sábado, 20 de abril de 2019

                            Confederación Imperial Galáctica

Libro - 9

Los Brimm


 1







Fecha estelar - 5333

1º Cuadrante Militar del Imperio

Sistema Valkirr

Planeta Valkirr

Nave de combate “Represor”

Su Alteza Imperial se encontraba en su despacho estudiando los últimos informes de la más que costosa reparación del Crucero de Batalla Elemental de la Tierra. Tras ocho meses de reparaciones con triple turno durante las 30h que tenía el día en Mar-Shagan, por fin estaba listo para abandonar el astillero y comenzar con las pruebas de funcionamiento, desgraciadamente y aun así, no había sido suficiente para que fuese operativo en esos instantes. Aun recordaba perfectamente la lista de daños sufrida por la nave, más de 9 cubiertas completamente destruidas, tres más con serios daños, el 40% de su estructura destruida o dañada, más de la mitad de su blindaje, el 60% de la tripulación muerta, y el resto con heridas de diversa consideración… Por fortuna el blindaje junto con las protecciones de los arsenales de torpedos y el núcleo energético aguanto, de lo contrario el Crucero de Batalla habría saltado por los aires. Todo en el presente año estaba saliendo mal, no terminaba de acabar un desastre cuando le caía otro nuevo encima, y lo peor es que la cosa no parecía que fuese precisamente a mejorar, sino más bien todo lo contrario. No había terminado de recibir los datos de la reparación del Crucero de Batalla, cuando el General Mao le había solicitado una reunión urgente por una situación de extrema gravedad, algo que, por cierto, el ya conocía y que esperaba pacientemente a que le estallase en los morros, los Brimm.



El año anterior había terminado con el fracaso de la operación “extraños” y la casi destrucción del Elemental de la Tierra que necesito de tres naves de apoyo y un mes de trabajos para que pudiese ser desplazado a un astillero donde repararlo. Eso sin contar con los más de 300 muertos añadidos entre técnicos, científicos e Infantes de la flota que se encontraban en esos momentos en la nave capturada que explotó. Por lo menos, el Crucero B-52 funcionó perfectamente sin fallo alguno, e incluso aguanto bien el impacto directo de dos misiles, y eso pese a que se canceló la operación antes incluso de que llegase a estar siquiera aun en su posición de partida. En esos instantes el B-52 acababa de terminar con una pequeña reforma que había sido necesaria tras el desastre y la posterior investigación de todos los datos obtenidos de la nave Extraña. Al menos en esta ocasión, la nave sí que iba a estar lista para cuando se la necesitase para actuar conjuntamente con la “Estrella Oscura” y convenientemente preparada para no volver a ser alcanzada a las primeras de cambio.

La nave Extraña había sido capturada cuando un grupo de exploración y vigilancia fronterizo compuesto por dos Destructores, descubrieron la presencia de un potente grupo de la raza Extraña en un sistema del Brazo Inexplorado. Dándose las condiciones necesarias que se necesitaban para ejecutar la operación “extraños” los dos destructores emitieron la alerta convenida para poner todo el plan en marcha. Desgraciadamente, dicho despliegue de una Flota de la Raza Extraña no era otra cosa que una elaborada trampa para los dos Destructores que les “descubrieron”, de los cuales, visto lo visto después, tenían previsto capturar al menos uno de ellos lo más intacto posible. Los dos Destructores tras detectar la flota Extraña y dar el aviso, buscaron protección en el planeta exterior del sistema para evitar su detección. Concretamente se acercaron a la primera y más cercana de las dos lunas del mismo. Repentinamente desde su superficie llegaron varios escuadrones de naves parecidas a Cazas, mientras que desde el lado contrario del planeta seis naves de gran tamaño se hicieron visibles comenzando a disparar contra los Destructores a la vez que trataban de extender un campo de interdicción para evitar las comunicaciones. Mientras que el Destructor Krivac recibía varios impactos directos y el ataque completo de los cazas, que casi lo partió por la mitad, el Destructor Tarpán por el contrario recibía un castigo mucho más preciso, tanto sobre sus armas como sobre sus motores. La intención quedó definitivamente clara cuando de una de las seis naves partieron lo que daba la impresión de ser Lanzaderas, posiblemente de Asalto y con tropas en su interior.

