Confederación Imperial Galáctica
Libro - 1
U.E.P. Estrella Oscura
5
Orbita
exterior del Planeta T’rtrra XVI
Sistema
T’rtrra (I.S. 596)
Zona bajo
Interdicción Total
Imperio
Shilrrurs
Entramos
directos a ocupar nuestra anterior posición en la cara oculta del planeta
T’rtrra XVI, conectando de inmediato el sistema de cobertura para protegernos.
Nuestros sensores empezaron a trabajar a máxima potencia en forma pasiva,
también desplegamos un satélite sensor en la cara visible del planeta.
Detectamos aproximadamente cerca de dos centenares de naves de combate de todo
tipo en el sistema, incluyendo diez poderosos acorazados y más de una veintena
de Cruceros de Batalla, así como una docena de corbetas de exploración con sus
poderosísimos sensores, vimos como estaban haciendo un rastreo sistemático de
todo el sistema con ellos.
Solo
una hora después de haber conseguido todos estos datos di orden de recuperar el
satélite y volver a saltar al Interespacio para salir de allí cuanto antes,
esas corbetas de exploración eran un riesgo muy elevado para nosotros,
especialmente cuando parecían dirigirse poco a poco hacia nuestra posición con
su rastreo. Tras ello saltamos a un sistema estelar deshabitado para preparar
nuestra nueva misión, una vez que llegamos y conectamos el sistema de cobertura
requerí a mis oficiales superiores para una reunión.
-
Bien, nuestra misión actual ha sido modificada, deberemos de destruir el lugar
donde fabrican los torpedos de antimateria en cuanto inteligencia nos facilite
su localización, hasta entonces, vamos a crear el caos en el imperio
Shilrrurs... El K'torga reaparecerá de nuevo... -dije con malicia.
-
¡¡¡Ostias!!! -exclamó dando un largo silbido el teniente Coronel Samuel-, menudo
jaleo que se va a liar.
-
¿Nos mandaran los datos técnicos de esa nave señor?, lo cierto es que no se
mucho de ella -dijo el Teniente Coronel Peter.
-
En un par de horas tendrás todos los datos que poseemos de ella a tu
disposición, afortunadamente tenemos tanto los datos públicos como muchos datos
secretos.
-
Perdón señor, pero, ¿qué nave es esa?, no la conozco -preguntó la Coronel
Samantha.
-
El K'torga era un Crucero de Línea Shilrrurs, era la joya de la corona de su
flota hace unos ciento treinta años, hacía de nave insignia y de transporte
para su familia gobernante. Cuando estalló la guerra civil, esa nave fue la que
más daños causó a los rebeldes, de hecho, su desaparición repentina con el
núcleo duro de la familia real a bordo, fue lo que provocó que los rebeldes
triunfasen haciéndose con el poder -expliqué.
-
¿Y tan malo sería su reaparición? -preguntó Samantha.
-
Pese a todos estos años, aún no está muy consolidado el cambio de gobierno, les
cuesta. Los Shilrrurs tienen un sistema de gobierno un tanto peculiar, está
basado en castas, honor y familias. La reaparición del K'torga podría alterar
muchísimo la situación política, que es justo lo que pretendo con ello, ya que
aún existen miembros vivos de la antigua familia real, aunque caídos en
desgracia, junto con muchos simpatizantes con ellos.
-
¿Cual es el plan señor? -preguntó mi segunda.
-
Vamos a atacar las rutas comerciales de los antiguos planetas rebeldes en la
zona leal al K’torga, haremos que reaparezca y se comporte como si la guerra
civil aún siguiese. Preparen algunas simulaciones sobre las rutas de su
Imperio, quiero presas.
-
Entiendo -dijo mi segunda.
-
Bueno, todos a su trabajo, quiero que todo esté listo para empezar a movernos
en un máximo de cinco días.
Estábamos
en el sistema I.S. 898, orbitando el segundo planeta. La tripulación llevaba un
ritmo de trabajo frenético. Lo que ninguno de los miembros de mi equipo sabia,
es que fui yo mismo quien encontró los restos del K’torga hacia unos años,
ordenando su alteza que permaneciese en secreto, gracias a ello teníamos tanta
información de él como los propios Shilrrurs. No se había hecho público el hallazgo,
es más, todo rastro de él había sido concienzudamente eliminado de los archivos,
y la zona debidamente protegida, en su momento se considero que podría ser algo
útil en algún momento para poder usar contra los Shilrrurs, y parecía, que ese
momento había llegado, aunque no creo que nadie pensase en este modo de usar el
descubrimiento.
Estaba
muy tranquilo en la sala de reuniones, trazando las zonas donde pensaba que
atacáramos primero cuando entro a verme la coronel Samantha.
-
Señor, ¿podemos hablar un momento?
-
Claro Coronel, dígame –le hice señas de que se sentase.
-
Gracias señor, creo que tengo una idea para mejorar la aparición del K’torga,
creo que podríamos hacer una entrada mucho más espectacular.
-
Adelante, explíquese, por favor –le alenté.
