lunes, 29 de abril de 2013





Confederación Imperial Galáctica

Libro - 2

La Guadaña


3




Fecha estelar - 5316
Sistema Desconocido
Planeta Desconocido
Emplazamiento Secreto
Centro de Instrucción para miembros del SISI

Durante los tres siguientes meses estuvimos haciendo todo tipo de prácticas en ambas corbetas, manejamos todos los puestos del puente de mando, también recibimos clases prácticas de comando de naves, de ingeniería de motores, de armas, de sistemas, en fin, de todo lo inimaginable, y de nuevo para todo esto, por las noches estábamos sometidos al maldito sistema de aprendizaje subconsciente. Aunque en este caso era una maquina mucho más avanzada y sofisticada que la anterior, era lo que ellos denominaron “de ultimísima generación y de construcción secreta”. La parte buena según nos dijeron al ponernos el infernal trasto, es que nuestros cerebros a estas alturas estaban acostumbrados a trabajar con él, por lo que realmente el riesgo seria mínimo, pero si alguno pensáis que nos fiábamos de lo que nos dijeron es que estáis locos.


Una cosa realmente chocante, algo que ya habíamos también observado desde el planeta es que no se veían las estrellas, desde el suelo el cielo aparecía completamente oscuro del todo, desde el espacio era aun peor, salvo la estrella y planetas del sistema estelar, no tenias referencias de ningún tipo. Con los conocimientos de que en esos momento disponíamos, sospechaba que este sistema debía de estar oculto dentro de alguna nébula, de alguna masa de algún tipo de color oscuro, pero ni por asomo sabría decir cual, y en la confederación había al menos cuatro de esas cosas, más otras tres en sus fronteras, dentro de los territorios de otros, y uno más limítrofe con la zona inexplorada de la galaxia, podría estar en cualquiera de ellos.
Practicamos también el asalto nave a nave hasta la extenuación, viéndonos obligados a igualar la pericia y eficacia de los Marines de Asalto destinados en esas dos corbetas. Puede parecer simple cuando ellos lo hacen, pero os garantizo que después de tener que imitarles, mi respeto por esos soldados aumento miles de enteros. El llevar Armadura de combate con una mochila a la espalda y saltar de una nave a otra, sin más cable que el que anclabas a la otra nave con un lanzador portátil parecido a una pistola, sin guías de ningún tipo sobre el momento del salto, solo calculando la forma de hacerlo sin quedarte corto, pasarte de largo o que se rompiese el delgado cable de ferrocreto que te unía a la otra nave…, lo que automáticamente supondría quedar perdido en el espacio y morir…, de verdad, creedme que fue algo que nos infundio a todos muchísimo respeto por lo que esos hombres eran capaces de hacer.
No fantasmeare con lo que hacíamos, nosotros es cierto que al final del entrenamiento también alcanzábamos la otra corbeta, eso sí, pegándonos unas leches impresionantes contra su casco, mientras que los Marines de Asalto parecían aterrizar sobre ella suavemente… Al finalizar nuestra durísima instrucción espacial, cualquiera de nosotros estábamos perfectamente capacitados para desempeñarnos en cualquier puesto intermedio, aún siendo medio especializado, en una Nave de Guerra, incluyendo el de Marine de la Flota.
Os garantizo que cuando regresásemos a nuestro barracón en el planeta, todos nosotros caímos redondos en nuestras camas, tal era el agotamiento que llevábamos encima. Solo dos horas después de estar durmiendo, fuimos levantados bruscamente, metidos en lanzaderas y nuevamente lanzados sobre diversas partes del planeta igual que la vez anterior, solo que en esta ocasión, teníamos tiempo límite de regreso, en mi caso concreto once días para un total de doscientos kilómetros. Puede parecer simple y sencillo de cumplir, pero eran doscientos kilómetros de espesa jungla plagada de depredadores a los que no les gustaría más que darse un festín conmigo, cruzar al menos dos ríos muy caudalosos y con abundantes rápidos, pero lo peor de todo, era que todos estos kilómetros tenía que hacerles en terreno montañoso. Lo logré por tablas, entre en la base tres horas antes de que se cumpliese el plazo, y por lo que vi, todo nuestro barracón consiguió pasar la prueba, aunque luego supimos que una docena más de alumnos no lo habían conseguido.
