Confederación Imperial Galáctica
Libro - 1
U.E.P. Estrella Oscura
4
Imperio Shilrrurs
Sistema Estelar IS-435
Zona exterior del sistema
Este era ya el séptimo sistema que
visitábamos tras la nave que se nos había escapado. Como en los anteriores,
entramos en él por su borde externo, ya que las fuertes distorsiones en los
bordes gravitatorios de los sistemas, las fuerzas de repulsión entre estrellas,
dificultaban el que nos pudiesen localizar, concediéndonos el tiempo necesario
para usar el sistema de encubrimiento o el de cobertura. En este caso volvimos
a usar el de cobertura, con nuestros poderosos sistemas de rastreo en modo
pasivo, nos pusimos en marcha hacia el interior del sistema en busca de nuestra
presa, el Crucero Pesado Shilrrurs, T’nilar.
Llevábamos tras de él una semana entera,
el motivo de haber saltado a este sistema estelar concreto era porque hacía dos
días que se había unido a la *interdicción que ahora mismo pesaba sobre el
sistema T’rtrra. Según las noticias públicas Shilrrurs, un gran
cataclismo se había producido en el sistema T’rtrra, lo achacaban a una nave
cuyo contenedor de antimateria había estallado al intentar pasar al
Interespacio cerca de su gran base espacial. La excusa no estaba mal pensada,
en caso de fuga de antimateria los sistemas de seguridad podrían controlarla
disipándola de forma inofensiva, excepto en el momento de entrar al
Interespacio, por ese motivo toda nave tenia terminantemente prohibido entrar
en el cerca de lugares poblados, solo por si acaso se produjese un accidente.
Las naves que se moviesen como una flota, ya fuese militar o civil, como
precaución, cuando entraban en él, sincronizaban sus movimientos para hacerlo
todas ellas a la vez, de este modo un accidente no afectaría a ninguna otra
nave. Aún así, un accidente de ese tipo también era algo extrañísimo de que
sucediese, nadie jugaba con un modulo o un motor de antimateria, con la mínima
advertencia de que algo fuese, o aún solo, “quizá” pudiese ir mal, se paraba
todo en el acto, así de en broma se tomaba cualquiera los módulos de
antimateria.
Según inteligencia los Shilrrurs estaban
investigando que era lo que había podido pasar. Por los informes sus sospechas
iban dirigidas hacia los contenedores de antimateria que transportaba el Tren
de Carga. Creedme que me desconcertó, porque no lo entendía, esa antimateria
estaba inerte, no estaría en “movimiento” dentro de ellos hasta que fuesen
instalados en las tripas de alguna nave y sus sistemas fuesen activados para
dar energía a una estación espacial. Estuve durante varias horas en la sala de
reuniones pensando, releyendo los informes que nos habían transmitido, y nada
tenía sentido. La primera sospecha debería de haber ido sobre cualquier nave
recién entrada en la base, incluida la tractora del Tren de Carga, y no esos
contenedores inertes. Eran como si quisiesen establecer a toda velocidad una
tapadera para un accidente en el que fueran culpables, y en este caso parecían
no haberlo meditado durante mucho tiempo antes de darla a conocer.
Por fin localizamos el Crucero Pesado
T’nilar, permanecía parado entre el cuarto y el tercer planeta del sistema.
Durante dos días nos fuimos acercando a él a una velocidad extremadamente
reducida, no por temor a ser detectados, sino como precaución adicional, dado
su extraño comportamiento. Solo tenía activos sus escudos de navegación. Toda
nave, por pequeña que fuese, los llevaba conectados desde el instante en que
salía al espacio, este pequeño escudo servía para desviar y proteger las naves
de micrometeoros y demás anomalías de poco tamaño que pudiesen impactarlas.
Pero sus escudos defensivos permanecían completamente inertes, ni tan siquiera
tenía sus sensores a toda potencia ya fuese en modo activo o pasivo, como
hubiese sido lo normal.
En esa situación en que el T’nilar estaba,
en nuestra actual posición, y con nuestras baterías pesadas de acorazado,
hubiésemos podido destruirlo en un instante, solo hubiese sido una andanada, sin
darles tiempo para que supiesen que les había pasado antes de morir. El
problema es que yo quería saber que estaban tramando, que hacia ese Crucero
allí parado de ese modo, junto con el motivo por el que ese sistema había sido
puesto bajo una interdicción, en lugar de que el T’nilar hubiese vuelto a toda
velocidad a su base en cuanto se conoció la noticia del desastre.
