Confederación Imperial Galáctica
Libro - 2
La Guadaña
3
Fecha estelar - 5316
Sistema Desconocido
Planeta Desconocido
Emplazamiento Secreto
Centro de Instrucción para miembros del
SISI
Durante los tres siguientes meses
estuvimos haciendo todo tipo de prácticas en ambas corbetas, manejamos todos
los puestos del puente de mando, también recibimos clases prácticas de comando
de naves, de ingeniería de motores, de armas, de sistemas, en fin, de todo lo
inimaginable, y de nuevo para todo esto, por las noches estábamos sometidos al
maldito sistema de aprendizaje subconsciente. Aunque en este caso era una
maquina mucho más avanzada y sofisticada que la anterior, era lo que ellos
denominaron “de ultimísima generación y de construcción secreta”. La parte
buena según nos dijeron al ponernos el infernal trasto, es que nuestros
cerebros a estas alturas estaban acostumbrados a trabajar con él, por lo que
realmente el riesgo seria mínimo, pero si alguno pensáis que nos fiábamos de lo
que nos dijeron es que estáis locos.
Una cosa realmente chocante, algo que ya
habíamos también observado desde el planeta es que no se veían las estrellas,
desde el suelo el cielo aparecía completamente oscuro del todo, desde el
espacio era aun peor, salvo la estrella y planetas del sistema estelar, no
tenias referencias de ningún tipo. Con los conocimientos de que en esos momento
disponíamos, sospechaba que este sistema debía de estar oculto dentro de alguna
nébula, de alguna masa de algún tipo de color oscuro, pero ni por asomo sabría
decir cual, y en la confederación había al menos cuatro de esas cosas, más
otras tres en sus fronteras, dentro de los territorios de otros, y uno más
limítrofe con la zona inexplorada de la galaxia, podría estar en cualquiera de
ellos.
Practicamos también el asalto nave a nave
hasta la extenuación, viéndonos obligados a igualar la pericia y eficacia de
los Marines de Asalto destinados en esas dos corbetas. Puede parecer simple
cuando ellos lo hacen, pero os garantizo que después de tener que imitarles, mi
respeto por esos soldados aumento miles de enteros. El llevar Armadura de
combate con una mochila a la espalda y saltar de una nave a otra, sin más cable
que el que anclabas a la otra nave con un lanzador portátil parecido a una
pistola, sin guías de ningún tipo sobre el momento del salto, solo calculando
la forma de hacerlo sin quedarte corto, pasarte de largo o que se rompiese el
delgado cable de ferrocreto que te unía a la otra nave…, lo que automáticamente
supondría quedar perdido en el espacio y morir…, de verdad, creedme que fue
algo que nos infundio a todos muchísimo respeto por lo que esos hombres eran
capaces de hacer.
No fantasmeare con lo que hacíamos,
nosotros es cierto que al final del entrenamiento también alcanzábamos la otra
corbeta, eso sí, pegándonos unas leches impresionantes contra su casco,
mientras que los Marines de Asalto parecían aterrizar sobre ella suavemente… Al
finalizar nuestra durísima instrucción espacial, cualquiera de nosotros
estábamos perfectamente capacitados para desempeñarnos en cualquier puesto
intermedio, aún siendo medio especializado, en una Nave de Guerra, incluyendo
el de Marine de la Flota.
Os garantizo que cuando regresásemos a
nuestro barracón en el planeta, todos nosotros caímos redondos en nuestras
camas, tal era el agotamiento que llevábamos encima. Solo dos horas después de
estar durmiendo, fuimos levantados bruscamente, metidos en lanzaderas y
nuevamente lanzados sobre diversas partes del planeta igual que la vez
anterior, solo que en esta ocasión, teníamos tiempo límite de regreso, en mi
caso concreto once días para un total de doscientos kilómetros. Puede parecer
simple y sencillo de cumplir, pero eran doscientos kilómetros de espesa jungla
plagada de depredadores a los que no les gustaría más que darse un festín
conmigo, cruzar al menos dos ríos muy caudalosos y con abundantes rápidos, pero
lo peor de todo, era que todos estos kilómetros tenía que hacerles en terreno
montañoso. Lo logré por tablas, entre en la base tres horas antes de que se
cumpliese el plazo, y por lo que vi, todo nuestro barracón consiguió pasar la
prueba, aunque luego supimos que una docena más de alumnos no lo habían
conseguido.
