Confederación Imperial Galáctica
Fecha estelar - 5344
9º Cuadrante Militar del Imperio
Cruzando el sistema
Superacorazado Colossus
El Almirante Tagard se encontraba en la
sala de reunión del Superacorazado Colossus junto con su segundo al mando,
recostado en su asiento mientras las imágenes holograficas de los principales
mandos de su Flota estaban ante él. Todos ellos tenían los mismos gestos de
incredulidad tras haber estudiado minuciosamente los datos aportados por el
Almirante sobre su misión… El primero en hablar fue el Coronel Shelton, quien
ostentaba el mando del Crucero de Batalla Elemental del Tiempo…
-
Esto es una
auténtica locura… ¿a qué imbécil se le ha podido ocurrir semejante majadería?
-espetó, visiblemente enfadado, mientras varios asentían a la afirmación-.
-
Coronel… el
majadero que ha escrito este informe ha sido su Alteza Imperial, el Príncipe
Jhored… -luego de esto se hizo el silencio, quedándose todos mirándose unos a
otros-.
-
Dado que veo que
casi todos opinan igual… si alguno se quiere jugar su carrera a que su Alteza
esta vez está equivocado, adelante… que no se prive de ello… -replico Tagard
sonriendo-.
Todos se quedaron mirándose entre sí de
nuevo, nadie parecía querer decir nada después de lo dicho por el Almirante
Tagard. Todos los presentes en un momento u otro habían coincidido con al menos
un par de las peregrinas ideas de su Alteza Imperial, y aún estaba por ver que
alguna de ellas no se hubiese terminado cumpliendo, lo que ponía la situación
en una perspectiva, por decirlo suavemente, digamos que bastante complicada…
Con lo que habían podido leer, si esto hubiese venido de otra persona u otro
sitio, posiblemente Tagard se hubiese tenido que enfrentar a algo muy parecido
a un motín simplemente por sugerirlo, pero al venir de donde venia, la cosa
cambiaba mucho… Al final quien terminó rompiendo el incomodo silencio fue el
Vicealmirante Nur-shadd…
-
Almirante… supongo
que esto también será válido para el grupo de su Alteza, ¿no? -preguntó el
Vicealmirante-.
-
Obviamente sí, es
válido para ambas agrupaciones…
-
¿Me pregunto cómo
le habrá vendido esto su Alteza a la Almirante Tanya sin que se lo coma vivo?
-
¿De verdad cree
que Tanya sabe algo?... no me sea ingenuo… Si Selena o Tanya ven estos datos,
sacan a su Alteza del Represor a patadas… -se rio Tagard-.
-
Sinceramente… no
me gustaría ser su Alteza si tiene la mala suerte de que esto les sucede y hace
lo que aquí se expone… no querría estar presente… -se estremeció el
Vicealmirante-.
-
Pues me temo que
será lo que haga… y me temo que Tanya se va a ver enfrentada a los hecho
consumados… aunque coincido con usted, tampoco me gustaría estar delante cuando
eso ocurra… Bien señores, por favor… ¿opiniones sobre el procedimiento que
explica para "la situación"? -preguntó Tagard-.
-
Creo que es algo
viable en las circunstancias que apunta el informe… aunque si bien sí que
permitiría que el resto de la Flota redujese velocidad para distanciarse algo
del Colossus, si haría que mi Superacorazado simplemente "se
descolgase" en menor medida… -replicó el Vicealmirante-.
-
Entiendo… de ese
modo quedaría en una posición intermedia entre el Colossus y el resto de la
Flota… Pero no… si su Alteza tiene razón en esto… seria visto como una
debilidad, aunque es posible que uno de los Cruceros Pesados sí que pueda
ocupar esa posición… especialmente si duplicamos "la formación" con
el Heros Parca…
-
¿Ordenar toda la
flotilla por formaciones independientes? -preguntó el Vicealmirante pensativo-.
