Confederación Imperial Galáctica
Libro - 3
El Heredero
Fecha estelar - 5310
Sistema Estelar Cero
Capital de la Confederación Imperial
Recinto del Palacio Imperial
Zona de Máxima Seguridad
La situación bajo
el punto de vista de Gzak y Mao era muy seria, en el Crucero Pesado “Amanecer”,
aparte de una cámara portátil de Gravedad, también habían incorporado a la
tripulación un completo equipo y equipación medica. Jhored, el célebre “Agujero
Negro” y sorprendente heredero al trono, había sido investigado con toda
minuciosidad por el completísimo equipo que llevaba la nave, y los resultados,
eran como mínimo… incómodos. De hecho resultaban muy, muy incómodos y
preocupantes.
El joven era un
Nehros VIII, lo que ya de por si lo convertía en un auténtico portento físico
comparado con cualquier otro humano o humanoide, pero lo que más les preocupó
fue el resultado de las pruebas para valorar su CI, o coeficiente intelectual,
al extremo de situarle bajo fuerte guardia armada hasta poder hablar con el
Emperador sobre ello. Esto del CI era mucho más completo y complejo de lo que
las antiguas siglas indicaban, valoraban inteligencia, perspicacia,
concentración, coordinación, intuición, autocontrol, capacidad sináptica y un
montón más de valores un tanto abstractos. Un humano normal estaría por 100 a
130 puntos, uno excepcionalmente hábil en algún aspecto en unos 140 a 170 y un
genio o superdotado, podría muy bien rozar incluso los 170 o 200… si llegaba
aún más cerca que eso del límite máximo medible de 235 esa persona seria él no
va más y digno del más profundo estudio posible… Pues bien, el joven Jhored, había
dado una puntuación fuera de toda escala… La valoración a ojo del grupo de
especialistas, ya que no había medición para ello, la situarían sobre los 260
puntos… y eso era algo realmente inconcebible, máximo cuando por lo que
parecía, no tendía a destacar en ningún aspecto concreto de su CI, lo que
resultaba aún más increíble si cabía...
Cuando la flota
llego a su destino en el sistema Estelar Cero, de inmediato el joven fue
requerido a presencia del Emperador. Sin embargo, tanto Mao como Gzak
decidieron desobedecer esa orden y emplear la prioridad que les asignase el
emperador para poder verle antes que el joven Jhored. Aunque a este no le hizo
gracia, se avino a recibir en privado a ambos generales antes de ver a su
recién recuperado sobrino. Junto al emperador se encontraban con la vez
anterior el jefe de los servicios de inteligencia y el jefe del alto estado
mayor, sin embargo, en esta ocasión ambos generales se mantuvieron firmes en su
decisión de hablar con el emperador a solas, lo que les granjeo miradas nada
halagüeñas por parte de ambos altos mandos. Una vez a solas…
- ¿Y bien, que ocurre que es tan grave?
- Como su majestad sabe, llevamos con nosotros un
importante despliegue médico para verificar la buena salud de su sobrino, así
como para asegurarnos que no sufriese daños al salir de Nehros VIII.
- Eso lo sé, pero no veo… sigan… -conmino.
- Físicamente su sobrino es un portento, como
cualquier Nehros, pero mentalmente… el problema es su CI majestad…
- Pero él es
“Agujero Negro!, no puede ser tan baja como para representar un problema
haciendo todas esas cosas que hacía en los juegos de simulación, que pasa,
¿ronda los 150? ¿quizá los 170 o 180?... ¿No me irán a decir que pese a todo lo
que ha hecho está por debajo de los 120 o tiene algún problema de
“sociabilidad”, verdad? –preguntó preocupado, Gzak se dio cuenta de que el
Emperador posiblemente estaba pensando en quizá algún tipo de autismo.
- Al contrario majestad, el problema es que no ha
sido posible medirla, los expertos han calculado a ojo sobre los 260 puntos…
- ¡¡¡Cómo!!! –salto el emperador, poniéndose
incluso de pie por la sorpresa.
- Lo que escucha majestad, está fuera de toda
escala, esa puntuación es solo orientativa… el máximo medible es de 235 y lo superó
con creces… calculan 260 siendo conservadores…
- Bien, ¿algo más? –pregunto serenándose.