Tras esta nueva prueba física extrema,
todos pasamos a estudiar combate aéreo, en la base aterrizaron doce cazas
estelares, además según su aspecto eran completamente nuevos y de última
generación, todos ellos de la clase *Escorpión. Durante las dos siguientes
semanas todos estuvimos aprendiendo las nociones básicas, evidentemente algunos
iban más que sobrados ya que en realidad eran pilotos de combate, aunque lo
cierto es que a estos, los instructores los usaron como monitores para los
demás alumnos, pero siempre, alumnos de diferente barracón al suyo.
Durante los aproximadamente tres meses
siguientes, estuvimos haciendo todo lo que os podáis imaginar con esos cazas y
la maquinita infernal en la cabeza para dormir, por supuesto… Supongo que pese
a todo, en un combate real no duraríamos mucho, especialmente contra un piloto
veterano, pero sí que adquirimos unos conocimientos con los que podríamos
integrarnos como uno más en cualquier escuadrón, manejando esas maquinas con
relativa eficiencia. El siguiente mes fue dedicado por completo y en exclusiva
a prácticas de combate con ellos, tanto ataques entre nosotros, ataques
terrestres e incluso ataques contra las dos Corbetas, que según parecía,
estaban de forma permanente en órbita sobre nosotros. Con la Confederación
Imperial en Guerra y por lo que parecía por las noticias que nos llegaban, no
yéndole muy bien, la permanencia allí de esas dos naves de clase Exploradora,
con lo necesarias que eran para la Flota ya que eran sus ojos, nos daba una
idea de la importancia del proyecto al que pertenecíamos.
Tras estas pruebas, de nuevo nos
volvieron a soltar sobre el planeta, esta vez con equipo más que suficiente
para sobrevivir con comodidad, lo que de inicio nos hizo alegrarnos al verlo
como un paseo. Sin embargo, cuando nos pusieron como objetivo no abandonar nada
de equipo a nuestras espaldas y procurar dejar el menor rastro posible… fue un
autentico palo, todos nos miramos unos a otros aturdidos, nos pedían algo casi
imposible. Fuimos descargados en nuestras respectivas zonas por unas lanzaderas
que enseguida se elevaron con rumbo a la base.
Para mi propia sorpresa, descubrí que una
vez que me senté tranquila a pensar, a reorganizarme todo el equipo y a aplicar
los conocimientos que poco a poco nos habían ido machacando en este año y pico
de entrenamiento, era sumamente fácil lo que querían que hiciésemos. Sería algo
fatigoso, llevaría trabajo, pero no era difícil para nada, más aún, cuando en
este caso no nos habían puesto limitaciones de tiempo para regresar, aunque siempre
dentro de una lógica, evidentemente. Fue sobre un mes lo que tardamos de media
en regresar a la base.
Una vez que todos estuvimos de regreso y
pasaron a la siguiente fase de enseñanzas, empezábamos a tener claro de que iba
todo esto, que sinceramente, hasta el momento no entendíamos demasiado. Además
del entrenamiento físico, que desde el principio habíamos tenido, en esta
ocasión volvimos también una vez más a la máquina de enseñanza subconsciente y
a ser entrenados como oficiales del ejército. Además, para sorpresa nuestra,
nos metieron también varias clases sobre tecnología de espionaje, de
contraespionaje, de investigación, criminología, sicología, y un buen etc que
ya nos anunciaron que tendríamos al terminar esta fase.
