Confederación Imperial Galáctica
Libro - 9
Los Brimm
1
Dos sucesos, uno de ellos completamente fortuito, hicieron fracasar dicha maniobra de los Extraños. El primero fue que debido a un fallo del motor Hiperespacial del Tarpán hizo que tan solo 24h antes este pidiese un sustituto urgente para la patrulla, pues no sabían a ciencia cierta lo que aguantaría el impulsor. Su sustituto fue la nave disponible más cercana, concretamente un Crucero Ligero, el Zragak, el cual alertado de la presencia de los extraños en el interior del sistema, entró en el sector cerca de la luna con intención de no ser detectado, justo cuando los Extraños daban comienzo al intento de Asalto del Tarpán. La repentina aparición del Crucero Ligero Zragak, cerca de ambos Destructores pillo a la Flota Extraña por sorpresa y completamente descolocada. Primero las Lanzaderas y después una de las Naves, concretamente una de un modelo nunca antes observado, fueron los inmediatos objetivos del Crucero. El fuego concentrado de sus baterías redujo a escombros a las primeras y provocó la lenta caída sobre la luna de la nave de donde estas habían partido al inutilizarle cuatro de sus cinco motores y no ser este único suficiente como para permitirle escapar de la gravedad lunar. El resto de naves maniobró para poder concentrar su fuego sobre el Crucero Ligero, pero antes de que al menos tres de ellas hubiesen podido conseguirlo ocurrió el segundo suceso, la llegada al sistema en ese mismo sitio de la Flotilla del Almirante Tagard. Por el mismo motivo que el Zagrak, la flota de Asalto con sus Cuatro Cruceros de Batalla al frente salieron cerca de los Destructores con la intención de ejecutar el plan contra los extraños, encontrándose literalmente como quien dice en sus morros, con las cinco restantes naves.
Su Alteza Imperial se encontraba en su
despacho estudiando los últimos informes de la más que costosa reparación del
Crucero de Batalla Elemental de la Tierra. Tras ocho meses de reparaciones con
triple turno durante las 30h que tenía el día en Mar-Shagan, por fin estaba
listo para abandonar el astillero y comenzar con las pruebas de funcionamiento,
desgraciadamente y aun así, no había sido suficiente para que fuese operativo
en esos instantes. Aun recordaba perfectamente la lista de daños sufrida por la
nave, más de 9 cubiertas completamente destruidas, tres más con serios daños,
el 40% de su estructura destruida o dañada, más de la mitad de su blindaje, el
60% de la tripulación muerta, y el resto con heridas de diversa consideración…
Por fortuna el blindaje junto con las protecciones de los arsenales de torpedos
y el núcleo energético aguanto, de lo contrario el Crucero de Batalla habría
saltado por los aires. Todo en el presente año estaba saliendo mal, no
terminaba de acabar un desastre cuando le caía otro nuevo encima, y lo peor es
que la cosa no parecía que fuese precisamente a mejorar, sino más bien todo lo
contrario. No había terminado de recibir los datos de la reparación del Crucero
de Batalla, cuando el General Mao le había solicitado una reunión urgente por
una situación de extrema gravedad, algo que, por cierto, el ya conocía y que
esperaba pacientemente a que le estallase en los morros, los Brimm.
El año anterior había terminado con el fracaso
de la operación “extraños” y la casi destrucción del Elemental de la Tierra que
necesito de tres naves de apoyo y un mes de trabajos para que pudiese ser
desplazado a un astillero donde repararlo. Eso sin contar con los más de 300
muertos añadidos entre técnicos, científicos e Infantes de la flota que se
encontraban en esos momentos en la nave capturada que explotó. Por lo menos, el
Crucero B-52 funcionó perfectamente sin fallo alguno, e incluso aguanto bien el
impacto directo de dos misiles, y eso pese a que se canceló la operación antes
incluso de que llegase a estar siquiera aun en su posición de partida. En esos
instantes el B-52 acababa de terminar con una pequeña reforma que había sido
necesaria tras el desastre y la posterior investigación de todos los datos
obtenidos de la nave Extraña. Al menos en esta ocasión, la nave sí que iba a
estar lista para cuando se la necesitase para actuar conjuntamente con la
“Estrella Oscura” y convenientemente preparada para no volver a ser alcanzada a
las primeras de cambio.
La nave Extraña había sido capturada
cuando un grupo de exploración y vigilancia fronterizo compuesto por dos
Destructores, descubrieron la presencia de un potente grupo de la raza Extraña
en un sistema del Brazo Inexplorado. Dándose las condiciones necesarias que se
necesitaban para ejecutar la operación “extraños” los dos destructores
emitieron la alerta convenida para poner todo el plan en marcha.