-
Si señor, -se levantó inclinándose sobre mi consola para desplegar un mapa
tridimensional del Imperio Shilrrurs-, aquí está el sitio perfecto, estuve
estudiando diversos informes de inteligencia sobre movimientos de naves
Shilrrurs, y un ataque en este sistema sería perfecto señor –dijo sonriendo.
-
Es una buena opción, pero tiene ciertos problemas Coronel, ya lo pensé yo
también -señale un punto dentro del sistema que me mostraba-, ese es el
problema, justo ese punto. Esa estación de control es el problema, mientras
este en esa posición controlando todos los sensores del sistema nos será
imposible intentar nada. Los sensores que controla nos descubrirían antes de
poder hacer nada, y además, el blanco más apetecible es precisamente la
estación.
-
De eso se trata señor, si saliésemos justo aquí –señalo otro punto cercano a un
asteroide de hielo que orbitaba alrededor de su estrella- no nos detectarían.
Si nos mantenemos junto a él, protegidos en su estela, nos acercaríamos a esa
base de control lo suficiente para mí y mis hombres –dejo la idea colgando,
mirándome mientras yo la analizaba.
-
¿Tiempo estimado? –pregunté.
-
Tres minutos para llegar y uno más para tomarla, en total cuatro minutos, hasta
un margen viable de cinco máximo. Señor, estoy segura de que funcionaria
–intentó convencerme.
-
Si, si que podría funcionar, es factible, muy ajustado, pero factible. Pero
deberá de asegurarse de lograrlo Coronel, si falla no podremos recuperarlos, es
un viaje donde solo el éxito sirve, no habrá retirada, si fallan estarán todos
muertos y nosotros con serios problemas.
-
Lo sé señor, la ventaja que tenemos es que somos un regimiento completo, pienso
usar tres de las compañías para poder atacar por todas las escotillas a la vez,
eso impedirá que puedan defenderse.
-
Lo sé, es la opción más obvia, asegurarse una superioridad numérica aplastante,
pero sabe cuál es el principal problema de hacerlo de ese modo, ¿verdad?
-
Si señor, que nos disparemos entre nosotros, pero también lo he pensado,
-sonriéndome ladinamente- hablé con el señor Peter, nos está adaptando unos
cuantos sensores para prácticas, intentaremos que sean al menos uno por cada
dos hombres.
Acepté
su plan, y me sorprendió favorablemente, el uso de esos sensores era una idea
brillante de verdad. Se solían usar para indicar cuándo se hacía blanco en el
contrario durante los entrenamientos de combate, pero debidamente modificados,
podían servir para indicarte si a quien estabas apuntando tenía un receptor en
su frecuencia o no, lo que lo convertía en un aliado que al menos obligaría a
mirar antes de disparar. La idea era obvia, tomar la base de control de los
sensores del sistema y usarla en contra de los Shilrrurs.
Todo
ese sector Shilrrurs estaba junto a una gigantesca nebulosa que producía serias
interferencias con los elementos de navegación de las naves, por lo que en ese
sistema establecieron un punto de control y reorientación por balizas. Toda
nave que tenía que atravesar la nébula, salía en ese sistema que junto a
algunos otros adyacentes a ella contaba con una red de balizas de posición que
permitían navegar con seguridad. Existían tres de estas bases rodeando la
nébula, la perdida de una de ellas no sería grave, mientras las otras dos
siguiesen operativas no habría problema, pero sin duda sí que daría un
importante toque de atención sobre los dirigentes Shilrrurs.
Aparte
de esto, tenía también mis propias ideas al respecto una vez que tomáramos la
instalación. El K’torga fue construido en una época donde las principales armas
de las naves únicamente podían disparar hacia adelante, exactamente igual que
las que llevaba la Estrella Oscura, aunque en nuestro caso aún con esa
limitación, nos permitían un numero de grados de puntería. En el caso del
K’torga esto fue así por las tácticas de la época, en el de nuestra nave, por
meras cuestiones de diseño y eficacia para sus sistemas especiales. Cuando
encontramos el verdadero K’torga, pudimos extraer casi todo lo que guardaba en
sus núcleos de memoria, lo reclame y su alteza fue tan amable de enviármelo
todo. Hacía tres días que estaba estudiándolo detenidamente, encontrando cosas
realmente interesantes.
Cuando
por fin nos pusimos en marcha, el plan había variado sustancialmente,
pensábamos entrar con el sistema de encubrimiento, haciéndonos pasar por el
K’torga, ahora sin embargo, lo haríamos con el sistema de Cobertura.
Entraríamos en una posición tras el asteroide que nos ocultaría de sus
sensores, pero en lugar de camuflarnos en la cola, nos situaríamos delante
suyo, con el fin de que su propia masa nos protegiese de los sensores del
centro de control. Seria todo un desafío para los ordenadores de la nave, ya
que tendrían que usarse casi al 100% para que el sistema de cobertura
funcionase a la perfección para lo que pretendía que hiciésemos.
