lunes, 22 de abril de 2019

                            Confederación Imperial Galáctica

Libro - 9

Los Brimm


 2





Fecha estelar - 5333

2º Cuadrante Militar del Imperio

Sistema Turp

Area Exterior del Sistema

Nave de combate “Represor”


El sistema estelar Turp en el que se encontraba la flota, a unas pocas horas de la frontera con la Mancomunidad de Vega, justo en plena zona de la nébula Tarkhana, ponía nervioso a todo el mundo. Tanto a los mandos como hasta al último marinero de la Flota, y su temor estaba más que justificado. Turp era lo que se denominaba como un sistema caníbal, por eso era evitado como la peste por cualquier capitán con dos dedos de frente, principal motivo por el que fue elegido como punto de concentración de la Flota. Todo él estaba lleno de restos de los planetas cuyos sistemas estelares a lo largo de varios miles de años habían sido devorados por las dos gigantescas estrellas debido a su extrema gravedad. Era un caso extremadamente anómalo, ya que la fuerza gravitacional de ambas estrellas podía casi ser considerada como la de un agujero negro, igual de peligrosa gracias a su altísima densidad, se sabía de cierto que los dos sistemas más cercanos también serían canibalizados en los próximos millones de años. Las llamadas rutas de alta densidad de transporte de la Confederación Imperial, funcionaban gracias a que los centros de balizamiento de Control del Sistema establecidos todo a lo largo y ancho de nuestras fronteras, eran capaces de guiar a los cargueros por el Interespacio más lejos que nada que se hubiese conocido antes, al transmitirles a estos al inicio de su viaje las pequeñas correcciones que les harían evitar los centros de gravedad de los sistemas estelares que se cruzaban en su ruta, permitiendo esquivarles y además, el lugar exacto donde salir en el interior del sistema sin que corriesen el menor peligro. No obstante a esto, los centros de balizamiento de los diversos sistemas, tenían también una segunda función, que era la de asegurarse que cada carguero fuese capaz de seguir las rutas trazadas sin riesgo a ser atraídos por la gravedad de la estrella o estrellas del sistema.




Existían lugares en que la distancia entre sistemas era como tratar de enhebrar una aguja por donde no había más remedio que salir del interespacio para reorientarse, y otros, donde las distancias entre ambos eran colosales. En estos casos, aunque sobre un mapa tridimensional aparentemente las distancias fuesen enormes, en realidad, al navegar por el Interespacio esta se convertía en ínfima. El problema en estos casos es que por muchas correcciones que se hiciesen, las naves tendían a ir hacia los centros gravitatorios, y sin un centro de balizamiento emitiendo su “ping” hacia el interespacio era imposible de aprovechar. Si bien la distancia entre Turp y el sistema estelar Aarap, completamente deshabitado y en la frontera de los mundos Brimm con la Manconunidad de Vega, solo existían cinco sistemas estelares intermedios, las distancias entre ellos hacían imposible la navegación entre ambos puntos si verse atraído por al menos tres de los cinco puntos gravitatorios, o al menos, no sin un centro de balizamiento que permitiese a los ordenadores de navegación corregir su ruta de acuerdo a su programa de vuelo. Pero para fortuna nuestra, y desgracia de los Brimm, durante la guerra y tras el pago por nuestra parte de un abultado chantaje a los Brimm, la sección 9 de inteligencia, se las apaño para instalar un “sencillo” sistema de balizamiento que era más que capaz de pasar desapercibido ante cualquier escaneo de las fuerzas de defensa de la Mancomunidad. Desde luego, estos no eran, ni tan precisos, ni tan potentes, ni tan buenos, ni tan sofisticados como los centros de control de sistema que existían a lo largo y ancho de las rutas de navegación comercial de la Confederación Imperial por el simple hecho de tener que permanecer ocultos y que sus "ping" solo tenían que ser "escuchados" por los equipos adecuados para ello.

