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- Ashur, el Maldito
Los dos hombres
se detuvieron nada más cruzar la puerta de la Biblioteca, miraron
detenidamente, fijándose bien en todo el mundo, en donde estaban sentados, que
hacían, con quien hablaban, etc. Solo unos segundos después, el hombre más bajo
señalo a su compañero hacia una de las mesas, ocupada por lo que parecía un
estudiante completamente enfrascado en sus estudios. Según los datos que tenían
se trataba de un estudiante de Informática de último curso, moreno, ojos
oscuros, sobre metro noventa, con un excelente expediente académico, sin
antecedentes, sin muchos amigos, alguien al que se podría definir como un
solitario.
Ambos hombre se
dirigieron hacia él, deteniéndose junto a él, uno a cada lado, el primero en
hablar fue el más alto de los dos...
• ¿Miguel de Urquiza?
• ¡¡Eh!!, sí, soy yo -respondió el joven.
• Soy el Inspector Torres, y él es el Subinspector
Gómez, ¿podríamos hablar un momento con usted? -preguntó.
• Sí, claro, faltaba más... ¿y dígame, que quería?
• Podría ser en otro sitio, así no molestamos a
nadie con nuestra conversación.
• Si, por supuesto, tiene razón, ¿la terraza
trasera le parece bien?
• Sí, me parece un buen sitio, ¿vamos?
• Si claro, venga... -respondió levantándose y
poniéndose en marcha en dirección hacia el lugar.
Cuando llegaron a
la terraza, en realidad se trataba del acceso desde la Biblioteca al jardín de
esta, ese solía ser el sitio elegido por los alumnos para salir a echar un
cigarro o simplemente, para estirar un poco las piernas antes de regresar
dentro a los estudios. El inspector Torres le tendió la foto de un chico más o
menos de la misma edad, con gafas, algo regordete y con cara de buena
persona...
• ¿Conoce usted a este chico?
• No, no lo conozco de nada- respondió Miguel tras
observarla detenidamente.
• ¿Está seguro de ello? ¿Está usted completamente
seguro de que no le conoce de nada?
• Si, completamente... -titubeo-, bueno, es decir,
le he visto en la biblioteca, pero nunca he hablado con él.
• Luego sí que le conoce -repuso el Subinspector.
• De vista sí, pero si lo que quieren es saber algo
sobre él, lo siento, pero como digo nunca he cambiado una palabra con ese chico,
ni siquiera un simple buenos días.
• Entiendo...
• Y dígame, de las personas que estaban dentro
cuando hemos salido, ¿a cuantas conoce usted? -pregunto el inspector como de
pasada.
• Perdone... no comprendo... -dijo aparentemente un
poco confuso y sorprendido por la pregunta.
• Lo que ha escuchado, ¿que con cuantas de esas
personas se ha relacionado usted?
• Pues... -se quedó pensativo unos segundos-, creo
que solo con el personal de la Biblioteca, puede que con alguno otro haya
intercambiado algún saludo, ya sabe, un buenos días, buenas tardes y así, pero
vamos, fuera de eso nada.
• Ya veo -dijo el subinspector.
• ¿Pero de vista sí que los conoce a todos incluido
este chico, no? Luego nos podría quizá indicar que días solía venir este chico
o si era asiduo... -dijo el inspector.
• Si claro, de vista si, aunque tampoco sé si les
podría ser de ayuda con eso, verán, yo vengo y me centro en estudiar, no presto
atención a nada a mí alrededor, lo siento, pero... -se encogió de hombros.
• Tranquilo señor de Urquiza, lo entendemos, pero
es posible que tenga usted datos que incluso desconozca que posee, datos a los
que no le da importancia pero que para nosotros sí puede que la tengan.
• Si claro, bien, lo que deseen...
La policía estuvo
hablando con el joven durante aproximadamente hora y media, en ese tiempo, el
joven no se había contradicho ni una sola vez, tampoco había sido impreciso en
sus contestaciones a los policías. Cuando consideraron que habían terminado con
él, se despidieron indicándole que podía regresar a sus estudios. Cuando el
joven entro de nuevo en el edificio de la Biblioteca...
• ¿Qué opinas? -Pregunto el Inspector.
• Que no me gusta ese chico, es muy extraño, me
mosquea.
• Pero no tenemos nada que le señale, es más, de lo
único que le podríamos acusar es de estudiar demasiado o de ser poco sociable,
pero en el primer caso eso sería una virtud, y en el segundo una actitud que no
le mete en líos -repuso el Inspector encendiendo un cigarrillo.
• Tenemos que entrevistar aun a otros seis alumnos,
espero que tengamos más suerte y demos pronto con el asesino.
• Ojala...
Ambos hombres
estaban bastante preocupados con la posible dimensión de lo ocurrido. Tan solo
tres semanas antes había aparecido un cuerpo desmembrado en un vertedero, había
sido una suerte que apareciese en dicho lugar, habían peinado y removido todo
lo que habían podido encontrado "casi todo" el cadáver. Se trataba de
un alumno de la universidad, un estudiante de ingeniería de segundo año, todo
un ratón de biblioteca, el problema real, había llegado cuando acudieron a esta
e iniciaron las pesquisas, encontrándose que habían desaparecido otros doce
alumnos más en los últimos cuatro meses. De esos doce, cinco habían aparecido
vivos, únicamente habían dejado la universidad por las buenas y estaban
localizados, los siete restantes sin embargo parecía que se les hubiese tragado
la tierra. Tanto este último chico como los anteriores desaparecidos, todos
tenían el mismo perfil, la situación cada vez pintaba peor.
Dos semanas
después la policía regreso a la biblioteca para hablar de nuevo con todo el
mundo. La cosa esta vez sí que cada vez pintaba peor, el día anterior la propia
decana de la universidad había llamado a la brigada para notificar la posible
desaparición de otro alumno, uno con el que habían estado ellos mismos hablando
y que desde luego, no daba para nada el perfil de haber dejado los estudios o de
haberse fugado con nadie. Tras la nueva ronda de entrevistas, de nuevo ambos se
quedaron mirando al joven moreno que les daba la espalda.
• ¿Qué opinas?
• Que así no vamos a sacar nada de nada, no sé muy
bien que pensar de esta gente, no sé si es que son de verdad tan poco hábiles
socialmente o que alguno, o todos ellos, simplemente nos están vacilado.
• Todos los desaparecidos y el muerto están de
algún modo relacionados con esta biblioteca, pero está claro que de esta gente
vamos a sacar muy poquito si continuamos con esta táctica.
• Creo que tendremos que meter a alguien aquí para
que intente acercase a esa gente, o no vamos a sacar nada en limpio, parecen
atontados.
• Estoy casi seguro de que si le pegas fuego a esto
no se salva ninguno por muchas alarmas que suenen, creo que únicamente se
enterarían cuando el fuego les alcanzase, es... es... es algo ridículo,
totalmente surrealista, aquí nadie ve, escucha u oye nada de nada, y de verdad
además.
• Vámonos, veremos de cambiar de métodos.
Tan solo dos días
después apareció por la biblioteca una nueva alumna que de inmediato atrajo la
atención de Miguel de Urquiza. Era una chica realmente atractiva, del tipo de
mujer que al pasar por su lado un chico siempre se volvería para echarle un
último vistazo, pero no fue ese el motivo de fijarse en ella. El motivo fue que
durante la primera semana de su presencia en la biblioteca aprovecho todos y
cada uno de los descansos más o menos normales entre los estudiantes que
andaban por allí de forma habitual para salir con ellos e ir entablando
conversación. Pero Miguel se dio cuenta enseguida de una cosa en ella, nunca
repetía conversación o salida con los mismos, eso más algo de conversación que
le había escuchado de refilón, dedujo que debía de ser una agente de policía,
detective privado o algo de ese estilo.
Como era normal
en él. Miguel aprovecho también el fin de semana durante todo el tiempo posible
para estudiar en casa, pero el lunes por la tarde le llego una desagradable
sorpresa. Solo tenía dos personas a las que cualquiera podría llegar a definir
al verle con ellos como amigos, o al menos algo muy parecido a eso, Yolanda y
Fernando, pues bien, este último había aparecido muerto el domingo por la tarde
en una zona de la sierra poco conocida, lo habían encontrado unos senderistas.
Su cuerpo al igual que el anterior encontrado también presentaba signos de
extrema violencia y también como el anterior aparecía brutalmente despedazado,
aunque obviamente, la policía se debía de haber guardado muchos detalles de
ambos casos.
La diferencia en
esta ocasión con la anterior, es que la víctima estaba directamente relacionada
con él, que el viernes había mediado en una discusión entre él y Yolanda, que
no podía dar una coartada por haber estado solo estudiando en casa todo el fin de
semana y el perfil que presentaba ante la policía como persona poco sociable,
introvertida, etc... Para que explayarnos, Miguel era consciente de que daba un
perfil muy, pero que muy malo, sin contar con el hecho de que tanto Yolanda
como Fernando eran "Góticos"... Lo único bueno en todo esto eran sus
notas y su “beca”.