Tras esta nueva prueba física extrema, todos pasamos a estudiar combate aéreo, en la base aterrizaron doce cazas estelares, además según su aspecto eran completamente nuevos y de última generación, todos ellos de la clase *Escorpión. Durante las dos siguientes semanas todos estuvimos aprendiendo las nociones básicas, evidentemente algunos iban más que sobrados ya que en realidad eran pilotos de combate, aunque lo cierto es que a estos, los instructores los usaron como monitores para los demás alumnos, pero siempre, alumnos de diferente barracón al suyo.
Durante los aproximadamente tres meses siguientes, estuvimos haciendo todo lo que os podáis imaginar con esos cazas y la maquinita infernal en la cabeza para dormir, por supuesto… Supongo que pese a todo, en un combate real no duraríamos mucho, especialmente contra un piloto veterano, pero sí que adquirimos unos conocimientos con los que podríamos integrarnos como uno más en cualquier escuadrón, manejando esas maquinas con relativa eficiencia. El siguiente mes fue dedicado por completo y en exclusiva a prácticas de combate con ellos, tanto ataques entre nosotros, ataques terrestres e incluso ataques contra las dos Corbetas, que según parecía, estaban de forma permanente en órbita sobre nosotros. Con la Confederación Imperial en Guerra y por lo que parecía por las noticias que nos llegaban, no yéndole muy bien, la permanencia allí de esas dos naves de clase Exploradora, con lo necesarias que eran para la Flota ya que eran sus ojos, nos daba una idea de la importancia del proyecto al que pertenecíamos.
Tras estas pruebas, de nuevo nos volvieron a soltar sobre el planeta, esta vez con equipo más que suficiente para sobrevivir con comodidad, lo que de inicio nos hizo alegrarnos al verlo como un paseo. Sin embargo, cuando nos pusieron como objetivo no abandonar nada de equipo a nuestras espaldas y procurar dejar el menor rastro posible… fue un autentico palo, todos nos miramos unos a otros aturdidos, nos pedían algo casi imposible. Fuimos descargados en nuestras respectivas zonas por unas lanzaderas que enseguida se elevaron con rumbo a la base.
Para mi propia sorpresa, descubrí que una vez que me senté tranquila a pensar, a reorganizarme todo el equipo y a aplicar los conocimientos que poco a poco nos habían ido machacando en este año y pico de entrenamiento, era sumamente fácil lo que querían que hiciésemos. Sería algo fatigoso, llevaría trabajo, pero no era difícil para nada, más aún, cuando en este caso no nos habían puesto limitaciones de tiempo para regresar, aunque siempre dentro de una lógica, evidentemente. Fue sobre un mes lo que tardamos de media en regresar a la base.
Una vez que todos estuvimos de regreso y pasaron a la siguiente fase de enseñanzas, empezábamos a tener claro de que iba todo esto, que sinceramente, hasta el momento no entendíamos demasiado. Además del entrenamiento físico, que desde el principio habíamos tenido, en esta ocasión volvimos también una vez más a la máquina de enseñanza subconsciente y a ser entrenados como oficiales del ejército. Además, para sorpresa nuestra, nos metieron también varias clases sobre tecnología de espionaje, de contraespionaje, de investigación, criminología, sicología, y un buen etc que ya nos anunciaron que tendríamos al terminar esta fase.
Tuvimos claro que estábamos siendo entrenados para poder ser infiltrados y desempeñar un cargo o puesto en cualquier rama del ejército de la confederación, Flota, Tierra, Caza e incluso llegado el caso, como adjuntos a estado mayor, pero también podernos desempeñar como investigadores de inteligencia o contrainteligencia, lo que fuese. Todo apuntaba a que el SISI sería un servicio de investigación y control sobre las fuerzas de defensa de la Confederación Imperial Galáctica. En una de las clases, le preguntamos si seria así al profesor que más probable nos parecía que nos pudiese contestar y aclarárnoslo un poco, aunque nos sorprendió a todos al contestarnos directamente, que eso que decíamos, solo sería la punta del iceberg de los desempeños del SISI, que el cuerpo, sería algo más que eso.
Tan solo un mes después todos nosotros recibimos despachos como capitanes de todos y cada uno de los distintos cuerpos del ejército de la Confederación Imperial, Flota, Tierra y Caza, evidentemente, algunos de los alumnos que tenía una mayor graduación en alguno de los cuerpos, la mantenían,  recibiendo únicamente despachos de grado de los demás. No terminábamos de entender el motivo de esto, preguntamos y por toda respuesta nos indicaron que ya lo entenderíamos a su debido tiempo. Tras esto fuimos conducidos a otro punto diferente del planeta, para según dijeron, pasar a la segunda parte de nuestro entrenamiento.