Cuando
entramos en el sistema, logramos alcanzar nuestra posición sin el menor
contratiempo. El sistema estaba funcionando a pleno rendimiento, con los
ordenadores tuvimos problemas, debimos de redirigir varios de ellos para que
también operasen con el sistema a fin de evitar ser detectados, lo que creo
incomodidades, como por ejemplo la climatización de la nave o la misma
gravedad, que debió de ser reducida a ¾ partes de lo habitual, sin contar con
la desconexión también de los sistemas de defensa puntuales para que sus
ordenadores hiciesen de apoyo…, estábamos corriendo un riesgo superior al que
habíamos previsto, pero una vez en posición, no nos quedaba otra opción que
seguir adelante.
El
asalto fue todo un éxito, logramos apoderarnos de la pequeña base sin que
pudiesen dar la alerta sobre nuestra presencia, lamentablemente no podíamos
permitirnos prisioneros, de modo que no hubo cuartel, todos terminaron muertos.
Nuestros técnicos abordaron la base en la lanzadera de asalto, ocupándose de
extraer toda la información que contenían sus ordenadores. Se lanzo un garfio
de sujeción entre nuestra nave y la estación, mediante el cual y gracias a sus
mochilas propulsoras, los soldados de asalto pudieron regresar de un modo
rápido y bastante seguro.
Cuando
por fin logramos toda la información posible, nos retiramos a una distancia
prudencial, modificando nuestra apariencia. Lentamente el sistema de
encubrimiento fue entrando en acción, cuando por fin apareció envolviéndonos la
imagen tridimensional del K’torga, conectamos con los ordenadores de la
estación, transmitimos una señal de alarma, pero sin especificar lo que
sucedía. Tras esto di órdenes de disparar una salva de torpedos estándar que no
dejaban firma significativa, usando para ello nuestros cuatro tubos, segundos
después, hacían impacto en la base, provocando su deflagración.
Usando
nuestros propios ordenadores, rastreamos el sistema con los propios sensores
Shilrrurs en busca de las naves que sin duda acudirían ante tan extraño aviso.
Sabíamos por los ordenadores de la base, que en el sistema como guarnición
había dos destructores, de vez en cuando, durante unos días incluso se les unía
también un crucero ligero, aunque según los datos hacia dos días que partió
hacia su base. Usando lo propios sensores de los Shilrrurs localizamos las
naves que venían a comprobar que sucedía, para nuestra más que desagradable
sorpresa, con los dos Destructores venia también un Crucero de Batalla, lo que
nos planteaba una buen dilema, atacar y correr un gran riesgo, o retirarnos
aprovechando que aún estábamos a tiempo de poder saltar al Interespacio sin ser
detectados.
Me
decidí por atacarles, después de todo teníamos una importante ventaja sobre
ellos, y era que gracias a los códigos de acceso a sus sensores, nosotros
podíamos usarlos para detectarles, pero ellos no si se servían de ellos,
habíamos hecho que todos los sensores del sistema nos ignorasen. A toda
velocidad trazamos un curso que como la vez anterior, nos metiese directamente
tras el asteroide, justo en su estela, ya que su camino le llevaría directo a
un rumbo de interceptación sobre las tres naves de guerra Shilrrurs. El mayor
peligro es que alguien en esas naves notara que los sensores desplegados en el
sistema no funcionaban correctamente, decidiendo usar los de sus propias naves
a plena potencia, y no como hasta el momento, en modo pasivo. Si seguían
confiando en los datos de los sensores esparcidos por todo el sistema, por
nuestro rumbo actual siguiendo la estela del asteroide, no deberíamos de tener
problemas con esas naves, nos verían cuando ya fuese demasiado tarde.
Solo
un minuto antes de entrar en rango de disparo di orden de zafarrancho de
combate, todo el mundo ocupó sus puestos. Una vez que entráramos en rango
abandonaríamos la protección del asteroide, entonces tendríamos que ser muy
rápidos, nuestras tres baterías deberían de abrir fuego, concentrándolo por
completo sobre el Crucero de Batalla, los cuatro tubos debían de disparar sus
torpedos sobre los dos destructores, repartiéndoselos, y a la vez, nuestros
escudos debían de desplegarse a máxima potencia. Todo esto requería de una gran
precisión y rapidez de ejecución, ya que suponía tener las tres fuentes de
energía trabajando a la vez al 100%, lo que únicamente podíamos hacer durante
cinco minutos sin estar prácticamente muertos.
Realmente
la Estrella Oscura no tenía nada que hacer contra un Crucero de Batalla, salvo
que atacásemos primero y por sorpresa, pillándoles completamente desprevenidos.
En este caso, a pesar de que iban camino de una base que emitió una alerta, el
comandante de esa flotilla se había visto envuelto en una paradoja que se
estudiaba en todas las academias militares de la galaxia. Toda nave espacial
tiene un punto débil, el mismo en todos los casos, sea cual sea la raza que
construyo la nave, y es la energía que la planta de potencia puede suministrar.
Una nave de guerra a velocidad de crucero es capaz de usar sus sensores en modo
activo, de cargar sus armas y emplear sus escudos al máximo de intensidad, sin
embargo, a máxima velocidad, no, la planta no da para ello.