Aún estuvimos parados tras de él durante
casi dos días antes de que diese señales de vida. De repente activo sus escudos
junto con sus sensores a máxima potencia en modo activo, y se puso en
movimiento, de su hangar ventral escupió tres veloces lanzaderas de asalto que
empezaron a situar balizas en esa zona del sistema. Mientras el crucero pesado
por sus costados empezó a lanzar *satélites de rastreo que encendían
sus pequeños motores formando un amplísimo arco, dirigiendo la totalidad de sus
instrumentos en dirección al interior del mismo, y no en un radio de 360º como
seria lo normal. Enseguida di orden de que nuestros sensores rastreasen
manteniendo el modo pasivo todo lo que se dirigiese en aquella dirección desde
el lado contrario del sistema. Solo media hora más tarde localizamos la
presencia de un asteroide de importantes dimensiones dirigiéndose hacia ese
punto concreto.
Para mi sorpresa vi como el T’nilar se
situó en una posición un tanto extraña para investigar el asteroide, me dio la
impresión que mas que disponerse a investigarlo, se estaba situando en una
posición desde la que poder realizar un cómodo ataque contra él y no desde la
que interceptarlo para investigar, como parecía dar a entender tanto despliegue
de sensores. Mi orden fue clara, todos nuestros sistemas debían de recoger la
mayor cantidad posible de datos de lo que allí sucediese, y todos ellos debían
de ser concentrados sobre el T’nilar y sobre el asteroide.
Diez horas después el Asteroide entro
dentro del amplísimo arco formado por los satélites desplegados por el T’nilar.
Justo cuando estaba a escasos segundos de alcanzar el centro exacto de la zona
del T’nilar partió un torpedo que fue a impactar sobre el Asteroide. La
explosión que se produjo cuando el torpedo lo alcanzó fue brutal, redujo el
asteroide a escombros. No me hizo falta ninguna lectura para saber lo que
acababa de presenciar, los Shilrrurs acababan de probar en nuestros mismísimos
morros un Torpedo con una cabeza de antimateria, por primera vez empezaba a
entender la razón de que las investigaciones que hacían sobre lo sucedido con
su base espacial me había parecido mas una tapadera que otra cosa. Sin duda
sospechaban que alguno de esos torpedos podría haber sido el culpable de la
explosión. Hasta la fecha nuestros misiles de Antimateria eran secretos, nadie
sabía que teníamos semejante arma, pero parecía que pronto no íbamos a ser los
únicos, lo que no era nada bueno para nosotros.
En esos momento tenía un nuevo problema
entre manos, podía destruir el T’nilar sin problemas, excepto por el hecho de
que había como medio centenar de satélites de rastreo entre nosotros y si lo
destruía ellos serian más que capaces de descubrir el Estrella Oscura. Tras la
destrucción del asteroide, los sistemas de rastreo de los satélites habían
pasado automáticamente a modo 360º al desaparecer su objetivo, con lo que
suponían un problema, sobretodo por su concentración tan cerca nuestro. A la
distancia que estábamos, eran los suficientes, y lo suficientemente juntos,
como para que si nos movíamos solo un metro pudiesen localizarnos, o al menos
conseguir algunos datos muy extraños en nuestra ubicación, haciendo que el
Crucero Pesado no dudase ni un instante en investigarlo. Estábamos metidos en
una trampa.
- ¿Peter? –Llamé
- ¿Señor?
- ¿Qué opinas, podríamos movernos?
- Esos satélites nos detectarían casi en
el acto.
- ¿Las baterías de defensa y los cañones
principales?
- Podemos cargar los acumuladores de las baterías
principales y tenerlos todos listos, pero recomiendo hacerlo lentamente, muy
lentamente, y solo dispondríamos de esos disparos sin ser descubiertos, si
mantuviésemos la segunda fuente de energía a máxima potencia correríamos un
serio riesgo de que detectasen algún tipo de alteración. Los cañones repulsores
de defensa están ya operativos y listos para usarse, sus bobinas magnéticas con
las reservas de energía están completamente operativas, disponemos de unos 100
o 120 disparos por cada uno, antes de tener que volver a suministrarles.
- ¿Recomendación para la batería principal?
- Ahora mismo la fuente “A” esta al 100%,
la “B” está funcionando al 24%, si la subimos al 28% no creo que tuviésemos
nada de qué preocuparnos. Tardaríamos en cargar por completo las baterías
principales unas tres horas para que no nos detectasen.
