lunes, 14 de abril de 2014

                            Confederación Imperial Galáctica

Libro - 4

Estabilidad


1




Fecha estelar - 5328
6º Cuadrante Militar del Imperio
Sistema Thethis
Planeta Thethis IV
A bordo de la nave insignia “Represor”

Tras la guerra y nuestra contundente victoria que termino con las Flotas Razors y Corix, la Mancomunidad Federada de Vega cayó sobre los Territorios Razors, absorbiendo buena parte de ellos. Si nosotros ocupamos la mitad del Territorio Corix y un tercio del Territorio Razors, la Mancomunidad ocupo otro Tercio al menos del territorio de estos últimos, conteniendo estos, al contrario del que ocupamos nosotros, algunos de los planetas más poblados. Tras la guerra decidí que la mejor opción para maximizar nuestros recursos en caso de guerra era reorganizar los diferentes Cuadrantes Militares de la Confederación Imperial, de forma que cada Cuadrante únicamente tuviese, dentro de lo posible, Frontera con una única potencia Ajena.


Sin embargo, entre el 2º con su frontera con la Mancomunidad Federada de Vega y el 6º Cuadrante con su frontera con La Liga de Mundos Libres, existe un gigantesco punto ciego en las fronteras de ambos Cuadrantes, se trata de la “Nébula Tarkhana”. Un espacio no reclamado por nadie que hace de frontera natural entre La Confederación Imperial Galáctica, La Mancomunidad Federada de Vega, La Liga de Mundos Libres y la Republica Tarkhana, que ocupa el espacio opuesto de la Nébula con respecto a la Confederación Imperial. El espacio de la Nébula es una zona donde no funcionan los sensores, ni los visores ópticos más allá de unas pocas decenas de kilómetros, ni las comunicaciones, ni prácticamente nada de nada, por lo que es una trampa mortal para quien quiera internarse en ella.
Sin embargo, en la Nébula existían dos gigantescos monstruos, sendos agujeros Negros, Escila y Caribdis, los más grandes jamás descubiertos en la Galaxia, al punto que incluso a través de la Nébula los sistemas de las naves eran capaces de detectar su presencia y trazar rutas usándolos como referencia. Caribdis se encuentra en el vértice de la frontera entre la Confederación Imperial y La Liga de Mundos Libres, mientras que Escila esta justo en el vértice opuesto, en la Nébula, entre la Mancomunidad Federada de Vega y la Republica Tarkhana, cada uno se encuentra en el extremo opuesto de la Nébula con respecto al otro, algo que siempre ha intrigado a los científicos por la cuasi perfección de su situación en la Nébula con respecto a su homologo. Desde siempre, las flotas de defensa de los cuatro estados fronterizos con la Nébula han tratado de crear cartas de navegación por su interior, no consiguiendo nada valido o seguro para moverse en un área de unos pocos miles de millones de kilómetros de sus fronteras… Más allá de eso… bueno, se podía decir que la Nébula era quien imponía su ley…
Nos encontrábamos en el Sistema Thethis, orbitando Thethis IV, Sede de una de las Academias Imperiales para oficiales de la Flota, esperando al responsable de la Novena Sección de Inteligencia, que regresaba a la Flotilla después de representar a su Alteza Imperial en la reunión anual del Gran Consejo de estado. Los generales Mao y Gzak se repartían desde la guerra el mando sobre la Novena Sección de Inteligencia, mientras uno permanecía al lado del Emperador, el otro estaba junto a su Alteza Imperial, en esta ocasión de acuerdo son su rotación particular, el agraciado en la Flotilla del Represor era el General Mao y le había caído encima un muerto de los gordos. De hecho, ya estaba sudando, y eso que aún no había partido su lanzadera desde la dársena con destino al Represor...
El General Mao sabía que era portador de malas noticias, y eso era algo que todo el mundo procuraba evitar tener que dar a su Alteza. Pero este temor no era porque fuese de los que lo pagaban con los mensajeros, sino por su tendencia a hacer preguntas cuanto menos “incomodas” o para las que no se tenía respuesta preparada era ya legendaria, y a más de uno o de dos le había costado el puesto esta peculiaridad. El General con todo el tiempo que llevaba a su servicio, tenía más o menos definido por donde podría salirle su alteza, y había una o dos cuestiones en las que preferiría no tener que responder sus más que probables preguntas, y en una de ellas, ni decírselo siquiera, porque no, no le iba a hacer la menor gracia.