Cuando Miguel les
conoció el primer año de universidad eran dos personas más o menos normales, el
entablo casi por accidente relación con Yolanda, y fue esta quien le llevo a
relacionarse con Fernando, un chico inquieto, algo apocado pero muy
inteligente, al igual que ella, que sin embargo era muy extrovertida. Los tres solían
salir mucho juntos al cine, a comer pizza, a jugar a los bolos, a la discoteca,
etc., hacían lo mismo que cualquier otro grupito de jóvenes de su edad, sin
embargo todo eso cambio. El segundo año cuando reaparecieron a principios de
curso llego la sorpresa, ambos llegaron vestidos de "Góticos", pero
de "Góticos Vampiros", incluso llevaban pequeñas prótesis en los
colmillos para alargárselos y parecerse a como lo que según las novelas
describían que eran estos...
Miguel entendió
que le gustase o no, ahora debería de tomar cartas en el asunto y solucionarlo.
Alguien estaba metiéndose donde no le llamaban y acababan de colocarle a él
ante la curiosidad de la policía, cosa que desde luego detestaba. Sabía el
procedimiento, indagarían sobre su vida, encontrando una trayectoria
perfectamente ordenada, clara y luminosa como la luz del sol. Sus notas,
ninguna por debajo del 9.7 serían su mejor coartada para pasar casi todo su
tiempo estudiando, esto vendría avalado por el hecho de que se estaba
beneficiando de una beca privada y para mantener esta debía de aplicarse en sus
notas, lo que le daba en sí mismo una coartada para su aparentemente falta de
“interés por divertirse”.
No temía por su
actual identidad, pese a todo a la policía le sería difícil dar con la tumba de
Miguel de Urquiza, fallecido a la tierna edad de 2 años junto con sus padres en
un trágico accidente en un pueblecito del Pirineo Navarro, y para eso haría
falta mucho más que una investigación superficial o meras sospechas. Para
empezar, porque en esa tumba ya no estaba Miguel de Urquiza, sino un tal
Gabriel de Urquiza, hermano mellizo de Miguel, cuya documentación fue toda
falsificada y depositada en los sitios adecuados, y cuyo nombre sustituyo al de
Miguel en el certificado de defunción de este en el registro. De este modo si
alguien investigaba su documentación seria total y absolutamente autentica,
además nadie miraba la perteneciente a un muerto, porque para que falsificarla,
no tendría sentido, ¿o no?. Pero estaba claro que no se podía permitir que la
policía hurgase profundamente en su vida, porque difícil de descubrir o no, al
final, podrían terminar por joderle por pura casualidad... Si quería indagar
por su lado en todo esto, tendría que aprovechar la coyuntura que su “amiga”
Yolanda le estaba ofreciendo…
Estuvo intentando
animarla, encontrándose con que el viernes por la noche Yolanda no se atrevía a
salir de marcha, tenía miedo, lo cual era malo, ya que cualquiera sabía que el
mejor modo de superarlo era continuar con la rutina. Aprovechando esto, Miguel
se ofreció a acompañarla el sábado durante toda la noche, incluyéndose también
para esa misma noche si se animaba a salir también… Al final, acepto salir
juntos el sábado por la noche, obviamente a Miguel no le quedó otra que dejar
que Yolanda, o “Mysteria” como según parecía se hacía llamar en su mundo, le
disfrazara como mejor considero. A saber… bueno, para no explayarnos, decir que
parecía una copia de los Vampiros de la película Underworld, concretamente
parecía un “Guerrero de la Muerte”. Cuando se miró al espejo tras ser “vestido”
se pasó la mano por la cara y un pensamiento cruzo su mente… “Esto era justo lo
que me faltaba…”
Con lo que no
conto fue con que Yolanda se hubiese hecho aparentemente muy amiga de Sara, la
chica nueva de la biblioteca y para Miguel, más que evidente policía
encubierta. Esa fue su primera sorpresa del sábado por la noche al pasar a
recoger a Yolanda, la segunda fue el local al que se dirigieron y que él no
conocía. Según le contó Yolanda lo habían abierto tan solo año y medio antes,
su nombre por otro lado era muy… “grafico”, ¡¡¡Vampiria!!!. Si el parecía un
Guerrero de la Muerte de Underwold, la tal Sara parecía sacada de algún libro
de “Crónicas Vampíricas”… Miguel se quedó pensando en que lo único que les
faltaba era alguien disfrazado de “Lestat”, el protagonista de esos libros…
Algo que por cierto, vio cumplido cuando se encontraron en el “Vampiria” con el
“*Sire” de “Mysteria”.
Yolanda, o
Mysteria, llevaba colgado de su cuello un colgante con un pequeño frasquito en
el que llevaba unas gotas de su sangre mezclada con la de su “Sire”, según
explico a Miguel, este era su señor en el mundo Vampírico donde se iban a meter
al llegar al local. Cuando entraron y se encontraron con el tipo, los peores
presentimientos de Miguel tomaron forma, el fantoche parecía una mala copia de
“Tom Cruise” en la película que hicieron sobre este Vampiro y la saga de
libros, sin contar con que le pareció un cretino de marca mayor.
Tardo escasamente
diez minutos en darse cuenta de que “Blade” como este se hacía llamar para
mayor escarnio aun, traficaba con Drogas tipo éxtasis, aunque eso si, por lo
que observo en algún cliente a lo largo de la noche, sin duda esas pastillitas
estaban muy… “diluidas”. Una cosa que también observo divertido, es que Sara
también “marcó” a que se dedicaba el “Sire”, a Miguel le resulto gracioso que
el muy gilipollas hiciese “negocios” en la misma cara de una agente de policía,
que por muy infiltrada que estuviese, sin duda le pasaría cuenta a sus
compañeros de narcóticos, que también sin duda, no tardarían en “visitar” a tan
“gran señor”. Otra de las cosas negativas esa noche para Miguel fueron los
colmillos falsos que tanto él como Sara se vieron “obligados” por un muy
insistente Yolanda a ponerse antes de ir, y lo cierto es que le estuvieron
molestando durante toda la noche.
En el “Vampiria”
vio cosas muy desagradables para él, en primer lugar sorprendió, aunque nadie
se diese cuenta de su presencia, a Mysteria en plena felación a su “Sire”,
además, se la estaba haciendo mientras este estaba senado junto dos amigos. No
le agrado en nada ver así a su amiga, como la trataba de ese modo, aunque se
quedó vigilando que nadie les sorprendiese en esa situación tan comprometida
para ella. En otras circunstancias, en esta misma situación, por el mero hecho
de meterse así en su “territorio”, le habría vigilado discretamente y en unos
cuantos días, le hubiese eliminado y deshecho del cuerpo, algo que tampoco era
tan difícil, pero con la policía rondando tan cerca de él en esos momentos, era
algo que todavía no se podía permitir hacer voluntariamente…
Debería de
solucionarlo de otro modo, pero tenía claro que no pensaba perder a Yolanda del
mismo modo que había perdido a Fernando, ambos eran importantes y no se podía
permitir el quedarse sin ninguno. Por otro lado tenía la impresión de que ese
fulano sabía alguna cosa sobre los muertos, por lo que no sería ninguna
tontería tratar de hablar con él e intentar sonsacarlo… Trataría de hacer eso
como último recurso si no le quedaba otro remedio, con Sara sabiendo que
traficaba y posiblemente estando avisados sus compañeros, ese tío era un muy
serio peligro potencial para él.
El cretino de
nombre real Jorge, estuvo durante gran parte de la noche tratando a Yolanda
como si fuese una furcia de su propiedad o algo así, cosa que lamentablemente
comprobó por sí mismo que realmente es lo que era y como esta se comportaba. De
hecho le escucho hablar con sus amigos sobre ella, les dijo que en poco tiempo
y a medida que le fuese subiendo las dosis de droga la tendría trabajando de
puta para él, les ofreció en plan colegas ser los primeros en probarla por
completo cuando estuviese lista para “trabajar”, les aseguro que podrían
follársela a placer gratis y así de paso la entrenaban, todo esto entre
risotadas de los tres. Miguel tuvo muchísimo cuidado de ocuparse de que Sara no
se diese cuenta de nada de todo esto, evidentemente sobre el trato que recibía
no pudo hacer mucho al respecto, pero sobre sus… “trabajos bucales” o los
planes que ese gilipollas tenia para ella sí, sobre estos consiguió que no se
enterase de nada.
En segundo lugar
localizo en el local, concretamente en una de las llamadas salas Vip a alguien
a quien había visto en el pasado, aunque afortunadamente para Miguel, siempre
desde lo suficientemente lejos como para estar razonablemente seguro de no ser
reconocido por él, de hecho siempre había procurado mantenerse lejos del poder,
de cualquier tipo de poder. Para alguien en su situación, un solitario como él
era, alguien con su pasado, alguien a quien todos temerían de saber su
verdadero yo, el estar como se decía ahora, bajo el radar, era una necesidad
imperiosa, aunque no siempre había sido capaz de evitar el tener que sacar la
cabeza de su anonimato y mostrarse públicamente. Aunque eso era peligroso, eran
épocas que algunas veces añoraba por lo emocionantes que resultaron…
La primera vez
que vio a ese hombre fue bajo su verdadero nombre, Cayo Marco Vitelio. En esa
época había sido recientemente nombrado Legado de la Legión XII Fulminata por
el mismísimo Cesar, aunque nunca llegó a tomar posesión de su mando ya que desapareció
en el camino y la Legión fue posteriormente deshonrada en la Capitulación de
Rhandeia, algo que Miguel sabiendo el tipo de ser que era, estaba seguro, que
siempre había tenido que escocerle. La segunda vez que le vio fue unos
cuatrocientos años después, entonces era un poderoso comerciante en Bizancio o
Constantinopla como prefiráis llamarla, la entonces capital del Imperio
Bizantino, y ya no era humano. La última vez fue cuando escapaba de la
revolución Francesa y su… “gusto” por el afeitado en seco con la Guillotina. En
las tres ocasiones le había visto desde lejos y tuvo muchísimo cuidado de no
ponerse por delante, por lo que dudaba que se hubiese fijado en él. Cayo Marco era uno de esos hombres que difícilmente
pasarían desapercibidos y que difícilmente pasaría por alto a alguien a quien
considerase un peligro, por ínfimo que este le resultase.