-
Aparentemente,
si… eso podría ser una buena solución para esa situación concreta… creo que
encajaría dentro de la mentalidad Karasasn -dijo el Almirante Tagard-.
-
Bien… esperemos
que esta vez su Alteza tampoco se equivoque, o el Colossus se va a poner en una
situación muy comprometida…
-
Yo también lo
espero así Vicealmirante… créame…
-
Bien Almirante,
¿y respecto a los otros dos problemas?
-
Con el primero debemos
de cubrir esos sistemas e impedir que nadie husmee y por supuesto, nosotros no
darnos por enterados de cualquier cosa que "accidentalmente" podamos
descubrir…
-
Vaya lio…
-replicó el Vicealmirante, haciendo un gesto de exasperación-.
-
Como cualquier
cosa que salga de la mente de su Alteza… y vayan acostumbrándose a eso si es
que recurre más veces a alguno de ustedes y piensan medrar en sus carreras… con
él, aunque lo parezca, nada es tan simple… -replico Tagard-.
-
¿Y con el segundo? -pregunto el
Vicealmirante-.
-
Ese punto es más
complicado, aunque la idea de las formaciones independientes nos puede venir
bien, nos daría una versatilidad bastante decente si tuviésemos que intervenir…
-
¿Un Crucero de
Batalla y uno de los Cruceros Ligeros? -pregunto el Vicealmirante-.
-
No, yo más bien
pensaba en uno de los Cruceros de Batalla con el apoyo de uno o dos Destructores
sería suficiente… si tenemos que intervenir tengan todos ustedes claro que no
va a ser para ir dando los buenos días amablemente… -replicó Tagard-.
-
¿Como se hará?
-
Según las ordenes
de su Alteza, las vías serán cubiertas por grupos formados por un Crucero
Ligero y cuatro o cinco Destructores dependiendo de la zona, cuando una nave
sea interceptada en dirección a las colmenas uno de los Destructores la
acompañara a la base de la flota más cercana para que espere allí si no quiere
regresar a su origen…
-
Pero eso podría
llegar a desarmar un grupo… -replicó uno de los presentes-.
-
No… se ha
establecido un sistema flexible, cuando un Destructor acompañe una nave a una
base, desde allí, otro Destructor o en su defecto un Crucero Ligero, se
dirigirá a ocupar el puesto vacío… y en último extremo, se obligará a esperar a
cualquier nave junto al Crucero Ligero y el último Destructor restante hasta
que llegue algún nuevo elemento que haga el acompañamiento… Según he podido
ver, nunca se quedará el grupo en fuerza por debajo de una dupla de Crucero
Ligero y Destructor -explicó Tagard-.
-
Alguno no dudara
en tratar de salirse de las vías e intentar escapar del control saltando de
sistema en sistema… hay estúpidos de todo tipo… -dijo uno de los presentes-.
-
En ese caso la
Base de la Flota más cercana despachara a dos Cruceros Ligeros para que se
hagan cargo del asunto… por las buenas o por las malas…
-
Pero eso podría
llegar a suceder lo suficientemente cerca de la Frontera como para que no
fuesen capaces de reaccionar a tiempo… -arguyo otro de los comandantes de
Crucero de Batalla presentes-.
-
Si alguien se trata de pasar de listo o
complica la situación, para eso estamos nosotros y el grupo del Represor
-replicó Tagard-.
-
Entonces si nos
avisan de que ocurre algo así, lo interceptamos, lo detenemos y esperamos a que
alguno de los Destructores o Cruceros Ligeros de los grupos de protección de
las vías comerciales se haga cargo… ¿no? -preguntó el Coronel Drusos del
Crucero de Batalla "Conquistador"-.
-
Su Alteza no
quiere problemas cerca de la frontera. Pero tampoco contención de nuestra
parte, de modo, que si solo acepta las órdenes a la primera esperen a que se
hagan cargo… pero si ven tienen que insistir, no se molesten en tratar de
perseguir a nadie… vuélenlo en pedazos… -indicó Tagard-.
