, y
en este caso sí que se podían medir perfectamente con los de otros pueblos,
tanto en funciones como en características.
2. En segundo lugar la clase media con equivalencia
de Cruceros. Sin embargo estas naves estaban situadas en versatilidad y
potencia entre los Cruceros Pesados y Ligeros de la Confederación Imperial.
Eran muy similares a las antiguas y desechadas clases estándar preguerra que
tan malos resultados demostraron en batalla. Y por supuesto, además no contaban
con nada similar a los Cruceros de Batalla de la Flota, artillados casi al
nivel de un Acorazado, pero tan solo algo más lentos y menos maniobrables que
un Crucero Pesado. Obviamente su debilidad en referencia a sus hermanos mayores
acorazados, estaba en escudos y blindaje.
3. En tercer lugar las naves ligeras con
equivalencia de Destructores. Estas naves las usan para todo tipo de funciones
que en cualquier otra flota se repartirían los Cruceros Ligeros, los
Destructores, las Fragatas y las Corbetas. Aunque en los últimos años se había
detectado que las tres colmenas colindantes con la Confederación Imperial
habían empezado a construir también naves similares en categoría y funciones a
las Corbetas de Exploración de la Flota. Tan llenas como estas de sensores de
detección y generadores de interferencias, aunque por el momento, ciertamente
menos eficaces.
En contra de su
debilidad de funciones a la hora de un combate bien planificado, tal
simplicidad de tipos de nave hacia que su construcción o reparación fuese más
rápida y eficaz que la de cualquiera de sus equivalentes en otros pueblos,
incrementado esto por su mentalidad de colmena de sus individuos. Lo peor de
todo lo ocurrido es que una vez que se identificasen los restos y definiesen a
que colmena pertenecían, esas pruebas serian razón más que suficientes de una
inmediata declaración de guerra, o incluso de un ataque masivo por sorpresa si
se consideraba este ataque como la primera acción no declarada por parte
adversaria de la guerra. El príncipe Jhored, una vez que todo termino dio orden
inmediata de secreto absoluto sobre lo sucedido a toda la flota.
Las naves más dañadas
junto con las del grupo de cruceros a los que tendieron la emboscada recibieron
órdenes de dirigirse a un pequeño Astillero de ese mismo sector para que fuesen
reparados y donde seria relativamente fácil controlar que no se supiese nada, o
por lo menos, que no se obtuvieran datos verídicos. El resto de las naves
participantes, tanto ilesas como que sus reparaciones pudiesen ser echas por
sus propias tripulaciones fueron asignadas por Orden Imperial a la Flotilla de
protección del Represor. La Almirante dio órdenes a la Flota para que se
dispusieran de inmediato para el salto hacia el sistema Scarrat, mientras su
Alteza establecía una comunicación prioritaria con el propio Emperador para
informarle de todo lo ocurrido, de lo que pasaba y de tratar de controlar la
situación cuando se filtrase, porque estaba seguro que esto se filtraría, la
cuestión era cuando, y desde donde. El príncipe sabía perfectamente, que la
trampa, pese a la destrucción de la flota adversaria había funcionado
perfectamente, ya que en cuanto se identificaran los restos de las naves
agresoras, estos apuntarían hacia el lugar equivocado.
Durante los dos
últimos años alguien parecía muy interesado en tratar de provocar serias
tensiones entre las colmenas fronterizas y la Confederación Imperial, con las
cuales se tenía un tratado económico y de no agresión muy beneficioso para
ambas partes. Con este ataque directo y lo que implicaba la presencia de esas
naves ahora destruidas, el problema había pasado a otra escala muchísimo más
seria. Una vez estableció comunicación con el Emperador y este fue puesto al
corriente, su Alteza se preparó para la siguiente conferencia, la cual, seria
además de muy tensa, a cuatro bandas, además tres de cuyas partes, en esos
instantes tenían grandes problemas de confianza entre sí. Si bien no se puede
decir que la conferencia fue un éxito, sí que gracias a la propia presencia
personal durante el incidente y el prestigio del propio Príncipe Jhored ante
sus interlocutores, la situación momentáneamente se había salvado, pudiendo continuar
adelante con el plan con algunas concesiones de cierta importancia.