Cayo Marco
Vitelio era el Sire cuya prole poseía una gran influencia sobre Malta,
Portugal, España, el Sur de Francia y la Península Itálica pese a ser estos
países netamente territorio de los Clanes Licántropos. Cuando vio a Marco,
Miguel empezó a tomarse la situación de otro modo, fue por esto que localizo lo
que hacía Yolanda y su novio cuando pretendió que no se separase de su lado.
También al verle y poner todos sus sentidos en marcha, fue por lo que pudo dar
con los “hombres” de Marco distribuidos por el local. Además de otros
individuos de lo más variopinto, allí dentro había una bonita colección de
miembros de diversas razas diferente…
Según vio, Marco
tenia consigo varios *Ghoul y algunos Vampiros, sin duda de su propia *estirpe,
por cómo se comportaban estaba claro que cubrían el local, buscaban algo o a
alguien. Miguel empezó a sospechar donde más coincidían esos chicos asesinados
o desaparecidos además de en la Biblioteca de la Universidad. El llamar la
atención de un Sire tan poderoso como era Cayo Marco Vitelio, desde luego no
era la mejor idea del mundo si se quería seguir en él, fueses humano, Vampiro o
de cualquier otra de las Razas Ancestrales, incluyendo a los Licántropos que
pese a estar en su territorio le temían, y si estaba allí es que evidentemente
alguien había llamado su atención.
Tuvo clara su
línea de acción, en primer lugar debía de sacar a Yolanda de ese círculo en el
que se había metido antes de que terminase trabajando como fulana para ese
“sire” que tenia o algo mucho peor, muerta como Fernando. En cuanto vio que
quedaba libre, que se separaba de su sire para ir a por bebidas la interceptó. Sujetándola
del brazo con fuerza la arrastro hacia un lugar tranquilo del local, una vez
allí pegándose a su oído…
·
¿Se puede saber qué
coño haces Yolanda? Te he visto con ese idiota que dices que es tu sire y sus
amigotes, además de consumiendo éxtasis… ¿Es que estas gilipollas o te falta
algún tornillo?
·
No, veras yo no…
es que…
·
Es que nada, ese tío
es un proxeneta y tu eres su próximo proyecto de fulana, de hecho ya te está
tratando como a una puta, ¿es que no te das cuenta de ello o qué? Hoy además de
la mierda de éxtasis que ese tío vende, te has metido coca mezclada con ello.
·
No, te juro que
no, de verdad, yo no tomo nada de coca u otras drogas parecidas, solo un poco
de éxtasis de vez en cuando, pero nada más –sus ojos eran sinceros.
·
Lo se Yolanda, sé
que “tú” voluntariamente no te la tomas,
pero eso no quiere decir, que hoy, esta noche, hace un rato, no lo hayas hecho.
Lo que te ha dado ese payaso, no solo era éxtasis…
·
¡¡¡Hijo de
puta!!!, voy a matarlo… -cuando se disponía a irse muy enfadada, con uno de
esos conatos de ira que le daban de vez en cuando, sintió como si la mano de
Miguel se hubiese vuelto de acero, impidiéndole moverse.
·
De eso nada,
ahora vamos a ir con Sara que está allí bailando, y después, con calma,
tranquilos, sin meter ruido, nos vamos a marchar de aquí. Esta noche te quedas
en mi casa, y mañana, hablamos tranquilamente de todo esto, ¿hace?
·
Sí, creo que sí,
es lo mejor, además no me siento nada bien, empiezo a tener como nauseas…
·
Pues entonces de
acuerdo, venga, vamos a movernos por la pista como si bailásemos…
Tan solo diez
minutos después los tres habían abandonado el “Vampiria”. Sara desde allí tomo
un taxi alegando que ya que ambos iban juntos, se tendrían que desviar
muchísimo para dejarla en su piso. En realidad, Miguel sospechaba que en lugar
de dirigirse a su casa, Sara iría directa a la comisaria de la que dependiese.
Cuando llegaron a casa de Miguel, Yolanda iba ya un poco mal, un poco
“flipada”, la coca empezaba a hacerle efecto, estaba en el punto álgido de su
“subidón”. Por su comportamiento, a Miguel le resulto claro que aparte de la
coca y el éxtasis, le habían dado algo más, pues estaba desatada, completamente
excitada…
Miguel desde que
la sacó del “Vampiria” había pensado en meterla en su cama y follársela para poder
ayudarla, por lo que esto le estaba viniendo muy bien, pero se estaba
resistiendo a ella con el fin de que se volviese un poco más agresiva con lo
que quería. Tardo casi cinco minutos en perder un poco el control, cuando
Miguel le impidió que le desabrochase la camisa, Yolanda se la rompió de un
solo tirón, hizo que saltasen todos los botones disparados, sus ojos estaban
brillantes por el deseo y la excitación. El modo en que mejor podría en esos
instantes describirla Miguel, es que estaba salida como una perra en celo…
Yolanda le
derribo sobre el sofá, sentándose sobre él de inmediato, haciéndose hacia atrás
para poder desabrocharle el pantalón y liberar la polla. Estaba como poseída,
solo pensaba en follar, en metérsela hasta el fondo, en gozarla y disfrutarla
como ya había hecho en más de una ocasión. Miguel por su parte hacia esfuerzos
por controlarla, porque no se hiciese daño, y también por aumentar su deseo por
él, sus ansias de follar y ser follada, la quería desesperada por recibir
verga…
Cuando por fin la
tuvo contra las cuerdas, desesperada por poder follárselo, la levanto en vilo
como si fuese poco más que una pluma y con ella así sujeta se la llevó al
dormitorio, lanzándola sobre la cama. Yolanda se retrepo hacia el cabecero,
abriéndose bien de piernas, una de sus manos se situó sobre su coño abriéndose
de forma obscena los labios del mismo, mostrándolo húmedo, muy húmedo y rosado,
hambriento, un coño hambriento de polla. Miguel fue entonces cuando despacio se
arrodillo sobre la cama, con la verga completamente tiesa, con una dureza como
de acero, también obviamente muerto de ganas de follarse a esa zorrita de
Yolanda.
Al final pudo más
su deseo, Yolanda se incorporó abrazando a Miguel por el cuello y derribándolo
sobre ella. Metió una mano entre ambos, alcanzando la polla del chico y
dirigiéndola enseguida a la entrada de su encharcada gruta, una vez puso el
glande en posición para poder perforarse ella misma usando sus caderas, sintió
como este entraba en su interior como un misil, en ese instante, Miguel de un
golpe seco le había clavado la polla hasta el mango, sorprendiéndola con el
gesto. Empezó a moverse con fuerza, marcando un altísimo ritmo de bombeo,
llevándola rápidamente a un primer orgasmo, sin ceder, sin amortiguar para nada
la candencia de sus caderas sobre ella, machacando sin piedad su coño pese a lo
sensible que debía de tenerlo tras correrse. Pero sin embargo, Yolanda
nuevamente y casi en seguida, volvió a quedar dispuesta para continuar siendo
follada de ese modo tan brutal.
Fue entonces,
cuando a ella estaba empezando a alcanzarle el nuevo orgasmo, el momento
elegido en que Miguel desenfundo sus colmillos, estos empezaron a crecerle
desde las encías… Era algo ciertamente molesto, aunque no doloroso, algo a lo
que pese al tiempo transcurrido ya, aun no terminaba de acostumbrarse, seguía
encontrándolo tan incómodo de padecer como el primer día en que lo hizo… Tan
solo unos segundos después de sacarlos a la luz, los clavo en el cuello de
Yolanda… empezando a tomar su sangre al instante, esta tenía un sabor bastante
desagradable, no le resultaba nada apacible, sin duda por las drogas que había
tomado o más probablemente, por algo que le hubiesen echado en su bebida, pese
a todo, se obligó a continuar tomándola.