A
máxima velocidad no se tiene energía para todo, y lo que más energía requiere
aparte de los motores, son precisamente los escudos. Era posible llevar los
escudos sobre un 40% si descargabas las armas por completo, pero eso te dejaba
indefenso al llegar al destino, lo usual era pasar a velocidad de crucero
cuando se estuviese cerca, con el fin de entrar en el área de riesgo con todo a
pleno rendimiento. Otra ventaja, era que el Crucero de Batalla era una nave de
ultimísima generación, mientras que los destructores eran de un modelo
prácticamente obsoleto, lo que significaba que en este caso sus velocidades
máximas eran muy similares, las tres naves irían con los escudos al mínimo, sin
ellos o al menos muy bajos, en todo caso serian insuficientes para enfrentarse
a nuestras armas. Lo normal hubiese sido que los destructores al ser mucho más
veloces y tener que ir más lentos por el Crucero, gastasen menos energía yendo
casi a velocidad de crucero, lo que haría que llevasen sus escudos casi al
máximo y sus armas cargadas, pero afortunadamente en este caso no era asi.
Todo
se iba a decidir en un minuto escaso. Nada más salir de detrás del Asteroide,
el oficial táctico, la Coronel Samantha, abrió fuego contra el Crucero de
Batalla Shilrrurs con nuestras tres baterías, concentrando el fuego sobre el
lugar donde se encontraba su sección de mando y control de la nave, a la vez,
solo dos segundos después, cuatro torpedos partían al encuentro de los dos
destructores, repartió dos para cada uno. El Crucero de Batalla jamás se entero
de lo que estaba pasando, nuestras tres baterías de acorazado literalmente lo
partieron por la mitad, por los daños que pudimos apreciar al impactar contra
él, directamente no debía de llevar los escudos conectados, esperaba destruirlo
con la segunda andanada y no así de fácil, enseguida di ordenes de que nuestra
artillería se fijase en los destructores, de uno en uno.
Uno
de los Destructores, cuando recibió el impacto de los dos torpedos, empezó a
sufrir lo que parecían un elevado número de explosiones internas, mientras que
el otro tuvo tiempo de elevar sus escudos lo suficiente como para no recibir
daños críticos como su compañero. En este último fue en el que se fijaron los
tres gigantescos cañones que portábamos, la andanada lo reventó literalmente,
los torpedos habían causado los suficientes daños como para que el escudo no
estuviese al 100% de operatividad, lo que le resulto fatal. El segundo
Destructor recibió cuatro nuevos torpedos en salva, la andanada lo hizo saltar
también por los aires, desintegrándolo practicamente. Solo un minuto después de
haber empezado, de las tres naves Shilrrurs solo quedaban los restos.
Mientras
todo esto sucedía, el Teniente Coronel Samuel, hizo que uno de las sondas de
sensores de los Shilrrurs más cercanas a nosotros enviase en modo abierto un
mensaje codificado en dirección a lo más profundo de su imperio, el mensaje
informaba del regreso del K’torga, acompañándole de una bonita reclamación del
poder para los herederos del legitimo monarca de imperio Shilrrurs, tras ello
salimos a toda velocidad de ese sistema, al que mucho me temía que acudirían
todas las naves de guerra de la zona. La codificación procedía de los bancos de
datos que encontramos en los ordenadores del verdadero K’torga. Una
particularidad del sistema de encubrimiento, es que era capaz de imitar
cualquier firma, tanto para los motores, como para las armas de energía, y si
bien, no admitiría una investigación a fondo esa falsificación, por el
contrario, sí que hacía imposible encontrar nuestra propia firma en cualquiera
de ambos rastros, en este caso solo esperaba que no fueran muy rigurosos, ya
que cualquier rastro de los torpedos, si que llevaría la firma de procedencia
de la confederación Imperial, pese a ser del tipo estándar, de mas difícil
identificación.
Una
semana después estábamos esperando tras una luna, nuestro sistema de encubrimiento
estaba en funcionamiento, de nuevo éramos el K’torga y nuestro objetivo era un
pequeño transporte Shilrrurs, concretamente el crucero pesado que llevaban de
escolta. Conocíamos su ruta, con una precisión de un centenar de kilómetros,
nos encontrábamos en una de las zonas más transitadas y seguras del imperio
Shilrrurs, por lo que contaba con que el Crucero no llevase sus escudos, o por
lo menos, no conectados al máximo al estar en zona “segura”. Efectivamente, cuando se coloco a nuestro
alcance abandonamos por sorpresa la protección de la luna, haciéndonos
visibles, nuestra primera andanada causo daños gravísimos en el Crucero, veinte
segundos después, la segunda andanada lo redujo a escombros.
Los
diez cargueros que escoltaban se dispersaron para intentar escapar, durante
cuatro minutos exactos estuvimos abriendo fuego contra ellos, mandando
continuamente consignas, acusándoles de ser traidores a los verdaderos señores
del Imperio. Cuatro de los cargueros fueron destrozados, dos más seriamente
dañados y los otros cuatro, sufrieron algunos daños, pero nada que les
impidiese escapar al Interespacio. Tras eso, saltamos también al Interespacio,
dejando allí a los dos cargueros intentando sobrevivir hasta que recibiesen
ayuda. Por lo que más tarde informo inteligencia, los cuatro cargueros que
escaparon emitieron llamadas de socorro para sus compañeros por banda abierta,
la reaparición del K’torga se extendió por todo el Imperio Shilrrurs a la
velocidad de la luz, que era justo lo que habíamos pretendido con ese último
ataque.
