Confederación Imperial Galáctica
Libro - 3
El Heredero
2
Fecha estelar - 5310
Sistema Estelar Cero
Capital de la Confederación Imperial
Palacio Imperial
Ambos generales
se presentaron de inmediato ante el secretario del Emperador, este sin hacer el
menor comentario les hizo pasar a una dependencia donde se encontraron con algo
que no se esperaban. Junto con el Emperador se hallaba presente todo el estado
mayor en pleno trabajando sobre lo que parecían ser algún tipo de operación
contra los Razors... Su majestad se volvió nada más que entraron, y nada más
cerrarse la puerta tras ellos...
- Y bien señores, díganme, ¿qué es eso tan
importante que tenían que hablar personalmente conmigo? ¿Es que por fin
encontraron a mi sobrino o al tal "Agujero Negro"? -vieron miradas
socarronas en los militares presentes ante la pregunta.
- Es complicado majestad, porque la respuesta a su
pregunta, es si y no -respondió el General Gzak.
- ¿Cómo dice? -se sorprendió el emperador.
- Majestad, de verdad que creemos ambos que debería
de escuchar esto usted solo, o sino al menos, cuanta menos gente mejor. La
información es muy delicada...
- Está bien...
El Emperador de
inmediato ordeno que todo el mundo saliese de allí, excepto el jefe del estado
mayor y el del servicio Imperial de inteligencia. Cuando todo el mundo hubo
salido de la sala, cerró esta con cerradura electrónica de alta seguridad, tras
esto el jefe del servicio de inteligencia desplego también varios aparatos
portátiles creando un segundo campo de aislamiento dentro de la sal, etc...
- Bien, ya estamos solos... -se cruzó de brazos el
Emperador.
- Majestad, hemos constatado que su hermano tuvo un
hijo, además sería un heredero legítimo, ya que se casó en secreto, aunque no
sabemos aun exactamente con quien…
- Muy bien, ¿y dónde está mi sobrino? –preguntó
ansioso.
- Ese es el problema majestad, un problema muy, muy
serio y la razón por la que deseábamos verle a usted a solas –añadió el general
Gzak.
- No comprendo…
- Vera Majestad, siguiendo a “Agujero Negro” tras
su información sobre Kaliope dimos con esto… -el general Mao sin decir más puso
el documento encontrado en el monitor del Emperador, señalándole los datos
importantes con el dedo.
- Supongo que están de broma –dijo el jefe de
inteligencia al ver lo que el general señalaba al Emperador.
- No señor, para nada –dijo el General Gzak-, según
las pruebas, el sobrino de su Majestad, es “Agujero Negro” y el código de nivel
Imperial que usa es el principal obstáculo que impide su localización…
- Es más, mientras no tengamos un acceso directo o
superior a ese código, encontrarle será imposible, pues el propio sistema le
protege –añadió el general Mao.
El Emperador en
completo silencio y pensativo se sentó en una de las sillas que había en torno
a la mesa… Cuando tanto el jefe del estado mayor como el del servicio de
inteligencia fueron a hablar, este les hizo un gesto para que guardasen
silencio…
- Bien, ¿Qué opciones tenemos?
- Señor, necesitamos que nos autorice a nivel
personal a… -fueron interrumpidos por el jefe de inteligencia.
- No se os pueden conceder permisos por encima de
ese código, es imposible…
- No queremos eso señor –dijo el general Mao-, lo
que queremos es permiso específico para poder rastrear ese código con el apoyo del
sistema, pero ahora mismo, solo el Emperador en persona puede otorgar algo
semejante…
- ¿Y le encontraran? –pregunto el emperador.
- Majestad, le seré muy franco, su sobrino es
“Agujero Negro” por ello ya le digo que encontrarle será muy, muy difícil, pero
también que mientras tenga el apoyo del sistema para protegerse, eso será
imposible del todo…
- Entiendo… -miro fijamente a ambos generales-,
esta información que les estoy mandando solo es para sus ojos, exclusivamente.
Empiecen a investigar por ahí… y comuniquen sus descubrimientos únicamente a mí,
en persona, a nadie más… dejare en el sistema un acceso específico para ustedes
dos por si me quieren o necesitan para algo, ¿entendido?
- Si majestad, por supuesto.