Desgraciadamente, dicho despliegue de una Flota de la Raza Extraña no era otra
cosa que una elaborada trampa para los dos Destructores que les “descubrieron”,
de los cuales, visto lo visto después, tenían previsto capturar al menos uno de
ellos lo más intacto posible. Los dos Destructores tras detectar la flota
Extraña y dar el aviso, buscaron protección en el planeta exterior del sistema
para evitar su detección. Concretamente se acercaron a la primera y más cercana
de las dos lunas del mismo. Repentinamente desde su superficie llegaron varios
escuadrones de naves parecidas a Cazas, mientras que desde el lado contrario
del planeta seis naves de gran tamaño se hicieron visibles comenzando a
disparar contra los Destructores a la vez que trataban de extender un campo de
interdicción para evitar las comunicaciones. Mientras que el Destructor Krivac
recibía varios impactos directos y el ataque completo de los cazas, que casi lo
partió por la mitad, el Destructor Tarpán por el contrario recibía un castigo
mucho más preciso, tanto sobre sus armas como sobre sus motores. La intención
quedó definitivamente clara cuando de una de las seis naves partieron lo que
daba la impresión de ser Lanzaderas, posiblemente de Asalto y con tropas en su
interior.
Dos sucesos, uno de ellos completamente fortuito, hicieron fracasar dicha maniobra de los Extraños. El primero fue que debido a un fallo del motor Hiperespacial del Tarpán hizo que tan solo 24h antes este pidiese un sustituto urgente para la patrulla, pues no sabían a ciencia cierta lo que aguantaría el impulsor. Su sustituto fue la nave disponible más cercana, concretamente un Crucero Ligero, el Zragak, el cual alertado de la presencia de los extraños en el interior del sistema, entró en el sector cerca de la luna con intención de no ser detectado, justo cuando los Extraños daban comienzo al intento de Asalto del Tarpán. La repentina aparición del Crucero Ligero Zragak, cerca de ambos Destructores pillo a la Flota Extraña por sorpresa y completamente descolocada. Primero las Lanzaderas y después una de las Naves, concretamente una de un modelo nunca antes observado, fueron los inmediatos objetivos del Crucero. El fuego concentrado de sus baterías redujo a escombros a las primeras y provocó la lenta caída sobre la luna de la nave de donde estas habían partido al inutilizarle cuatro de sus cinco motores y no ser este único suficiente como para permitirle escapar de la gravedad lunar. El resto de naves maniobró para poder concentrar su fuego sobre el Crucero Ligero, pero antes de que al menos tres de ellas hubiesen podido conseguirlo ocurrió el segundo suceso, la llegada al sistema en ese mismo sitio de la Flotilla del Almirante Tagard. Por el mismo motivo que el Zagrak, la flota de Asalto con sus Cuatro Cruceros de Batalla al frente salieron cerca de los Destructores con la intención de ejecutar el plan contra los extraños, encontrándose literalmente como quien dice en sus morros, con las cinco restantes naves.
Las dos únicas naves que habían logrado
rotar sobre su eje, enfilando y comenzando a disparar sobre el Crucero Ligero
Zragak fueron los primeros objeticos de los Cuatro Cruceros de Batalla,
concentrando su fuego sobre ambas, destruyéndolas en tan solo tres andanadas. Increíblemente
y para sorpresa de toda la flota, dos de las naves restantes trataron de variar
su rotación, disparando sus armas desde una posición muy forzada contra la primera
nave, la dañada que estaba cayendo hacia la Luna mientras la tercera aceleraba
bruscamente en un rumbo que la llevaría inexorablemente a chocar contra ella. Desgraciadamente
para los extraños, sus disparos energéticos salieron desviados por la gravedad
de la Luna posiblemente por apresurarse. Mientras, la tercera nave, que para su
desgracia era la más cercana a los Cuatro Cruceros de Batalla del almirante
Tagard, quien, al ver sus intenciones suicidas, de inmediato dio orden a la
totalidad de la flota de destruirla y proteger como fuese la caída de la nave
que pretendían destruir.
Una vez esta explotó, movió la flota interponiéndose
ante las dos restantes antes de que pudiesen volver a tratar de destruir a la
nave que estaba cayendo. Las dos naves Extrañas lanzaron una autentica maraña
de misiles y torpedos sobre la Flota recién llegada mientras continuaban
tratando de imitar a su compañera ahora destruida, las baterías Principales de
los Cruceros de Batalla y Cruceros Pesados las destruyeron. Mientras, los
sistemas de defensa puntual se encargaron de casi todos, excepto unos pocos.
