Confederación Imperial Galáctica
Libro - 2
La Guadaña
1
Fecha estelar -
5315
1º Cuadrante
Militar del Imperio
Sistema Thartka
(CIG – 121)
Prisión Militar
de la Confederación Imperial
El preso avanzaba con la cabeza alta, mostrando un
desmedido orgullo en su rostro, atravesando el pasillo de celdas de máxima
seguridad. Llevaba en sus muñecas cepos electromagnéticos, igual que en sus
tobillos, pero sin duda, lo más peliagudo era el collar que se veía rodeando su
cuello, el llamado Collar de la Muerte. Selena sabía que en caso de fuga, en
caso de alejarse de sus guardianes más de una cierta distancia que nadie
conocía, ni tan siquiera ellos pues el maldito artefacto era programable, el
collar la mataría. Todos los collares eran iguales, unos inyectaban veneno en
el cuello del preso, otros soltaban una descarga mortal, otros… Bah, para que
seguir, había como una docena de tipos de Collares, todos mortales, todos
idénticos, y como medida adicional de seguridad, ni siquiera los guardias o sus
mismos superiores directos, sabían cuál era el que llevaban los prisioneros, de
ahí su tranquilizador nombre.
Era una Guerrera Valkirr, ¿su condena? 40 años de
reclusión en ese agujero por matar a dos superiores, y sinceramente no tenía ni
idea de cómo eludió la pena capital o la cadena perpetua en algún penal “especial”.
No tenía ninguna esperanza de salir antes del fin de su condena, ya llevaba
tres meses estándar allí encerrada, cuando repentinamente había sido llamada
por el director de la prisión, un general del ejército apodado por los presos
como “El Carnicero”. Cualquier intento de fuga bajo su mando había sido
abortado, y los que lo intentaron nunca volvieron a ser lo que eran tras pasar
por sus manos.
Cuando Selena entró en el despacho del director se
encontró con una sorpresa, este estaba de pie, nervioso, en un lado de su mesa,
sentado tras esta se encontraba un hombre alto, de fuerte presencia, parecía
concentrado en leer algo en la pantalla de la mesa del director… No hacía falta
que nadie le dijese quien era ese personaje, aún si no le hubiese reconocido,
la presencia en el despacho de cuatro guardias Imperiales le hubiesen señalado
de modo efectivo como su Alteza Imperial y heredero del Trono, Jhored Thalant.
Por si con esto no hubiese tenido suficiente sorpresa,
las primeras palabras de su Alteza la dejaron perpleja del todo…
- Por favor, quitadle los cepos y el collar –pidió con
voz suave su Alteza sin dirigirse a nadie en particular.
- Pero Alteza… -intervino el Director de la Prisión.
- No lo repetiré más veces, quitadle los cepos, el
collar y dejadnos solos, por favor –dijo esta vez con voz dura, mirando
directamente a los ojos del Director, que para sorpresa de Selena vio cómo se
arrugaba bajo esa mirada.
Aunque algo titubeante, Selena vio como este, con una
seña confirmó la orden de su Alteza a los guardias, que procedieron a quitarle
los cepos de pies, manos y el maldito collar. Pero lo que siguió aun fue más
alucinante, no solo salieron el director y los guardias de la prisión del
despacho, sino que también lo hicieron los guardias Imperiales a una indicación
muda de su alteza. Se empezó a frotar las muñecas para reactivar la circulación
mientras miraba especulativa al hombre sentado tras la mesa…
- Selena Asland, mujer de 32 años estándar,
perteneciente a las fuerzas especiales del Ejército, procedente del Planeta
Valkirr… -la miro fijamente unos segundos antes de proseguir-. Condenada por un
doble asesinato en la persona de dos superiores, también veo una ristra
impresionante de antecedentes de arrestos que uno se pueda imaginar, también
una nota adjunta a su expediente de un tal “Coronel Shoten”, de la policía
militar, definiéndola de un modo un tanto extraño dado su expediente, la
considera, honrada, leal con la Confederación, honorable, con palabra y para
terminar, algo más acorde con su expediente, “no obstante, tengan cuidado con
ella porque es extremadamente peligrosa ante cualquier ofensa”… Aunque veo también,
que siempre suele ser por cuestiones de violencia con el mando sin ir más allá
de mandar a sus superiores al hospital hasta que se pasó. Y bien, ¿algo que
quiera decirme sobre todo esto? –preguntó cruzando los brazos sobre la mesa
mientras la miraba fijamente.