- ¿Tanto tiempo?
- Si señor, el problema principal, es que
deberemos de ser muy cuidadosos con ello, para evitar hacer picos energéticos
ante sus sensores. Si no tomamos precauciones y nos la jugamos solo serán unos
diez minutos máximos.
- Adelante con todas las precauciones,
pero estar listos por si tuviésemos que cargarlos a máxima potencia rápidamente
en caso de ser descubiertos.
- Eso no sería problema señor, seria
subir el “B” al 100%, conectar el “C” también a máxima potencia, activar los
escudos y cargar los cañones en menos de dos segundos, el Estrella Oscura operando
a plena potencia energética es capaz de eso y de más sin problemas, además el
pico de subida de energía al estar las tres fuentes al máximo de repente de ese
modo, quizá los confundiese lo bastante como para que no tuviesen claro que
habían detectado, pero es muy arriesgado poner el “B” y el “C” al máximo de esa
forma. El riesgo de que volemos por los aires junto con la mitad de este
sistema al hacer eso es muy alto, la resonancia Armónica entre las fuentes
seria brutal.
- Bien, adelante Peter, ocúpate de ello,
poco a poco, pero ten la última opción a mano por si acaso.
- Si señor.
Lo peor de todo esto, es que el dichoso
Crucero Pesado seguía inmóvil otra vez, y justo en todo el medio del arco de
satélites, sobre los restos del Asteroide. Suponía que estaba tomando muestras
del mismo, pero hasta que no se moviese de allí y se largase del sistema,
nosotros seguiríamos atrapados. Estaba empezando a ponerme nervioso con tanta
tardanza. Mi siguiente orden fue ver cómo podríamos intentar derivar usando la
leve atracción gravitatoria del planeta más cercano para alejarnos de allí
arrastrados por su inercia. Sabía que si eso no funcionaba nuestra siguiente
opción sería aún más complicada, deberíamos de destruir en un solo golpe el
suficiente número de satélites como para que sus sensores no fuesen capaces de
atravesar nuestro sistema de cobertura, pero esa última opción dependía de que
ese Crucero Pesado se marchase.
La deriva no funcionó, la idea consistía
en evitar que los sistemas de la nave hiciesen las compensaciones magnéticas
para mantener la posición, y usar la escasa atracción que el planeta ejercía
sobre nosotros, para deslizarnos hasta alguna de las dos *corriente de
partículas no perpetuas que habíamos detectado, para nos arrastrase fuera de
esa zona. Desgraciadamente ninguna de las dos nos resulto útil, o lo
suficientemente fuerte como para poder hacerlo. Tras el fracaso, di órdenes de
empezar a considerar ideas sobre cómo destruir esos satélites de un solo golpe
con nuestros recursos disponibles. Tenía una idea que me había estado rondando,
de modo que consulté.
- Coronel Samantha.
- ¿Señor?
- ¿Podrían sus hombres encargarse de
colocar cargas en esos satélites?
- Están muy lejos, nuestras mochilas no
tendrían autonomía para llevarnos y traernos.
- Si, eso lo sé, pero si hiciesen un
puente con ellas, un grupo de Asalto por cada satélite. Eso serian cinco mochilas
propulsoras, incorporando cada hombre del puente su propio peso en tanques
auxiliares de oxigeno para que puedan aguantar hasta que los recogiésemos,
tanto ellos como sus compañeros. ¿Sería factible?
- Es muy arriesgado, pero si, podríamos
hacerlo, si no con todos, al menos quizá con dos terceras partes de ellos, los
más cercanos a nosotros, pero duplicaría el número de efectivos por satélite,
con diez hombres disminuiríamos riesgos.
- Señor, creo que eso no será necesario
–dijo mi primer oficial.
- ¿Sandra? –volví de inmediato mi cabeza
hacia ella.
- El T’nilar acaba de desplegar sus tres
lanzaderas, y están recogiendo los satélites de rastreo. Concretamente dos de
ellas se están encargando de los satélites mientras que la tercera recupera las
balizas de situación que colocaron como referencias para sus sensores.
- Señor, el T’nilar está preparándose
para saltar al Interespacio en cuanto recupere esas lanzaderas, esta
maniobrando y poniendo sus motores de antimateria en línea –me dijo la coronel
Samantha.
