Confederación Imperial Galáctica
Fecha estelar - 5344
Brazo de la Galaxia
Orbita Media sobre Chin
Superacorazado "Thalos"
El Almirante Alkard estaba reunido con la
embajadora Lady Dalemar, concretamente en esos instantes se estaba interesando
por lo que fuese que ocurría en la Confederación por la repentina llamada del
propio Emperador al regreso del grupo del Represor. Ya cuando su flota partió
Alkard sabia de que existía algún tipo de problema en la frontera con las
Colmenas Karasasn. Aunque lo cierto, es que cuando Alkard pregunto por la
repentina llamada al Represor, no se imaginó ni por un solo instante la
respuesta que le dio Lady Dalemar…
-
¡Oh!, almirante,
tranquilo, yo no me preocuparía por esa llamada… de hecho, dudo mucho de que
haya sido el Emperador el que la haya realizado… -sonrió-.
-
Perdone
excelencia, pero la orden de retorno era muy clara… eran los códigos de su
Majestad…
-
Si, en eso estoy
de acuerdo con usted, eran sin duda los códigos del Emperador, aunque dudo
mucho que su Majestad fuese consciente de que "ha dado dicha orden"…
-
Entiendo… Usted
cree que eso ha sido cosa de su Alteza Imperial… ¿no? -replico Alkard-.
-
Almirante, créame
que contra más lo pienso, menos dudas tengo de ello… esa orden tan drástica ha
venido de su Alteza…
-
Pues si tiene
razón, me gustaría ver por un agujerito la reacción de Tanya cuando se entere…
-se rio el Almirante-.
-
Y no solo ella…
si no estoy equivocada, la Coronel Selena habrá recibido el mismo tipo de
orden… otra que se enfadara… -replico sarcástica-.
-
Aun así, ¿no
entiendo muy bien los motivos de su Alteza?
-
En el caso de la
Almirante y el Represor, creo firmemente en que es más un mensaje para el gobierno
Chin que el tratar de enfadar a la Almirante, aunque tampoco dudo de que haya
aprovechado también la circunstancia para eso… Esto es algo del estilo de
"tengo problemas en casa, pero aun así les sigo respaldando"…
-
Entiendo, y es mi
flota la que manda ese mensaje… -dijo el Almirante Alkard-.
-
Creo que su flota
en realidad está reafirmando dos mensajes diferentes, uno el apoyo de su Alteza
a Chin, y el segundo los límites que su Alteza trazo al gobierno Chin cuando
estuvo aquí "de visita"…
-
Pero sigo sin
entender cómo va a poder informarse el gobierno Chin de la situación en… ¡ah!,
claro… Dama Mei… -sonrió el Almirante-.
-
Efectivamente,
eso creo yo también, cuando Tanya y Selena lleguen, se enterarán de que la
llamada en realidad procede de su Alteza, cosa que les enfadara bastante… ¿Sabe
Almirante?, creo que su Alteza no puede evitarlo, se divierte mucho
cabreándolas… -se rio la embajadora-.
-
Pues entonces se
lo va a pasar de miedo… -se rio el Almirante Alkard-.
-
De cualquier modo,
no creo que ni el Represor ni su Alteza permanezcan mucho en Capital después de
la llegada de Tanya y de Selena… -replicó la embajadora-.
-
Dama Mei está muy
próxima a su Alteza y a la princesa Kilara, no le costara mucho
"informarse" hasta cierto punto de las dificultades por las que
atraviese la Confederación Imperial… con su Alteza a la cabeza… -sonrió el
Almirante-.
-
Si, aunque
tampoco dudo de que Dama Mei eventualmente también se dé cuenta de que toda
esta parafernalia de la llamada "del Emperador" al Represor va
destinada al consumo de Chin… Pero realmente, no podrá hacer otra cosa más allá
de comunicar la situación a su gobierno -replicó Lady Dalemar-.
-
Si, estoy de
acuerdo con usted, es un mensaje muy claro, "respaldo todo lo que dije,
incluidos los límites que les marqué sobre hasta donde estaba la Confederación
dispuesta a llegar"… -dijo el Almirante Alkard-.
