Confederación Imperial Galáctica
Libro - 6
El Compromiso
1
1º Cuadrante
Militar del Imperio
Sistema Cero
Base Estelar de
la Flota
Nave de Combate
“Represor”
Su Alteza
imperial el Príncipe Jhored estaba inquieto, de hecho llevaba cerca de tres
horas con la sensación de que se estaba cociendo a sus espaldas algo que no le
iba a gustar. ¿Qué porque de esa impresión?, pues porque al menos en tres de
las ocasiones en que su vista se había posado sobre Selena, su “sombra” de la
Guadaña y amiga personal, había visto como le miraba de forma socarrona con una
expresión en su cara que parecía decir “no sabes la que te espera”, recuperando
de inmediato su rostro inexpresivo en decimas de segundos al darse cuenta de
que él la observaba por el rabillo del ojo. Tuvo plena seguridad de no haberse
equivocado, cuando en su despacho, tras un único toque a la puerta, Kilara, su
oficiosa prometida, con una cara larga, muy larga y de pocos amigos.
·
Hola cariño, que…
-su flamante prometida oficiosa le cortó en seco, apoyando sus manos en el borde
de su mesa, inclinándose sobre ella y poniendo una ficha digital dentro de unas
de las ranuras de su computador.
·
¿Se pude saber
que narices es esto? –los ojos de Kilara despedían fuego.
·
¿El qué? –replico
sin saber a qué se refería.
·
Venga ya, no te
hagas el tonto, quieres… ¿qué narices es esto?
·
No sé de qué me
hablas –dijo haciendo un gesto con las manos, poniéndose a la defensiva.
·
De la invitación
a la boda…
·
Boda, ¿qué boda?
–le pregunto perplejo Jhored.
·
¡¡¡Ohhh venga
ya!!! ¿de verdad pretendes que me crea que no te han dicho nada de esto y que
la contestación que han dado no es cosa tuya?
·
¡¡¡Joder
Kilara!!! ¿pero decirme que?, no sé de qué diantres me estás hablando cielo.
·
¿De verdad no
sabe nada? –preguntó Kilara a Selena mirándola.
·
Me temo que no
señora…
·
Selena, te dije
bien claro que estando a solas soy Kilara…
·
Está bien,
Kilara, no, no sabe nada de nada de todo esto.
·
Pero vosotros
revisáis mi correo ¿no?, entonces debería de saberlo… -pregunto una
desconcertada Kilara.
·
Vamos a ver cielo
–suspiro Jhored dirigiéndose a Kilara-, tanto tu correo como el mío es
inspeccionado por nuestro servicio de seguridad. Pero tienen instrucciones mías,
de que salvo en caso de ser algo que suponga un peligro para ti, amenazas o
cualquier cosa de ese estilo, no me informen de nada. ¿De verdad pensabas que
yo espiaba tu correo? –termino preguntando en tono zumbón.
·
Vale, lo siento,
me he pasado, deja ya el tonito, quieres –se disculpó.
·
Está bien, bueno,
y dime, ¿qué ocurre?
·
Pues que he sido
invitada a la boda de una amiga. Concretamente la de mi compañera de cuarto
cuando hice mi carrera y que es mi mejor amiga. Alguien ha tenido la brillante
idea de aceptar la invitación e informar que iría con un “acompañante” y… ¡¡mejor
míralo…!!
·
Bien, no veo cual
es el… ¡¡¡Joder, la madre que me pario!!! –salto del sillón Jhored al leer la
respuesta al comunicado enviado aceptando la invitación.
·
¿Qué?, es como
para cabrearse o no, ¿di? –pregunto Kilara.
·
¿Selena? –se
enfrentó el príncipe a su guardaespaldas.
·
Señor, lo siento
mucho, respondimos aceptando e incluyéndole porque pensamos que querría acompañar
a su prometida a esa boda en el 8º Cuadrante Militar.
·
Oye, no me toques
las narices haciéndote la inocente, que no cuela… ¿de quién fue la brillante
idea de “esto”?