Dos misiles impactaron en el Crucero B-52 sin causarle daños, tres sobre el
Crucero de Batalla Elemental del Viento, y los cinco restantes dieron sobre uno
de los Seis Cruceros Pesados que acompañaban al grupo, concretamente sobre el
“Cazador de Broojs”, cuyos escudos y blindaje aguantaron perfectamente. Sin
embargo, un trozo de la tercera nave, la que exploto mientras hacía de
Kamikaze, fue a impactar directamente sobre la zona de propulsión del Crucero
B-52, tanto escudos como blindaje aguantaron, aunque no sin que la fuerza del
impacto hiciera saltar varios relés de seguridad de los impulsores, lo que
privó al Crucero de su Máxima velocidad hasta que estos fuesen sustituidos…
Desgraciadamente, el encontronazo también
provoco que una vez roto el efecto sorpresa y con la Flota de Tagard al
descubierto, la nave creadora de agujeros de gusano fuese capaz de abrir el
pozo y saltar dentro con todos sus acompañantes antes de que la Flota de Tagard
pudiese colocarse en posición para darle caza, tras lo cual los restos de las
naves Extrañas comenzaron a explotar. Gracias a que Tagard al conocer la maniobra
de anteriores encuentros y ver saltar fuera del sistema a la creadora de
agujeros había ordenado a sus Cruceros de Batalla generar un campo de
interdicción sobre toda flota que en ese instante se encontraba muy cerca de la
Luna, rodeando a ambos destructores dañados, lo que incluyo dentro casi todos
los restos de las lanzaderas así como por pura fortuna, a la caída nave
“Extraña”, para evitar pudiesen causar daños en caso de alguna señal capaz de
hacer detonar a alguno. Puesto que la nave generadora de pozo de agujero de
gusano había desaparecido, Tagard dio órdenes a los grupos de Asalto de la
flota que tomaran la nave caída, que para entonces ya había chocado
violentamente contra la superficie, partiéndose en dos. Tagard ordenó también
la preparación de varios grupos de investigadores entre todos los que llevaba
la flota para extraer rápidamente toda la información posible de dicha nave, en
especial la de sus ordenadores y posibles bases de datos.
Mientras que de la exploración de los
restos de las lanzaderas no dio el menor resultado, destruyéndolos la propia
flota para evitar que los Extraños si volvían pudiesen saber que los habían
podido inspeccionar antes de ser destruidos, la nave Extraña por el contrario resultó
valer su peso en Oro o en cualquier otro elemento valioso que alguien pudiese
llegar a imaginarse, la información extraída iba a resultar tan crucial para el
futuro, como comprometida, aunque eso aún no lo sabían nadie. De hecho, lo
primero que se pudo averiguar durante la investigación de lo que se consiguió
salvar de ella y en especial de esas bases de datos capturadas, demostró que de
haberse llevado a cabo el Asalto contra la nave generadora de agujeros de
gusano tal y como se había previsto, este habría terminado en una completo y absoluto
desastre para la flotilla, significando muy posiblemente, además, su completa
destrucción.
Mientras que los dos Destructores eran
barrenados al descartarse completamente su posible salvación, ya que hubiese
sido más caro repararlos que construirlos nuevamente desde cero, y hacerlo
además con una versión más avanzada, eso los había sentenciado. Con el fin de que ninguna orden de
autodestrucción a las que tan rápido acudían los Extraños pudiese alcanzar la
nave siniestrada, decidió disponer de un coco inverso de exclusión, situando al
Elemental de la Tierra justo en el vértice sobre la nave Extraña a apenas kilómetro
y medio de distancia orbital, y los tres Restantes Cruceros de Batalla a
aproximadamente una centena de kilómetros de la otra, formando un triángulo
electromagnético sobre ellos a forma de paraguas, con el núcleo del mismo en el
elemental de la Tierra que era el que generaba la campana protectora. También
acudió a la nave Extraña un equipo de más que ilusionados Xenobiologos e
ingenieros de todas clases para estudiar, transportar alguno de los cadáveres
de los Extraños hasta el Elemental de la Tierra, además de extraer todo lo
posible de sus ordenadores y desmontar pieza a pieza todo tipo de aparatos de la
nave siniestrada.