- Bien, regresen a su despacho, recibirán sus
autorizaciones y los medios para poder agilizar su búsqueda… es todo, ahora por
favor, empiecen con ella… y… encuéntrenlo…
- Si majestad, de eso no lo dude, ahora sí que le
encontraremos…
Cuando llegaron
al despacho del general Mao, el emperador ya les había enviado lo que les había
dicho. Primero la autorización para rastrear ese código junto con códigos personales
para ellos con el fin de comunicarse directamente con el propio Emperador. Luego,
para su sorpresa, también un mapa tridimensional de una zona acotada del
espacio de la Confederación de donde según constaba en esos datos, el Emperador
“sabía” positivamente que era la pareja de su hermano. Por ultimo quizá lo más
importante para poder llegar a buen fin con todo esto, el emperador había
colocado bajo sus órdenes varias naves de la Flota, concretamente dos cruceros
pesados, cuatro cruceros ligeros, seis destructores y dos corbetas de
exploración con sus poderosísimos sensores… Dada la composición, estaba claro
que llegado el caso podrían dividir ambas fuerzas en dos, manteniendo toda su
capacidad de rastreo sobre cualquier nave en la que “Agujero Negro” pudiese
llegar a intentar huir si se viera acorralado…
Tres semanas
después de todo esto, y con la flotilla asignada todavía esperando ordenes en
la base externa del sistema estelar Cero de la Confederación, por fin ambos
generales encontraron la más que probable ubicación del famosísimo “Agujero
Negro”, y como la vez anterior, el error de este radicaba en la información que
envió para la gran victoria de la Flota en Kaliope, curiosamente y extrañamente
a ojos de los dos hombres, su ayuda a la guerra era lo que le estaba adelantado
constantemente. De todos modos, nada de lo averiguado hizo la menor gracia a
ninguno de ambos generales, el sitio donde se suponía que se encontraba el
Heredero al trono se las traía, se trataba del planeta Nehros VIII.
Nehros VIII y su
población eran en realidad un núcleo habitable completamente aislado debido a
la gigantesca gravedad de ese mundo, 16.2 veces la gravedad estándar. Sus
habitantes no podían salir del planeta por mucho tiempo sin sufrir las
consecuencias, y del exterior… bueno, para andar por el había que usar si o si
mochilas repulsoras si no querías que tu propio peso te matase… Si el príncipe
resultaba ser un nativo de ese mundo… iba a ser un problema aun muchísimo mayor
de lo que nadie podría esperarse… Cuando el general Mao se lo comunicó al
general Gzak, este se quedó pensativo durante unos minutos y cortando la
comunicación, le dijo que mañana hablarían, que tenía una idea… Al día
siguiente…
- Y bien Gzak, dime, ¿Qué idea es esa tan brillante
para sacarnos de este embolado?
- Una cámara
de gravedad controlada… -sonrió Gzak.
- ¿Cómo dices?... no entiendo… -dijo perplejo Mao.
- Es muy simple, cuando un nativo de Nehros VIII
sale de su mundo a otro del sistema, para poder aguantar sin que su organismo
sufra daños, deben de pasar cada cierto tiempo en un entorno especialmente
acondicionado a la gravedad de su mundo, son unas grandes salas que tienen en
los otros planetas del sistema, pero en realidad… -Mao sonriendo le corto.
- En realidad son simples cámaras de gravedad que
mantienen a esas personas en gravedad 16.2, ¿no?
- Sí, eso mismo, pero como no disponemos de tiempo
para construir una en ninguno de ambos cruceros, podemos usar una cámara
portátil… En realidad es una cámara de presurización para aquellos que gustan
de bajar a las enormes profundidades de los océanos en inmersión personal… debidamente
modificada, de momento nos servirá -sonrió.
- Bien pensado… ¿Cuándo llegara la cámara al
crucero?
- Ya está allí, de hecho y por precaución, hice
llevar una a cada uno de ellos junto con un duplicado de los equipos y medios
médicos que nos asignaron… Podemos partir cuando quieras… También he avisado de
esto al Emperador, se limitó a decirme que cuando regresemos, su sobrino tendrá
alojamientos adaptados para él… que lo quiere aquí cuanto antes… y que toda
prueba que hagamos quiere que se le envié en el acto.
- Pues vámonos de inmediato, ya mismo…
Solo dos horas
después, ambos generales estaban a bordo del Crucero Pesado “Amanecer” con
rumbo al planeta Nehros VIII, iban algo preocupados de lo que se pudiesen
encontrar allí. Otro problema al que ambos hombres se enfrentaban era a la
presencia de la flotilla sobre dicho planeta, estuvieron comprobando los datos
confidenciales relativos a su sistema de defensa y desde luego, si un mundo no
necesitaba la presencia de naves para defenderse, ese sin duda debía de ser
Nehros VIII.
