viernes, 17 de mayo de 2013


                              Confederación Imperial Galáctica

Libro - 2

La Guadaña


5



Fecha estelar - 5317
2º Cuadrante Militar del Imperio
Sistema Tilkrat
Planeta Tilkrat III
Astilleros Orbitales de TilKrat

El Coronel Shoten entro en el despacho que habían puesto a mi disposición en la base, concretamente el mismo que tenía el Almirante Narrus antes de ser detenido por orden mía. Ante mi gesto de que se acomodase, el Coronel tomo asiento frente a mí, haciéndome de inmediato la típica pregunta hecha…


-      ¿Deseaba verme?
-      Así es Coronel, tengo órdenes para usted.
-      Bien, dígame entonces, ¿que he de hacer? –dijo haciendo intención de incorporarse, algo que evite con un gesto de la mano.
-      Tranquilo, que hemos de tratarlo antes de que se ponga en marcha, ya que preveo un buen número de problemas. El interrogatorio del Almirante ha arrojado un nombre en el desvío de los fondos de esas naves, el del Duque de Lenkhistels –dije mirando fijamente al coronel, que lanzo un silbido al escucharlo.
-      Joder, pues sí, sí que vamos a tener problemas, si –dijo el coronel mirándome.
-      Necesito que me lo traiga para poder interrogarle, aunque lo cierto es que eso me da igual, las pruebas conseguidas contra él son concluyentes –dije sonriendo.
-      Ya, claro, pero la policía militar no tiene jurisdicción allí abajo, deberíamos de tratar con las autoridades locales para que lo detuviesen y luego nos fuese entregado, pero… -alzo los brazos en un claro gesto.
-      Ya, pero esas autoridades no lo harán, ¿no?
-      No, la mansión donde reside su familia está en un territorio abrupto del planeta, solo existen pequeños pueblos a su alrededor, y los agentes de la ley de estos, en realidad, trabajan más para su familia que para los ciudadanos. Por mucho que queramos, no lo detendrán, es más, le pondrán sobre aviso en cuanto preguntemos por él.
-      Lo sé, por eso mismo quiero que la detención y el traslado lo hagan sus hombres, porque no me fio de las autoridades locales para este asunto.
-      En otras circunstancias le diría que no de inmediato, pero estuve estudiando los límites de su autoridad cuando llegó, y… -le interrumpí continuando su frase.
-      …ha averiguado que esta procede directamente del Emperador, y que únicamente él y su Alteza Imperial están por encima de la autoridad del SISI, ¿no?
-      Si, así es. Pero lo cierto es que es un cuerpo de nueva creación, le aviso que se agarraran a la inmunidad del Duque como Senador Confederal para hacernos frente, eso y que somos policía Militar, no tenemos autoridad ninguna en territorio civil, podrían hacernos frente impunemente con cualquiera de esas dos “excusas”.
-      ¡¡¡Ohhhh!!!, estoy completamente segura de que así será, pero antes de proceder al arresto iremos los dos primero a pedirle a los agentes de la población de la que depende la mansión de que ellos realicen el arresto, evidentemente, con nuestra ayuda.
-      El jefe de la policía se negara en redondo a acatar la orden, le pondrá alguna de ambas excusas, y después avisara de lo que ocurre al Duque, eso se lo garantizo. Tiene también su yate en el espaciopuerto que posee en sus terrenos de la mansión, según le avisen montara en él y se largara rumbo a la capital para poner al Senado en pie de guerra por el intento de detención –dijo muy serio el Coronel.
-      También lo sé Coronel, es más, ya he contado con esa posibilidad. He retenido aquí al “Vengador”, le he ordenado que se situé en órbita geoestacionaria sobre la mansión del Duque, él se encargara de detener al yate si despega.
-      Señora –empezó a decir-, no quiero llevarle la contraria, pero no podrán hacer nada, no se detendrán aunque les den el alto, no lo harán. Se escudara en su inmunidad para escapar, ese Crucero no podrá evitarlo.
-      Coronel, créame que ese Crucero de Batalla lo evitara, tiene instrucciones muy precisas para ello.
-      Pues como no sea destruyéndolo –repuso el coronel sarcástico.
-      Si es necesario… sus baterías principales son extraordinariamente precisas -deje caer, viendo como el Coronel se ponía pálido al darse cuenta de lo que quería decir.
