viernes, 2 de mayo de 2014

                               Confederación Imperial Galáctica

Libro - 4

Estabilidad


4




Fecha estelar - 5328
2º Cuadrante Militar del Imperio
Sistema Kidona
Planeta Kidona III

Montañas Altard


La situación fue más lenta de lo que el Príncipe Jhored esperaba, Kilara Volterra se excusó de no poder acudir al día siguiente a comer y a llevar los aerodeslizadores, achaco el hecho a una serie de circunstancias personales además de a no haber podido hacerse con unos modelos aceptables para ellos. Su Alteza sopeso las razones y las encontró muy válidas, luego acudió a su pequeño despacho montado en la casa para la ocasión y pidió un buen número de informes. Tras unas cinco horas leyendo lo que había pedido, puso sobreaviso a Selena para que estuviesen aún más atentos...


     Perdón Alteza, ¿ocurre algo para que haga esa advertencia?
     De momento no, pero me temo que no tardando mucho puede que tengamos compañía aquí arriba.
     ¿Quién vendrá? -Selena apretó los labios pensando en algún invitado sorpresa de su Alteza.
     No lo sé, pero antes o después aparecerán por aquí enviados del Duque Koldionar o del Duque Kildoniare. Presupongo que intentaran comprarnos nuestros derechos sobre el alquiler de este pacifico lugar, en el que gracias a vosotros estoy pasando unas muy entretenidas vacaciones -aprovecho para pinchar un poco a Selena sobre la elección del lugar.
     ¿Cree que darán problemas serios o solo nos intentaran tantear? -pregunto ignorando los comentarios de su Alteza fuera de la razón en sí para no hacerle el juego y cabrearse.
     Dependerá de como vean la situación, pero es posible que se pongan bruscos si de verdad deseasen esta ubicación con... digamos que ansias. Además, estad también preparados para posibles "exhibiciones" aéreas sobre nosotros llegado el caso...
     Avisare a la Almirante para que la flota este lista por si acaso -dijo muy seria Selena.
     Estoy de acuerdo contigo, de paso, notifícala que quiero que los sensores de la Flota sigan a cualquier aparato aéreo que penetre en los terrenos de la Marquesa de Volterra, y me da igual un aerodeslizador que un aparato aéreo, los quiero todos junto con su destino final, ¿entendido?
     Si Alteza, por supuesto, veré de dar inmediatamente las órdenes -dijo Selena saliendo a cumplirlas.
El Príncipe se quedó en el despacho pensativo, leyendo varios de los informes que solicito sobre el sistema Kidona, su fauna política y demás bichos de esa especie. Revisando, había encontrado un buen número de datos sueltos que por sí mismos no tenían nada de particular, pero que en conjunto y vistos desde un cierto prisma, eran bastante significativos y porque no decirlo, realmente sorprendentes, por esa misma razón, quería hablar lo antes posible con el Emperador. Aunque antes de hacer eso, también quería tratar personalmente con la Marquesa sobre su situación actual para poder calibrarla, momento que realmente, esperaba con cierta impaciencia...
Su Alteza tuvo la fortuna de poder comer con la Marquesa al tercer día, eso sí, anterior a tan lúdica situación, hubo tres días de problemas entremedias. En primer lugar ciertamente aparecieron los "interesados" en el contrato de alquiler, a los que para su mala suerte atendió Selena con su graceja habitual y mala leche encantadora, de hecho estuvo a un tris de desenfundar su arma y eliminarlos. Pero en lugar de eso, se limitó a sacudir un poco a los tres visitantes cuando se “soliviantaron” con la negativa por su parte de ser amable y condescendiente con sus deseos.
Por su parte, la Flota había informado de la presencia casi constante de algunos aerodeslizadores por la zona, incluso de algún que otro aparato netamente aéreo que les estaba poniendo visiblemente nerviosos, incluso en este caso a la propia Almirante, que dio orden de que si en alguno de ellos se detectaban capacidad de combate fuese destruido, de inmediato y directamente, por los cañones de la flota. Luego de eso le propuso a su Alteza cerrar por completo el espacio aéreo sobre la zona para evitar esas "pasadas", cosa a la que su Alteza se negó de momento, y aunque visto lo visto, le dio órdenes expresas de no molestarles si antes no hacían algo agresivo contra alguno de los presentes en tierra o contra la propia flota, sí que dejo claro de que en ese caso las ordenes cambiaban, si se llegaba a ese extremo sus instrucciones eran las de derribarlos en el acto tal y como ella misma había ordenado.
