Confederación Imperial Galáctica
Libro - 8
Hiperbórea
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Tras la corta
conversación mantenida con su Alteza Imperial, el Príncipe Jhored, el Almirante
Stratos se recostó sobre su asiento, cruzando los brazos bajo su pecho y
alzando su mirada hacia el techo. Recordaba perfectamente su reacción cuando cuatro
años antes el Príncipe le presentó el Plan Orión Omicrom Verde con sus
diferentes alternativas, lo único que le faltó llamarle para tratar de
disuadirle del costo que esa majadería podía suponer, fue idiota. Ahora veía
como una vez más, con el Príncipe Jhored se veía forzado a tragarse sus propias
palabras, cada vez comprendía menos como aun podía existir alguien que tratase
de jugársela con la astucia. El Príncipe Zordak si no frenaba en seco con sus
intenciones, iba directo a cavarse su propia tumba en el Planeta Hiperbórea,
una tumba construida a su medida cuatro años antes. Tras incorporarse,
inmediatamente se puso en contacto con el General Xartgie en el Centro
Principal de mando de la 110ª División, la DECH (División Especial de Cazadores
de Hiperbórea), y al que únicamente tuvo que transmitir el mismo código que le
fue enviado a él por el Príncipe, para que en el planeta todo el mundo se
empezase a poner en marcha de inmediato. Tras esto, lo siguiente fue llamar a
su despacho al Vicealmirante Tagard.
El Almirante
estudio con calma las especiales características del Sector Hiperbóreo, en el
que iba a tener que actuar. Su principal problema es que debido a la
particularidad de que el Sistema Hiperbórea fuese excesivamente pequeño y el
centro físico de los otros diecisiete sistemas estelares que formaban el
sector, era que toda nave en tránsito por el Interespacio por cualquier parte
de esa zona, terminaba inexorablemente expulsada al espacio normal dentro del
sistema central, Hiperbórea. Cualquier nave o Flota que tratase de forzar el
paso debería hacerlo en el espacio normal, dentro del sistema, y por su tamaño,
relativamente cerca de un planeta habitado, con tres lunas fuertemente armadas
y unos escudos planetarios de primer orden con alcance suficiente además como
para poder cubrir bajo su protección su tres baluartes defensivos. El Planeta junto
con sus lunas, era capaz de resistir un bombardeo orbital durante más tiempo
del que algunos se pudiesen llegar a creer como posible gracias a sus
especiales características internas. Las mismas que además lo convertían en la
trampa perfecta para cualquier invasor...
Hiperbórea tenía
una gravedad de 1.05g sobre el estándar, un diámetro de 20.158km, cuya
superficie está cubierta en un 55% por agua. La tierra se encuentra
exclusivamente en su cinturón ecuatorial, conformada por dos grandes
continentes y tres grandes archipiélagos de Islas que los separan entre si, dos
por un extremo y el que conforma su capital, en el otro. La Temperatura media
del planeta en toda su superficie es de unos 18º, gracias a su centro magmático
hipercaliente que hace que el agua de sus océanos sea templada. Este mismo
núcleo es el que alimenta gracias a su energía calórica/magnética los dos
grandes generadores de escudos con que cuenta el planeta, y que están situados
en la zona central de ambos continentes bajo sendas cordilleras de rocas
ultraduras, enterrados ambos a más de 30km de profundidad y protegido cada uno
por una brigada completa de la DECH compuesta exclusivamente por T.lal,
expertos en la lucha en cavernas y túneles, a los que la superficie no es que
les entusiasmase precisamente. Mientras que el Regimiento ceremonial defiende
el edificio Principal de Control del Escudo Planetario y las Defensas Lunares
situado en una pequeña isla fortificada en un extremo del Archipiélago Capital,
y precisamente donde residía la trampa de su Alteza.