Por desgracia, o por fortuna, al ser los
sistemas del Elemental de la Tierra los que tenían que controlar la estabilidad
del cono protector, la información que el equipo científico destacado estaba
extrayendo de la nave siniestrada se enviaba dos potentes satélites de
comunicaciones amarrados al Crucero de Batalla, que hacían de enlace de
seguridad, reenviando codificada y por microonda direccional la información a
la nave insignia. Gracias a esto, cuando la nave Extraña repentinamente explotó,
prácticamente llevándose por delante al Elemental de la Tierra, la información extraída
hasta el momento se encontraba a salvo en los bancos de datos de la nave
comandante, el Elemental del Viento, sin embargo, los cadáveres de los Extraños
trasladados junto con varios de los Xenobiologos que estudiaron los cadáveres
de forma preliminar estaban en la novena cubierta, y se volatilizaron junto con
ella. Tras la investigación de los sucesos y del material extraído, se llegó a
la importantísima conclusión de que sus naves debían de llevar algún sistema de
seguridad tipo mano del muerto, que hacía que de estar sin su tripulación
durante un periodo de tiempo determinado, estas entrasen en un proceso
silencioso de autodestrucción. Esto dejo claro que salvo que localizasen y
encontrasen el modo de evitar que el dispositivo destructor de la nave se
activase entando en funcionamiento, cualquier acción sobre una nave Extraña,
tenía un tiempo limitado de aplicación antes de que esta terminase resultando
destruida.
Además de todo esto, su Alteza Imperial
tenía también encima el problema de Kilara, que se encontraba en el Palacio
Imperial, en la Capital, por orden directa del propio Emperador. Su mujer
quería que intercediese para poder volver con él al Represor, pero tras lo
sucedido cuando era transportada a la Capital por orden directa de su tío,
Jhored sabía a ciencia cierta, que este se negaría en redondo a que Kilara, que
estaba embarazada, abandonase la seguridad del Palacio imperial. Pese a su advertencia
de que no avisase a su tío, el Emperador, de su embarazo hasta el instante en
que ya no se pudiese ocultar, Kilara tras compartir la buena nueva con Jhored,
quiso que el Emperador también fuese participe de ello… craso error. Solo
cuatro días después de notificar la buena nueva al Emperador, una Flota
compuesta de 1 SuperAcorazado, 4 Acorazados, 4 Cruceros de Batalla, 11 Cruceros
Pesados, 8 Cruceros Ligeros, 19 Destructores, 6 Fragatas de Escolta y 4
Corbetas de Exploración de la Flota se reunieron con el Grupo de Combate del
Represor con órdenes expresas de su Majestad Imperial de trasladar de forma
inmediata a la Princesa Kilara a la protección del Palacio Imperial. Este
potente grupo de combate, dejo meridianamente clara, la enorme preocupación del
Emperador por la seguridad de la Princesa Kilara, y por extensión, del Sucesor
del Príncipe Jhored que era el seguro para la continuación futura del Trono
Imperial.
Para terminar de arreglarlo, el grupo de
combate que trasladaba a Kilara, al salir del segundo Salto de su ruta resulto
atacado por naves Brimm, aunque eso sí, tal y como se desarrollaron los hechos,
fue claramente por error. Resulto que para proteger a Kilara, el grupo en los
manifiestos de movimiento solo aparecía como un convoy militar de Transporte
escoltado por varios destructores, mientras que los Grandes Navíos de Guerra
eran hechos pasar por Cargueros. Por la proporción de escolta y la prioridad en
los saltos era obvio para quien supiese leer entre líneas, que debían de
trasladar algo valioso. Quedo claro en la posterior investigación de los
hechos, que estos datos llegaron a manos de quien no debía, porque al salir del
segundo salto, se encontraron con 9 Naves corsarias Armadas que les estaban
esperando. Lo que a Jhored no le quedó muy claro leyendo los informes del
comandante del Grupo de Combate mientras sonreía de forma socarrona una vez
pasado el susto, es quienes resultaron más sorprendidos, si los atacantes Brimm
al verse de repente frente a varios Acorazados, Cruceros de Batalla y Cruceros
Pesados de la Flota que ni por asomo se esperaban, o estos cuando
repentinamente fueron interpelados para que se rindiesen por fuerzas
visiblemente mucho menos poderosas. Los corsarios Brimm trataron de escapar rompiendo
su formación en una especie de sálvese el que pueda cuando se dieron cuenta de
la magnitud de lo que estaban realmente tratando de emboscar, a casi medio
grupo de Batalla. Ese sálvese el que pueda fue determinante para que todas y
cada una de sus naves fuesen masacradas sin que el grupo de combate tuviese
oposición por su parte. El problema, es que pese a que las naves destruidas y
los muertos, no suelen hablar demasiado, en este caso quedaba meridianamente
claro de donde provenían los agresores. Sabiendo eso ya de antemano, por los
restos encontrados, la situación, los informes y los datos que le transfirieron
de los sistemas de combate y detección del grupo se hizo una buena composición
de lugar de lo que realmente había ocurrido. Además, gracias a esta metedura de
pata, se obtuvo la verificación de algo sobre lo que únicamente existían aun
sospechas sobre esa Raza de “comerciantes”. Este fue un error de cálculo que
los Brimm no iban a tardar mucho en lamentar… Acababan de violar un tratado
entre ellos y la Confederación Imperial mediante un ataque por sorpresa a una
flota militar, lo que técnicamente se podría calificar como un acto de guerra…
A estas alturas, Jhored llevaba ya tres
meses ultimando y actualizando sus planes para responder a la más que posible
amenaza de los Brimm la cual parecía que nadie era consciente aun, o al menos,
nadie lo fue hasta ese ataque descarado sobre la escolta de la Princesa Kilara.
