sábado, 22 de diciembre de 2012



Confederación Imperial Galáctica

Libro - 1

U.E.P.  Estrella Oscura


5




Orbita exterior del Planeta T’rtrra XVI
Sistema T’rtrra (I.S. 596)
Zona bajo Interdicción Total
Imperio Shilrrurs

Entramos directos a ocupar nuestra anterior posición en la cara oculta del planeta T’rtrra XVI, conectando de inmediato el sistema de cobertura para protegernos. Nuestros sensores empezaron a trabajar a máxima potencia en forma pasiva, también desplegamos un satélite sensor en la cara visible del planeta. Detectamos aproximadamente cerca de dos centenares de naves de combate de todo tipo en el sistema, incluyendo diez poderosos acorazados y más de una veintena de Cruceros de Batalla, así como una docena de corbetas de exploración con sus poderosísimos sensores, vimos como estaban haciendo un rastreo sistemático de todo el sistema con ellos.

Solo una hora después de haber conseguido todos estos datos di orden de recuperar el satélite y volver a saltar al Interespacio para salir de allí cuanto antes, esas corbetas de exploración eran un riesgo muy elevado para nosotros, especialmente cuando parecían dirigirse poco a poco hacia nuestra posición con su rastreo. Tras ello saltamos a un sistema estelar deshabitado para preparar nuestra nueva misión, una vez que llegamos y conectamos el sistema de cobertura requerí a mis oficiales superiores para una reunión.
- Bien, nuestra misión actual ha sido modificada, deberemos de destruir el lugar donde fabrican los torpedos de antimateria en cuanto inteligencia nos facilite su localización, hasta entonces, vamos a crear el caos en el imperio Shilrrurs... El K'torga reaparecerá de nuevo... -dije con malicia.
- ¡¡¡Ostias!!! -exclamó dando un largo silbido el teniente Coronel Samuel-, menudo jaleo que se va a liar.
- ¿Nos mandaran los datos técnicos de esa nave señor?, lo cierto es que no se mucho de ella -dijo el Teniente Coronel Peter.
- En un par de horas tendrás todos los datos que poseemos de ella a tu disposición, afortunadamente tenemos tanto los datos públicos como muchos datos secretos.
- Perdón señor, pero, ¿qué nave es esa?, no la conozco -preguntó la Coronel Samantha.
- El K'torga era un Crucero de Línea Shilrrurs, era la joya de la corona de su flota hace unos ciento treinta años, hacía de nave insignia y de transporte para su familia gobernante. Cuando estalló la guerra civil, esa nave fue la que más daños causó a los rebeldes, de hecho, su desaparición repentina con el núcleo duro de la familia real a bordo, fue lo que provocó que los rebeldes triunfasen haciéndose con el poder -expliqué.
- ¿Y tan malo sería su reaparición? -preguntó Samantha.
- Pese a todos estos años, aún no está muy consolidado el cambio de gobierno, les cuesta. Los Shilrrurs tienen un sistema de gobierno un tanto peculiar, está basado en castas, honor y familias. La reaparición del K'torga podría alterar muchísimo la situación política, que es justo lo que pretendo con ello, ya que aún existen miembros vivos de la antigua familia real, aunque caídos en desgracia, junto con muchos simpatizantes con ellos.
- ¿Cual es el plan señor? -preguntó mi segunda.
- Vamos a atacar las rutas comerciales de los antiguos planetas rebeldes en la zona leal al K’torga, haremos que reaparezca y se comporte como si la guerra civil aún siguiese. Preparen algunas simulaciones sobre las rutas de su Imperio, quiero presas.
- Entiendo -dijo mi segunda.
- Bueno, todos a su trabajo, quiero que todo esté listo para empezar a movernos en un máximo de cinco días.
Estábamos en el sistema I.S. 898, orbitando el segundo planeta. La tripulación llevaba un ritmo de trabajo frenético. Lo que ninguno de los miembros de mi equipo sabia, es que fui yo mismo quien encontró los restos del K’torga hacia unos años, ordenando su alteza que permaneciese en secreto, gracias a ello teníamos tanta información de él como los propios Shilrrurs. No se había hecho público el hallazgo, es más, todo rastro de él había sido concienzudamente eliminado de los archivos, y la zona debidamente protegida, en su momento se considero que podría ser algo útil en algún momento para poder usar contra los Shilrrurs, y parecía, que ese momento había llegado, aunque no creo que nadie pensase en este modo de usar el descubrimiento.
Estaba muy tranquilo en la sala de reuniones, trazando las zonas donde pensaba que atacáramos primero cuando entro a verme la coronel Samantha.
- Señor, ¿podemos hablar un momento?
- Claro Coronel, dígame –le hice señas de que se sentase.
- Gracias señor, creo que tengo una idea para mejorar la aparición del K’torga, creo que podríamos hacer una entrada mucho más espectacular.
- Adelante, explíquese, por favor –le alenté.
- Si señor, -se levantó inclinándose sobre mi consola para desplegar un mapa tridimensional del Imperio Shilrrurs-, aquí está el sitio perfecto, estuve estudiando diversos informes de inteligencia sobre movimientos de naves Shilrrurs, y un ataque en este sistema sería perfecto señor –dijo sonriendo.