Tuvimos claro que estábamos siendo
entrenados para poder ser infiltrados y desempeñar un cargo o puesto en
cualquier rama del ejército de la confederación, Flota, Tierra, Caza e incluso
llegado el caso, como adjuntos a estado mayor, pero también podernos desempeñar
como investigadores de inteligencia o contrainteligencia, lo que fuese. Todo
apuntaba a que el SISI sería un servicio de investigación y control sobre las
fuerzas de defensa de la Confederación Imperial Galáctica. En una de las
clases, le preguntamos si seria así al profesor que más probable nos parecía
que nos pudiese contestar y aclarárnoslo un poco, aunque nos sorprendió a todos
al contestarnos directamente, que eso que decíamos, solo sería la punta del
iceberg de los desempeños del SISI, que el cuerpo, sería algo más que eso.
Tan solo un mes después todos nosotros
recibimos despachos como capitanes de todos y cada uno de los distintos cuerpos
del ejército de la Confederación Imperial, Flota, Tierra y Caza, evidentemente,
algunos de los alumnos que tenía una mayor graduación en alguno de los cuerpos,
la mantenían, recibiendo únicamente
despachos de grado de los demás. No terminábamos de entender el motivo de esto,
preguntamos y por toda respuesta nos indicaron que ya lo entenderíamos a su
debido tiempo. Tras esto fuimos conducidos a otro punto diferente del planeta,
para según dijeron, pasar a la segunda parte de nuestro entrenamiento.
Nada más llegar, nos dimos cuenta que
seguíamos organizados del mismo modo que en el primer campamento, solo que en
esta ocasión, nuestros estudios nos llevaban de modo especifico al ámbito de
investigación, ciencias forenses, etc, en lo que ellos denominaban cursos de
reversa, o lo que es lo mismo, aprender a burlar todo lo que anteriormente nos
habían enseñado, ser capaces de matar a alguien de más de mil formas distintas,
independientemente de la especie que se sea, burlar las pruebas forenses,
burlar todos los sistemas de seguridad conocidos, crear bombas, etc...
Nuevamente, a nuestras preguntas, la respuesta fue la de siempre, “ya lo
entenderéis, no preocuparos por lo que pueda parecer”.
Otra novedad, fue nuestro total acceso a
las redes de noticias, y de lo primero que nos enteramos es de que la guerra no
solo no iba bien para nada, sino que iba aún muchísimo peor de lo que
pensábamos, ahora estábamos en guerra contra dos nuevos enemigos, si bien las
últimas batallas no habían terminado con derrotas para nuestra flota, unos
ochenta acorazados habían sido destruidos, junto con aproximadamente doscientos
Cruceros de Batalla, ambas naves principales eran la espina dorsal de cualquier
flota que quisiese tener una oportunidad de victoria… y nosotros por lo que
parecía, estábamos perdiéndolas a marchas forzadas.
En la flota, la gente de determinados
planetas solían ser puestos juntos para evitar problemas, como el caso de las
Valkirr, en las listas de perdidas, se encontraban cinco Acorazados y Veinte
Cruceros de Batalla compuestos de gente de mi pueblo, habían muerto muchas de
las mejores guerreras Valkirr en esas naves, la noticia desde luego no me dejo
nada alegre. Supuso un fuerte bajón en nuestra moral, la cosa estaba muy
complicada para la Confederación, y empezamos a sentir que estando allí
perdíamos el tiempo, cuando quizá estaríamos mejor en nuestros antiguos
puestos… Sin embargo el recrudecimiento de nuestra instrucción nos saco de esa
especie de derrotismo en que nos sumergimos, pasamos de una instrucción física
durísima, a despiadada, pero por increíble que parezca, esto hizo que nuestro
ánimo fuese creciendo exponencialmente a la crudeza de nuestro entrenamiento y
estudios, fue una situación muy extraña, la verdad.