-
Pero…
-
Sin peros, no
podemos estar distrayendo efectivos alegremente… la situación es muy seria, y estas
órdenes vienen directamente de su Alteza… de modo que si alguien no hace caso a
la primera… usen la artillería principal de sus naves a plena potencia… Pero
tengan claro que nadie bajo ninguna circunstancia debe de llegar a los sistemas
limítrofes -explicó Tagard con voz dura-.
-
Entendido…
-replicó el Coronel Drusos-.
-
De todos modos,
habrá que ir viéndolo según vayan sucediendo las cosas… la situación es muy
compleja como para poder presuponer ya opciones… vayamos paso a paso… -dijo el
Vicealmirante Nur-Shadd-.
-
Así es… como
usted dice… poco a poco… Señores… ¿Alguna pregunta más? -el Almirante Tagard
miro a todos uno por uno, pero nadie hizo comentario ninguno-.
-
Bien… pues
entonces eso es todo… en un par de horas les transmitiré al menos tres o cuatro
"formaciones independientes" para su conocimiento y que serán las
encargadas de operar en caso de problemas del tipo de los expuestos antes…
Tagard fuera…
Si de algo estaba seguro Tagard, es que
habría algún idiota que trataría de hacer caso omiso de que la frontera estaba
completamente cerrada e intentaría llegar a las estaciones de las Colmenas para
"hacer negocios", eso era algo casi inevitable, siempre había quien
se creía más listo que nadie. Según los informes de su Alteza, Las Colmenas
Karasasn habían cerrado todas sus fronteras, y los avisos habían sido de lo más
claro, cualquiera que osase adentrarse en su territorio seria destruido. Si de
algo estaba seguro Tagard, al igual que su Alteza, es que los Karasasn no
sabían bromear, si alguien cruzaba a su territorio lo cazarían y destruirían
sin piedad. Incluso antes de que su Alteza lograse llegar al acuerdo con las
tres colmenas adyacentes a la Confederación Imperial, siempre había quien se
creía más listo que nadie, y con las Colmenas por regla general la cosa siempre
terminaba muy mal…
La parte buena en esos tiempos, es que no
había consecuencias diplomáticas pues eso era algo inexistente con los Karasasn.
De hecho, que se conociese, el único vecino de las Colmenas que tenía algún
tipo de relación con ellas más allá del pequeño comercio fronterizo, era la
Confederación Imperial. De modo que resultaba obvio que las ordenes de su
Alteza era tajantes al respecto, básicamente decían que nadie debía de ser
capaz de poner en riesgo esto y que el evitarlo era la primera prioridad de su
grupo y el de Tagard, incluyendo el uso de fuerza letal en caso necesario. Y en
sus órdenes, "el caso necesario" era muy específico, cualquiera que
tratase de violar el sello absoluto de la frontera debía de ser destruido antes
de que llegase siquiera ha acercarse al último sistema…
Lo
que Tagard no sabía en esos instantes, era que pronto iba a poder refrendar
esas mismas palabras con hechos. Solo un par de días más tarde, cuando estaba
durmiendo fue despertado por el oficial al mando en el puente del Colossus
debido a una transmisión entrante del comando de protección de las rutas
comerciales de ese sector. Según parecía un grupo de ocho naves de carga habían
"desaparecido" en dirección a la zona designada para el Grupo de
combate de Tagard hacía apenas unas pocas horas. Debido al "tamaño" a
cubrir por ambos grupos, podría parecer que era un espacio excesivo, pero
debido al sistema general de defensa fronterizo establecido por la
confederación, realmente existían pocos lugares que necesitasen de la presencia
activa de naves de guerra. Principalmente, estos se encontraban casi todos en
las zonas aledañas a la imaginaria separación entre los diferentes distritos
militares, donde el Alto estado mayor directamente ordenaba a uno u otro
distrito la actuación mediante un grupo de combate
"interdepartamental" con el fin de que unos por otros, no dejasen una
potencial situación peligrosa desatendida.