- Es una buena opción, pero tiene ciertos problemas Coronel, ya lo pensé yo también -señale un punto dentro del sistema que me mostraba-, ese es el problema, justo ese punto. Esa estación de control es el problema, mientras este en esa posición controlando todos los sensores del sistema nos será imposible intentar nada. Los sensores que controla nos descubrirían antes de poder hacer nada, y además, el blanco más apetecible es precisamente la estación.
- De eso se trata señor, si saliésemos justo aquí –señalo otro punto cercano a un asteroide de hielo que orbitaba alrededor de su estrella- no nos detectarían. Si nos mantenemos junto a él, protegidos en su estela, nos acercaríamos a esa base de control lo suficiente para mí y mis hombres –dejo la idea colgando, mirándome mientras yo la analizaba.
- ¿Tiempo estimado? –pregunté.
- Tres minutos para llegar y uno más para tomarla, en total cuatro minutos, hasta un margen viable de cinco máximo. Señor, estoy segura de que funcionaria –intentó convencerme.
- Si, si que podría funcionar, es factible, muy ajustado, pero factible. Pero deberá de asegurarse de lograrlo Coronel, si falla no podremos recuperarlos, es un viaje donde solo el éxito sirve, no habrá retirada, si fallan estarán todos muertos y nosotros con serios problemas.
- Lo sé señor, la ventaja que tenemos es que somos un regimiento completo, pienso usar tres de las compañías para poder atacar por todas las escotillas a la vez, eso impedirá que puedan defenderse.
- Lo sé, es la opción más obvia, asegurarse una superioridad numérica aplastante, pero sabe cuál es el principal problema de hacerlo de ese modo, ¿verdad?
- Si señor, que nos disparemos entre nosotros, pero también lo he pensado, -sonriéndome ladinamente- hablé con el señor Peter, nos está adaptando unos cuantos sensores para prácticas, intentaremos que sean al menos uno por cada dos hombres.
Acepté su plan, y me sorprendió favorablemente, el uso de esos sensores era una idea brillante de verdad. Se solían usar para indicar cuándo se hacía blanco en el contrario durante los entrenamientos de combate, pero debidamente modificados, podían servir para indicarte si a quien estabas apuntando tenía un receptor en su frecuencia o no, lo que lo convertía en un aliado que al menos obligaría a mirar antes de disparar. La idea era obvia, tomar la base de control de los sensores del sistema y usarla en contra de los Shilrrurs.
Todo ese sector Shilrrurs estaba junto a una gigantesca nebulosa que producía serias interferencias con los elementos de navegación de las naves, por lo que en ese sistema establecieron un punto de control y reorientación por balizas. Toda nave que tenía que atravesar la nébula, salía en ese sistema que junto a algunos otros adyacentes a ella contaba con una red de balizas de posición que permitían navegar con seguridad. Existían tres de estas bases rodeando la nébula, la perdida de una de ellas no sería grave, mientras las otras dos siguiesen operativas no habría problema, pero sin duda sí que daría un importante toque de atención sobre los dirigentes Shilrrurs.
Aparte de esto, tenía también mis propias ideas al respecto una vez que tomáramos la instalación. El K’torga fue construido en una época donde las principales armas de las naves únicamente podían disparar hacia adelante, exactamente igual que las que llevaba la Estrella Oscura, aunque en nuestro caso aún con esa limitación, nos permitían un numero de grados de puntería. En el caso del K’torga esto fue así por las tácticas de la época, en el de nuestra nave, por meras cuestiones de diseño y eficacia para sus sistemas especiales. Cuando encontramos el verdadero K’torga, pudimos extraer casi todo lo que guardaba en sus núcleos de memoria, lo reclame y su alteza fue tan amable de enviármelo todo. Hacía tres días que estaba estudiándolo detenidamente, encontrando cosas realmente interesantes.
Cuando por fin nos pusimos en marcha, el plan había variado sustancialmente, pensábamos entrar con el sistema de encubrimiento, haciéndonos pasar por el K’torga, ahora sin embargo, lo haríamos con el sistema de Cobertura. Entraríamos en una posición tras el asteroide que nos ocultaría de sus sensores, pero en lugar de camuflarnos en la cola, nos situaríamos delante suyo, con el fin de que su propia masa nos protegiese de los sensores del centro de control. Seria todo un desafío para los ordenadores de la nave, ya que tendrían que usarse casi al 100% para que el sistema de cobertura funcionase a la perfección para lo que pretendía que hiciésemos.
Cuando entramos en el sistema, logramos alcanzar nuestra posición sin el menor contratiempo. El sistema estaba funcionando a pleno rendimiento, con los ordenadores tuvimos problemas, debimos de redirigir varios de ellos para que también operasen con el sistema a fin de evitar ser detectados, lo que creo incomodidades, como por ejemplo la climatización de la nave o la misma gravedad, que debió de ser reducida a ¾ partes de lo habitual, sin contar con la desconexión también de los sistemas de defensa puntuales para que sus ordenadores hiciesen de apoyo…, estábamos corriendo un riesgo superior al que habíamos previsto, pero una vez en posición, no nos quedaba otra opción que seguir adelante.