- Creemos que no le descubrimos nosotros majestad,
que fue el mismo quien dejo las pistas necesarias para que diésemos con él,
incluso cuando le “invitamos a venir” ya estaba preparado de antemano para el
viaje, ni se inmuto…
- Sigan…
- Majestad –intervino el general Mao-, si el joven
Jhored fuese leal al trono y a su excelencia, sería algo sin duda definitivo
para la Confederación Imperial, pero si por el contrario…
- Decidiese hacerse con el trono por la fuerza…
-continuo el emperador-, podría ser un auténtico problema, ¿no es eso?
- Eso mismo majestad…
- Pero da la casualidad que yo no quiero el trono
para nada… -dijo Jhored apareciendo de repente por una puerta lateral,
sorprendiendo a los tres hombres-. Buenos días Tío, te veo muy recuperado de tu
enfermedad.
- Gracias sobrino, sí, estoy completamente
recuperado, aunque el dolor de la perdida va por dentro… junto con las ganas de
venganza, por supuesto. Acércate, te esperaba… -le hizo un gesto con la mano.
- Gracias por el recibimiento, pero supongo que
ahora me dirás que un Emperador no puede permitirse esos sentimientos, ¿no?
- ¡¡¡Ohhhh!!! No te equivoques Jhored, sí que se
pueden tener y sí que te puedes permitir tenerlos, el Emperador en mi caso solo
es un hombre, no una maquina sin corazón. Otra cosa es que no sea posible hacer
luego algo al respecto… pero tenerlos…, ya lo creo que sí que se puede… de
hecho, yo los tengo… y muy profundos e intensos, te lo garantizo…
- Entiendo… pero como decía, querido tío, no debes
temer de mí en ese aspecto, no quiero tú trono ni regalado…
- Pues no deja de ser un problema, porque eres mi
sucesor, tanto si te gusta como si no… de modo, que tú me dirás que hacemos
ahora –se cruzó de brazos mirándole.
- Pues ganar la guerra lo primero, luego puedes
dedicarte a buscar, quien pueda hacerse cargo del trono –sonrió Jhored.
Su majestad
sonrió mirándole, después mirando a los dos generales les pidió por favor y con
voz suave que les dejasen a ambos a solas, pues tenían que tratar de algunos
asuntos familiares que no era conveniente hacer delante de nadie. Sonriendo
añadió que por aquello de los gritos, que las disputas domésticas, mejor en
familia… Ambos generales muy nerviosos se retiraron con gestos de preocupación…
- Y bien tío, ya estamos a solas, ¿qué es lo que
tienes que decirme? –dijo tras salir ambos hombres.
- ¿Qué te puedo ofrecer para que aceptes la
herencia de tu padre y ser mi heredero? –pregunto el Emperador muy serio.
- Sinceramente, nada, la mayor recompensa posible
para mi seria el trono, y no lo quiero… -se encogió de hombros.
- Dime una cosa, cuando estuviste en los archivos
secretos usando tu código… no sé, ¿que viste?, dime algo importante para hacerme
una idea…
- Pues por ejemplo, sé que cuando murió tu familia,
el golpe que diste, era una planificación original de mi padre para hacerse con
el control real del Imperio, él sabía que de no hacerlo así terminaría pasando
lo que luego sucedió. Aunque por cierto, te quedaste bastante corto con ello.
- No, no me quede corto, yo estaba en contra de la
idea de tu padre y procure desmontarla, de saberse podría haber sido un
problema muy serio. Al final, por fortuna, no lo conseguí, y cuando paso lo de
nuestra familia, tome lo que había disponible y me emplee con toda la dureza
que pude, golpeando en todos los lugares que aún eran vulnerables al plan
maestro de tu padre.
- Bien, pero sigo diciendo que te quedaste muy
corto, hubiese sido necesario desarrollar la casi práctica totalidad del plan,
aunque te doy la razón, en ese momento no tenías ni la fuerza, ni la
disponibilidad necesaria para ejecutarlo, y demorar las medidas solo hubiese
servido para debilitar tanto la Confederación Imperial como para perder la
guerra sin remedio.
- Me alegra que estemos de acuerdo en casi todo,
pero fíjate que yo creo que si tengo algo que ofrecerte a cambio de que aceptes
tu… herencia…
- Lo dudo, pero prueba… -dijo Jhored sonriendo
irónicamente.