Lo que ocurria y
por lo que ambos “novios” estaban tan enfadados, cada uno por sus propios
motivos y no precisamente los mismos, es que algún gracioso, del que por cierto
el príncipe tenía sus sospechas, había respondido en su nombre aceptando la
invitación. Lo malo es que aunque habían puesto los nombres de ambos, con los
títulos y filiaciones de Kilara, en el apartado correspondiente a Jhored, algún
gracioso le había denominado únicamente como “Acompañante oficial”, con lo que
fuese que pudiese significar eso o el interés que quizá despertase. Tras no
sacar nada de Selena, reunieron a sus máximos colaboradores a quienes exigieron
saber de quién había sido la idea del “acompañante oficial”, sin conseguir otra
cosa que risas por parte de estos.
Ninguno admitió
ser responsable de nada, sin embargo, entre unos y otros, les aclararon que
dado que pronto se haría el anuncio oficial del compromiso… debió de parecer
gracioso el mandar de ese modo la respuesta. La realidad es que este se haría
oficial durante la estancia en la celebración de dicha boda, de hecho, sería
justo un poco antes de la ceremonia de la misma. Por ello según explicaron, una
vez hecha pública sería lógico que la Prometida de su Alteza fuese en todo
momento acompañada por alguien de palacio.
Cuando pareció
que todo aquello había terminado y estaban riéndose con ganas de la “broma” de
la contestación a la invitación de boda, fue cuando su Alteza Imperial decidió
ponerse serio y cortar de raíz todas las risas… especialmente las de los
Generales Mao Tsetu y Tolkar Gzak, responsables de enlace de su Alteza con los
servicios de Inteligencia y de la Novena Sección. A la única que no sorprendió
con su pregunta ya que tampoco se estaba riendo, fue a Selena. Ella ya se
imaginó conociendo al Príncipe, que la tontería de la invitación no funcionaría
como distracción, pero nadie tuvo la picardía de preguntarle…
·
Bueno,
y ahora que ya nos hemos reído todos un buen rato, me gustaría saber los
verdaderos motivos por los que estamos tan interesados repentinamente en que yo
asista a esa boda en las presentes circunstancias –las risas se cortaron en el
acto, Kilara miro a su prometido con cara de sorpresa. Jhored por su parte
había decidido darles un susto a sus colaboradores, tal y como ellos se lo
acababan de dar a él.
·
¿A
qué viene eso? –pregunto Kilara.
·
¡¡Ohhh,
vamos cielo!! A estas alturas y con todo lo que te he enseñado, deberías de
haberlo visto venir. Tu amiga vive y se va a casar en el sistema Scarrat, en el
Octavo cuadrante. Ese sistema esta lo bastante cerca de la Frontera con las
“Colmenas Karasasn” como para que estos dos tipos –señalo a ambos generales-
pusiesen el grito en el cielo con que tan solo se me ocurriese decir que tengo
la intención de mirar cómo podría llegar hasta allí, no digamos ya el “ir” de
verdad. Pero más aún en esta ocasión, dado que el compromiso entre nosotros se hará
público prácticamente durante el transcurso de esa boda y estaremos allí los
dos juntitos.
·
Pero
ellos… -Kilara se giró con cara de cabreo-. Muy bien, ¿ahora yo también quiero
saber que narices está pasando aquí?
·
Y
cariño, que no se te olvide preguntarles, porque en realidad, consideran tan
importante la presencia allí del “Represor” como para casi, casi empujarnos a
ir a la boda de tú amiga –sonrió a su prometida.
·
¿El
“Represor”? ¿esta nave? –replicó mirando instintivamente a las paredes-. No te entiendo,
podrían mandarla sin más, ¿no?, ¿para qué tenemos que ir nosotros?
·
No,
en realidad no, no es tan simple Kilara. Veras, estos dos señores son muy
conscientes –señalo a ambos generales- de que el Represor es mi nave insignia.
Y en realidad es a esta nave con su escolta lo que quieren tener en esa zona, y
no a nosotros. Su problema es que el único modo de conseguir que se moviese
allí sin mí es una orden expresa del Emperador que no van a obtener si eso
supone dejarme a mi sin ella, por lo que su única oportunidad en lograrlo consiste
en que fuese yo mismo por mi cuenta, o que en este caso, tu estuvieses allí
como mi Prometida oficial y te llevase como a tal. Pero para para esta última opción
el compromiso debería de haber sido hecho oficial, cosa que aún no ha ocurrido.
¿Me equivoco en algo señores?
·
No
Alteza, no se equivoca, la verdad es que no se ni porque nos seguimos
molestando en tratar de ver si logramos despistarle aunque solo fuese por una
vez –suspiro el General Mao.
·
Porque
son los dos ridículos –mascullo Selena.