Al tercer día acudió la Marquesa con los tres aerodeslizadores, bueno en verdad llegó con cuatro, uno de ellos evidentemente era el que ellos usarían para regresar a la residencia principal de la finca. A la Marquesa se la veía sumamente preocupada, junto a ella además de dos de sus capataces estaba un hombre de mediana edad al que presento como Belton Von Grogoreki, Barón para más señas, sin lugar a dudas otro noble más del Planeta Kidona IIII. La comida estaba siendo de lo más entretenida y amable cuando escuchamos un fuerte ruido procedente de fuera, concretamente de algún Aerodeslizador pasando rasante sobre el tejado, más para molestar que por otra cosa. La Marquesa apretó los labios...
     Creo que lo más honrado por mi parte seria devolverles el ingreso que hicieron cuando les alquile esto, ustedes vinieron para descansar y es obvio que así no lo vais a conseguir... .mejor que se alojen en el pueblo, estarán más agosto allí -dijo seria.
     No, realmente no me apetece para nada, incluso estaría dispuesto llegado el caso de extender un mes más mi residencia monetaria aquí para continuar "relajándome", y repito, por favor, tutéanos.
     Jhored, te doy las gracias, en serio, de verdad, pero esto de ahora no ha sido nada, es solo molestar, pero si no consiguen lo que desean, se pondrán desagradables y no quiero que nadie sufra daños por mi culpa...
     ¿Por tu culpa? -enarco una ceja-, no entiendo... -su Alteza simulo estar confundido.
     ¿Escuchaste lo de la elección en las noticias? -pregunto Kilara.
     Si, bueno, creo que algo escuche en las noticias y estuve incluso mirando e investigando pro simple curiosidad en qué consistía eso de la ele... -se quedó a medias mirando a Kilara, luego se dio una palmada en la frente-. Anda, claro que sí, ahora sé a qué te refieres, ¿no me digas que eres tú la elegida para desempatar la votación esa ten importante? ¡¡Claro, Kilara Volterra…!! -afirmó más que preguntó.
     Sí, soy yo, y ese es justamente el problema, ambos bandos trataran de conseguir el voto y me empezaran a presionar incluso de malas formas, más todavía si llegasen a sospechar que apoyo al contario, entonces seguro que se pondrían mucho más "agresivos" conmigo y quien anda cerca de mí, por eso creo que deberían de irse.
Lo cierto es que la Marquesa estuvo hablando durante un buen rato, también intervino en la conversación y las explicaciones, el propio Barón, lo cierto es que ambos se explayaron a gusto sobre la real situación política en el sistema estelar. Incluso el Barón tuvo a bien cargar contra el Trono en la persona del mismísimo Emperador, quien por lo visto no es que le cayese especialmente bien y de quien no tenía precisamente tampoco una gran imagen que dijéramos. Selena y el resto de los comensales parecían un tanto apurados por la claridad meridiana de los términos empleados, todo menos Kilara y por supuesto como no, su Alteza que se limitaba a mirarlos a ambos divertido, a juicio de Selena, excesivamente divertido para todas las barbaridades que esos dos estaban diciendo del Emperador y el Trono ante sus mismísimos morros. Cuando terminaron de despacharse ambos, su Alteza recondujo de nuevo la conversación al punto que realmente le interesaba “tratar” para sus planes…
     Por nosotros no se preocupe con eso de la gente que dice, no somos nada fáciles de asustar, puede incluso que los que acaben teniendo miedo sean ellos –tanto el Barón como Kilara sonrieron ante la “Bravata”-. Además me gustaría quedarme hasta que termine la elección, eso no es algo que se vea todos los días. Pero díganme una cosa que no entiendo, si lo ven ambos así de mal, ¿porque no pide protección? -pregunto de forma inocente su Alteza-, al fin y al cabo por lo que he leído, creo que como electora y mientras esto dure tendría derecho a ella, ¿no?
     Pues... –Kilara miró al Barón, que se recostó pensativo.