- Hice que estudiasen tu genética, muchas de las
pruebas que te hicieron en realidad fueron propuestas por mí, sabía que no
aceptarías salvo que te pudiese ofrecer alguna cosa importante para ti
personalmente, y estaba claro que por ambición no te podría atraer –sonreía-.
¿Pero qué te parecería, a cambio de aceptar ser mi sucesor, recibir un
tratamiento que te librase de los problemas y restricciones de ser un Nehros
VIII?. Está aún en fase experimental, pero creo que podría interesarte
probarlo…
- ¿Es de verdad posible algo así? –preguntó muy
serio Jhored.
- En tu caso sí, tu padre era humano de los
llamados “puros”, tu madre era de Nehros VIII, pero te trasmitió también una
parte genética de un Thalant…
- ¿Tengo sangre Thalant? –se sorprendió.
- Si, supongo que conoces tu altísimo CI… -sonrió-,
por tu cara veo que sí, eso la explicaría, ya que la CI de los humanoides
Thalant debido a su mente acolmenada y semi comunicación telepática entre ellos
es muy alta. Bien, tú no posees esas características, pero esa mezcla es la que
te daría una oportunidad a parte de tu imponente CI.
- ¿Qué tiene esto que ver?
- Todo, veras, tu padre financio un proyecto de
modificación genética, cuando se marchó dejo los medios para que este
continuase, lo dejo todo listo para que aun en caso de cancelarse, este continuase
con medios para continuar. No entendía la razón, pero al ver que era sobre los
Nehros VIII, di por sentado que pretendía crear algún tipo de fuerza de choque
especial con ellos o algo así, de modo que permití que continuase. Cuando me
entere de tu mundo de procedencia, fue cuando por fin entendí completamente el
verdadero interés de mi hermano por ese proyecto y el motivo que hacer todo lo
posible porque jamás se viese suspendido…
- ¿Y?
- Pues que el tratamiento en tu caso concreto,
tiene muy buenas perspectivas de funcionar… por encima del 75% al menos a medio
plazo, en unos diez años tu genética alterada te permitiría moverte por
gravedades normales igual que por la de Nehros.
- ¿Y la parte mala?
- Un 25% de que mueras, por eso sigue siendo
experimental, la mortandad es altísima, y de un modo especialmente desagradable
por lo que se, aunque no te entrare en esos detalles, no sirven de nada. Sin
embargo en tu caso, aun siendo muy alto el riesgo, créeme que está muy por
debajo del real para cualquier otra persona, para el resto y aunque se está
tratando de reducir, es del 69% aproximadamente –dijo con voz contundente el
Emperador.
- Qué raro que quieras que corra un riesgo
semejante… -dijo irónico Jhored.
- No quiero que lo corras, pero siendo nativo de
Nehros VIII tienes excesivas limitaciones… Además, estoy seguro que es algo que
de saberlo ni te lo plantearías… por eso mismo te lo ofrezco… es un riesgo que
tengo que asumir…
- Así que eso es lo que me ofreces a cambio de
aceptar tu herencia…
- No, no me es necesario hacer eso para que aceptes
ser mi heredero, de eso se encargaría tu propia educación y sé que lo sabes. El
tratamiento te lo ofrezco libremente, pero independientemente de tu educación,
también sé que eres consciente de que si lo aceptas y superas la prueba, para
proteger tu propia vida y la de tu posible futura familia no tendrás otra
opción que aceptar lo que yo quiero, que es el trono.
- Sí, soy consciente de ello y en ambos casos,
¿pero entonces? –Jhored miró fijamente al emperador sin terminar de entender
que quería.
- He visto todo lo que has hecho, todo lo que
podrías hacer con el poder adecuado, y como heredero mío lo tendrías, pero eres
un peligro –levantó la mano antes de que Jhored pudiese hablar-. No, alto, no lo
digo por eso, sé que no eres un riesgo para mí, pero si lo podrías ser para la
Confederación Imperial si no te atase corto, por lo menos en estos primeros
pasos.
- No entiendo… -Jhored estaba perplejo.
- Es muy simple, lo que quiero de ti es obediencia
absoluta a mis órdenes, a cambio te concederé poder total, solo yo estaré por
encima y solo yo podre revocar tus ordenes, pero lo que yo diga, lo aceptaras.