Al mes de estar entrenando de forma
realmente cruel, nos organizaron por barracones para una prueba de campo en
terreno urbano con la única orden de regresar todos los posibles con vida, nos
permitieron definirnos nosotros mismos como equipo, organizándonos por nuestra
cuenta y repartiéndonos las funciones. Fuimos transportados a las dos corbetas,
pero para complicarnos más la situación, fuimos divididos en dos grupos por
barracón, transfiriendo cada uno a una de las naves. Cada tres días uno de los
barracones era embarcado en lanzaderas y transportados al planeta, durante este
tiempo, permitían que nos comunicáramos entre nosotros por medios rudimentarios
de nave a nave. Debíamos codificar lo que quisiésemos decir de forma manual,
luego se comprimía y emitía a la otra nave, donde el otro equipo, también de
forma manual, tenía que decodificar el comunicado… os aseguro que era totalmente
desesperante.
Cuando nos toco el turno, nos dejaron
sobre las ruinas de una ciudad antigua, ni idea de que civilización pudo
construir aquello, pero los veintiséis integrantes del 25º barracón fuimos
dejados en cinco equipos en lugares diferentes de la ciudad, como único medio
de comunicación, un equipo de alta compresión, que emitía un pulso codificado
de una decima de segundo para transmitir un mensaje relativamente corto, lo que
nos limitaba mucho para coordinarnos.
A las dos horas vimos cual era el
problema que nos habían planteado, en la ciudad se encontraban robots de
combate SKII. Los SKII son unidades armadas con armas de energía y un potente
escudo deflector unidireccional, es decir, que podía enfocar en una única
dirección cubriendo levemente los flancos, dejando normalmente la espalda al
descubierto. El problema era que estos bichos eran unas malas bestias, mas de
dos mil disparos laser por minuto con sus cañones multitubo rotatorios que
tenia por brazos, el mismo movimiento de giro hacia que se autorefrigeraran. Otra
característica es que podían poner minas si lo consideraban necesario, cada uno
de ellos portaba en su equipo un total de cinco minas multidetonación, o lo que
es lo mismo, cada mina podía disponerse para que detonase de media docena de
modos diferentes, pisándolas, sensor de movimiento, sensores de calor,
infrarrojos, etc…
A la ciudad la rodeaba un enorme
desierto, calculábamos dos días de viaje por él en su lado más cercano a la
jungla, la única forma de no morir ante los SKII era deshacernos de ellos en la
ciudad, en el desierto seriamos presas fácil para ellos. Ninguna de nuestras
armas podía hacerles frente, únicamente disparándolos por la espalda podríamos
librarnos de ellos, pero dado que por lo que vimos, siempre iban en pareja,
sorprenderlos nos sería imposible, no podríamos rodearlos lo suficientemente
rápido sin que nos detectaran.
Nuestra única opción de salir vivos de
allí, puesto que ninguno de nosotros dudaba de que sus armas eran más que
reales, era que lográsemos coordinarnos y tumbarlos entre los distintos grupos,
para ello debíamos de encontrar el modo de comunicarnos con los equipos que nos
habían proporcionado. Tardamos una semana, pero logramos limpiar la ciudad de
Robots SKII, en total habían dispuesto un total de cinco equipos con
instrucciones de darnos caza, algo que aprovechamos para poder destruirlos,
fuimos el único barracón que no sufrió bajas durante la misión. El más
perjudicado fue el quinto barracón, sufrieron una emboscada donde al tener que
retirarse para salvarse cayeron doce de sus treinta miembros, debido
precisamente a las minas de los SKII.
