lunes, 1 de abril de 2013



     
Confederación Imperial Galáctica

Libro - 2

La Guadaña


1




Fecha estelar - 5315
1º Cuadrante Militar del Imperio
Sistema Thartka (CIG – 121)
Planeta Thartka II
Prisión Militar de la Confederación Imperial

El preso avanzaba con la cabeza alta, mostrando un desmedido orgullo en su rostro, atravesando el pasillo de celdas de máxima seguridad. Llevaba en sus muñecas cepos electromagnéticos, igual que en sus tobillos, pero sin duda, lo más peliagudo era el collar que se veía rodeando su cuello, el llamado Collar de la Muerte. Selena sabía que en caso de fuga, en caso de alejarse de sus guardianes más de una cierta distancia que nadie conocía, ni tan siquiera ellos pues el maldito artefacto era programable, el collar la mataría. Todos los collares eran iguales, unos inyectaban veneno en el cuello del preso, otros soltaban una descarga mortal, otros… Bah, para que seguir, había como una docena de tipos de Collares, todos mortales, todos idénticos, y como medida adicional de seguridad, ni siquiera los guardias o sus mismos superiores directos, sabían cuál era el que llevaban los prisioneros, de ahí su tranquilizador nombre.


Era una Guerrera Valkirr, ¿su condena? 40 años de reclusión en ese agujero por matar a dos superiores, y sinceramente no tenía ni idea de cómo eludió la pena capital o la cadena perpetua en algún penal “especial”. No tenía ninguna esperanza de salir antes del fin de su condena, ya llevaba tres meses estándar allí encerrada, cuando repentinamente había sido llamada por el director de la prisión, un general del ejército apodado por los presos como “El Carnicero”. Cualquier intento de fuga bajo su mando había sido abortado, y los que lo intentaron nunca volvieron a ser lo que eran tras pasar por sus manos.
Cuando Selena entró en el despacho del director se encontró con una sorpresa, este estaba de pie, nervioso, en un lado de su mesa, sentado tras esta se encontraba un hombre alto, de fuerte presencia, parecía concentrado en leer algo en la pantalla de la mesa del director… No hacía falta que nadie le dijese quien era ese personaje, aún si no le hubiese reconocido, la presencia en el despacho de cuatro guardias Imperiales le hubiesen señalado de modo efectivo como su Alteza Imperial y heredero del Trono, Jhored Thalant.
Por si con esto no hubiese tenido suficiente sorpresa, las primeras palabras de su Alteza la dejaron perpleja del todo…
- Por favor, quitadle los cepos y el collar –pidió con voz suave su Alteza sin dirigirse a nadie en particular.
- Pero Alteza… -intervino el Director de la Prisión.
- No lo repetiré más veces, quitadle los cepos, el collar y dejadnos solos, por favor –dijo esta vez con voz dura, mirando directamente a los ojos del Director, que para sorpresa de Selena vio cómo se arrugaba bajo esa mirada.
Aunque algo titubeante, Selena vio como este, con una seña confirmó la orden de su Alteza a los guardias, que procedieron a quitarle los cepos de pies, manos y el maldito collar. Pero lo que siguió aun fue más alucinante, no solo salieron el director y los guardias de la prisión del despacho, sino que también lo hicieron los guardias Imperiales a una indicación muda de su alteza. Se empezó a frotar las muñecas para reactivar la circulación mientras miraba especulativa al hombre sentado tras la mesa…
- Selena Asland, mujer de 32 años estándar, perteneciente a las fuerzas especiales del Ejército, procedente del Planeta Valkirr… -la miro fijamente unos segundos antes de proseguir-. Condenada por un doble asesinato en la persona de dos superiores, también veo una ristra impresionante de antecedentes de arrestos que uno se pueda imaginar, también una nota adjunta a su expediente de un tal “Coronel Shoten”, de la policía militar, definiéndola de un modo un tanto extraño dado su expediente, la considera, honrada, leal con la Confederación, honorable, con palabra y para terminar, algo más acorde con su expediente, “no obstante, tengan cuidado con ella porque es extremadamente peligrosa ante cualquier ofensa”… Aunque veo también, que siempre suele ser por cuestiones de violencia con el mando sin ir más allá de mandar a sus superiores al hospital hasta que se pasó. Y bien, ¿algo que quiera decirme sobre todo esto? –preguntó cruzando los brazos sobre la mesa mientras la miraba fijamente.