Dos sucesos, uno de ellos completamente fortuito, hicieron fracasar dicha maniobra de los Extraños. El primero fue que debido a un fallo del motor Hiperespacial del Tarpán hizo que tan solo 24h antes este pidiese un sustituto urgente para la patrulla, pues no sabían a ciencia cierta lo que aguantaría el impulsor. Su sustituto fue la nave disponible más cercana, concretamente un Crucero Ligero, el Zragak, el cual alertado de la presencia de los extraños en el interior del sistema, entró en el sector cerca de la luna con intención de no ser detectado, justo cuando los Extraños daban comienzo al intento de Asalto del Tarpán. La repentina aparición del Crucero Ligero Zragak, cerca de ambos Destructores pillo a la Flota Extraña por sorpresa y completamente descolocada. Primero las Lanzaderas y después una de las Naves, concretamente una de un modelo nunca antes observado, fueron los inmediatos objetivos del Crucero. El fuego concentrado de sus baterías redujo a escombros a las primeras y provocó la lenta caída sobre la luna de la nave de donde estas habían partido al inutilizarle cuatro de sus cinco motores y no ser este único suficiente como para permitirle escapar de la gravedad lunar. El resto de naves maniobró para poder concentrar su fuego sobre el Crucero Ligero, pero antes de que al menos tres de ellas hubiesen podido conseguirlo ocurrió el segundo suceso, la llegada al sistema en ese mismo sitio de la Flotilla del Almirante Tagard. Por el mismo motivo que el Zagrak, la flota de Asalto con sus Cuatro Cruceros de Batalla al frente salieron cerca de los Destructores con la intención de ejecutar el plan contra los extraños, encontrándose literalmente como quien dice en sus morros, con las cinco restantes naves.

Las dos únicas naves que habían logrado rotar sobre su eje, enfilando y comenzando a disparar sobre el Crucero Ligero Zragak fueron los primeros objeticos de los Cuatro Cruceros de Batalla, concentrando su fuego sobre ambas, destruyéndolas en tan solo tres andanadas. Increíblemente y para sorpresa de toda la flota, dos de las naves restantes trataron de variar su rotación, disparando sus armas desde una posición muy forzada contra la primera nave, la dañada que estaba cayendo hacia la Luna mientras la tercera aceleraba bruscamente en un rumbo que la llevaría inexorablemente a chocar contra ella. Desgraciadamente para los extraños, sus disparos energéticos salieron desviados por la gravedad de la Luna posiblemente por apresurarse. Mientras, la tercera nave, que para su desgracia era la más cercana a los Cuatro Cruceros de Batalla del almirante Tagard, quien, al ver sus intenciones suicidas, de inmediato dio orden a la totalidad de la flota de destruirla y proteger como fuese la caída de la nave que pretendían destruir.

Una vez esta explotó, movió la flota interponiéndose ante las dos restantes antes de que pudiesen volver a tratar de destruir a la nave que estaba cayendo. Las dos naves Extrañas lanzaron una autentica maraña de misiles y torpedos sobre la Flota recién llegada mientras continuaban tratando de imitar a su compañera ahora destruida, las baterías Principales de los Cruceros de Batalla y Cruceros Pesados las destruyeron. Mientras, los sistemas de defensa puntual se encargaron de casi todos, excepto unos pocos. Dos misiles impactaron en el Crucero B-52 sin causarle daños, tres sobre el Crucero de Batalla Elemental del Viento, y los cinco restantes dieron sobre uno de los Seis Cruceros Pesados que acompañaban al grupo, concretamente sobre el “Cazador de Broojs”, cuyos escudos y blindaje aguantaron perfectamente. Sin embargo, un trozo de la tercera nave, la que exploto mientras hacía de Kamikaze, fue a impactar directamente sobre la zona de propulsión del Crucero B-52, tanto escudos como blindaje aguantaron, aunque no sin que la fuerza del impacto hiciera saltar varios relés de seguridad de los impulsores, lo que privó al Crucero de su Máxima velocidad hasta que estos fuesen sustituidos…