     Creo que sí, es algo a lo que tienes derecho, podríamos solicitarte unos agentes armados como protección al gobierno del sistema estelar, no creo que te los denieguen y aunque mandes gente con intereses, estoy seguro que lo harían con intereses en ambos candidatos… -terminó.
     Bueno, menos da una piedra y unos por otros, al menos podremos conseguir que esos aerodeslizadores no puedan hacer lo que quieran sin arriesgarse a ser detenidos -suspiro.
     Perdonen los dos pero de verdad que no comprendo donde está el problema con esos aparatos que incordian tanto, según lo poco que pude leer sobre sus ventajas como electora en esta situación, usted tiene derecho a protección, y según tengo entendió se podría incluir en tal concepto la exclusión aérea sobre sus propiedades, especialmente cuando no hay ningún problema con poblaciones cerca o de interrupción de rutas aéreas planetarias como es en el caso de estas tierras... Hablo de oídas y por lo poco que he leído, entendámonos, pero bueno... no creo que por hacer la prueba…
     Si, teóricamente sería posible, pero eso sí que no me lo va a conceder el gobierno del Sistema, ni aun el Planetario lo haría y me conocen bien, sería ponerse casi en contra de los dos candidatos, y ninguno de ambos querrá hacerse significar de ese modo -negó con la cabeza Kilara.
     ¿Y la Flota de la Confederación Imperial? -pregunto su Alteza otra vez como de pasada.
     ¿La Flota?... –preguntó perpleja Kilara.
     Un momento -dijo de repente el Barón dando un golpe seco en la mesa-, eso es, la Flota, pues claro que sí, tiene naves orbitando el planeta en estos instantes... Quizá no directamente, pero sí creo que podamos conseguir que se decrete por su parte la exclusión aérea de tus propiedades... -sonrió malicioso el Barón.
     Explícate -dijo repentinamente muy interesada la Marquesa.
     Es muy simple, elevamos la petición en tu nombre como electora a los gobiernos tanto planetario como del sistema a la vez que ante el Alto Mando de la Flota Imperial y a la propia Cámara Alta ante la constante intrusión de gente "no deseada", notificando a cada uno las otras peticiones y aduciendo a la presencia aquí en este mismo instante de elementos armados en órbita que te pueden proporcionar protección instantánea de cualquier tipo... -Kilara le interrumpió pensativa.
     De ese modo quizá unos por otros pensando en adelantarse y quedar bien por si los medios se enterasen, alguno termine por ceder a la petición, ¿no es eso? –preguntó sonriendo la Marquesa.
     Eso mismo Kilara, especialmente si se mete suficiente ruido público -se rio a carcajadas el Barón-, su misma estupidez nos lo ha puesto en bandeja, y a ustedes muchas gracias por la idea, no creo que se nos hubiese ocurrido por nosotros mismos de tan obvia que era.
Selena miro al General Mao que a su vez clavo sus ojos en ella, luego ambos miraron a su Alteza fijamente. Los dos sabían que la Almirante Tanya había intentado conseguir que su Alteza le permitiese cerrar el espacio aéreo sin éxito, ya que eso descubriría de inmediato la presencia en el planeta del Heredero al Trono Imperial, sin embargo, en ese mismo instante, el Príncipe Jhored acababa de hacer que fuese la propia Marquesa quien le sirviese en bandeja de plata la tapadera perfecta para poder hacerlo sin que su presencia saliese a la luz e incluso de justificar llegado el caso la presencia de los Marines de su propia escolta en esas montañas.
El General Mao cada vez que le veía hacer este tipo de cosas, se preguntaba como todavía existía quien, conociéndolo bien, aún era capaz de subestimarle y creerse mucho más inteligente que él. El resto de la comida fue de lo más amena y entretenida, tanto la Marquesa como el Barón parecían enormemente satisfechos con las ideas que habían "tenido" en referencia a poner todas las trabas posibles a ambos Duques, además que hicieron la contra invitación de rigor para ser esta vez ellos los anfitriones de una nueva comida o cena. Lo negativo especialmente para Selena y compañía, es que su Alteza le sacó a la Marquesa una invitación extensa para “aprender” cómo funcionaban sus “negocios” de ganado, y eso que aún no sabían lo que en realidad pretendía este.