-      Pero no puede…
-      Por supuesto que no “debo” Coronel –dije haciendo hincapié en el “debo”-, verá como si lo intenta le dan el alto y se detiene, así que no pasa nada. Pero si no lo hace… -me encogí de hombros- bueno, es su vida, está en su derecho de morir cuando él quiera.
-      Ordenare a diez de mis hombres que nos esperen en la dársena veinte con una lanzadera de ataque y armados hasta los dientes. Estaré esperándole allí señora. Ahora con su permiso, iré a hacer los preparativos.
-      Adelante coronel, no le entretengo más, yo también debo de hacer algunos preparativos antes de salir.
De lo que no le había informado al Coronel, es que entre las órdenes del Crucero, estaban las de iniciar de inmediato un bombardeo orbital sobre la mansión si recibían cierto código de emergencia por mi parte. Las instrucciones particulares de su Alteza y del Emperador habían sido claras, no querían escándalos, y no debía de temblarnos el pulso para nada a la hora de tomar decisiones “difíciles”. Lo que no le había informado al Coronel, es que para la detención, aparte de su hombres, nos acompañaría una compañía completa de Marines de la Flota de la guarnición de los astilleros con toda su potencia de fuego, sin contar con ocho Robots de Combate SKII de la dotación del módulo de mando central. Si alguien tenía la mala ocurrencia de recibirnos a disparo limpio, quería asegurarme de que no pudiese volver a repetirlo nunca más contra nadie.
 Me reuní con el Coronel y sus hombres en la dársena, este ceñudo contemplaba cuatro lanzaderas de Asalto cercanas, viendo como en ellas se introducían Marines de la Flota con sus Armaduras y en cada una de ellas, también entraban dos Robots de Combate SKII. No pregunto nada ni yo tampoco se lo dije, pero por su cara, vi que se había dado cuenta de que ese despliegue estaba relacionado con nosotros. Aún más claro le quedó cuando las cuatro, tras despegar junto a la nuestra, se pusieron en formación cerrada con nosotros, viajando juntos hacia el planeta.
La lanzadera en la que íbamos aterrizó por orden mía en medio de la calle junto con una de las otras cuatro, las tres restantes permanecieron en vuelo suspendido sobre la zona. Desembarcamos delante justo del edificio de la policía de la población… Entré en el seguido por el coronel, sus hombres y una docena de Marines de la Flota ataviados con Armadura de Combate en configuración para desembarcos. Pregunté de inmediato por el jefe de policía al primer agente con el que me encontré, indicándome con la sorpresa reflejada en la cara donde se encontraba.
Al ver aquello cuando entramos en la sala principal, salió de su despacho con cara de estar muy enojado, vino directo a por nosotros. Antes de que pudiese decir nada, use mi acreditación en un terminal, invocando a continuación mi autoridad, confirmada por el ordenador al instante, di orden de prepararse para ir a detener al Duque de Lenkhistels. Tal y como me supuse, el jefe de policía se detuvo en seco cuando vio aquello, para después echarse a reír hasta que la cara se le congestiono por las carcajadas, luego, directamente me mando a hacer puñetas. Más o menos, vino a decir que mis órdenes, y por defecto, las del Emperador, se las pasaba por sus genitales.
Avance hacia él, mientras me miraba risueño, le solté dos impresionantes guantazos que le derribaron como si fuese un muñeco, luego me incline sobre el retirándole de varios tirones violentos cualquier símbolo de autoridad de su uniforme, incluyendo retirar de su bolsillo su acreditación como agente de la ley. La cólera al sentir aquello le debió de nublar el juicio, porque su mano voló a su arma, sacándola de la funda y dirigiendo su cañón hacia mí. El infeliz no se había dado cuenta de que yo ya tenía mi arma apuntándole, justo en ese instante en que encaraba su arma hacia mí, abrí fuego con el selector a máxima potencia, directamente contra su cara, salpicando todo alrededor de restos de su cerebro al reventarle el cráneo con el disparo. Enfundando mi arma dije en voz alta mientras dirigía a mi boca un sensible micro para notas que llevaba oculto en una de las bocamangas de mi uniforme…