Jhored suponía que sobre sus órdenes como respuesta al ataque era lo que
probablemente el General Mao estaba a punto de presentarle, y si era eso,
desgraciadamente, el Elemental de la Tierra no había llegado a estar plenamente
operativo a tiempo para ocupar su puesto junto a sus tres gemelas, por lo que
tendría que pasar al Plan “B”, y eso era algo no le iba a gustar a mucha gente.
Dicho plan “B”, incluía necesariamente la presencia del “Represor” operando con
las restantes naves del Almirante Tagard. Además, durante la operación se daría
el problema añadido de que bastante gente en el alto mando de la Flota iba a
descubrir que realmente los Cruceros de Batalla de clase Elemental no habían
sido ningún fiasco, sino que precisamente este se había producido porque habían
sido realmente rediseñados para un propósito muy concreto que tan solo ellos
por sus especiales características eran capaces de llevar a cabo. Tan solo un
par de semanas antes del encontronazo con el grupo de escolta de la Princesa,
varias naves corsarias Brimm habían atacado simultáneamente a numerosos
cargueros a lo largo y ancho de toda la confederación Imperial Galáctica, algo
que pareció que a nadie intereso “ver”. La Inmediata puesta en marcha por parte
de su Alteza Imperial de un colosal plan de movimiento de toda la Flota de la
Confederación Imperial, para el cual incluso las reservas habían sido pasadas a
estado “operativo” tras el Ataque al grupo de escolta de la Princesa Kilara
supuso la desaparición repentina del espacio de la Confederación Imperial de
todo tipo de nave Brimm.
En esos instantes aproximadamente el 85%
del total de la Flota se encontraba moviéndose por los corredores comerciales
en busca de los corsarios Brimm, mientras que el 15% permanecía en sus puestos
fronterizos habituales de patrulla, literalmente, prácticamente todo lo que era
capaz de moverse y estuviese armado, había sido lanzado al espacio. El General
Mao había subido al “Represor” hacia cuatro días en la órbita del planeta
Valkirr justo antes de que el Represor se pusiese en marcha, y aunque Jhored tenía
pocas ganas de enfrentarlo y por eso mismo había estado dándole largas para
reunirse, dada ya la proximidad ya de su destino, no le iba a quedar más
remedio que compartir con sus más próximos “consejeros” lo que estaba tramando.
Eso lo que significaba es que se avecinaba tormenta, porque lo que había
planeado no le iba a gustar a nadie.
Tal y como su Alteza suponía de antemano,
el General Mao con su visita, en realidad quería que reconsiderase su posición
en torno al despliegue tan apresurado de la flota, aunque antes se trataron
varios temas de seguridad interna que llevaron aproximadamente unas cinco horas
de tiempo. Según sus propias palabras, el Alto Estado Mayor Conjunto estaba
enormemente preocupado tanto por el enorme coste de tal movimiento, como por el
hecho de no ser capaz de asegurar que en caso de ataque organizado la flota en
esta situación fuese a poder rechazar cualquier agresión. Su Alteza no pudo por
menos que sonreír socarronamente ante lo apurado que parecía su principal
consejero de Inteligencia… Justo en esos instantes entraba en el despacho la
Almirante Kasinhs, notificando a su alteza que en menos de medio minuto habrían
llegado a si destino. Jhored se
incorporó, apoyando sus codos en la mesa y cruzando sus manos, de modo que su
barbilla quedase sobre sus manos…
- Traduciendo General, lo que está tratando de decirme es que el Alto Estado Mayor no tiene ni repajolera idea de donde está entre el 76 y el 82% de las naves de la flota que están en movimiento, incluyendo el total de las naves sacadas de la reserva.