El asalto fue todo un éxito, logramos apoderarnos de la pequeña base sin que pudiesen dar la alerta sobre nuestra presencia, lamentablemente no podíamos permitirnos prisioneros, de modo que no hubo cuartel, todos terminaron muertos. Nuestros técnicos abordaron la base en la lanzadera de asalto, ocupándose de extraer toda la información que contenían sus ordenadores. Se lanzo un garfio de sujeción entre nuestra nave y la estación, mediante el cual y gracias a sus mochilas propulsoras, los soldados de asalto pudieron regresar de un modo rápido y bastante seguro.
Cuando por fin logramos toda la información posible, nos retiramos a una distancia prudencial, modificando nuestra apariencia. Lentamente el sistema de encubrimiento fue entrando en acción, cuando por fin apareció envolviéndonos la imagen tridimensional del K’torga, conectamos con los ordenadores de la estación, transmitimos una señal de alarma, pero sin especificar lo que sucedía. Tras esto di órdenes de disparar una salva de torpedos estándar que no dejaban firma significativa, usando para ello nuestros cuatro tubos, segundos después, hacían impacto en la base, provocando su deflagración.
Usando nuestros propios ordenadores, rastreamos el sistema con los propios sensores Shilrrurs en busca de las naves que sin duda acudirían ante tan extraño aviso. Sabíamos por los ordenadores de la base, que en el sistema como guarnición había dos destructores, de vez en cuando, durante unos días incluso se les unía también un crucero ligero, aunque según los datos hacia dos días que partió hacia su base. Usando lo propios sensores de los Shilrrurs localizamos las naves que venían a comprobar que sucedía, para nuestra más que desagradable sorpresa, con los dos Destructores venia también un Crucero de Batalla, lo que nos planteaba una buen dilema, atacar y correr un gran riesgo, o retirarnos aprovechando que aún estábamos a tiempo de poder saltar al Interespacio sin ser detectados.
Me decidí por atacarles, después de todo teníamos una importante ventaja sobre ellos, y era que gracias a los códigos de acceso a sus sensores, nosotros podíamos usarlos para detectarles, pero ellos no si se servían de ellos, habíamos hecho que todos los sensores del sistema nos ignorasen. A toda velocidad trazamos un curso que como la vez anterior, nos metiese directamente tras el asteroide, justo en su estela, ya que su camino le llevaría directo a un rumbo de interceptación sobre las tres naves de guerra Shilrrurs. El mayor peligro es que alguien en esas naves notara que los sensores desplegados en el sistema no funcionaban correctamente, decidiendo usar los de sus propias naves a plena potencia, y no como hasta el momento, en modo pasivo. Si seguían confiando en los datos de los sensores esparcidos por todo el sistema, por nuestro rumbo actual siguiendo la estela del asteroide, no deberíamos de tener problemas con esas naves, nos verían cuando ya fuese demasiado tarde.
Solo un minuto antes de entrar en rango de disparo di orden de zafarrancho de combate, todo el mundo ocupó sus puestos. Una vez que entráramos en rango abandonaríamos la protección del asteroide, entonces tendríamos que ser muy rápidos, nuestras tres baterías deberían de abrir fuego, concentrándolo por completo sobre el Crucero de Batalla, los cuatro tubos debían de disparar sus torpedos sobre los dos destructores, repartiéndoselos, y a la vez, nuestros escudos debían de desplegarse a máxima potencia. Todo esto requería de una gran precisión y rapidez de ejecución, ya que suponía tener las tres fuentes de energía trabajando a la vez al 100%, lo que únicamente podíamos hacer durante cinco minutos sin estar prácticamente muertos.
Realmente la Estrella Oscura no tenía nada que hacer contra un Crucero de Batalla, salvo que atacásemos primero y por sorpresa, pillándoles completamente desprevenidos. En este caso, a pesar de que iban camino de una base que emitió una alerta, el comandante de esa flotilla se había visto envuelto en una paradoja que se estudiaba en todas las academias militares de la galaxia. Toda nave espacial tiene un punto débil, el mismo en todos los casos, sea cual sea la raza que construyo la nave, y es la energía que la planta de potencia puede suministrar. Una nave de guerra a velocidad de crucero es capaz de usar sus sensores en modo activo, de cargar sus armas y emplear sus escudos al máximo de intensidad, sin embargo, a máxima velocidad, no, la planta no da para ello.