- Señor, no soy inocente de nada de lo que ha leído de
mi expediente, todo eso lo he hecho yo, pero tampoco soy culpable de lo que en
él se me acusa. Solo respondí a ofensas a mí, a mi honor y a mi pueblo, los dos
muertos me intentaron matar a mí obligándome a defenderme, si por eso soy
culpable, entonces estoy bien condenada –dijo, mirando con orgullo a su Alteza.
- Todo eso ya lo sé sargento, ¿le preguntaba si quería
informar de algo nuevo o que se le olvidase de incluir en sus declaraciones?.
- No sé si todo lo que dije vendrá ahí o lo habrán
alterado, pero lo que he dicho es lo que ocurrió en todas las ocasiones.
- Bien, he venido para darle una oportunidad. Estoy
creando un programa de instrucción acelerada bastante peculiar, para gente
también bastante peculiar, y usted encaja como un guante en todos los aspectos
“peculiares” del proyecto. Puedo liberarla y ser expulsada ahora mismo del ejército,
o bien, apuntarse a lo que le estoy diciendo, pero en cualquier caso, no
volverá más a su celda, su pena le ha sido conmutada, nuevas pruebas han salido
a la luz aclarando su enfrentamiento con los dos muertos, aunque usted debió de
haber acudido al mando. Todo eso, más sus antecedentes suponen pese a todo, su
expulsión –dijo su Alteza mirándola fijamente.
Selena se sorprendió, no era capaz de procesar lo que
le acaban de decir, si no había entendido mal era libre, seria libre desde ese
momento, y dicho por su Alteza imperial, estaba como en una nube. Bajo de golpe
de ella al sentir sobre si los penetrantes ojos del hombre, se sintió muy
incómoda con esa mirada, sentía como si fuese capaz de escudriñar sus más
íntimos pensamientos con esos ojos que estaban fijos en los suyos, se sentía
completamente subyugada por ellos.
- Señor, me gustaría aceptar su oferta, no quiero
dejar el ejército, ¿pero podría decirme antes en qué consiste ese programa?
- No, solo puedo decirle que tendrá que someterse a la
recepción de Drogas de larga longevidad, eso prologara su vida unos setenta u
ochenta años más como poco, pero tendrá que firmar un compromiso con nosotros
de como mínimo treinta, y le advierto, el único modo de dejarlo antes de
terminar el contrato, es muriendo. Además, el entrenamiento a que se verá
sometida es muy, muy duro, no todos los aspirantes lograran salir airosos de
él.
- Señor, no tengo familia, mi vida es el ejército, si
ese contrato significa asegurarme seguir permaneciendo en el por tanto tiempo
acepto en el acto. Lo del entrenamiento no me da miedo, sé que lo superare, no
tendrán que mandarme a otra unidad diferente, se lo juro por mi honor de
Guerrera Valkirr –dijo solemne.
- Creo que no me ha entendido bien Sargento, en primer
lugar puede que el tratamiento de Longevidad la mate. Solo funciona con
eficacia en un 60% de los intentos, el 40% restante muere, además no de forma
muy agradable que digamos. Y no hace falta que me jure nada sobre que no se le
mandara a otra unidad, de ese entrenamiento, se sale integrado en la nueva
estructura de la unidad que estoy creando… -su rostro se volvió frio como el
hielo hasta tal punto que me provocó un escalofrío-, o directamente no se sale
vivo de allí, así que le sugiero, que no sea tan alegre, y se lo piense
tranquilamente con mucha calma.
- Si señor –dijo Selena tragando saliva tras la
explicación.