-      Abriendo informe de castigo sobre jefe de policía de la población de Krurtor. Incumplimiento de una orden Imperial directa por mediación de un agente del SISI, resistencia a un Agente del SISI, intento de agresión armada contra el mismo agente. Todas ellas penas capitales, por lo que se le ha ejecutado de forma inmediata. Fin del informe de actuación relativa.
Tras esto, con la voz completamente calmada di órdenes a todos los agentes allí presentes que se armasen para detener al Duque, solo permití que dos agentes permaneciesen allí. Ni uno solo de ellos se demoró para nada en el cumplimiento de mis instrucciones, al instante se montaron en sus vehículos, partiendo hacia la mansión, mientras nuestras lanzaderas se situaban sobre ellos, controlándolos. El Coronel Shoten, sus hombres y yo nos agenciamos de varios vehículos, incorporándonos al grupo policial para realizar la intervención, mientras los Marines y los SKII se mantenían en las lanzaderas de Asalto de la Flota.
Cuando llegamos di orden de que solo la policía interviniese, permaneciendo nosotros ocultos, evitando que pudiesen divisar nuestras lanzaderas, para eso las hice aterrizar antes de entrar en los terrenos de la finca. Pasó lo que supusimos, pero en este caso, fue contra la policía. Escudándose en la “Inmunidad” del Duque como Senador Confederal, nos dispararon… A los policías sus vehículos les servían de protección, igual que a nosotros, pero nuestros agresores estaban mucho mejor armados. Sonriendo hice la llamada, reclamando nuestros refuerzos… Me podía imaginar la cara de los “atacantes” cuando vieron las lanzaderas de asalto, a los Infantes de Marina de la Flota desplegándose con Armaduras de combate, pero sobre todo, al presenciar los Ocho Robots de Combate SKII que se abalanzaron contra ellos disparando a plena potencia de fuego, con sus cañones multitubo a máximo rendimiento y armados con sistemas de cohetes de trayectoria libre que lanzaron contra sus posiciones, destrozando todo a su paso.
Resulto que había una veintena de guardias protegiendo la mansión y al Duque, de ellos, once cayeron en segundos bajo el fuego combinado de los SKII. Los nueve restantes se rindieron, pero cuando salieron con los brazos en alto, los SKII los ejecutaron de inmediato por haber disparado contra nosotros, cometiendo un delito de pena de muerte al hacerlo. Les acribillaron, más de cuarenta impactos laser sobre cada uno de ellos. Nuevamente ante unos cada vez más pálidos policías y policías militares, volví a abrir un informe de incidencias sobre el suceso, relatándolo todo con voz glacial, agregando al final los cargos y ejecución de los hombres que nos habían atacado.
Desde mi posición vi como el yate del Duque despegaba del espacio puerto, rápidamente me puse en comunicación con el “Vengador”… de forma que todo el mundo allí presente pudo escucharme…
-      ¿Comandante?
-      ¿Señora?
-      Ejecute mis instrucciones por favor, ese yate no debe de escapar del planeta.
-      Si señora, así será, no saldrá.
Cruce los brazos siguiendo con la vista la estela dejada por el yate al dirigirse a toda velocidad hacia el espacio. Estaba a punto de salir de la atmosfera cuando vimos una gran explosión que lo destruía, de inmediato sonó mi comunicador.
-      Misión cumplida señora, el Duque se negó a detenerse, siguiendo sus órdenes, el yate ha sido abatido con nuestras baterías principales.
-      Bien, gracias Comandante, por favor, rastreen la zona en busca de capsulas, si localizan alguna… que no toque tierra, captúrenla o destrúyanla, lo que sea más factible –todo el mundo a mi alrededor estaba con una palidez cadavérica-.
-      Si señora.