- Bien, ¿han trasmitido algún mensaje o
señal? –pregunté.
- No señor, no hemos detectado
comunicación alguna desde el Crucero.
- Bien, Samantha, quiero que en cuanto
esas tres lanzaderas estén dentro del T’nilar, abras fuego sobre él con las
tres baterías principales, fija una sobre su sistema de comunicaciones. Intenta
un golpe directo con las otras dos, pero bajo ningún concepto quiero que dejes
de abrir fuego sobre él si no lo destruimos a la primera, usa también los
cañones de defensa e incluso los cohetes si están dentro de rango, dales con
todo lo que puedas. Tampoco aceptamos rendición ninguna por su parte, ¿está
claro?.
- Si señor, muy claro, pero si le parece
bien, preparare también cuatro torpedos cuánticos por si son necesarios
–asintió la Coronel Samantha.
- Me parece perfecto Samantha, pero usa
los torpedos solo como último extremo, preferiría que no dejasemos atrás firma
identificable alguna.
Estuvimos viendo como las tres lanzaderas
necesitaron realizar dos viajes para terminar de recoger todos los satélites y
balizas de posicionamiento. Nada más empezar a cerrarse las compuertas del
hangar ventral del Crucero Pesado, éste se puso en marcha. Empezó a tomar
velocidad poco a poco, entonces resulto alcanzado por tres impactos
devastadores sobre él: uno destrozo por completo todo el sistema de
transmisiones de la nave, dejándola incomunicada, otro penetro en diagonal entre
las aún abiertas compuertas del hangar ventral, penetrando profundamente en su
interior, creando un autentico caos y dañando de muerte la nave.
Pero el definitivo, el tercer impacto,
fue sobre los motores de antimateria en el momento en que estos empezaban a
crear el campo necesario para pasar al Interespacio, solo diez segundos después
de ese último, la nave se desintegro en una gigantesca bola de fuego, creada
por el campo de antimateria al implosionar de manera descontrolada, y
alimentado por los sistemas de seguridad de modulo energético al soltar también
la antimateria de este para evitar un autentico cataclismo en el sistema. Tras
apagarse la pequeña estrella solo segundos después, no quedaban rastros de la
existencia de un Crucero Pesado de nombre T’nilar.
Di orden inmediata de saltar al
Interespacio en dirección a la Confederación Imperial, concretamente de nuevo
al sistema estelar C.I.G. 6534. Necesitaba un sistema deshabitado dentro de
nuestras fronteras para enviar la información obtenida del T’nilar y esperar
nuevas órdenes. Nuestra misión estaba más que cumplida, los tres Cruceros
Pesados que atacaron nuestras rutas del 10º cuadrante habían sido destruidos sin
que imaginasen siquiera lo que había pasado realmente, y el Imperio Shilrrurs,
tras la destrucción de su principal base en nuestras fronteras, estaba lejos de
ser una amenaza en esos momentos. Estaba satisfecho porque desde luego no haría
falta entrar en una guerra preventiva con ellos, pero las pruebas de esos
torpedos eran otro asunto muy diferente, y estaba convencido de que aún nos
quedaba trabajo por hacer al respecto.
Llegamos a nuestro destino tres días
después, establecimos de nuevo el sistema de cobertura y transmitimos todos los
datos de nuestra misión directamente al Represor, tras ello di ordenes al
Teniente Coronel Samuel Rodríguez, mi oficial de inteligencia, que preparase
todos los datos necesarios para implantar una nueva nave en el sistema de
encubrimiento, quedándose con la boca abierta de par en par al escuchar su
nombre. Solo un minuto después de decírselo, y sin darle tiempo a preguntar
nada, recibimos una comunicación prioritaria en la que nos pidieron nuestra
posición, a los diez segundos escasos de haberla enviado, recibimos la orden de
permanecer quietos hasta que se volviesen a poner en contacto con nosotros. Dos
horas más tarde, el Represor se comunico con nosotros para indicarnos que venía
a nuestro encuentro. Su alteza imperial quería que usase la lanzadera y
estuviese “solo con ella” para presentarme ante él cuando llegara,
transmitiéndonos la hora estimada.