Durante
las tres semanas siguientes, estuvimos por la zona central del Imperio
Shilrrurs, habíamos vuelto a atacar en tres nuevas ocasiones. Dos fragatas, una
corbeta y ocho cargueros pesados habían sido destruidos por el K’torga, una
gran nave de pasajeros también había recibido nuestra visita, había sido
obligada a lanzar todas sus capsulas de escape, y luego volada por los cañones
del K’torga ante los atónitos ojos de más de 14000 pasajeros y tripulantes.
En
este último ataque tuve un mal presentimiento, y únicamente realizamos un microsalto
al interior del sistema, quedando al otro lado de su estrella, tras la cara
opuesta al mismo del segundo planeta. Retiramos en encubrimiento y usamos al
instante la cobertura. Tan solo segundos después de haber terminado el cambio
de sistema, llegaron patrullas Shilrrurs desde todas direcciones, arrastrando
tras de ellos traían a remolque unidades generadoras de campos gravitatorios,
de haber intentado la huida en cualquier dirección, habríamos sido sacados del Interespacio
por esos generadores. Por sus huellas y las características de esas unidades, debían
de proceder de los sistemas adyacentes, debían de haber hecho un micro salto de
borde de sistema a borde de sistema.
Para
pasar de un sistema estelar a otro, puede parecer que se puede saltar por
cualquier sitio, pero en realidad no es así, el Interespacio te arrastra, se
cree que debido a los campos gravitatorios de las estrellas de los sistemas,
por unos caminos determinados por los que se cruza estos de un extremo a otro,
en este caso de el sistema en el que estábamos, por narices, todos los caminos
de salida, seis en total, nos llevaban a los sistemas colindantes debido a la cercanía
entre ellos, y no a los grandes vacios de gravedad que en realidad era por
donde se navegaba cuando usábamos el espacio intermedio. Observe como cada uno
de los seis grupos que entraron, se componía al menos de dos Acorazados, o en
su defecto de cinco Cruceros de Batalla, como centro de cada flotilla, todas
las naves que podíamos detectar, eran de última generación. La conclusión ante
esta clarísima trampa fue obvia, de algún modo y pese a nuestro intento de
hacer ataques aleatorios, habíamos creado algún tipo de patrón que habían
podido seguir.
Cuando
todo termino, y las naves terminaron de hacer un rastreo del sistema, di orden
de partir hacia un sistema deshabitado cercano a nuestra propia frontera. Di instrucciones
a Sandra y a Samantha de que revisaran nuestros últimos movimientos en busca de
algún patrón en nuestro comportamiento, por leve o improbable que pudiese
parecer. Para mi sorpresa, tuve que esperar dos días antes de que las dos
quisiesen hablar conmigo, aprovechamos ese tiempo para hacer una pequeña revisión
de los sistemas de la nave. Cuando por fin me pidieron una reunión para que
escuchase sus conclusiones:
-
Señor lo tenemos, lamentamos haber tardado tanto, pero nos ha costado verlo
porque lo teníamos delante de las narices todo el tiempo -dijo Sandra nada más
sentarnos en la sala de reuniones.
-
Si, lo cierto es que hemos sido un poco estúpidos, nuestro fallo era de lo más
obvio -apostilló la Coronel Samantha.
-
Bien, soy todo oídos, adelante -vi que iba a ser Samantha quien lo explicase.
-
Es muy simple señor, vera -dijo poniéndose en pie disponiendo de un mapa
tridimensional del Imperio Shilrrurs-. Fíjese en la zona que marco -vi como una
amplia zona del centro del Imperio cambiaba de color-, todos esos sectores, son
los que aún eran leales a la familia real cuando el K’torga desapareció. En
nuestro afán por dar verosimilitud a su reaparición, nos hemos circunscrito a
ella para todos nuestros saltos y ataques, en parte también para evitar una
posible guerra civil entre ellos.
-
Ya veo, cuando le pedimos al ordenador que encontrase lugares probables dentro
de los datos facilitados por inteligencia, e introducimos en el los parámetros
de búsqueda que queríamos, solo nos facilitó blancos en la zona leal al K’torga
y con unas características demasiado especificas. Muy bien, es indudable que
eso crea una pauta y que muy listos no hemos demostrado ser -admití.
-
Señor, hay otra cosa -dijo Sandra-, creo que mientras buscábamos nuestro patrón,
hemos encontrado nuestro blanco primario por accidente. Creemos saber donde están
investigando esos torpedos de antimateria -di un respingo al escucharla.
-
Adelante -respondí ansioso.
-
Vera señor, en realidad fue Samantha quien lo descubrió. Estuvimos testeando
todos los posibles blancos que entraban dentro de nuestras prioridades,
intentando encontrar alguna pauta en la forma en que el ordenador nos había
facilitado su prioridad según los parámetros que le marcamos. Samantha se dio
cuenta mientras lo hacíamos de determinados envíos destinados a una de las tres
posibles opciones que nos marco inteligencia, este es el listado de suministros
según inteligencia -me paso a mi monitor una bonita colección de datos.