Nada más irse de allí los invitados, su Alteza habló directamente con la Almirante, informándola de la más que posible petición que realizaría la Marquesa o el Barón en nombre de la primera, dio orden de que según llegase a la Flota esta fuese aceptada de inmediata y se asegurase de que las órdenes oportunas terminasen en la Flotilla. La idea de su Alteza era simple, unos por otros, ambos Duques estaban tan enemistados y sus peleas por el puesto tan enquistadas, que confiaba en que cada uno de ellos pensase que había sido el otro quien consiguiese que aceptasen la idea de la exclusión aérea para las propiedades de la Marquesa y así negarle la presión necesario al contrario, lo que implicaba que a la vez pensasen en porque lo habría hecho de ese modo, que ventaja tendría para hacerlo así... Su Alteza Imperial, en realidad con tanta maniobra, lo que pretendía es que mirasen en otras direcciones y no hacia ellos.
Además por eso mismo había guiado al Barón hasta donde había podido, para que liase aún más la madeja haciendo varias peticiones ante diferentes autoridades y amenazando incluso con hacerlo público. En realidad simplemente pretendía asegurarse de que no fuese fácil discernir desde donde exactamente se había concedido realmente el permiso o con que apoyos reales contaba la facción contraria, e incluso que pudiesen aducir el hecho a la presión mediática de llegar a las noticias. Después de esto, su Alteza hizo que le trasladasen al Represor en una de las Lanzaderas de Asalto para poder comunicarse desde allí personalmente por un canal tridimensional de máxima seguridad con el Emperador...
Los datos obtenidos en los informes que había solicitado le parecían llevar a la intervención del Emperador en varios intentos de socavar la autoridad de ambas familias Ducales y quitarles a ambos del asiento en la Cámara Alta. Aunque esto no estaba muy claro y en realidad no pasaban de ser meras conjeturas de su Alteza, este considero que era algo que merecía la pena confirmar personalmente... Cuando consiguió la comunicación con el Emperador, le pregunto a su tío sin rodeos sobre ello… y obtuvo de este el mismo tipo de contestación.
     En realidad es muy simple, esas dos familias están metidas en todo tipo de negocios de dudosa legitimidad, pero es imposible probarles nada, la policía lleva años intentando hacerlo, cualquier cosa, por nimia que sea, pero sin éxito ninguno hasta el momento. El asiento que obtienen en la Cámara Alta les parapeta de casi todo debido a su importancia, a las influencias y a los contactos que les consigue… -dijo el Emperador.
     Entiendo… Uhmmmmm –quedo pensativo unos segundos-. Tío, dime una cosa, ¿conoces quizá al Barón Belton Von Grogoreki?
     Si, si le conozco, si… ¿Por qué?
     Porque le he tenido aquí invitado junto con la Marquesa de Volterra a comer, y no parece que te tenga ni a ti ni al Trono mucha estima que digamos. ¿Qué opinas de él?
     Es un buen hombre, honrado a carta cabal, de lo más honrado que me he encontrado nunca, su título, aunque modesto, y familia, proceden de la nobleza más antigua de hecho. Respecto a su opinión… bueno, ha sido alguien que ha querido que se manejasen las investigaciones contra los Duques de Koldionar y Kildoniare de otra manera, que hubiesen sido más… extremas, de hecho gran parte de su resentimiento contra mí o contra el trono, es mi negativa a usar a los servicios de Inteligencia o al mismísimo SISI para investigarlos.
     Un momento, un momento, ¿pero no me acabas de decir que se sabe que esas dos familias están involucradas en hechos delictivos?
     Si, se sabe, pero no existe ni una mínima prueba como te dije, y con alguien así, de esa importancia política, nos guste o no, y en eso te incluyo a ti, necesitamos pruebas para poder operar con contundencia, pero eso es algo que no tenemos. Inteligencia y el SISI tienen recursos finitos, no podemos emplearlos únicamente por “saber” pero sin unas pruebas por mínimas que sean o sin un motivo lo suficientemente valido, aunque en este caso no te creas que no me hubiese gustado poder hacerlo… Eso sí es algo que me encantaría poder ordenar, enviar al SISI… a la Guadaña contra esos dos y que lo pusiesen todo patas arriba a su estilo, con muchos muertos de ambas familias por delante...