-
Básicamente… de
todos modos, aun con unos límites muy definidos, tanto usted como el Almirante
Yue Fei creo que van a tener bastante trabajo por delante…
-
Si, aun en caso
de que los Xgord y sus "socios" entiendan el mensaje, cosa que dudo, aún
queda mucho por hacer en este sector para garantizar la seguridad de Chin… Pero
como no lo van a querer comprender por las buenas, me temo que habrá que explicárselo
por las malas… -dijo muy serio el Almirante Alkard-.
-
No me refería
precisamente a ellos… si no recuerdo mal, en sus órdenes existen otro apartado…
cuanto menos curioso… especialmente porque me implica a mi… y con unas
instrucciones, que además no entiendo… -replicó la embajadora-.
-
¿Se refiere al
asunto prioritario de la posible intervención en el mundo de los Corians y la
necesidad de su presencia a bordo? -preguntó el Almirante Alkard-.
-
Si, realmente esas
instrucciones me parecen muy extrañas y con unas características un tanto
particulares que no acabo de comprender… pero se trata de su Alteza… Es casi
mejor hacer lo que pide y no intentar romperse la cabeza tratando de
comprenderlo… -suspiro la Embajadora-.
-
Si, es cierto que
es una situación un tanto particular, de hecho, desde que llegamos a Chin hay
una Torpedera Acorazada emboscada en el sistema a la espera de que se dé la
situación que su Alteza parece haber previsto…
-
¿Algo?
-
Nada de momento,
el último informe indica una calma total en el sistema, movimientos de las
naves habituales entre el planeta y sus lunas e incidencias nulas…
-
Estuve ojeando
toda la información de inteligencia que tienen los Chin sobre los Corians y a
la que tuvo acceso su Alteza… No he logrado encontrar nada de nada que pueda
explicar sus órdenes, no tienen el menor sentido…
-
Establecer contacto
con ellos será difícil… el llegar hasta ellos por lo que he visto en los informes
de la inteligencia Chin es complicado… -dijo el Almirante-.
-
Es más que
complicado, porque según esos mismos informes, los Corians no preguntan,
directamente le disparan a todo lo que se mueve… -replicó la Embajadora-.
-
¿Entonces no ha
logrado sacar nada en claro de ello? -pregunto el Almirante-.
-
Mas allá de que
nadie es bienvenido en su planeta, que atacan sin piedad a cualquiera que
aterrice en el sin una invitación y que en su mundo no quieren visitantes… nada
de nada… Según esos informes incluso los esclavistas dejaron de pasar por allí
de forma regular hace al menos dos décadas cuando finalmente comprendieron que
por su belicosidad las perdidas superaban siempre ampliamente a sus posibles
ganancias… -replicó la Embajadora-.
-
Lo que más me
sorprende es la orden de no intervenir en el sistema bajo ninguna circunstancia
excepto que detectemos algún ataque inusualmente preocupante sobre el planeta…
-dijo el almirante-.
-
Lo sé, pero
conociendo a su Alteza, me temo que nos daremos de bruces con ese
"inusualmente preocupante ataque" y no nos va a gustar en absoluto…
-replico embajadora en un tono algo sarcástico-.
-
Si bueno, eso ya
es algo que tengo asumido desde que vi las ordenes… De hecho, ya lo he
planificado todo en base a diversas opciones. De momento, de los próximos movimientos
se va a encargar el Almirante Yue. Nosotros nos situaremos en una posición
desde la que poder llegar rápidamente tanto a Chin, como a su colonia o caer
directamente sobre el sistema Corians cuando sea que se produzca lo que espera
su Alteza… Lady Dalemar, se le ha asignado un camarote y también he informado
al gobierno Chin de nuestra misión, aunque no la entiendan… -sonrió el Almirante-.
-
Muy bien… me
retirare a descansar un rato… solo por si el problema surge antes de tiempo…
-sonrió la embajadora-.