·
Y
porque no nos consultan nunca a nosotras –dejo caer la Almirante Tanya que
había, al igual que todos, escuchado perfectamente a Selena.
·
Está
bien, como sabe su Alteza el tratado que tenemos con las colmenas es muy
específico sobre despliegues militares tan cerca de la frontera por ambas
partes. La única excepción reflejada a esto en dicho acuerdo es el Represor con
su escolta, la cual además tampoco está delimitada específicamente por el
tratado –explicó el general Gzak.
·
Hemos
tenido determinados problemas en ese cuadrante del distrito militar, y
cualquier nave enviada a la zona de la frontera debe de dar cuenta de su
presencia, lo que hace que no sea eficaz para lo que queremos. Sin embargo la
presencia del Represor y su escolta no tienen por qué hacer esta advertencia.
Teniendo el debido cuidado al entrar al sistema Scarrat, nadie tendría porque
enterarse tampoco de que han llegado allí, y existiría una poderosa flota de
combate de la que nadie tendría noticia lista para actuar ante las mismas
narices de los Karasans…
·
Está
bien, pero incorporen a la escolta del Represor Dos Acorazados, cuatro cruceros
Ligeros, una Corbeta de Exploración y tres Fragatas de Protección de Flota. Ah,
y notifiquen de acuerdo a los tratados, la llegada al sistema Scarrat de un
crucero de batalla, tres cruceros pesados, dos fragatas de escolta, una fragata
de asalto y una corbeta de exploración de la Flota, que durante unos días
orbitaran su planeta principal.
·
Perdón
Alteza, pero esas incorporaciones y la presencia de esa flota podrían presentar
problemas ante las Colmenas… Creo que con la actual configuración de la Escolta
más algunos destructores extras sería más que suficiente.
·
Ya,
si, ciertamente lo seria. Pero cuando Kilara, marquesa de Volterra, llegué a
Scarrat para la boda, “lo hará” en esa flotilla extra que le estoy indicando.
Esas naves serán debidamente notificadas mientras la Flota del represor
debidamente ampliada permanece oculta en el exterior del sistema.
·
Alteza,
la incorporación de esas naves al Represor puedo entenderlo dado que nos
concedería y una mayor maniobrabilidad, pero lo de la otra flotilla,
sinceramente, no –replicó el General Mao.
·
General,
entiendo que quieran una Flota inesperada disponible en esa zona, incluyendo la
enorme potencia de fuego de que es capaz de desplegar el Represor o a la propia
Almirante con su autoridad para ordenar una movilización general de toda la
Flota. Pero también supongo que querrán, que nadie meta el hocico en ese
sistema estelar mientras esta se encuentra allí esperando a que ocurra algo. Además,
cuando se sepa del compromiso oficialmente, esas naves evitaran que nadie
piense en el Represor pues según dan a entender en su contestación a la invitación
con el añadido de “Acompañante oficial”, deja abierta la opción de que yo esté
o no este con Kilara, eso lo veremos sobre la marcha.
·
Pero
entonces el Represor… -el General Gzak fue interrumpido por la Almirante Tanya.
·
General,
lo siento, pero es que ya no podía callarme más, ustedes dos –señalo a ambos
generales- por lo general siempre lo complican todo en exceso. El Represor es
la nave insignia de su Alteza, y va siempre donde este vaya, aun en el caso de
que se sepa que ambos –señalo esta vez a Kilara y a su Alteza- están juntos en
Scarrat, no quiere decir que una vez finalizada la boda se marchen por el mismo
camino. Dos grupos de escolta, dos personajes oficiales marchándose a cumplir
con sus responsabilidades en diferentes direcciones, incluso esto justificaría
la presencia de los dos acorados junto al Represor para reorganizar la escolta
de la Marquesa una vez conocido el compromiso. ¡¡No es tan complicado!!
·
Está
bien, con esto todo arreglado, y generales… la Almirante tiene razón, lo cierto
es que muchas veces lo complican todo sin necesidad. Kilara y yo somos dos
personas, por lo que hasta cierto punto puede ser lógico la presencia de dos
grupos de escolta, pero sobre todo no olviden ni por un solo instante, que no se
le da nunca cuenta a nadie de mis movimientos. Cuando la boda termine, mi
prometida regresara a palacio junto al Emperador, pero el que yo lo haga o no,
nadie fuera de este círculo y del propio Emperador, tiene porque saberlo.