Cuando seis horas después regrese al a base estelar, tras registrar por completo la propiedad e incautar todo lo que me pudiese ser útil para continuar con la investigación, recibí un comunicado del “Vengador”, por lo visto habían capturado una capsula de escape, en ella viajaba el propio Duque con su hijo, siguiendo mis instrucciones me los enviaron a ambos en una lanzadera. Di orden al Coronel Shoten de acompañarme a recibirlos con una escolta de Marines, incluyendo en ella dos Robots SKII. Para sorpresa de todos, nada más salir de la lanzadera, a una orden mía los marines que los escoltaban se separaron y entonces a una orden mía los SKII los acribillaron, ejecutándolos de ese modo ante todo el mundo presente allí. Lo cierto es que tenía más que suficientes pruebas para condenar a todos los implicados, incluyendo el Duque y su hijo, motivo por el que fueron acribillados por orden mía, el delito de desfalco en esas naves, estando la Confederación Imperial en Guerra, se consideraba como delito de Alta Traición, y para eso solo existía un castigo, la pena de muerte y siguiendo las directrices de su Alteza, sin la menor piedad.
Después de esto, envié al centro e inteligencia Imperial de todas las pruebas recabadas, y a mis superiores mis informes de actuación, junto con toda imagen tomada en relación a mi actuación en este caso. En cuestión de una hora recibí nuevas órdenes, debía de tomar pasaje en el Crucero de Batalla “Vengador” y de nuevo acudir al Sistema Cero para comparecer ante su Alteza Imperial. Podéis creerme si os digo que lo primero que pensé, es que se me había ido la mano, que me había jugado la cabeza y me estaban esperando allí para cortármela. Puedo decir con orgullo, que acepte mi posible castigo con entereza, creía sinceramente que lo había hecho bien, que toda mi actuación había sido en todo momento impecable acorde con las instrucciones recibidas.
Durante el viaje hasta el sistema Cero quedé sorprendida, tanto mi actuación, como la de varios otros agentes estaban en todas las noticias a lo largo y ancho de la Confederación. Me lleve las manos al a cabeza ante semejante filtración de seguridad… incluso el presidente de la mesa del Congreso Confederal, había sido ejecutado por uno de mis compañeros de barracón en plena reunión plenaria del Congreso y Senado conjuntos debido precisamente a mi ejecución del Duque, y todo ello había sido delante de las cámaras de los noticiaros, fue ejecutado en su puesto por el delito de Alta Traición al meter la mano en los fondos destinados para las familias de las bajas de la Flota. Mi compañero se había plantado ante el en plena reunión, había leído los cargos, luego la sentencia, a continuación le había volado la cabeza ante las cámaras, ante todos los espectadores y ante el propio gobierno al completo.
No sabía cómo podría haber surgido aquello, pero en ni uno solo de los noticiarios que vi, se refirieron a nosotros como el SISI, sino como “LA GUADAÑA”, acusándonos prácticamente de ser meros asesinos y ejecutores al servicio del Emperador, segando vidas como una guadaña segaba la cosecha. Se ve que debió de hacer gracia la comparación porque se había extendido por toda la Confederación como el fuego por la Yesca. Confieso que sí, cuando vi que al final nos quedábamos con el apodo de “La Guadaña”, pensé en aquella risa del Emperador y su Alteza de inmediato, supuse que de algún modo, esto debía de haber sido cosa de ellos, y ciertamente, tal y como me dijeron, ese apodo ahora mismo tras las imágenes que todo el mundo había podido ver, no causaba risa alguna.
Nuevamente cuando llegué al palacio fui conducida a las misma habitaciones que me fueron asignadas la vez anterior, y nuevamente también, me dieron unas horas para poder ponerme presentable y descansar antes de mi “reunión” con su Alteza Imperial. Esta vez pasó más tiempo, concretamente no fui acompañada a su presencia hasta seis horas después de mi llegada, nuevamente también, volvieron a llevarme a la misma habitación de la vez anterior, y de nuevo, los dos hombres estaba sentados prácticamente en las mismas posturas en que recordaba haberles visto en mi última visita.
-      Muy buen trabajo, lo hizo usted de un modo impecable –dijo directamente su Alteza según entre, mientras me hacía un gesto de que tomase asiento.
-      Gracias señor, lo hice lo mejor que supe, aunque lamento lo de esas filtraciones.
-      Por eso no se preocupe –dijo el Emperador mirándome fijamente-, de hecho nosotros mismos fuimos quienes las filtramos. Por cierto, mi enhorabuena personal por el “escarmiento” publico que dio al Duque y al imbécil de su hijo.
-      ¿Perdón? –repuse perpleja por la repentina y sorprendente respuesta.
