Confederación Imperial Galáctica
Libro - 9
Los Brimm
4
Mientras que la Flota se dirigía de nuevo
hacia sus bases, el Príncipe Jhored, tras una reunión con sus principales
asesores, el Almirante Tagard y el Almirante Stratos en relación al sistema
Cruxars con sus "anormalidades", dio orden a la Almirante Tanya de
poner rumbo directo a máxima velocidad hacia el Sistema Capital, ante la
sonrisa irónica de Selena, la Almirante Tanya y el General Mao, para quienes el
ver sudar al Príncipe siempre era una autentica gozada. Los tres habían sido
testigos de la "llamada" al Príncipe por parte de la Princesa Kilara sobre
lo que opinaba del tío de este, y del propio Emperador con su opinión sobre su
esposa. Y ambos aprovecharon la ocasión, para que al final pareciesen ponerse
de acuerdo en que la culpa de todo fuese del Príncipe Jhored…
Jhored cuando tras las dos
"conversaciones", con su esposa y con el Emperador, se quedo por fin
solo, únicamente le falto llevarse las manos a la cabeza con la que había liada
en Palacio y la que le esperaba para poder reconducir la situación entre esos
dos. Su Tío y Kilara eran igual de testarudos y cabezotas como se les metiese
algo entre ceja y ceja, y por lo visto con el tema del embarazo y la seguridad
de su esposa habían saltado chispas entre ellos, eran como dos grandes *trenes
mineros de Carga en rumbo de colisión. Jhored a estas alturas ya sabia que
enfrentarse abiertamente a cualquiera de los dos era una perdida de tiempo,
cuando empezaba cualquiera de ellos en plan "confrontación", lo mejor
era esquivarlos y tratar de entrarles por otro lado o directamente decir que si
para luego ver como poder hacer lo que le dé la gana sin llevarles por eso la
contraria, algo que ninguno de ambos parecía haber aprendido con respecto al otro,
pese a lo maravillosamente bien que se llevaban los dos para tratar de
controlarlo a él.
Cuando la Flotilla por fin llego al
sistema Capital, mientras que el "Represor" se dirigía toda velocidad
en dirección al Planeta Capital, el resto de las naves amarraban en la Base
Estelar del Sistema para ser reabastecidas a la espera de nuevos órdenes. El
príncipe Jhored iba preocupado, las noticias que le llegaban del Palacio con
respecto al "problema" no eran nada halagüeñas, por lo visto la cosa
estaba cada vez peor entre los dos. Según parecía cada vez que se juntaban los
dos, saltaban tantas chispas que les quedaba ya poco para que hiciesen saltar
los sistemas de alarma de Palacio, por lo que todo el que podía les evitaba
como si tuviesen algo contagioso. Incluso los habituales parásitos, como los
denominaba su tío, que siempre rodeaban al trono, parecían haber desaparecido
de palacio. Lo cual, ya era mas que indicativo de como de mal estaban las
cosas… En lugar de atracar en la base Orbital de Capital, el "Represor"
entro en órbita, partiendo del mismo de inmediato la lanzadera del Príncipe al
que acompañaban Selena, la Almirante Tanya y el general Mao junto con los cinco
restantes agentes del SISI asignados a su protección, con destino a la
plataforma de aterrizaje del Palacio Imperial.