Cuando la
transmisión se cerró tras una conversación que a priori cualquiera que la
hubiese presenciado podría pensar que no había ido muy bien para la
Confederación Imperial, Selena observo como una sonrisa ladina asomo levemente a
los labios de su Alteza, de inmediato pensó al verla, que no todo debía de ser
como parecía, y que muy posiblemente además, alguien debía de haber cometido un
enorme error de bulto con aquel ataque, y que de un modo u otro lo iba a pagar
muy caro. En estos asuntos y a estos niveles de riesgo para la Confederación
Imperial, Selena llevaba ya el tiempo suficiente como su principal escolta,
como para saber que la piedad no era precisamente una de las características más sobresalientes
de su Alteza.
Una vez todo
estuvo bajo control el príncipe Jhored salió de sus dependencias en busca de
Kilara. Pese a que la Almirante había tratado de retrasar en todo lo posible la
posición del Represor sin que se notase, el adversario se dio cuenta con cierta
rapidez de la intención, ordenando a todas sus naves acelerar a velocidad
máxima y enfocarse únicamente en atacar la nave. Lo que fue un tremendo error
que añadir a la lista, ya que esto dio al resto de la flota la ocasión de hacer
tiro al blanco, todas las Fragatas de protección disponibles centraron sus
escudos extendidos en el Represor para reforzar los de este, aunque pese a todo
varios disparos consiguieron atravesarlos impactando contra la nave. El
resultado fue de dieciséis heridos leves que en esos momentos estaban siendo
visitados por Kilara. Por el contrario, dos cruceros pesados y uno ligero de la
flotilla inicial que acudió a la llamada habían salido muy mal parados, el
resto de ese grupo también resulto bastante tocado. Únicamente entre esas tres naves
sumaban 429 muertos y más de quinientos heridos.
En el resto de la
flota, apenas llegaban a los cien heridos, siendo el represor la nave más
afectada al concentrarse todo el fuego en ella. Aunque gracias a los escudos
ampliados de las Fragatas de Protección, no había sufrido prácticamente daños
apreciables más allá de alguna que otra mampara exterior de blindaje que se había
cobrado su coste. El príncipe Jhored tenía claro mientras se dirigía hacia
donde estaba Kilara que alguien iba a pagar con sangre por todas esas muertes,
quizá no pudiese echarle el guante a todos los responsables, pero a los que
cayesen en sus manos, se pensaba asegurar personalmente de que deseasen no
haber nacido nunca. Selena por su parte marchaba tras su alteza, y era la
primera que sabía de cierto que su Alteza no pensaba dejar que esto quedase
impune, ya fuese por las buenas o por las malas. Al fin y al cabo, para eso
mismo habría creado el cuerpo al que ella misma pertenecía, el SISI, más
conocido como La Guadaña, para encargarse
de forma contundente de este tipo de problemas.
Desde la puerta
de entrada a la enfermería vio como Kilara estaba apoyada en los pies de la
cama medica de uno de los heridos riéndose junto con ellos, las carcajadas
atronaban la gran sala, incluso vio al personal médico regocijado por lo que
fuese que se hubiese dicho. Cuando el entro todas aquellas voces y risas se
acallaron, aunque no así sus sonrisas cuando vieron a su Alteza besar a su
prometida “oficiosa”, algo que toda la nave conocía más que de sobra. Le hizo
un par de bromas a Kilara y recupero las risas de los heridos, después, ante la
pregunta de uno de los dos tenientes heridos, dio el número final de bajas de
aquellas tres naves que muchos de ellos habían visto semidestrozadas por el
fuego enemigo. Uno de los soldados lanzo al aire una maldición contra cierta
colmena Karasasn concreta, lo que hizo reaccionar al Príncipe Jhored… Se fijó
en el nombre que marcaba la ficha electrónica de la cama que ocupaba antes de
hablar…
·
Rekiarj –el
soldado le miro con asombro al escuchar como el Príncipe Jhored le llamaba por
su nombre.
·
Alteza –contesto
visiblemente ruborizado por la agradable sensación que acababa de experimentar.
·
No hagas
acusaciones basándote únicamente en lo que has visto hoy, te aseguro que no
todo es lo que parece…
·
Si, Alteza, no
volveré a hacerlo…
·
Chicos –hizo un
gesto de disculpa a la única mujer que había sido herida, sonrojándola-,
creedme que yo también se distinguir lo que esas naves parecían y posiblemente
fueran, pero lo que nos interesa de ellas es quien las manejaba en realidad.