     ¿Y la policía?
     Nada, ninguno de los diversos cuerpos ha logrado nada, cuando parece que pinchan en hueso reciben presiones para aflojar. Ya he intervenido personalmente en tres ocasiones contra esa “presión”, y he ejercido la mía propia en dirección contraria, incluso más de uno que ha presionado ahora mismo aún está en prisión por orden directa mía, pero nada, la policía no ha logrado nada en absoluto, incluso sé que han perdido varios agentes en estas investigaciones por… “accidentes”. Lamentablemente, el asiento en la mesa de la Cámara Alta genera mucho poder, y esas dos familias saben cómo usarlo…
     Entonces por lo que deduzco, no están tan enfrentadas como aparentan, colaboran…
     Bueno, digamos que el que ocupa el asiento manda ya que tiene los contactos necesarios y el poder preciso para protegerse. Pensamos que la otra familia se ve obligada a pagar un canon por la protección, pero en definitiva, resumiendo, quien se sienta en el asiento manda… sea quien sea de los dos… Lleva siendo así desde hace muchísimo tiempo…
     Bien… ¿Y si hubiese un modo de que ninguno de ellos fuese el elegido, que quizá saliese otro? –sonrió su Alteza, atrayendo de inmediato el completo interés del Emperador.
     ¿Que estas tramando? Eso es imposible… Nadie aceptaría siquiera tratar de presentarse, sería su sentencia una vez alguno de esos dos saliese elegido… Esa opción ya se barajó en su momento pero sin éxito…
     ¿Tío, qué te parecería el Barón Belton Von Grogoreki como nuevo miembro de la mesa de la Cámara Alta?
     Que firmo ahora mismo por eso. Sería una solución perfecta para nosotros, pero es imposible del todo…
     No, no sería imposible si la Marquesa lo vota como su elegido… -se rio el Príncipe.
     Ni aun así Jhored, ni aun así saldría, parece mentira que digas eso. La marquesa pondría un voto para el Barón, y los Duques continuarían cada uno con tres votos, después de eso, la Marquesa se vería obligada a votar si o si entre ambos candidatos mayoritarios, es lo que marca la ley de voto, eso solo dilataría la elección. Para lo que tú dices tendrías que hacer variar tres de esos votos hacia el Barón, cosa que es del todo imposible, aunque sobre el terreno tres de ellos te dijeran que si apoyarían al Barón, al final ninguno de ellos cambiaria realmente su voto… -meneo la cabeza el Emperador.
     Sí, eso lo sé, tanto que no cambiarían de voto, como que solo habría una oportunidad de presentarle como opción, me leí la ley de votación de cabo a rabo. Pero… ¿y si te digo que existe una forma de que eso sea posible únicamente con el voto de la Marquesa de Volterra…? –sonrió maligno su Alteza.
     Explícamelo ahora mismo, ¿cómo? –apresuró el Emperador, respetaba mucho a su sobrino, y a estas alturas ya lo conocía como para saber que si este decía que había un modo, es que lo había y él sabía cómo.
     Hace unos doscientos treinta años, al entonces Marques de Volterra y a su descendencia directa en la cabeza de familia, se le otorgo la “merced” de ser los votantes decisivos en la silla del sistema Kidona en la Cámara Alta. Aunque se estipulo que para eso, se debían de cumplir ciertos requisitos por su parte…
     ¿Estás seguro de esto?
     Sí, es un poco extraño pero veras…, creo que esto fue una especie de seguro por el entonces Emperador para impedir un uso indiscriminado de la merced concedida por parte de esta familia… o un modo quizá de asegurarse que el representante en ese asiento iría en la dirección adecuada. Recuerda que en esa época el Trono no estaba tan asentado y firme como hoy en día…, su poder entonces era… un tanto relativo, digamos que algo volátil para entendernos, ese poder dependía mucho de las cámaras, y especialmente de la Cámara Alta.
     Está bien, pero ahora dime, ¿qué requisitos son esos?, porque te garantizo que se cumplirán, si es necesario, me encargare personalmente de que así sea –sonrió el Emperador por primera vez desde que empezó la conversación-.