A máxima velocidad no se tiene energía para todo, y lo que más energía requiere aparte de los motores, son precisamente los escudos. Era posible llevar los escudos sobre un 40% si descargabas las armas por completo, pero eso te dejaba indefenso al llegar al destino, lo usual era pasar a velocidad de crucero cuando se estuviese cerca, con el fin de entrar en el área de riesgo con todo a pleno rendimiento. Otra ventaja, era que el Crucero de Batalla era una nave de ultimísima generación, mientras que los destructores eran de un modelo prácticamente obsoleto, lo que significaba que en este caso sus velocidades máximas eran muy similares, las tres naves irían con los escudos al mínimo, sin ellos o al menos muy bajos, en todo caso serian insuficientes para enfrentarse a nuestras armas. Lo normal hubiese sido que los destructores al ser mucho más veloces y tener que ir más lentos por el Crucero, gastasen menos energía yendo casi a velocidad de crucero, lo que haría que llevasen sus escudos casi al máximo y sus armas cargadas, pero afortunadamente en este caso no era asi.
Todo se iba a decidir en un minuto escaso. Nada más salir de detrás del Asteroide, el oficial táctico, la Coronel Samantha, abrió fuego contra el Crucero de Batalla Shilrrurs con nuestras tres baterías, concentrando el fuego sobre el lugar donde se encontraba su sección de mando y control de la nave, a la vez, solo dos segundos después, cuatro torpedos partían al encuentro de los dos destructores, repartió dos para cada uno. El Crucero de Batalla jamás se entero de lo que estaba pasando, nuestras tres baterías de acorazado literalmente lo partieron por la mitad, por los daños que pudimos apreciar al impactar contra él, directamente no debía de llevar los escudos conectados, esperaba destruirlo con la segunda andanada y no así de fácil, enseguida di ordenes de que nuestra artillería se fijase en los destructores, de uno en uno.
Uno de los Destructores, cuando recibió el impacto de los dos torpedos, empezó a sufrir lo que parecían un elevado número de explosiones internas, mientras que el otro tuvo tiempo de elevar sus escudos lo suficiente como para no recibir daños críticos como su compañero. En este último fue en el que se fijaron los tres gigantescos cañones que portábamos, la andanada lo reventó literalmente, los torpedos habían causado los suficientes daños como para que el escudo no estuviese al 100% de operatividad, lo que le resulto fatal. El segundo Destructor recibió cuatro nuevos torpedos en salva, la andanada lo hizo saltar también por los aires, desintegrándolo practicamente. Solo un minuto después de haber empezado, de las tres naves Shilrrurs solo quedaban los restos.
Mientras todo esto sucedía, el Teniente Coronel Samuel, hizo que uno de las sondas de sensores de los Shilrrurs más cercanas a nosotros enviase en modo abierto un mensaje codificado en dirección a lo más profundo de su imperio, el mensaje informaba del regreso del K’torga, acompañándole de una bonita reclamación del poder para los herederos del legitimo monarca de imperio Shilrrurs, tras ello salimos a toda velocidad de ese sistema, al que mucho me temía que acudirían todas las naves de guerra de la zona. La codificación procedía de los bancos de datos que encontramos en los ordenadores del verdadero K’torga. Una particularidad del sistema de encubrimiento, es que era capaz de imitar cualquier firma, tanto para los motores, como para las armas de energía, y si bien, no admitiría una investigación a fondo esa falsificación, por el contrario, sí que hacía imposible encontrar nuestra propia firma en cualquiera de ambos rastros, en este caso solo esperaba que no fueran muy rigurosos, ya que cualquier rastro de los torpedos, si que llevaría la firma de procedencia de la confederación Imperial, pese a ser del tipo estándar, de mas difícil identificación.
Una semana después estábamos esperando tras una luna, nuestro sistema de encubrimiento estaba en funcionamiento, de nuevo éramos el K’torga y nuestro objetivo era un pequeño transporte Shilrrurs, concretamente el crucero pesado que llevaban de escolta. Conocíamos su ruta, con una precisión de un centenar de kilómetros, nos encontrábamos en una de las zonas más transitadas y seguras del imperio Shilrrurs, por lo que contaba con que el Crucero no llevase sus escudos, o por lo menos, no conectados al máximo al estar en zona “segura”.  Efectivamente, cuando se coloco a nuestro alcance abandonamos por sorpresa la protección de la luna, haciéndonos visibles, nuestra primera andanada causo daños gravísimos en el Crucero, veinte segundos después, la segunda andanada lo redujo a escombros.
Los diez cargueros que escoltaban se dispersaron para intentar escapar, durante cuatro minutos exactos estuvimos abriendo fuego contra ellos, mandando continuamente consignas, acusándoles de ser traidores a los verdaderos señores del Imperio. Cuatro de los cargueros fueron destrozados, dos más seriamente dañados y los otros cuatro, sufrieron algunos daños, pero nada que les impidiese escapar al Interespacio. Tras eso, saltamos también al Interespacio, dejando allí a los dos cargueros intentando sobrevivir hasta que recibiesen ayuda. Por lo que más tarde informo inteligencia, los cuatro cargueros que escaparon emitieron llamadas de socorro para sus compañeros por banda abierta, la reaparición del K’torga se extendió por todo el Imperio Shilrrurs a la velocidad de la luz, que era justo lo que habíamos pretendido con ese último ataque.