Desgraciadamente, el encontronazo también provoco que una vez roto el efecto sorpresa y con la Flota de Tagard al descubierto, la nave creadora de agujeros de gusano fuese capaz de abrir el pozo y saltar dentro con todos sus acompañantes antes de que la Flota de Tagard pudiese colocarse en posición para darle caza, tras lo cual los restos de las naves Extrañas comenzaron a explotar. Gracias a que Tagard al conocer la maniobra de anteriores encuentros y ver saltar fuera del sistema a la creadora de agujeros había ordenado a sus Cruceros de Batalla generar un campo de interdicción sobre toda flota que en ese instante se encontraba muy cerca de la Luna, rodeando a ambos destructores dañados, lo que incluyo dentro casi todos los restos de las lanzaderas así como por pura fortuna, a la caída nave “Extraña”, para evitar pudiesen causar daños en caso de alguna señal capaz de hacer detonar a alguno. Puesto que la nave generadora de pozo de agujero de gusano había desaparecido, Tagard dio órdenes a los grupos de Asalto de la flota que tomaran la nave caída, que para entonces ya había chocado violentamente contra la superficie, partiéndose en dos. Tagard ordenó también la preparación de varios grupos de investigadores entre todos los que llevaba la flota para extraer rápidamente toda la información posible de dicha nave, en especial la de sus ordenadores y posibles bases de datos.

Mientras que de la exploración de los restos de las lanzaderas no dio el menor resultado, destruyéndolos la propia flota para evitar que los Extraños si volvían pudiesen saber que los habían podido inspeccionar antes de ser destruidos, la nave Extraña por el contrario resultó valer su peso en Oro o en cualquier otro elemento valioso que alguien pudiese llegar a imaginarse, la información extraída iba a resultar tan crucial para el futuro, como comprometida, aunque eso aún no lo sabían nadie. De hecho, lo primero que se pudo averiguar durante la investigación de lo que se consiguió salvar de ella y en especial de esas bases de datos capturadas, demostró que de haberse llevado a cabo el Asalto contra la nave generadora de agujeros de gusano tal y como se había previsto, este habría terminado en una completo y absoluto desastre para la flotilla, significando muy posiblemente, además, su completa destrucción.

Mientras que los dos Destructores eran barrenados al descartarse completamente su posible salvación, ya que hubiese sido más caro repararlos que construirlos nuevamente desde cero, y hacerlo además con una versión más avanzada, eso los había sentenciado.  Con el fin de que ninguna orden de autodestrucción a las que tan rápido acudían los Extraños pudiese alcanzar la nave siniestrada, decidió disponer de un coco inverso de exclusión, situando al Elemental de la Tierra justo en el vértice sobre la nave Extraña a apenas kilómetro y medio de distancia orbital, y los tres Restantes Cruceros de Batalla a aproximadamente una centena de kilómetros de la otra, formando un triángulo electromagnético sobre ellos a forma de paraguas, con el núcleo del mismo en el elemental de la Tierra que era el que generaba la campana protectora. También acudió a la nave Extraña un equipo de más que ilusionados Xenobiologos e ingenieros de todas clases para estudiar, transportar alguno de los cadáveres de los Extraños hasta el Elemental de la Tierra, además de extraer todo lo posible de sus ordenadores y desmontar pieza a pieza todo tipo de aparatos de la nave siniestrada.

Por desgracia, o por fortuna, al ser los sistemas del Elemental de la Tierra los que tenían que controlar la estabilidad del cono protector, la información que el equipo científico destacado estaba extrayendo de la nave siniestrada se enviaba dos potentes satélites de comunicaciones amarrados al Crucero de Batalla, que hacían de enlace de seguridad, reenviando codificada y por microonda direccional la información a la nave insignia. Gracias a esto, cuando la nave Extraña repentinamente explotó, prácticamente llevándose por delante al Elemental de la Tierra, la información extraída hasta el momento se encontraba a salvo en los bancos de datos de la nave comandante, el Elemental del Viento, sin embargo, los cadáveres de los Extraños trasladados junto con varios de los Xenobiologos que estudiaron los cadáveres de forma preliminar estaban en la novena cubierta, y se volatilizaron junto con ella. Tras la investigación de los sucesos y del material extraído, se llegó a la importantísima conclusión de que sus naves debían de llevar algún sistema de seguridad tipo mano del muerto, que hacía que de estar sin su tripulación durante un periodo de tiempo determinado, estas entrasen en un proceso silencioso de autodestrucción. Esto dejo claro que salvo que localizasen y encontrasen el modo de evitar que el dispositivo destructor de la nave se activase entando en funcionamiento, cualquier acción sobre una nave Extraña, tenía un tiempo limitado de aplicación antes de que esta terminase resultando destruida.