No
dije nada, me puse a estudiarlo ante la atenta mirada de las dos mujeres.
Ciertamente había un buen numero de suministros que no tenían sentido de
acuerdo con lo que inteligencia suponía que se hacía en esa base de investigación.
Si en cambio suponíamos que allí era donde se investigaban y construían los
prototipos de esos torpedos, entonces, todos y cada uno de esos envíos cobraban
sentido. Viendo esos datos, sabía que mis dos oficiales habían encontrado lo
que inteligencia estaba buscando desesperadamente, pero como ya lo hablamos su
alteza y yo, no podíamos errar con el lugar, el ataque solo funcionaria en el
lugar correcto, si fallábamos podía ser un completo desastre.
-
Bien -levante la cabeza, mirándolas fijamente a las dos-, personalmente creo
que tenéis toda la razón, y por mí, daría orden de inmediato de ponernos en
marcha. El problema es que no podemos fallar, nuestro primer y único ataque
debe de realizarse sobre el sitio preciso. El fallar nos traería mas
perjuicios, que beneficios el destruir su instalación. Mandare todos vuestros
datos y consultaré, podéis retiraros, descansad un poco las dos, venga -dije haciéndoles
una seña para que se fuesen s sus cámaras a descansar.
Envié
un comunicado ultra comprimido de alta prioridad para su alteza, después de
eso, solo quedo esperar a que nos contestase por el mismo medio. El problema de
ese sistema es que se enviaba directamente sobre un determinado enlace militar
de comunicaciones dentro de la Confederación Imperial, en el se incluía nuestra
posición exacta a fin de que pudiesen enviarnos una respuesta. Si algún sistema
detector enemigo estaba por medio, podía capturar el mensaje en gran parte,
decodificarlo era otro cantar, pero si lo lograban y los poderosos ordenadores podrían
llegar a hacerlo de contar con suficientes interceptaciones, suponía que
cualquier nave que mandase uno les daba su posición exacta, convirtiéndose en
presas fáciles, por ese motivo era algo que solo se usaba en caso de extrema
gravedad, eso dentro de la Confederación, fuera de nuestras fronteras, solo se hacía
como último recurso. Todo esto sin contar, con que el propio mensaje ya de por
sí, señalaba en una dirección de llegada que podía usarse para extrapolar una
posible zona de ubicación, más o menos amplia.
Recibí
la contestación por la misma vía, cuando la leí llame a mis dos oficiales a la
sala de reuniones:
-
Bien, ya recibimos contestación. Según inteligencia en uno de los otros dos
laboratorios también reciben este tipo de suministros, aunque de lo que si están
completamente seguros, es que por una parte, esa investigación solo se lleva a
cabo en un lugar, y por otra de que piensan que hay algún fallo de diseño en
esos torpedos, directamente les señalan como responsables de los dos
"accidentes".
-
Lo que quiere decir que inteligencia espera que un aumento considerable en los envíos
de determinados elementos le marque cual de las dos bases de investigación es
-concluyó la Coronel Samantha.
-
El problema es que no sabemos lo que pueden tardar en ello, primero tendrían
que apuntar hacia determinado sitio para pedir un alto número de recambios
-dije.
-
Si sospechasen por ejemplo de los sistemas de guía de los torpedos, entonces pedirían
sistemas nuevos para todos los que tengan seria simple, ese suministro
repentino para todos sus torpedos de defensa nos daría el laboratorio, pero podrían
decidir que es algo que no fuese tan fácil de detectar, por ejemplo un
determinado chip, un circuito o algo por el estilo -repuso Sandra, en ese
instante un segundo mensaje de Inteligencia fue enviado a mi consola.
-
Si, me parece una tontería, además, no sabemos lo que podrían tardar en culpar
a algo, podrían incluso intentar rehacer todo el trabajo con lo que tienen a su
disposición, o en el caso por ejemplo del sistema de guía, simplemente
desmontarlo y probarlos a la antigua usanza, apuntando y disparando de forma
directa -añadió la Coronel Samantha.
-
Exactamente, es tal y como decís, pero sin embargo en algo si tiene razón
inteligencia, los propios suministros nos darán la solución, en este caso,
vosotras tenéis razón, acertasteis en vuestras conclusiones, ese es el
laboratorio, me lo acaba de confirmar inteligencia ahora mismo-dije sonriéndolas.
-
¿De verdad? -no pudo evitar preguntar al Coronel Samantha-, perdón señor.
-
No se preocupe. Si, acaban de hacerlo, en los datos que me pasasteis había algo
extraño, y pedí a su alteza que se ocupase de que inteligencia lo comprobase
con nuestros propios científicos. Debido al diseño de sus torpedos, solo existe
un modelo en el que podrían introducir una cabeza de antimateria.
-
Pero señor, eso solo seria especulación, quizá ellos lo hacen de otro modo, o
emplean cabezas más pequeñas que nosotros -dijo Sandra.