En otras palabras, esta negociación entre los dos no trata de lo que yo te
pueda ofrecer, sino lo que tú estés dispuesto a sacrificar…
- Eres un Cabronazo, tío, uno de la peor especie,
pero sabes que no puedo evitar verme tentado por lo que me ofreces, aunque eso
de “ceder siempre”, no se… Así, por las buenas, hacer siempre caso… -El
Emperador meneo la cabeza e interrumpió.
- No, no me entiendes Jhored, no digo que no me las
discutas, ni que no me intentes convencer, pero si quiero tu promesa o juramento
en firme, que de si digo que no, tú lo aceptaras y obedecerás. Piénsatelo…
- ¿Tengo otra opción?
- ¿Realmente?, no, no la tienes, lo que te he puesto
encima de la mesa es demasiado irresistible para ti, mi condición sabes que
tampoco es descabellada y está bien cimentada… Conoces lo suficiente sobre mí
como para saber que difícilmente te negare nada que traiga un beneficio
plausible… Pero también eres consciente de que no permitiré según qué nivel de
riesgos…, digamos que yo seré tú contrapunto.
- Si, lo sé, he entendido las implicaciones de lo que
quieres… pero en esto hay muchos detalles colaterales, por ejemplo también
podría entrar el asunto de mí… pareja… -dijo Jhored quedando pensativo.
- No te presionare con eso, te dejare que tú
elijas…, pero dentro de unos límites, ya que tu pareja sufrirá una
investigación más que profunda, y si la supera, aunque sea plebeya no me
opondré –alzo de nuevo el brazo para impedir hablar a Jhored-. Sin embargo, ya
te digo de antemano, que no vas a estar soltero de por vida, en un momento
dado, y con el fin de salvaguardar el Trono si no has encontrado a nadie, quizá
te veas abocado a un matrimonio o emparejamiento de estado con fin de asegurar
tu descendencia, como prefieras llamarlo.
- ¿Y cuánto tiempo “crees” que será ese de mi
“libertad” de elección?
- De momento se recogerá tu simiente para
mantenerla en reserva por si sucede alguna desgracia antes de que puedas tener
familia y dar una estabilidad total al Trono.
- Vaya… bueno, lo entiendo, es algo totalmente
lógico el desear ese tipo de salvaguarda en estas circunstancias, el
tratamiento experimental que propones podría fallar… pero también funcionar…
- Si el tratamiento genético funciona en ti, un
efecto secundario en él es la prolongación de tu vida, incluso más allá de las
actuales drogas anti muerte o de larga longevidad… Podrías tener quizá veinte años
de “libertad” antes de que me empiece a preocupar, quizá más, pero te
aconsejaría que no te durmieses en los laureles, porque el tiempo pasa… y al
final me podría ver obligado a decretar un matrimonio para ti con la persona
que considerase más adecuada… Recuerda también que tú vivirás mucho, pero yo
no, y antes de morir, voy a querer ver que todo queda arreglado en ese sentido…
- Ya, lo veo lógico y totalmente comprensible,
además, ese me parece un plazo más que aceptable para buscar una pareja o al
menos empezar alguna relación seria…
- Me alegro que también lo veas así… siéntate y
tomate el tiempo que necesites para decidir, no hay prisa… -se recostó mientras
observaba a su sobrino perderse en sus pensamientos.
Media hora
después Jhored aceptaba la propuesta de su tío. Este llamo a los dos generales,
a los jefes del estado mayor y de inteligencia comunicando que su Alteza
Imperial, El Príncipe Jhored, era el nuevo Heredero del Trono Imperial. Oficialmente
el Emperador le concedió a su sobrino tres meses para ponerse al día de todo lo
relativo a la Confederación Imperial y la guerra en curso, en realidad, ese
tiempo era para someterse al tratamiento, recuperarse y también, ciertamente,
para hacer lo que la propia excusa indicaba. El Emperador le había solicitado
una apreciación personal suya sobre la situación, al ser el heredero podría
acceder a todo lo que quisiese sin restricciones o necesidad de ocultarse para
ello, por lo que deseaba que se pusiese al día. A la semana el príncipe le
pidió a su tío permiso para poder usar a su discreción a los generales Gzak y
Mao con sus respectivos equipos para que le “apoyasen”… algo que este le
concedió de inmediato.