·
Entiendo
Alteza, nuestras disculpas, parece que por algún motivo siempre nos olvidamos
de ese pequeño detalle –arguyó con gesto tenso el General Mao.
·
Jajajajajajaja,
vale General, mensaje recibido, no se me enfade por favor. Tratare que de
verdad, este grupo siempre sepa por donde ando.
·
Ohh,
cariño, este grupo no sé si eso lo lograra algún día, pero por la cuenta que te
tiene, más vale que no se te olvide nunca en mi caso, o tu y yo vamos a tener
serios problemas… -sonrió dulcemente Kilara, provocando que más de uno tosiese
en un fracasado intento de disimular la risa.
·
Claro
que si corazón, no dudes de que te mantendré informada de ello cuando no
podamos estar juntos por cualquier circunstancia –sonrió su Alteza con cara de
no haber roto un plato en su vida.
·
¿Te
estas burlando de mí? –pregunto repentinamente muy seria Kilara.
·
No
cielo, nunca me atrevería…
Tras
ver la cara de su flamante prometida y la promesa de una no muy lejana tormenta
reflejada en ella, su Ateza decidió dar por concluida la repentina reunión
antes de que las cosas se pusiesen peor. En este tiempo que llevaba junto a su
prometida, el príncipe Jhored había descubierto ya varias cosas sobre ella, una
que era un mujer muy ardiente, otra que era su perfecta compañera en todos los
aspectos, otra su enorme inteligencia o capacidad para aprender, y la más
valiosa de todas, que más valía no enfadarla de verdad, porque la señorita
“toda cariño, simpatía, educación y cortesía” era de armas tomar, y de las de
usar un armamento cuanto más pesado, grande y poderoso muchísimo mejor.
Se
dispuso que todo el grupo acudiese junto al sistema Scarrat, una vez en la órbita
más exterior del sistema, su Alteza y Kilara transbordarían desde el Represor
al Crucero de Batalla “Intrépido”, que junto con las naves asignadas a su
escolta se dirigirían a Scarrat IV, el único planeta habitable estándar del
sistema. En el resto del sistema, los demás planetas, al no disponer de una
atmosfera viable únicamente contenían algunas colonias mineras y un par de
bases avanzadas de la fuerza de protección del sistema con algunas pocas patrulleras
para servicios de vigilancia y rescate. En ningún caso estas bases suponían un
problema para la Flota del Represor, ya que esta orbitaria y se mantendría en
todo momento sobre la cara oculta del último planeta del sistema. Tras esto
Kilara se marchó a una de sus múltiples clases de estudio para lo que en un
futuro se esperaba de ella como consorte del Futuro Emperador.
·
Bueno,
ahora que mi prometida por fin se ha marchado, General, informe de que es lo
que sabemos ya de cierto sobre la situación en las Colmenas…
·
Muy
poco aun Alteza, lo cierto es que aún no tenemos muy claro de donde proceden exactamente
todos los problemas que están causándose a nuestras tres Colmenas “vecinas” y a
nosotros mismos.
·
Tanya…
·
He
planificado una operación en base a las fuerzas que tendremos disponibles y a
la información de que disponemos actualmente, en parte gracias a nuestros
aliados…. Y no me gusta…
La
Almirante manipulo los controles del proyector holográfico del despacho de su
Alteza, mostrándose la ejecución de un plan de combate para la Flota que
acompañaría al Represor al sistema Scarrat en función a los datos que tenían
sobre la fuerza que estaba causando tantos problemas en esa zona. Ni a la
Almirante, ni a Selena se les escapo el leve indicio de sonrisa que por un
instante asomo a los labios de su Alteza cuando la simulación estaba
realizándose… El gesto cambio cuando la simulación mostro una nave que en
teoría no debería de haber estado allí. Detuvo la simulación y miró con gesto
serio a la Almirante cuando le preguntó por ello…
·
Tanya,
¿qué está haciendo ahí ese Superacorazado…? –señaló un punto de la detenida
simulación.
·
Se
trata del “Punto Blanco”, y se incorporara a la flotilla del Crucero de Batalla
Intrépido cuando estén sobre el planeta Scarrat –alzo una mano cuando vio la
intención de su Alteza de interrumpirla-. Se puede usted ahorrar todos esos
gruñidos de disgusto, Selena está de acuerdo conmigo en la necesidad de tener
esa nave sobre su cabeza, por tanto opine lo que opine ahí se va a quedar.