Si bien gracias a la potencia y sensibilidad de sus sensores, dos Corbetas de Exploración trabajando en pareja era capaces de transportar una flota completa a través del Interespacio de un extremo a otro de la Confederación Imperial en pocos días gracias al sistema de balizamiento existente, sin tener que hacer ninguna parada para "reorientarse", en este caso con estos balizamientos ocultos, sus sistemas no eran lo suficientemente "potentes" como para permitir eso. Desgraciadamente, el tipo de equipos necesarios solo podían ser embarcados en varias naves de grandes dimensiones, o repartido entre un grupo más numeroso de otras más pequeñas, demasiadas de hecho para ser algo viable. Al final se tomó la decisión de ampliar los equipos potenciándolos aún más y meterlos dentro de las tripas de cuatro Cruceros de Batalla para los que habría que buscar algún “camuflaje” para que nadie conociese su función real. Además, posteriormente se creó una versión completa más pequeña, avanzada y compacta para el “Represor”, lo que le permitiría sustituir a cualquiera de los otros cuatro si alguno de ellos resultase destruido e incluso gracias a su segundo sistema energético, se capaz de volar el solo individualmente por el Interespacio de la Confederación Imperial sin restricciones guiando un Flota, del mismo modo en que podrían hacerlo dos Corbetas de Exploración. Por ello usando al “Represor” como sustituto del Elemental de la Tierra, los Cruceros de Batalla del Almirante Tagard por fin iban a ser usado para aquello para lo que verdaderamente fueron construidos, para la destrucción metódica y sistemática de cualquier enemigo en un solo golpe mortal y devastador. Los mundos Brimm, cruzando la Mancomunidad de Vega sin tener que asomar la nariz en el interior de sus fronteras para recalcular el viaje nuevamente, iban a ser los conejillos perfectos para probar la eficacia del sistema y sin necesidad de usar el Plan “C”, que supondría descubrir que aun sin ningún Crucero de Batalla de Clase Elemental, el "Represor" por sí mismo y con la ayuda de un mínimo de ocho Corbetas de Exploración como red de Sensores de apoyo hubiese podido hacer exactamente lo mismo. El coste del Represor en su momento había sido astronómico, pero guardaba en sus entrañas una enorme cantidad de secretos, motivo real por el que príncipe Jhored decidió tras su construcción y las pruebas del mismo, que nunca habría una segunda nave de su clase, eran una peligrosa arma de doble filo en caso de caer en las manos equivocadas. Aun por muy remota que pudiese parecer dicha posibilidad, Jhored considero que era mejor no correr según qué riesgos.

Durante la reunión de mandos, a los que se informó de la misión que se iba a llevar a cabo y como, estalló un auténtico pandemónium a cuenta de los Cruceros de Batalla de la Clase Elemental, por los que repentinamente todo el mundo parecía tener interés. En general los almirantes llegaron a la correcta conclusión, que sus tan delicados sistemas, aun con sus limitaciones y sin el apoyo de los poderosos sistemas de balizamientos, eran más que capaces de llevar durante el salto en el Interespacio  a una flota más lejos de lo que ninguna otra nave sería capaz, lo que los convertía en un elemento estratégico y táctico de primer orden para cualquier alto mando de la flota. Evidentemente, en ningún momento se explicó la presencia del sistema de durmientes, que era como se llamaba en código a las bases de balizamiento oculto que en su día se implantó. El Príncipe Jhored tuvo que ponerse firme y llamar la atención para que todo el mundo se volviese a centrar en la misión, recordando de paso nada sutilmente por cierto, que dicha información sobre los Cruceros de Batalla de Clase Elemental estaba clasificada al más alto nivel y que su violación podría suponer una visita mortal a Hibernia o Inferno, las dos prisiones del SISI, la temida guadaña, de la que era integrante Serena, su escolta personal, estaba presente allí mismo, a su espalda, mirando con ojos acerados a todos los presentes... como un recordatorio vivo de que con ese cuerpo de por medio, tonterías, mejor ninguna.