- · Si sire, así es, básicamente la flota, o al menos la inmensa mayoría de ella está completamente desaparecida y fuera de todo control, nadie sabe dónde se encuentras esas naves con exactitud. La velocidad a la que se mueven de un sitio a otro lo impide, igual que el no tener el plan de movimiento que se ordenó ejecutar -Admitió el General tragando saliva.
- · Almirante Kasinhs… -se volvió su Alteza hacia ella haciéndole un gesto.
- General Mao, la
gran mayoría de la flota, tal y como se le ordeno está aquí, y ahora… Esperando
únicamente nuestra llegada para poder ponerse en marcha –replicó la Almirante.
Tras su Alteza, uno de los grandes
paneles de la pared pareció hacerse transparente, mostrando el sistema estelar
al que el “Represor” acababa de hacer su aparición, el cual se veía colapsado
por la presencia de varios miles de naves de guerra de todos los tipos y
tamaños ordenadas en perfectas formaciones. Los ojos del General Mao parecían
querer salírsele de las orbitas al ver aquello, mientras frenéticamente encendía
su terminal portátil tratando de enlazar con los sistemas del “Represor”,
posiblemente en un intento de confirmar lo que sus ojos estaban viendo.
Su alteza desvió brevemente sus ojos
hacia su propio terminal que le mostraba lo que el General Mao frenéticamente
trataba de hacer en el suyo, confirmando que estaba tratando de solicitar al
ordenador central del Represor los datos de las naves que les rodeaban. Este le
fue pasando la información solicitada, pasando rápidamente ante la vista del
General los nombres, tipos y asignaciones de las diferentes naves de guerra
presentes en el sistema, incluso para su sorpresa la mayor parte de las naves
de Apoyo de la Flota se encontraban presentes, organizadas en un grupo
independiente fuertemente escoltadas. El General Mao apenas tuvo tiempo de
balbucear al ver todo aquello, claramente sobrepasado por la magnitud de lo que
empezaba a barruntar de todo aquello…
·
Dígame General
Mao, supongo que sabe usted quienes eran los Orent, ¿no?
·
Sí, claro,
cualquier estudiante de secundaria de la Confederación Imperial lo sabe. Cuando
la Luna cayó sobre la vieja Tierra durante lo que fue llamado como el Gran
Cataclismo, destruyéndola, los Orent aprovecharon para atacar todas y cada una
de las colonias que la raza humana había construido en un raid de exterminio
que acabo con hasta el último ser vivo… Solo sobrevivió la colonia científica
del planeta “Capital”, unos 300.000 humanos que lo habían colonizado, estaban
estudiándolo y terminando de controlar su terraformado final.
·
Si, como usted
dice, lo mismo que lo que cualquier estudiante de secundaria. Cuando los Orent
fueron descubiertos, quedo claro que eran extremadamente Xenofobos, y que
cualquier raza que se las tuviese que ver con ellos, debería de prepararse para
luchar hasta su extinción, no habría cuartel. Lo cual, no hay que confundir con
que fuesen estúpidos, que no lo eran ni mucho menos, excepto que tenían
problemas para ver algo bueno, o quizá sería mejor decir que malo para ellos,
en los demás.
·
Alteza, perdone,
pero no sé a qué viene esto de los Orent ahora… yo creo… -el General Mao se
calló a un gesto del Príncipe Jhored.
·
Todo el sistema
solar fue devastado y destruido por las naves de Guerra Orent gracias al
brillante gobierno de turno, que se le ocurrió invitar a lo más granado de la
milicia alienígena a ver una demostración de fuerza de la Flota Terrestre
durante unos ejercicios programados. Gracias a ello los Orent tuvieron
conocimiento de donde se encontraría exactamente lo mejor de la Flota Terrestre
y en que posiciones en un momento dado muy concreto, justo durante el inicio de
las maniobras.
·
Y supongo que
justo en ese instante fue cuando atacaron, ¿no? –replico Tanya, siguiendo con
la conversación para distender el ambiente.