Durante las tres semanas siguientes, estuvimos por la zona central del Imperio Shilrrurs, habíamos vuelto a atacar en tres nuevas ocasiones. Dos fragatas, una corbeta y ocho cargueros pesados habían sido destruidos por el K’torga, una gran nave de pasajeros también había recibido nuestra visita, había sido obligada a lanzar todas sus capsulas de escape, y luego volada por los cañones del K’torga ante los atónitos ojos de más de 14000 pasajeros y tripulantes.
En este último ataque tuve un mal presentimiento, y únicamente realizamos un microsalto al interior del sistema, quedando al otro lado de su estrella, tras la cara opuesta al mismo del segundo planeta. Retiramos en encubrimiento y usamos al instante la cobertura. Tan solo segundos después de haber terminado el cambio de sistema, llegaron patrullas Shilrrurs desde todas direcciones, arrastrando tras de ellos traían a remolque unidades generadoras de campos gravitatorios, de haber intentado la huida en cualquier dirección, habríamos sido sacados del Interespacio por esos generadores. Por sus huellas y las características de esas unidades, debían de proceder de los sistemas adyacentes, debían de haber hecho un micro salto de borde de sistema a borde de sistema.
Para pasar de un sistema estelar a otro, puede parecer que se puede saltar por cualquier sitio, pero en realidad no es así, el Interespacio te arrastra, se cree que debido a los campos gravitatorios de las estrellas de los sistemas, por unos caminos determinados por los que se cruza estos de un extremo a otro, en este caso de el sistema en el que estábamos, por narices, todos los caminos de salida, seis en total, nos llevaban a los sistemas colindantes debido a la cercanía entre ellos, y no a los grandes vacios de gravedad que en realidad era por donde se navegaba cuando usábamos el espacio intermedio. Observe como cada uno de los seis grupos que entraron, se componía al menos de dos Acorazados, o en su defecto de cinco Cruceros de Batalla, como centro de cada flotilla, todas las naves que podíamos detectar, eran de última generación. La conclusión ante esta clarísima trampa fue obvia, de algún modo y pese a nuestro intento de hacer ataques aleatorios, habíamos creado algún tipo de patrón que habían podido seguir.
Cuando todo termino, y las naves terminaron de hacer un rastreo del sistema, di orden de partir hacia un sistema deshabitado cercano a nuestra propia frontera. Di instrucciones a Sandra y a Samantha de que revisaran nuestros últimos movimientos en busca de algún patrón en nuestro comportamiento, por leve o improbable que pudiese parecer. Para mi sorpresa, tuve que esperar dos días antes de que las dos quisiesen hablar conmigo, aprovechamos ese tiempo para hacer una pequeña revisión de los sistemas de la nave. Cuando por fin me pidieron una reunión para que escuchase sus conclusiones:
- Señor lo tenemos, lamentamos haber tardado tanto, pero nos ha costado verlo porque lo teníamos delante de las narices todo el tiempo -dijo Sandra nada más sentarnos en la sala de reuniones.
- Si, lo cierto es que hemos sido un poco estúpidos, nuestro fallo era de lo más obvio -apostilló la Coronel Samantha.
- Bien, soy todo oídos, adelante -vi que iba a ser Samantha quien lo explicase.
- Es muy simple señor, vera -dijo poniéndose en pie disponiendo de un mapa tridimensional del Imperio Shilrrurs-. Fíjese en la zona que marco -vi como una amplia zona del centro del Imperio cambiaba de color-, todos esos sectores, son los que aún eran leales a la familia real cuando el K’torga desapareció. En nuestro afán por dar verosimilitud a su reaparición, nos hemos circunscrito a ella para todos nuestros saltos y ataques, en parte también para evitar una posible guerra civil entre ellos.
- Ya veo, cuando le pedimos al ordenador que encontrase lugares probables dentro de los datos facilitados por inteligencia, e introducimos en el los parámetros de búsqueda que queríamos, solo nos facilitó blancos en la zona leal al K’torga y con unas características demasiado especificas. Muy bien, es indudable que eso crea una pauta y que muy listos no hemos demostrado ser -admití.
- Señor, hay otra cosa -dijo Sandra-, creo que mientras buscábamos nuestro patrón, hemos encontrado nuestro blanco primario por accidente. Creemos saber donde están investigando esos torpedos de antimateria -di un respingo al escucharla.
- Adelante -respondí ansioso.
- Vera señor, en realidad fue Samantha quien lo descubrió. Estuvimos testeando todos los posibles blancos que entraban dentro de nuestras prioridades, intentando encontrar alguna pauta en la forma en que el ordenador nos había facilitado su prioridad según los parámetros que le marcamos. Samantha se dio cuenta mientras lo hacíamos de determinados envíos destinados a una de las tres posibles opciones que nos marco inteligencia, este es el listado de suministros según inteligencia -me paso a mi monitor una bonita colección de datos.