Cuando la lanzadera del General Mao entro en su dársena su Alteza se levantó de su asiento en el puente de Mando del Represor para dirigirse a sus aposentos, pero antes de irse, dirigió una mirada especulativa a la Almirante Kasinhs. Esta parecía está enfrascada en su terminal de mando, concretamente en la pantalla táctica, antes de irse le hizo un gesto al Comodoro Robert, segundo al mando de la Almirante, para que no la molestase y esperase a que ella diese las órdenes oportunas para poner la flotilla en marcha. El Príncipe Jhored era plenamente consciente de que cuando Tanya, la Almirante Kasinhs, se aislaba de ese modo, como para no darse cuenta de que se marchaba del puente, es que algo habría visto ahí afuera… lo que solía indicar, problemas.
Cuando su Alteza entro en su despacho personal, se encontró allí esperando al General Mao, este se levantó y se puso firme, viéndose el Príncipe a hacerle una seña de que se relajase, luego indico también con un gesto a Selena, su guardaespaldas, que se acomodase donde quisiese, sabiendo de sobra que esta permanecería en pie en alguna esquina, intentando convertirse en una parte más del mobiliario. Se dio cuenta en seguida de que el General Mao tenía que comunicarle algo que no le iba a gustar escuchar, no había más que mirarle, estaba frio como el hielo, hipercontrolado, lo que en el significaba que algo iba mal… No pudo evitar sonreír irónico para si al pensar que precisamente en el General, el no mostrar el menor gesto indicativo de nada, precisamente era una pista en si de lo que ocurría.
-      Y bien General, ¿Cómo estuvo la reunión?
-      Muy bien Alteza, se trataron los temas que esperábamos…
-      Supongo que nadie me echó de menos, ¿verdad? –sonrió irónico.
-      No Alteza, como bien dice, no le echaron de menos, incluso diría que se escapó algún suspiro de alivio cuando explique que no podría asistir y yo le representaría… -también el General sonrió con ironía.
-      Bueno Mao… ¿Qué me tienes que decir que no me va a gustar?
-      Alteza –suspiro meneando la cabeza-, no sé bien como decirle esto… pero se ha presentado una petición formal para… ehhhh… digamos que garantizar la “estabilidad” del trono.
-      Vamos, traduciendo tu diplomática explicación, que me quieren casar, ¿o me equivoco?
-      No Alteza, no se equivoca, han abogado ante el Emperador para que su Alteza siente la cabeza de una vez y de un sucesor lo antes posible, estiman que va siendo necesario ir pensando ya en ello. Aquí está la “lista de candidatas” –dijo a la vez que enviaba dichos datos al terminal de su Alteza.
-      Bien, bien, bien… -dijo mientras miraba los datos pensativo-, veo que una vez más te has adelantado a mi más que previsible petición, y has incluido quien ha propuesto abiertamente a cada candidata, de quien se sospecha que apoye en la sombra, más una somera información sobre cada una de ellas y su linaje.
-      Si Alteza, supuse que le gustaría conocer esos detalles…
-      Sí, es lo que más me gusta de trabajar contigo o con Gzak, que me dais lo que quiero sin tener que pedíroslo, aunque eso me quite gran parte del placer de poder daros algún susto que otro –sonrió.
-      Lo lamento Alteza, pero abusando de la confianza que me otorgáis, os diré que tanto mi compañero como yo, os aseguramos que nos alegramos mucho de evitar… “esas sorpresas”
Selena en su esquina sonrió para sí, también ella desde el momento en que el General dijo lo de casarse, sabía lo que su Alteza pediría de inmediato si la información no le era facilitada, también era consciente de que sería muy extraño que el General no se adelantase a la petición, ella también opinaba como ambos hombres, era preferible no sufrir en carne propia esas “sorpresas” por parte de su Alteza. Por otro lado, al igual que el General y pese a que su Alteza no exteriorizaba nada, sabía que estaba considerablemente enfadado con la noticia.
Su Alteza dejo momentáneamente aparcado el asunto para atender al resto de cuestiones que el General le traía. A medida que el General iba detallando asunto tras asunto, Selena espero pacientemente a que se decidiese a darle la siguiente mala noticia a su Alteza, el General seguía sin “mostrar nada”, y al igual que su Alteza, ella conocía lo que quería decir eso en el General, que aún quedaba por tratar algo que a este no le iba a gustar escuchar. Cuando por fin el General lo expuso Selena estuvo a punto de atragantarse, también vio por una fracción de segundo la sorpresa reflejada en el rostro de su Alteza… para después durante otra fracción se segundo mostrar el nivel de enfado que tenía encima…