Lo cierto es que las ordenes sobre los
Corians no habían preocupado únicamente a la Embajadora o al Almirante, tanto
el propio gobierno Chin, como su estado mayor o el Almirante Yue Fei habían
estado por su cuenta tratando de averiguar en que podría consistir los
problemas que su Alteza parecía ver o que es lo que pretendía hacer… Pero ni
por un solo instante, ninguno de ellos, dadas las historias sobre su Alteza que
transmitió en su día Dama Mei, tuvo duda alguna de que vistas esas órdenes tan
específicamente extrañas, algo pasaría en ese sistema… y desde luego, no sería
nada bueno… Solo una semana después, y mientras la Flota del Almirante Yue Fei
estaba "visitando" el sistema Tarunf para agradecerles el ataque
sobre la Colonia… por fin llegaron los problemas al sistema Corians.
Al Almirante Alkard se encontraba
durmiendo cuando la Flota entro repentinamente en Alerta amarilla y comenzó a
abandonar las posiciones orbitales en las que estaba apostada para comenzar a
desplegarse en orden de combate estándar. El Almirante recibió en sus
habitaciones una comunicación de alta prioridad del Vicealmirante Necross. El
Vicealmirante informo en dos escuetas frases del motivo de la alerta amarilla y
el despliegue de la flota, tras escucharlo el Almirante se apresuró a vestirse
y dirigirse al puente de mando del Thalos… La Torpedera Acorazada Z-187
desplegada en el sistema Corians había enviado apenas veinte minutos antes una
comunicación de alta prioridad informando de la presencia en el sistema de una
flota de naves en dirección al Planeta.
Cuando el Almirante llego al puente le
pasaron la totalidad de la información recibida desde la Torpedera, la flota
"invasora" se componía de 34 naves de carga, 8 grandes naves que
parecían Transportes de tropas y 2 enormes naves con apariencia de portacazas,
siendo escoltado el grupo entero por 12 naves de guerra de tamaño medio. El
grupo y su composición podrían o no entrar dentro de las especificaciones
especiales de su Alteza, dada su composición quedaría por completo a la
discreción del Almirante Alkard si se debía de intervenir o no, excepto por un
detalle, que las naves de guerra de la escolta y las dos naves portacazas
llevaban las insignias de la Heredad MUM… Ese detalle convertía la situación en
algo que implicaba si o si la intervención de la Flota del Almirante. Dado que
uno de los requisitos para poder intervenir directamente, es que la fuerza
agresora, independientemente de su tamaño o composición, fuese enemiga
declarada de los Chin o de la propia Confederación Imperial… Ni por un solo
instante, ni el Almirante Alkard, ni el Vicealmirante Necross, ni la propia
Lady Dalemar cuando fue informada, dudaron por un instante que posiblemente
esto fuese precisamente "ese algo" esperado por su Alteza Imperial.
En avanzada, el Almirante envió la
Corbeta de Exploración Adamante, la cual gracias a los informes de la Torpedera
entró al sistema desde un punto ciego para la flota atacante. Una vez se situó
en su posición, los potentes sensores de la Corbeta rastrearon minuciosamente
todo el sistema, en especial el sector por donde se estaba moviendo la flota de
la Heredad acercándose al planeta. La Adamante iba transmitiendo información
actualizada cada quince minutos mientras el resto de la Flota se posicionaba
desplegada para saltar sobre el sistema en cuanto el Almirante Alkard diese la
orden y caer sobre las naves de la Heredad. Las instrucciones de su Alteza eran
muy claras al respecto, la flota no debía de intervenir bajo ningún concepto
hasta que el planeta estuviese bajo ataque… luego de confirmarse dicha
situación, el agresor debía de ser completamente destruido. Las ordenes también
marcaban que lo primordial debía de ser conseguir toda la información posible
por cualquier medio antes de aniquilar al enemigo…
Una vez que la Corbeta Adamante informo
de que las dos Grandes naves portacazas habían lanzado al menos dos centenares
de lo que fue identificado como cazabombarderos y que desde los transportes
partiesen numerosas lanzaderas hacia el planeta, el Almirante Alkard ordeno el