- Señor, no soy inocente de nada de lo que ha leído de mi expediente, todo eso lo he hecho yo, pero tampoco soy culpable de lo que en él se me acusa. Solo respondí a ofensas a mí, a mi honor y a mi pueblo, los dos muertos me intentaron matar a mí obligándome a defenderme, si por eso soy culpable, entonces estoy bien condenada –dijo, mirando con orgullo a su Alteza.
- Todo eso ya lo sé sargento, ¿le preguntaba si quería informar de algo nuevo o que se le olvidase de incluir en sus declaraciones?.
- No sé si todo lo que dije vendrá ahí o lo habrán alterado, pero lo que he dicho es lo que ocurrió en todas las ocasiones.
- Bien, he venido para darle una oportunidad. Estoy creando un programa de instrucción acelerada bastante peculiar, para gente también bastante peculiar, y usted encaja como un guante en todos los aspectos “peculiares” del proyecto. Puedo liberarla y ser expulsada ahora mismo del ejército, o bien, apuntarse a lo que le estoy diciendo, pero en cualquier caso, no volverá más a su celda, su pena le ha sido conmutada, nuevas pruebas han salido a la luz aclarando su enfrentamiento con los dos muertos, aunque usted debió de haber acudido al mando. Todo eso, más sus antecedentes suponen pese a todo, su expulsión –dijo su Alteza mirándola fijamente.
Selena se sorprendió, no era capaz de procesar lo que le acaban de decir, si no había entendido mal era libre, seria libre desde ese momento, y dicho por su Alteza imperial, estaba como en una nube. Bajo de golpe de ella al sentir sobre si los penetrantes ojos del hombre, se sintió muy incómoda con esa mirada, sentía como si fuese capaz de escudriñar sus más íntimos pensamientos con esos ojos que estaban fijos en los suyos, se sentía completamente subyugada por ellos.
- Señor, me gustaría aceptar su oferta, no quiero dejar el ejército, ¿pero podría decirme antes en qué consiste ese programa?
- No, solo puedo decirle que tendrá que someterse a la recepción de Drogas de larga longevidad, eso prologara su vida unos setenta u ochenta años más como poco, pero tendrá que firmar un compromiso con nosotros de como mínimo treinta, y le advierto, el único modo de dejarlo antes de terminar el contrato, es muriendo. Además, el entrenamiento a que se verá sometida es muy, muy duro, no todos los aspirantes lograran salir airosos de él.
- Señor, no tengo familia, mi vida es el ejército, si ese contrato significa asegurarme seguir permaneciendo en el por tanto tiempo acepto en el acto. Lo del entrenamiento no me da miedo, sé que lo superare, no tendrán que mandarme a otra unidad diferente, se lo juro por mi honor de Guerrera Valkirr –dijo solemne.
- Creo que no me ha entendido bien Sargento, en primer lugar puede que el tratamiento de Longevidad la mate. Solo funciona con eficacia en un 60% de los intentos, el 40% restante muere, además no de forma muy agradable que digamos. Y no hace falta que me jure nada sobre que no se le mandara a otra unidad, de ese entrenamiento, se sale integrado en la nueva estructura de la unidad que estoy creando… -su rostro se volvió frio como el hielo hasta tal punto que me provocó un escalofrío-, o directamente no se sale vivo de allí, así que le sugiero, que no sea tan alegre, y se lo piense tranquilamente con mucha calma.
- Si señor –dijo Selena tragando saliva tras la explicación.
- Tiene tres días para pensárselo, estará alojada en el centro de oficiales visitantes de la prisión. Si acepta, introduzca esta tarjeta en cualquier terminal para recibir instrucciones –su alteza puso una tarjeta de datos sobre la mesa-, si no acepta, al término de los tres días será conducida al puerto espacial más cercano y se le facilitara un billete de regreso a Valkirr… Eso es todo Sargento, puede retirarse.