Además de todo esto, su Alteza Imperial tenía también encima el problema de Kilara, que se encontraba en el Palacio Imperial, en la Capital, por orden directa del propio Emperador. Su mujer quería que intercediese para poder volver con él al Represor, pero tras lo sucedido cuando era transportada a la Capital por orden directa de su tío, Jhored sabía a ciencia cierta, que este se negaría en redondo a que Kilara, que estaba embarazada, abandonase la seguridad del Palacio imperial. Pese a su advertencia de que no avisase a su tío, el Emperador, de su embarazo hasta el instante en que ya no se pudiese ocultar, Kilara tras compartir la buena nueva con Jhored, quiso que el Emperador también fuese participe de ello… craso error. Solo cuatro días después de notificar la buena nueva al Emperador, una Flota compuesta de 1 SuperAcorazado, 4 Acorazados, 4 Cruceros de Batalla, 11 Cruceros Pesados, 8 Cruceros Ligeros, 19 Destructores, 6 Fragatas de Escolta y 4 Corbetas de Exploración de la Flota se reunieron con el Grupo de Combate del Represor con órdenes expresas de su Majestad Imperial de trasladar de forma inmediata a la Princesa Kilara a la protección del Palacio Imperial. Este potente grupo de combate, dejo meridianamente clara, la enorme preocupación del Emperador por la seguridad de la Princesa Kilara, y por extensión, del Sucesor del Príncipe Jhored que era el seguro para la continuación futura del Trono Imperial.

Para terminar de arreglarlo, el grupo de combate que trasladaba a Kilara, al salir del segundo Salto de su ruta resulto atacado por naves Brimm, aunque eso sí, tal y como se desarrollaron los hechos, fue claramente por error. Resulto que para proteger a Kilara, el grupo en los manifiestos de movimiento solo aparecía como un convoy militar de Transporte escoltado por varios destructores, mientras que los Grandes Navíos de Guerra eran hechos pasar por Cargueros. Por la proporción de escolta y la prioridad en los saltos era obvio para quien supiese leer entre líneas, que debían de trasladar algo valioso. Quedo claro en la posterior investigación de los hechos, que estos datos llegaron a manos de quien no debía, porque al salir del segundo salto, se encontraron con 9 Naves corsarias Armadas que les estaban esperando. Lo que a Jhored no le quedó muy claro leyendo los informes del comandante del Grupo de Combate mientras sonreía de forma socarrona una vez pasado el susto, es quienes resultaron más sorprendidos, si los atacantes Brimm al verse de repente frente a varios Acorazados, Cruceros de Batalla y Cruceros Pesados de la Flota que ni por asomo se esperaban, o estos cuando repentinamente fueron interpelados para que se rindiesen por fuerzas visiblemente mucho menos poderosas. Los corsarios Brimm trataron de escapar rompiendo su formación en una especie de sálvese el que pueda cuando se dieron cuenta de la magnitud de lo que estaban realmente tratando de emboscar, a casi medio grupo de Batalla. Ese sálvese el que pueda fue determinante para que todas y cada una de sus naves fuesen masacradas sin que el grupo de combate tuviese oposición por su parte. El problema, es que pese a que las naves destruidas y los muertos, no suelen hablar demasiado, en este caso quedaba meridianamente claro de donde provenían los agresores. Sabiendo eso ya de antemano, por los restos encontrados, la situación, los informes y los datos que le transfirieron de los sistemas de combate y detección del grupo se hizo una buena composición de lugar de lo que realmente había ocurrido. Además, gracias a esta metedura de pata, se obtuvo la verificación de algo sobre lo que únicamente existían aun sospechas sobre esa Raza de “comerciantes”. Este fue un error de cálculo que los Brimm no iban a tardar mucho en lamentar… Acababan de violar un tratado entre ellos y la Confederación Imperial mediante un ataque por sorpresa a una flota militar, lo que técnicamente se podría calificar como un acto de guerra…