Nada mas tocar la base de la plataforma
de aterrizaje y apagar los motores, el Príncipe con todo su sequito salió
rápidamente de la Lanzadera con destino al interior del gran edificio que era
el Palacio. Los Guardias Imperiales situados ante las puertas de acceso a la
plataforma saludaron marcialmente al Príncipe y sus acompañantes. Nada mas
entrar al edifico Jhored pidió al sistema del mismo que identificase donde
estaban su tío y su esposa, acelerando el paso al informarle este que estaban
los dos juntos en la Biblioteca personal de su tío, que era su refugio cuando
quería estar tranquilo. Según se cruzaba con diversa gente en su ruta hacia la
biblioteca, aquello empezó a darle muy mala espina, cosa que se confirmó,
cuando al entrar en la biblioteca se encontró con los dos jugando
tranquilamente al *Kristant. Ambos completamente concentrados en el juego y
desde luego, no tenían ninguna pinta de estar enfadados entre ellos o haber
discutido. No dieron la menor señal de percatarse de la presencia de los cuatro
en la biblioteca, por lo que Jhored decidió carraspear para llamar su atención…
·
Ya os hemos visto
cariño, anda, sentaos y no nos distraigáis, que ya nos queda poco… -respondió
Kilara al carraspeo-. Jaque… y paso a la segunda plataforma…
·
Protejo y Jaque…
te bajo de nuevo a la tercera… -le replico el Emperador a Kilara.
·
Jaque y te
desciendo a la Cuarta plataforma -dijo Kilarla apenas tres movimientos después…
·
Jaque y regreso a
la tercera plataforma… -replico el Emperador dos movimientos después…
De repente, no aguantándolo más, el
Príncipe se levantó, y tomando una pieza de la princesa del tablero…
- Jaque a la Reina,
desciendo al Rey al quinto tablero y subo el propio al primero, marcando mate… y
se terminó la partida.
Fue instantáneo, ambos contendientes se
quedaron con la boca abierta al ver el movimiento, reincorporándose de
inmediato para observar detenidamente el tablero para ver de dónde narices se
había sacado aquel movimiento que ninguno de ambos había visto venir… Ambos
comenzaron a maldecir a la vez al darse cuenta de que si hubiesen seguido se
habrían comido el movimiento vencedor sin verlo. Los dos miraron al Príncipe
con claro gesto de enojo por interrumpir de ese modo su partida…
·
Bueno, y una vez
terminada la partida, ¿qué es lo que pasa? A que venia eso del enfrentamiento
entre ambos, porque esta muy claro que los dos os lleváis la mar de bien…
·
La semana que
viene hay una recepción de embajadores y la siguiente es el momento decidido
para notificar la buena nueva del embarazo de tu esposa. Por cierto, que pasado
mañana teníamos consejo de gobierno para tratar el problema de los Brimm,
aunque por lo que se me ha informado ya te has encargado tu de solucionarlo. De
todos modos, se celebrará para que presentes personalmente el informe final de
las operaciones contra lo Brimm… -le informo el Emperador mientras con Kilara
volvía a colocar las fichas del juego en sus posiciones de partida.
·
Estimamos los dos
que era la única forma de que estuvieses aquí para la recepción y el anuncio sin
que te nos escurrieses de entre los dedos… -adujo Kilara-.
·
Y no creéis que
es un poco excesivo…
·
¿Tratándose de
ti?, no -replicó el emperador con una sonrisita en la comisura de los labios.
·
Supongo también
-replico Jhored volviéndose hacia Selena, la Almirante Tanya y el general Mao-,
que vuestras sonrisitas de estos días son porque ya lo sabíais, ¿o me equivoco?
·
Alteza, ha
tardado exactamente menos de un minuto en deducir que nosotros tres también estábamos
al corriente de la encerrona, ¿y aun pregunta el motivo de todo esto? -repuso
el General Mao.
·
Sobrino, si te
hubiésemos dicho la verdad, ni aun con ordenes precisas y concisas mías a todo
el personal de la Flota del "Represor", hubiésemos estado seguros de
que te presentases sin que te sacases algo de la manga para escaquearte. Como
bien me hizo notar Kilara, la única opción viable para asegurarnos es que tu
mismo decidieses venir por propia iniciativa… y debo de decir, que el plan de
mi querida "Nuera" ha salido a la perfección.
·
Como veras, Tío,
Jhored me ha enseñado bien… -repuso irónica Kilara.
·
Si, creo que te
he enseñado demasiado bien… -replicó Jhored sonriendo de medio lado.
·
¿Qué estas
tramando? -repuso Kilara frunciendo el ceño ante la sonrisita de su marido.