La Tercera
Brigada destinada en Hiperbórea, y también compuesta exclusivamente de T’lal estaba
acantonada en uno de los otros dos archipiélagos, en la Isla de Q’thalal bajo el
extinto gran Volcán Q’utal. Lugar con de se protege la base secundaria de
gobierno del Escudo y las defensas planetarias. Es un sistema ingenioso de
verdad, en caso de alerta de seguridad máxima, los miembros del Regimiento
ceremonial de la DECH encargado de la protección del centro principal de
control, devolverá este a los dos generadores de escudo, que a su vez,
reensamblaran sus sistemas para que pasen a ser controlados desde la más
protegida bajo tierra, segunda base de control. Una vez cerrado este circuito,
para romperlo tendrían que tomar la base de control intacta, si es que supiesen
donde esta exactamente. Tan solo el 5% del territorio terrestre está habitado,
el resto está cubierto por una espesa y muy densa Jungla o enormes bosques en
sus zonas más al norte o sur de ambos continentes. Si bien desde las Lunas no
se puede disparar contra el Planeta pues la artillería planetaria apunta hacia
el espacio, sí que son un magnifico punto de observación para el control de
aeronaves y bombardeos artilleros a ras de suelo. Cualquier fuerza que trate de
tomar el Centro de Control de Defensa y fallase en su intento, en cuestión de
minutos se vería encerrada dentro de una enorme jaula planetaria, en una posición
muy vulnerable y cuya mejor baza seria escapar a las profundas junglas o
bosques, los cuales son el coto preferido de “caza” para la DECH. Sin embargo
para Hiperborea, su principal vulnerabilidad es que incluso las bases de Caza y
bombarderos estelares de las Lunas dependían completamente de que el centro de
control estuviese operativo, sin este todo el tinglado ofensivo y defensivo del
Planeta, se venía abajo en el acto. Y qué decir del destino que sufrirían las
fuerzas que hubiese en camino en ese momento para poder completar con garantías
la toma de Hiperbórea en caso de que el centro de mando fuese aun operativo,
cuando se alzase nuevamente el escudo impidiéndoles tomar tierra, y si todo
funcionaba como esperaba su Alteza, dejando sus avanzadillas casi inermes
dentro de una jaula. Mientras, sus naves con los tan necesarios refuerzos quedarían
al alcance de la reforzada Flotilla del “Represor” con el apoyo de las baterías
de defensa planetaria situadas en las lunas, una situación ciertamente
desagradable para cualquiera…
El Almirante sonrió,
ya que su Alteza Imperial no solo pensaba barrer un buen número de fuerzas del
Príncipe Zordak, si no también colocar de un plumazo a La Tarharsa, una de las
divisiones mejor preparadas y más temidas del universo conocido en una
situación poco menos que de indefensión antes de eliminarla por completo del
tablero. No solo se iban a enfrentar a una unidad de combate de primer orden que
les iba a duplicar en número de efectivos y con un entrenamiento igual de
riguroso que el suyo, sino que además de no estar en el mejor habitad para la
lucha, para sus enemigos los E’lal de la DECH, luchar allí era casi como jugar
en el patio trasero de su casa, para quienes los bosques y las junglas
trabajarían a su favor. Para complicárselo aún más, si las fuerzas de la
Tarharsa tratasen de salir a terreno montañoso con intenciones de protegerse,
deberían de tener también cuidado con cada agujero que se abriese bajo sus
pies, pues de allí podrían salir a cientos los soldados T’lal de la defensa
Planetaria. En Hiperborea los E’lal se desplazan entre sus ciudades por tierra,
mar o por Aire, mientras que los T’lal lo hacen exclusivamente bajo tierra o
bajo el mar… y quien quiera sojuzgar Hiperbórea tendrá que mantener bajo su
bota a ambas razas, algo en lo que según entendía Stratos, muy poquita gente se
detenía a pensar. Los T’lal podían trasferir rápidamente gran cantidad de
tropas de un sitio a otro usando sus redes de túneles de comunicación sin ser
detectados.
Cuando el
Vicealmirante Tagard llegó, el Almirante Stratos le invito a sentarse y ponerse
cómodo. Pero antes de hacerle partícipe del encargo que les había hecho su
Alteza Imperial…
·
¿Cómo va el B-52?
–indago el Almirante Stratos.
·
Bufff… mal, vamos
a necesitar más tiempo, en las últimas pruebas hemos reventado doce de las
dieciséis bobinas estabilizadoras inerciales del sistema de impulsión. Según
los ingenieros el responsable fue un desvío de calibración de una
milmicronesima entre la sexta y séptima bobina. Si la aceleración hubiese sido
progresiva no hubiese existido el menor problema, pero al concentrar toda la
potencia para que el Crucero salga disparado a máxima velocidad casi en el
acto… bueno, no admite fallos…
·
Hablé con su
Alteza Imperial, hemos conseguido tres meses más de tiempo…
·
Me alegro, porque
esa nave es una auténtica m…, no sé cómo todos están tan entusiasmados con
ella. Entiendo que el Príncipe decidiese guardar todos los proyectos secretos
que fracasaron y a los que podía verles una utilidad, aunque fuese remota… Pero
sinceramente Almirante, este Crucero Ligero es una pesadilla…
·
Una pesadilla que
tiene que funcionar si queremos conseguir nuestra misión, todo lo demás está
preparado, tenemos la información precisa, pero tan solo el Crucero B-52 es
capaz de proporcionarnos la velocidad que vamos a necesitar en la segunda parte
del plan.