     Son simples, el primero es el más complicado de conseguir, ya que consiste en que el poseedor en el momento del título del Marquesado de Volterra debe de pertenecer por derecho legítimo al grupo elector. Eso es algo que ya se ha cumplido gracias por cierto a ambos Duques que la declararon como la séptima electora por derecho de nacimiento y título de forma legal, siguiendo todos los pasos marcados por la ley –sonrió irónico el Príncipe-.
     El segundo es ejercer su derecho a voto ante el Emperador, el heredero directo al trono, o alguien debidamente autorizado por el primero para verificar que dicho voto se realiza sin presiones o de modo forzado por alguna circunstancia ajena al libre albedrio del votante, algo que como es obvio en estos instantes no será ningún problema –explicó.
     Y el tercero y definitivo, que del mismo modo el voto sea validado en el instante de ser emitido por el Emperador, su heredero directo al trono o alguien debidamente acreditado para tal hecho por el Emperador. Algo que al igual que con el punto anterior, no habrá excesivos problemas –al escuchar esto su majestad estalló en carcajadas-.
     Bien, bien, bien… haz lo que creas necesario para que esas condiciones… “se cumplan”. Si el Barón ocupa el asiento, podrá empezar a usar su recién adquirida influencia en apoyar con energía y cubrir eficazmente de interferencias externas las investigaciones policiales en curso contra ambas familias, y yo personalmente me encargare de “protegerle” a él de “otras interferencias externas…” -se rio el Emperador.
     Me encargare de que así sea, solo quería estar seguro de que el Barón era el hombre adecuado y contaba con tu aprobación… dado el cariño que parece procesarte…
     La tienes Jhored, tienes mi total aquiescencia con tu idea, créeme que la tienes… Y por el Barón no te preocupes, eso cambiara con un poco de tiempo en ese asiento, se dará cuenta por sí mismo de que tengo las manos atadas, pero que el mismo es quien podría ir facilitándome lo necesario para permitirme actuar con contundencia contra esas lacras…
     Perfecto entonces, me retiro ya… Te mantendré informado de cómo avanza todo esto…
     De acuerdo, pero ten cuidado, y no bajes la guardia, esas familias no son ninguna broma, se juegan mucho y si te conozco bien, no sabrán quien eres en realidad…
     Pues si intentan algo contra mí, van a tener una vida muy efímera desde ese momento…
     Lo sé, pero dudo que se mancharan las manos en persona, quizá no se les pueda relacionar con lo que suceda… Quiero que te antes con cuidado… no eres inmortal…
     Lo sé, y recuerda tú, que conmigo es complicado tratar de jugar a según qué cosas o con según qué métodos… porque me enfado bastante… Sabes que eso también es muy peligroso, porque me lo tomo como algo muy personal y las únicas naves de la Flota presentes aquí son las de mi escolta… no escaparía nadie -después de esto se despidió y cortó la comunicación con el Emperador.
Una vez que el Príncipe Jhored cortó la comunicación, se recostó en su asiento, se inclinó sobre la mesa y llamo a la Almirante Tanya para que fuese a verle a su cámara. Tenía las ideas muy claras sobre qué hacer y cómo conseguir que la Marquesa aceptase elegir al Barón, también estaba convencido de lograr que este se ofreciese voluntario para ser nominado en la elección para que pudiesen mostrar su desacuerdo con ambas familias. Pero primero tenía que hacer una importante serie de preparativos aunque sin prisa, ya que aún quedaban un par de importantes semanas para que fuese la votación, o por lo menos, la primera de ellas... Si el Emperador llevaba razón, con el Barón, como se diría en ese planeta, iba a meterle a la Cámara Alta en las botas un pedrusco de cuidado, incluso puede que iniciase el mismo antes de irse el descalabro físico de esas dos familias Ducales a poco que pudiese. Además, por otro lado la Marquesa estaba resultando una mujer la mar de interesante para él, que al pensarlo no pudo evitar sonreírse para sí mismo.



CONTINUARA

4 comentarios:

  1. Hola Sr. Sombra:
    Me tienes enganchado a tus relatos, este me encanta especialmente por la mala leche que rezuma el príncipe. Me aparece que en esta serie estás especialmente ingenioso.
    Muchas gracias por comoartirlo

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