Selena se puso firmes, recogió la tarjeta, dio media vuelta y salió del despacho completamente desconcertada. Tragó saliva ostensiblemente al darse cuenta entonces de un detalle, ella supuestamente era una presa peligrosa, de las más peligrosas del Imperio, por eso estaba en esa prisión, sin embargo, había estado a solas en la misma habitación que su Alteza Imperial, y no solo ni una sola vez había pensado en atacarle, sino que había salido de allí asustada de lo que imponía su mera presencia ante ella. Era una Guerrera Valkirr, que vivía por y para la batalla, no sabía bien porque, pero ese hombre, allí adentro, la había subyugado e incluso se atrevería a decir que sometido por completo, hasta el punto de hacerla temerle… y lo peor es que no podía encontrar ningún motivo para que esto hubiese sido así, excepto que lo achacase a su intuición, algo que una Guerrera Valkirr siempre tenía en cuenta, equivocándose son sus apreciaciones muy pocas veces, lo que suponía tanto como decir, que su Alteza, era peligroso, muy peligroso.
Cuando llegó a su habitación en el pabellón destinado a los oficiales de visita, lo primero que hizo fue darse una verdadera ducha con agua, y no una de esa cosas por ultrasonidos con lo que se suponía que se "duchaban" en prisión o en las naves espaciales. No podía dejar de pensar ni de disfrutar bajo el agua, pensaba en que estaba pasando para estar allí. Siendo sargento se encontraba alojada en un pabellón para oficiales por orden directa de su alteza imperial, que para colmo le había ofrecido la posibilidad de extender de modo casi permanente su estancia en el ejército durante años... Se quedó abstraída bajo el agua, dándole vueltas a la conversación que había mantenido solo horas antes, y tras conocer personalmente a su Alteza, tenía claro que la oferta que había recibido de él en persona no iba a ser ningún chollo.
Tres días después, justo en el límite del plazo recibido, introdujo en el propio terminal de la habitación la tarjeta de datos que le fue proporcionada. En la pantalla aparecieron una serie de instrucciones, que en primer lugar le solicitaban que se sentase para contestar un cuestionario de aceptación de las condiciones del contrato. Fue paso a paso rellenándolo y leyéndolo, con calma, detenidamente, para finalizar aceptando la oferta que le había sido hecha. En el terminal apareció un nombre de una nave y el numero de una dársena en una de las bases de la flota más grande de toda la confederación, la Base Estelar de la Flota de Sharthart, que estaba situada a unos trece sistemas de distancia, junto a esto se le informaba de la hora de salida de la prisión de una lanzadera de enlace con la base en cuestión. Selena miro el tiempo que le quedaba, encontrándose con que iría muy justa si quería llegar a la partida de la lanzadera, lo cierto es que al final logró alcanzarla, pero por los pelos, le falto muy poquito para perderla.
Cuando llegó a la base de la Flota se dirigió directamente a la dársena que le marcaron cuando firmó su compromiso. Una vez entro en la dársena que se le indicó en el mensaje, vio allí amarrada la nave que tenía que tomar, la corbeta de exploración "Hades". Se presentó a bordo haciendo entrega de la tarjeta que le facilitaron tal y como se especificaba en sus instrucciones. Tras comprobar esta un oficial de la cubierta, fue admitida de inmediato, recibiendo órdenes de quedar recluida en su camarote hasta que recibiese permiso expreso para abandonarlo. El permiso para poder salir por la nave lo recibió a las dos semanas de la partida de la Corbeta de la base de la flota, ordenándosele acudir en una hora a la sala de entretenimiento de la tripulación, que era la sala inocua más grande de toda la nave.
Al llegar allí vio a un hombre frente a una mesa de esquemas tridimensionales, también se encontraban dispersos por la sala o en grupos de dos o tres hablando unos cuantos hombres y mujeres vistiendo diversos uniformes, hizo intención de ponerse firme al ver que la mayoría eran de un rango superior al suyo...