- Tiene tres días para pensárselo, estará alojada en
el centro de oficiales visitantes de la prisión. Si acepta, introduzca esta
tarjeta en cualquier terminal para recibir instrucciones –su alteza puso una
tarjeta de datos sobre la mesa-, si no acepta, al término de los tres días será
conducida al puerto espacial más cercano y se le facilitara un billete de
regreso a Valkirr… Eso es todo Sargento, puede retirarse.
Selena se puso firmes, recogió la tarjeta, dio media vuelta
y salió del despacho completamente desconcertada. Tragó saliva ostensiblemente
al darse cuenta entonces de un detalle, ella supuestamente era una presa
peligrosa, de las más peligrosas del Imperio, por eso estaba en esa prisión,
sin embargo, había estado a solas en la misma habitación que su Alteza
Imperial, y no solo ni una sola vez había pensado en atacarle, sino que había
salido de allí asustada de lo que imponía su mera presencia ante ella. Era una
Guerrera Valkirr, que vivía por y para la batalla, no sabía bien porque, pero
ese hombre, allí adentro, la había subyugado e incluso se atrevería a decir que
sometido por completo, hasta el punto de hacerla temerle… y lo peor es que no
podía encontrar ningún motivo para que esto hubiese sido así, excepto que lo
achacase a su intuición, algo que una Guerrera Valkirr siempre tenía en cuenta,
equivocándose son sus apreciaciones muy pocas veces, lo que suponía tanto como
decir, que su Alteza, era peligroso, muy peligroso.
Cuando llegó a su habitación en el pabellón destinado
a los oficiales de visita, lo primero que hizo fue darse una verdadera ducha
con agua, y no una de esa cosas por ultrasonidos con lo que se suponía que se
"duchaban" en prisión o en las naves espaciales. No podía dejar de
pensar ni de disfrutar bajo el agua, pensaba en que estaba pasando para estar allí.
Siendo sargento se encontraba alojada en un pabellón para oficiales por orden
directa de su alteza imperial, que para colmo le había ofrecido la posibilidad
de extender de modo casi permanente su estancia en el ejército durante años...
Se quedó abstraída bajo el agua, dándole vueltas a la conversación que había
mantenido solo horas antes, y tras conocer personalmente a su Alteza, tenía
claro que la oferta que había recibido de él en persona no iba a ser ningún chollo.
Tres días después, justo en el límite del plazo
recibido, introdujo en el propio terminal de la habitación la tarjeta de datos
que le fue proporcionada. En la pantalla aparecieron una serie de
instrucciones, que en primer lugar le solicitaban que se sentase para contestar
un cuestionario de aceptación de las condiciones del contrato. Fue paso a paso
rellenándolo y leyéndolo, con calma, detenidamente, para finalizar aceptando la
oferta que le había sido hecha. En el terminal apareció un nombre de una nave y
el numero de una dársena en una de las bases de la flota más grande de toda la
confederación, la Base Estelar de la Flota de Sharthart, que estaba situada a
unos trece sistemas de distancia, junto a esto se le informaba de la hora de
salida de la prisión de una lanzadera de enlace con la base en cuestión. Selena
miro el tiempo que le quedaba, encontrándose con que iría muy justa si quería
llegar a la partida de la lanzadera, lo cierto es que al final logró alcanzarla,
pero por los pelos, le falto muy poquito para perderla.
Cuando llegó a la base de la Flota se dirigió
directamente a la dársena que le marcaron cuando firmó su compromiso. Una vez entro
en la dársena que se le indicó en el mensaje, vio allí amarrada la nave que
tenía que tomar, la corbeta de exploración "Hades". Se presentó a
bordo haciendo entrega de la tarjeta que le facilitaron tal y como se
especificaba en sus instrucciones. Tras comprobar esta un oficial de la
cubierta, fue admitida de inmediato, recibiendo órdenes de quedar recluida en
su camarote hasta que recibiese permiso expreso para abandonarlo. El permiso
para poder salir por la nave lo recibió a las dos semanas de la partida de la
Corbeta de la base de la flota, ordenándosele acudir en una hora a la sala de
entretenimiento de la tripulación, que era la sala inocua más grande de toda la
nave.