En este caso, lo ocurrido era una de esas
sutilezas que pasaba desapercibida al común de los mortales mientras que no se
hiciese algo que fuese "anormal". Antes de la implantación del
sistema de Hipervias comerciales, por lo general una nave carguera solo podía
ir saltando de uno a tres sistemas de distancia como mucho, y eso dependiendo
siempre de sus equipos abordo. Tras la implantación por Jhored del sistema a un
costo realmente tan astronómico que asusto a todo el mundo, esos mismos
cargueros, pero esta vez exclusivamente dependiendo de las circunstancias del
sistema, podían hacer saltos seguros de entre dieciocho a veintitrés sistemas por
regla general. Las grandes estaciones de control de rutas estratégicamente
colocadas, daban a las distintas naves tres datos vitales para estas, posición
de salto de inicio, ruta precisa al siguiente destino, y punto exacto de salida
en el sistema final.
Antes una nave tenía que dirigirse al
exterior de un sistema para poder saltar al siguiente, ahora simplemente
esperaba a que la estación de control de ruta les indicase un punto
"x" dentro del sistema donde hacer el salto seguro, la ruta, y el
punto cercano a destino donde reaparecer. Obviamente, en rutas largas este
proceso se realizaba varias veces. Si bien todo esto costo una fortuna, el
comercio y los ingresos por impuestos debido a esto aumento en casi un 300% a
nivel interno, y de procedencia exterior en casi un 190% puesto que muchas
naves comerciales, preferían avanzar dentro de las rutas comerciales de la
confederación antes que por el interior de su propia "nación". En
esto también influyo el dato de que gracias a este sistema la piratería fue radicalmente
destruida ante la constante presencia de grupos de naves de guerra patrullando
las hipervias. Explico esto, porque obviamente, cuando una nave hace un salto
por una hipervía se dan dos circunstancias, una que el sistema de control de
origen sabe perfectamente de donde sale, ruta que sigue y a donde llega,
tiempos estimados incluidos, pero por supuesto, eso también ocurre con el
centro de control de destino.
Obviamente, cuando el grupo de naves de
carga partió, el centro de origen del salto paso el control del grupo al centro
de destino, quien pasado un tiempo prudencial, al no llegar, inicio el
protocolo de seguimiento establecido para estos casos. Contra lo que cualquiera
podría llegar a pensar o creer, lo cierto es que si bien no se controlaba lo
que hacían o no las naves cuando partían, si que los sistemas de los centros de
control recogían y guardaban durante bastante tiempo todos los datos, a través
de los cuales, se podía establecer la verdadera dirección del salto de
cualquier nave que hubiese salido de allí. En este caso, se determinó al
estudiar los registros, que el grupo de naves no había realizado el salto
solicitado, sino que se habían dirigido en otra dirección diferente. Debido a
su salida del sistema de hipervias, y de acuerdo a todos los datos establecidos
sobre dichas naves, se podía hacer una estimación de la zona de desplazamiento
por donde se podrían estar moviendo en esos instantes. Una vez hecho eso, se
pasaban todos los datos referidos a dichas naves a las patrullas de la zona
afectada, en este caso, al grupo del Almirante Tagard.
En este caso, el problema venia por
quienes eran ese grupo de naves de carga, o más bien, a quien pertenecían. El
grupo completo era propiedad de Gomor Karuc, un importantísimo comerciante
Arcturiano con estrechos vínculos en las altas esferas de su mundo y abundantes
contactos en muchos puntos de la propia Confederación Imperial. El sujeto en
cuestión, según todos los datos que recibió el Almirante Tagard, era
extremadamente querido por las autoridades a lo largo y ancho de toda la
Confederación Imperial, el único motivo por el que aún no había sido detenido y
procesado por un sinfín de presuntos delitos, es porque nadie había sido capaz
de encontrar pruebas en su contra. Una constante en el Sr. Gomor, era el auténtico
ejército de abogados que siempre le acompañaban, y que hacían que el tratar de
buscar algo en su contra por nimio que fuese se convirtiese en una auténtica
pesadilla para los funcionarios, los cuales solían terminar encausados por
cualquier leve falta que cometiesen en el cumplimiento de sus funciones. Esto
obviamente, constituía un problema muy serio para las autoridades, que debían
de andarse con pies de plomo ante cualquier acción en su contra.