-      Jajajajajajajajajaja –se rio el Emperador-, era necesario Coronel, créame que lo era… las dos cosas… su castigo y la filtración.
-      Perdón Majestad, pero solo soy Capitana –dije intentando salir de mi confusión ante tanto parabién sobre mí.
-      Ya no, su verdadero rango cuando salió de su entrenamiento era de Coronel, no de Capitana, pero teníamos que ver como se desenvolvía antes de concedérselo. Reconozca que de Sargento a Coronel es un salto enorme… por eso la misión que le encomendamos a usted en solitario en el planeta y por eso le encargamos el fraude de las UEP –dijo su Alteza sorprendiéndome nuevamente.
-      No entiendo… yo… -estaba realmente confusa.
-      Creo que es usted la persona adecuada para la misión que quiero encomendarle, una única y compleja misión –dijo el Emperador.
-      Sí señor, cumpliré con mi obligación, ¿cuál es mi nueva misión? –me levante poniéndome firme, por fin algo que sí que podía entender.
-      Su única misión a partir de ahora será la de ser la sombra del Príncipe Jhored aquí presente, deberá de protegerlo incluso contra su voluntad –dijo el Emperador señalando irónico a su Alteza.
Dejare aquí la conversación, porque fue algo que viví como en una nube, no entendía nada de nada, principalmente porque me lo estuvieron explicando todo detenidamente sin dejar de soltarse bromas y puyazos entre ellos. Resumiendo, me acababan de encomendar la tarea de ser la guarda espaldas del Príncipe, y para mi sorpresa él no era mi más inmediato superior, sino que yo debía de responder únicamente ante el propio Emperador, de este modo según él, aunque debía de seguir obviamente las ordenes de su Alteza, este no podría nunca evitar mi presencia o darme ordenes que supusiesen un incremento en su riesgo personal. Me habían habilitado mi documentación a un nivel de seguridad que nunca pude imaginar tener, también me acababan de dejar fuera de la misma estructura del SISI mientras ostentara ese puesto de escolta, situándome incluso por encima de la organización… Tras esto volví a las que serían de modo definitivo mis habitaciones, os garantizo que tarde varias horas en poder asumir todo esto.
Al día siguiente dio comienzo mi misión, cumpliendo con mi cometido seguí a su alteza a bordo del “Represor”, partiendo del sistema estelar Cero junto con la flotilla de escolta que llevábamos. Bajo mis órdenes en el “Represor” me encontré un equipo de cinco miembros del SISI asignados como protección para su Alteza, a todos los conocía del campamento, y eran de los mejores del mismo. Al segundo día, en el despacho de su alteza, mientras el revisaba documentos en su terminal y yo permanecía sentada a su costado, justo frente a la puerta… dejo lo que estaba haciendo y se giró en la silla hacia mi…
-      Selena, relájese por favor…
-      Perdón Alteza, pero me tomo mi cometido muy enserio.
-      Está bien, ¿sabe porque está aquí como mi escolta?
-      Sí señor, para protegerle y que no le maten.
-      No, está aquí para darme unos pocos segundos…
-      Perdón, pero no le entiendo –dije mirándole y frunciendo el ceño.
-      Vera, ni usted junto con esos cinco hombres del SISI que han puesto a sus órdenes, que forman mi escolta, serían capaces de matarme si estoy sobre aviso. Son todos ustedes expertos en cierto arte de combate personal en el que les adiestraron, usted alcanzo el segundo de los diez niveles de maestría en él, ¿correcto?
-      Sí señor, y los demás alcanzaron todos el primer nivel de maestría, créame que si se enfrentase a alguien como nosotros no duraría mucho Alteza, disculpe mi crudeza, pero es la verdad –dije un poco molesta.
-      Si, usted tendría razón en ello si no fuese por un detalle que desconoce, yo estoy en el noveno nivel de maestría y soy un “Nehros”, nací en Nehros VIII. Cualquier ataque por sorpresa tendría éxito contra mí, igual que contra cualquiera, todos necesitamos de unos segundos para poder hacer frente a una amenaza, y para eso es realmente para lo que están ustedes, para concederme ese precioso tiempo. Si sufrimos un ataque, preocúpese por mí los tres primeros segundos, después… ocúpese de usted misma y de los agresores, ¿más claro ahora?
-      Si señor –dije tragando saliva.