En un gran mapa tridimensional desplegable del espacio Brimm ampliado por sectores fue especificando grosso modo lo que cada uno de los Almirantes con sus naves asignadas tendrían que llevar a cabo y los medios emboscados con que contarían. Se realizarían ataques simultáneos en más de 20 sistemas estelares Brimm, incluyendo la información de despliegue en tiempo real dentro de dichos sistemas de las cerca de doscientas treinta torpederas blindadas de última generación, las unidades más modernas de la Flota y únicas disponibles por el momento junto con otras 180 del modelo anterior. Los blancos a atacar fueron catalogados en tres colores diferentes, los primarios en Rojo, lo que significaba su destrucción absoluta y total. Después venia el Naranja, con los que solo se podía comenzar tras terminar con todos y cada uno de los rojos, por debajo de este estaban los de color Azul, que eran los clasificados como “valor mínimo” por su escaso interés, pero que aun así, fueron marcados por si “sobraba tiempo y municiones”. Por último, en un cuarto color, el verde, estaban los lugares marcados como terminantemente prohibido disparar fuese cual fuese la situación sin un permiso específico del alto mando, es decir, en este caso de su mismísima Alteza Imperial en persona. Tras dar por finalizada la reunión, toda la flota se preparó para ponerse en movimiento y saltar al Interespacio en cuando recibiesen la orden del Represor. A la flotilla habitual de escolta de este se le habían añadido los tres cruceros de Batalla del Almirante Tagard, dos Superacorazados, veinte acorazados, veintitrés Cruceros de Batalla más, Cuarenta nuevos Cruceros Pesados, Treinta nuevos Cruceros Ligeros, cincuenta Destructores, doce Fragatas de protección con orden de no separase ni del Represor ni de los Cruceros de Batalla de Clase elemental, y seis veloces corbetas de exploración de la Flota. Pese a tener que hacer frente al peor adversario al que se tendría que enfrentar la Flota en el ataque a los Brimm y ser el Planeta Capital de estos, este era el Grupo de Batalla mas débil de todos…

Se dio la orden se saltó para toda la flota, una vez alcanzado el sistema Aarat en la Frontera Brimm con la Mancomunidad Federada de Vega, cada grupo seguiría sus órdenes particulares, y el del Represor se dirigiría hacia su Objetivo, el Sistema Frexret, uno de los diez sistemas Brimm más importantes, y sede donde su consejo principal se reunía para dictar las futuras actuaciones de los clanes Brimm. Las ordenes y la planificación eran para un total de cinco a siete días estándar según distancias, finalizados los cuales se suspenderían todas las operaciones estuviesen en el grado de avance que estuviesen para volver a reagruparse todos en el sistema Aarat para el retorno a la Confederación imperial. Para evitar que nadie pensase en “posibles bases secretas” y por si acaso los Cruceros de la Clase Elemental no terminaban de convencer a alguno de los altos mandos presentes de ser los únicos responsables de llevarlos hasta allí, se creó un señuelo. Para fortalecer esta imagen, varias torpederas y Naves Q, para el Alto Mando de la Flota aparecían sobre el papel como desplegadas en lugares clasificados como de alto secreto protegidos por los códigos de la Novena Sección de Inteligencia, en caso de escarbar lo suficiente sin saltar las alarmas, estas aparecerían en ciertos puntos del trayecto de la Flota por los sistemas de la Mancomunidad de Vega. La realidad es que estas estaban en sitios lo suficientemente solitarios en el interior de la Confederación Imperial como para que no fuesen descubiertas por nadie y si algún Almirante presente en la reunión tras el regreso investigaba, pensaría en lo obvio de su papel en esta operación. Jhored tenía muy claro que la red de “durmientes” debía de ser protegida a toda costa, y por varios motivos, alguno de ellos nada obvio, por cierto. Mientras tanto, en los Astilleros del Depósito de Mar-Sagan tanto la Estrella Oscura como el Crucero B-52 estaban poniéndose a punto para un nuevo intento sobre los extraños de acuerdo a los últimos descubrimientos realizados.

Jhored estaba inquieto pese a estar muy seguro sobre su planificación y precauciones para ocultar ciertas cosas, este ataque podría poner en riesgo un numero bastante importante de operaciones secretas vitales para la Confederación Imperial. Antes o después y gracias a los Cruceros de Clase Elemental, los almirantes se darían cuenta del posible uso de las corbetas de Exploración para mover con gran rapidez naves de un extremo a otro de la Confederación Imperial sin necesidad de salir ni un solo instante del Interespacio, lo cual no era importante, o al menos, era algo que no le preocupaba. De hecho, y aunque aún no tenía pensado descubrirlo, ya estaba preparada una “norma no escrita" para que, a partir de cierto escalafón en el Mando, limitase en qué situaciones se autorizaba únicamente el uso de esa “tecnología”, en ese sentido el que hubiese que adelantar su planificación no era ningún problema.