·
¡¡Yo!!, nada de
nada, cariño -volvió a sonreír.
Jhored era consciente de que en esta
ocasión esos dos le habían ganado por la mano, pero no por ello pensó ni por un
instante en permitir que se quedasen tan tranquilos. Cuando salió de la
Biblioteca en dirección a sus habitaciones personales sabia mas que de sobra
que a su Tío y a Kilara les faltaría tiempo para organizar algún tipo de
sistema de vigilancia sobre él para evitar que tratase de hacer alguna de las
suyas y escaparse. Tampoco pensaba decirle a ninguno de los dos, que ya de
antemano había tenido la intención de regresar a palacio para estar junto a su
esposa en el momento de dar conocimiento público del embarazo de esta. Durante
el resto de la semana y hasta el momento de la Reunión el Príncipe Jhored paso
casi todo el tiempo sin separarse ni un instante de Kilara.
La inicial reunión para tratar el
problema que se estaba creando con los Brimm fue sustituida por otra en la que
se trató del seguimiento de la situación en sus mundos tras el devastador
ataque realizado por la Flota bajo el mando del Príncipe Jhored. De inicio lo
primero en tratarse fue el presunto coste político de la operación, ya que,
según el titular del momento en el Ministerio de Diplomacia Exterior, el ataque
había puesto nerviosa a muchísima gente en los estados fronterizos con la
Confederación Imperial, ya que nadie lo había visto venir, y no se enteraron de
la envergadura de la operación hasta prácticamente cuando las naves de la flota
ya estaban casi todas de regreso en sus respectivas bases. Jhored hizo un gran
esfuerzo para evitar reírse, ya que según este estaba desgranando su informe,
no pudo evitar pensar, que eso mismo también se le podía aplicar al propio
gobierno de la Confederación Imperial y el Alto Estado Mayor General Central.
El siguiente informe procedió de
Inteligencia, según parecía buena parte de los principales estados mayores de
sus vecinos estaban reevaluando sus posibles planificaciones contra la
Confederación Imperial introduciendo las nuevas variables detectadas en la
operación contra los Brimm. También se informó que muchos de estos habían
puesto la totalidad de sus fuerzas en estado de máxima alerta, algunos incluso
iniciado un despliegue defensivo, para tan solo unas pocas horas después,
enterarse de que la Flota de la Confederación Imperial descansaba de nuevo
tranquilamente en sus bases de operaciones, haciendo algunos poco menos que el
ridículo ante su propia opinión pública. Obviamente nadie admitió públicamente
no haber sabido lo que había ocurrido, lo que sí ocurrió es que rodaron un
número indeterminado de cabezas en los diferentes gobiernos y estados mayores,
en algunos casos, esto había sido de forma bastante literal. Por otro lado, se informó
también de que contrainteligencia estaba a la espera de que los servicios
secretos de los vecinos comenzasen a moverse para averiguar que era lo que
había ocurrido, como había sido posible que una flota tan enorme llegase a
territorio Brimm y prácticamente regresado a sus bases sin que nadie se
enterase a tiempo. Estos habían sido advertidos al inicio de la operación por
el SISI, de modo que habían tenido tiempo mas que suficiente como para preparar
varias trampas con las que destapar posibles filtraciones y espías… Esta
operación aun tardaría algunos meses en dar sus frutos con éxito, ya que varias
redes fueron quemadas y luego controladas, además de encontrar algunas posibles
filtraciones y suministrar ellos mismo desinformación abundante sobre lo
ocurrido.
