Confederación Imperial Galáctica
Libro - 4
Estabilidad
1
Fecha estelar - 5328
6º Cuadrante Militar del Imperio
Sistema Thethis
Planeta Thethis IV
A bordo de la nave insignia “Represor”
Tras la guerra y nuestra contundente
victoria que termino con las Flotas Razors y Corix, la Mancomunidad Federada de
Vega cayó sobre los Territorios Razors, absorbiendo buena parte de ellos. Si
nosotros ocupamos la mitad del Territorio Corix y un tercio del Territorio
Razors, la Mancomunidad ocupo otro Tercio al menos del territorio de estos
últimos, conteniendo estos, al contrario del que ocupamos nosotros, algunos de los planetas más
poblados. Tras la guerra decidí que la mejor opción para maximizar
nuestros recursos en caso de guerra era reorganizar los diferentes Cuadrantes
Militares de la Confederación Imperial, de forma que cada Cuadrante únicamente
tuviese, dentro de lo posible, Frontera con una única potencia Ajena.
Sin embargo, entre el 2º con su frontera
con la Mancomunidad Federada de Vega y el 6º Cuadrante con su frontera con La
Liga de Mundos Libres, existe un gigantesco punto ciego en las fronteras de
ambos Cuadrantes, se trata de la “Nébula Tarkhana”. Un espacio no reclamado por
nadie que hace de frontera natural entre La Confederación Imperial Galáctica,
La Mancomunidad Federada de Vega, La Liga de Mundos Libres y la Republica
Tarkhana, que ocupa el espacio opuesto de la Nébula con respecto a la
Confederación Imperial. El espacio de la Nébula es una zona donde no funcionan
los sensores, ni los visores ópticos más allá de unas pocas decenas de
kilómetros, ni las comunicaciones, ni prácticamente nada de nada, por lo que es
una trampa mortal para quien quiera internarse en ella.
Sin embargo, en la Nébula existían dos
gigantescos monstruos, sendos agujeros Negros, Escila y Caribdis, los más
grandes jamás descubiertos en la Galaxia, al punto que incluso a través de la
Nébula los sistemas de las naves eran capaces de detectar su presencia y trazar
rutas usándolos como referencia. Caribdis se encuentra en el vértice de la
frontera entre la Confederación Imperial y La Liga de Mundos Libres, mientras
que Escila esta justo en el vértice opuesto, en la Nébula, entre la
Mancomunidad Federada de Vega y la Republica Tarkhana, cada uno se encuentra en
el extremo opuesto de la Nébula con respecto al otro, algo que siempre ha
intrigado a los científicos por la cuasi perfección de su situación en la
Nébula con respecto a su homologo. Desde siempre, las flotas de defensa de los
cuatro estados fronterizos con la Nébula han tratado de crear cartas de
navegación por su interior, no consiguiendo nada valido o seguro para moverse
en un área de unos pocos miles de millones de kilómetros de sus fronteras… Más
allá de eso… bueno, se podía decir que la Nébula era quien imponía su ley…
Nos encontrábamos en el Sistema Thethis,
orbitando Thethis IV, Sede de una de las Academias Imperiales para oficiales de
la Flota, esperando al responsable de la Novena Sección de Inteligencia, que
regresaba a la Flotilla después de representar a su Alteza Imperial en la
reunión anual del Gran Consejo de estado. Los generales Mao y Gzak se repartían
desde la guerra el mando sobre la Novena Sección de Inteligencia, mientras uno permanecía
al lado del Emperador, el otro estaba junto a su Alteza Imperial, en esta
ocasión de acuerdo son su rotación particular, el agraciado en la Flotilla del
Represor era el General Mao y le había caído encima un muerto de los gordos. De
hecho, ya estaba sudando, y eso que aún no había partido su lanzadera desde la
dársena con destino al Represor...