Cuatro meses
después, y tras haber superado el tratamiento con notable éxito, su Alteza
Imperial el Príncipe Heredero, estuvo en condiciones de presentar ante su tío
el Emperador, las conclusiones del estudio que este le pidió que hiciese.
Cuando se presentó ante él, se encontró allí con varios de sus principales
colaboradores, incluidos el jefe del Alto Estado Mayo y el Jefe de los
Servicios de Inteligencia. Al ver allí a toda esa gente, Jhored pensó que serían
bastante escépticos con él, pero también sabia, que el hecho de que hubiesen
sido informados discretamente de quien fue realmente el que hizo posible la
Gran Victoria de Kaliope le concedía cuanto menos, el beneficio de la duda. El
Emperador fue el que tomo la palabra…
- Y bien, ¿por dónde prefieres empezar? .preguntó
el Emperador, pese a que él ya había echado un vistazo a lo que traía su
sobrino.
- Por donde tú quieras Tío…
- Creo que deberías de empezar por tu análisis
sobre el resultado final de la Guerra…
- Decidnos alteza, ¿la ganaremos? –preguntó en tono
socarrón el Jefe del Estado Mayor de la Flota.
- Sí, es indudable que la ganaremos, tras su
derrota en Kaliope y la pérdida de esas 23 Naves Auxiliares de Flota, no tienen
opciones reales de victoria sobre nosotros… cuanto menos, hasta que las
sustituyan, lo que les llevara demasiado tiempo.
- Bueno, veo que sus análisis son muy similares a
los nuestros… -replico sonriente el mismo almirante de antes.
- ¿Usted cree Almirante…? -dijo en tono sosegado.
Jhored empezó a
desgranar sus estimaciones basadas en los informes de inteligencia y las
informaciones aportadas por las más diversas fuentes de la Flota, así como de
los interrogatorios de los pocos Razors capturados durante las confrontaciones
con sus naves… y estas desde luego no le agradaron a nadie. Estimaban la
victoria sobre los Razors, pero con una pérdida territorial oscilante entre un
5% y un 17.6% del total de la Confederación Imperial, entre ellos, sistemas de
los más ricos que poseían y con importantísimas instalaciones vitales para la
defensa.
Todo el mundo se quedó
perplejo, especialmente porque su Alteza no permitió que nadie hablase o
preguntase mientras él iba desgranando paso a paso sus conclusiones, así como
los métodos e informaciones a través de los cuales había llegado a ellas… También
obtuvo su dosis de “confianza” en lo que había hecho, porque ante todos ellos,
inteligencia le descubrió como la persona que durante estos años se había
mostrado en los ejercicios de simulaciones como invencible. A la media hora,
vio que todo el mundo parecía estar ejecutando simulaciones en sus consolas
portátiles con la información que él iba proporcionándoles. Cuando terminó, el
primero en romper el hielo que parecía haberse instalado en la sala, fue el
Jefe de los Servicios Secretos…
- Mis disculpas por mi… digamos que escepticismo inicial
sobre usted Alteza, su… análisis es impecable, aunque creo que peca de
optimista… desgraciadamente… La pérdida territorial es más que probable que
oscilase realmente entre el 8% y el 19.8% -dijo con voz lúgubre.
- Coincido con él Majestad –reafirmo el Jefe del
Alto Estado Mayor con el mismo tono de voz mientras miraba al Príncipe con
respeto, mientras varios otros asentían.
- ¿Soluciones? ¿Señores? ¿Jhored?
- Si su Alteza tiene algo en mente, que por favor
lo exponga, nosotros ahora mismo tendríamos que estudiarlo… -dijo el Jefe de
Inteligencia, luego con voz cargada de enojo contra sí mismo-, también le
prometo averiguar cómo se nos han podido pasar a todos tantos de estos datos
que nos acaba de facilitar, no tenemos excusa, éramos nosotros quienes
deberíamos de haberlo visto.
- Si, la verdad es que sí que lo tengo, si…
-respondió, pasando por alto las implicaciones de lo dicho por el Responsable
de Inteligencia-. Sería algo a largo plazo, obtendríamos la victoria con una
ganancia territorial que su supondría entre un 13% y 31% de nuestra actual
extensión –vio como todo el mundo se medió incorporo de golpe en sus asientos
por la sorpresa-, aunque tendríamos aun muchísimo trabajo por delante… y por
supuesto no podría salir de esta sala, bajo pena de muerte... –termino con voz
decidida.