Creedme que no eran exactamente quienes creéis ahora mismo, aunque si os rogaría
que esto quedase aquí, entre nosotros… -hizo un amplio gesto en dirección a los
mamparos de la nave.
Tras marcharse
con Kilara del brazo, esta no pudo por menos que hacerle una observación sobre
lo que acababa de contar y pedir a todos los que se encontraban en esos
instantes en la enfermería. Riéndose por lo bajo, Jhored le contesto que no se
preocupase, que en realidad esperaba que ocurriese lo que ella tan
diplomáticamente le estaba tratando de decir sin explicarle lo “ingenuo” que
había sido. Kilara no pudo sino sonreír y menear la cabeza de un lado a otro,
diciéndose a sí misma si alguna vez dejaría Jhored de manejar a todo el mundo
como si fuese un maestro marionetista.
Por otro lado quedó
pensativa durante el resto del camino hasta sus dependencias privadas. Ella durante
las interminables clases de preparación política que había tenido que aguantar
con el fin de prepararse como futura esposa de Jhored, había estado estudiando
bastantes informes sobre todos los pueblos que hacían frontera con la
Confederación Imperial, incluyendo a las Colmenas Karasasn. Había indagado todo
lo posible sobre su pueblo, su forma de ser, su política, sus fronteras
internas y su ejército en general. Pero tenía que admitirse que no era capaz de
saber con tan solo lo que había visto a qué colmena podían pertenecer aquellas
naves que habían atacado la Confederación Imperial, y que según parecía hasta
el último soldado o marino del “Represor” parecía no tener el menor problema en
hacerlo.
Una vez ambos
llegaron a sus dependencias, sentados frente al otro tomando una bebida
refrescante, Kilara le pregunto a Jhored por ello.
·
No es que lo
sepan de fijo, pero tienen oídos para escuchar lo que hablan los oficiales
superiores o lo que se ha comentado en el puente de mando durante el
enfrentamiento a costa de la información de las pantallas tácticas, sensores,
etc. –le respondió con gesto serio.
·
Entiendo, y tú
ahora mismo acabas de sembrar… digamos que “contrainformación” y esperas que
esta se filtre entre las tripulaciones de esta Flotilla, ¿no?.
·
Bueno, es un modo
de definirlo un poco brusco, pero si, básicamente eso es lo que he hecho. He
puesto en sus oídos información fiable al más alto nivel… El que se corra la
voz es algo que no nos perjudica en absoluto…
·
Pero de todos
modos no has mentido, no crees que esas naves pertenezcan realmente a la
colmena a la que van a señalar, ¿verdad?
·
No es que no lo
crea Kilara, es que lo se positivamente. Pero de lo que no tengo pruebas es de
donde proceden realmente, una cosa es saberlo, y otra muy diferente poder
demostrarlo…
·
Pues dos
Acorazados, seis Cruceros y catorce Destructores visto lo que nos cuestan a
nosotros no les han salido nada baratos, sin mencionar el tener que
construirlos en secreto… Alguien se ha gastado muchísimo dinero y se ha tomado
aún más molestias en conseguir esas naves Karasasn…
·
Te aseguro que en
nuestro territorio no se han construido, al menos no ese tipo de naves. Sería
prácticamente imposible hacerlo sin que nos enterásemos… Antes o después
alguien habla de más, y eso créeme que siempre suele terminar en los oídos
adecuados antes de que hubiesen estado listas para ser puestas en
funcionamiento. Esas naves en la Confederación Imperial hoy por hoy es algo que
no podrían permitirse construir sin que nos enterásemos. Ojala hubiese sido así,
el intento nos hubiese dado un magnifico hilo del que poder tirar.
·
Pues entonces
supongo que asumimos que las construyo una Colmena. En ese caso lo del secreto
en su construcción casi que se puede obviar como un problema “complicado” tal y
como está montada su sociedad… Pero aun así sigue sin ser sencillo, debe de
existir un importante descuadre económico en algún lado, semejante cantidad y
tipos de naves no son nada baratas de construir, y menos nuevas… -apunto Kilara
pensativa, mirando a los ojos a Jhored.
·
Sigue, ¿por qué
crees que eran nuevas y no reformadas? –pregunto Jhored mirando a su Prometida
con los ojos entrecerrados, sonriendo orgulloso para sí viendo como trabajaba
su mente.
·
No soy del todo
idiota Jhored –replicó en un tono peligroso-.
·
Te aseguro que no
lo he pensado nunca… Contéstame, por favor… -sonrió cariñoso.
