martes, 6 de noviembre de 2012


Confederación Imperial Galáctica

Libro - 1

U.E.P.  Estrella Oscura

1




           Fecha estelar - 5327
6º Cuadrante Militar del Imperio
Sistema Thethis
Planeta Thethis IV
Academia Imperial para oficiales de la Flota
Me encontraba dando clases a mis alumnos, una divertidísima clase de “Teoría Abstracta de la presión sobre la Táctica y Estrategia en la Historia Galáctica”… Sinceramente no se a que cretino se le ocurriría semejante nombrecito para una aburrida, estúpida y sin sentido asignatura, que en realidad se ocupa de mostrar a los futuros oficiales como es la toma de decisiones bajo la presión de la batalla.
Todos mis alumnos se levantaron como un resorte, lanzándose hacia los enormes ventanales del aula, nada más ver las intenciones de aterrizar en medio del patio de una lanzadera de transporte de la flota. La particularidad de esta lanzadera, por lo que todo el mundo se levantó para verla, consistía en que aterrizaba en el patio y no en la pista de aterrizaje que la academia tenia habilitada para ello, pero sobretodo lo demás, se debía al escudo Imperial que lucía en sus costados. Sobre este escudo llevaba impreso un enorme y mas que visible numero “2”, lo cual la identificaba como lanzadera al servicio de Su Alteza Imperial el príncipe heredero. Desde mi posición vi perfectamente como dos personas salían por la rampa de acceso abierta en su panza, un hombre y una mujer, a la que por cierto, reconocí en el acto.
Ambos se dirigieron hacia la entrada principal del edificio, donde supuse que el director de la academia ya estaría esperando a sus visitantes, si es que le habían avisado. Nada más ver ese escudo en sus laterales y ver luego salir de la lanzadera a esa mujer, tuve un pésimo presentimiento al respecto. Después de que ambas personas desaparecieran por la puerta principal, acompañados según pude apreciar, tal y como me imaginé, por el director de la academia, llame al orden a mis alumnos para que regresasen a sus sitios y poder así seguir con la clase. Como supuse, mi presentimiento se hizo realidad, concretándose apenas unos pocos minutos después, cuando las dos personas que bajaron de la lanzadera, entraron por la puerta de mi clase, dirigiéndose directos hacia donde yo me encontraba. La mujer llegó ante mí, quedándose el hombre apenas dos pasos tras ella, ambos se cuadraron para sorpresa de todos, claro que en esos momentos ya sabía que mayor sorpresa se iban a llevar en solo unos segundos…, justo los que tardaran en empezar a hablar.
- Almirante, debe de acompañarnos, tiene que presentarse en el Represor* ante su Alteza Imperial, lo siento, son ordenes.
- Creo que se confunde coronel, yo ya no pertenezco a la Armada, ni siquiera su Alteza puede darme esa orden –me dio mala espina cuando vi sonreír a la mujer.
- Por eso la orden no es de su Alteza, almirante, la orden es de su Majestad Imperial –dijo con una sonrisita irónica
- Bueno, supongo entonces que no tengo escapatoria. Está bien, por favor…  -hice un gesto con la mano para que ella pasase delante de mí- les acompañare…
- Por supuesto almirante –dijo la coronel- y bienvenido de nuevo a la Flota señor
- No creo que lleguemos a tanto –dije
- Pues me temo que su Alteza está bastante convencido de ello…
Sabía de sobra que llevaba razón, primero porque era la jefa del servicio de protección personal de su Alteza y persona de su máxima confianza. El que me la mandaran a ella en persona, para que me fuese a buscar, ya era un mensaje en toda regla, y segundo la orden era del propio Emperador, aunque era más fácil que no fuese cierto, que en realidad decir eso fuese cosa de su Alteza para remarcarme la importancia de lo que quería de mí. El caso es que aun viniendo de él la petición, no me hubiese quedado otra que aceptarla también, lo sabía más que de sobra. Mi nombre es Carl Stratos, Almirante retirado de la Flota imperial, aunque me temía que eso iba a ser por muy poco tiempo. No pude evitar reírme para mi mismo cuando vi las caras de sorpresa de mis alumnos y del director de la academia ante el tratamiento de Almirante que me habían dado, sumado al hecho, que la conversación había sido ante todos ellos, que esa lanzadera había sido mandada por su Alteza imperial y mis órdenes procedían del propio Emperador… La sorpresa en todos los presentes debía de ser monumental.