Pero quizá el secreto que más preocupaba a su alteza, era el de que La Tierra seguía en su sitio, donde siempre había estado, y tan rica biológicamente hablando como antes de la "Gran Hecatombe" lo fue, de hecho, el antiguo sistema conocido como "Sol" era una zona de las denominadas como de alta protección y para la que se necesitaban permisos específicos de acceso al tener el tercer planeta del mismo instalaciones de investigación clasificadas como "sensibles". Irónicamente en ella se encontraba actualmente el Centro Confederacional para la investigación de la Terraformación Planetaria junto con un número indeterminado de laboratorios y almacenes para la protección de la biodiversidad de las diferentes especies existentes en la Confederación Imperial. Si nadie había sido aún capaz de descubrirlo, es porque durante los primeros mil años de Capital, en todos sitios y bases de datos se modificó el sistema solar, desaparecieron los anillos de Saturno, desaparecieron los dos satélites de Marte, desapareció el cinturón de Asteroides, y más importante aún, Júpiter intercambio su posición con Venus, y Saturno con Neptuno, alterando también sus coordenadas galácticas, de modo que el sistema entero desapareciese en el caos de aquella época ayudado por el paso del tiempo. La modificación del sistema solar fue progresiva obviamente, los errores nunca se corrigieron porque todos los recursos estaban destinados a la supervivencia y los "errores" eran algo que todos sabían, pero tal y como supusieron quienes lo idearon, nadie se fijó en el cambio de coordenadas estelares del sistema por otro cuyo planeta en la posición que La Tierra ocupó había saltado en pedazos por el choque contra otro cuerpo estelar de gran tamaño y que tras los cambios realizados ahora tenía un casi idéntico parecido con "el sistema Solar"… Mil años después, todos aquellos que “lo sabían”, los que se lo transmitieron, modificaron o quien pudiese darse cuenta, ya habían muerto, y las sucesivas generaciones dieron por buena la información existente en los sistemas informáticos. El verdadero sistema Estelar Sol "desapareció" como tal para todo el mundo, durmiendo el verdadero conocimiento sobre él en lo más profundo de los sistemas informáticos más secretos de "Capital", a la espera, por si algún día en el futuro fuese necesario "revivir" a la propia Tierra.

El problema que tenía el Príncipe Jhored es que el nivel de codificación secreta sobre La Tierra, pese a estar enterrado en lo más profundo de esos sistemas, estaba al mismo nivel que la red de durmientes, y una cosa, aunque no sin alguna carambola, podía terminar conduciendo a la otra, igual que le había ocurrido a él cuando cierto día se puso a verificar la red para ver de incorporar nuevos puestos, que se topó accidentalmente con dicha sorpresa. Jhored tenía muy claro lo ocurrido, no le hizo falta darle muchas vueltas para suponer que la verdad de la Tierra fue en su día clasificada y modificada para después ser olvidada incluso para quienes deberían de haber mantenido ese conocimiento bajo su estricto control. Jhored dudaba que en la actualidad nadie a parte de él, ni siquiera el propio Emperador, conociese tal hecho, y prefería que siguiese siendo de ese modo. El porqué de esto, de la perdida de su conocimiento por parte del gobierno, de cierto no podía saberlo realmente, pero suponer, tenia un par de teorías al respecto, y por el momento, quién sabe si incluso para siempre, La Tierra estaba mejor destruida.

Cuando los Brimm hicieron su oferta de tributo durante la guerra, lo que se estaba haciendo en esos momentos se propuso, pero en ese entonces no había forma de llegar al espacio Brimm sin tener que meter naves de combate en territorio de la Mancomunidad Federada de Vega, cuyas fronteras con la Confederación en esa época por culpa de la guerra, estaban muy protegidas. Además, en diversas pruebas se confirmó que las Corbetas con su potencia detectora no serían suficientes como para poder ejecutar el plan, ni aun en el caso de usar todas las disponibles, sin olvidar, que se estaba en guerra y que llevar a cabo la planificación en curso de esta estaba por encima de todo, ya era lo suficientemente difícil de manejar como para complicarla aún más. Por ello se decidió, especialmente por parte de su alteza, que los Brimm podían esperar para mas adelante cuando la ocasión resultase mas propicia.