Nada más llegar, nos dimos cuenta que seguíamos organizados del mismo modo que en el primer campamento, solo que en esta ocasión, nuestros estudios nos llevaban de modo especifico al ámbito de investigación, ciencias forenses, etc, en lo que ellos denominaban cursos de reversa, o lo que es lo mismo, aprender a burlar todo lo que anteriormente nos habían enseñado, ser capaces de matar a alguien de más de mil formas distintas, independientemente de la especie que se sea, burlar las pruebas forenses, burlar todos los sistemas de seguridad conocidos, crear bombas, etc... Nuevamente, a nuestras preguntas, la respuesta fue la de siempre, “ya lo entenderéis, no preocuparos por lo que pueda parecer”.
Otra novedad, fue nuestro total acceso a las redes de noticias, y de lo primero que nos enteramos es de que la guerra no solo no iba bien para nada, sino que iba aún muchísimo peor de lo que pensábamos, ahora estábamos en guerra contra dos nuevos enemigos, si bien las últimas batallas no habían terminado con derrotas para nuestra flota, unos ochenta acorazados habían sido destruidos, junto con aproximadamente doscientos Cruceros de Batalla, ambas naves principales eran la espina dorsal de cualquier flota que quisiese tener una oportunidad de victoria… y nosotros por lo que parecía, estábamos perdiéndolas a marchas forzadas.
En la flota, la gente de determinados planetas solían ser puestos juntos para evitar problemas, como el caso de las Valkirr, en las listas de perdidas, se encontraban cinco Acorazados y Veinte Cruceros de Batalla compuestos de gente de mi pueblo, habían muerto muchas de las mejores guerreras Valkirr en esas naves, la noticia desde luego no me dejo nada alegre. Supuso un fuerte bajón en nuestra moral, la cosa estaba muy complicada para la Confederación, y empezamos a sentir que estando allí perdíamos el tiempo, cuando quizá estaríamos mejor en nuestros antiguos puestos… Sin embargo el recrudecimiento de nuestra instrucción nos saco de esa especie de derrotismo en que nos sumergimos, pasamos de una instrucción física durísima, a despiadada, pero por increíble que parezca, esto hizo que nuestro ánimo fuese creciendo exponencialmente a la crudeza de nuestro entrenamiento y estudios, fue una situación muy extraña, la verdad.
Al mes de estar entrenando de forma realmente cruel, nos organizaron por barracones para una prueba de campo en terreno urbano con la única orden de regresar todos los posibles con vida, nos permitieron definirnos nosotros mismos como equipo, organizándonos por nuestra cuenta y repartiéndonos las funciones. Fuimos transportados a las dos corbetas, pero para complicarnos más la situación, fuimos divididos en dos grupos por barracón, transfiriendo cada uno a una de las naves. Cada tres días uno de los barracones era embarcado en lanzaderas y transportados al planeta, durante este tiempo, permitían que nos comunicáramos entre nosotros por medios rudimentarios de nave a nave. Debíamos codificar lo que quisiésemos decir de forma manual, luego se comprimía y emitía a la otra nave, donde el otro equipo, también de forma manual, tenía que decodificar el comunicado… os aseguro que era totalmente desesperante.
Cuando nos toco el turno, nos dejaron sobre las ruinas de una ciudad antigua, ni idea de que civilización pudo construir aquello, pero los veintiséis integrantes del 25º barracón fuimos dejados en cinco equipos en lugares diferentes de la ciudad, como único medio de comunicación, un equipo de alta compresión, que emitía un pulso codificado de una decima de segundo para transmitir un mensaje relativamente corto, lo que nos limitaba mucho para coordinarnos.