Cuando conseguimos abandonar la ciudad y
regresamos al campamento, todo el mundo estaba con un humor raro tras
enterarnos de las bajas sufridas por cada uno de los demás barracones, no
terminábamos de entender el motivo de un entrenamiento así de despiadado,
básicamente desde que empezamos, estábamos siendo eliminados de forma
sistemática prueba tras prueba, no dudéis de que por nuestra mente pasaba la
sospecha de que todos íbamos a terminar muertos al final, y que todo esto no
era más que una especie de experimento de algún tipo del que no saldríamos.
Durante otros dos meses seguimos
recibiendo más entrenamiento dirigido a la investigación avanzada, aprendiendo
a manejar todo tipo de equipo computerizado de muy diverso calado, también a
aprendimos a manejar y analizar información de inteligencia de primer orden,
así como algo que ellos denominaron, evaluación de riesgos y recompensas, que
no sabíamos muy bien cómo calificar, pero que todos tuvimos que pasar con notas
muy altas por exigencia de los profesores… aunque para ello tuviésemos que
pasar por la máquina infernal en grandes dosis, pese a lo que dijeron de a
estas alturas ser un riesgo casi nulo, nosotros pensábamos que lo hacíamos para
que nos friese el cerebro a más de la mitad de los que quedábamos.
De nuevo, tras finalizar el nuevo
aprendizaje, otra vez fuimos informados de que actuaríamos por equipos en una
nueva misión, esta vez, consistía en que nos dejarían como de costumbre en un
punto del planeta desde donde deberíamos de volver a la base, sin embargo, en
esta ocasión, nos advirtieron de que tendríamos tras de nosotros varios equipos
de caza pertenecientes a las fuerzas especiales de la flota, concretamente a
cargo de los marines de asalto de las dos corbetas, que estarían en órbita
apoyándoles con todos los medios que pudiesen incluyendo llegado el caso el
bombardeo orbital. Ninguno de nosotros dudamos de que si nos cazaban,
estaríamos muertos, aunque para nuestra sorpresa, nuestro instructor principal
nos dijo que era como un examen final, y que aquí, todo valía, nuestro único
objetivo era cumplir nuestras órdenes como fuese necesario, sin restricciones
de ningún tipo en los métodos o los medios a emplear.
Una desagradable sorpresa llego al a hora
de los grupos, según nuestro instructor principal, seriamos divididos en grupos
de cinco miembros. Cuando dijo eso no pude por menos que hablar para hacerle
notar el error que estaban cometiendo…
- Perdón señor, pero somos veintiséis, al
menos uno de los grupos tendrá que tener seis miembros.
- No necesariamente, dado que usted
parece ser la primera que se ha dado cuenta del detalle, o que ha tenido las
agallas de hacerlo notar, usted será el sexto equipo en solitario de este
barracón. Ya tienen sus órdenes e instrucciones, ahora póngase en marcha…
- Pero señor… -me interrumpió con un
gesto.
- Cumpla sus ordenes, no me interesa lo
que tenga que decirme, acuda a la armería principal para recoger el equipo que
tenga que llevar –después de eso salió del barracón, dejándome abrumada.
No podía creérmelo, me acababan de cargar
en solitario una misión creada para un grupo de cinco personas, consideraba que
mis posibilidades reales de superar la prueba esta vez eran realmente escasas,
no obstante me puse en marcha de acuerdo a mis instrucciones. Cuando me dirigí
a recoger mi equipo, me encontré con la sorpresa de que estaba allí dentro a
solas por primera vez y disponía del mismo equipo que si hubiésemos sido cinco,
además estaba en la armería principal, con todo lo que necesitase o quisiese
coger al alcance de la mano sin nadie que me viese hacerlo o me pudiese decir
que no. Esta vez no indagué o pregunté nada, me limité a reacondicionar todo lo
que iba a llevar conmigo, reorganizando y modificando el equipo, descartando
cosas e incorporando otras para las que no teníamos permiso, o que al menos no
nos habían ofrecido, aunque tampoco denegado su uso, cosa de la que decidí
aprovecharme.