- No hace falta Sargento, olvídese de eso hasta nueva orden, excepto con el capitán y primer oficial de la "Hades", para el resto es igual que ellos, ¡nadie!, a mí me llamara "señor" únicamente -dijo el hombre situado ante la mesa.
- Si señor... -dijo mirándole con curiosidad.
- Por favor, todos, tomen asiento, voy a explicarles someramente en qué consiste este programa en el que acaban de embarcarse todos ustedes y como les afectara, puesto que dentro de un par de días llegaremos a nuestro destino, lugar donde empezaran su entrenamiento.
Durante aproximadamente una hora estuvo explicando más o menos en que se suponía que nos convertiríamos, y realmente creo que todos quedamos perplejos por lo que tuvimos que escuchar. Pude ver muchísimas caras de disgusto y desencanto pese a no haber empezado siquiera con ello. Según parecía todos los presentes y varios más que acudirían o ya habían llegado a nuestro destino formaríamos la primera promoción del "SISI"... A saber, Servicio Imperial de Seguridad Interior, pero joder que mal sonaban sus siglas, daban ganas de descojonarse con ellas. Dio por terminada la conferencia y se disponía a marcharse cuando...
- Perdón señor que interrumpa -dijo un teniente, de cazas por su uniforme-, ¿pero para cuando está programado que seamos tratados para la larga longevidad?
- No se preocupe, se lo explico enseguida. Todos ustedes fueron tratados el mismo día en que embarcaron en la "Hades". La primera noche fueron sedados con un gas en sus camarotes e inoculados para ello.
- Perdón, pero dijeron que no era seguro que todo el mundo sobreviviese -intervino un comandante del ejército.
- Y así ha sido exactamente. El motivo de que estuviesen encerrados estas dos semanas en sus camarotes con prohibición expresa de abandonarlo para nada, eta para que no se nos fuesen muriendo por cualquier sitio. Otros veintiún candidatos no lo consiguieron y sus cuerpos fueron incinerados para evitar que nadie pueda investigar lo que se les ha hecho. Es uno de los secretos mejor guardados de la Confederación Imperial.
- Pero nosotros también tenemos eso que quieren ocultar, con cualquiera de nosotros podrían sacarlo, no veo la razón de lo que dice -respondió un capitán de Cazas.
- Se equivoca, lo que les hemos hecho como usted dice, solo es visible en las primeras fases, una vez que el organismo lo asimila desaparece por completo sin dejar rastro. Para que me entiendan, lo que se les ha hecho es modificar un poco su estructura genética, evidentemente, el que se ha modificado exactamente es el secreto. Sus organismos resistieron el cambio, y ahora todos los presentes tienen una larguísima vida por delante. ¿Alguna pregunta más? -dijo mirándonos a todos.
- ¿A qué se supone que se dedicara el... SISI? -pregunté mascando el nombre al pronunciarlo para evitar que me diese la risa.
- Eso lo descubrirán todos ustedes a su debido tiempo. Otra cosa, si quieren pueden reírse con el nombre siglado, fue exprofesamente elegido con todo cuidado para que produjese ese efecto -dijo sonriendo ladinamente.
- Señor que quiere decir con eso de que fue... -la teniente de bombarderos que preguntaba fue interrumpida por el hombre.
- Eso también lo entenderán ustedes a su debido momento, y desde luego, no es este. ¿Alguna otra pregunta? -volvió a repetir.
- ¿Quién es usted? -pregunté mirándole fijamente.
- Vaya, por fin salió a la luz -se puso muy serio mirándonos a todos-. Esa era la primera pregunta que todos ustedes debieron de haberme hecho. Soy el director y máximo responsable del centro de entrenamiento al que todos ustedes están siendo trasladados, y por tanto, voy a ser su peor pesadilla, mi nombre es "Coronel" o “Señor”, nada más que eso.
Después de esto salido de la sala, dando orden de que todos regresásemos a nuestros camarotes de nuevo, renovándonos las órdenes de no salir de allí hasta que fuésemos avisados para ello. Debo de reconocer que cuando llegué al mío me tumbe en la cama a pensar con calma en todo lo que nos habían explicado, y en todo aquello que empezaba a intuir o quizá, que en cierto modo el "Coronel" dejo en pequeñas pistas. Desde luego tras meditarlo detenidamente veía que tenía un futuro muy, muy, muy negro al frente.