A estas alturas, Jhored llevaba ya tres meses ultimando y actualizando sus planes para responder a la más que posible amenaza de los Brimm la cual parecía que nadie era consciente aun, o al menos, nadie lo fue hasta ese ataque descarado sobre la escolta de la Princesa Kilara. Jhored suponía que sobre sus órdenes como respuesta al ataque era lo que probablemente el General Mao estaba a punto de presentarle, y si era eso, desgraciadamente, el Elemental de la Tierra no había llegado a estar plenamente operativo a tiempo para ocupar su puesto junto a sus tres gemelas, por lo que tendría que pasar al Plan “B”, y eso era algo no le iba a gustar a mucha gente. Dicho plan “B”, incluía necesariamente la presencia del “Represor” operando con las restantes naves del Almirante Tagard. Además, durante la operación se daría el problema añadido de que bastante gente en el alto mando de la Flota iba a descubrir que realmente los Cruceros de Batalla de clase Elemental no habían sido ningún fiasco, sino que precisamente este se había producido porque habían sido realmente rediseñados para un propósito muy concreto que tan solo ellos por sus especiales características eran capaces de llevar a cabo. Tan solo un par de semanas antes del encontronazo con el grupo de escolta de la Princesa, varias naves corsarias Brimm habían atacado simultáneamente a numerosos cargueros a lo largo y ancho de toda la confederación Imperial Galáctica, algo que pareció que a nadie intereso “ver”. La Inmediata puesta en marcha por parte de su Alteza Imperial de un colosal plan de movimiento de toda la Flota de la Confederación Imperial, para el cual incluso las reservas habían sido pasadas a estado “operativo” tras el Ataque al grupo de escolta de la Princesa Kilara supuso la desaparición repentina del espacio de la Confederación Imperial de todo tipo de nave Brimm.

En esos instantes aproximadamente el 85% del total de la Flota se encontraba moviéndose por los corredores comerciales en busca de los corsarios Brimm, mientras que el 15% permanecía en sus puestos fronterizos habituales de patrulla, literalmente, prácticamente todo lo que era capaz de moverse y estuviese armado, había sido lanzado al espacio. El General Mao había subido al “Represor” hacia cuatro días en la órbita del planeta Valkirr justo antes de que el Represor se pusiese en marcha, y aunque Jhored tenía pocas ganas de enfrentarlo y por eso mismo había estado dándole largas para reunirse, dada ya la proximidad ya de su destino, no le iba a quedar más remedio que compartir con sus más próximos “consejeros” lo que estaba tramando. Eso lo que significaba es que se avecinaba tormenta, porque lo que había planeado no le iba a gustar a nadie.

Tal y como su Alteza suponía de antemano, el General Mao con su visita, en realidad quería que reconsiderase su posición en torno al despliegue tan apresurado de la flota, aunque antes se trataron varios temas de seguridad interna que llevaron aproximadamente unas cinco horas de tiempo. Según sus propias palabras, el Alto Estado Mayor Conjunto estaba enormemente preocupado tanto por el enorme coste de tal movimiento, como por el hecho de no ser capaz de asegurar que en caso de ataque organizado la flota en esta situación fuese a poder rechazar cualquier agresión. Su Alteza no pudo por menos que sonreír socarronamente ante lo apurado que parecía su principal consejero de Inteligencia… Justo en esos instantes entraba en el despacho la Almirante Kasinhs, notificando a su alteza que en menos de medio minuto habrían llegado a si destino.  Jhored se incorporó, apoyando sus codos en la mesa y cruzando sus manos, de modo que su barbilla quedase sobre sus manos…

  •          Traduciendo General, lo que está tratando de decirme es que el Alto Estado Mayor no tiene ni repajolera idea de donde está entre el 76 y el 82% de las naves de la flota que están en movimiento, incluyendo el total de las naves sacadas de la reserva.                                                                     
  • ·         Si sire, así es, básicamente la flota, o al menos la inmensa mayoría de ella está completamente desaparecida y fuera de todo control, nadie sabe dónde se encuentras esas naves con exactitud. La velocidad a la que se mueven de un sitio a otro lo impide, igual que el no tener el plan de movimiento que se ordenó ejecutar -Admitió el General tragando saliva.                 
  • ·         Almirante Kasinhs… -se volvió su Alteza hacia ella haciéndole un gesto.                
  •          General Mao, la gran mayoría de la flota, tal y como se le ordeno está aquí, y ahora… Esperando únicamente nuestra llegada para poder ponerse en marcha –replicó la Almirante.