- Les pasare una simulación de inmediato para que
la puedan ver, aunque vamos a necesitar de un pequeño detalle sin importancia
para conseguirlo. Hay que lograr que los Corix entren en la guerra… -dije para
estupefacción de todo el mundo.
- Eso es imposible –replico al instante el jefe de
Inteligencia-. Los Corix son “oficialmente Neutrales”, aunque todos sabemos que
están apoyando subrepticiamente a los Razors, nunca conseguiríamos que entrasen
en la guerra a nuestro favor, imposible del todo… -meneo la cabeza acompañado
en el gesto de varios más de los presentes.
- Sí, eso ya lo sé, pero yo no he dicho que quiera
que entren en nuestro favor, solo he dicho que necesitamos en entren, y para ser
más precisos, es necesario que lo hagan en apoyo de los Razors –fue como si
cayese una bomba.
- Explícate –intervino el Emperador.
- Las torpederas Razors entran en nuestro
territorio usando la Frontera Corix, sus astilleros reparan sus naves en una
situación de completa tranquilidad, les están financiando en gran parte esta
guerra, de no ser por ellos ya estarían prácticamente en la quiebra económica
total. Lo Corix llevan más de veinte años reforzando sus demás fronteras, sus
vecinos o bien tienen gobiernos afines, o auténticos títeres impuestos por el
poder de su Flota, prácticamente se podría decir que sus dos puntos débiles
somos los Razors y nosotros. Su forma de actuar no es directamente, prefieren
madurar la situación tarden lo que tarden, incluso décadas, cuando están listos
y consideran que todo está a su favor… ¡¡actúan!!.
- No estará insinuando que se preparan para una
guerra contra nosotros, ¿verdad?
- No, ni mucho menos, aún no, como digo no es su
forma de actuar, procuraran que quedemos agotados, luego provocaran rebeliones
y el surgir de nuevos pequeños estados en nuestra frontera con ellos y con los
Razors, nuestras fuerzas no podrán hacer frente a tantos puntos a la vez, de ahí
nuestras pérdidas territoriales y las que muy posiblemente sufran también lo
propios Razors, de este modo se aseguran de tener a otros entre medias.
Bastantes de estos sistemas a lo largo de nuestro 5º cuadrante luego serán
absorbidos por ellos empleando el poder de su flota, la única intacta y en esos
momentos la más poderosa en todo el sector –dijo su alteza señalando varios
puntos en un mapa holográfico tridimensional.
- Sigue –apremio el Emperador.
- Si logramos que entren, y se exactamente cómo
hacerlo, esto es lo que quiero conseguir en un plazo medio de tiempo ganando
esta guerra… -paso la información a las terminales de los demás.
- No será sencillo, aunque es factible, esto es
algo enorme, pero si, desde luego que podría ser posible hacerlo así. Sería una
victoria gigantesca, y si saliese bien dejaría nuestra flota prácticamente
intacta… pero los preparativos… no se… el plazo de tiempo… es muy largo, me
preocupa la seguridad -opino el Jefe del Alto Estado Mayor.
- Si se compartimentan bien los distintos proyectos
requeridos se puede hacer, es posible mantener el nivel de seguridad que se
requiere… aunque no niego que será
difícil y que necesitaremos algo más, necesitaremos crearles distracciones…
tendremos que ver como desviar sus servicios de inteligencia de todo esto
-indicó el Jefe de Inteligencia mientras se mesaba la barba.
- Y ya veo lo que pretendes conseguir con estas
absorciones –replicó el Emperador-. Al conseguir el territorio Corix que da al
Espacio InterGalaxias, de paso proteges el Flanco de nuestro 6º Sector y su
frontera con la zona Inexplorada del brazo de nuestra Galaxia. Pero ese
territorio pese a su extensión nominal, está casi deshabitado, su población es mínima…
es una ganancia ciertamente pírrica más allá de su posible importancia estratégica…
serán mayores los gastos que los beneficios a obtener.