salto sobre el sistema. Gracias a los datos transmitidos por la Corbeta y la
precisión que sus otras dos compañeras eran capaces de aportar en cuanto
entraron al sistema, la Flota salió a tan solo unos pocos cientos de miles de
kilómetros de la órbita del planeta, sorprendiendo por completo a la flota de
la Heredad…
Una vez en el sistema la flota se puso en
marcha siguiendo las órdenes. Los tres Superacorazados atacaban con sus
baterías principales a los dos portacazas, a la vez lanzaban sus Cazas y
Bombarderos, mientras los Acorazados castigaban a las escoltas. El fuego
combinado de estos destrozó el sistema de armamento permitiendo con ello que
los Cruceros de Batalla cayeran sobre ellas, abarloándose y desplegando puertos
de Asalto desde las escotillas. Mientras, los Cruceros Pesados y parte de los
Cruceros Ligeros se ocupaban de los Transportes y Cargueros… Los Destructores
por su parte se situaron de modo que pudiesen interceptar cualquier intento de
retorno de los Cazabombarderos que habían partido hacia la superficie. Las
Fragatas por su parte cubrían con sus generadores de escudo a los Cruceros de
Batalla que estaban asaltando las naves de guerra de la Heredad, impidiendo con
ello que los pocos cañones que habían sobrevivido a los Acorazados causasen
daños…
Desde los Superacorazados y Acorazados
partieron las Lanzaderas de Asalto de los Marines dirigiéndose hacia el
planeta, escoltadas por Cazas Escorpión y Bombarderos Sable procedentes de los
Superacorazados. Por su parte, varios Cruceros Ligeros que permanecían a la
espera, iniciaron su asalto sobre ambos portacazas una vez que sus defensas
habían sido reducidas a cenizas por los Cañones del Thalos y sus dos
compañeros. Mientras, en la superficie se desarrollaba una encarnizada batalla
en la que los nativos llevaban visiblemente las de perder, pese a lo cual, no
se rendian, tratando de defender fanáticamente las dos ciudades que eran el
objetivo del ataque de las tropas de la Heredad. Si bien inicialmente los cazabombarderos
de la Heredad impusieron su dominio en el Aire, destruyendo los aparatos
nativos y bombardeando salvajemente las tropas de tierra, la repentina
aparición de los Cazas Escorpión y los Bombarderos Sable cambiaron las tornas
en apenas unos pocos minutos.
El Frente de batalla apenas ocupaba quince
kilómetros, sobre los que se situaban más de 100.000 almas combatiendo, casi el
90% de las cuales eran tropas nativas. Pese a esta desventaja de 9 a 1, las
tropas nativas poco a poco estaban retrocediendo entre enormes bajas… Sin duda,
la diferencia tecnológica entre unos y otros estaba decidiendo la batalla.
Mientras los Escorpión daban caza a las naves de la Heredad, los Bombarderos
Sable se dedicaron a destrozar las líneas de los soldados de la Heredad. Las
lanzaderas de la Flota por su parte, descargaron sobre unos de los flancos un
total de diez Regimientos de Marines con todo su equipo, unos 5.000 soldados
aproximadamente junto con 14 Robots autónomos de combate MkII. El ataque de las
tropas de la Confederación Imperial sobre las de la Heredad fue brutal, no
dieron cuartel a nadie, no admitieron rendiciones.
El mando de los Marines dio instrucciones
a las tropas nativas para que se moviesen a posiciones más retrasadas, cosa que
hicieron a la carrera, probablemente porque estaban viendo el maltrato al que
los Bombarderos Sable estaban sometiendo a sus enemigos, mientras que a ellos
parecían ignorarles. Por su parte, los Marines estaban destrozando lo poco que
los Bombarderos dejaban vivo, eliminando sin piedad a todo el que se cruzaba en
su camino… Otra sorpresa para los nativos, fue comprobar que tanto los cazas
Escorpión como los Bombarderos Sable de forma muy visible estuvieron en todo
momento protegiendo su repliegue. Pero lo que sin duda dejo completamente boquiabiertos
a los nativos, fue cuando tras destrozar a las Tropas de la Heredad, de las que
apenas lograban sobrevivir un par de docenas o menos al enfrentamiento, las
Fuerzas de la Confederación iniciaron su retirada del planeta.