Tal y como él había indicado, solo un par de días después fuimos llamados al hangar de la nave, donde llegamos todos con nuestros bártulos. Al entrar en el mismo vi la lanzadera de la Corbeta en su lugar habitual, y una lanzadera de transporte de la flota en todo el centro del abarrotado hangar. Todos los que estuvimos en la sala dos días antes estábamos allí, la mayoría se había reunido junto a la rampa de acceso a la lanzadera, que era justo donde estaba el Coronel, de modo que me fui también hacia allí. Por el gran portón de acceso pude ver que debíamos estar en órbita geoestacionaria sobre un planeta en el que se podía apreciar desde allí una vegetación exuberante, por lo menos en la zona visible para nosotros.
Tras embarcar todos en ella, salimos del hangar de la Corbeta, me di cuenta que no nos pusimos en marcha hasta que la "Hades" hubo partido, después de su marcha la lanzadera puso proa a máxima velocidad hacia el planeta sobre el que estábamos. La lanzadera se internó en la atmosfera, dirigiéndose a los pies de una gigantesca cordillera que cruzaba un gran contiene, que por lo que pudimos ver desde allí, formaba una única y espesa jungla de extremo a extremo. Solo diez minutos después aterrizamos en un puerto terrestre de atraque. Me fijé en que todos los edificios estaban perfectamente enmascarados, también vi como nada más alejarnos, un tupido muro de cobertura enmascaraba también la lanzadera y el puerto de atraque.
Fuimos conducidos a varios barracones con capacidad para cuarenta personas en cada uno. Disponían de todas las comodidades que se pudiesen desear, las cámaras dormitorio eran individuales, y lo más importante de todo para mí, cada una tenía su propia ducha individual de agua, no de ultrasonidos, lo encontré simplemente maravilloso. Después de esto nos dieron una vuelta por el complejo, enseñándonos cada edificio por fuera e indicándonos que era lo que contenía en su interior. Según lo que vimos existían veinticinco barracones exactamente iguales al nuestro, por lo menos exteriormente, lo que daba un número de mil alumnos en esa instalación.
Nos enseñaron unas gigantescas piscinas cubiertas, concretamente cuatro, que en esos instantes estaban ocupadas por lo que nuestro guía definió como cuatro de las clases. Tardamos poco más de media hora en recorrerlo todo y recibir las oportunas explicaciones por parte de nuestro guía, pero lo que sin duda más nos sorprendió fue una gran puerta de blindada y completamente abierta que se encontraba en una zona próxima. En su entrada había dos androides fijos de clase centinela, se podía ver un largo túnel de unos cuarenta o cincuenta metros, a cuyo final se encontraba lo que parecía otra puerta Blindada, pero estaba cerrada, aunque de todos modos dada la penumbra existente en el túnel era difícil de apreciar.
Nuestro guía nos informó de que esa era la entrada a la "Base central de la Instalación", y que nosotros teníamos terminantemente prohibido el acceso. Nos hizo fijarnos en los dos centinelas, advirtiéndonos que estaban allí para defender la entrada, y que sus órdenes eran claras, evitar con fuerza mortal cualquier intento de intrusión no autorizada, por lo que nos instaba a no andar mucho por aquella zona puesto que los dos Androides ejecutarían sus órdenes a la menor señal.