Al llegar allí vio a un hombre frente a una mesa de
esquemas tridimensionales, también se encontraban dispersos por la sala o en
grupos de dos o tres hablando unos cuantos hombres y mujeres vistiendo diversos
uniformes, hizo intención de ponerse firme al ver que la mayoría eran de un
rango superior al suyo...
- No hace falta Sargento, olvídese de eso hasta nueva
orden, excepto con el capitán y primer oficial de la "Hades", para el
resto es igual que ellos, ¡nadie!, a mí me llamara "señor" únicamente
-dijo el hombre situado ante la mesa.
- Si señor... -dijo mirándole con curiosidad.
- Por favor, todos, tomen asiento, voy a explicarles
someramente en qué consiste este programa en el que acaban de embarcarse todos
ustedes y como les afectara, puesto que dentro de un par de días llegaremos a
nuestro destino, lugar donde empezaran su entrenamiento.
Durante aproximadamente una hora estuvo explicando más
o menos en que se suponía que nos convertiríamos, y realmente creo que todos
quedamos perplejos por lo que tuvimos que escuchar. Pude ver muchísimas caras
de disgusto y desencanto pese a no haber empezado siquiera con ello. Según
parecía todos los presentes y varios más que acudirían o ya habían llegado a
nuestro destino formaríamos la primera promoción del "SISI"... A saber,
Servicio Imperial de Seguridad Interior, pero joder que mal sonaban sus siglas,
daban ganas de descojonarse con ellas. Dio por terminada la conferencia y se
disponía a marcharse cuando...
- Perdón señor que interrumpa -dijo un teniente, de
cazas por su uniforme-, ¿pero para cuando está programado que seamos tratados
para la larga longevidad?
- No se preocupe, se lo explico enseguida. Todos
ustedes fueron tratados el mismo día en que embarcaron en la "Hades".
La primera noche fueron sedados con un gas en sus camarotes e inoculados para
ello.
- Perdón, pero dijeron que no era seguro que todo el
mundo sobreviviese -intervino un comandante del ejército.
- Y así ha sido exactamente. El motivo de que
estuviesen encerrados estas dos semanas en sus camarotes con prohibición expresa
de abandonarlo para nada, eta para que no se nos fuesen muriendo por cualquier
sitio. Otros veintiún candidatos no lo consiguieron y sus cuerpos fueron
incinerados para evitar que nadie pueda investigar lo que se les ha hecho. Es
uno de los secretos mejor guardados de la Confederación Imperial.
- Pero nosotros también tenemos eso que quieren
ocultar, con cualquiera de nosotros podrían sacarlo, no veo la razón de lo que
dice -respondió un capitán de Cazas.
- Se equivoca, lo que les hemos hecho como usted dice,
solo es visible en las primeras fases, una vez que el organismo lo asimila
desaparece por completo sin dejar rastro. Para que me entiendan, lo que se les
ha hecho es modificar un poco su estructura genética, evidentemente, el que se
ha modificado exactamente es el secreto. Sus organismos resistieron el cambio,
y ahora todos los presentes tienen una larguísima vida por delante. ¿Alguna pregunta
más? -dijo mirándonos a todos.
- ¿A qué se supone que se dedicara el... SISI?
-pregunté mascando el nombre al pronunciarlo para evitar que me diese la risa.
- Eso lo descubrirán todos ustedes a su debido tiempo.
Otra cosa, si quieren pueden reírse con el nombre siglado, fue exprofesamente
elegido con todo cuidado para que produjese ese efecto -dijo sonriendo
ladinamente.
- Señor que quiere decir con eso de que fue... -la
teniente de bombarderos que preguntaba fue interrumpida por el hombre.
- Eso también lo entenderán ustedes a su debido
momento, y desde luego, no es este. ¿Alguna otra pregunta? -volvió a repetir.
- ¿Quién es usted? -pregunté mirándole fijamente.
- Vaya, por fin salió a la luz -se puso muy serio
mirándonos a todos-. Esa era la primera pregunta que todos ustedes debieron de
haberme hecho. Soy el director y máximo responsable del centro de entrenamiento
al que todos ustedes están siendo trasladados, y por tanto, voy a ser su peor
pesadilla, mi nombre es "Coronel" o “Señor”, nada más que eso.