Su
Alteza el Príncipe Jhored refunfuño, gruño, maldijo e incluso se enfadó de
verdad, obviamente todo ello en su mente, pues con solo mirar de reojo a Selena
ya sabía que la Almirante no mentía, y sobre lo único que no tenía el menor
control, era sobre las disposiciones de su guarda espaldas personal en lo
relativo a su seguridad. En eso y para todos los efectos, Selena únicamente
tenía que rendir cuentas ante el propio Emperador, si ella decía que ese
Superacorazado se quedaba como medida para su seguridad, se quedaría salvo
contraorden Imperial, y su tío no la daría bajo ningún concepto, no le llevaría
la contraria a Selena. Continuo con la simulación mientras algún que otro
gruñido se escapaba de su garganta entre el más que discreto regocijo de todos
los presentes, pues por una vez parecía que le habían ganado por la mano…
Una
vez que todos se hubieron marchado con excepción de Selena, el príncipe Jhored
se volvió hacia ella…
·
¿Por
qué motivo consideras necesaria la presencia de ese Superacorazado?
·
Vaya,
francamente Alteza, no me lo esperaba… ¿no protestara, tratara de convencerme o
algo así? –sonrió maliciosa.
·
¿Para
qué perder el tiempo?, si has dado ese paso autorizando por tu cuenta el
despliegue de todo un Superacorazado es porque obviamente tienes tus razones…,
y mi confianza en ti es absoluta… de modo que…
·
He
dado por supuesto que sabe y ha investigado donde se celebrara esa boda, así
como de todo lo que ocurra a su alrededor, ¿o me equivoco?
·
No,
para nada, he hecho exactamente lo que has dicho…
·
Bien,
el problema es la otra boda que se va a celebrar a la vez –dijo Selena como si
eso lo explicase todo.
·
No
veo la incidencia, son personas importantes a nivel de esa región Estelar, no
creo que ningún invitado genere el menor problema, es más, ese nivel de la boda
es casi una ventaja para tu trabajo. De un lado los invitados serán grandes
fortunas, y del otro, buena parte de la más importante aristocracia local…
·
Esa
es la cuestión. La seguridad de esa boda es de primera, pero no hay datos de
problemas, incidencias, o de que se haya causado la menor molestia a la amiga
de la Marquesa y su prometido por su enlace en las mismas instalaciones… Por lo
que se, ningún invitado ha reportado a los novios nada “extraño”…
·
Pero
eso debería de ser algo bueno, y no un problema… Sinceramente, no veo que
implica eso en el despliegue de un Superacorazado…
·
Eso
lo que indica es que investigaron a todos los invitados de la boda de señorita
Thelma, algo muy simple con gran parte de la lista que hicieron ya que son
todos de Scarrat y sus sistemas aledaños… Dado quienes son los padres de los
novios, tienen los contactos suficientes como para poder hacerlo con total
comodidad. En realidad, únicamente nosotros presentaríamos un problema, y esa
nave, ya que el “Represor” no estará inmediatamente disponible, me conseguirá
los elementos necesarios de surgir problemas mientras “esperamos”… -Selena hizo
un gesto evidente.
·
Supongo
que a estas alturas y habrán intentado acceder a nuestras identidades en las
bases de datos… ¿no?
·
Ese
es buena parte del problema, que no lo han hecho, o si lo realizaron, lo hicieron
tan “suave” que nadie notó nada, algo que sería increíble del todo y nos
obligaría a “informarnos” de como lo hicieron. Pero aun en ese caso, sobre los
datos por nuestra parte, no habrían podido averiguar nada importante de ninguno,
y me niego a creer que no lo hayan hecho por desidia...
·
Y
crees que lo intentaran cuando estemos allí presentes, ya entiendo. ¿Un análisis
genético o biométrico quizá…?
·
Podría
ser, desde luego es lo que yo de estar en su lugar querría, las dos, una
muestra genética más otra biométrica que poder hacer comparar en las
principales bases de datos… Y eso podría ser un problema desde mi perspectiva,
cosa que desde luego no pienso permitir que pase…
·
Sí,
sí que podría llegar a serlo, sí. A la marquesa no le va a gustar en absoluto
la situación que se podría generar… -replicó el príncipe Jhored.