La aparición de las presuntas mejoras de la nueva Clase Elemental de Cruceros de Batalla, hizo retomar al Príncipe Jhored el plan de ataque a larga distancia sobre los Brimm. Si bien, desgraciadamente las expectativas de la Clase Elemental no se cumplieron para su función original prevista incluso ya antes de terminar su construcción, si quedo claro que con algunas modificaciones en sistemas y diseño sí que serían capaces de realizar la operación que se quería con cierta ayuda. Su intención original sirvió perfectamente para “ocultar” su verdadero valor, por lo que su grupo tras su botadura paso a ser rápidamente “independizado” del mando de la flota. Pese a sus limitaciones, gracias en gran parte a su principal “virtud” como táctico y estratega, Tagard demostró un uso de esos cruceros francamente sobresaliente... Sus ultrasensibles sensores pasivos modificados para detectar los micropulsos de un emisor guía, podían ser tomados por sensores mejorados y amplificados de Corbetas de Exploración aprovechando el tamaño de los Cruceros de Batalla, de hecho y por fortuna, también podían ser usados de ese mismo modo. Por ello, durante la guerra, bajo el mando de Tagard, esos Cruceros de Batalla actuando los cuatro existentes como grupo independiente dieron más de un susto y convirtieron la retaguardia enemiga en un infierno.

Con Respecto a los Brimm, se continuaba sin disponer de un modo de guiar por el Interespacio a las naves que en él se encontraban para que pudiesen esquivar los pozos de gravedad de los sistemas planetarios sin perderse en eso que llamábamos… “la nada”. Si existían posibles modos como era el meter naves camufladas para guiarlas, pero los riesgos se consideraron como inasumibles, el paso de una flota de esas características supondría el inmediato incremento de la presencia de naves de guerra en la zona de paso registrando todas y cada una de las naves que hubiese en ellos. Unos meses más tarde el fracaso de otro proyecto vino en su ayuda, lo que provocó la orden inmediata de Rediseño de los Cruceros de Batalla de Clase Elemental y que aún estaban en sus últimas fases de construcción. El Ministerio de Justicia tuvo que dar marcha atrás en un novedoso sistema de reinserción de presos mediante el acondicionamiento mental que desgraciadamente fracasó, dejando a los presos que fueron intervenidos como una especie de autistas que solo interactuaban con aquello para lo que habían sido “preparados” con el fin de poder seguir con su vida normal una vez cumplida su pena. Su Alteza no tardó ni dos semanas en disponer bajo su control de los responsables máximos del proyecto metiéndolos en unas instalaciones secretas de investigación de máxima seguridad, todo ello con un boceto de plan perfilándose ya en su mente con la ayuda de los "nuevos" Cruceros de Batalla de Clase Elemental.