Tras su Alteza, uno de los grandes paneles de la pared pareció hacerse transparente, mostrando el sistema estelar al que el “Represor” acababa de hacer su aparición, el cual se veía colapsado por la presencia de varios miles de naves de guerra de todos los tipos y tamaños ordenadas en perfectas formaciones. Los ojos del General Mao parecían querer salírsele de las orbitas al ver aquello, mientras frenéticamente encendía su terminal portátil tratando de enlazar con los sistemas del “Represor”, posiblemente en un intento de confirmar lo que sus ojos estaban viendo.

Su alteza desvió brevemente sus ojos hacia su propio terminal que le mostraba lo que el General Mao frenéticamente trataba de hacer en el suyo, confirmando que estaba tratando de solicitar al ordenador central del Represor los datos de las naves que les rodeaban. Este le fue pasando la información solicitada, pasando rápidamente ante la vista del General los nombres, tipos y asignaciones de las diferentes naves de guerra presentes en el sistema, incluso para su sorpresa la mayor parte de las naves de Apoyo de la Flota se encontraban presentes, organizadas en un grupo independiente fuertemente escoltadas. El General Mao apenas tuvo tiempo de balbucear al ver todo aquello, claramente sobrepasado por la magnitud de lo que empezaba a barruntar de todo aquello…

·         Dígame General Mao, supongo que sabe usted quienes eran los Orent, ¿no?

·         Sí, claro, cualquier estudiante de secundaria de la Confederación Imperial lo sabe. Cuando la Luna cayó sobre la vieja Tierra durante lo que fue llamado como el Gran Cataclismo, destruyéndola, los Orent aprovecharon para atacar todas y cada una de las colonias que la raza humana había construido en un raid de exterminio que acabo con hasta el último ser vivo… Solo sobrevivió la colonia científica del planeta “Capital”, unos 300.000 humanos que lo habían colonizado, estaban estudiándolo y terminando de controlar su terraformado final.

·         Si, como usted dice, lo mismo que lo que cualquier estudiante de secundaria. Cuando los Orent fueron descubiertos, quedo claro que eran extremadamente Xenofobos, y que cualquier raza que se las tuviese que ver con ellos, debería de prepararse para luchar hasta su extinción, no habría cuartel. Lo cual, no hay que confundir con que fuesen estúpidos, que no lo eran ni mucho menos, excepto que tenían problemas para ver algo bueno, o quizá sería mejor decir que malo para ellos, en los demás.
·         Alteza, perdone, pero no sé a qué viene esto de los Orent ahora… yo creo… -el General Mao se calló a un gesto del Príncipe Jhored.

·         Todo el sistema solar fue devastado y destruido por las naves de Guerra Orent gracias al brillante gobierno de turno, que se le ocurrió invitar a lo más granado de la milicia alienígena a ver una demostración de fuerza de la Flota Terrestre durante unos ejercicios programados. Gracias a ello los Orent tuvieron conocimiento de donde se encontraría exactamente lo mejor de la Flota Terrestre y en que posiciones en un momento dado muy concreto, justo durante el inicio de las maniobras.

·         Y supongo que justo en ese instante fue cuando atacaron, ¿no? –replico Tanya, siguiendo con la conversación para distender el ambiente.

·         Justo, y esto que voy a contar ahora es alto secreto aun con los miles de años transcurridos, dudo que más de una docena de personas este enterado de esto. Lo cierto es que el total de la Flota Orent apareció por el “interespacio” tras las formaciones de la flota terrestre, para cuando esta quiso dar media vuelta y enfrentarse a sus agresores, los daños causados en las principales unidades eran tales que prácticamente podían darse todas por arrasadas. Mientras que el sistema estelar completo seguía su suerte, los mundos, estaciones y colonias ejecutados por bombarderos y cazas embarcados en grandes cargueros que los trasladaron hasta allí. El alto mando ignoro a un gobierno que no hacía más que pedir su evacuación como prioridad, lo que se desconoce es que desde el entonces Centro de Defensa Espacial, equivalente actual del Alto Estado Mayor Militar Central, se ordenó a los restos de la flota Terrestre que llevasen el combate en una dirección determinada hasta que la última de sus naves resultase destruida, impidiendo con ello que cuando se dio la orden de evacuación general, poco más que un sálvese el que pueda, nadie en su sano juicio pesase en escapar en aquella dirección sino quería ser destruido por la enorme concentración de armas disparando en todas direcciones.