·
Justo, y esto que
voy a contar ahora es alto secreto aun con los miles de años transcurridos,
dudo que más de una docena de personas este enterado de esto. Lo cierto es que
el total de la Flota Orent apareció por el “interespacio” tras las formaciones
de la flota terrestre, para cuando esta quiso dar media vuelta y enfrentarse a
sus agresores, los daños causados en las principales unidades eran tales que
prácticamente podían darse todas por arrasadas. Mientras que el sistema estelar
completo seguía su suerte, los mundos, estaciones y colonias ejecutados por
bombarderos y cazas embarcados en grandes cargueros que los trasladaron hasta
allí. El alto mando ignoro a un gobierno que no hacía más que pedir su
evacuación como prioridad, lo que se desconoce es que desde el entonces Centro
de Defensa Espacial, equivalente actual del Alto Estado Mayor Militar Central, se
ordenó a los restos de la flota Terrestre que llevasen el combate en una
dirección determinada hasta que la última de sus naves resultase destruida,
impidiendo con ello que cuando se dio la orden de evacuación general, poco más
que un sálvese el que pueda, nadie en su sano juicio pesase en escapar en
aquella dirección sino quería ser destruido por la enorme concentración de
armas disparando en todas direcciones.
·
La ruta directa a
“Capital”, supongo… -dijo el General Mao mordiéndose los labios.
·
Efectivamente,
bloquearon cualquier intento de llegar por parte de los supervivientes hasta el
único sistema colonial extra Solar, y del que los Orent desconocían su existencia,
es más, una nave terrestre, la más poderosa que aún quedaba casi intacta,
volvió sus armas contra el bunker donde se refugiaba el gobierno y los grandes
sistemas informáticos gubernamentales, destruyéndolo todo para evitar que
ninguno de ellos pudiese caer prisionero con el fin de asegurar la
supervivencia de Capital. Solo unas pocas de esas naves que escaparon llegaron
a lugares seguros, como Valkirr por ejemplo, donde nunca fueron descubiertos
por las naves Orent que buscaban esos pocos centenares de naves huidos,
debiendo no obstante los supervivientes de enfrentarse a una tarea titánica
para sobrevivir. Ahora mismo, sabemos que al menos una veintena de mundos son
descendientes directos de aquel éxodo. Esa destrucción marco el año cero de
nuestro calendario, pasando de considerarnos como “Terrestres” a hacerlo como
“Humanos”. Tras el ataque, dejo de existir la tierra, sus naciones, y la
diversa multitud de razones por las que odiarnos unos a otros, todo eso se
sustituyó en Capital durante los siguientes siglos por un odio feroz hacia los
Orent.
·
Por eso mismo,
solo quinientos treinta y dos años después, las Flotas de Capital arrasaron por
completo todos los mundos Orent y asteroides susceptibles de tener la mas
mínima posibilidad de contener, aunque solo fuese un Orent, llevándolos al
exterminio total –replicó Selena-. Pero, ¿y la tierra?
·
Fue destruida…
-le replico el General Mao sin entender la pregunta.
·
En Capital se
recibió un comunicado del entonces Alto mando dando al sistema solar por
perdido junto con todos los que en él se encontraban. Se dio la Tierra por
destruida visto el nivel de agresión que había sufrido el Planeta, acabando
simbólicamente con milenios de odio del ser humano entre sí, dándole de paso,
un nuevo enemigo al que poder odiar con toda su alma, los Orent. Los siguientes
quinientos años, las seis generaciones que se sucedieron, dedicaron su esfuerzo
a que el recuerdo físico de la Tierra no convirtiese a "Sol" en un
sistema “mártir” al que nadie pudiese peregrinar, y a mutar las enemistades
entre humanos por el odio a los Orent. Se hizo todo lo necesario para que el
Odio a los Orent fuese lo primero que los nuevos humanos aprendiesen en cuanto
daban sus primeros pasos.
·
Lo que podría
haber sido considerado en otras circunstancias como inmoral, desviar y hacer
odiar a otra raza por intereses propios, quedo validado por el hecho de que si
los Orent los localizaban, nadie dudaba de que terminarían el trabajo que
empezaron en el sistema Terrestre –razono Tanya.
·
Efectivamente,
durante los seis años dedicados a localizar e identificar cada pequeño
asentamiento Orent en cualquier parte del espacio conocido, nadie dudo de para qué
era aquello, es más, todos estaban deseando que terminase para poder pasar a la
siguiente fase y vengar por fin al viejo Mundo de los Humanos. Durante tres
años los Orent fueron perseguidos y finalmente exterminados sin el menor asomo
de piedad. Nuestros antepasados tuvieron claro que además de un acto de
venganza, más importante aún, fue un acto de pura supervivencia. De todos
modos, fueron bastante listos y pragmáticos, las principales colonias Orent
simplemente fueron limpiadas de sus habitantes, para ser ocupadas en menos de
un año por colonos de “Capital”, lo que marco el salto tanto cualitativo como
cuantitativo que sufrió el desarrollo humano.