A las dos horas vimos cual era el problema que nos habían planteado, en la ciudad se encontraban robots de combate SKII. Los SKII son unidades armadas con armas de energía y un potente escudo deflector unidireccional, es decir, que podía enfocar en una única dirección cubriendo levemente los flancos, dejando normalmente la espalda al descubierto. El problema era que estos bichos eran unas malas bestias, mas de dos mil disparos laser por minuto con sus cañones multitubo rotatorios que tenia por brazos, el mismo movimiento de giro hacia que se autorefrigeraran. Otra característica es que podían poner minas si lo consideraban necesario, cada uno de ellos portaba en su equipo un total de cinco minas multidetonación, o lo que es lo mismo, cada mina podía disponerse para que detonase de media docena de modos diferentes, pisándolas, sensor de movimiento, sensores de calor, infrarrojos, etc…
A la ciudad la rodeaba un enorme desierto, calculábamos dos días de viaje por él en su lado más cercano a la jungla, la única forma de no morir ante los SKII era deshacernos de ellos en la ciudad, en el desierto seriamos presas fácil para ellos. Ninguna de nuestras armas podía hacerles frente, únicamente disparándolos por la espalda podríamos librarnos de ellos, pero dado que por lo que vimos, siempre iban en pareja, sorprenderlos nos sería imposible, no podríamos rodearlos lo suficientemente rápido sin que nos detectaran.
Nuestra única opción de salir vivos de allí, puesto que ninguno de nosotros dudaba de que sus armas eran más que reales, era que lográsemos coordinarnos y tumbarlos entre los distintos grupos, para ello debíamos de encontrar el modo de comunicarnos con los equipos que nos habían proporcionado. Tardamos una semana, pero logramos limpiar la ciudad de Robots SKII, en total habían dispuesto un total de cinco equipos con instrucciones de darnos caza, algo que aprovechamos para poder destruirlos, fuimos el único barracón que no sufrió bajas durante la misión. El más perjudicado fue el quinto barracón, sufrieron una emboscada donde al tener que retirarse para salvarse cayeron doce de sus treinta miembros, debido precisamente a las minas de los SKII.
Cuando conseguimos abandonar la ciudad y regresamos al campamento, todo el mundo estaba con un humor raro tras enterarnos de las bajas sufridas por cada uno de los demás barracones, no terminábamos de entender el motivo de un entrenamiento así de despiadado, básicamente desde que empezamos, estábamos siendo eliminados de forma sistemática prueba tras prueba, no dudéis de que por nuestra mente pasaba la sospecha de que todos íbamos a terminar muertos al final, y que todo esto no era más que una especie de experimento de algún tipo del que no saldríamos.
Durante otros dos meses seguimos recibiendo más entrenamiento dirigido a la investigación avanzada, aprendiendo a manejar todo tipo de equipo computerizado de muy diverso calado, también a aprendimos a manejar y analizar información de inteligencia de primer orden, así como algo que ellos denominaron, evaluación de riesgos y recompensas, que no sabíamos muy bien cómo calificar, pero que todos tuvimos que pasar con notas muy altas por exigencia de los profesores… aunque para ello tuviésemos que pasar por la máquina infernal en grandes dosis, pese a lo que dijeron de a estas alturas ser un riesgo casi nulo, nosotros pensábamos que lo hacíamos para que nos friese el cerebro a más de la mitad de los que quedábamos.
De nuevo, tras finalizar el nuevo aprendizaje, otra vez fuimos informados de que actuaríamos por equipos en una nueva misión, esta vez, consistía en que nos dejarían como de costumbre en un punto del planeta desde donde deberíamos de volver a la base, sin embargo, en esta ocasión, nos advirtieron de que tendríamos tras de nosotros varios equipos de caza pertenecientes a las fuerzas especiales de la flota, concretamente a cargo de los marines de asalto de las dos corbetas, que estarían en órbita apoyándoles con todos los medios que pudiesen incluyendo llegado el caso el bombardeo orbital. Ninguno de nosotros dudamos de que si nos cazaban, estaríamos muertos, aunque para nuestra sorpresa, nuestro instructor principal nos dijo que era como un examen final, y que aquí, todo valía, nuestro único objetivo era cumplir nuestras órdenes como fuese necesario, sin restricciones de ningún tipo en los métodos o los medios a emplear.
Una desagradable sorpresa llego al a hora de los grupos, según nuestro instructor principal, seriamos divididos en grupos de cinco miembros. Cuando dijo eso no pude por menos que hablar para hacerle notar el error que estaban cometiendo…
- Perdón señor, pero somos veintiséis, al menos uno de los grupos tendrá que tener seis miembros.