Cuando entre en la lanzadera me encontré
con que nuestro instructor iba también en ella, no dijo nada, pero vi como
miraba fijamente mi equipo, sin duda controlando todo lo que llevaba, supe
enseguida que se daría cuenta no solo de que no había cogido lo que se me había
asignado, sino que llevaba cosas que en teoría no debería de llevar conmigo,
como por ejemplo armamento mucho más contundente del que debería, en lugar de
un rifle de pulsos, llevaba un fusil laser de alta precisión con capacidad de
disparo para munición solida por repulsión energética. Para mi sorpresa, se limito
a sonreírme, cuando me toco saltar sobre mi zona, se acercó a mí ayudándome a
prepararme para el salto y en voz baja me dijo…
- Bien hecho Selena, reorganizaste tu
equipo, primera parte de tu prueba superada con nota… y ahora… usa tu
entrenamiento, todo lo que te hemos enseñado, piensa antes de actuar y no
tendrás problemas.
Salte de la lanzadera completamente
sorprendida, analizando lo que acababa de decirme nuestro instructor. Me di
cuenta de un detalle que hasta ese momento se me había pasado por alto, recordé
que nos dieron permiso para “hacer lo que fuese necesario”, lo que
técnicamente, suponía carta blanca para lo que decidiésemos hacer, incluido
elegir en la armería principal el equipo que quisiésemos, y no el que
habitualmente nos daban. Tuve que admitir para mí que de no haber estado sola,
posiblemente me hubiese limitado a recoger el equipo habitual, sin darme cuenta
de que tenía carta blanca para equiparme… Sinceramente esta prueba empezaba a
olerme muy, pero que muy mal.
Dos días después de estar en marcha hacia
el campamento casi vuelo en pedazos por culpa de una mina rastreadora de calor,
me libre por suerte y porque no decirlo, gracias al inhumano entrenamiento a
que me habían sometido. La mina me localizó, pero me logré dar cuenta antes de
que entrase en su radio de acción y pudiese activarse, de modo que lentamente retrocedí
por donde había venido, disponiéndome a dar un rodeo, para ir a encontrarme con
nuevas minas. Solo diez minutos después de intentar rodear la zona, me empezó a
parecer un perímetro defensivo por su distribución, por lo que decidí intentar
ver qué era lo que protegían.
Cuando logre llegar a la primera mina y desarmarla
me lleve una sorpresa muy desagradable, pese a parecer una de las nuestras, en
realidad era una mina Shilrrurs, y lo que fue aún peor, las tres siguientes que
desarmé también tenían la misma procedencia, aparentemente, el Imperio
Shilrrurs, aunque no me podía explicar qué demonios estaban haciendo allí
puestas. No dude ni un solo instante, me interne en el perímetro, yendo a
toparme con una autentica pesadilla, lo que parecía una base de algún tipo de
los Shilrrurs, vi de refilón, o me pareció ver para ser más exacto, como uno de
esos bichos se internaba en una especie de cueva natural… Me acerque allí para
verificar que no hubiese sido un efecto óptico quizá influenciado por mis
descubrimientos de las minas, encontrándome en el interior de la cueva con una
puerta disimulada en la roca, me llevó más de una hora de tensa búsqueda dar
con ella. No sabía que podía ser aquello, que podían estar haciendo allí, pero
sin duda, lo que había visto era real, aquel ser era un Shilrrurs.
Medite mis opciones, llevaba una buena
cantidad de células de energía para mi arma, si provocaba a detonación de varias
de ellas podría derrumbar la cueva, sellando la entrada, pero no sabía si sería
la única, y de no ser así, solo me serviría para delatar mi presencia y que me
diesen caza. En otras circunstancias hubiese dicho que de ser así no tendría
ninguna posibilidad contra ellos, sin embargo, en esos momentos y gracias a mi
entrenamiento, no dudaba de que pudiera defenderme con muchas posibilidades de
no ser yo quien muriese. Pero si me equivocaba y me pasaba algo, la base
continuaría oculta en el planeta, sin que nadie supiese de su existencia.