El Planeta Nehros VIII era famoso por una característica muy especial, su gravedad. La gravedad se media en base al número 1, la de Nehros era de 16.2 con respecto al estándar. Los nacidos en ese mundo no lo podían abandonar, la falta de gravedad por algún motivo resultaba nocivo para ellos, ninguno sobrevivía más de uno o dos años fuera de Nehros VIII, no entendía que si su Alteza procedía de allí… Pero por encima de todo, la fuerza muscular de alguien de Nehros VIII era descomunal, un solo golpe de alguien de ese planeta en un entorno como pudiese ser el de la gravedad artificial de 1g del “Represor”, sin exagerar, podría traspasar de un puñetazo el cuerpo de cualquier humano. Podría golpear el pecho y sacar el puño por la espalda con relativa facilidad, si de verdad como él decía, estaba en el noveno nivel de maestría del Arte de Combate personal que nos enseñaron… Para cualquiera él sería mucho más peligroso que sus propios escoltas, incluso esa fuerza le podría permitir llevar cualquier tipo de blindaje ligero incluido sobre su ropa sin causarle problemas por el peso.
-      ¿Por qué me cuenta esto señor?, no era necesario –dije.
-      Ve esa puerta –señalo una puerta de su despacho.
-      Si
-      En realidad es una cámara de Gravedad modular y no es la única que vera, me suelo recluir en ellas de vez en cuando, evidentemente a solas. En ellas también hay equipos, por lo que digamos que es como un segundo despacho. Entenderá que debe de saberlo, puesto que no podrá acompañarme allí adentro, su cuerpo no soportaría esa gravedad durante un periodo prologando.
-      Entiendo señor, gracias por informarme.
-      Además, la necesito viva, necesito que me advierta si me intentan matar, no que muera por mí, métase eso en la cabeza, me costó mucho encontrarla como para perderla por una estupidez.
-      Perdón señor, no le entiendo –dije perpleja por el comentario.
-      Es muy simple, lealtad Selena, al estar tan cerca de mi todo se resume a lealtad, la que solo una Guerrera Valkirr es capaz de proporcionar con un juramento, además, una que no lo parezca. Es muy simple, usted aparte es una trampa propiamente en sí misma, nadie en su sano juicio intentaría tentar a una Guerrera Valkirr, pero si a cualquier otra mujer de otro planeta…
-      Y yo no parezco una Valkirr –dije apretando los dientes.
-      Eso es, créame que le harán ofertas de todo tipo, necesito alguien en quien confiar, y esa es usted, sé que no me equivoco… estoy muy seguro de ello. Por eso mismo, desde mañana, entrenara conmigo perfeccionando sus técnicas de combate, quiero que me de esos segundos pero sin que muera por ello.
Me gustaría poder decir que su Alteza era un fanfarrón, pero como he podido comprobar entrenando con él, es muy, muy bueno. La primera pregunta que me vino a la mente el primer día de entrenamiento fue “¿de dónde coño se ha escapado este mal bicho?”. Me puse en plan agresivo y recibí una autentica paliza por su parte, lo cierto es que he mejorado mucho con sus entrenamientos, también es verdad que sus músculos hiperdesarrollados por la gravedad de su planeta natal le dan una ventaja decisiva. Me encanta mi trabajo y sinceramente, nunca pensé poder conseguir un puesto semejante…, pase de convicta a estar situada, armada hasta los dientes en la espalda de la segunda persona más importante de la Confederación Imperial, y que además confía en mí. Para mi honor, para lo que para mí suponer, eso no se paga ni con la vida.
Su alteza es el segundo hombre más poderoso de la Confederación Imperial, pero a su vez, su mismo cargo y puesto le supone una gran cantidad de sufrimiento, cada tiempo tiene que pasar por la cámara de gravedad, y yo veo cómo sale de ella siempre, su cara de inmenso dolor físico por lo que tiene que soportar, pero también sé que ha recibido el mismo tratamiento de longevidad que yo, y que por lo que me dijo, su cuerpo se terminara adaptando a la gravedad estándar en un plazo estimado de ocho o diez años, sin por ello perder sus músculos, aunque en esos años seguirá igual, durante los que deberá de seguir contando con sus visitas a esa maldita cámara de tortura que le mantiene con vida.