Una de las
habilidades de Miguel, consistía en proporcionar un intenso placer a sus
víctimas, a mayor cantidad de sangre bebida, más placentera resultaba la
experiencia para ellas… Aunque también tenía la capacidad inversa, podía
provocar que un infierno de dolor, un terrible sufrimiento que se desencadenase
sobre cada terminación nerviosa del cuerpo, e incluso posiblemente incluso de
arrasar el alma de su víctima, tan solo de desearlo de ese modo. Era como si a
sus presas el mismísimo infierno les creciese dentro del cuerpo. En otra época,
esto hubiese sido explicado sin duda como algo mágico y maligno, en esta era de
conocimientos y ciencia, sin duda, alguien diría que simplemente ocurría que
sus colmillos al succionar la sangre, dejaban algún tipo de sustancia en el
torrente restante que era lo que provocaba esas reacciones, en este caso
además, tenían también la propiedad de reducir en mucho los efectos de
determinadas sustancias, como buena parte de las drogas.
El caso es que
según empezó a tomar la vitae procedente de Yolanda, en esta se desencadeno el
mayor orgasmo de su vida. Su cuerpo se tensó, de su coño empezó a manar flujo,
la polla de Miguel con cada embestida parecía sacarlo en riadas… empapando toda
la ropa de la cama bajo ellos. Cuando dejo de sorber la sangre y retiro los
colmillos, la piel se cerró nuevamente tras ellos, entonces Yolanda dejo
escapar el orgasmo a los pocos segundos, quedando eso sí, completamente rota,
molida, destrozada físicamente, tanto por la paliza sufrida con el brutal
orgasmo, como por la misma pérdida de sangre. Pero esto hizo que fuese capaz de
descansar tranquilamente durante toda la noche y purgar de su torrente
sanguíneo los restos de drogas aun presentes en el mismo.
Miguel se levantó
de la cama dirigiéndose al balcón, a la puerta de cristal del mismo, quedándose
mirando pensativo hacia la noche. Hacía mucho que no se metía en esos líos,
especialmente cuando por medio estaba una estirpe de Vampiros tan poderosa como
la de Cayo Marco, casi ciento cincuenta años llevaba apartado, aunque en esta
ocasión se veía obligado por las circunstancias a actuar… Estaba seguro de que
los problemas aún no se habían terminado, el chulo de Yolanda era un problema,
ya que posiblemente seria detenido en pocos días gracias a Sara, que le había visto
trapichear ante sus morros. Cuando Yolanda no regresase con él o a seguir
consumiendo gracias a que pensaba ocuparse de ella, ese imbécil querría
recuperarla, y posiblemente, si descubría que él era quien la había sacado de
allí, además de ayudarla a desengancharse… querría hablar seriamente con él. Si
eso ocurría, Miguel era consciente de que no tendría otro remedio que matarle,
y de paso una vez decidido eso, interrogarle, por ello debía de prepararse… pero
incluso pensando eso, solo por si acaso, también ideo otro plan para intentar
deshacerse legalmente de él.
Pero el principal
problema para Miguel, mas allá de la policía, era la presencia de Cayo Marco
Vitelio y sus *chiquillos, la ventaja es que estos tenían problemas con el sol,
el en cambio no, podría moverse en unas horas en que ellos no estarían activos.
Sus Ghouls eran una cuestión diferente, el principal poder vampírico del Estirpe
de Marco tenía que ver con estos, su sangre los hacia más rápidos, más fuerte y
más temibles que cualquier otro Ghoul de un Vampiro, pero además, les hacía ser
leales a su Estirpe hasta la muerte, y eso no era un sentimiento, sino que
creaba en ellos una necesidad patológica de serlo, lo que los hacia inmunes a
cualquier tipo o intento de manipulación, fuese la que fuese. Buscase lo que
buscase, y quizá fuese su misma presa, su presencia y perspicacia tan cerca
suyo no dejaban de ser un problema. Aunque Miguel sabia que su principal
ventaja es que no era un vampiro o uno cualquiera de las demás Razas
Ancestrales…, él no tenía nada que ver con nadie en este mundo excepto su
madre, si es que aún seguía viva, cosa que tampoco le extrañaría en lo mas
mínimo que así fuese.
En realidad
Miguel era uno de esos seres conocidos como Lilim, de hecho, él era el primer
Lilim, el primer hijo de su madre, de Lilith, la misma que le concedió sus
habilidades Vampíricas, incluso antes de que lo hiciese con su hermanastro,
Caín, el verdadero primer Vampiro de este mundo, y del que procedían todos los
demás. Luego Dios le concedió a Seth, el tercer hijo de Eva el poder de la
magia con el fin de proteger a los humanos de las Razas, y en especial, de los
Cainitas… pero eso es otra historia.
Cuando su madre
abandono a Adán, su padre, y dejo el paraíso para disgusto de Dios por su
rebelión a sus designios, en su interior ya llevaba la semilla de su marido
floreciendo, luego Dios la desterró definitivamente por su sublevación. Cuando
él nació recibió de su madre el nombre de Ashur… Con este nombre se le
conocería luego como Dios de Asiria, y entre las Razas, como el maldito o el
tres veces maldito. Lilith se hizo amante de demonios, incluso de los
mismísimos Lucifer o Astaroth, los más poderosos de entre todos ellos.
Lilith tuvo hijos
con estos, siendo condenada nuevamente por dios en las personas de estos
vástagos medio demonios, maldiciéndolos a vivir únicamente un día. Dice la
leyenda que los demonios les entrenaban por las mañanas para asesinar niños,
por las tardes les mandaban para que se “divirtiesen” matando, y al llegar la
noche, todos ellos morían sin excepción. En realidad, lo que estos hacían era
mucho más simple y hoy en día mas fácil de explicar que entonces, cambiaban la
genética de los niños atacados que sobrevivían, dando así inicio a las Razas
Ancestrales, despertando parte de su código genético animal e incluso
modificando este mas allá de lo permitido por el mismo Dios…
Así nacieron los
Hombres Lobo, Hombres Jaguar, Hadas, duendes, Trasgos, Hombres Leopardo, y
todas las demás razas… También sufrieron su ataque muchos animales, como los
lobos, etc… ellos también al sobrevivir, dejaron de ser los mismos que siempre
fueron. Todas la Razas Ancestrales nacieron de ese modo, con la excepción única
de los Vampiros, los llamados Cainitas, conocidos así por haber sido creados
desde los humanos por Caín, el Gran Sire, el primer Vampiro.
Lilith en un
instante de lucidez entre sus amantes, en un intento de proteger a Ashur de
ellos o del señor, le concedió sus dones, los mismos que luego concedería a
Caín, la inmortalidad y el poder de los hijos de la noche. Los demonios, con la
excusa de complacer a su amante, también quisieron hacer algo por él, quisieron
concederle aún más poder, un poder procedente directamente de lo más profundo
de las fosas infernales, con el único fin de atraerlo hacia ellos y alejarlo en
lo posible de Dios. Sin embargo, este considero que con Ashur había cometido
una injusticia, ya que él no tenía culpa de nada de lo que hiciese su madre, de
que esta se lo llevase del paraíso obligándole a tratar con los Demonios,
incluido el propio Lucifer, primer amante de su madre, poniendo de este modo en
peligro su alma inmortal. Por todo esto, es que Dios envió a las potestades
para hacer frente a los dones de los Demonios o de la misma Lilith… y las
Potestades entonces, le concedieron sus propios dones, todos los necesarios
para oponerse a los otros procedentes de sus adversarios.
El resultado de
esa guerra a tres bandas por él, por su alma inmortal, termino mal para él. Acabo
convirtiéndolo en “Ashur el Maldito”, o en “el tres veces maldito”… Una por los
dones de Lilith, otra por los de Lucifer y la última por los de Dios… Tras la
lucha, todo a su alrededor cambio, no conservo poder alguno de los otorgados
puesto que se compensaban entre si anulándose unos a otros. Únicamente se
extremaron sus habilidades innatas o relacionadas con su ente físico o mental,
todas ellas potenciadas por la dadivas de los tres enemigos en lucha. De hecho,
gracias a todo ello, su alma es la única que no será juzgada en el día del
juicio final… y deberá de usar su libre albedrio para decir su destino. Su
mayor castigo realmente no fue perder sus poderes, el peor castigo que sufrió fue
convertirse en un ser único, un ser que ni era humano, ni de ninguna de las
demás Razas creadas por sus hermanastros o por su misma Madre. Desde ese mismo
momento, supo que él era… “diferente a todos”, y por eso estaría condenado a la
soledad de la eternidad... Todo muy solemne y una puñetera mierda que debía de
agradecer tanto al cielo como al infierno, según pensaba Miguel.
Pero todo eso era
historia pasada, de hecho había logrado que nadie la recordase a base de
esconderse y pasar desapercibido para las razas durante los milenios de
historia humana. Se había procurado mantener apartado del poder y de quienes lo
ostentaban, aunque eso obviamente no siempre le había sido posible hacerlo, de
ahí por ejemplo el ser conocido como Dios de Asiria. Su pasado, el quien era
realmente, se perdía en las tinieblas del tiempo, y allí era donde pensaba
mantenerlo para siempre, por eso la atención de un Vampiro tan poderoso como
Cayo Marco, era justo lo que menos le convenía...
Por fortuna, una
de las ventajas que tenía por culpa de su “maldición”, es que podía moverse a
la luz de sol y alimentarse con comida humana normal, no necesitaba la sangre
para ello, aunque si es cierto, que dado que parte del uso de sus “habilidades”,
de poder potenciarlas, depende de ella, de vez en cuando, debía de saciarse,
por eso alguien de confianza como Yolanda o Fernando, le eran tan… “necesarios”.