Mientras esto ocurría en el planeta, en
el espacio, en la órbita, las naves de la flota de la Heredad estaban siendo
asaltadas una por una. De todas ellas, tan solo en dos, un Transporte y una de
las naves de escolta, se logró acceder y extraer sus bases de datos
prácticamente intactas. En el resto las naves resultaron destruidas en mayor o
menor medida en todas sus cubiertas incluso antes de que los ingenieros de la
flota pudiesen hacer nada. Los cañones de la flota junto con los ingenieros que
acompañaron a los Marines de Asalto, lograron cortar las líneas principales
evitando que pudiesen acceder a la autodestrucción, pero fue inevitable el no
poder evitar de modo eficaz que sus tripulantes tratasen de demoler las naves
"a lo bestia", usando explosivos en puntos estructurales de las mismas.
En nueve de los cargueros los marines
tuvieron que replegarse a toda velocidad para evitar ser lanzados al espacio
cuando las tripulaciones fueron capaces de partir, literalmente, sus naves en
varias partes al tratar de evitar que llegasen a zonas críticas. Una vez
conseguido lo que se buscaba o verificado su imposibilidad, todas las naves de
la heredad sin excepción fueron barridas por los cañones de las naves pesadas de
la Confederación hasta, literalmente, convertirlas en trozos de metal retorcido
siguiendo las órdenes del Almirante Alkard. Por otro lado, los daños sufridos
por la flota fueron mínimos. Una vez se retiraron las tropas del planeta y se
procedió a formar la Flota para retirarse, fue cuando le llegó el turno a Lady
Dalemar de comunicándose con el gobierno del planeta, el cual estaba, por
decirlo suavemente, bastante desconcertado por todo lo sucedido.
Sin embargo, y pese a lo que pudiese
pensar cualquiera, en realidad, Lady Dalemar no trato en ningún momento de
ponerse en contacto con el gobierno planetario, es más, siguiendo las ordenes
de su Alteza, lo que hizo fue limitarse a guiar al Almirante Alkard en su
transmisión de disculpas por la intervención la Flota. Una vez se envió la
transmisión con las disculpas, Lady Dalemar indico al Almirante que ya podía
partir rumbo a Chin en cuanto la Flota estuviese lista. Esto sorprendió al
Almirante, ya que sabía que debería de haber sido la propia Lady Dalemar quien debía
de establecer contacto con los Corians y no él, algo que evidentemente pregunto.
Lady Dalemar le indico, que tan solo seguía instrucciones de su Alteza, quien
le ordenaba de un modo bastante tajante que fuese el Almirante quien
transmitiese ese primer comunicado, y luego, tan solo establecer contacto por
su parte si eran los Corians quienes se ponían en comunicación con ella…
Ciertamente, ninguno de los dos tenía ni idea de en qué estaría pensando su
Alteza para dar semejante orden y dejar pasar una oportunidad tan buena para
poder iniciar el intento de establecer comunicaciones con un pueblo tan
problemático con los extranjeros aprovechando que les habían salvado de un
desastre con la Heredad. Cuando la flota estaba a punto de saltar hacia Chin,
en el Thalos entró una comunicación de la dirigencia Corians…
-
Vaya, esto no me
lo esperaba… -dijo el Almirante sorprendido-.
-
Ni yo, pero
supongo que su Alteza si… Almirante… responda usted ya que fue quien ofreció
sus disculpas por nuestra intervención, yo entrare cuando lo considere
oportuno… pero disponga la flota para que pueda saltar inmediatamente después
de que se lo indique…
-
Como usted diga
embajadora… Comunicaciones… abra el canal… -en la pantalla central apareció la
imagen de una ser con un cierto aspecto arbóreo-.
-
Soy el Supremo
máximo de Corians… ¿Quiénes son ustedes? -hablo el interlocutor Corians nada
más aparecer su imagen-.