Pero fue el desarrollo de las estaciones de emisión pulsar para la red de corredores de navegación de la Confederación Imperial un año antes lo que marcó el inicio real de la Operación global en dos fases denominada como “Proyecto Cerberus”… Mientras que para la Confederación Imperial se desarrollaban a simple vista poderosas estaciones de control de tránsito fuertemente defendidas y capaces de manejar por si solas el inmenso flujo comercial al crearse las llamadas “arterias seguras”, ahorrando mucho tiempo en los trayectos al reducir el número de saltos entre sistemas que tenían que realizar las naves, además de aumentar la seguridad del tráfico ya que podían poner frente a cualquier pirata, corsario o enemigo en cuestión de minutos a una flotilla militar de control. La parte “oscura” de este sistema, es que se implantaron en territorios “ajenos” una serie de bases con los potentes emisores de pulso capaces de guiar a los Cruceros de Batalla de Clase Elemental sin necesidad de salir a ningún sistema, y cruzar como en este caso, el territorio de la Mancomunidad de Vega sin tener que entrar en ninguno de sus sistemas para correcciones de ruta. El llamado "programa de Durmientes" fue el objetivo final de la primera fase del "Programa Cerberus". El problema insoluble para llegar al objetivo de la primera fase hasta ese momento radicaba en las posibles averías y mantenimiento de los equipos de la “base oculta”, la estricta dependencia de sistemas automáticos no era una opción válida por la inviabilidad de poder cubrir todas las posibilidades. La suspensión por parte de justicia presionados por la opinión pública del sistema de acondicionamiento mental, le dio la solución al Príncipe Jhored. Acondicionar como técnicos para su mantenimiento a los peores enemigos del estado, espías, asesinos, traidores, etc… Sin embargo, existía un problema dentro de esta aparente perfecta solución, y es que todos o casi todos ellos tenían familia que reclamarían sus cuerpos en caso de su muerte o ejecución, por ello el negarles sus cuerpos no era una opción viable por los problemas que pudiesen surgir en caso de reclamarlos por vía legal o hacer ruido en la prensa, eso antes o después llamaría excesivamente la atención poniendo todo el programa en peligro. La solución para esto llego con la creación de las Prisiones de Hibernia e Inferno bajo el control del SISI, la tan famosa como temida Guadaña, donde al contrario que con el resto de prisiones del estado, en estas dos se condenaba a la gente “a vivir” durante un plazo de tiempo en el mismísimo infierno y donde los cuerpos raramente podían ser recuperados tras que los guardias se despreocupasen de “mantenerlos con vida” al cumplir con esa parte de su pena, precisamente por las características de ambos mundos…

Una vez listas e inauguradas ambas prisiones, y aunque en paradero ultrasecreto, se dieron a conocer al público ciertas características de las mismas, desatando el terror ante la posibilidad por remota que se fuese de terminar en una de ellas, aumentando de ese modo el temor hacia el SISI. En ellas de acuerdo al proyecto Cerberus se acondicionaron muchos de los peores criminales como técnicos para las bases del Proyecto Durmientes. Cuatro criminales por base fueron acondicionados, mantenidos en éxtasis durante los periodos en que no eran necesarios y rotándolos al despertar para los mantenimientos o problemas que se produjesen. El cálculo es que los cuatro “habitantes” podrían mantener las bases seguras y operativas durante los próximos quinientos años al menos sin necesidad ninguna de mandar nuevos “ocupantes” gracias a los sistemas automáticos que solo los activarían de ser necesarios, de su rotación y al sistema de éxtasis.

Actualmente, existían medio centenar de estas bases repartidas por territorio de los vecinos de la Confederación Imperial, cada una con cuatro condenados en éxtasis en su interior, cuya vida en los momentos en que estuviesen despiertos se limitaría simplemente al mantenimiento de la base, reparación de problemas ayudados por unidades androides, o en caso de ser descubierta, a su destrucción total. Gracias a la eficacia inicial del proyecto Cerberus para con estas bases, se marcó el inicio de la segunda fase tras terminar la Guerra, esta con un nivel de secreto aun mayor que el anterior, y este si que al nivel del de La Tierra. Una vez el Trono Imperial se hizo definitivamente con el control del poder político tras la Guerra. Justo después de esta comenzó la segunda parte del proyecto Cerberus, y para ello fue necesario modificar de arriba abajo tanto la organización de la Flota como del Ejército y la Fuerza Aérea de la Confederación Imperial, por ese motivo no se pudo iniciar anteriormente al final de la Guerra. Se permitió a los diferentes planetas la creación de sus propias milicias de Defensa Planetarias, mientras que el alto mando Reducía drásticamente Efectivos para transformar todas las Tropas Imperiales Terrestres en Unidades de Elite, las ahora denominadas como Fuerzas de Asalto, fusionando el mando de estas con el de las Fuerzas Aéromoviles (aéreas para entendernos). De Igual modo, se permitió a los planetas sus propias flotillas de Patrulleras Fiscales o Policiales para controlar sus sistemas estelares sin depender de la Flota de Guerra, la cual también paso directamente bajo el control absoluto del Trono Imperial. Tanto los miembros a incorporarse al Ejército, Fuerza Aérea como Flota, tras la reestructuración, debían todos de salir de los diferentes centros de instrucción y academias creados a lo largo y ancho de toda la Confederación Imperial, donde todos y cada uno de los cadetes eran levemente adoctrinados mentalmente para ser única, exclusiva y completamente leales al Trono. Pero, y eso era lo mejor del sistema, sin llegar al fanatismo, lo que hubiese terminado por destaparlo todo antes o después. Era algo tan sutil y siempre realizado únicamente a lo largo de los dos primeros años, que el sistema únicamente fallaba en menos de un 2 por 10 millones aproximadamente de los casos, algo que no se tenía en cuenta ni se trataba de “mejorar”, ya que el método en general funcionaba a plena satisfacción. A quienes presentaban dicha anomalía, simplemente se procuraba que no coincidiesen nunca como posibles “compañeros”, por lo que al estar rodeados de “adeptos”, ese problema desaparecía y los arrastraba en la misma dirección que a sus compañeros.