Con esto en mente, para todo el mundo
presente en la Flotilla, Tagard tenía un importantísimo problema entre manos,
uno de esos que nadie en su sano juicio querría. Sin embargo, Tagard no pudo
por menos que sonreírse para sí mismo, porque en realidad, el problema no era
enfrentarse al Sr. Gomor por cumplir sus órdenes, el verdadero asunto, seria
aguantar a su Alteza, si por esto optaba por "flexibilizarlas".
Tagard sabía que tendría muchísimos más dolores de cabeza por contemporizar con
el Sr. Gomor si la cosa se ponía turbia, que por volarle en pedazos junto con
su nave… Los abogados del Sr. Gomor daban muchísimo menos miedo que su Alteza
cabreado, era como comparar gatitos con un *Tigre mutado de Primus Argos…
La verdad, es que la cosa no tuvo mucha
historia, junto con todos los datos disponibles, el Centro del Control de
Hipervias le facilitó a Tagard una estimación de la zona probable en que el
grupo se estuviese moviendo en esos instantes. El Almirante solo tuvo que
destacar un total de tres parejas de Destructores para dar con las naves
desaparecidas en menos de tres horas. Una vez que los Destructores las
encontraron, se limitaron a transmitir su posición y esperar al resto de la
flota tal y como se les ordenó. Según los informes, al Sr. Gomor le gustaba
llevar siempre una de sus naves fuertemente artillada en previsión de posibles
visitas indeseadas, algo que cuando se trataba con en este caso de Convoyes de
Cargueros estaba permitido. En otras circunstancias diferentes de las actuales
con las Colmenas, Tagard habría dado orden de intervenir a los dos
Destructores, y si a alguien en ese grupo de naves se le ocurriese la tontería
de dispararles, automáticamente firmarían la sentencia de muerte de todos
ellos. Pero eso en estos momentos era algo que no se podía permitir.
En sus órdenes su Alteza había sido muy
claro, pese a todo, no quería problemas en la frontera, de ningún tipo.
Obviamente, Tagard conocía a su Alteza y sabía que este se refería a
"inevitables", en la presente situación, el Príncipe Jhored prefería
que nadie tuviese que terminar disparando contra nadie si se podía evitar. Por
el contrario, si de verdad tuviese que llegar a usar la fuerza, debería de
hacerlo con la máxima contundencia de sus naves…
Y la verdad, es que en este caso eso era
fácil de solucionar el evitar problemas, quizá contra dos Destructores alguien
se pudiese poner un poco tonto y hacer alguna estupidez, pero contra un grupo
en el que formaban dos Superacorazados y ocho Cruceros de Batalla… tonterías
las justitas… por la cuenta que les traía. Además, el decreto de cierre del
sellado completo de la Frontera había sido establecido directamente por orden
de su Alteza Imperial el Príncipe Jhored, y a estas alturas, en toda la
Confederación Imperial, era tan público, como notorio, como se las solía
gastar, por lo que desobedecer de forma consciente una orden expresa suya delante
de un grupo fuertemente armado de la Flota, no era lo más inteligente que se
podía hacer.
Realmente, se podría decir que, en esta
ocasión, Tagard tuvo mala suerte, porque uno de los pocos imbéciles problemáticos
que te podías encontrar, le tocó precisamente a él en la persona del Arcturano,
Sr. Gomor Karuc. Si alguien se está preguntando por el problema que tuvo su
Alteza junto con Kilara en Arcturus cuando tres estúpidas trataron de
secuestrar a Jhored, y las consecuencias de aquello para su planeta, con la
supresión directa de varias de sus más que curiosas leyes, que se olvide. Todo
el incidente fue rápidamente tapado por el gobierno Arcturano, al cual le podía
haber costado algo más que el cargo entre sus conciudadanos de saberse "la
historia" real tras la polvareda que desato el paquete de prohibiciones
que implantaron por "sugerencia" de su Alteza.