El General le acababa de informar a su Alteza, que por orden del Emperador, estaba oficialmente de “vacaciones”, y que tanto Selena, su jefa de Escoltas, como la Almirante Kasinhs, recibirían instrucciones detalladas sobre ese tiempo y que hacer, o mejor dicho como le explico el General, que no permitirle hacer a su Alteza.
-      ¿Y supongo que tú también tendrás tus ordenes al respecto, no?
-      Exactamente Alteza, también las tengo, además debo de señalarle que me las especifico el propio Emperador personalmente.
-      Ya… Supongo que no me podrás…
-      No Alteza, fue muy “claro” con eso, mis órdenes no están sujetas a debate, a razonamiento, e incluso a su conocimiento “exacto” por parte de su Alteza. Eso sí, considero mi obligación informarle, que posiblemente tanto la Coronel Selena como la Almirante Kasinhs, reciban también las mismas instrucciones con respecto a las suyas.
-      Vamos, que voy a tener vacaciones si o si, ¿no?
-      Eso es Alteza, desde este mismo momento, tras informarle de ello, está usted de naciones, además acabo también de proceder al envió prioritario de sus órdenes tanto a la Almirante como a la Coronel aquí presente.
-      Lo acabo de recibir –señalo Selena, mientras leía las mismas en su terminal portátil, tras unos segundos-. Bien, Alteza, le informo que desde este mismo instante tiene limitación de movimientos…
-      ¿Y eso que quiere decir exactamente? –pregunto su Alteza volviéndose para mirar a Selena.
-      Significa que tanto la Almirante como yo, decidiremos si el destino que su Alteza elija para pasar las vacaciones es “adecuado” o no. Y sabe de sobra a que me refiero por adecuado, no pasara como la última vez que tuvo que “descansar” por expreso deseo de su Majestad.
Su Alteza no pudo evitar sonreír para sí mismo. Las ultimas “vacaciones” que fue obligado a tomar, aprovecho para dirigirse a uno de los Planetas más conflictivos de los nuevos territorios. Los delitos en su principal ciudad y capital se salían de toda escala, Drogas, Armas, asesinatos, tráfico de todo lo traficable que supusieran fuertes ganancias, etc… las autoridades se mostraban impotentes para hacerle frente. Actualmente el planeta era como una balsa de aceite, no es que no siguiese habiendo delitos, pero desde luego, estaba al mismo nivel que en el resto de la Confederación Imperial, la situación se mantenía bajo control de las autoridades.
En ese planeta las autoridades sabían quién era cada quien, pero no conseguían pruebas para poder procesar a los jefes… Él había solucionado el problema en los diez días que estuvo presente allí, había reunido todo el material que las autoridades tenían sobre quien era cada quien, delitos, etc… Fueron ocho días de estudio y planificación, tras estos los dos últimos dedicados al desarrollo de esos mismo planes. Usando su autoridad para anular las leyes civiles y pasar a la jurisdicción Militar, uso a los Marines de Asalto de la Flota para realizar… “las detenciones”, desgraciadamente para los delincuentes un Marine no es un policía, y frente a estos iban agentes de la Guadaña que no se cortaban ni medio pelo en ordenar disparar sin hacer prisioneros... Incluso en un par de ocasiones concretas, el personalmente ordeno un bombardeo orbital de la flota sobre “instalaciones” delictivas que habían sido adecuadamente pertrechadas por sus miembros para evitar asaltos “policiales”, el bombardeo orbital sobre ella enterró vivos a todos los miembros situados en ese momento en el interior.
El resultado final fueron unos doscientos arrestados, de los que unos noventa fueron ejecutados en un plazo de doce horas, y más de tres mil muertos por enfrentarse con los Marines o la policía, que cuando había un miembro de la Guadaña con ellos imitaron a los Soldados no haciendo “detenciones” tampoco. Cuando un delincuente disparaba a la policía, si veía la cosa muy mal, tiraba su arma y se entregaba, cuando les ocurrió eso con los Marines, estos se limitaban a matarlos en el acto, tras el primer disparo, no admitían rendiciones de nadie por orden Imperial, y si por mala suerte iba alguien de la Guadaña, la cosa terminaba considerablemente peor que eso. Murieron varios rehenes que fueron tomados por delincuentes, pero todos y cada uno de los asesinos fueron capturados con vida y enviados por orden de su Alteza a las prisiones Imperiales de Hibernia o Infierno con órdenes específicas de que superaran vivos como mínimo, los dos primeros años de condena, pero aclarando también, que no tenía el menor interés en si pasado ese plazo salían vivos de su condena o no, lo que en dichas prisiones era casi una sentencia de muerte asegurada… podéis suponer las condiciones en ellas para que el castigo fuese el periodo de “vida seguro”. Las órdenes del Emperador, estaban claramente dirigidas a evitar nuevas distracciones de ese u otro estilo similar durante el periodo de “descanso” de su Alteza Imperial.