- No necesariamente, dado que usted parece ser la primera que se ha dado cuenta del detalle, o que ha tenido las agallas de hacerlo notar, usted será el sexto equipo en solitario de este barracón. Ya tienen sus órdenes e instrucciones, ahora póngase en marcha…
- Pero señor… -me interrumpió con un gesto.
- Cumpla sus ordenes, no me interesa lo que tenga que decirme, acuda a la armería principal para recoger el equipo que tenga que llevar –después de eso salió del barracón, dejándome abrumada.
No podía creérmelo, me acababan de cargar en solitario una misión creada para un grupo de cinco personas, consideraba que mis posibilidades reales de superar la prueba esta vez eran realmente escasas, no obstante me puse en marcha de acuerdo a mis instrucciones. Cuando me dirigí a recoger mi equipo, me encontré con la sorpresa de que estaba allí dentro a solas por primera vez y disponía del mismo equipo que si hubiésemos sido cinco, además estaba en la armería principal, con todo lo que necesitase o quisiese coger al alcance de la mano sin nadie que me viese hacerlo o me pudiese decir que no. Esta vez no indagué o pregunté nada, me limité a reacondicionar todo lo que iba a llevar conmigo, reorganizando y modificando el equipo, descartando cosas e incorporando otras para las que no teníamos permiso, o que al menos no nos habían ofrecido, aunque tampoco denegado su uso, cosa de la que decidí aprovecharme.
Cuando entre en la lanzadera me encontré con que nuestro instructor iba también en ella, no dijo nada, pero vi como miraba fijamente mi equipo, sin duda controlando todo lo que llevaba, supe enseguida que se daría cuenta no solo de que no había cogido lo que se me había asignado, sino que llevaba cosas que en teoría no debería de llevar conmigo, como por ejemplo armamento mucho más contundente del que debería, en lugar de un rifle de pulsos, llevaba un fusil laser de alta precisión con capacidad de disparo para munición solida por repulsión energética. Para mi sorpresa, se limito a sonreírme, cuando me toco saltar sobre mi zona, se acercó a mí ayudándome a prepararme para el salto y en voz baja me dijo…
- Bien hecho Selena, reorganizaste tu equipo, primera parte de tu prueba superada con nota… y ahora… usa tu entrenamiento, todo lo que te hemos enseñado, piensa antes de actuar y no tendrás problemas.
Salte de la lanzadera completamente sorprendida, analizando lo que acababa de decirme nuestro instructor. Me di cuenta de un detalle que hasta ese momento se me había pasado por alto, recordé que nos dieron permiso para “hacer lo que fuese necesario”, lo que técnicamente, suponía carta blanca para lo que decidiésemos hacer, incluido elegir en la armería principal el equipo que quisiésemos, y no el que habitualmente nos daban. Tuve que admitir para mí que de no haber estado sola, posiblemente me hubiese limitado a recoger el equipo habitual, sin darme cuenta de que tenía carta blanca para equiparme… Sinceramente esta prueba empezaba a olerme muy, pero que muy mal.
Dos días después de estar en marcha hacia el campamento casi vuelo en pedazos por culpa de una mina rastreadora de calor, me libre por suerte y porque no decirlo, gracias al inhumano entrenamiento a que me habían sometido. La mina me localizó, pero me logré dar cuenta antes de que entrase en su radio de acción y pudiese activarse, de modo que lentamente retrocedí por donde había venido, disponiéndome a dar un rodeo, para ir a encontrarme con nuevas minas. Solo diez minutos después de intentar rodear la zona, me empezó a parecer un perímetro defensivo por su distribución, por lo que decidí intentar ver qué era lo que protegían.
Cuando logre llegar a la primera mina y desarmarla me lleve una sorpresa muy desagradable, pese a parecer una de las nuestras, en realidad era una mina Shilrrurs, y lo que fue aún peor, las tres siguientes que desarmé también tenían la misma procedencia, aparentemente, el Imperio Shilrrurs, aunque no me podía explicar qué demonios estaban haciendo allí puestas. No dude ni un solo instante, me interne en el perímetro, yendo a toparme con una autentica pesadilla, lo que parecía una base de algún tipo de los Shilrrurs, vi de refilón, o me pareció ver para ser más exacto, como uno de esos bichos se internaba en una especie de cueva natural… Me acerque allí para verificar que no hubiese sido un efecto óptico quizá influenciado por mis descubrimientos de las minas, encontrándome en el interior de la cueva con una puerta disimulada en la roca, me llevó más de una hora de tensa búsqueda dar con ella. No sabía que podía ser aquello, que podían estar haciendo allí, pero sin duda, lo que había visto era real, aquel ser era un Shilrrurs.