Digamos que el hacer algo semejante
contra su Alteza, aparte de ser una completa majadería, hasta el más idiota
sabía que directamente podría implicar atraer una excesiva atención del SISI
con todo el cariño que estos eran capaces de desplegar enfadados, y que tan
"públicamente" habían ya demostrado más de una vez. Con lo
"peculiares" que eran los comerciantes Arcturianos en sus negocios y
lo divertido que sería para ellos el tener al SISI mirando por encima de sus
hombros, la cabeza en una pica, literalmente hablando, de todos y cada uno de
los miembros de su gobierno, hubiese sido lo mínimo que podían haber exigido
por el desaguisado. Por eso posiblemente, el Sr. Gomor no tenía ni idea de todo
esto, que, tras la experiencia, el Gobierno de Arcturus no quería ni el más
mínimo roce con su Alteza o cualquier cosa relacionada con él, y seguía siendo
tan estúpido como de costumbre.
En cuanto la flota entro en el sistema,
el Almirante Tagard en persona se puso en contacto que la nave al mando, la
"Insedid Arcturus", ordenando que todo el convoy detuviese sus
motores a la espera de una escolta que los acompañaría a la Base de la Flota más
cercana. Obviare decir que nadie se paró, y que rápidamente, el Sr. Gomor
sustituyo en la imagen tridimensional frente al Almirante Tagard al Capitán de
la "Insedid Arcturus". La conversación resulto un poco tensa,
especialmente cuando Tagard repitió su orden, el Sr. Gomor se negó a acatarla y
lo remató con la pregunta del millón…
-
¿Usted sabe con
quién está hablando?...
-
Ni lo sé, ni me
importa en lo más mínimo… tres minutos para que detengan el convoy… ni uno más…
-replicó Tagard-.
-
Le advierto que
mis abogados… -fue interrumpido por Tagard-.
-
Sus abogados aun
me importan menos que usted… -replico con tono duro-.
-
Oiga… que se ha
crei… -nuevamente fue interrumpido por Tagard-.
-
A la Flota… listos
para intervenir a mi orden… -señaló al puesto de comunicaciones-. Abra cuenta
atrás para todos de tres minutos a mi señal… cuando llegue a cero, que las
naves pesadas disparen con las baterías principales sobre quien continue en
marcha, y después hagan lo mismo sobre la "Insedid Arturus"…
-
No puede hac…
-nuevamente fue interrumpido-.
-
Ya basta de
estupideces…, comunicaciones… silencie a este imbécil e inicie un cuenta
regresiva visible para todos… incluyendo todas las naves del Convoy -señaló al
puesto del oficial de comunicaciones-.
Después
de la orden, en los puentes de mando del Superacorazado Heros Parca, de cada
uno de los Cruceros de Batalla y de todas las naves del Convoy apareció un
cronometro holográfico en cuenta regresiva de tres minutos. Llevaba el conteo
un minuto y medio con el idiota del Sr. Gomor a grito pelado contra el
Almirante Tagard pese a estar silenciado, mientras que todas las naves del
Convoy menos la suya, se iban deteniendo al ver como los Cruceros de Batalla,
el Superacorazado Heros Parca y el propio Colossus cargaban las baterías
principales, fijaban blancos y tomaban posiciones de disparo. En ese momento
desde el puesto de sensores informaron al Almirante de la entrada en el sistema
cerca de ellos de un Grupo de naves de la Confederación, que Tagard tomó por
las naves que esperaban para hacerse cargo del convoy.