-
No, el quid de la cuestión es la prueba que vimos, en esos datos estaba la
respuesta. La cantidad de Antimateria requerida para esa deflagración hace que
sea físicamente imposible meterla en la cabeza de un torpedo estándar
Shilrrurs, solo existe un modelo capaz de albergarlo, y eso sufriendo serias
modificaciones, un torpedo de instrucción, y esa base, ha recibido bastantes de
ellos desde los arsenales en los últimos años -dije sonriendo.
-
Jajajajajajajajajaja -se empezó a reír Sandra tras mirar rápidamente en los
listados que me dieron las dos sobre envíos sospechosos al laboratorio-, ni me
di cuenta de ello señor. Ciertamente, ¿para qué demonios va a querer una base
de investigación, torpedos de instrucción, cuando estos solo los usan en las
academias, los Shilrrurs para los entrenamientos en sus bases, o naves de
guerra, siempre usan los de verdad, no como nosotros que si los empleamos -la
Coronel Samantha se dio una palmada en la frente al escuchar a Sandra,
maldiciendo por lo bajo.
-
Exacto, era tan obvio que nadie lo vio, todo el mundo tenía en mente nuestro
modo de hacer las cosas.
-
Salvo usted señor -repuso Sandra.
-
No, para nada, fuisteis vosotras quienes me llevasteis a pensar en ello.
Conozco el tamaño de nuestras cabezas de Antimateria, y también el tamaño de
sus torpedos estándar, de modo que sospeche enseguida de ese envió de material
de entrenamiento, mas cuando me di cuenta que ellos no lo usan del mismo modo
que nosotros. Y ahora, tenemos vía libre para proceder con esa base.
Tras
terminar la reunión di orden de saltar de inmediato al borde exterior del
sistema estelar donde se encontraba la base de investigación. Nada más entrar
dispusimos el sistema de cobertura de inmediato, de seguido ordene el rastreo
pasivo de todo el sistema, algo que nos llevaría como mínimo un par de días, y
desde luego, no me arrepentí de haberlo hecho. El barrido nos dio la situación
exacta de todo lo que flotaba en el sistema estelar, evidentemente son
excepciones obvias, como ciertas zonas tras las caras ocultas de los planetas y
lunas del mismo.
Por
suerte y como es habitual en este tipo de instalaciones para mejorar su
seguridad, evitando además curiosos, el sistema estaba deshabitado. Junto con
la base de investigación detectamos la presencia en sus inmediaciones de dos
Corbetas, tres Fragatas y dos Cruceros Pesados, más que suficiente como para
conseguir tiempo de que llegasen refuerzos para la base en caso de ataque. Me sonreí
para mi mismo, debido a los ataques del K’torga y al estar este sistema dentro
de la zona "leal", habían decidido concentrar las naves de protección
junto a la base, lo que consideraba un error que me venía muy bien, sobre todo
en el caso de las dos corbetas de exploración con sus poderosos sensores.
Nuestros sistemas detectaron que en todas ellas, incluida la propia base, mantenían
sus escudos entre el 30% y el 50% de operatividad. Junto a la base se encontraba
algo que me preocupo, sendas plataformas defensivas erizadas de cañones de energía
y dueñas de potentísimos escudos situados al 100% de operatividad.
El
gasto de energía en todo esto era ingente, y el castigo para los sistemas de energía
por su uso constante debía de ser terrible. Nosotros por ejemplo, mientras estábamos
como ahora, operando con los sistemas a toda potencia, para evitar sobrecargas,
alternábamos las fuentes de energía cada cierto tiempo. En el caso de las
plataformas, un comandante sensato, de querer mantener los escudos a ese nivel,
mantendría las armas descargadas, habida cuenta de que desde que una nave
entrase al sistema, hasta que se pudiese poner a tiro de la base, daría tiempo
de sobra para que pudiesen recargar las armas por completo. Las naves por lo
que observamos, variaban la intensidad de los escudos cada cierto tiempo sin
pasar nunca del 50%, lo que indicaba que sus armas si debían de mantenerse
completamente cargadas en todo momento.
Tenía
una opción clara de ataque contra la base científica, su gran y poderoso
sistema defensivo tenía un punto débil que nosotros podíamos ser capaces de
aprovechar, bajo ciertas circunstancias. Decidí esperar una semana para conocer
si las escoltas se guiaban por algún tipo de pauta determinada, algo que me sería
muy necesario conocer. En ese tiempo para mi disgusto por un lado, y alegría
por otro, las dos corbetas partieron del sistema, siendo reemplazadas por tres
destructores de última hornada. Eso hacía que su escolta ganase en capacidad de
operación, pero a cambio, perdían en capacidad de detección al perder esas dos
corbetas de exploración con sus poderosos sensores de búsqueda activa, de lo
que me alegre profundamente, ya que de desplegarlas nos habría puesto en un
serio aprieto.
Di
la orden de movernos despacio, con ruta de intercepción hacia el gigante
gaseoso donde orbitaba la base de investigación. Quería acercarme por la cara
opuesta y después dejar que la propia velocidad orbital nos situase en posición
de disparo contra la base. Íbamos a ir muy, muy, muy justos, y por varios
motivos. El plan era un autentico encaje de bolillos.