Medite mis opciones, llevaba una buena cantidad de células de energía para mi arma, si provocaba a detonación de varias de ellas podría derrumbar la cueva, sellando la entrada, pero no sabía si sería la única, y de no ser así, solo me serviría para delatar mi presencia y que me diesen caza. En otras circunstancias hubiese dicho que de ser así no tendría ninguna posibilidad contra ellos, sin embargo, en esos momentos y gracias a mi entrenamiento, no dudaba de que pudiera defenderme con muchas posibilidades de no ser yo quien muriese. Pero si me equivocaba y me pasaba algo, la base continuaría oculta en el planeta, sin que nadie supiese de su existencia.
Me puse en marcha con rumbo al campamento, extremando las precauciones, ya que si los Marines de Asalto me encontraban, podrían matarme sin darme tiempo a dar mi informe sobre la base con que me había topado, lo que no dejé de considerar irónico. Iba dándole vueltas al posible cometido de esa base, dada la situación de ese planeta dentro de una nebulosa, en un sistema limpio, es que quizá fuese para aprovisionar naves torpederas Shilrrurs dentro de nuestro territorio, si es que estábamos en el, algo que sospechaba dado que los Shilrrurs estaba claro que querían pasar desapercibidos.
Las torpederas son pequeñas naves de guerra armadas con torpedos cuánticos o de plasma, por artillería solo disponían de un pequeño cañón. Por sus tubos podía lanzar torpedos en rápida sucesión, una nave podía recibir más de veinte antes de saber que una torpedera estaba presente cerca suyo. Su casco está diseñado para presentar bajos perfiles a los sistemas de detección y para desviar la luz, lo que las convertía en casi invisibles antes de sus ataques. No obstante tanto las corbetas de exploración y las Fragatas o Destructores de escolta, podían rastrearlas con cierto éxito dentro de unos rangos relativamente cercanos a ellos. Eran naves de estructura muy débil, no aguantaban muchos daños, incluso un carguero bien artillado podría deshacerse cómodamente de una torpedera, si es que la localizaba antes de que fuese destruido claro.
Si mis sospechas eran ciertas, esa base en caso de guerra contra ellos seria mortal para la Confederación, las torpederas Shilrrurs no necesitarían regresar a su territorio atravesando nuestras, para ellas muy peligrosas, redes sensoras cuando necesitasen reponer torpedos, en este sistema podrían reabastecerse sin problemas y temor, justo dentro de nuestro territorio, a salvo de que fuesen detectadas y destruidas con cada cruce de la frontera. Apreté los dientes recordando que la guerra que ahora mismo teníamos entre manos no nos iba nada bien, si los Shilrrurs se incorporaban a ella estaríamos perdidos según el estado de nuestra flota de acuerdo a las noticias de naves pérdidas que nos habían proporcionado, y esa base podría darles la victoria. Fuese como fuese, debía de regresar al campamento para dar la información de la presencia de Shilrrurs en el planeta.
Logre llegar, aunque emplee el doble del tiempo necesario para ello con el fin de que los Marines de Asalto no pudiesen localizarme. Vi varias lanzaderas rastreando la jungla intentando dar con los diversos grupos, incluso escuche en la lejanía explosiones durante varios días, supuse que serian las lanzaderas disparando contra algún equipo. Nada más llegar me presente ante el director del campamento de instrucción, según termine de darle mi informe convoco a los instructores principales de todos los barracones, entre todos me cosieron a preguntas, pidiéndome detalles de todo tipo, solicitándome datos y más datos. Respondí lo mejor que pude sobre lo poco que sabía, después me despidieron ordenándome no hablar con nadie de todo esto, felicitándome por mi actuación y mandándome de nuevo de regreso al barracón.