El General Mao sabía que era portador de
malas noticias, y eso era algo que todo el mundo procuraba evitar tener que dar
a su Alteza. Pero este temor no era porque fuese de los que lo pagaban con los
mensajeros, sino por su tendencia a hacer preguntas cuanto menos “incomodas” o
para las que no se tenía respuesta preparada era ya legendaria, y a más de uno o
de dos le había costado el puesto esta peculiaridad. El General con todo el
tiempo que llevaba a su servicio, tenía más o menos definido por donde podría
salirle su alteza, y había una o dos cuestiones en las que preferiría no tener
que responder sus más que probables preguntas, y en una de ellas, ni decírselo
siquiera, porque no, no le iba a hacer la menor gracia.
Cuando la lanzadera del General Mao entro
en su dársena su Alteza se levantó de su asiento en el puente de Mando del
Represor para dirigirse a sus aposentos, pero antes de irse, dirigió una mirada
especulativa a la Almirante Kasinhs. Esta parecía está enfrascada en su
terminal de mando, concretamente en la pantalla táctica, antes de irse le hizo
un gesto al Comodoro Robert, segundo al mando de la Almirante, para que no la
molestase y esperase a que ella diese las órdenes oportunas para poner la
flotilla en marcha. El Príncipe Jhored era plenamente consciente de que cuando
Tanya, la Almirante Kasinhs, se aislaba de ese modo, como para no darse cuenta
de que se marchaba del puente, es que algo habría visto ahí afuera… lo que solía
indicar, problemas.
Cuando su Alteza entro en su despacho
personal, se encontró allí esperando al General Mao, este se levantó y se puso
firme, viéndose el Príncipe a hacerle una seña de que se relajase, luego indico
también con un gesto a Selena, su guardaespaldas, que se acomodase donde
quisiese, sabiendo de sobra que esta permanecería en pie en alguna esquina,
intentando convertirse en una parte más del mobiliario. Se dio cuenta en
seguida de que el General Mao tenía que comunicarle algo que no le iba a gustar
escuchar, no había más que mirarle, estaba frio como el hielo, hipercontrolado,
lo que en el significaba que algo iba mal… No pudo evitar sonreír irónico para
si al pensar que precisamente en el General, el no mostrar el menor gesto
indicativo de nada, precisamente era una pista en si de lo que ocurría.
- Y bien General, ¿Cómo estuvo la reunión?
- Muy bien Alteza, se trataron los temas que
esperábamos…
- Supongo que nadie me echó de menos, ¿verdad? –sonrió
irónico.
- No Alteza, como bien dice, no le echaron de
menos, incluso diría que se escapó algún suspiro de alivio cuando explique que
no podría asistir y yo le representaría… -también el General sonrió con ironía.
- Bueno Mao… ¿Qué me tienes que decir que no me va
a gustar?
- Alteza –suspiro meneando la cabeza-, no sé bien
como decirle esto… pero se ha presentado una petición formal para… ehhhh…
digamos que garantizar la “estabilidad” del trono.
- Vamos, traduciendo tu diplomática explicación,
que me quieren casar, ¿o me equivoco?
- No Alteza, no se equivoca, han abogado ante el
Emperador para que su Alteza siente la cabeza de una vez y de un sucesor lo
antes posible, estiman que va siendo necesario ir pensando ya en ello. Aquí está
la “lista de candidatas” –dijo a la vez que enviaba dichos datos al terminal de
su Alteza.
- Bien, bien, bien… -dijo mientras miraba los datos
pensativo-, veo que una vez más te has adelantado a mi más que previsible petición,
y has incluido quien ha propuesto abiertamente a cada candidata, de quien se
sospecha que apoye en la sombra, más una somera información sobre cada una de
ellas y su linaje.
- Si Alteza, supuse que le gustaría conocer esos
detalles…
- Sí, es lo que más me gusta de trabajar contigo o
con Gzak, que me dais lo que quiero sin tener que pedíroslo, aunque eso me
quite gran parte del placer de poder daros algún susto que otro –sonrió.