En Nehros VIII
únicamente se usaba energía gravitica, es decir, plantas energéticas encargadas
de crear, o extraer la energía usando para ello la propia gravedad planetaria,
como podréis imaginar, Nehros VIII tenía de esta toda la que quería y más. El
planeta contaba con un escudo planetario generado por dos emisores, uno en cada
hemisferio y un tercero de refuerzo en construcción en su ecuador, cada emisor
contaba y contaría al estar acabado, con su propia planta de energía dedicada
en exclusividad. También contaba con tres enormes centros de baterías
Planetarias, con lo que eran capaces de cubrir todo el campo externo al escudo
con ellas, cada uno al igual que los emisores de escudo, tenían sus propias
centrales energéticas para uso exclusivo.
Pero no todo era
eso solamente, debido al sistema de enlaces energéticos internos del planeta,
en este caso, el habitual sistema de ataque por colapso de escudo aquí no
serviría de nada. Este consiste en enviar grandes rocas de modo constante y a
velocidades diferentes contra los escudos, de forma que los impactos contra
estos creen sobrecargas energéticas en sus fuentes, reduciendo con ello su
poder. En Nehros VIII en realidad y gracias al sistema interno que tenían, los
escudos en caso de necesidad era como si contasen con tres centrales por emisor
y la baterías con dos por Centro, por lo que aun afectando a sus centros
exclusivos, la reducción momentánea creada en estos, se vería compensada con
energía procedente de las centrales repartidas por todo el planeta y que
surtían a la población del mismo. Era como un sistema redundante pero a lo
bestia, algo que difícilmente sería posible o soportable económicamente en otro
sitio que no fuese Nehros VIII o el mismísimo Planeta Capital de la
Confederación Imperial.
Tanto Gzak como
Mao eran plenamente consciente de que la presencia en Nehros VIII de dos Cruceros
Pesados, cuatro cruceros Ligeros, seis Destructores y dos Corbetas, iba a
llamar la atención muchísimo en todo el sistema. Tampoco serviría la excusa de
una avería en una de las naves y su reparación en “poco tiempo”, ya que Nehros
II tenía astilleros orbitales civiles, pero que dado el estado de guerra,
estaban obligados a hacer hueco en ellos a cualquier nave dañada de la Flota.
Tres días después entraron en la órbita del planeta, ambos generales dieron
ordenes de rastreo a sus equipos sobre los satélites de comunicaciones del
planeta, el objetivo, localizar la posición exacta de “Agujero Negro”.
No llevaban ni
diez minutos en órbita cuando recibieron la llamada del representante del
gobierno planetario para tratar con el gobierno Confederal…
- Hola, buenos días, bienvenidos a Nehros VIII,
¿podemos ayudar en algo a la Flota? –su cara reflejaba una sonrisa
perfectamente ensayada.
- Soy el General Gzak, le agradecemos su
bienvenida, estén tranquilos, solo estamos haciendo un poco de tiempo… gracias…
-sonrió también con una sonrisa tan ensayada como la de su interlocutor o más.
- Perdón… ha dicho… General, no Almirante, ¿verdad?
- Eso es, he dicho General, pertenezco a
Inteligencia Interna de la Confederación Imperial, y con eso ya es suficiente.
No se preocupe, si necesitásemos algo se lo haríamos saber… corto.
- Jajajajajajajaja –el General Mao estallo en
carcajadas-, le has tenido que dejar jodidamente preocupado, no quiero ni
saber, la cantidad de gente ahí abajo que tiene que estar repasando sus últimos
movimientos por si ha cometido algún delito, o algo que le haya delatado si lo
ha hecho…
- Si, por eso lo he hecho, mientras se preocupan
por sí mismos, nos dejan en paz a nosotros…
- Bien, ya di órdenes de intervenir todos los
satélites del planeta y repasar su tráfico para identificar la fuente que nos
interesa.
- No creo que tardemos mucho, según la información
que tenemos en estos momentos está en plena simulación en uno de los programas
que lanzamos en las academias como señuelo –dijo el general Gzak.
- No me digas nada, seguro que va ganando, ¿a qué
si?
- Pues no, no gana… -Gzak sonrió irónico-, lo que
hace es arrasar a todo el que se le cruza por delante…
- General, lo tenemos –informó el responsable del
equipo de rastreo electrónico de los satélites-, en una de las grandes
cordilleras del planeta, le paso la posición.