Una semana después de esto, el director tuvo una reunión con cada uno de los barracones para hacernos entrega de nuestras credenciales como agentes del SISI. Según nos dijo, desde ese mismo momento todos nosotros éramos agentes de pleno derecho y pasaríamos al último tramo de nuestra instrucción. Evidentemente le llovieron todo tipo de preguntas, que el ignoró casi por completo, dándonos únicamente una serie de instrucciones básicas sobre nuestras funciones cuando alguna pregunta cayó dentro de ese ámbito… respuestas que nos dejaron de piedra.
- Perdón señor, ¿bajo qué jurisdicción estaremos en el SISI? ¿Ante que departamento responderemos? –pregunté, ya que hasta el momento no nos habían indicado a que departamento perteneceríamos.
- El SISI depende directamente del trono, el director del servicio únicamente responderá de los actos de la organización ante El Emperador.
- Pero la ley… -el director le corto alzando la mano.
- La ley es muy clara, el epígrafe final de nuestra constitución es muy específico… “Solo el Emperador está por encima de estas leyes generales, siendo su autoridad total sobre todas ellas”. Lo que traducido quiere decir que él es en realidad la Ley en la Confederación. El SISI solo responde ante él y ante su propio codigo, por lo que todos ustedes están por encima de la ley. Ustedes, bajo órdenes estrictas y específicas de sus mandos, serán jueces, jurados y sobre todo, verdugos en casos “extremos”, para eso es para lo que se les ha preparado. Pero les aconsejo que procuren no fallar nunca actuando de modo indebido por sacar un beneficio propio… el infierno será como un balneario para lo que les esperaría.
No creo que nadie se hiciese una idea de la cara que se nos quedó a todos nosotros cuando nos dimos cuenta de las implicaciones del trabajo que haríamos y del poder del que dispondríamos para poder realizarlo… junto con el castigo que recibiríamos si violábamos nuestro código. Discretamente me acerque al director, con el fin de preguntarle por mi descubrimiento, de nuevo me lleve una sorpresa…
- Perdón señor, sobre lo que le informe… -deje colgando la idea.
- Todo era falso –dijo sonriendo al ver la cara de sorpresa que ponía-, esa era su prueba, encontrar una base oculta y decidir qué hacer. Eligió lo correcto al estar sola, hacer llegar la información como primer objetivo sin correr riesgos innecesarios. De todos modos, usted, al igual que sus compañeros, tienen prohibido hablar de esto, no deben de comentar su prueba final con nadie, nunca, jamas...
- Si señor, perdón por preguntar.
- No se preocupe por ello, no es nada negativo que lo haya hecho, es al contrario, algo positivo para usted –sonrió.
Al día siguiente cuando embarcábamos en las lanzaderas nuestro instructor nos entrego a todos nosotros nuestras órdenes. Según las instrucciones no debíamos de abrirlas hasta haber desembarcado de las corbetas, una vez hecho esto, deberíamos iniciar nuestra primera misión como agentes del SISI sin dilación. Lo cierto es que todo esto me pareció un poco brusco, pero me dispuse a cumplir mis órdenes para mi primera misión. Nada más abrirlas me quede con la boca abierta, era algo que no me hubiese esperado nunca… mis órdenes se limitaban a una única línea…
“Preséntese de inmediato ante el Emperador, Palacio Imperial, Sistema Estelar Cero”


CONTINUARA


*Cazas estelares de Clase Escorpión. Se trata del último caza interceptor estelar creado para la Flota, son lo más avanzado, más veloces y maniobrables que cualquier otro en la Galaxia. Armados con ocho cañones laser de fuego múltiple, seis misiles cazadores guiados por el ordenador, escudos independientes y medidas antimisil. Su punto débil es su tamaño, mayor que cualquier otro Interceptor.



7 comentarios:

  1. Bueno... ya se ha terminado la instrucción, ahora empezará la "chicha"

    Muy buen capítulo, así no importa tanto el tener que esperar por el siguiente (no me hagas caso, es sólo por chinchar un poco)

    Saludos

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  2. Ahora viene la verdadera acción, esperando la próxima parte.

    saludos

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  3. Muy, muy bueno....

    Muchas gracias por tus relatos.

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  4. Muy bueno, como todo lo que escribes, pero no te olvides de las cronicas de Val....., por favor

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  5. Fantastico relato y esperando el siguiente gracias

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  6. Muchas gracias por compartirlo.

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