En mis documentos cuando me otorgaron por mis servicios ese puesto de profesor solo aparecía como oficial de la Flota retirado, pero por algún “misterioso” motivo, no se había incluido rango alguno, así que por mi juventud, todos asumieron que debía de ser algún oficial de rango bajo o medio. En realidad mi Rango es Almirante de tres estrellas o de *Media Luna, como se prefiera, aunque el trato únicamente es de Almirante debido a la tradición, cosas ilógicas que pasan en la Flota.
Entré en la lanzadera delante de mis dos acompañantes, sentándome donde me indicaron. Nada mas abandonar el planeta, vi a lo lejos en órbita estacionaria lejana la impresionante Mole de la Nave de Guerra “Represor”, acompañada de sus escoltas, que estaban estacionadas a su alrededor, vi tres Cruceros pesados, dos ligeros y cinco Fragatas, supuse que las al menos dos corbetas de exploración que siempre le acompañaban, y que no divisaba junto a ella estarían desplegadas en el Sistema Thethis en esos instantes. El Represor era una autentica joya de la ingeniería de la Confederación, y cara de fabricar como un demonio. De hecho era tan especial que no tenía asignación de clase dentro de la Flota, era de un tamaño entre un Crucero de Batalla y un Acorazado pero con ciertas características especiales secretas en su interior… Había sido una idea personal de su Alteza. Cuando se construyó, todos lo consideraron una locura y un despilfarro, incluido yo, especialmente porque en esa época estábamos en guerra y desde luego, aparentemente no íbamos ganándola en absoluto, por lo que semejante gasto no se vio con buenos ojos. Ahora mismo con lo que se de ella, como Almirante, puedo asegurar que era una nave que no me gustaría tener como oponente, incluso aunque la superase en potencia de fuego en más de 3 a 1… No, desde luego esa nave no era ninguna broma.
La lanzadera enfilo hacia uno de los hangares laterales del Represor, entrando en el con gran suavidad y precisión, tal y como se podía esperar de cualquiera de los tripulantes de esa nave, de lo mejor de la Flota. Nada más abandonar la lanzadera seguí a mis anfitriones por el laberinto de pasillos interiores. Dado que conocía de sobra la distribución de la nave, vi que tomábamos la dirección de la cámara personal de su Alteza Imperial… No pude evitar especular con que muy gorda tenía que ser la cosa si este me estaba esperando allí directamente, pero peor se puso cuando al abrirse la puerta vi que su alteza estaba inclinado sobre la gran pantalla táctica que formaba la superficie de su mesa… Levanto la cabeza, me hizo una seña con la mano de que pasase, despidió del mismo modo a mis acompañantes, me indico que me sentase e ignorándome siguió con lo que estaba haciendo.
A los pocos minutos cerro la pantalla, alzando la vista hasta mí, mientras se reclinaba sobre el respaldo de su silla, yo entre tanto, permanecía atento a que empezase a hablar.
- Carl quiero que te hagas cargo de nuevo del “Estrella Oscura”, acabo de terminar hace un momento de enviar las órdenes necesarias para que todo esté preparado a tu llegada para tomar el mando…
- Alteza, sabe de sobra que estoy retirado, cualquier otro…
- No, tienes que ser tú, nadie más conoce esa nave tan bien, además -me miro fijamente a los ojos- para esta misión solo confió en ti y en tu criterio, así que ahorrémonos la discusión sobre si te harás cargo de esto o no
- Bien, si lo pone de ese modo… ¿De qué se trata alteza?
- Es muy simple… -vi que sonreía con malicia-. Vas a ser el encargado de indicarme si vamos a iniciar una guerra o no
- Vaya, pensé que sería algo peor- dije en tono irónico al escucharle tomándomelo a broma.
- En realidad así es, porque quiero que me avises de ello si decides iniciar las hostilidades, porque serias tú quien las inicie –me dijo con cara muy seria
- ¿Es una broma, no? –dije totalmente perplejo
- Ni lo más mínimo… -se puso muy serio. Aunque aún no se ha filtrado, aparentemente naves de guerra de los Shilrrurs llevan unas semanas atacando nuestras rutas comerciales del 10º Cuadrante…
- ¿Eso se ha confirmado?
- No, nunca hay supervivientes, lo sospechamos por los rastros de los motores de Impulso que dejan tras de sí, también tenemos indicios facilitados por inteligencia, por eso quiero que tu lo confirmes, te asegures de que es cierto y tomes una decisión al respecto…
- ¿Mis órdenes concretas Alteza?