Ambos generales
estuvieron estudiando la zona, era muy sencillo saber dónde estaba, ya que era
la única construcción en más de doscientos
kilómetros a la redonda. Tenían que detenerlo y llevarlo con rapidez al
Crucero en el que se encontraban, pero eso, tratándose de un habitante de
Nehros VIII era más fácil de decir que de hacer, especialmente cuando como en
este caso, no se podía dañar ni uno solo de sus cabellos dado de quien se
trataba en realidad… Los dos se miraron y solo asintieron ambos, luego el
general Mao dio la orden de despliegue, de los casi trescientos marines de la
Flota que habían embarcado en la flotilla, cerca de doscientos fueron empleados
en la captura, debían de usar armadura completa y mochilas repulsoras, el resto
de ellos se debían de establecer en la órbita con sus lanzaderas como posibles
refuerzos, solo por si acaso… La orden fue clara y explícita, capturar a todo
el que estuviese en la construcción, hacerlo con vida y sin que sufriese el
menor daño… o alguien se tendría que arrepentir de ello durante el resto de su
vida.
Tan solo dos
horas después, las lanzaderas regresaban a la flotilla dando por concluida con
éxito su misión, según habían trasmitido solo había un habitante, y cuando
aparecieron tan solo dijo que iba a apagar todo antes de irse, pero por lo demás,
ni se había inmutado. Ambos generales estaban en la dársena cuando las dos
lanzaderas del Crucero Pesado aterrizaron, de la primera de ellas vieron salir
a un joven que aparentaba unos dieciocho o diecinueve años de edad, aunque en
realidad, ambos sabían que tenía algunos más. Algo que les sorprendió fue
constatar que se movía perfectamente en esta gravedad, para él, reducida, ya
que pasaba de los 16.2 de su mundo al 1 estándar de la flota en muy poco tiempo.
Sus movimientos podían recordar a ambos generales a los de algunos depredadores,
parecía haberse adaptado perfectamente sin necesidad de una transición…, ambos
se adelantaron para saludarle, siendo Gzak el que habló…
- Bienvenido al Crucero Pesado “Amanecer”.
- Bueno, lo cierto es que no me han dejado muchas
opciones que digamos, más de cien Marines de la Flota invitándote cordialmente
no es algo que te llame a rechazarlo… ¿no?
- No, evidentemente, lo lamentamos, pero preferimos
evitar problemas al mandar algo tan… desorbitado para invitarle…
- Entiendo, ¿y que querían de mí?
- Algunas explicaciones, no se preocupe por su
“batalla”, podrá continuarla desde aquí… -sonrió Gzak.
- Así que por fin me pillaron, han tardado un
poquito –se rió-. Bien, que va a ser, ¿cárcel o trabajar para ustedes?
- Antes de nada, hablemos…
El “invitado” fue
llevado a una de las salas de interrogación de clase cuatro de que disponía el
Crucero y que había sido habilitada antes de partir como de “clase 5”, la
máxima posible. Una vez en ella estuvieron charlando. Cuando le preguntaron por
el código que usaba, este dijo que se lo había dado su madre antes de morir,
tanto esta como el hombre que les ayudaban le dijeron que le abriría muchas
puertas. Con los datos que facilito no les resulto nada difícil encontrar los
certificados de matrimonio de sus padres, esto más un análisis genético
confirmaba que era descendiente directo del Príncipe Jhored, cuyo mismo nombre
llevaba. A los cinco minutos de estar hablando con él, el general Gzak hizo la
señal para que la flota se dirigiese a toda velocidad a la Capital Imperial, en
el sistema estelar Cero.
Al hombre que
describió y que reconoció cuando le presentaron varias imágenes de él, fue en
su día el instructor y profesor de su padre, también por lo visto del hijo.
Ambos generales estaban preocupados tras estas averiguaciones… ese joven, si
había aprovechado bien las lecciones de su profesor, y todo parecía indicar que
desde luego, lo había hecho al máximo, podía ser todo un peligro y un serio
problema para la Confederación Imperial o por el contrario, buena parte de su
salvación. Tras lo de Kaliope habían tenido sus sospechas sobre “Agujero
Negro”, ese tipo de recopilación y conclusiones no eran propias de una
autodidacta, sino de una mente muy bien entrenada… cosa que ahora, confirmaban
al 100%.