Tras la reunión un pensativo Príncipe Jhored regreso al puente de mando del Represor seguido por una más que divertida Selena, que solo tenía que mirarle para saber que su cabeza en esos instantes estaría dándole vueltas a como “esquivar” los buenos deseos del Emperador, y ella junto con la Almirante serían las encargadas reales de frustrar esos “planes” de su Alteza, porque estaba segura, de que algo intentaría, o no sería él.
Cuando el Príncipe entro en el puente, vio como la Almirante seguía enfrascada en los suyo, sin decir nada se sentó en su asiento e hizo una pequeña comprobación en el sistema, viendo que sí, que la Almirante pese a estar completamente abstraída en lo que fuese que estaba mirando, si había tenido tiempo para leer las órdenes impartidas sobre sus… “vacaciones”. Se decidió a interrumpirla…
-      Almirante, ¿pasa algo?
-      ¡¡Ehhh!, no Alteza, nada… ¿Qué destino desea tomar? –se volvió a preguntar.
-      Ahora lo vemos, pero primero, ¿Qué era lo que miraba con tanto detenimiento?
Como respuesta, la Almirante abrió el visor tridimensional de táctica en el que puso la imagen del sistema Thethis, luego hizo que apareciera todo el tráfico existente en el mismo, para después centrar la imagen en un cuadrante alejado de los principales planetas. Una vez centrada la imagen señalo un carguero de los tres que en ese momento circulaban por allí… Según los datos que obtuvo su Alteza, ese carguero estaba listo para realizar el salto hasta su próxima parada, se trataba del Sistema Fronterizo “Tione”.
-      No veo nada raro…
-      Es su ruta Alteza, no me cuadra con lo que declara, según sus registros el destino final es “Kilmart” en la Liga de Mundos Libres… es un transporte directo sin paradas entre origen y destino…
-      ¡¡Ahhh!!, ya veo, una bonita vuelta la que da por esta ruta… No tiene sentido…
-      No Alteza, no si va a “Kilmart”, no me cuadra… Además, según los registros se ha estado desplazando por el Sistema Thethis durante 73 horas dando un rodeo, cuando con veinte le hubiesen bastado para entrar en zona de salto válida para “Tione”, esta demora solo significa perder tiempo…
-      Sí, no tiene explicación, solo incrementa sus gastos y reduce los beneficios. Y ya veo lo que me quiere decir, el rodeo le ha permitido evitar zonas de tráfico y permanecer en una zona Gris para los sensores del Sistema…
-      Eso es, y si hago una extrapolación de su posible salida en “Tione”… mire señor… -dijo ejecutando un programa de simulaciones de rutas.
-      ¡¡¡Uhmmm!!!, ya veo, de nuevo en zonas Grises… Desde ese sector donde emergerá al espacio normal, su siguiente salto evidente y lógico sería hacia La Liga de Mundos Libres, pero si no quisiéramos ser evidentes o lógicos…
-      Eso es Alteza, exactamente eso… “Caribdis”… la posición estimada de salida no permitirá a los sensores detectar con seguridad el punto de destino marcado por su ruta al 100%… La atracción de Caribdis en esa zona los distorsiona creando en torno a un 10 u 13% de error de datos, no obstante sí que darían el destino más probable en función de la ruta trazada desde ahí hacia su punto final.
-      Y cualquier indicación de una nave saltando sobre la región “Caribdis” seria tomada como un error y corregida de inmediato por el resultado evidente dentro de la Liga… -concluyo su Alteza.
-      Así es señor, ese carguero me huele muy mal… -dijo mirando el visualizador, que en ese momento mostraba como este desaparecía al saltar hacia su próxima parada declarada en el sistema “Tione”.
-      Muy bien, vamos a seguir su intuición… como supongo que no me permitirán mover toda la Flota, envíen a la “Jade”, al “Dardo”, al “Daga” y al “Vengador” tras ese Carguero. Que lo mantengan bajo vigilancia y averigüen el punto exacto de destino de su próximo salto…
-      A sus órdenes Alteza –respondió una sonriente Almirante, mientras procedía a dar las instrucciones oportunas.