Cuando
llegamos a nuestra posición hice retirar la cobertura para recuperar el
encubrimiento como el K’torga, después di una orden que hizo que todos los
presentes en el puente de mando palidecieran al comprender el riesgo que íbamos
a correr. La Estrella Oscura disponía de cuatro tubos de torpedos, ordene
cargar un Misil de Antimateria en cada uno de ellos. Los torpedos llevaban propulsión
inercial y eran lanzados mediante raíles repulsores, los misiles no. Solo uno
de los cuatro tubos estaba preparado para el uso de ambos de forma consecutiva,
en los otros tres, tendrían que ser retirados los raíles. Después de disparar
los misiles por ellos estos alcanzarían temperaturas cercanas al punto de fusión
de sus materiales, por lo que habría que dejar enfriar los tubos antes de volver
a montar los raíles y tenerlos nuevamente operativos, solo el tubo especial era
capaz de soportar algo semejante, al ser de diferente material, y continuar
luego operativo.
Tan
solo unos treinta segundos antes de quedar al descubierto di orden de poner
todos los sistemas al máximo y conectar las tres fuentes de energía a máxima
potencia. Nada más aparecer por el horizonte del planeta di la orden de atacar,
disparamos los cuatro misiles contra la base de investigación, y las baterías
principales contra uno de los dos Cruceros Pesados, concretamente contra el que
tenia los escudos a mayor potencia, y aun así, solo al 45%. Tras el impacto de
nuestros cañones, empezó a escorarse y a caer lentamente hacía el planeta, solo
segundos después empezó a soltar capsulas de escape en dirección al espacio, ya
que el planeta no era habitable.
El
segundo Crucero Pesado, los Destructores y las Fragatas, dispararon contra
nosotros, pero únicamente el Crucero estaba en condiciones de poder
alcanzarnos, el resto de los disparos se perdieron en la atmosfera gaseosa del
planeta, desviados por la gravedad. Volvimos a disparar una nueva andanada de
las baterías principales, esta vez contra el Segundo Crucero, después de eso
hice que realizásemos un micro salto que había mandado programar. Logramos hacerlo
justo unos pocos segundos antes de que tres de los cuatro misiles impactaran
contra la base, el cuarto fue derribado por el fuego de cobertura realizado por
una de las fragatas.
Cuando
emergimos de nuevo en la parte exterior del sistema, di orden de poner nuestros
escanees en modo activo y recoger todos los datos posibles sobre el resultado
de nuestro ataque. Por lo que descubrimos con nuestros sensores, ninguna de las
naves había sobrevivido a la explosión de los misiles, de la base no quedaba ni
rastro, pero lo peor era el planeta, parecía haber erupciones a lo largo de
toda su superficie y su atmosfera parecía estar en llamas, sin duda encendida
por la explosión de Antimateria al encontrarse tan cerca de ella. Antes de
volver a saltar al Interespacio, envié de nuevo un mensaje ultra comprimido
para su alteza con todos los registros de los sensores y un pequeño informe del
hecho en sí.
Cuando
una semana después regresamos a la Confederación Imperial tras realizar varios
saltos aleatorios por sistemas deshabitados Shilrrurs para asegurarnos que no
habíamos sido detectados, recibimos órdenes de regresar a la base-deposito de
Mar-Sajan para reabastecernos de todo lo que necesitásemos, incluidos nuevos
misiles de Antimateria y retirar el cuerpo del que usamos su cabeza al
principio. Según instrucciones de su Alteza, el Estrella Oscura volvía a estar
de servicio permanente con la tripulación actual, manteniendo la asignación de
todos los presentes a la nave.
El
Imperio Shilrrurs sufrió varias revueltas importantes debido a la reaparición
del K’torga. Inteligencia calculó que la frontera quedó asegurada durante al
menos una década, tanto los actuales problemas internos del Imperio, como la
ausencia de bases importantes cerca de nuestra frontera, mantendría alejadas
las aspiraciones Shilrrurs sobre territorios de nuestra pertenencia durante un periodo
más que respetable de tiempo.
Aunque
ofrecí la posibilidad de que cualquier miembro de la tripulación pudiese pedir
destino tras nuestra misión, nadie la acepto, incluyendo los Marines de Asalto,
que según comentario de la Coronel Samantha, por encima del Estrella Oscura
como destino más apetecible solo se encontraba el “Represor”, y de la seguridad
en este se ocupaban agentes de “La Guadaña”, puesto que eran la escolta y
protección de su Alteza Imperial, lo que ya no lo hacía tan apetecible.
FIN
Gracias esperó el nuevo relato con impaciencia
ResponderEliminarEXELENTE
ResponderEliminarGenial gracias por la grata lectura
ResponderEliminarSaludos y sigue asi.
Disfruté mucho de la lectura, me gusta mucho este género. Gracias y enhorabuena.
ResponderEliminarVolvi a leer la historia completa y me gusto tanto como la primera vez.
ResponderEliminarSigue creando Magia.
Saludos
CFQ
Muchas gracias, me ha gustado mucho, seguiré leyendote
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