No dije nada, me puse a estudiarlo ante la atenta mirada de las dos mujeres. Ciertamente había un buen numero de suministros que no tenían sentido de acuerdo con lo que inteligencia suponía que se hacía en esa base de investigación. Si en cambio suponíamos que allí era donde se investigaban y construían los prototipos de esos torpedos, entonces, todos y cada uno de esos envíos cobraban sentido. Viendo esos datos, sabía que mis dos oficiales habían encontrado lo que inteligencia estaba buscando desesperadamente, pero como ya lo hablamos su alteza y yo, no podíamos errar con el lugar, el ataque solo funcionaria en el lugar correcto, si fallábamos podía ser un completo desastre.
- Bien -levante la cabeza, mirándolas fijamente a las dos-, personalmente creo que tenéis toda la razón, y por mí, daría orden de inmediato de ponernos en marcha. El problema es que no podemos fallar, nuestro primer y único ataque debe de realizarse sobre el sitio preciso. El fallar nos traería mas perjuicios, que beneficios el destruir su instalación. Mandare todos vuestros datos y consultaré, podéis retiraros, descansad un poco las dos, venga -dije haciéndoles una seña para que se fuesen s sus cámaras a descansar.
Envié un comunicado ultra comprimido de alta prioridad para su alteza, después de eso, solo quedo esperar a que nos contestase por el mismo medio. El problema de ese sistema es que se enviaba directamente sobre un determinado enlace militar de comunicaciones dentro de la Confederación Imperial, en el se incluía nuestra posición exacta a fin de que pudiesen enviarnos una respuesta. Si algún sistema detector enemigo estaba por medio, podía capturar el mensaje en gran parte, decodificarlo era otro cantar, pero si lo lograban y los poderosos ordenadores podrían llegar a hacerlo de contar con suficientes interceptaciones, suponía que cualquier nave que mandase uno les daba su posición exacta, convirtiéndose en presas fáciles, por ese motivo era algo que solo se usaba en caso de extrema gravedad, eso dentro de la Confederación, fuera de nuestras fronteras, solo se hacía como último recurso. Todo esto sin contar, con que el propio mensaje ya de por sí, señalaba en una dirección de llegada que podía usarse para extrapolar una posible zona de ubicación, más o menos amplia.
Recibí la contestación por la misma vía, cuando la leí llame a mis dos oficiales a la sala de reuniones:
- Bien, ya recibimos contestación. Según inteligencia en uno de los otros dos laboratorios también reciben este tipo de suministros, aunque de lo que si están completamente seguros, es que por una parte, esa investigación solo se lleva a cabo en un lugar, y por otra de que piensan que hay algún fallo de diseño en esos torpedos, directamente les señalan como responsables de los dos "accidentes".
- Lo que quiere decir que inteligencia espera que un aumento considerable en los envíos de determinados elementos le marque cual de las dos bases de investigación es -concluyó la Coronel Samantha.
- El problema es que no sabemos lo que pueden tardar en ello, primero tendrían que apuntar hacia determinado sitio para pedir un alto número de recambios -dije.
- Si sospechasen por ejemplo de los sistemas de guía de los torpedos, entonces pedirían sistemas nuevos para todos los que tengan seria simple, ese suministro repentino para todos sus torpedos de defensa nos daría el laboratorio, pero podrían decidir que es algo que no fuese tan fácil de detectar, por ejemplo un determinado chip, un circuito o algo por el estilo -repuso Sandra, en ese instante un segundo mensaje de Inteligencia fue enviado a mi consola.
- Si, me parece una tontería, además, no sabemos lo que podrían tardar en culpar a algo, podrían incluso intentar rehacer todo el trabajo con lo que tienen a su disposición, o en el caso por ejemplo del sistema de guía, simplemente desmontarlo y probarlos a la antigua usanza, apuntando y disparando de forma directa -añadió la Coronel Samantha.
- Exactamente, es tal y como decís, pero sin embargo en algo si tiene razón inteligencia, los propios suministros nos darán la solución, en este caso, vosotras tenéis razón, acertasteis en vuestras conclusiones, ese es el laboratorio, me lo acaba de confirmar inteligencia ahora mismo-dije sonriéndolas.
- ¿De verdad? -no pudo evitar preguntar al Coronel Samantha-, perdón señor.
- No se preocupe. Si, acaban de hacerlo, en los datos que me pasasteis había algo extraño, y pedí a su alteza que se ocupase de que inteligencia lo comprobase con nuestros propios científicos. Debido al diseño de sus torpedos, solo existe un modelo en el que podrían introducir una cabeza de antimateria.
- Pero señor, eso solo seria especulación, quizá ellos lo hacen de otro modo, o emplean cabezas más pequeñas que nosotros -dijo Sandra.