·
Lo entiendo, se
han invertido muchísimos recursos en este plan, los nuevos laboratorios en el
extremo de la base, el traslado de toda la tripulación de la Fragata XR-88
junto con sus familias a Belal IV, el lanzamiento de tantos satélites de
exploración y detección avanzada, los satélites especiales que mandó la
Estrella Oscura a través del agujero de gusano de la “raza Extraña”, la puesta
a punto del B-52… -el vicealmirante meneo la cabeza.
·
Si, y todo este
entramado depende de que el B-52 funcione a la perfección. O más bien, de que
sean capaces de encontrar un modo de que las bobinas de inercia aguanten durante
el paso brusco de parada a aceleración máxima… o su tripulación estará muerta
en cero coma un segundos.
·
Si, ya, al menos
los sistemas de comunicaciones y
sensores funcionan perfectamente. Bueno Almirante, nos ha conseguido un margen
de tres meses más… y eso es algo que por aquí todo el mundo apreciara…
·
Bueno, digamos
que más que conseguirlo yo, lo ha hecho la Liga de Mundos Libres por nosotros.
Tenemos una nueva misión, todo lo demás de momento queda aparcado, y me refiero
exclusivamente a cualquier orden relativa a nuestros respectivos mandos… Te
estoy transmitiendo tus nuevas órdenes, tendrás que poner tus Cruceros de
Batalla en orden en un plazo mínimo de doce horas…
·
Ya están listos…
-contestó el Vicealmirante mientras leía atentamente sus instrucciones-. Está
bien, pondré en movimiento mis Cruceros, en un par de horas los tendré
desplegados y controlando todo el sistema, no se moverá una partícula de polvo
estelar sin que nosotros nos enteremos. También ordenare que todas las escoltas
vayan siendo lanzadas según sean operativas excepto las Fragatas, que esperaran
a partir junto con los Transportes.
·
¿Qué opinas del
plan, alguna idea?
·
No, y opino que
no me gustaría estar en el pellejo de quien vaya a meterse en esta trampa.
Porque esto es una muy refinada trampa, y si no me equivoco mucho, huele por
todos lados a su Alteza Imperial. ¿Cuánto tiempo?
·
¿Lleva montada?
–el Vicealmirante asintió-. Cuatro años. Se preparó con extrema minuciosidad
hace cuatro años, y confieso que pensé que era una majadería. Pero… nuevamente
me he tenido que comer mis palabras…
·
Si, tratándose
del Príncipe Jhored es lo que suele pasar, tiene una alarmante y desagradable
tendencia a tener razón que no es normal… Bueno Almirante, me pondré en marcha
de inmediato, quiero poner al día a mis oficiales y ver como lo hacemos…
Cuando el
Vicealmirante Tagard salió del despacho, Stratos no pudo por menos que sonreír,
ya que esta nueva misión ayudaría a relajar un poco los ánimos en la base y
entre los hombres. El otro asunto, el llamado “Plan de Adquisición y
advertencia” o “PAA” tenía a todo el mundo nervioso por los problemas surgidos
con el Crucero Experimental tipo B-52 y que ponía en peligro buena parte de la
operación. Stratos confiaba en que el tiempo adicional, más el que todo el que
en esos momentos no tenía nada que hacer se tuviese que centrar en la misión en
Hiperbórea mejorase toda la situación general. Por su parte el Almirante
convoco a la tripulación de la UEP Estrella Oscura en la nave para comenzar a
rearmarla para la nueva misión, ya que había sido despojada de sus misiles de
Antimateria, que ahora deberían de retornar a sus respectivos Silos en lo más
profundo de la Blindada panza de la Fragata. Diez minutos después de que el
Almirante se dirigiese hacia su nave, la Base-Deposito de Mar-Shagan entro en
modo de Alerta Total, lo que significaba tan solo un nivel más abajo del estado
de Pre-Guerra.