Su Alteza se recostó en su asiento pensativo. Con la Corbeta de Exploración “Jade” hubiese sido suficiente para lo que quería saber, para sus poderosos sensores averiguar lo que quería seria coser y cantar pese a Caribdis, pero había preferido añadir la presencia a su lado de los Destructores “Daga” y “Dardo”, así como del Crucero de Batalla “Vengador” para darles potencia de ataque. Era una posibilidad algo remota y no lo esperaba, pero era mejor tomar precauciones por si surgían problemas o debía de tomar la decisión de que lo interceptaran si veían algo que lo hiciese necesario. Se quedó pensativo unos instantes más, después de ello se incorporó manipulando rápidamente su terminal, solicitando cierto datos sobre una nave concreta, al obtenerlos sonrió y procedió al envío de nuevas órdenes para ella. Se relajó de nuevo tras finalizar el proceso y se dispuso a esperar a que la “UEP Estrella Oscura” confirmase la recepción de las mismas y que el Almirante Stratos estableciese personalmente comunicación con él.
Y ahora era hora de enfrentar su siguiente decisión, tendría que indicar a la Almirante y compañía donde pasaría sus… “vacaciones”, pero antes harían una parada en Targus VII para esperar el retorno a la flota de las cuatro naves que habían partido tras el carguero.
-      Almirante ponga rumbo a Targus VII y notifique al “Vengador” que se reúnan allí con nosotros tan pronto como terminen con su misión.
-      Si Alteza… Navegación, proceda -se volvió al Príncipe y en voz baja-. Señor, no sería mejor ir directos a la Base de la Flota en Targus III.
-      No, prefiero mantenernos al margen. Si aparecemos por la principal base de la Flota en el Cuadrante, seguro que a alguien se le ocurre prepararme alguna recepción, y sabe usted que las odio… además estoy oficialmente de vacaciones según ustedes, de modo…
-      Entendido Alteza, Targus VII –no pudo evitar una sonrisita ante las razones esgrimidas.
Lo cierto es que era una argucia por parte del Príncipe para ganar algo de tiempo, necesitaba pensar con calma donde poder pasar sus “vacaciones”, y esta espera le concedería al menos seis o siete días de tranquilidad. Se levantó de su sitio marchándose de inmediato a sus habitaciones, donde nada más llegar, ocupo su sitio ante la terminal, empezando con la búsqueda del lugar ideal para su “descanso”. En realidad, en esta ocasión sí que le apetecía un lugar tranquilo, en medio de la naturaleza, en un planeta poco habitado… Las mejores opciones, o por lo menos las más plausibles de ser aceptadas por Selena, Tanya y Mao, estaban todas en el Primer Cuadrante Militar, Técnicamente por su situación era el más seguro para él de toda la Confederación Imperial, cosa que no es que le hiciese tilín precisamente.
Una vez que la lista de lugares estuvo preparada, se centró en las candidatas, o más bien, en los informes que sobre ellas había pedido a Inteligencia casi tres semanas antes, consciente de que se estaba cociendo la propuesta para su “boda”. Lo que en este caso quería saber, aparte de todo lo posible sobre las probables candidatas, era quien estaría detrás de cada una de ellas, pero no de quien sería la persona visible, sino quien manejaría de verdad los hilos en la sombra. Otra cosa que el Príncipe Jhored tenía muy claro, es que si las que presentaban estaban entre las que él creía, es que pese a todo lo que ya había demostrado, aun le seguían subestimando gravemente… Un error, del que por cierto, procuraría no sacar a nadie si podía evitarlo.



CONTINUARA


9 comentarios:

  1. Fabulosooooo......
    Meses de espera valieron la pena maravilloso..... Esperemos que los proximos capitulos del libro no se hagan esperar.

    Un abrazo y saludos

    Claudio

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  2. Genial, como siempre.
    Ahora a esperar, a ver si el príncipe se nos casa, aunque me da a mi que alguien intentará jugársela.

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  3. Eso, eso... a ver si colocamos el niño, je je.
    Gracias por continuar esta increible historia.
    Un saludo y hasta pronto.

    Jubilado.

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  4. Me alegro que os haya gustado este primer capítulo. El problema de esta serie como ya os dije, es que los personajes se entremezclan constantemente, y a medida que avanzo con los libros, debo de ir con muchísimo mas cuidado. El Libro ya os digo que lo tengo completamente terminado, así que a medida que vaya teniendo tiempo para poder corregir los borradores lo iré publicando, sin dejar de lado TR y lo que allí tenga a medias, claro...

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  5. Buenisimo, espero la continuacion asi como la que tienes en TR.

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  6. Muchas gracias por compartirlo Shadow.

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  7. Muchas gracias Sr. Sombra por hacernos pasar un rato muy agradable leyéndote, eres un gran escritor.

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