La parte negativa y paradójica que nadie era capaz de entender, es que, si bien eran completamente leales al trono, eso paradójicamente, no los convertía en “buenas personas”, no corruptos, o incluso traidores a la Confederación Imperial, que no al Emperador. Lo único que garantizaba el sistema, es que tanto el ejército, como la Fuerza aérea, como la Flota, nunca se revelaría contra el Trono Imperial, apoyando a este a sangre y fuego si fuese necesario contra quien fuese. De eso se estaba completamente seguros, aunque tanto los especialistas como incluso el mismo Príncipe Jhored, no terminaban de comprender aún muy bien, como alguien supuestamente fanático al extremo del emperador, era capaz de vender información sensible de la confederación Imperial al enemigo por ejemplo a cambio de Dinero… Se calculaba que la totalidad de las Fuerzas Armadas de la Confederación Imperial estaría dentro del programa en un plazo no inferior a 50 años, habida cuenta de que buena parte de los actuales mandos y altos mandos eran "preCerberus". Pero era algo que ciertamente, de momento, se veía como un problema secundario de algo que funcionaba extraordinariamente bien, y el SISI, cuya lealtad si era fanática al extremo lo controlaban a la perfección. Jhored estuvo pensando todo el trayecto hasta el sistema Aarat como proteger todo el nudo de secretos y desvincular unos de otros lo más pronto posible, modificando todo su entramado y creando falsos señuelos que los sepultasen aún más.

La llegada al sistema fue un tanto movida, apenas salió la flota del Interespacio, las Corbetas de Exploración iniciaron su despliegue con sus sensores a máxima capacidad. En el cuarto planeta estaba dando inicio lo que tenía toda la pinta de ser una explotación minera ilegal… Las ordenes de la Almirante Kasinhs fueron tajantes, destruir todo signo de vida en el sistema, rápidamente ordeno a doce cruceros de batalla seguidos por una treintena de Cruceros ligeros y un centenar de Destructores que diesen cuenta de todo lo que estuviese en esa operación. Prácticamente ni los vieron llegar, la primera información de la presencia de naves de guerra en el sistema que tuvieron los contrabandistas, llego cuando sus naves de carga y lanzaderas comenzaron a explotar por causa de las baterías de las naves despachadas, el resto se desbandó tratando de escapar sin el menor éxito. Tras arrasar con toda presencia en el sistema, las distintas naves retornaron a su posición en las diferentes formaciones de las que habían sido destacadas.


CONTINUARA



*Interespacio: Se sitúa fuera de límite de atracción, justo entre las fuerzas de gravedad de los diferentes sistemas estelares, lugar por donde la naves estelares no están regidas en su movimiento por el espacio y el tiempo, pudiendo viajar incluso mucho más rápido que la luz, prácticamente de modo instantáneo hasta topar con algún punto gravitatorio que las hace salir nuevamente al espacio normal dentro de un sistema estelar. El sistema de la Confederación Imperial de balizamiento para las rutas de transporte, funciona de modo muy simple, siempre que es posible, dado que el sistema conoce en todo momento la ruta de la nave, es capaz de mandar a esta un pulso que le indica hacia donde ir para evitar la atracción gravitatoria del sistema estelar, aunque obviamente esto tiene importantes restricciones, los tiempos de los viajes gracias a este avance se ha visto reducido de forma más que importante, incluso en más de un 300% en según qué casos y lugares.

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