·
Creo
Alteza, que ambos sabemos muy bien desde que sabemos que se aceptó esta
invitación, que en esta boda van a ocurrir muchas cosas que a la Marquesa
Kilara no le van a gustar en absoluto. Y también sabemos los dos, que como se
entere algún día de la verdadera naturaleza de nuestra presencia aquí y el
porqué de verdad se permite su presencia en esta ceremonia, usted va a tener un
buen montón de problemas con ella…
El
príncipe Jhored no hizo comentario alguno a la respuesta de Selena, contaba de
antemano con el hecho de que ella se diese cuenta de una parte de lo que
ocurriría en esa boda aun sin esta complicación añadida, y esperaba muy
sinceramente, que no fuese capaz de hacerse una idea global de la situación
completa o tendría verdaderos problemas con ella. El motivo por el cual Selena
quería un Superacorazado sobre sus cabezas era obvio, con dicha nave tendría a
su disposición instantánea, Cazas estelares, Bombarderos y sobre todo, lanzaderas
de Asalto con sus correspondientes
Marines de la Flota con los que llenarlas. Si no recordaba mal, el
Superacorazado “Punto Blanco” contaba en sus entrañas con cuatro Regimientos
completos de Marines, una compañía de Marines de Asalto, ocho Lanzaderas de
Transporte y tres de Asalto. Sin duda Selena se había agenciado un pequeño
ejército con su correspondiente potencia aérea al que poder echar mano ya que
no tendría al “Represor” sobre sus cabezas el 100% del tiempo…
Y
sobre la situación que tendría tras el compromiso… Jhored sabía que de todos
modos habría problemas con su prometida. Kilara había reaccionado muy bien a
todos los cambios que se habían introducido en su vida durante estos meses de
preparación para sus nuevas responsabilidades, había sido una alumna diestra,
capaz y entusiasta. Pero en su opinión, no había terminado de hacerse una idea
veraz de como cambiaría su vida tras casarse con él, y esta boda de su amiga,
justo un par de días o tres después de hacerse público el compromiso de ambos apropósito,
con el único fin de aprovechar la coyuntura, creía que sería un magnifico toque
de atención y una adecuada dosis de “realidad”.
Contra
lo que pudiese pensar Selena, ya contaba de antemano con la excepcional
circunstancia de la importancia de la otra boda que se celebraba justo al lado
de donde ellos estarían, pero se debía confesar a si mismo que se le había
escapado el “asunto” de la seguridad de la misma que también había visto Selena,
y que les crearía “problemas” antes de lo previsto. Según lo veían, tanto
Jhored como el propio Emperador, el principal problema de Kilara a estas
alturas, es que se había ofuscado con la coletilla de “consorte” en relación a
su futuro estatus, y pese a saberlo de sobra gracias a sus estudios de este
tiempo, no era completamente consciente en realidad de lo engañoso que era ese
término, o de las consecuencias que podría aparejar el día de mañana para ella.
CONTINUARA
Sistema Scarrat: Sistema estelar elativamente cercano a la
frontera de las colmenas Karasasn en el 8º Cuadrante Militar de la
Confederación Imperial. Lugar de residencia y nacimiento de Thelma Maringord, la
mejor amiga de Kilara Volterra, y de su marido, Doken de Alornerad.
Ufff que momento mas esperado el seguir leyendo esta historia.
ResponderEliminarTe felicito por un excelente mundo y por la forma de expresarlo.
Saludos desde Chile
Claudio
Claudio muchas gracias por tus comentarios, me encanta que la serie te guste. Lamento no poder publicar tan seguido en esta serie, pero debo de llevar mucho cuidado con la línea argumental temporal en los personajes, lo que me ralentiza bastante. Sumarle a ello el escaso tiempo del que dispongo, y lamentablemente es lo que hay.
ResponderEliminarUn abrazo, espero que disfrutéis de este nuevo libro.
Gracias por un nuevo libro de la Confederación Imperial Galáctica.
ResponderEliminarUn saludo y hasta pronto.
Fdo... Jubilado.
Un saludo , y gracias por compartir esta increible historia desde colombia esperando por mas
ResponderEliminarMuchas gracias. No sabes este tiempo que nos has tenido a oscuras !a de veces que he entrado a ver si te habías acordado de tus fans.
ResponderEliminarTe conocí por Todo relatos y me enganchaste con Val, luego descubrí esta serie cuando la iniciastes y desde entonces soy un fiel seguidor tuyo.