- No, el quid de la cuestión es la prueba que vimos, en esos datos estaba la respuesta. La cantidad de Antimateria requerida para esa deflagración hace que sea físicamente imposible meterla en la cabeza de un torpedo estándar Shilrrurs, solo existe un modelo capaz de albergarlo, y eso sufriendo serias modificaciones, un torpedo de instrucción, y esa base, ha recibido bastantes de ellos desde los arsenales en los últimos años -dije sonriendo.
- Jajajajajajajajajaja -se empezó a reír Sandra tras mirar rápidamente en los listados que me dieron las dos sobre envíos sospechosos al laboratorio-, ni me di cuenta de ello señor. Ciertamente, ¿para qué demonios va a querer una base de investigación, torpedos de instrucción, cuando estos solo los usan en las academias, los Shilrrurs para los entrenamientos en sus bases, o naves de guerra, siempre usan los de verdad, no como nosotros que si los empleamos -la Coronel Samantha se dio una palmada en la frente al escuchar a Sandra, maldiciendo por lo bajo.
- Exacto, era tan obvio que nadie lo vio, todo el mundo tenía en mente nuestro modo de hacer las cosas.
- Salvo usted señor -repuso Sandra.
- No, para nada, fuisteis vosotras quienes me llevasteis a pensar en ello. Conozco el tamaño de nuestras cabezas de Antimateria, y también el tamaño de sus torpedos estándar, de modo que sospeche enseguida de ese envió de material de entrenamiento, mas cuando me di cuenta que ellos no lo usan del mismo modo que nosotros. Y ahora, tenemos vía libre para proceder con esa base.
Tras terminar la reunión di orden de saltar de inmediato al borde exterior del sistema estelar donde se encontraba la base de investigación. Nada más entrar dispusimos el sistema de cobertura de inmediato, de seguido ordene el rastreo pasivo de todo el sistema, algo que nos llevaría como mínimo un par de días, y desde luego, no me arrepentí de haberlo hecho. El barrido nos dio la situación exacta de todo lo que flotaba en el sistema estelar, evidentemente son excepciones obvias, como ciertas zonas tras las caras ocultas de los planetas y lunas del mismo.
Por suerte y como es habitual en este tipo de instalaciones para mejorar su seguridad, evitando además curiosos, el sistema estaba deshabitado. Junto con la base de investigación detectamos la presencia en sus inmediaciones de dos Corbetas, tres Fragatas y dos Cruceros Pesados, más que suficiente como para conseguir tiempo de que llegasen refuerzos para la base en caso de ataque. Me sonreí para mi mismo, debido a los ataques del K’torga y al estar este sistema dentro de la zona "leal", habían decidido concentrar las naves de protección junto a la base, lo que consideraba un error que me venía muy bien, sobre todo en el caso de las dos corbetas de exploración con sus poderosos sensores. Nuestros sistemas detectaron que en todas ellas, incluida la propia base, mantenían sus escudos entre el 30% y el 50% de operatividad. Junto a la base se encontraba algo que me preocupo, sendas plataformas defensivas erizadas de cañones de energía y dueñas de potentísimos escudos situados al 100% de operatividad.
El gasto de energía en todo esto era ingente, y el castigo para los sistemas de energía por su uso constante debía de ser terrible. Nosotros por ejemplo, mientras estábamos como ahora, operando con los sistemas a toda potencia, para evitar sobrecargas, alternábamos las fuentes de energía cada cierto tiempo. En el caso de las plataformas, un comandante sensato, de querer mantener los escudos a ese nivel, mantendría las armas descargadas, habida cuenta de que desde que una nave entrase al sistema, hasta que se pudiese poner a tiro de la base, daría tiempo de sobra para que pudiesen recargar las armas por completo. Las naves por lo que observamos, variaban la intensidad de los escudos cada cierto tiempo sin pasar nunca del 50%, lo que indicaba que sus armas si debían de mantenerse completamente cargadas en todo momento.
Tenía una opción clara de ataque contra la base científica, su gran y poderoso sistema defensivo tenía un punto débil que nosotros podíamos ser capaces de aprovechar, bajo ciertas circunstancias. Decidí esperar una semana para conocer si las escoltas se guiaban por algún tipo de pauta determinada, algo que me sería muy necesario conocer. En ese tiempo para mi disgusto por un lado, y alegría por otro, las dos corbetas partieron del sistema, siendo reemplazadas por tres destructores de última hornada. Eso hacía que su escolta ganase en capacidad de operación, pero a cambio, perdían en capacidad de detección al perder esas dos corbetas de exploración con sus poderosos sensores de búsqueda activa, de lo que me alegre profundamente, ya que de desplegarlas nos habría puesto en un serio aprieto.
Di la orden de movernos despacio, con ruta de intercepción hacia el gigante gaseoso donde orbitaba la base de investigación. Quería acercarme por la cara opuesta y después dejar que la propia velocidad orbital nos situase en posición de disparo contra la base. Íbamos a ir muy, muy, muy justos, y por varios motivos. El plan era un autentico encaje de bolillos.