Y ahora estaba seguro de que iba a necesitar sangre, si todo se desmandaba, la
necesitaría en buena cantidad para poder protegerse…
El domingo por la
mañana Miguel invito a Yolanda a quedarse también a comer, ella acepto, pero
sobre media mañana recibió una llamada con la que pareció ponerse bastante
contenta, con la otra mano tapando el teléfono, le pregunto a Miguel…
·
Oye Miguel,
¿puede venirse Sara también a comer con nosotros?... Venga, porfa…
·
Vale, de acuerdo,
que venga si quiere, dile la dirección y que no hace falta que traiga nada, que
ya tenemos aquí de todo…
·
¿Y pan?
·
Bueno, una barra
si llega el caso…
·
Ok, se lo digo
enseguida…
Realmente no es
que le hiciese excesiva gracia a Miguel, eso de meter a una policía en su casa,
especialmente a una que les estaba investigando, no entraba en sus planes. Lo
cierto es que Sara era una chica que además de atractiva, resultaba muy
simpática, estuvo contando un montón de anécdotas sobre sus estudios anteriores
a transferirse de universidad, todo gracias a las preguntas de Yolanda, que
parecía muy interesada en todo lo que ella contaba. Al igual que cualquier
Vampiro, Miguel podía sentir la circulación sanguínea de las personas a su
alrededor, y a Sara le había cambiado según empezó a preguntarle Yolanda,
aunque se fue nuevamente estabilizando al ver que esta solo sentía curiosidad y
no conocía nada sobre el otro lugar que ella describía.
Tras comer,
mientras estaban los tres tomando café, Sara se levantó para admirar unos
adornos que Miguel tenia colgados en la pared, se trataban de tres Katanas y
cruzada tras ellas en sentido vertical, se encontraba otra espada de hoja
bastante más corta. Se quedó un buen ratito observándola, incluso durante un
par de segundo su rostro pareció especulativo…
·
¿Te gustan?
–pregunto Miguel.
·
Si, la verdad es
que sí, me gustan las espadas y armas blancas –le sonrió Sara.
·
Cógelas si
quieres y las miras, aunque no son muy buenas, son de hecho bastante baratas,
pero las compre porque como ves quedan geniales de adorno…
·
¿Puedo entonces…?
–pregunto con su mejor sonrisa.
·
Claro, no hay
problema…
Sara descolgó una
por una las Katanas y después la espada, al desenvainarlas se encontró con algo
que sinceramente no se esperaba, unas hojas que daban risa. Eran de metal, pero
metal extremadamente malo y sin el menor filo, era más efectivo si entraba
alguien a robar, usarlas a modo de bate sin retirar las fundas, que eran
metálicas, que usar esas hojas para hacer cualquier cosa…
·
No están mal…
-dijo Sara tras devolverlas a su sitio.
·
¿Qué no están
mal? –pregunto perplejo y divertido Miguel…
·
Bueno, vale, no
es que sean muy buenas, pero quedan muy bien como decoración, ¿te salieron muy
caras?
·
No, la verdad es
que no, para nada, el conjunto entero me salió por poco más de treinta euros,
creo que treinta y tres sino recuerdo mal…
·
¿Dónde?, porque
quedan preciosas para decorar –se interesó Sara.
·
Esas fueron las
del rastro, ¿no Miguel?
·
Si, esas fueron
las que vimos en el Rastro… Las vimos también en una tienda del centro, pero
costaban casi cien euros, aunque eso sí, el metal de las hojas era mucho mejor…
pero para que, si la gracia es que estén envainadas.
·
Pues sí, la
verdad es que la hoja te da igual, como si es de esas romas de aluminio… -admitió
Sara.
·
De todos modos,
esa espada no la reconozco, será de fantasía, ¿no?
·
Bueno, a mí me la
vendieron como que era una espada Romana, ya sabes, de sus legionarios.
·
Si ya, pero no,
desde luego esa espada no es un “Gladius” que es como se llamaban, esa es
diferente… Yo tiraría más por una espada Griega, quizá Macedonia, de la época
de Alejandro Magno… aunque no lo es seguro.
·
Vaya… -exclamaron
a dúo Yolanda y Miguel-, cuanto sabes de esto…
·
Bueno, es que
como dije me gustan mucho –se sonrojo un poco para sorpresa de Miguel, que
considero que era algo genuino y no premeditado por su parte.
Miguel no pudo
evitar pensar que si, que no había estado errada para nada, en realidad era una
copia de un Xifos, la espada de los ejércitos Espartanos, y esa era
evidentemente falsa, pero la que el tenia oculta en su dormitorio, en un sitio
especialmente construido para ella, desde luego que no, esa espada era
autentica, era especial, y era “su” espada. Para la época actual además era la
espada perfecta, de hoja muy corta, extremadamente afilada y en manos de un
Guerrero experimentado en su manejo, era absolutamente letal. De hecho fue
construida para él, siguiendo sus instrucciones, y con la mejor tecnología
metalúrgica que se puede pagar hoy en dia.
El domingo lo
cierto es que se pasó rápido, incluso ambas chicas se quedaron también a cenar,
aunque terminaron por pedir pizza, ninguno de los tres, y especialmente Miguel,
tenían ganas de cocinar, estuvieron hablando de multitud de cosas. Sara no se
anduvo mucho por las ramas, les lanzaba preguntas a ambos como si fuesen
andanadas, una detrás de otra, sin parar, casi, casi, sin dejarles meter baza.
Miguel no podía por menos que sonreírse a sí mismo por el gran trabajo que
estaba haciendo la muchacha, a Yolanda la tenía completamente ganada y le
respondía sin pensárselo, incluso inocentemente se le escaparon un par de cosas
sobre su sire. En un momento dado, tras la pizza, Yolanda fue al servicio, y
Sara se centró exclusivamente en Miguel, haciendo por primera vez la pregunta
que este llevaba todo el día esperando…
·
Oye Miguel, ¿tú conocías
al chico ese que dicen que han asesinado, verdad?
·
Si, te refieres a
Fernando, si, le conocía, era amigo mío y de Yoli. Era un gran chaval…
·
¿Pero le conocías
mucho? –pregunto como si le diese vergüenza.
·
Te refieres… ¿a
si sabía que era Gay? Sí, sí que lo sabía y no me importaba en lo más mínimo,
yo no juzgo a la gente por sus gustos, sino por sus acciones.
·
Ehhh, no,
perdona, no me refería a eso, no era si sabias que era Gay, perdóname si te lo
ha parecido… no era esa mi intención…
·
Pues cualquiera
lo diría –dijo Yolanda muy seria apareciendo de improviso-, porque también a mí
me pareció que era eso lo que preguntabas.
·
Lo siento
Yolanda, no era eso, te lo aseguro, solo sentía curiosidad por saber qué clase
de chico era…
·
¿Te refieres a si
era como yo de raro? –pregunto tensa Yolanda.
·
Venga ya Yoli,
solo ha preguntado, sentía curiosidad… -dijo Miguel levantándose y abrazando a
la chica, que entro su cara en su pecho.
·
Lo siento, de
verdad, no pretendía…
·
¿Homicidios, no?
–le pregunto directamente Miguel, destapando las cartas.
·
¿Cómo dices? –se sobresaltó
Sara.
·
Te pregunto si
perteneces a homicidios o a otra rama de la policía…
·
No, veras, yo…
-Miguel la cortó mientras Yolanda la miraba sorprendida.
·
Ahórratelo, estoy
más que seguro de ello desde el primer día que te vi, has estado haciéndole
preguntas a todo el mundo en la biblioteca, y desde luego, nunca has repetido
con nadie, por lo menos hasta ahora con Yoli y conmigo… ¿Por qué?
·
¿Tu porque crees
que sea? –pregunto seria Sara, cruzando las piernas y los brazos mientras les
miraba a ambos fijamente.
·
No lo sé, ninguno
de los dos nos metemos en líos, Fernando tampoco lo hacía, creo que por algún
motivo pensáis que la solución de todo esto está relacionada con los dos.
·
No, de hecho es
con ella en exclusiva, por eso la tenemos bajo vigilancia y yo me he acercado
tanto –señalo a Yolanda, que palideció-. Y tranquila, estamos también seguros
de que no has tenido nada que ver en todo ello.
·
No lo entiendo…
-dijo Yolanda.
·
Si no sospechan
de ti, supongo que temen que quizá te conviertas en la próxima víctima… o yo…
-repuso Miguel.
·
Lo de ella sí, lo
tuyo… siento decírtelo, pero no, difícilmente serias víctima de nada que no sea
quedarte ciego por tanto estudiar sin divertirte para nada. Chico, no tienes
nada de vida social excluyéndola ahora mismo a ella, e incluso puede que hoy a mí…
·
¡¡Como dices!! –pareció
sulfurarse Miguel.
·
Venga no te
enfades, sabes que tiene razón, eres como un ermitaño que no sale nunca, casa,
universidad, biblioteca y vuelta a empezar. Esa es tu vida Miguel, sabes que
Fernando y yo te hemos dicho mil veces que debías de salir más, que vas a
perder tus mejores años…
·
Ella tiene razón,
deberías de tratar de salir un poco más, no creo que tus estudios se resientan
por un par de días al mes que salgas…
·
Tenemos razón y
lo sabes –apuntilló Yolanda.