·         La ruta directa a “Capital”, supongo… -dijo el General Mao mordiéndose los labios.

·         Efectivamente, bloquearon cualquier intento de llegar por parte de los supervivientes hasta el único sistema colonial extra Solar, y del que los Orent desconocían su existencia, es más, una nave terrestre, la más poderosa que aún quedaba casi intacta, volvió sus armas contra el bunker donde se refugiaba el gobierno y los grandes sistemas informáticos gubernamentales, destruyéndolo todo para evitar que ninguno de ellos pudiese caer prisionero con el fin de asegurar la supervivencia de Capital. Solo unas pocas de esas naves que escaparon llegaron a lugares seguros, como Valkirr por ejemplo, donde nunca fueron descubiertos por las naves Orent que buscaban esos pocos centenares de naves huidos, debiendo no obstante los supervivientes de enfrentarse a una tarea titánica para sobrevivir. Ahora mismo, sabemos que al menos una veintena de mundos son descendientes directos de aquel éxodo. Esa destrucción marco el año cero de nuestro calendario, pasando de considerarnos como “Terrestres” a hacerlo como “Humanos”. Tras el ataque, dejo de existir la tierra, sus naciones, y la diversa multitud de razones por las que odiarnos unos a otros, todo eso se sustituyó en Capital durante los siguientes siglos por un odio feroz hacia los Orent.

·         Por eso mismo, solo quinientos treinta y dos años después, las Flotas de Capital arrasaron por completo todos los mundos Orent y asteroides susceptibles de tener la mas mínima posibilidad de contener, aunque solo fuese un Orent, llevándolos al exterminio total –replicó Selena-. Pero, ¿y la tierra?

·         Fue destruida… -le replico el General Mao sin entender la pregunta.

·         En Capital se recibió un comunicado del entonces Alto mando dando al sistema solar por perdido junto con todos los que en él se encontraban. Se dio la Tierra por destruida visto el nivel de agresión que había sufrido el Planeta, acabando simbólicamente con milenios de odio del ser humano entre sí, dándole de paso, un nuevo enemigo al que poder odiar con toda su alma, los Orent. Los siguientes quinientos años, las seis generaciones que se sucedieron, dedicaron su esfuerzo a que el recuerdo físico de la Tierra no convirtiese a "Sol" en un sistema “mártir” al que nadie pudiese peregrinar, y a mutar las enemistades entre humanos por el odio a los Orent. Se hizo todo lo necesario para que el Odio a los Orent fuese lo primero que los nuevos humanos aprendiesen en cuanto daban sus primeros pasos.

·         Lo que podría haber sido considerado en otras circunstancias como inmoral, desviar y hacer odiar a otra raza por intereses propios, quedo validado por el hecho de que si los Orent los localizaban, nadie dudaba de que terminarían el trabajo que empezaron en el sistema Terrestre –razono Tanya.

·         Efectivamente, durante los seis años dedicados a localizar e identificar cada pequeño asentamiento Orent en cualquier parte del espacio conocido, nadie dudo de para qué era aquello, es más, todos estaban deseando que terminase para poder pasar a la siguiente fase y vengar por fin al viejo Mundo de los Humanos. Durante tres años los Orent fueron perseguidos y finalmente exterminados sin el menor asomo de piedad. Nuestros antepasados tuvieron claro que además de un acto de venganza, más importante aún, fue un acto de pura supervivencia. De todos modos, fueron bastante listos y pragmáticos, las principales colonias Orent simplemente fueron limpiadas de sus habitantes, para ser ocupadas en menos de un año por colonos de “Capital”, lo que marco el salto tanto cualitativo como cuantitativo que sufrió el desarrollo humano.