FIN

13 comentarios:

  1. Pelín de mala leche se gasta la capitana (ya coronel) Selena.
    Me gusta cómo va evolucionando la serie, y cómo nos vas teniendo pendientes de la trama.

    Saludos

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  2. Gran serie y muy buen capítulo. Lástima que entre uno y otro pase tanto tiempo. Un saludo.

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  3. Excelente.
    Menudo personaje has creado con Selena.
    Creo que va a proporcionarnos varias aventuras.
    Un saludo y hasta pronto.

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  4. gracias por el relato esperando el próximo libro
    saludos

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  5. Coincido con verdejo. Excelente escrito.
    Son seguidor incansable de todorelatos.
    Animo y hasta la próxima.

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  6. Excelente serie que he leido me encanto todo en si gracias

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  7. Excelente. Espero que tenga continuidad. Puede dar mucho juego la Coronel Selena. Gracias por compartirlo con nosotros.

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  8. Excelente historia, soy un fan tuyo desde Colombia, espero la continuación de este increíble libro de ciencia ficción, espero que también puedas publicar en este blog la crónicas de vhalzord, ya que la pagina de www.todorelatos.com no abre por los cambios de servidores y realmente me estoy perdiendo tus ultimas publicaciones, te envió un abrazo y mi admiración por tu trabajo. saludos desde colombia

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    1. Mira a ver si puedes entrar por aquí, usa google para buscarlo.

      movil.todorelatos.com

      Otra opción que puedes intentar es configurar un navegador, explorer, firefox o Chrome como si estuviese operando desde otro país, Argentina, España, etc... Si no puedes, déjame tu correo aquí y dime porque capitulo te quedaste y te mando lo que te falta. No te preocupes que en cuanto lo vea y anote el correo borro ese post de aquí.

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  9. Me ha encantado toda la historia, sobre todo por como se cargan a los corruptos, ojalá se pudiera hacer eso por aquí de manera tan expeditiva. ¿No pensabas en los políticos españoles cuando lo escribiste?.

    Espero más relatos de esta saga, un saludo con el sombrero quitado.

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  10. Estimado. Me encanto la.saga favor de seguir creando magia y fantasia que tanto le falta a este mundo.

    Saludos

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  11. Excelente serie. Lástima que demora tanto en continuar.
    Un abrazo desde Argentina.

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