·
Sería del todo
estúpido no prever que alguna de esas naves pudiese ser destruida durante su…
misión. Los restos de una nave reformada dejarían una huella de su origen real,
e incluso quizá de su lugar de modificación, que hasta un necio de cualquier
servicio de inteligencia sería capaz de seguir. Por el contrario, una nave
especialmente construida con el debido cuidado de los detalles y según
especificaciones precisas, señalaría hacia donde se quisiese que señalase… pero
eso tiene que ser muy caro económicamente hablando.
·
Muy bien, y como
bien has marcado en el camino de tu explicación sin necesidad de decirlo, algo
de este nivel es tan grave y tan serio como para no cometer ese tipo de
descuidos. Y si, es enormemente caro.
·
Y tengo la
sensación de que en realidad, tú ya sabes en estos mismos instantes de donde
proceden esas naves de verdad. Mejor dicho, ya sabes casi con certeza de que
Colmena o astilleros han salido exactamente, porque está claro que ha sido una
Colmena Karasasn quien está detrás de todo esto, ¿o me equivoco?
·
No, para nada,
pero a estos niveles, como ya te he dejado claro, saberlo o intuirlo, no es lo
mismo que poder probarlo ante sus iguales… de momento.
·
Entiendo, de
todos modos, no creo que sea cosa únicamente de una única Colmena en solitario.
Los informes que he visto sobre los problemas que se han tenido últimamente en
las Fronteras con los Karasasn y que obligan a la flota de este distrito a
permanecer más desplegada de lo normal, es imposible que el foco principal
proceda de sus territorios. ¿Cuánto van ya en apenas cuatro meses escasos,
diez, once naves “piratas” destruidas?
·
También estamos
trabajando en eso, y ya son doce en realidad las naves destruidas que se
dedicaban a apropiarse de lo que no era suyo. Pero aun nos requerirá un poco de
tiempo el conseguir los “resultados” necesarios para poder tomar medidas
drásticas contra los culpables, tanto de nuestro lado como del de ellos –terminó
Jhored con gesto duro y ojos gélidos.
·
¿Guerra?
–preguntó Kilara con gesto sombrío al ver el de su prometido.
·
No si puedo
evitarlo. Preferiría no tener que llegar a eso, pero desgraciadamente en estos
momentos, esa es una opción mucho más real de lo que me gustaría admitir…
Mantenemos el tratado sosteniéndolo con la punta de los dedos, no podemos
cometer el menor error si queremos evitarla.
Por fortuna para
el príncipe Jhored la Flota entro en esos mismos instantes en el sistema
Scarrat y Kilara decidió dejar sus especulaciones en ese punto cuando ya estaba
empezando a ponerle nervioso de verdad, pues empezaba a meterse peligrosamente
en cosas que por el momento no quería que ella supiese. Kilara marchó
rápidamente para preparar todo lo que pensaba que necesitaría para la boda y
que debía de ser trasferido junto con ellos dos al Crucero de Batalla
“intrépido”. Jhored se había dado cuenta desde el principio de conocerse de lo
aguda que era la mente de Kilara, sin embargo, tras este tiempo de aprendizaje
y de observar a las que posiblemente fuesen de las mentes más brillantes dentro
del Gobierno de la Confederación Imperial, además también había ganado
muchísimos enteros en astucia e incrementado de modo notable sus dotes de
observación. Jhored tan solo esperaba que una vez llegados al planeta junto a
su amiga, Kilara fuese capaz de “distraerse” de lo que ocurriese a su alrededor
referente a este asunto de las colmenas…
El ver como Selena le sonreía de modo socarrón al ver la cara que puso
al ver marcharse a Kilara hacia sus habitaciones, no es que le tranquilizase
mucho que dijésemos…
CONTINUARA
Como siempre magnifico tu forma de escribir , con ganas de mas , saludos desde colombia .
ResponderEliminarUna excelente forma de continuar esta historia.
ResponderEliminarSaludos
Claudio
Esperando con ansias nuevo capitulo....
ResponderEliminarSe hace larga la espera
ResponderEliminarAnimoooooo
Saludos
Un pelin de paciencia, estoy muy liado, en cuanto pueda continuo subiendo.
ResponderEliminarCuando vuelves a publicar algo. Por favor no nos olvides que no nosotros no nos olvidamos de ti y lo fantástico escritor que heres
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