Después de esto salido de la sala, dando orden de que
todos regresásemos a nuestros camarotes de nuevo, renovándonos las órdenes de
no salir de allí hasta que fuésemos avisados para ello. Debo de reconocer que
cuando llegué al mío me tumbe en la cama a pensar con calma en todo lo que nos
habían explicado, y en todo aquello que empezaba a intuir o quizá, que en
cierto modo el "Coronel" dejo en pequeñas pistas. Desde luego tras
meditarlo detenidamente veía que tenía un futuro muy, muy, muy negro al frente.
Tal y como él había indicado, solo un par de días
después fuimos llamados al hangar de la nave, donde llegamos todos con nuestros
bártulos. Al entrar en el mismo vi la lanzadera de la Corbeta en su lugar
habitual, y una lanzadera de transporte de la flota en todo el centro del
abarrotado hangar. Todos los que estuvimos en la sala dos días antes estábamos
allí, la mayoría se había reunido junto a la rampa de acceso a la lanzadera,
que era justo donde estaba el Coronel, de modo que me fui también hacia allí.
Por el gran portón de acceso pude ver que debíamos estar en órbita
geoestacionaria sobre un planeta en el que se podía apreciar desde allí una
vegetación exuberante, por lo menos en la zona visible para nosotros.
Tras embarcar todos en ella, salimos del hangar de la
Corbeta, me di cuenta que no nos pusimos en marcha hasta que la
"Hades" hubo partido, después de su marcha la lanzadera puso proa a
máxima velocidad hacia el planeta sobre el que estábamos. La lanzadera se
internó en la atmosfera, dirigiéndose a los pies de una gigantesca cordillera
que cruzaba un gran contiene, que por lo que pudimos ver desde allí, formaba
una única y espesa jungla de extremo a extremo. Solo diez minutos después
aterrizamos en un puerto terrestre de atraque. Me fijé en que todos los
edificios estaban perfectamente enmascarados, también vi como nada más
alejarnos, un tupido muro de cobertura enmascaraba también la lanzadera y el
puerto de atraque.
Fuimos conducidos a varios barracones con capacidad
para cuarenta personas en cada uno. Disponían de todas las comodidades que se
pudiesen desear, las cámaras dormitorio eran individuales, y lo más importante
de todo para mí, cada una tenía su propia ducha individual de agua, no de
ultrasonidos, lo encontré simplemente maravilloso. Después de esto nos dieron
una vuelta por el complejo, enseñándonos cada edificio por fuera e indicándonos
que era lo que contenía en su interior. Según lo que vimos existían veinticinco
barracones exactamente iguales al nuestro, por lo menos exteriormente, lo que
daba un número de mil alumnos en esa instalación.
Nos enseñaron unas gigantescas piscinas cubiertas,
concretamente cuatro, que en esos instantes estaban ocupadas por lo que nuestro
guía definió como cuatro de las clases. Tardamos poco más de media hora en
recorrerlo todo y recibir las oportunas explicaciones por parte de nuestro
guía, pero lo que sin duda más nos sorprendió fue una gran puerta de blindada y
completamente abierta que se encontraba en una zona próxima. En su entrada
había dos androides fijos de clase centinela, se podía ver un largo túnel de
unos cuarenta o cincuenta metros, a cuyo final se encontraba lo que parecía
otra puerta Blindada, pero estaba cerrada, aunque de todos modos dada la
penumbra existente en el túnel era difícil de apreciar.
Nuestro guía nos informó de que esa era la entrada a
la "Base central de la Instalación", y que nosotros teníamos
terminantemente prohibido el acceso. Nos hizo fijarnos en los dos centinelas,
advirtiéndonos que estaban allí para defender la entrada, y que sus órdenes
eran claras, evitar con fuerza mortal cualquier intento de intrusión no
autorizada, por lo que nos instaba a no andar mucho por aquella zona puesto que
los dos Androides ejecutarían sus órdenes a la menor señal.