Después de esto llegó el desglose de la
actual situación de los Clanes Brimm. Según inteligencia varios Clanes Menores
se estaban aliando con intención de someter a algunos de los Grandes Clanes que
tan dañados habían salido tras el ataque. También se informó que la caída de la
Gran Base sobre el planeta principal Brimm se estimaba que aparte de la enorme
cantidad de daños materiales sobre el continente de impacto, había provocado un
periodo de glaciación que posiblemente durase una decena de años como mínimo. Inteligencia
también calculaba que en menos de tres o cuatro meses estallarían varias luchas
internas por el poder, además de que posiblemente también se daría la perdida
por parte de estos de varios sistemas en manos de sus vecinos. De momento la
Mancomunidad Federada de Vega ya se había apropiado de cinco sistemas estelares
Brimm con la excusa de estar protegiendo con ello su propio territorio de los
ataques de sus naves corsarias… Las cuales, por cierto, habían sido
prácticamente aniquiladas durante el ataque y las que se habían salvado estaban
tan dañadas que difícilmente podrían servir para nada sin pasar antes por unos
astilleros que por otra parte habían sido completamente destruidos. Los pocos
Astilleros menores que sobrevivieron al ataque no eran aptos para otra cosa que
naves menores de poco porte. Los siguientes asuntos tratados fueron
directamente de orden interno y de los presupuestos asignados para diversos
programas gubernamentales, algo meramente informativo para conocimiento del
Emperador, y en los que el Príncipe Jhored se mantuvo al margen, dejando que
fuese su Tío quien se hiciese cargo de los mismos.
La recepción de embajadores no tuvo
ninguna novedad reseñable, fue como todas las anteriores a las que la pareja
había asistido anteriormente. Finalmente, justo un par de días antes del
anuncio del embarazo de la Princesa Kilara, Jhored un tanto sorprendido porque
esta aun no le hubiese dicho ni media palabra sobre su permanencia en Palacio,
fue quien saco el tema…
·
¿Qué ocurre que
aun no me has dicho nada sobre la orden de mí Tío de que permanezcas aquí?
·
Nada cariño, no
pasa absolutamente nada…
·
Kilara, que nos
conocemos… -repuso el Príncipe sonriéndole.
·
Mira Jhored, si
algo he aprendido en todo este tiempo pasado a tu lado es a no luchar causas
perdidas, y esta lo está desde el principio.
·
Pero también sabes
que yo no creo en los escenarios imposibles…
·
Cierto, pero
también me has enseñado que algunas veces es necesario perder antes, para que
al final, puedas llevarte la victoria.
·
Lo que traducido
quiere decir que a cambio de esta "derrota" piensas sacar un mayor
beneficio por otro lado… y eso aun me preocupa más que tu aparente conformismo…
-repuso Jhored. Kilara soltó una carcajada.
·
No están difícil
de entender lo que quiero una vez que los niños nazcan. El compuesto que te
dieron para mejorarte… No el mismo evidentemente pues yo no tengo tus problemas
de tu planeta natal, ni por supuesto el que le dan a los Agentes del SISI, pero
si el de alta longevidad que se ha derivado de ambos…
·
Sabes que es un
riesgo…
·
Lo sé, pero
quiero hacerlo, la tasa de fallo es menor del 15% y el resultado compensa el
riesgo. Y lo sabes…
·
Si, no te lo
puedo negar. Las drogas antimuerte estándar que se suministra a toda la
población, cuando te toque la opción de decidir si usarlas o no, elevaran tu
vida media hasta los 130 a 140 años mínimos, y la de alta longevidad haría que,
aunque tu aspecto externo poco a poco fuese "envejeciendo", tus
órganos internos no pasarían de un equivalente a los 30 a 35 años como mucho y
hasta el instante de tu muerte. Pero un 15% en esta última sigue siendo un
riesgo muy elevado, de hecho, por ese mismo motivo no se ha distribuido
masivamente como las otras…
·
Lo sé, pero
quiero hacerlo. Para entonces la sucesión estaría a salvo y por partida doble,
que es lo que acordamos en su día, dos herederos, y te recuerdo que tendremos
gemelos. Sabes que esto también sería importante para nosotros -levantó la mano
impidiendo que hablase-. No, no lo digas, se que me quieres y que te da miedo
perderme, pero en mi situación como tu esposa, como posible regente o madre del
Futuro Emperador, es un riesgo calculado necesario, y también sé que tú lo
sabes… Del mismo modo que sabes de sobra que si lo nuestro fuese un matrimonio
de conveniencia ni te lo plantearías siquiera…
·
Lo sé, soy muy
consciente de que tu razonamiento es impecable, pero lo cierto es que esto no
es un matrimonio acordado, te quiero, y no me hace la menor gracia la idea de
poder perderte. La tasa de error es muy alta… y ese error es letal…
·
Pero es lo que
hay, otra cosa que me has enseñado en este tiempo que llevamos juntos, es que,
si bien nuestros puestos nos dan una serie de poder, beneficios y ventajas muy
importantes, también nos exige mucho e incluso algunas veces por encima de
nuestro propio interés personal. Y tenemos que estar dispuestos tanto para lo
bueno como para lo malo…
·
Vale, lo
entiendo… -replicó Jhored pasando sobre el tema, no gustándole en absoluto que
Kilara usase sus propias enseñanzas contra él.