·
Joder Yoli, tengo
que estudiar, mi beca depende de ello…
·
Venga ya, estamos
en último curso, y desde primero llevas sacando sobresalientes, no sé si alguna
vez has bajado de un 9.7. Sé cómo es tu beca, y no te pide más que buenas
notas, no las mejores de toda la universidad… eso que haces, es pasarse…
De repente Miguel
no sabía cómo había derivado la conversación hacia sus estudios y sus pocas
ganas de salir de marcha, y dejado de lado el hecho de que Sara era una policía
que les había estado investigando. De nuevo recondujo el tema hacia Sara y su
profesión, de hecho tras hablar con ella durante un buen rato, Miguel decidió
como buen amigo que era, que Yolanda se iría a vivir con él durante unos
cuantos días, además de que la acompañaría a todos lados como si fuese su
escolta particular, lo que a ella no es que le hiciese excesiva gracia que
dijésemos. Luego las llevo a ambas a casa, dejando primero a Yolanda a que
recogiese algunas cosas, luego pensaba llevar a Sara, para finalmente recoger
nuevamente a Yolanda e irse con ella a su casa. Nada más asomarse al Balcón
para indicarles que había llegado bien, Miguel arranco poniendo el coche en
marcha hacia la dirección que le dio Sara…
·
Oye Sara, sé que
viste a ese idiota al que sigue Yolanda pasando pastillas en el Vampiria…
¿sabes que ella no tiene nada que ver con eso, verdad?
·
Tranquilo, ya lo sé,
y no te esfuerces, sé que esta liada con él, vi lo que estaba haciéndole
delante de sus amigos… ¿Le dieron algo, no?
·
Sí, creo que sí,
anoche estuvo vomitando un buen rato después de llegar a mi casa, iba bastante
mal. Creo que ese tipo hace más cosas que el pasar pastillas…
·
Hable con unos
compañeros de narcóticos y me contaron algunas cosas sobre él, procura mantener
a Yolanda alejada de ese tío, es peligroso, créeme.
·
Lo se… me di
cuenta la otra noche… tratare de que no le vuelva a ver más, o si lo hace, que
yo este delante…
·
Eres un gran
amigo, ¿podrías hacerme un favor?
·
¿El qué?
·
Necesitamos saber
algunas cosas, quizá Yolanda las sepa, pero no creo que nos las cuenta a
ninguno de nosotros ni aunque la presionemos con encausarla…
·
Quieres que yo le
haga esas preguntas, ¿no?
·
Si, a ti
posiblemente te lo cuente. Necesitamos coger a quien sea que esté haciendo todo
esto, y hacerlo antes de que nuevamente vuelva a matar a alguien más… Toma –le
paso a Miguel una serie de fotos-, pregúntale a Yolanda si sabe algo de alguno
de estos chicos, si los ha visto en el local con alguien.
·
¿También iba
todos ellos allí?
·
No lo sabemos
seguro, algunos si pasaron algún fin de semana por allí…
·
Entonces… -Sara
le cortó.
·
No, déjalo, no
puedo hablar del caso con nadie, y mucho menos contigo o con ella, ambos estáis
relacionados con una de las víctimas, y aunque en este momento no seáis
sospechosos, entenderás que no pueda.
·
Si, lo comprendo…
Puedes tu decirme por favor, ¿si Fernando sufrió mucho al morir?
·
No, lo siento…
·
Ya…
·
No, no me
entendiste Miguel, no digo que no te lo pueda decir. Me refiero a que no lo sé,
estaba totalmente desangrado y su cuerpo en un estado tal, que no hemos podido
determinar exactamente, como murió o de qué forma murió.
Miguel se alegró
de haberle hecho la pregunta, durante el resto del camino, Sara estuvo
hablando, no dijo nada que no hubiese salido ya en la prensa, básicamente todo
lo que le dijo lo podía haber leído tranquilamente en el periódico, pero hubo
un par de datos, que hicieron que Miguel estuviese seguro casi al 100% de quien
o que era el asesino, pero más aún, como y donde seleccionaba a sus víctimas. No
es que fuese más inteligente que la policía, pero sí que recordaba que lo mismo
ocurrió en Paris en los años 30 estando él cerca de los investigadores, y que
en esa ocasión, identificaron al causante aunque logró escapar. En esa época
mato a un amigo suyo de mucho tiempo, uno de los pocos que tenía y que sabían
que no era un humano corriente pero no hacían preguntas, aceptándolo tal cual
era. Ese amigo era un hijo de la noche, si no estaba errado, su asesino acababa
de reaparecer aquí y lo quería muerto...
Tras dejar a Sara
donde le indicó, y a quien por supuesto no vio entrar en portal alguno, ya que
se quedó estática saludándolo hasta que se perdió de vista. Se dirigió rápido
hacia casa de Yolanda… mientras conducía empezaba a fraguar un plan de acción,
si tenía razón, además acababa de averiguar el motivo de la presencia de Cayo
Marco en Madrid, y sus motivos eran idénticos a los suyos… En los años
cincuenta, este sujeto estuvo en Roma, donde nuevos asesinatos se produjeron en
sus universidades, varios de los miembros del Estirpe de Cayo Marco fueron
destruidos en esa época, entre ellos un primo carnal que convirtiese en su
tiempo en la lejana Roma, luego era obvio que este también estaba allí para
buscar venganza por lo ocurrido…
El lunes todo
transcurrió con normalidad, de hecho, todo fue así hasta el miércoles por la
tarde tras las clases. Miguel estaba en la biblioteca estudiando junto con
Yolanda y Sara, salió un momento a la terraza con estas a tomar el aire fresco
y relajarse un poco de los estudios. Estando allí intensifico sus sentidos,
descubriéndole algunas cosas interesantes. Esto provoco que decidiese hacer un
descanso y dar un pequeño paseo por fuera, les dijo a ambas chicas que le dolía
un poco la cabeza e iba a ver si se despejaba. En realidad lo que estuvo
haciendo fue pasear y comprobar los alrededores, observar detenidamente cada
palmo de terreno, intentando determinar, donde se producía el contacto entre
las víctimas y su agresor. Cada vez anochecía más tarde, los finales se
aproximaban y la gente acudía masivamente a las bibliotecas de la Universidad a
estudiar para ellos, Miguel estaba casi seguro de que el asesino era un hijo de
la noche, un Vampiro, y uno de un tipo muy concreto además, un solitario, uno
sin sire que lo atase.
Durante su paseo
detecto varios Ghoul en la zona en la que se encontraba, lo que quería decir
que Cayo Marco debía de haber llegado a la misma conclusión que él. Aun había
sol en el cielo por lo que los hijos de la noche seguirían “dormidos”, pero una
vez este se pusiese, toda esa zona se iba a convertir en un coto de caza en
potencia… Una de las habilidades de Miguel, o Ashur, era el poder distinguir a
los miembros de las Razas, incluyendo a los vampiros, sin el menor esfuerzo,
únicamente debía de prestarle más atención de la habitual en cualquier persona
a la gente con quien se cruzaba, lo que normalmente, evitaba cuidadosamente, ya
que implicaba tener que recurrir al consumo de vitae de forma más asidua de lo
que a él le gustaría...
Cuando se marchaba
el sol aun hacia fresco, por lo que solía llevar una chaqueta bastante liviana,
en esta ocasión, ese día, bajo ella llevaba oculta un arma, su Xifo,
íntegramente construido con una aleación especial basada en el Titanio
reforzado, su filo cortaba del mismo modo que la cuchilla de un cúter... Esta
aleación era muchísimo más liviana y resistente que el acero pudiendo incluso
cortar este sin sufrir daños. Pero en este caso, el interés de Miguel por este
material radicaba en el hecho de que la espada pesaba prácticamente lo que un
teléfono móvil… Su talón de Aquiles en una espada, era precisamente ese, su
peso. Una espada usa su peso junto con la fuerza de su usuario al golpear, en
la mía el golpe únicamente dependía de la fuerza del brazo que la empuñaba, lo
que en este caso concreto al tratarse de mí, implicaba una fuerza muy superior
incluso a la de un Vampiro, que era como más de quinientas veces la de un
humano normal.
Esa noche no
ocurrió nada de nada, nos marchamos sobre las nueve y media de la noche los
tres, sin ver nada raro o extraño, Yolanda decidió sobre la marcha que ella
regresaba a su casa, que me lo agradecía pero prefería no quedarse conmigo y
afrontar sus miedos. No intente convencerla de lo contrario, principalmente
porque estando en mi casa restringía enormemente mi capacidad de maniobra, y
quería salir por la noche a buscar a ese Vampiro con el que tenía algunas
cuentas antiguas que ajustar. Acababa de beber recientemente sangre, por lo que
sus reservas estaban al máximo, sus capacidades podrían brillar, pero cuanto
más tardase en dar caza a ese Vampiro, más sangre necesitaría y más
probabilidades había de que una vez, cambiase de territorio.