- Eliminar cualquier nave que haya atacado nuestras rutas allá donde se encuentre
- ¿Dónde sea?
- Donde sea, sin restricciones, por eso mismo quiero que te hagas cargo de nuevo de la “Estrella Oscura”… Estará lista para partir nada más que tú llegues a ella. Ira…, equipada con plena potencia de fuego
- ¿A plena potencia?
- A plena potencia, y tienes autoridad suficiente como para usarla toda si lo consideras oportuno…, a tú total discreción –palidecí al entender con esas palabras la gravedad real del asunto.
- Necesitare al menos dos o tres semanas para ponerla realmente apunto, sabe de sobra como… -me interrumpió.
- Tendrás diez días, he asignado a todos los que pude de tu antigua tripulación, ellos ya están trabajando a la espera de tu llegada. Esta vez no tendrás Marines de la Flota, dispondrás de un *Regimiento completo de Infantería de Asalto
- Vaya, un regimiento entero… Veo que si que va a estar complicada la misión, si… -dije en broma recuperándome un poco.
- Descansa todo lo que puedas. He ordenado que te asignen un camarote en lo que llega tu transporte, te avisaran nada mas informe de su entrada al sistema. Venga retírate anda, que falta te va a hacer el descanso…
- Si señor –me cuadre-. A sus ordenes
Nada más salir, uno de los guardias me informo de que alojamiento me habían asignado. Mientras me dirigía hacia allí, no pude por menos que silbar, todo un regimiento, unos quinientos soldados de Asalto de la Flota, en la nave teóricamente solo había sitio para cien tripulantes y cien soldados, debían que haberlos metido con calzador en ella. Además, estos eran las tropas de elite de la misma y estaban más que solicitados en todos sitios, tener un simple escuadrón ya era un éxito. A los Marines los trasladaban en lanzaderas de asalto cuando se trataba de tomar otras naves, estas tropas no, estos las asaltaban usando directamente trajes de vacio como comandos autónomos con mochilas propulsoras, eran auténticamente letales, solían ser los encargados de abrir paso seguro para la entrada de lanzaderas de asalto en el caso de que se intentase algo semejante… y me acababan de asignar como soldados únicamente tropas de Asalto, cinco veces más de lo que seria normal. Creo que podréis haceros una idea de lo mal que lo estaba viendo.
Pocas horas después una velocísima nave correo entro en el sistema para recogerme y llevarme a una estación deposito donde por lo que descubrí había estado la “Estrella Oscura” todo este tiempo, justo desde que entregue el mando. Tras ser trasladado a la veloz corbeta de correo que fue a buscarme, esta, salto de inmediato al espacio intermedio a toda velocidad, me encontraba en el puente cuando partimos, causándole todo tipo de inquietud e incomodidad al Capitán. Supongo que el tener a un Almirante de Media Luna observándote, sigue poniendo tan nervioso a un joven Capitán como siempre.
El Espacio Intermedio, también conocido vulgarmente como Hiperespacio o Interespacio, siempre ha sido algo que me ha fascinado y me ha dejado aturullado por completo su contemplación, sin embargo en esta ocasión ni siquiera era consciente del salto que acabamos de realizar, no podía apartar mi mente de las instrucciones que había recibido de su Alteza justo antes de partir hacia esta nave. Cuando volví al mundo real, salude al Capitán, le felicite por su buen hacer y me retire al camarote que me habían asignado… por como era de grande supuse que el del propio Capitán.
Cuando llegamos a nuestro destino regrese al puente en el acto, parado de pie frente al gran ventanal del mismo, mirando fijamente como se iba ampliando poco a poco el puntito que era el planeta al que nos dirigíamos. Según nos acercábamos a las Dársenas espaciales del depósito de la Flota de Mar-Shagan me iba impacientando lentamente. Por fin casi una hora después de entrar en el sistema tuve al fin a la vista mi flamante nave, la Unidad de Espacio Profundo Estrella Oscura, o U.E.P. Estrella Oscura como se prefiera. De refilón escuche al Capitán comentarle a su segundo sobre mi nave, aunque ignore el despectivo cometario por completo.