El general Mao
decidió intervenir en la charla y ser más directo que su compañero…
- Dime Jhored, ¿sabes quién eres en realidad?
- Soy hijo de mis padres, única y exclusivamente
eso –respondió cruzándose de brazos.
- No, en realidad, tú eres… -el joven le
interrumpió.
- Mi padre es quien era “eso”…, pero fue despojado
de sus derechos según me dijo mi madre, por lo que yo no soy absolutamente
nadie de importancia, más allá de lo que pueda ayudar para ganar esta guerra
con mis conocimientos.
- Te guste o no, ahora mismo eres el heredero del
trono Imperial –soltó Gzak a bocajarro.
- No, yo no… -Mao le interrumpió.
- Si, el emperador te ha rehabilitado, de momento
de forma confidencial, pero a efectos legales, si algo le ocurriese ahora
mismo, tú ocuparías el trono.
- No lo quiero, para vosotros –respondió
sorpresivamente crispando un tanto el rostro, aunque arrancó una sonrisa de
alivio en Gzak.
- ¿Cómo dices? –preguntó Mao.
- Lo que escucharon, que no lo quiero, solo quiero
ayudar, cuando esta guerra termine, espero que me dejen en paz en mis montañas
y no volver a saber nada de nadie.
- Lo siento Jhored, pero esto no funciona así, la
Confederación necesita estabilidad, más aun con esta guerra, y para eso, se
necesita un heredero al trono, es decir, tú –dijo Gzak.
- Te guste o no, eres quien eres, y debes de
hacerte cargo de tus responsabilidades
–apuntilló Mao.
- ¿Por qué?, saben que soy peligroso en esa
posición, podría decidir que quiero el poder para mí solo… No siento especial
cariño por mi tío, como ustedes comprenderán…
- El hombre que te enseño, él es quien nos
preocupaba, no tú…
- ¿Saichi?... –pareció sorprendido.
- Si, fue el profesor e instructor de tu padre, era
el mejor que ha existido. Nos preocupaba que es lo que habría hecho contigo, no
creo que nunca perdonase al Emperador por alejar a su hermano, podría haberte
“malcriado”… y ahora mismo sé que no ha sido así…
- Lo que tú digas, pero no pienso aceptar…
- Lo harás Jhored… -dijo riéndose Gzak-, sabes que
es tu responsabilidad, Saichi te ha preparado para no escapar u ocultarte de
ellas, y lo sabes, tú mismo rechazas esas palabras inconscientemente, no puedes
evitarlo por tu educación, como tampoco pudo tu padre, dejando tras de sí tanto
el modo de encontrarte si era necesario, como preocupándose de que se te
educase para ser quien eres.
- Eso dices tú…
- ¿Tú crees? –tomó un intercomunicador y se puso en
contacto con el control de interrogatorios-. Teniente, ¿que indican los
instrumentos sobre su “negación” a asumir sus responsabilidades? –espero
sonriente.
- Nada señor, de hecho, no hemos podido registrar
actividad anómala ninguna a nada de lo que han estado hablando…
- Eso es imposible, tienen que haberlo graduado
mal… -se alteró.
- No señor, para nada, si tuviese que dar una
opinión, diría que ese joven ha recibido algún tipo de entrenamiento específico
para afrontar estas salas… aunque no tengo ni idea de que. De otro modo esto no
se explica, no es natural…
- Gracias Teniente…
- Qué, ¿ha logrado averiguar mucho? –pregunto
irónico.
- Nada, veo que Saichi te enseño bien y sobre
muchísimas cosas… -quedo pensativo, entonces el general Mao sonrió de forma
extraña-, dime, ¿qué rango eres de Pikhup-thall?
- Vaya, esto sí que no me lo esperaba… -Jhored
entrecerró los ojos-, supongo que usted es usuario de él.
- Sí, soy primer nivel de maestría de Pikhup-thall, por eso le pregunto, porque eso
si explicaría su “habilidad” para eludir estos instrumentos.
- Entiendo… bien, estoy en el noveno nivel de
maestría…
- Eso quiere decir que tu maestro es Tao Tky –jadeó
sorprendido.
- Si, él es mi maestro, ha pasado con nosotros
largas temporadas…
- Pero como…
- Una parte de mi casa tiene generadores
antigraviticos, varias de las habitaciones pueden estar con 1g de gravedad, así
se me entrenó, mi padre y Saichi, mi tutor, eran muy amigos del Maestro Tky.