-
Soy el Almirante
Alkard, de la Confederación Imperial Galáctica y la persona al mando de esta
flota…
-
¿Qué es lo que
quieren de nosotros? -replicó con tono muy seco-.
-
Nosotros… -Lady
Dalemar interrumpió al Almirante-.
-
Yo me encargo
Almirante… gracias… -sonrió al ver el gesto que puso el Corians tras ver la
forma de la Embajadora, tan diferente a la del Almirante y como interrumpió a
este-.
-
Supremo… mis
saludos… Soy Lady Dalemar, embajadora de la Confederación Imperial Galáctica
ante el pueblo Chin… y realmente no queremos nada de ustedes…
-
¿Entonces porque
nos han ayudado? -pregunto aún más serio, o eso parecía-.
-
Supremo, nuestro
objetivo eran sus atacantes, no el ayudarles a ustedes, no obstante, si
considera que verdaderamente nos deben un favor, con que nos avisen mediante un
mensaje dirigido al planeta Chin en caso de que regresen y nos autorizan a
volver para destruirles de nuevo, nos daremos más que por pagados… -sonrió la
Embajadora, ignorando después por completo al Corians-.
-
Almirante…
partamos ya… es tarde... -Indicó al Almirante Alkard, quien hizo una seña a
navegación-.
Menos de tres segundos después la Flota
de la Confederación entro en el Interespacio dejando, como aquel que dice, al
Supremo Corians poco menos que con la palabra en la boca. De hecho, la
comunicación no llego ni a cerrarse, está directamente se vio interrumpida por
la entrada del Thalos en el Interespacio. No hace falta decir, que el Almirante
se quedó mirando a la embajadora poco menos que con la boca abierta por su
forma de actuar…
-
Embajadora… este
modo de despedirnos… no esperaba esto… creo que acabamos de tirar una magnífica
oportunidad con los Corians, y… -Lady Dalemar le interrumpió-.
-
Almirante… ni se
moleste… créame… son ordenes específicas de su Alteza, y no, yo tampoco sabría
decirle a que obedecen…
-
¿Pero que decían
exactamente esas órdenes…?
-
Pues básicamente,
sus órdenes indicaban que tenían que ser ellos quienes se pusiesen en contacto
con nosotros, luego tenía de dejar claro nuestro nulo interés en ellos, mi
presencia en Chin, y especialmente, dejar a quien contactase con la palabra en
la boca al irnos del sistema…. Es más, su Alteza ha sido muy específico en
recalcar el hecho de que contra más alto fuese el cargo que comunicase conmigo,
mas importante era este último punto… -respondió Lady Dalemar haciendo un gesto
como de encogimiento de hombros-.
-
Ciertamente… no
lo entiendo… -replico el Almirante meneando la cabeza completamente
desconcertado-.
Ambos estuvieron casi cinco horas durante
el retorno a Chin lanzando teoría sobre teoría de cual podría ser el plan de su
Alteza con estas órdenes que había dado. En lo único en que ambos de pusieron
de acuerdo, es que su Alteza esperaba de algún modo establecer un contacto
estable con los Corians, aunque el hecho de haberlos "despreciado" de
ese modo destrozaba todos sus esquemas. Ninguno de ambos pensaba que ese fuese
precisamente el mejor modo de conseguirlo, hacer un desprecio diplomático de
ese nivel a los Corians… Pero sin embargo, también ambos estaban de acuerdo en
que era su Alteza quien estaba detrás de esto, y aunque pareciese una completa
y absoluta majadería diplomática, nadie en su sano juicio que le conociese, apostaría
en su contra…
CONTINUARA
Que gusto, vaya marcha. Cada día un capitulo nuevo. Muchas gracias, antes de leerlo, a ver que bordada ha hecho nuestro amiguito el príncipe. 👏👏👏👏
ResponderEliminarGracias por otro libro!!! Que pasó con la cadete Walkiria que llegó su Alteza al planeta walkir y cómo sigue el tema de los nuevos comandos para la general Samantha
ResponderEliminarSorpreson, resulta que en el jardín de los Chin no solo hay insectos también es "zona zombie". Se suponía que los MUMs estaban extintos o casi, entre los Ukur-Uruk, la destrucción de Tigenium y las 3-4 naves correo, ya no quedaba nada de ellos. Y ahora vas y montas tu "Walking Dead particular" resucitandolos 😂😂😂; encima, por el despliegue, los resucitas en cantidades industriales 🤣🤣🤣. Lo peor, que tal cantidad de zombies hace pensar que aún hay más. Mas vale que nos des una buena explicación de donde han salido o nos ves a todos comprando ajos, estacas, cruces, balas de plata, etc 🤣🤣🤣.