·         Pero esto que tiene que ver con la reunión aquí de la flota… -pregunto el General Mao sin entender nada…

·         Pues muy simple, que quien olvida el pasado, está condenado a sufrir de nuevo por las mismas causas. Y ya que nosotros no hemos olvidado el pasado aun, vamos a recordárselo por la vía dura a los Brimm, les vamos a enseñar que pasa cuando tu enemigo sabe exactamente donde va a estar toda tu flota en un momento dado y lo que ocurre cuando la Confederación Imperial tiene por fuerza que recurrir a las armas.

Su Alteza dio por terminada la conversación, dando órdenes a los comandantes asignados para las diferentes flotas en que estaban organizadas para una reunión en veinte minutos estándar de modo holográfico. Tras esto se volvió nuevamente a quienes aún estaban sentados mirándole con la boca abierta… Hace doscientos años los Brimm trataron de que se les pagase tributo por primera vez, teniendo que dejar la idea ante el número tan elevado de muertos a los que se enfrentaron. Sin embargo, la vez siguiente y que todos ustedes recordaran, los Brimm aprovecharon que estábamos en guerra para que no tuviésemos más remedio que pagarles por mantenerse lejos de nosotros. Llevan más de mil años usando las mismas tácticas, que siempre les han funcionado a la perfección, para su desgracia, esa inflexibilidad hace que sus puntos débiles sean dolorosamente obvios, ahora mismo todas sus naves, tanto con capacidad de “corso” como militares, están juntas, reunidas y rearmándose en un par de decenas de sistemas, listas para ser destruidas. Por otro lado, a nivel de cultura son ferozmente firmes con su palabra, y alguien de su gobierno ha violado el tratado que se firmó cuando pagamos por su “no intervención” … Vamos a golpearlos y destrozarlos tanto a nivel económico, como militar, como en su más profunda estructura social… Esa violación de un acuerdo, va a ser la soga definitiva sobre su cuello.

El Príncipe Jhored no quiso adelantar sus planes cuando le preguntaron cómo pensaba alcanzar los territorios Brimm, que se situaban tras las fronteras de la Mancomunidad de Vega, porque si esos miles de naves de guerra atravesaban las fronteras de la Mancomunidad, sería casi tanto como una declaración de guerra en toda regla. Para regocijo de Jhored, pudo comprobar que incluso sus más cercanos colaboradores habían sido incapaces de encontrar el modo en que se sortearía aquel problema aparentemente insoluble. Lo cierto es que este golpe llevaba preparado desde el mismo año en que la Confederación Imperial, quien con el resultado de la guerra en el aire y ejecutando un plan que era un auténtico rompecabezas, se vio obligada a pagar a los Brimm para que se mantuviesen al margen. Ahora los Brimm volvían a ser una amenaza, habían atacado las rutas comerciales y se estaban, como durante los últimos quinientos años, preparándose para saltar sobre la garganta de su presa. Excepto que, en esta ocasión, en lugar de una presa a la defensiva, se habían topado con su Alteza Imperial, otro depredador, solo que de una clase muy diferente a la suya, que junto a su castigo llevaría también un mensaje alto y claro para otros posibles “aventureros”.

-   “Estés donde estés, te ocultes donde te ocultes, no estarás ni lo bastante lejos, ni lo bastante a salvo de nuestra respuesta, y esta será letal”.



CONTINUARA 

6 comentarios:

  1. Gracias por volver y de una forma tan espectacular.
    Entre los "extraños" y los Brimm parece que sera un libro de lo más movidito.

    Un saludo,
    VGG

    ResponderEliminar
  2. Fantastico regreso le hechabamos de menos,tiene editado en amazon o en otro sitio para comprarlo algun texto gracias.

    ResponderEliminar
  3. Shadow, si me permites una pregunta.
    La ultima frase del libro, "Estés donde estés, te ocultes donde te ocultes,..."; parece la cita de alguien. Si es así, ¿podrías decir de quien?.

    Un saludo,
    VGG

    ResponderEliminar
  4. MUUUUUUUY LARGA LA ESPERA . . . PERO VALIO LA PENA. . . ESPERO Q SIGA REALIZANDO MAS ENVIOS CON MUCHO MENOS TIEMPO ENTRE CADA UNO . . . SALUDOS . . .

    ResponderEliminar