Cuando el Represor entro en el sistema
con sus escoltas, solo encontraron en el sistema el rastro de una pequeña
lanzadera de asalto que parecía estar esperándoles. Desde mí puesto de copiloto
vi como la inmensa mole de la nave se acercaba hacia nosotros a toda velocidad
seguida por sus escoltas, que solo unos tres mil kilómetros antes de
alcanzarnos empezaron a desplegarse. Recibimos órdenes de entrar al represor
por uno de los hangares laterales de la nave, dándonos una ruta exacta para que
lo hiciésemos. Mi piloto maniobro con sumo cuidado, mientras yo por la ventana
observaba como las baterías de defensa puntual de la nave seguían todos y cada
uno de nuestros movimientos, sabía que un solo metro fuera del curso trazado
para nosotros y estaríamos muertos.
Nada más aterrizar fui conducido por
miembros de la guardia imperial a los aposentos privados de su Alteza Imperial.
Cuando entre me lo encontré sentado en su mesa y mirando atentamente su
pantalla. Levanto la cabeza, haciéndome una seña para que entrase y tomara
asiento. Solo un par de minutos después de haberme sentado se dirigió a mí.
- Una misión espléndidamente ejecutada
Carl, aunque sinceramente hubiese preferido que la última parte de la misma no
se hubiese desarrollado de este modo. Así que están probando un Torpedo de
Antimateria… -dijo mientras se recostaba en el asiento.
- Si señor, su potencia es muchísimo
menor que la de nuestros misiles, pero lo que vimos explotar contra el
asteroide fue sin duda una cabeza de Antimateria.
- Estoy de acuerdo contigo, totalmente.
Sin embargo hay algunos expertos que dicen que es imposible crear una cabeza de
ese tamaño sin que sea inestable y tremendamente peligrosa. ¿Qué opinas?.
- Que puede que tangan razón, pero eso no
significa que no lo estén intentando.
- Ya veo, opinas igual que yo, creo que
es un riesgo que de ser cierto han decidido asumir, o bien, lo que sería peor,
han encontrado el modo de sortearlo. En cualquier caso es un autentico problema
en toda regla.
- ¿Señor?.
- Vamos Carl, aquí no hace falta que te
muevas con pies de plomo y lo sabes. No me pongas esas caras –terminó.
- Lo siento señor, supongo que aún me
intimida un poco –vi como se echo a reír de nuevo al escucharme-. Pero tiene
razón, es un serio problema, no podemos permitirnos que tengan semejante arma
en sus manos.
- Exactamente, es excesivamente peligroso
para nosotros. Inteligencia está buscando su procedencia, aunque dentro de un
margen muy estrecho, ya que solo hay tres posibles ubicaciones en su Imperio.
Ese tipo de arma solo se pude crear en el espacio y necesitan un tipo muy
especifico de instalaciones, lo que acota en mucho la búsqueda.
Se inclino sobre su mesa, tecleo unos
segundos y apareció un mapa tridimensional del imperio Shilrrurs con tres
puntitos rojos parpadeantes. Me levante junto con su alteza, poniéndonos
delante del mapa, mirando atentamente la situación de cada uno de ellos.
- Alteza, es imposible, no puede
pretender que destruyamos los tres. Uno tal vez, incluso dos seguidos sería muy
comprometido, pero los tres... –deje la frase colgada meneando la cabeza.
- Lo sé, no te preocupes que no quiero
eso. Uno de esos tres puntos es la fábrica de esos torpedos, o los laboratorios
en que los están investigando, que tanto me da. Quiero que establezcas un curso
de acción para cada uno de ellos, y en cuanto inteligencia nos proporcione el
punto preciso, deberás destruirlo.
- Entiendo, no creo que sea muy difícil
de realizar con ninguno de los tres, sin embargo una vez destruido no creo que
los Shilrrurs vayan a permanecer ociosos. Muchas coincidencias sobre lo mismo
en un cortísimo espacio de tiempo, sospecharan que no es algo natural.
- Ya, también lo sé, demasiados
accidentes juntos. La base espacial, el Crucero y el Laboratorio, cualquiera
sospecharía en el acto. Sobre todo alguien perteneciente al ejército, eso de
ver enemigos cometiendo sabotajes en cuanto algo es extraño es automático en
cualquiera de cualquier ejército, sea de la raza que sea –admitió su Alteza.
- Entonces quizá debamos de crearles
antes un estado de sicosis con todo esto –dije tanteando.
- ¿En qué has pensado?, y no te andes por
las ramas que te veo venir con alguna idea rara –me dijo sonriendo.
- En resucitar un viejo fantasma
Shilrrurs, el K’torga –dije con una sonrisa siniestra.