- Lo lamento Alteza, pero abusando de la confianza
que me otorgáis, os diré que tanto mi compañero como yo, os aseguramos que nos
alegramos mucho de evitar… “esas sorpresas”
Selena en su esquina sonrió para sí,
también ella desde el momento en que el General dijo lo de casarse, sabía lo
que su Alteza pediría de inmediato si la información no le era facilitada,
también era consciente de que sería muy extraño que el General no se adelantase
a la petición, ella también opinaba como ambos hombres, era preferible no
sufrir en carne propia esas “sorpresas” por parte de su Alteza. Por otro lado,
al igual que el General y pese a que su Alteza no exteriorizaba nada, sabía que
estaba considerablemente enfadado con la noticia.
Su Alteza dejo momentáneamente aparcado
el asunto para atender al resto de cuestiones que el General le traía. A medida
que el General iba detallando asunto tras asunto, Selena espero pacientemente a
que se decidiese a darle la siguiente mala noticia a su Alteza, el General
seguía sin “mostrar nada”, y al igual que su Alteza, ella conocía lo que quería
decir eso en el General, que aún quedaba por tratar algo que a este no le iba a
gustar escuchar. Cuando por fin el General lo expuso Selena estuvo a punto de
atragantarse, también vio por una fracción de segundo la sorpresa reflejada en
el rostro de su Alteza… para después durante otra fracción se segundo mostrar
el nivel de enfado que tenía encima…
El General le acababa de informar a su
Alteza, que por orden del Emperador, estaba oficialmente de “vacaciones”, y que
tanto Selena, su jefa de Escoltas, como la Almirante Kasinhs, recibirían
instrucciones detalladas sobre ese tiempo y que hacer, o mejor dicho como le
explico el General, que no permitirle hacer a su Alteza.
- ¿Y supongo que tú también tendrás tus ordenes al
respecto, no?
- Exactamente Alteza, también las tengo, además debo
de señalarle que me las especifico el propio Emperador personalmente.
- Ya… Supongo que no me podrás…
- No Alteza, fue muy “claro” con eso, mis órdenes
no están sujetas a debate, a razonamiento, e incluso a su conocimiento “exacto”
por parte de su Alteza. Eso sí, considero mi obligación informarle, que
posiblemente tanto la Coronel Selena como la Almirante Kasinhs, reciban también
las mismas instrucciones con respecto a las suyas.
- Vamos, que voy a tener vacaciones si o si, ¿no?
- Eso es Alteza, desde este mismo momento, tras
informarle de ello, está usted de naciones, además acabo también de proceder al
envió prioritario de sus órdenes tanto a la Almirante como a la Coronel aquí
presente.
- Lo acabo de recibir –señalo Selena, mientras leía
las mismas en su terminal portátil, tras unos segundos-. Bien, Alteza, le
informo que desde este mismo instante tiene limitación de movimientos…
- ¿Y eso que quiere decir exactamente? –pregunto su
Alteza volviéndose para mirar a Selena.
- Significa que tanto la Almirante como yo,
decidiremos si el destino que su Alteza elija para pasar las vacaciones es
“adecuado” o no. Y sabe de sobra a que me refiero por adecuado, no pasara como
la última vez que tuvo que “descansar” por expreso deseo de su Majestad.
Su Alteza no pudo evitar sonreír para sí
mismo. Las ultimas “vacaciones” que fue obligado a tomar, aprovecho para
dirigirse a uno de los Planetas más conflictivos de los nuevos territorios. Los
delitos en su principal ciudad y capital se salían de toda escala, Drogas,
Armas, asesinatos, tráfico de todo lo traficable que supusieran fuertes
ganancias, etc… las autoridades se mostraban impotentes para hacerle frente.
Actualmente el planeta era como una balsa de aceite, no es que no siguiese
habiendo delitos, pero desde luego, estaba al mismo nivel que en el resto de la
Confederación Imperial, la situación se mantenía bajo control de las
autoridades.