Me puse en marcha con rumbo al
campamento, extremando las precauciones, ya que si los Marines de Asalto me
encontraban, podrían matarme sin darme tiempo a dar mi informe sobre la base
con que me había topado, lo que no dejé de considerar irónico. Iba dándole
vueltas al posible cometido de esa base, dada la situación de ese planeta
dentro de una nebulosa, en un sistema limpio, es que quizá fuese para
aprovisionar naves torpederas Shilrrurs dentro de nuestro territorio, si es que
estábamos en el, algo que sospechaba dado que los Shilrrurs estaba claro que
querían pasar desapercibidos.
Las torpederas son pequeñas naves de
guerra armadas con torpedos cuánticos o de plasma, por artillería solo
disponían de un pequeño cañón. Por sus tubos podía lanzar torpedos en rápida
sucesión, una nave podía recibir más de veinte antes de saber que una torpedera
estaba presente cerca suyo. Su casco está diseñado para presentar bajos
perfiles a los sistemas de detección y para desviar la luz, lo que las
convertía en casi invisibles antes de sus ataques. No obstante tanto las
corbetas de exploración y las Fragatas o Destructores de escolta, podían rastrearlas
con cierto éxito dentro de unos rangos relativamente cercanos a ellos. Eran
naves de estructura muy débil, no aguantaban muchos daños, incluso un carguero
bien artillado podría deshacerse cómodamente de una torpedera, si es que la
localizaba antes de que fuese destruido claro.
Si mis sospechas eran ciertas, esa base
en caso de guerra contra ellos seria mortal para la Confederación, las
torpederas Shilrrurs no necesitarían regresar a su territorio atravesando
nuestras, para ellas muy peligrosas, redes sensoras cuando necesitasen reponer
torpedos, en este sistema podrían reabastecerse sin problemas y temor, justo
dentro de nuestro territorio, a salvo de que fuesen detectadas y destruidas con
cada cruce de la frontera. Apreté los dientes recordando que la guerra que
ahora mismo teníamos entre manos no nos iba nada bien, si los Shilrrurs se
incorporaban a ella estaríamos perdidos según el estado de nuestra flota de
acuerdo a las noticias de naves pérdidas que nos habían proporcionado, y esa
base podría darles la victoria. Fuese como fuese, debía de regresar al
campamento para dar la información de la presencia de Shilrrurs en el planeta.
Logre llegar, aunque emplee el doble del
tiempo necesario para ello con el fin de que los Marines de Asalto no pudiesen
localizarme. Vi varias lanzaderas rastreando la jungla intentando dar con los
diversos grupos, incluso escuche en la lejanía explosiones durante varios días,
supuse que serian las lanzaderas disparando contra algún equipo. Nada más
llegar me presente ante el director del campamento de instrucción, según
termine de darle mi informe convoco a los instructores principales de todos los
barracones, entre todos me cosieron a preguntas, pidiéndome detalles de todo
tipo, solicitándome datos y más datos. Respondí lo mejor que pude sobre lo poco
que sabía, después me despidieron ordenándome no hablar con nadie de todo esto,
felicitándome por mi actuación y mandándome de nuevo de regreso al barracón.
Una semana después de esto, el director
tuvo una reunión con cada uno de los barracones para hacernos entrega de
nuestras credenciales como agentes del SISI. Según nos dijo, desde ese mismo
momento todos nosotros éramos agentes de pleno derecho y pasaríamos al último
tramo de nuestra instrucción. Evidentemente le llovieron todo tipo de
preguntas, que el ignoró casi por completo, dándonos únicamente una serie de
instrucciones básicas sobre nuestras funciones cuando alguna pregunta cayó
dentro de ese ámbito… respuestas que nos dejaron de piedra.