Los cuatro
Cruceros de Batalla del Vicealmirante Tagard se desplegaron en formación de
diamante, con sus sensores en máximo alcance, a una distancia de poco más de un
millón y medio de kilómetros de Shagan, la Gran Luna de Belal IV, orbitando la
cual se encontraba la Enorme Base Deposito. Apenas dos horas después de tomar
posiciones, los hipersensibles sensores de los Cruceros de Batalla pudieron
detectar la partida a toda velocidad de un total de dieciséis Torpederas
completamente armadas con dirección a sus destinos de espera en las
proximidades del Sector Hiperbóreo… A la vez, comenzaron los movimientos de las
lanzaderas y cualquier nave capaz de tomar tierra realizando el transporte de
tropas y su material entre el Planeta y la Base-Deposito. Tagard era consciente
de que en las siguientes 18h, 35.000 Soldados con toda su impedimenta,
armamento, medios aéreos propios, suministros, etc… tendrían que ser
transportados a las enormes bodegas de los gigantescos transportes que habían
sido sacados de la Reserva y puestos rápidamente en servicio para esta
operación. Si en un principio Tagard pensó que la escolta era imponente, pronto
voló la alegría, justo lo que tardo en conocer que escoltarían a 29 de esas
gigantescas moles, ante las que incluso un Acorazado en algunas ocasiones podía
parecer un juguete… Según sus cálculos, con tan solo diez, doce doblando sus
suministros, de esas naves se podía trasladar perfectamente a la división al
completo, pero según el Almirante Stratos, la falta de tiempo había provocado
que se asignase casi el triple de naves de las estrictamente necesarias con el
fin de acelerar tanto el embarque como luego el desembarco en destino
aumentando el número de lanzaderas operativas en cada una de ellas, sin contar
un numero realmente anormal de medios de artillería para las milicias
defensivas del Planeta. Todo tipo de piezas habían sido puestas en orden para
su traslado desde la parte de medios terrestres de la base depósito de
Mar-Shagan situada sobre la superficie de la Luna... o más bien, en sus
entrañas, en enormes cavernas construidas para permanecer fuera del alcance de
ojos indiscretos.
Justo treinta y cuatro
horas después del inicio de la cadena de ordenes procedente de su Alteza
Imperial, la Flota de Transporte del Vicealmirante Tagard se ponía en marcha.
Tan solo una hora después del salto al Interespacio de la Flota, la UEP
Estrella Oscura abandonaba también a su vez el Sistema Estelar Belal con rumbo
a su posición fijada dentro del Sector Hiperbóreo. Por su parte, del mismo modo
el Grupo reforzado del Represor también se había puesto en marcha en dirección
hacia su posición prevista en las operaciones. También por fin el Alto Estado
Mayor Conjunto había decidido como continuar el despliegue inicial de fuerzas,
estimando conveniente que la Flota de Defensa del 6º Cuadrante se desplegase
por completo sobre las principales rutas comerciales, con especial incidencia
en las arterias que se adentraban en territorio de la Liga de Mundos Libres.
Establecieron los grupos de control en un mínimo de diez naves de Guerra con
una fuerza mínima por grupo de al menos Dos Cruceros Pesados, lo que hacía que
cualquier aspiración a sacar partido de la situación saqueando naves, resultase
aún más peligroso de la habitual. El Nivel de Alerta establecido por el Alto
Mando en el 6º Cuadrante Militar, significaba que las naves de la Flota, a la
menor complicación, prácticamente dispararían primero y preguntarían después.
En el Resto de Distritos se aumentó la alerta en dos niveles, lo que significo
duplicar las patrullas militares en todas las rutas comerciales.
El Vicealmirante
Tagard se encontraba en el puente de mando del Crucero de Batalla “Elemental
del Viento” cuando dio la orden de salto para toda su flotilla. Conocía de
punta a punta el plan tejido por su Alteza Imperial unos pocos años antes,
ahora una vez puesto en marcha solo quedaba esperar, porque lo problemático del
asunto, es que la opción elegida, la Roja, en su opinión era con mucho la más
“aleatoria” de todas. Si todo salía como se esperaba, serian cuatro días de
Interespacio hasta llegar al Sistema Hiperbórea, un día más para situar la
Flota en Órbita y comenzar la descarga, tanto de tropas como de material
bélico, otro día para terminar y luego ponerse de nuevo en marcha, las escoltas
al punto de reunión con su Alteza Imperial, y los Transportes de regreso a
Mar-Shagan. A todo esto, y según la planificación original, aun se le podía
añadir al plan un día más de margen. Pero transcurridos estos nueve días, al
décimo, ocurriría lo que fuese que la Liga tuviese organizado hacer, o más
bien, como pensaba su Alteza, lo que el Príncipe Zoltek hubiese planeado para
Hiperbórea y todo su sector.