ResponderEliminarUn saludo,
VGG
Gracias por vuestros comentarios.
ResponderEliminarLuis, su Alteza no hace maldades, es inocente cual pajarillo cantor... 🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣
Anonimo, tranquilo que los comandos de Sigrid ya saldrán, este libro como bien ya comento VGG, transcurre en el mismo tramo temporal que el anterior. La cadete fue un personaje de relleno para una situación divertida, aunque siempre queda ahi por si en un momento dado me viniese bien rescatarla... 😋
VGG, machote, yo nunca dije que la Heredad estuviese extinta, se especifica muy claro en el epilogo del libro 13 donde acaban con Tigenium que el objetivo secundario del Almirante Tagard por aquel entonces, aun seguía siendo la Heredad. Era obvio que aun seguían por ahí y que su Alteza no lo dejaría tan fácilmente... 😎😎😎
Mañana tendréis el ultimo capitulo del libro...
Si, cual bebe de pecho. 😉😉😉😉😉
EliminarGracias por lo de machote, aunque creo que no era un halago 😎😎.
ResponderEliminarReconozco mi error y te pido disculpas si te ha molestado. Mi comentario sobre la "zona zombie" era más bien irónico pensando en algún recurso literario por tu parte; que no se hubieran cargado Tigenium como creían y que este estuviera más alejado dentro del brazo de la galaxia.
En todo caso espero que entiendas que el despliegue que haces de la flota invasora MUM, tiene poco que ver con lo que describias en el Cap. 4 del Libro - 14 Hermanos Perdidos como los restos de su flota.
"En la actualidad, excepto esas tres naves, el resto de la flota de MUM se componía de elementos de diversos tipos de cargueros comprados en el mercado negro y rearmados por ellos casi, casi, de modo artesanal. El verdadero peligro de los MUM radicaba en las tres naves que, si no estaban equivocados, a esas alturas el Vicealmirante Alkard ya había capturado y destruido."
Como no pretendo entrar en polémicas, ni busco un concurso de meadas buscando llevar razón; simp!emente indicar que no haré más comentarios en el blog.
Sabe que tienes todo mi respeto y admiración, ya quisiera tener una quinta parte de tu imaginación. Sigue haciéndonos soñar.
Un saludo,
VGG
Jajajajaja... lo de "machote" es lo que se conoce como una frase hecha, igualmente pude decir "chiquitín", no iba como reprimenda o algo así, es una expresión amistosa que uso mucho en mi vida personal cotidiana, se me escapo, siento si te ofendió. Por favor sigue comentando sin problema, me gusta como discurres.
EliminarSobre lo que comentas, en realidad si te fijas, esa es información que sacaron de los "esclavos", concretamente de Zuvian el angelito Xgord que le trato de tender la trampa al Almirante Tagard, cosa que puede o no ser veraz, o que los esclavos, personas corrientes mas allá de algún capitán de nave, podían realmente o no conocer. Y ten además en cuenta, que en este libro, si te fijas, todo el entramado esta sostenido por los datos de la inteligencia Chin, que es lo que ha permitido a estos sobrevivir antes de que apareciese por allí la CIG y que tambien es lo que ha permitido al de siempre trazar sus "sorpresas".
Aunque no debería de decir nada, con la Heredad o los Extraños aun quedan unas cuantas sorpresas que irán apareciendo en próximos libros, si es que consigo evitar liar mucho la madeja con lo que se viene encima...
Un saludo VGG.
Los irreductibles galos, continuamos esperando la continuación de la saga, gracias.
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