Eran un tipo de Androide de última generación, los
Robots de combate y custodia *SKII. Estos eran unos adversarios formidables y
absolutamente despiadados, dificilísimos de abatir y con una precisión mortal en
el disparo, además contaban con una autentico arsenal a su disposición. De hecho,
en la configuración que se apreciaba en ellos, para terminar con uno serían
necesarios varios disparos directos de un cañón anti blindaje, ya que el escudo
que solían tener era considerable. Normalmente cuando eran móviles funcionaban
con baterías de larga duración, que era su punto débil, pero cuando estaban
como estos, en plataformas fijas, además de su batería solían ser alimentados
por líneas energéticas desde sus bases, en este caso según pude observar,
debían de llegarles por el subsuelo. Desde luego ninguno nos hicimos ilusiones
con respecto a ellos, durante nuestro paseo en sus cercanías estuvieron con sus
escudos al máximo y con todo su armamento fijo sobre nosotros, algo por ciento,
nada agradable de sentir. Nadie en su sano juicio se enfrentaría a uno de esos
si es que podía evitarlo, menos aún como en este caso, a dos.
Nuestro guía nos dejó de nuevo en la puerta de nuestro
barracón, en ese momento nos indicó que nuestro barracón era el número 25, que
no lo olvidáramos, porque todo allí se comunicaba atraves de ese número y
nuestras identificaciones iban siempre relacionadas con él. Tras eso todos nos
metimos en él, y por el ruido creo que si no todos, si la inmensa mayoría de
nosotros nos metimos directos en las duchas, ya que el paseíto nos había hecho
sudar como cerdos. En ese sitio hacia un enorme calor y había una altísima
humedad, te ponías pegajosa en cuestión de minutos, era muy desagradable. Por
la megafonía del barracón, cada sala o cámara tenía un altavoz, nos informaron
de que teníamos el resto del día libre, con libertad absoluta para movernos por
la base, informándonos de que para entrar en cualquier edificio solo
necesitábamos teclear nuestro numero militar personal de identificación. También
dejaron muy claro que si una puerta no se abría es que no teníamos acceso a esa
zona y punto.
No hay que decir que todos nosotros nos dispersamos
por allí con el fin de investigar un poco más a fondo y por nuestra cuenta toda
la base. Realmente fue toda una pérdida de tiempo, solo pude entrar en el
edificio comedor, en el edificio de estudio y en un par de edificios más cuya
función creedme que no tenía nada clara, evidentemente también pude hacerlo en
el edificio enfermería. Por la noche, justo antes de acostarnos, se nos informó
que al día siguiente se nos haría entrega de todo el material que íbamos a
necesitar para lo que teníamos por delante, incluidos nuestro pases de alumnos,
que serían los que realmente nos abrirían muchos de aquellos edificios en los
que no habíamos podido entrar con nuestros números militares de identificación.
CONTINUARA
*Robots de
combate y custodia SKII: Robots de Combate
equipados dos poderosos cañones laser rotatorios de alta velocidad, un cañón
repulsor de 20mm capaz de hacer 3000 disparos por minuto, capacidad para llevar
una docena de minas personales con él que en caso necesario podían ser
sustituidas por cohetes de trayectoria libre, y un escudo unidireccional de
fuerza que lo protegía de daños, además de ir poderosamente blindado.
Sí... Ya lo echaba de menos... a ver si se pasa el mono...
ResponderEliminarGracias por sacar tiempo para continuar con la saga.
Saludos,
Xan.
Me encanto gracias por continuar la serie.
ResponderEliminarGracias a los dos por vuestros comentarios, me alegra de que os este gustado. La serie no la pienso dejar, pero ya avise de que publicaría con calma, ya que se entremezclan fechas y personajes en ella, por lo que tengo que afinar mucho.
ResponderEliminarMuy bueno, como siempre. Enhorabuena!
ResponderEliminarOle por fin as vuelto soci !!! gran relato
ResponderEliminargracias por el relato esperando el próximo capitulo
ResponderEliminarMuy buena.
ResponderEliminarKaidoAngel
Gracias por continuar
ResponderEliminarMuchas gracias por compartir el relato.
ResponderEliminar