A Tagard el sistema Hiperbóreo le recordaba a una Gran Flor, una zona
central donde estaba prácticamente concentrado todas sus formas de vida,
rodeándole en forma de pétalos se encontraban los restantes sistemas del
Sector, todos rotando sobre Hiperbórea. Y lo que lo convertía en algo realmente
especial, que cualquier nave que quisiese entrar o salir del Interespacio,
debido a las durísimas condiciones de algo llamado intergravedad, y que según parecía estaba
formada por la conjunción de los diferentes sistemas estelares del sector,
hacía que al igual que una flor, cualquier cosa, las mercancías, el comercio,
la sabia de cualquier Flor, llegase a través del tallo. Del mismo modo, en el
Sector, todo salía o terminaba en el Sistema Estelar Hiperbórea, en la zona
central del Sector, desde donde únicamente se podía acceder mediante los saltos
intersistema a los demás sistemas que lo conformaban. Por ello al Sector
Hiperbóreo a nivel militar se le conocía como “El Embudo”. Estaba pensando
en todo esto, cuando el Coronel Trayev, capitán al mando del Elemental del
Viento le interrumpio con un carraspeo. Tagard se volvió de inmediato, y junto
al asiento de mando del Coronel, vio en posición de Firmes a un joven Teniente,
haciendo memoria lo reconoció como el nuevo encargado de las lanzaderas del
Crucero de Batalla.
·
Si, ¿Coronel?
·
Vera señor, el
Jefe Mbunda, escucho una conversación del Teniente Sorens con otro grupo de
jóvenes oficiales mientras estos recibían instrucciones sobre nuestro destino, donde
a su juicio este expresaba una interesante idea y creyó conveniente ponerme al
tanto.
·
Entiendo, señor
Sorens, por favor… su idea… -ordenó Tagard, mientras veía al Teniente cambiar
nerviosamente su peso de pie una y otra vez.
·
Vera señor, solo
pensé, que seriamos aún más rápidos, si en el primer salto programado, en lugar
de dirigirnos hacia Hiperbórea por el Sistema Arterial de Comercio dando otros
tres saltos más, hiciésemos un salto Directo sobre el Sector… Su propia
particularidad terminaría por sacarnos directamente en Hiperbórea.
·
Y dígame señor
Sorens, ¿es usted consciente de cuál es el principal problema de ese
planteamiento, verdad?
·
Sí señor, que al
saltar en formación acabemos saliendo en el sistema Hiperbórea solo para
terminar chocando unos contra otros. Pero señor, eso sería muy fácil de
prevenir, una formación dispersa abierta con +7 grados de rotación entre naves,
sumado a un margen entre salto individual de al menos un minuto y solucionamos
el problema. De ese modo las naves tendrían 15sg para que los sistemas
focalicen su lugar de aparición, donde existen más naves y aun restarían 45sg
mas para poder pasar a velocidad máxima y alejarse de la zona de entrada del
resto de la Flotilla. Y puesto que toda la frontera con la Liga de Mundos está
en alerta, dudo mucho que el Sistema Hiperbórea tenga ni siquiera una fracción
de su tráfico estelar habitual.
·
No teniente, lo
que usted ha explicado, es el modo más obvio y efectivo de poder llevar a buen
término su idea, no su principal inconveniente.
·
¿Señor?, perdón
Vicealmirante –no pudo evitar decir el Teniente ante la contestación de Tagard.
·
No tiene nada por
lo que disculparse teniente. Dos cosas señor Sorens, para la próxima,
introduzca la variable de si el sistema cuando la Flota salga del Interespacio
seguirá estando en nuestras manos o por el contrario, nos encontraremos con
fuerzas hostiles. Nunca de por hecho ninguna de ambas opciones. Y segundo,
cuando vuelva usted a tener una idea, le parezca a usted una estupidez o no,
háblele sobre ella a su superior, para estar destinado en mi flotilla, la
timidez o la soberbia no son precisamente dos de las mejores cualidades, si es
que se quiere progresar en su carrera. ¿Me he explicado bien teniente?
·
Sí señor,
perfectamente claro.
·
Pues venga,
vuelva usted a sus ocupaciones. ¿Y teniente…?
·
¿Señor?