En ese planeta las autoridades sabían
quién era cada quien, pero no conseguían pruebas para poder procesar a los
jefes… Él había solucionado el problema en los diez días que estuvo presente
allí, había reunido todo el material que las autoridades tenían sobre quien era
cada quien, delitos, etc… Fueron ocho días de estudio y planificación, tras
estos los dos últimos dedicados al desarrollo de esos mismo planes. Usando su
autoridad para anular las leyes civiles y pasar a la jurisdicción Militar, uso
a los Marines de Asalto de la Flota para realizar… “las detenciones”,
desgraciadamente para los delincuentes un Marine no es un policía, y frente a
estos iban agentes de la Guadaña que no se cortaban ni medio pelo en ordenar
disparar sin hacer prisioneros... Incluso en un par de ocasiones concretas, el
personalmente ordeno un bombardeo orbital de la flota sobre “instalaciones”
delictivas que habían sido adecuadamente pertrechadas por sus miembros para
evitar asaltos “policiales”, el bombardeo orbital sobre ella enterró vivos a
todos los miembros situados en ese momento en el interior.
El resultado final fueron unos doscientos
arrestados, de los que unos noventa fueron ejecutados en un plazo de doce
horas, y más de tres mil muertos por enfrentarse con los Marines o la policía,
que cuando había un miembro de la Guadaña con ellos imitaron a los Soldados no
haciendo “detenciones” tampoco. Cuando un delincuente disparaba a la policía,
si veía la cosa muy mal, tiraba su arma y se entregaba, cuando les ocurrió eso
con los Marines, estos se limitaban a matarlos en el acto, tras el primer
disparo, no admitían rendiciones de nadie por orden Imperial, y si por mala
suerte iba alguien de la Guadaña, la cosa terminaba considerablemente peor que
eso. Murieron varios rehenes que fueron tomados por delincuentes, pero todos y
cada uno de los asesinos fueron capturados con vida y enviados por orden de su
Alteza a las prisiones Imperiales de Hibernia o Infierno con órdenes
específicas de que superaran vivos como mínimo, los dos primeros años de
condena, pero aclarando también, que no tenía el menor interés en si pasado ese
plazo salían vivos de su condena o no, lo que en dichas prisiones era casi una
sentencia de muerte asegurada… podéis suponer las condiciones en ellas para que
el castigo fuese el periodo de “vida seguro”. Las órdenes del Emperador,
estaban claramente dirigidas a evitar nuevas distracciones de ese u otro estilo
similar durante el periodo de “descanso” de su Alteza Imperial.
Tras la reunión un pensativo Príncipe
Jhored regreso al puente de mando del Represor seguido por una más que
divertida Selena, que solo tenía que mirarle para saber que su cabeza en esos
instantes estaría dándole vueltas a como “esquivar” los buenos deseos del
Emperador, y ella junto con la Almirante serían las encargadas reales de
frustrar esos “planes” de su Alteza, porque estaba segura, de que algo
intentaría, o no sería él.
Cuando el Príncipe entro en el puente,
vio como la Almirante seguía enfrascada en los suyo, sin decir nada se sentó en
su asiento e hizo una pequeña comprobación en el sistema, viendo que sí, que la
Almirante pese a estar completamente abstraída en lo que fuese que estaba
mirando, si había tenido tiempo para leer las órdenes impartidas sobre sus…
“vacaciones”. Se decidió a interrumpirla…
- Almirante, ¿pasa algo?
- ¡¡Ehhh!, no Alteza, nada… ¿Qué destino desea
tomar? –se volvió a preguntar.
- Ahora lo vemos, pero primero, ¿Qué era lo que
miraba con tanto detenimiento?