·
Pero esto que
tiene que ver con la reunión aquí de la flota… -pregunto el General Mao sin
entender nada…
·
Pues muy simple,
que quien olvida el pasado, está condenado a sufrir de nuevo por las mismas
causas. Y ya que nosotros no hemos olvidado el pasado aun, vamos a recordárselo
por la vía dura a los Brimm, les vamos a enseñar que pasa cuando tu enemigo
sabe exactamente donde va a estar toda tu flota en un momento dado y lo que
ocurre cuando la Confederación Imperial tiene por fuerza que recurrir a las
armas.
Su Alteza dio por terminada la
conversación, dando órdenes a los comandantes asignados para las diferentes
flotas en que estaban organizadas para una reunión en veinte minutos estándar
de modo holográfico. Tras esto se volvió nuevamente a quienes aún estaban
sentados mirándole con la boca abierta… Hace doscientos años los Brimm trataron
de que se les pagase tributo por primera vez, teniendo que dejar la idea ante
el número tan elevado de muertos a los que se enfrentaron. Sin embargo, la vez
siguiente y que todos ustedes recordaran, los Brimm aprovecharon que estábamos
en guerra para que no tuviésemos más remedio que pagarles por mantenerse lejos
de nosotros. Llevan más de mil años usando las mismas tácticas, que siempre les
han funcionado a la perfección, para su desgracia, esa inflexibilidad hace que
sus puntos débiles sean dolorosamente obvios, ahora mismo todas sus naves,
tanto con capacidad de “corso” como militares, están juntas, reunidas y
rearmándose en un par de decenas de sistemas, listas para ser destruidas. Por
otro lado, a nivel de cultura son ferozmente firmes con su palabra, y alguien
de su gobierno ha violado el tratado que se firmó cuando pagamos por su “no intervención”
… Vamos a golpearlos y destrozarlos tanto a nivel económico, como militar, como
en su más profunda estructura social… Esa violación de un acuerdo, va a ser la
soga definitiva sobre su cuello.
El Príncipe Jhored no quiso adelantar sus
planes cuando le preguntaron cómo pensaba alcanzar los territorios Brimm, que
se situaban tras las fronteras de la Mancomunidad de Vega, porque si esos miles
de naves de guerra atravesaban las fronteras de la Mancomunidad, sería casi
tanto como una declaración de guerra en toda regla. Para regocijo de Jhored,
pudo comprobar que incluso sus más cercanos colaboradores habían sido incapaces
de encontrar el modo en que se sortearía aquel problema aparentemente
insoluble. Lo cierto es que este golpe llevaba preparado desde el mismo año en
que la Confederación Imperial, quien con el resultado de la guerra en el aire y
ejecutando un plan que era un auténtico rompecabezas, se vio obligada a pagar a
los Brimm para que se mantuviesen al margen. Ahora los Brimm volvían a ser una
amenaza, habían atacado las rutas comerciales y se estaban, como durante los
últimos quinientos años, preparándose para saltar sobre la garganta de su
presa. Excepto que, en esta ocasión, en lugar de una presa a la defensiva, se
habían topado con su Alteza Imperial, otro depredador, solo que de una clase
muy diferente a la suya, que junto a su castigo llevaría también un mensaje
alto y claro para otros posibles “aventureros”.
- “Estés donde estés, te ocultes donde te ocultes,
no estarás ni lo bastante lejos, ni lo bastante a salvo de nuestra respuesta, y
esta será letal”.
CONTINUARA
Excelente tenerte de regreso!!!
ResponderEliminarQué gusto leerte otra vez
ResponderEliminarGracias por volver y de una forma tan espectacular.
ResponderEliminarEntre los "extraños" y los Brimm parece que sera un libro de lo más movidito.
Un saludo,
VGG
Fantastico regreso le hechabamos de menos,tiene editado en amazon o en otro sitio para comprarlo algun texto gracias.
ResponderEliminarShadow, si me permites una pregunta.
ResponderEliminarLa ultima frase del libro, "Estés donde estés, te ocultes donde te ocultes,..."; parece la cita de alguien. Si es así, ¿podrías decir de quien?.
Un saludo,
VGG
MUUUUUUUY LARGA LA ESPERA . . . PERO VALIO LA PENA. . . ESPERO Q SIGA REALIZANDO MAS ENVIOS CON MUCHO MENOS TIEMPO ENTRE CADA UNO . . . SALUDOS . . .
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