En la primera
noche a Miguel le resulto difícil moverse por el campus de la universidad,
había un notable exceso de Vampiros y Ghouls presentes, obviamente todos ellos
del Estirpe de Cayo Marco, no tardó mucho en localizar a este con varios
miembros más, por las pintas, la forma de mirar o de moverse, debían de
pertenecer a la elite de sus guerreros. Estuve dando vueltas sin aparente
sentido, con la intención de descubrir lo que estaban tramando todos esos, y no
me resulto excesivamente difícil averiguar su plan. Cayo Marco estaba usando a
sus mejores Ghoul y a los más jóvenes o bajos en rango de su Estirpe para crear
una red, una malla que obligase a su presa a dirigirse hacia él, obviamente, se
veía que deseaba matarle en persona por lo de su primo. Miguel decidió
retirarse sobre las dos de la madrugada porque empezaba a llamar mucho la
atención de la gente del Marco, no podía estar paseándose sin rumbo lata de
refresco en mano de un sitio para otro.
El jueves
desistió de salir por la noche, el problema que tendría seria el mismo que el
del miércoles, sin embargo, al día siguiente todo sería muy diferente. El
viernes por la noche en esa zona habría muchísima gente, fuera del recinto de
las facultades había una zona muy concurrida de marcha, y las más discretas
zonas verdes del campus se solían convertir muchas veces en picaderos
improvisados. Acudió a la zona sobre las doce de la noche, intensificando sus
sentidos, pizza en mano y lata de cerveza sin alcohol en la otra, sentándose en
un banco de la zona que estimo como más probable en que podría ser atacado. Si
bien uno de los Vampiros de Cayo y uno de sus Ghoul, chico y chica
respectivamente, se fijaron en el según apareció, el hecho de estar comiéndose
golosamente un buen trozo de pizza, y el que no oliese como ningún miembro de
otra raza, provoco que lo calificasen de inmediato como humano.
Ambos resultaron
atacados por sorpresa, la chica murió sin saber siquiera que le ocurría, el
Vampiro por el contrario, supo perfectamente cuál sería su destino al sentir
como los colmillos del ser de la noche que le atacó rasgaban la piel de su
cuello, empezando a succionarle la sangre. Aun en un último gesto inconsciente,
metió la mano bajo su chaqueta y sacando un cuchillo de considerables
dimensiones apuñalo a su atacante…, cuya única reacción fue aumentar el ritmo
de absorción de sangre de su presa. Cuando ya le quedaba muy poco para
exterminar a su víctima, fue cuando Miguel se puso en marcha hacia él.
Cuando llego a su
altura, el agresor acababa de dejar seco al Vampiro, su cuerpo empezó en
cuestión de segundos a mostrar el paso del tiempo sobre él. Cuando un Vampiro o
un Ghoul morían, sus restos empezaban rápidamente a acumular sobre ellos el
paso de todo el tiempo vivido como tales criaturas, lo que habitualmente,
suponía que quedasen reducidos a cenizas… Eso ocurrió en el caso del Vampiro,
pero no en el de la chica, que prácticamente no sufrió apenas cambios, lo que
indicaba que era un Ghoul “reciente”.
·
Vaya, humano, mal
hecho al venir hasta aquí… mi sed ya estaba saciada, pero ahora me voy a ver
obligado a matarte… -sonrió maligno.
·
No has cambiado
en nada, Martuk –dijo Miguel agachándose sobre la mujer, buscándola el pulso en
el cuello.
·
¿Quién te ha
dicho ese nombre?... ¡¡¡Ahhh!!!, entiendo, eres otro Ghoul, ¿no? –vi como sus
fosas nasales se movían rítmicamente oliendo el aire.
·
Es inútil, con
toda esta sangre tan cerca de ti, dudo que puedas oler la mía bajo la piel y
determinar qué clase de ser soy…
·
No, eso no
influye, puedo concentrar mi olfato en un solo blanco, y no hueles a Ghoul o a
Hijo de la Noche… Dado que no te sorprendiste cuando me viste, supongo que eres
un… “Cazador”, ¿me equivoco?
·
La verdad es que
no, no te equivocas, estoy aquí para cazarte, como bien has dicho -Miguel se incorporó
con el cuchillo de la chica en la mano.
·
¿Pretendes
enfrentarte a mí…? –señalo divertido el cuchillo-, ¿con eso? –luego rompió a reír.
·
No, realmente no,
pretendo hacerlo con esto otro –replico Miguel sacando su Xifo de debajo de la
cazadora.
·
Ohhh, vaya, una
espadita… Pero la mía… es más grande… -dijo nuevamente divertido sacando a su
vez su propia espada.
·
Vaya, bonito
Yatagán, ¿así que es cierto que eres un Jenízaro del apogeo del Imperio Otomano?
–dijo Miguel, haciendo que Marduk entrecerrase los ojos.
·
¿Quién eres tú?
·
Alguien que te
quiere muerto, mataste a un amigo mío en Paris, en la universidad…
·
Creo que te
equivocas, hace mucho que no he estado en Francia… aunque eso es igual, has
cometido un error al venir a mí y te va a costar la vida…
·
Le mataste en
1934… desde entonces, he esperado pacientemente volver a encontrarte de nuevo,
y matarte…
·
Creo que antes
equivoque la pregunta, lo correcto si no me estas mintiendo, seria preguntarte,
¿qué demonios eres tú? Aunque de todos modos es igual, te voy a matar aquí y
ahora, si tratabas de ganar tiempo para que acudiesen más lacayos de ese Romano
estúpido, perdiste el tiempo… -se señaló con el dedo-. Sabes tenías razón, era
de la elite entre los Jenízaros… no tienes posibilidades contra mi… Mantengo
intacto su entrenamiento militar en mí, durante más de 500 años…
·
Vaya, lo cierto,
es que mi entrenamiento en ese aspecto es… Espartano…
·
Pues mala suerte,
entonces, deberías de haber aprendido con quien debes de meterte y con quien no…
-salto sobre Miguel blandiendo el Yatagán, enfilándolo con un tajo hacia su
cuello.
Miguel vio venir
el ataque, conocía esa maniobra suya, y de hecho la había provocado, en sus
manos llevaba el Xifo y el cuchillo de la chica, uso el segundo para desviar el
golpe, que paso a milímetros de su cuello, y el Xifo lo uso en un golpe alto,
sobre el propio brazo de Martuk para clavárselo en el corazón. Martuk se dio
cuenta de la trampa, solo que excesivamente tarde, así como el hecho de que
Miguel no se movía con la velocidad de un humano o un Ghoul, sino que lo hacía
mucho más rápido aun incluso que los hijos de la noche. El Xifo lo paralizo en
el acto, haciéndole caer al suelo inmóvil. Miguel se situó sobre él, mirándolo
desde arriba, clavando sus ojos en los enfurecidos ojos de Martuk…
·
Sabes, creo que
me malinterpretaste. Cuando te dije que mi entrenamiento era Espartano… lo
decía en sentido literal. Yo fui uno de los compañeros del Rey Leónidas en el
paso de las Termopilas, de hecho, podríamos decir que fui el único Guerrero Espartano
que salió vivo de allí… y debes saber, que cuando aprendo algo, mi cuerpo,
siempre recuerda como se hace y lo que se necesita para ello por muchos años, e
incluso siglos que pasen…
Los ojos de
Martuk se movieron asustados en sus orbitas, era evidente que querían preguntar
muchas cosas, incluido también, el suplicar por su vida, consciente de que no
sobreviviría, y que contra mas hablase Miguel sobre él, menos probabilidades de
ello existían, pues nadie en su sano juicio revelaría tales cosas desconocidas
para todo el mundo, y dejaría a nadie vivo para que pudiese contarlas o
sacarles partido…
·
Si, así es
Martuk, no vas a salir vivo de aquí…
Miguel se agacho
sobre él y lo degolló con el cuchillo de la chica, empapando su hoja con su
sangre, dejando luego el cuchillo en la mano de ella, mientras que con la otra
le taponaba la herida a Martuk. Cuando termino, le sonrió, con una sonrisa que
daba escalofríos, y lentamente, para que lo viese bien, hizo salir sus
colmillos de las fundas de sus encías, agachándose luego sobre su cuello,
mordiéndolo y empezando a succionarle la vida. Al contrario que con Yolanda a
la que hizo disfrutar, con Martuk empleo su otra habilidad, el Infierno en la
Sangre, el cuerpo del Vampiro empezó a temblar pese a estar inmovilizado por la
espada clavada en su corazón, incluso de su garganta escapaban quejidos
guturales de terror, de miedo y de profundo dolor…
Dejándole a un
solo paso de la muerte dejo de tomar su sangre, luego saco el Xifo de su
cuerpo, y recogiendo de entre las ropas del Vampiro de Cayo Marco el Gladio que
este escondía, decapito a Martuk matándolo en el acto. El cuerpo del Vampiro se
convirtió en polvo en tan solo unos segundos, así como la sangre del suelo,
únicamente quedo la que había sobre el acero de las espadas y el cuchillo de la
chica. Miguel nuevamente se inclinó, colocando el Gladio en la otra mano de la
joven como si ella lo hubiese eliminado antes de morir.