Justo cuando el oficial de Sensores fue a
advertir al Almirante de quienes eran los que llegaban, un potente disparo, que
Tagard estimo que por su potencia que al menos procedía de un Acorazado, reventó
por completo la zona de motores del "Insedid Arcturus", dejando la
nave a la deriva... El Almirante Tagard con gesto de evidente sorpresa se fijó
de inmediato en lo que reflejaba el puesto de sensores y el rostro descompuesto
de su oficial. Vio que el grupo que acababa de llegar era el del
"Represor", y por el disparo que de forma muy evidente sus baterías
principales acababan de realizar sin advertencia previa, y menos de veinte
segundos después de entrar al sistema, dedujo que alguien no debía de estar de
muy buen humor a bordo de la nave insignia de su Alteza Imperial… Apenas quince
segundos después de todo esto, a la imagen holográfica del idiota se les
unieron las del Vicealmirante Nur-Shadd, una hipercabreadisima Almirante Tanya y
junto a ella, Selena, que, por su expresión, parecía apunto de morder a
alguien…
Tanya ordenó a Tagard que uniese su grupo
al del Represor y estuvieran listos para partir en cinco minutos. Luego dio
instrucciones al Vicealmirante Nur-Shadd, para que el Heros Parca junto con dos
Destructores escoltaran al convoy a la base de la Flota más cercana para
posteriormente reintegrarse en su puesto en el sistema Capital. Nada más
terminar de hablar Tanya, Selena la sustituyó para informar al Vicealmirante,
que debía ocuparse de detener al idiota que estaba en esos instantes en la
comunicación, el tal Gomor Karuc, para entregárselo al llegar a Capital a los
agentes que el alto mando del SISI, la tan temida Guadaña, enviaría para
interrogarlo… Añadió también que si oponía la más mínima resistencia a su
detención o causaba problemas durante el viaje, directamente y por orden suya,
los marines lo arrojasen fuera de la nave por una esclusa. Mientras que el Sr.
Gomor, asistía a este cruce de ordenes pálido como un muerto, pues que un
agente del SISI de uniforme de semejante orden es para temer que se cumpla al
pie de la letra. Tras esto, el Arcturano fue expulsado de la conversación por
la propia Tanya…
Aunque Tagard y el Vicealmirante
Nur-Shadd ya presuponían que había ocurrido para que las dos estuviesen así, pues
resultaba obvio que el encuentro con los Karasasn ya debía de haber ocurrido, ninguno
de los dos se atrevió a decir nada o preguntar al respecto. Cinco minutos
después, la Flota partía del sistema dejando allí únicamente al convoy, a la
"Insedid Arcturus" a la deriva con media popa destrozada, y al
Superacorazado Heros Parca junto con dos Destructores, con órdenes expresas de Tanya
de acabar con todo el convoy si daban el más mínimo problema.
CONTINUARA
*Tigre Mutado – Originarios del Planeta
Primus Argos, fueron llamados así por los primeros colonos dado su enorme
parecido con sus homónimos Terrestres, aunque eran como dos veces su tamaño y
triplicaban su fuerza o ferocidad.
Que cabrito, engordas el cerdo con "la situación" y acabas con que "el encuentro" ya se ha producido. Todos pensando en ponernos las botas de tocino, embutido, etc y resulta que del pobre cerdo no queda ni el nombre. Por lo "contentas" que llegan Selena y Tania el banquete fue "mayúsculo"; y Jhored sin aparecer, deben tenerlo haciendo la siesta en algún calabozo.
ResponderEliminarPara el próximo capitulo vas a tener que explicar muchas cosas; aparte de la matanza del cerdo, seguimos esperando ver a la Estrella Oscura lanzar "sin querer" los torpedos Karasasn, el conflicto con los Shilrrurs, etc.
Un saludo,
VGG
Nos dejas con la miel en la cuchara
ResponderEliminarQuien seran los incautos que se carguen con la mala leche que se intuye en el represor
Se estara dando una vuelta en una nave de la colmena?
ResponderEliminarCapitulo 5, capitulo 5
ResponderEliminarF5 f5 f5 f5 f5 f5 f5