Cuando llegamos a nuestra posición hice retirar la cobertura para recuperar el encubrimiento como el K’torga, después di una orden que hizo que todos los presentes en el puente de mando palidecieran al comprender el riesgo que íbamos a correr. La Estrella Oscura disponía de cuatro tubos de torpedos, ordene cargar un Misil de Antimateria en cada uno de ellos. Los torpedos llevaban propulsión inercial y eran lanzados mediante raíles repulsores, los misiles no. Solo uno de los cuatro tubos estaba preparado para el uso de ambos de forma consecutiva, en los otros tres, tendrían que ser retirados los raíles. Después de disparar los misiles por ellos estos alcanzarían temperaturas cercanas al punto de fusión de sus materiales, por lo que habría que dejar enfriar los tubos antes de volver a montar los raíles y tenerlos nuevamente operativos, solo el tubo especial era capaz de soportar algo semejante, al ser de diferente material, y continuar luego operativo.
Tan solo unos treinta segundos antes de quedar al descubierto di orden de poner todos los sistemas al máximo y conectar las tres fuentes de energía a máxima potencia. Nada más aparecer por el horizonte del planeta di la orden de atacar, disparamos los cuatro misiles contra la base de investigación, y las baterías principales contra uno de los dos Cruceros Pesados, concretamente contra el que tenia los escudos a mayor potencia, y aun así, solo al 45%. Tras el impacto de nuestros cañones, empezó a escorarse y a caer lentamente hacía el planeta, solo segundos después empezó a soltar capsulas de escape en dirección al espacio, ya que el planeta no era habitable.
El segundo Crucero Pesado, los Destructores y las Fragatas, dispararon contra nosotros, pero únicamente el Crucero estaba en condiciones de poder alcanzarnos, el resto de los disparos se perdieron en la atmosfera gaseosa del planeta, desviados por la gravedad. Volvimos a disparar una nueva andanada de las baterías principales, esta vez contra el Segundo Crucero, después de eso hice que realizásemos un micro salto que había mandado programar. Logramos hacerlo justo unos pocos segundos antes de que tres de los cuatro misiles impactaran contra la base, el cuarto fue derribado por el fuego de cobertura realizado por una de las fragatas.
Cuando emergimos de nuevo en la parte exterior del sistema, di orden de poner nuestros escanees en modo activo y recoger todos los datos posibles sobre el resultado de nuestro ataque. Por lo que descubrimos con nuestros sensores, ninguna de las naves había sobrevivido a la explosión de los misiles, de la base no quedaba ni rastro, pero lo peor era el planeta, parecía haber erupciones a lo largo de toda su superficie y su atmosfera parecía estar en llamas, sin duda encendida por la explosión de Antimateria al encontrarse tan cerca de ella. Antes de volver a saltar al Interespacio, envié de nuevo un mensaje ultra comprimido para su alteza con todos los registros de los sensores y un pequeño informe del hecho en sí.
Cuando una semana después regresamos a la Confederación Imperial tras realizar varios saltos aleatorios por sistemas deshabitados Shilrrurs para asegurarnos que no habíamos sido detectados, recibimos órdenes de regresar a la base-deposito de Mar-Sajan para reabastecernos de todo lo que necesitásemos, incluidos nuevos misiles de Antimateria y retirar el cuerpo del que usamos su cabeza al principio. Según instrucciones de su Alteza, el Estrella Oscura volvía a estar de servicio permanente con la tripulación actual, manteniendo la asignación de todos los presentes a la nave.
El Imperio Shilrrurs sufrió varias revueltas importantes debido a la reaparición del K’torga. Inteligencia calculó que la frontera quedó asegurada durante al menos una década, tanto los actuales problemas internos del Imperio, como la ausencia de bases importantes cerca de nuestra frontera, mantendría alejadas las aspiraciones Shilrrurs sobre territorios de nuestra pertenencia durante un periodo más que respetable de tiempo.
Aunque ofrecí la posibilidad de que cualquier miembro de la tripulación pudiese pedir destino tras nuestra misión, nadie la acepto, incluyendo los Marines de Asalto, que según comentario de la Coronel Samantha, por encima del Estrella Oscura como destino más apetecible solo se encontraba el “Represor”, y de la seguridad en este se ocupaban agentes de “La Guadaña”, puesto que eran la escolta y protección de su Alteza Imperial, lo que ya no lo hacía tan apetecible.

FIN

6 comentarios:

  1. Gracias esperó el nuevo relato con impaciencia

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  2. Genial gracias por la grata lectura

    Saludos y sigue asi.

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  3. Disfruté mucho de la lectura, me gusta mucho este género. Gracias y enhorabuena.

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  4. Volvi a leer la historia completa y me gusto tanto como la primera vez.

    Sigue creando Magia.

    Saludos

    CFQ

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  5. Muchas gracias, me ha gustado mucho, seguiré leyendote

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