También reviso
rápidamente los efectos personales tanto de las ropas de Martuk como de la
chica, recogiendo varias cosas, marcando algunas huellas en el suelo, dejando
un objeto muy particular junto al cadáver, y marchándose luego de allí, con
mucho cuidado de no llamar la atención de nadie, ya que aún le quedaba algo más
que hacer en esa noche... Y debía de hacerlo cuanto antes…, pensaba darle a la
policía un culpable para esos crímenes, además de un colaborador de Martuk para
Cayo Marco, y tenía muy claro, quien iba a cargar con todos “los muertos”,
nunca mejor dicho.
La semana
siguiente, el martes, tras los exámenes, Yolanda y Miguel se encontraron con
Sara, que les tenía una noticia sorprendente que dar, algo que hizo que Yolanda
se tambalease… Según parece, cuando la policía irrumpió en el domicilio del
imbécil de Jorge, el llamado “Sire” de Yolanda en el Vampiria, había sido
detenido. Encontraron en su casa junto a un número muy elevado de pastillas de
éxtasis debidamente escondidas en un doble fondo de un armario, varias cosas
pertenecientes a los asesinados, incluido un colgante perteneciente a una
turista Italiana que por lo visto había desaparecido el fin de semana en la
zona de la universidad y cuyo cuerpo había sido encontrado tirado en un
descampado de las afueras de la ciudad, según parece apareció con las mismas
señales e idénticas heridas a los anteriores, así como sin una sola gota de
sangre…
La vida continuó
tras los asesinatos de las universidades, Miguel y Yolanda terminaron sus
respectivas carreras con una nota excelente y manteniendo su amistad igual de
fuerte que siempre. Tras su vida estudiantil, les llego a ambos la hora de
buscarse un trabajo y empezar a labrarse un futuro… sin que por ello dejasen de
verse de modo regular como los mejores amigos que eran. Sara, aunque al final
resulto llamarse de verdad Coral, mantuvo el contacto con ambos, pero
especialmente con Yolanda, algo menos con Miguel, con quien en poco tiempo no pasó
de ser una relación limitada a poco más que el Whassap… Por su parte el Sire de
Yolanda no llegó al juicio, le mataron unos pocos días antes en la cárcel un
preso italiano, las sospechas se dirigieron hacia un ajuste de cuentas por
asuntos de Drogas.
CONTINUARA
*Sire: En el mundo
Vampírico el Sire es el primer Vampiro, el creador o usurpador de una estirpe,
dueño y señor de la vida de todos los pertenecientes a ella. Se pude ser Sire
por Creación o por Usurpación, la segunda obviamente es matando al Sire, para
después ocupar su puesto. Por ello normalmente, el Sire, siempre es el Vampiro
más poderoso de la Estirpe… Por todo ello, un Vampiro, contra mas años tiene
como tal, más poderoso, taimado, desconfiado y peligroso resulta…
*Ghoul: Son humanos que
han bebido sangre de un Vampiro. Lejos de lo que dicen los libros, esta no les
concede la inmortalidad, pero sí que al mezclarse con la suya les otorga más
años de vida sin enfermedades, mayor fuerza, agilidad, resistencia psíquica y
física, reflejos… Dota a sus sentidos en general de una notable mejoría que puede
llegar al 100% de los mejores en un humano en algunos casos, especialmente si
estos ya eran hombres bien entrenados de antemano en algún tipo de disciplina.
*Estirpe: La estirpe Vampírica se determina por el vampiro que les convirtió
originalmente así como por sus poderes. Las estirpes suelen ser piramidales con
más o menos escalones, a más escalones, obviamente mayor número de Vampiros en
ella. El número de estos depende directamente del poder e importancia del Sire
y del territorio propio que controlen.
*Chiquillo: Nombre genérico dado por un Sire a los Vampiros de su propia estirpe,
o directamente por el responsable de una nueva transformación al Vampiro por él
creado…
Os presento en primicia en mi Blog, el primer capitulo de la nueva serie que en su momento sustituirá a Crónicas de Vhaalzord.... espero que os guste...
ResponderEliminarGenial introducción, aunque "m'has matao" al dar a entender que Val tiene los días contados.
ResponderEliminarTranquilo Xan, que a las Crónicas aun le quedan algunos libros... aunque ya no muchos.
ResponderEliminarGenial; aunque Vhaalzord junto con Luisito se quedan en mi corazón :D
ResponderEliminarSí, Luisito Forever!! Aunque "sea un calzonazos" (según sus suegros)
Eliminarcual es el relato de luisito???
EliminarRelato Hasta el día de hoy , muy bueno por cierto buscalo en todo relatos en el perfil de shadow
EliminarEste es el link al primer capítulo de "Hasta el día de hoy...", luego solo tienes que ir siguiéndolos por orden desde mi perfil en TR, pero ya te advierto que son 66 en total...
Eliminarhttp://www.todorelatos.com/relato/72523/
Muchas gracias por compartir el relato, es interesante la trama y da para mucho más. Un saludo a tod@s.
ResponderEliminarMe gusto, tu forma de mostrar los mundos es fabulosa.
ResponderEliminarEsperemos que los últimos libros de Val sean lo mejor de una excelente serie.
Saludos
Claudio
AMIGO ESPERO QUE SEA COMO VAL O MEJOR POR QUE SINO ME OFENDERIAS CON LO QUE AMO TODA TU LITERATURA TU ADMIRADOR
ResponderEliminarExcelente, envuelve a la imaginación y confunde, especialmente las alusiones a espadas y guerreros legendarios.
ResponderEliminarMuchas Gracias y saludos de Calama (tierra de sol y cobre)
Hola sr shadow, como siempre excelente relato, ya quiero mas!!! Lamento saber lo de vaal :(. Le cuento q sus relatos me los he leído como 4 veces cada uno (para hacer tiempo ) esperando a q suba el siguiente capítulo. Aclaro: todas sus series como 4 veces. Asi de bueno es ud. Bueno q decirle...cuenta con un voto mas por si algun dia decide hacerle la competencia a J.R.R tolkien encuadernando a tiito vaal como le dice la "legion". Toda mi admiración y saludos nuevamente desde uruguay. Alex el charrua.
ResponderEliminarComo ya dije, esta serie sera publicada en TR en cuanto termine la de las Crónicas de Vhaalzord, esto solo ha sido un pequeño regalo para que vayan saliendo los "colmillos"... La diferencia es que esta no ira por libros, sino por Capítulos Completos de mayor o menor tamaño, un estilo a la de "Hasta el día de hoy..."
ResponderEliminarGenial Shadow, todos los días entro a revisar aqui y en TR por si has publicado algo nuevo. Felíz finde.
ResponderEliminarExcelente relato, me ha encantado. Estoy totalmente expectante p sara la siguiente entrega. Alguna pista sobre cuando va a salir?
ResponderEliminarComo ya dije un poco mas arriba, esta serie sera publicada en TR en cuanto termine la de las Crónicas de Vhaalzord, esto solo ha sido un pequeño regalo para que vayan saliendo los "colmillos"... La diferencia es que esta no ira por libros, sino por Capítulos Completos de mayor o menor tamaño, un estilo a la de "Hasta el día de hoy..."
EliminarAún tengo los colmillos largos por la espera....
ResponderEliminarTranquilo que no falta mucho ya para que empiece a publicar el Quinto Libro de la Saga de Confederación Imperial. Lilim saldra en TR en cuanto termine con las Crónicas, este solo fue un pequeño aperitivo...
EliminarBuen relato, una gran historia, y no estoy seguro pero ¿puede ser que hayas cogido algunos matices y la historia del mundo vampírico del juego de rol: Vampiro la mascarada, de whitewolf? Es solo que me recuerda mucho el tema de Caín lilith y seth :D sin mas, un saludo Shadow. Nastami
ResponderEliminarNastami, te confieso que me he leído Vampiro, La Mascarada de la Muerte Roja y es una trilogía que esta entre mis favoritas dentro de la Saga de Vampiro. Si, he tomado de ahí la idea de Caín como el primer Vampiro, siendo creado por Lilith, la de su hermano Seth como el primer Mago humano. A Lilith no la verdad, a ella la tome para mi historia por ser la primera mujer de Adan y tener un pasado realmente turbulento, rodeada de demonios y castigos divinos, de hay tome a Lilith como madre y origen de las Razas Ancestrales.... Y el titulo genérico de la saga, Lilim, es el claro exponente de que y quien es en realidad el protagonista de esta historia... Ashur, el Maldito...
EliminarBien, las cronicas de vhaalzord han terminado pero por lo que veo esta historia se vie igual de prometedora que las cronicas. espero que asi sea.
ResponderEliminarHacía mucho que un autor no lograba captar mi atención así, excepto por algún par de detalles gramaticales que no puedo asegurar que no sean mas producto de la hora de madrugada, que errores del autor en sí, me encanta! Lástima que el acoso sea ilegal, de otra forma, juro que le acosaría.
ResponderEliminarHola me encantó este libro y lo sigo en otra web (todorelatos) ahí tienes hasta el capítulo 12, y me encantaría saber si lo continuarás, espero con ansia el y los siguientes capítulos
ResponderEliminarMe gustaría saber cuándo editará otro capítulo
ResponderEliminarHola, tengo mucho tiempo esperando el capítulo # 20 de la saga LILIM. Que paso con Coral y la Lanza del Destino?
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