Como respuesta, la Almirante abrió el
visor tridimensional de táctica en el que puso la imagen del sistema Thethis,
luego hizo que apareciera todo el tráfico existente en el mismo, para después
centrar la imagen en un cuadrante alejado de los principales planetas. Una vez
centrada la imagen señalo un carguero de los tres que en ese momento circulaban
por allí… Según los datos que obtuvo su Alteza, ese carguero estaba listo para
realizar el salto hasta su próxima parada, se trataba del Sistema Fronterizo
“Tione”.
- No veo nada raro…
- Es su ruta Alteza, no me cuadra con lo que
declara, según sus registros el destino final es “Kilmart” en la Liga de Mundos
Libres… es un transporte directo sin paradas entre origen y destino…
- ¡¡Ahhh!!, ya veo, una bonita vuelta la que da por
esta ruta… No tiene sentido…
- No Alteza, no si va a “Kilmart”, no me cuadra…
Además, según los registros se ha estado desplazando por el Sistema Thethis
durante 73 horas dando un rodeo, cuando con veinte le hubiesen bastado para
entrar en zona de salto válida para “Tione”, esta demora solo significa perder
tiempo…
- Sí, no tiene explicación, solo incrementa sus
gastos y reduce los beneficios. Y ya veo lo que me quiere decir, el rodeo le ha
permitido evitar zonas de tráfico y permanecer en una zona Gris para los
sensores del Sistema…
- Eso es, y si hago una extrapolación de su posible
salida en “Tione”… mire señor… -dijo ejecutando un programa de simulaciones de
rutas.
- ¡¡¡Uhmmm!!!, ya veo, de nuevo en zonas Grises…
Desde ese sector donde emergerá al espacio normal, su siguiente salto evidente
y lógico sería hacia La Liga de Mundos Libres, pero si no quisiéramos ser
evidentes o lógicos…
- Eso es Alteza, exactamente eso… “Caribdis”… la
posición estimada de salida no permitirá a los sensores detectar con seguridad
el punto de destino marcado por su ruta al 100%… La atracción de Caribdis en
esa zona los distorsiona creando en torno a un 10 u 13% de error de datos, no
obstante sí que darían el destino más probable en función de la ruta trazada
desde ahí hacia su punto final.
- Y cualquier indicación de una nave saltando sobre
la región “Caribdis” seria tomada como un error y corregida de inmediato por el
resultado evidente dentro de la Liga… -concluyo su Alteza.
- Así es señor, ese carguero me huele muy mal…
-dijo mirando el visualizador, que en ese momento mostraba como este
desaparecía al saltar hacia su próxima parada declarada en el sistema “Tione”.
- Muy bien, vamos a seguir su intuición… como
supongo que no me permitirán mover toda la Flota, envíen a la “Jade”, al
“Dardo”, al “Daga” y al “Vengador” tras ese Carguero. Que lo mantengan bajo
vigilancia y averigüen el punto exacto de destino de su próximo salto…
- A sus órdenes Alteza –respondió una sonriente
Almirante, mientras procedía a dar las instrucciones oportunas.
Su Alteza se recostó en su asiento
pensativo. Con la Corbeta de Exploración “Jade” hubiese sido suficiente para lo
que quería saber, para sus poderosos sensores averiguar lo que quería seria
coser y cantar pese a Caribdis, pero había preferido añadir la presencia a su
lado de los Destructores “Daga” y “Dardo”, así como del Crucero de Batalla
“Vengador” para darles potencia de ataque. Era una posibilidad algo remota y no
lo esperaba, pero era mejor tomar precauciones por si surgían problemas o debía
de tomar la decisión de que lo interceptaran si veían algo que lo hiciese
necesario. Se quedó pensativo unos instantes más, después de ello se incorporó
manipulando rápidamente su terminal, solicitando cierto datos sobre una nave
concreta, al obtenerlos sonrió y procedió al envío de nuevas órdenes para ella.
Se relajó de nuevo tras finalizar el proceso y se dispuso a esperar a que la
“UEP Estrella Oscura” confirmase la recepción de las mismas y que el Almirante
Stratos estableciese personalmente comunicación con él.