- Perdón señor, ¿bajo qué jurisdicción
estaremos en el SISI? ¿Ante que departamento responderemos? –pregunté, ya que
hasta el momento no nos habían indicado a que departamento perteneceríamos.
- El SISI depende directamente del trono,
el director del servicio únicamente responderá de los actos de la organización
ante El Emperador.
- Pero la ley… -el director le corto
alzando la mano.
- La ley es muy clara, el epígrafe final
de nuestra constitución es muy específico… “Solo el Emperador está por encima
de estas leyes generales, siendo su autoridad total sobre todas ellas”. Lo que
traducido quiere decir que él es en realidad la Ley en la Confederación. El
SISI solo responde ante él y ante su propio codigo, por lo que todos ustedes
están por encima de la ley. Ustedes, bajo órdenes estrictas y específicas de
sus mandos, serán jueces, jurados y sobre todo, verdugos en casos “extremos”,
para eso es para lo que se les ha preparado. Pero les aconsejo que procuren no
fallar nunca actuando de modo indebido por sacar un beneficio propio… el
infierno será como un balneario para lo que les esperaría.
No creo que nadie se hiciese una idea de
la cara que se nos quedó a todos nosotros cuando nos dimos cuenta de las implicaciones
del trabajo que haríamos y del poder del que dispondríamos para poder
realizarlo… junto con el castigo que recibiríamos si violábamos nuestro código.
Discretamente me acerque al director, con el fin de preguntarle por mi
descubrimiento, de nuevo me lleve una sorpresa…
- Perdón señor, sobre lo que le informe…
-deje colgando la idea.
- Todo era falso –dijo sonriendo al ver
la cara de sorpresa que ponía-, esa era su prueba, encontrar una base oculta y
decidir qué hacer. Eligió lo correcto al estar sola, hacer llegar la
información como primer objetivo sin correr riesgos innecesarios. De todos
modos, usted, al igual que sus compañeros, tienen prohibido hablar de esto, no
deben de comentar su prueba final con nadie, nunca, jamas...
- Si señor, perdón por preguntar.
- No se preocupe por ello, no es nada
negativo que lo haya hecho, es al contrario, algo positivo para usted –sonrió.
Al día siguiente cuando embarcábamos en
las lanzaderas nuestro instructor nos entrego a todos nosotros nuestras
órdenes. Según las instrucciones no debíamos de abrirlas hasta haber
desembarcado de las corbetas, una vez hecho esto, deberíamos iniciar nuestra
primera misión como agentes del SISI sin dilación. Lo cierto es que todo esto
me pareció un poco brusco, pero me dispuse a cumplir mis órdenes para mi
primera misión. Nada más abrirlas me quede con la boca abierta, era algo que no
me hubiese esperado nunca… mis órdenes se limitaban a una única línea…
CONTINUARA
*Cazas estelares
de Clase Escorpión. Se trata del
último caza interceptor estelar creado para la Flota, son lo más avanzado, más
veloces y maniobrables que cualquier otro en la Galaxia. Armados con ocho
cañones laser de fuego múltiple, seis misiles cazadores guiados por el
ordenador, escudos independientes y medidas antimisil. Su punto débil es su
tamaño, mayor que cualquier otro Interceptor.
whaaaaaaaa, excelente capitulo.
ResponderEliminarBueno... ya se ha terminado la instrucción, ahora empezará la "chicha"
ResponderEliminarMuy buen capítulo, así no importa tanto el tener que esperar por el siguiente (no me hagas caso, es sólo por chinchar un poco)
Saludos
Ahora viene la verdadera acción, esperando la próxima parte.
ResponderEliminarsaludos
Muy, muy bueno....
ResponderEliminarMuchas gracias por tus relatos.
Muy bueno, como todo lo que escribes, pero no te olvides de las cronicas de Val....., por favor
ResponderEliminarFantastico relato y esperando el siguiente gracias
ResponderEliminarMuchas gracias por compartirlo.
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