- Pero eso también permitirá que no hagan falta
grandes masas de tropas para el control de las poblaciones y esos planetas difícilmente
se rebelarían pues sus poblaciones además son muy heterogéneas. En esos
sistemas se puede construir la infraestructura necesaria para un nuevo Distrito
Militar junto con sus defensas empleando para ello el montante económico que
habría que haber empleado en una ocupación de esa extensión si hubiese estado
fuertemente habitada. También hay que contar con el desarrollo posterior del
comercio con sus rutas según la planificación que les he enseñado y la sobre
dimensión en esos instantes de nuestra flota debido a la guerra, las
principales inversiones, ya estarán hechas…
- No te niego el valor Estratégico, y que eso que
dices tiene sentido, pero la verdad… no sé hasta qué punto es realmente
beneficioso para nosotros –replico el Emperador.
- Su valor estratégico es muy impórtate y es
evidente, pero aún lo es más el económico, aunque a simple vista no lo parezca.
En esos sistemas hay algunos planetas con importantísimas reservas de ciertos
materiales primordiales… por ejemplo Kripmium, y eso por poner el más obvio.
Según los datos obtenidos por inteligencia, sus reservas en esa zona son muy
concentradas, de la mejor calidad, las estimamos en el equivalente a más del 600%
de nuestra actual disponibilidad… aunque obviamente habría que regular muy
seriamente su explotación para evitar saturaciones en el mercado.
- Pero eso nos lo garantizaría casi durante bastante
más de trescientos años… y eso como mínimo… –dijo atónito el responsable de
Recursos del Alto Estado Mayor-, esa información, como ha podido…
- ¿Acceder a ella? Estaba ahí, entre toda la
información que teníamos conseguida por inteligencia, repartida en migajas a lo
largo de miles de informes, solo que en medio de una guerra, nadie ha estado
buscando eso. Yo lo encontré cuando era “Agujero Negro” al hacer un barrido
general en busca de posibles motivos económicos Corix o como conseguir el trato económicamente más
beneficioso para nosotros tras nuestra “victoria”... y encontré todo esto.
Créame que esos sistemas son una autentica mina de Oro en bruto, tienen
prácticamente todos los minerales considerados por nosotros como “de altísimo
interés estratégico” en cantidades muchísimo más que notables.
- Creíamos que la guerra había sido provocada por
ellos, que estaban manejando a los Razors en la sombra, pero no veíamos motivo
ninguno… -repuso pensativo el jefe del Estado Mayor de la Flota-.
- El motivo es tanto proteger esos recursos
alejándonos de sus fronteras, como el obtener sistemas nuestros del 5º
Cuadrante que les den acceso a los territorios inexplorados del brazo de la
galaxia sin necesidad de correr riesgos usando el espacio InterGalaxia para
explorarlo. Usando a los Razors, además debilitan también a estos e interponen también
con ellos varios estados satélites que les hagan de amortiguador.
La reunión y
exposición de su Alteza sobre las virtudes de los Corix y los Razors a un duro
unas pocas horas más, pero cuando termino, el plan maestro de su alteza
imperial había sido aprobado, aunque sujeto a modificaciones según fuese
desarrollándose la situación, puesto que era un plan a medio e incluso a largo plazo
en algunos de sus puntos… Según dijo su Alteza, en este plan, emplearían el
eficaz sistema Corix de actuar… y conseguirían que se les indigestase…
El Emperador se quedó
pensativo mirando a su sobrino, sin intervenir, observando mientras como todos
los presentes aportaban sus opiniones. Empezaba a entenderle y comprenderle muy
bien, por eso permanecía a la espera de quedarse solos los dos, ya que quería
hablar con él sobre… “lo que no había contado allí de sus planes”.
CONTINUARA
Hola Sr. Sombra:
ResponderEliminarOtro gran relato que nos atrapa en la historia y nos hace desear con ansia la próxima entrega.
Muchas gracias por compartir tu trabajo y quedo a la espera.
Un saludo
Gusrami
Muchas gracias por compartir tus relatos. Que pases muy bien tus vacaciones y que te inspiren para tus siguientes entregas. Un saludo a todos los lectores.
ResponderEliminarMe encanta esta historia, mi más grande enhorabuena. Estoy enganchada a tus historias.
ResponderEliminarComo siempre muy interesantes tus relatos, y esperando esta continuación y la de Ashur el maldito
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