Me sonreí para mi mismo entre dientes cuando le escuche referirse a ella como Fragata Pesada de Clase Pifia, como irónicamente se las conocía a la Estrella Oscura y sus siete hermanas. Las siete restantes fueron destruidas en la misma batalla por tres cruceros, uno pesado y dos ligeros, durante la guerra. La Estrella Oscura era la única superviviente de esa serie de Ocho que se construyó, y según decían, se salvó porque estaba en esos momentos en los astilleros, en reparaciones, por un fallo en sus motores que reventó casi 1/5 parte de su casco. Digamos que era lo que se podía denominar una nave gafada para los miembros de la flota. Me despedí del Capitán abandonando la Corbeta, que de nuevo se puso en movimiento a toda velocidad hacia otro destino.
Tras saludar adecuadamente al Comandante de la Instalación, concretamente un Vicealmirante, al que por cierto, tampoco es que le hiciese mucho tilín el tener un Almirante por allí rodando. Lo siguiente fue irme directamente a mi nave, a la Estrella Oscura, uno de los secretos mejor guardados de la Confederación Imperial. En realidad lo de Unidad de Espacio Profundo era simplemente una ironía, ya que su concepción no tenía nada que ver con la exploración y si con el operar en territorio enemigo, siendo más que capaz de causar una autentica devastación tras sus líneas, como ya se demostró en más de una ocasión durante la guerra. Nada más entrar por el túnel de acceso me encontré de frente con mi segundo al mando, que se encontraba esperándome con una gran sonrisa en la cara.
- Bienvenido a bordo señor, le hago entrega del mando en este mismo instante…
- Muchas gracias… eh… -hice esfuerzos por ver su rango que quedaba medio oculto.
- Coronel señor, ya soy coronel…
- Muchas gracias Coronel Lamar, Sandra Lamar… Y por cierto, felicidades por los ascensos –le dije sonriendo
- Gracias a usted Almirante, todo esto –dijo tocándose el distintivo de rango-, en realidad se lo debo a usted y a todo lo que me enseñó, y no soy la única persona aquí.
Le hice una seña para que lo dejara y nos pusiésemos en marcha en dirección al cuarto de reuniones para los oficiales. Me sentía algo incomodo con tanto agradecimiento, por mucho que supiese que efectivamente, gran parte de los ascensos conseguidos por todos los tripulantes se debieron a las misiones que yo comandé. Pero si había algo cierto, es que si se pudieron completar fue por su profesionalidad y lo buenos que todos ellos resultaron en sus trabajos, no solo por mí como Capitán de la nave.
Nada más entrar en mi cuarto Sandra me dejo solo para que me arreglase y me preparase para ir recibiendo a los principales oficiales para que se presentasen. Cuando llegué y vi la nave desde fuera, había notado que una de las compuertas del hangar había desaparecido, por lo que deduje que de allí debían de haber sacado el sitio para meter a los soldados de asalto. Lo cierto es que todo fue bien hasta llegar a la coronel Samantha Mathison, tras presentarse ante mí en la sala de reuniones adyacente al puente de mando, de inmediato empezó con problemas.
- Almirante, deseo trasladarle mi intención de pedir nuevo destino para mi regimiento de inmediato, en cuanto usted pueda quisiera solicitarlo por vía reglamentaria… -estaba en posición de firmes, mirando fijamente por encima de mi
- ¿Por qué? –dije calmado, observándola fijamente.
- Porque mi regimiento es sin discusión el mejor de la flota, y esta nave… -se calló poniéndose firme al ver como apreté la mandíbula
- ¿Y esta nave? –repuse mascando las palabras
- ¿Puedo ser franca Almirante? –dijo con los dientes apretados
- Desde luego Coronel, es mi oficial táctico, eso es lo que espero de usted precisamente
- Gracias señor. Esta nave es una mierda que no está a la altura del nivel de mi Regimiento, nuestro traslado debe de ser un error sin la menor duda –quedo rígida esperando
- ¿Y según usted que problema tiene esta nave coronel?
- ¿Esta de broma señor? ¿Una fragata de la clase “pifia”?... Es en serio Almirante, solicito formalmente que curse usted una petición de traslado en nombre de mi regimiento lo antes posible. –Se puso aun más firme.
- No –dije en tono pausado
- ¿No? –me miró perpleja- ¿Cómo que no?... Digo…  Perdón señor, ¿me puede por favor decir el motivo de rechazar mi solicitud?
- Es “no”, porque nadie de los que estamos dentro de esta nave en estos momentos será destinado a ningún otro puesto por muchas solicitudes que se envíen.