Eran un tipo de Androide de última generación, los Robots de combate y custodia *SKII. Estos eran unos adversarios formidables y absolutamente despiadados, dificilísimos de abatir y con una precisión mortal en el disparo, además contaban con una autentico arsenal a su disposición. De hecho, en la configuración que se apreciaba en ellos, para terminar con uno serían necesarios varios disparos directos de un cañón anti blindaje, ya que el escudo que solían tener era considerable. Normalmente cuando eran móviles funcionaban con baterías de larga duración, que era su punto débil, pero cuando estaban como estos, en plataformas fijas, además de su batería solían ser alimentados por líneas energéticas desde sus bases, en este caso según pude observar, debían de llegarles por el subsuelo. Desde luego ninguno nos hicimos ilusiones con respecto a ellos, durante nuestro paseo en sus cercanías estuvieron con sus escudos al máximo y con todo su armamento fijo sobre nosotros, algo por ciento, nada agradable de sentir. Nadie en su sano juicio se enfrentaría a uno de esos si es que podía evitarlo, menos aún como en este caso, a dos.
Nuestro guía nos dejó de nuevo en la puerta de nuestro barracón, en ese momento nos indicó que nuestro barracón era el número 25, que no lo olvidáramos, porque todo allí se comunicaba atraves de ese número y nuestras identificaciones iban siempre relacionadas con él. Tras eso todos nos metimos en él, y por el ruido creo que si no todos, si la inmensa mayoría de nosotros nos metimos directos en las duchas, ya que el paseíto nos había hecho sudar como cerdos. En ese sitio hacia un enorme calor y había una altísima humedad, te ponías pegajosa en cuestión de minutos, era muy desagradable. Por la megafonía del barracón, cada sala o cámara tenía un altavoz, nos informaron de que teníamos el resto del día libre, con libertad absoluta para movernos por la base, informándonos de que para entrar en cualquier edificio solo necesitábamos teclear nuestro numero militar personal de identificación. También dejaron muy claro que si una puerta no se abría es que no teníamos acceso a esa zona y punto.
No hay que decir que todos nosotros nos dispersamos por allí con el fin de investigar un poco más a fondo y por nuestra cuenta toda la base. Realmente fue toda una pérdida de tiempo, solo pude entrar en el edificio comedor, en el edificio de estudio y en un par de edificios más cuya función creedme que no tenía nada clara, evidentemente también pude hacerlo en el edificio enfermería. Por la noche, justo antes de acostarnos, se nos informó que al día siguiente se nos haría entrega de todo el material que íbamos a necesitar para lo que teníamos por delante, incluidos nuestro pases de alumnos, que serían los que realmente nos abrirían muchos de aquellos edificios en los que no habíamos podido entrar con nuestros números militares de identificación.


CONTINUARA


*Robots de combate y custodia SKII: Robots de Combate equipados dos poderosos cañones laser rotatorios de alta velocidad, un cañón repulsor de 20mm capaz de hacer 3000 disparos por minuto, capacidad para llevar una docena de minas personales con él que en caso necesario podían ser sustituidas por cohetes de trayectoria libre, y un escudo unidireccional de fuerza que lo protegía de daños, además de ir poderosamente blindado.

9 comentarios:

  1. Sí... Ya lo echaba de menos... a ver si se pasa el mono...

    Gracias por sacar tiempo para continuar con la saga.

    Saludos,
    Xan.

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  2. Me encanto gracias por continuar la serie.

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  3. Gracias a los dos por vuestros comentarios, me alegra de que os este gustado. La serie no la pienso dejar, pero ya avise de que publicaría con calma, ya que se entremezclan fechas y personajes en ella, por lo que tengo que afinar mucho.

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  4. Muy bueno, como siempre. Enhorabuena!

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  5. Ole por fin as vuelto soci !!! gran relato

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  6. gracias por el relato esperando el próximo capitulo

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  7. Muy buena.
    KaidoAngel

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  8. Gracias por continuar

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  9. Muchas gracias por compartir el relato.

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