- Si esa nave reaparece se van a volver
locos, es muy peligroso –su alteza de su asiento al escuchar mi propuesta.
- Lo sé, conozco la historia del K’torga,
también que desapareció un buen día sin que se supiese nada mas de él -dije
sonriendo irónico, lo que provocó una carcajada en su Alteza.
- Cierto, cierto, y desde luego eres un
cacho cabròn Carl, pero no sé, esa resurrección podría ser muy peligrosa. Hace más
de 100 años que desapareció, su reaparición tras los últimos incidentes… podríamos provocar una guerra civil… y no creo
que eso nos convenga -dijo dubitativo.
- Alteza, si el K’torga aparece se
centraran en nosotros y distraeremos sus fuerzas, atacaremos a lo largo de todo
su imperio, no nos centraremos en ningún sitio concreto.
- Carl, es un riesgo muy elevado, en
cuanto se corra la noticia toda la flota Shilrrurs se pondrá de inmediato de
caza. Cierto que eso te favorecerá a la hora de tener que destruir tu objetivo,
sea el que sea de esos tres, pero no deja de ser un riesgo muy importante de
crear una guerra civil, y más aún contra mayor tiempo tardemos en darte la
información que necesitas para destruir tu objetivo.
- Aún así Alteza, me gustaría intentarlo,
con su permiso. Creo que sería posible evitar esa guerra si nos ciñésemos a
zonas “normales” para el K’torga en su imperio –dije seguro de mí.
- De acuerdo, hazlo a tu manera, puedes
acceder a toda la información, pero sobre todo no corráis riesgos innecesarios,
sabes que la Estrella Oscura es útil mientras no se conozcan sus capacidades.
Ten mucho cuidado con lo que haces –recomendó.
- No se preocupe Alteza, lo tendremos –dije
poniéndome firme.
- Bien, te transmitiré tus órdenes con mi
autorización, puedes regresar a tu nave, en cuanto la lanzadera abandone el
Represor partiremos. Buena suerte –dijo levantándose y estrechándome la mano.
Treinta minutos después veía desde mi
asiento en la lanzadera, como el Represor y sus escoltas partían del sistema a
toda velocidad. De inmediato nos pusimos en rumbo hacia el Estrella Oscura, que
se encontraba muy cerca, usando su Cobertura para que el Represor y sus
escoltas no lo localizasen, tal y como insinuó su alteza al enviarme las
instrucciones para la cita. Nada mas embarcar en la nave, di ordenes de
ponernos en marcha al instante con rumbo al imperio Shilrrurs, directos al
sistema estelar T’rtrra. Lo primero que quería comprobar, es que estaba pasando
exactamente allí con la interdicción que habían declarado, era un riesgo pero
lo consideré necesario.
CONTINUARA
*Interdicción: Una Interdicción sobre un sistema estelar por
parte de cualquier gobierno, supone la prohibición total y estricta de entrada
en él por parte de cualquier nave no autorizada bajo pena máxima. Cualquier
nave que la infringe es destruida y sus tripulantes ejecutados, sean de donde
sean estos.
*satélites de
rastreo: En realidad se trata de sondas
autopropulsadas, aunque a diferencia de estas que solo pueden mantenerse en
movimiento, las incorrectamente denominadas satélites, son capaces de
permanecer estáticas incluso en medio del espacio, o manteniendo un modelo
orbital, en torno a cualquier cuerpo celeste por sí mismas.
*Corriente de partículas: Son grupos de partículas en un movimiento continuo,
creado y alimentado por las fuerzas gravitatorias de las estrellas, y que solo
paran cuando se interpone en su camino algún cuerpo celeste. Esos caminos son
capaces de arrastrar tras de sí una nave que no disponga de ningún impulso,
exactamente igual que en un planeta lo haría una corriente marina con un barco.
Hasta el momento no se sabe cómo se crean estas corrientes, pero todas las
denominadas “corrientes perpetuas” están perfectamente cartografiadas en los
mapas estelares. Sin embargo las espontáneas, llamadas “no perpetuas”, son
imprevisibles, peligrosas, apareciendo y desapareciendo constantemente.
Buen relato me gusta la continuidad y cadencia del mismo, agradezco también la moderación con la información nueva, felicidades
ResponderEliminarHe leido toda la serie esta y ha sido fantastica esperamos que continues con mas ya que nos tienes en ascuas gracias
ResponderEliminarGran serie! Deseoso de leer mas capitulos!!
ResponderEliminar