- Supongo que cuando él estaba te moverías por sus
dependencias y entrenarías también en ellas bajo gravedad estandar, ¿me
equivoco?
- Para nada, tal y como sospecha –sonrió- por eso
me muevo también en esta gravedad, estoy acostumbrado a ella y a ir “lastrado”
cuando me muevo por aquí –hizo mover sus chaqueta, demostrando el enorme peso
que debía de tener.
- Entiendo, te hemos preparado una cámara para que
puedas descansar en ella bajo tu propia gravedad, siento si no es muy cómoda,
pero era lo que teníamos a mano en tan poco tiempo.
- Gracias, será suficiente… ¿Cuánto queda para
llegar al Sistema Estelar Cero?
- Veo que te diste cuenta –sonrió Gzak.
- No, no sé cuándo nos pusimos en marcha, pero en
vista de nuestra charla, era lo más lógico… llevarme a la Capital.
- En pocos días, no será muy largo, tranquilo,
vamos a ir a toda velocidad por el interespacio casi todo el camino…
Su alteza se
introdujo en uno de los módulos, donde estuvo descansando bastante tiempo,
luego se entretuvo en pasear por la nave… Para ambos generales fue no ninguna
sorpresa verle hacerlo, claro que tampoco lo fue cuando les dijo el motivo y
que ya podían ver cómo conseguirle ropa como la suya. Tal y como ya habían
supuesto tras su charla, su ropa, aparentemente normal, en realidad no estaba
tejida, se podía decir que parte de ella más bien estaba “construida” de un
material de polímeros de alta densidad, o lo que es lo mismo, una especie de
blindaje muy pesado, quizá de unos 1400 kilos en total. También vieron un
pequeño repulsor que sería lo que le ayudo hasta abandonar la Gravedad de su
mundo con su peso Extra. Empezaban a explicarse muchas cosas “extrañas” sobre
el Príncipe…
Ese peso de su
ropa sumado al suyo, hacía que aunque por ejemplo no para su corazón, sin
embargo para sus músculos, todo siguiese como en Nehros VIII, por lo que sus
movimientos más o menos, eran casi idénticos a como hubiesen sido bajo su
gravedad normal. Lo que les indicaba al llevarla puesta junto con el pequeño
repulsor, es que muy probablemente, el joven les había estado esperando y ya
estaba preparado de antemano para este viaje… Por lo tanto, sus “errores” no
habían sido tales en realidad, muy posiblemente él mismo les había facilitado
su captura…
Ambos Generales
se daban perfecta cuenta de la enorme peligrosidad de ese joven dada su
inteligencia y preparación… lo que les ponía sumamente nerviosos…
CONTINUARA
Hola Sr. Sombra :
ResponderEliminarMuy bueno, como nos tienes mal acostumbrados :-) . Es un placer leer tus relatos, y como se van entretegiendo entre ellos. Un saludo y gracias por compartir tus escritos.
Gusrami
Estimado,
ResponderEliminarFantastico universo que has creado mis felicitaciones y esperamos atentos todas sus historias.
Saludos
Claudio
Hola shadow mis saludos desde uruguay, después de seguirte durante años (los primeros 15 capítulos de Luisito) al fin me decido a escribirte. Quería darte las gracias por las innumerables horas de placer y alegría que me has brindado a través de tus relatos, la mayoría los he leído 3 o 4 veces (crazy, no? jajaja) esperando que subas mas. Gran alegría me has dado como lector al descubrir este nvo proyecto tuyo al no estar tan centrado en el sexo como los de t.r, no digo con esto que estén malos, sino que para mi gusto están mejor, igual a tiito vaal (como le apodan la legión) no lo cambio por nada!!! jajaja Bue para redondear y no aburrirte te cuento que a pesar de no saber nada de ti (como persona) ya que si algo has hablado nunca me entere pues casi no leo los comentarios, sos parte de mi vida por intermedio de tus relatos pues no hay noche que no revise tus paginas buscando sumergirme en los mundos de tu imaginación: Abrazo fuerte y mil gracias desde el cono sur. Alexander
ResponderEliminarGracias por tu apoyo Alexander, encantado de que te guste lo que escribo.
EliminarMuchas gracias por compartir tus relatos.
ResponderEliminarSeguimos conociendo al pricipe y este nuevo mundo que ha creado el autor!
ResponderEliminarPd. Cuando va a regresar val, ya lo extraño.
Mis respecto y saludo al autor!