·
Lo sé, sé que lo
entiendes, y también sé que no estas conforme. Pero te lo advierto Jhored, no
hagas tonterías, no voy a ceder en esto.
Por mucho que dijese la Princesa Kilara,
desde luego Jhored no estaba por la labor de que esto quedase de este modo, por
lo que decidió ir a hablar con su Tío, y para su sorpresa, este resulto ser de
la misma opinión que su esposa. Le resultó de lo mas evidente que esta había
logrado convencerlo de lo idóneo de sus intenciones, algo que el propio Jhored
no podía negar, pero al que desde luego ese 15% de riesgo le parecía algo
excesivamente elevado como para estar cómodo con ello. El único modo que se le
ocurría de poder impedirlo, pues el convencerla o tratar de usar a sus futuros
hijos para ello conociéndola sería imposible, era de lo más burdo, y no era
otro que el dejar nuevamente embarazada a su esposa, pero eso ciertamente era
únicamente un parche temporal, porque sabia que antes o después no podría
evitar que Kilara se sometiese al tratamiento, sin contar con que Kilara ya no
era ni de lejos aquella ingenua Marquesa que conoció en Kidona III. Jhored se
maldijo por haber desarrollado tanto la astucia como las habilidades políticas
y personales de su esposa durante el tiempo que habían permanecido juntos en el
"Represor", eso ahora se había convertido en un problema... La idea del
nuevo embarazo resultaba excesivamente obvia, y aun en el caso de funcionar, no
lo haría por segunda vez…
La decisión era peliaguda, tratar de
conseguir embarazarla y retrasar el proceso a costa de perjudicar su relación
con Kilara, sabiendo que solo retrasaría un poco ese 15%, o directamente
apoyarla en esta ocasión, y enfrentarse al riesgo de perderla que eso suponía,
pero ganando estabilidad para su relación… Desde luego la situación no le hacia
la menor gracia, por primera vez era consciente de que se iba a pillar las
manos hiciese lo que hiciese.
CONTINUARA
* Tren Minero de Carga. Estos trenes llevan una poderosa nave capaz de
arrastrar enormes pesos tras de sí por el Interespacio. Son terroríficamente
lentas y poco maniobrables, pero su capacidad para transporte sería el
equivalente a más de cien cargueros hiperpesados. Económicamente solo son
rentables si van completamente cargados y no llevan mercancía cuya importancia
resida en la velocidad de llegada a sus mercados, restringiendo en mucho su
valía. Su principal utilidad es en explotaciones mineras, donde un sistema
continuo de Trenes de Carga hacia los principales almacenes de las compañías
anulan por completo esas desventajas de velocidad al mantenerlos suministrados
constantemente.
*Kristant –
Juego tridimensional en seis plataformas superpuesto cuyo origen se remontaba a
la fusión entre los juegos terrestres de estrategia ajedrez y GO. Se considera
como juego de estrategia de muy alto nivel.
Primeeeeero. Gracias por no olvidar a tus devotos lectores... Y por fin el príncipe tiene problemas que no sabe manejar, muy bueno...
ResponderEliminarEl príncipe tiene poco a poco lo que fue sembrando
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