Y ahora era hora de enfrentar su
siguiente decisión, tendría que indicar a la Almirante y compañía donde pasaría
sus… “vacaciones”, pero antes harían una parada en Targus VII para esperar el
retorno a la flota de las cuatro naves que habían partido tras el carguero.
- Almirante ponga rumbo a Targus VII y notifique al
“Vengador” que se reúnan allí con nosotros tan pronto como terminen con su
misión.
- Si Alteza… Navegación, proceda -se volvió al
Príncipe y en voz baja-. Señor, no sería mejor ir directos a la Base de la
Flota en Targus III.
- No, prefiero mantenernos al margen. Si aparecemos
por la principal base de la Flota en el Cuadrante, seguro que a alguien se le
ocurre prepararme alguna recepción, y sabe usted que las odio… además estoy
oficialmente de vacaciones según ustedes, de modo…
- Entendido Alteza, Targus VII –no pudo evitar una
sonrisita ante las razones esgrimidas.
Lo cierto es que era una argucia por
parte del Príncipe para ganar algo de tiempo, necesitaba pensar con calma donde
poder pasar sus “vacaciones”, y esta espera le concedería al menos seis o siete
días de tranquilidad. Se levantó de su sitio marchándose de inmediato a sus
habitaciones, donde nada más llegar, ocupo su sitio ante la terminal, empezando
con la búsqueda del lugar ideal para su “descanso”. En realidad, en esta
ocasión sí que le apetecía un lugar tranquilo, en medio de la naturaleza, en un
planeta poco habitado… Las mejores opciones, o por lo menos las más plausibles
de ser aceptadas por Selena, Tanya y Mao, estaban todas en el Primer Cuadrante
Militar, Técnicamente por su situación era el más seguro para él de toda la
Confederación Imperial, cosa que no es que le hiciese tilín precisamente.
Una vez que la lista de lugares estuvo
preparada, se centró en las candidatas, o más bien, en los informes que sobre
ellas había pedido a Inteligencia casi tres semanas antes, consciente de que se
estaba cociendo la propuesta para su “boda”. Lo que en este caso quería saber,
aparte de todo lo posible sobre las probables candidatas, era quien estaría
detrás de cada una de ellas, pero no de quien sería la persona visible, sino
quien manejaría de verdad los hilos en la sombra. Otra cosa que el Príncipe
Jhored tenía muy claro, es que si las que presentaban estaban entre las que él
creía, es que pese a todo lo que ya había demostrado, aun le seguían
subestimando gravemente… Un error, del que por cierto, procuraría no sacar a
nadie si podía evitarlo.
CONTINUARA
Fabulosooooo......
ResponderEliminarMeses de espera valieron la pena maravilloso..... Esperemos que los proximos capitulos del libro no se hagan esperar.
Un abrazo y saludos
Claudio
Genial, como siempre.
ResponderEliminarAhora a esperar, a ver si el príncipe se nos casa, aunque me da a mi que alguien intentará jugársela.
Eso, eso... a ver si colocamos el niño, je je.
ResponderEliminarGracias por continuar esta increible historia.
Un saludo y hasta pronto.
Jubilado.
Me alegro que os haya gustado este primer capítulo. El problema de esta serie como ya os dije, es que los personajes se entremezclan constantemente, y a medida que avanzo con los libros, debo de ir con muchísimo mas cuidado. El Libro ya os digo que lo tengo completamente terminado, así que a medida que vaya teniendo tiempo para poder corregir los borradores lo iré publicando, sin dejar de lado TR y lo que allí tenga a medias, claro...
ResponderEliminarBuenisimo, espero la continuacion asi como la que tienes en TR.
ResponderEliminarMuchas gracias por compartirlo Shadow.
ResponderEliminarMuchas gracias Sr. Sombra por hacernos pasar un rato muy agradable leyéndote, eres un gran escritor.
ResponderEliminarCuando vuelves a publicar algo.te lo ruego
ResponderEliminarExcelente
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