·
Buen trabajo con
su idea y su desarrollo…
·
A sus órdenes –el
teniente Sorens giro sobre sus talones y se marchó del puente con paso rápido.
·
¿Entonces?
–preguntó el Coronel Trayev
·
La idea del
Teniente me parece muy buena, ¿sabes cuál sería la estimación temporal
·
Si, lo calcule en
cuanto me lo dijeron, supuse que querría saberlo. Llegaríamos a nuestras
posiciones de operaciones en Hiperbórea entre 24 y 41 horas antes. Aun en su
rango mínimo y que saliésemos muy dispersos, esas 24h podrían llegar a ser
determinantes.
·
¿Efecto de la
salida del Interespacio sobre la flota…?
·
Prácticamente el
mismo que en el caso de una salida de emergencia por un fallo en los motores o
la fuente principal de energía, puede que algunas bobinas o amortiguadores de
inercia sufriesen daños. Con la tripulación tendríamos que ver el modo en que
los menos posibles estén “sueltos” para cuando se produzca el desfase y el
frenazo posterior.
·
Para eso creo que
tengo la solución, me preocupa más que alguno de los transportes pueda saltar
por los aires. Para cuando entremos dentro del posible rango de salida por la
atracción gravitacional, quiero a todas las naves en alerta amarilla, fuera de
sus camas a la menor cantidad de personal posible y su gravedad interna en
0.15g. Aun así posiblemente sea inevitable la presencia de heridos leves,
establezca un despliegue de los medios médicos de cada nave en función de las
zonas de riesgo, y que estos permanezcan siempre sujetos a la estructura. Le
quedan tres horas para prepararlo todo…
·
Sí señor, me
pongo a ello enseguida.
Mientras el
Coronel Trayev comenzaba a poner en marcha las medidas de protección y
organizar el nuevo punto de salto de la Flota en cuanto esta saliera del
Interespacio, Tagard por su parte seguía con su mente fija en el plan conjunto
de esta operación. Había algo que no le terminaba de encajar del todo, pero no
precisamente en los movimientos posibles de la Liga o incluso del maldito
Príncipe Zordak, los cuales podían tener su sentido dentro de una cierta
estructura de pensamiento, pero sin embargo, no ocurria igual con la
planificación realizada por su Alteza Imperial. Y no porque la trampa no fuese
brillante, que lo era, pero no le veía continuidad más allá del revés que
infringirían a la Liga o al Príncipe Zordak, según quien se moviese, en el
Sector Hiperbóreo. Desde su forma de verlo se habían gastado un número muy
elevado de recursos económicos para esta trampa, asumiendo en todo momento un
riesgo elevado, para obtener únicamente en el mejor de los casos, un
rendimiento realmente ridículo, y ese era el problema que tenía, que dudaba
muchísimo que su Alteza Imperial se conformase con tan poco. Tagard por más que
miraba y analizar no era capaz de sacar más de lo que había, por más que
conociendo a su Alteza, “supiese” de modo indiscutible que allí tenía que
existir algo que se le estaba escurriendo de entre las manos…
CONTINUARA
Buenas Shadow, como siempre un nuevo capítulo genialmente pensado para intrigados a todos con como seguirá el resto del libro. Solo quisiera comentarte una cosilla de la que no me di cuenta en el anterior capítulo de Hiperborea por mencionarse muy poco a Tagard, pero tambien ocurre lo mismo que en este capítulo. Si no recuerdo mal en el epílogo del anterior libro terminadas contando como Tagard es ascendido a Almirante y destinado a Mar Shagan, pero en este libro vuelves a ponerle el tratamiento de Vicealmirante, tanto en este capítulo como en el anterior. No se si será una confusión mía por tiempo cronológico o un despierte de tu parte.
ResponderEliminarUn saludo y sigue así, se echaba de menos leerte.
P.D: Tiene buena pinta el tema del B-52 y me imagino que puede tener referencia con el siguiente libro y los "extraños" del libro anterior.
Si, lo has visto bien, Tagard continua apareciendo como Vicealmirante, pensé que nadie se daría cuenta hasta que se publicase el Capítulo, donde viene una somera explicación del motivo. Mi enhorabuena, te diste cuenta del detalle...
EliminarPD. Voy a pasar por alto tanto al Crucero Ligero B-52, como a los "extraños"... ;-) jajajajajaja.
Quedaré en espera de dicho capítulo entonces jejeje
EliminarPor cierto buena respuesta a la postdata jajaja