- Perdón Almirante, pero legalmente… -se detuvo en su diatriba a un gesto cortante de mi mano
- Se termino, el “no”, es un “no” definitivo, aunque no le guste a usted –sonreí ante la colección de “noes” que le solté apropósito solo por molestarla por el comentario sobre la Estrella-. Retírese y regrese aquí a la hora que aparecerá en su plantilla para una reunión operacional.
- Si señor, -apretando las mandíbulas- Como usted ordene Almirante.
Vi como daba media vuelta saliendo por la puerta muy enfadada por cómo le había salido la entrevista y mi negativa a aceptar su traslado. Solo cinco minutos después entro de nuevo Sandra en mi oficina.
- La Coronel Samatha ha venido a mí para que le gestione una petición de traslado, ¿la clase pifia? –preguntó Sandra ironica.
- En gran parte, además su regimiento es sin duda el mejor de la flota y debían de estar destinados en algún Superacorazado cuando los mandaron aquí. Normal que no estén a gusto.
- Ya se les pasara cuando vean donde les han metido.
- ¿Algún problema? –le indiqué que tomase asiento
- Ninguno serio, estamos reconfigurando de nuevo todos los sistemas de la nave para dejarla a plena capacidad. Los volvieron a dejar estándar de nuevo… Menos mal que guardamos registros protegidos en las bases de datos, sino nos hubiese llevado semanas volver a ponerla al 100%. Como ya habrá observado, desapareció una de las dos compuertas de hangar, por lo que solo tenemos una lanzadera de asalto. Esa zona se acondiciono para alojar el regimiento de soldados que nos asignaron –asentí a su explicación, dándola por buena.
- ¿Los tres sistemas de energía también están plenamente operativos?
- Por completo el A y el B, el C de momento solo al 80%, no han terminado de reconfigurarlo, y Peter esta que se sube por las paredes –Soltó una carcajada.
- Que raro en él –sonreí a mi vez al recordar a mi jefe de mantenimiento.
Estuvimos comentando el estado de la nave durante más de dos horas, justo hasta el momento de partir del depósito con rumbo a nuestra primera parada en un sistema deshabitado del 10º cuadrante Militar. Sandra, mi primer oficial me sugirió que me acostase un rato hasta el momento de la reunión, que ella se encargaría de organizarla, algo que hice de inmediato ya que estaba hecho polvo.
Cuando tres horas después de partir empezó la reunión en la sala, nos encontrábamos sentados alrededor de la mesa, yo como comandante de la nave, La Coronel Sandra Lamar como primer oficial, La Coronel Samantha Mathison como oficial Táctico, el Teniente Coronel Peter Ston como Oficial de mantenimiento e ingeniería y el Teniente Coronel Samuel Rodríguez como oficial de comunicaciones e inteligencia. Durante media hora todos estuvieron poniéndome personalmente al día de la situación de la nave, aunque se podía apreciar también perfectamente que la Coronel Samantha no es que estuviese nada agusto allí, supuse que no tardaría en cambiar de opinión dentro de poco. Empecé la ronda de los principales problemas que solucionar en estos diez días.
- Peter ¿Qué pasa con el sistema C de energía?
- Estamos en ello, pero se resiste. No se preocupe, estará listo para cuando nos movamos definitivamente a nuestro destino… Pero señor, por favor, no lo fuerce tanto esta vez, la ultima casi volamos por los aires, prácticamente se llevo por delante media cubierta…
- Lo tendré en cuenta, pero casi mejor intenta que aguante en lugar de cinco minutos, siete, sería lo mejor Peter… -le dije sonriendo medio en broma
- Si señor, como usted ordene… -suspiró
- Samuel, ¿cuántas naves podemos usar?
- Buffff, muy pocas, pero estamos reconfigurando y añadiendo mas todo lo rápido posible. Ahora mismo un acorazado, un crucero pesado y dos naves de carga distintas…
- Si el acorazado es el Argos deshaceos de él –dije serio.
- Pero señor, es de lo mejor que tenemos.
- Lo sé, pero después de nuestro numerito como Argos cuando llevamos a nuestras gemelas a su destrucción, es una de las naves más conocidas y reconocibles de la flota, no sería difícil para nadie saber donde esta de verdad, eliminadla. –Vi de reojo como la coronel Samantha pegaba un respingo al escucharme.
- Necesitamos esta lista de naves preparada para simular, tenéis diez días para hacerlo… Pero preparar antes las dos primeras para que el regimiento de la Coronel pueda practicar… 24h es lo máximo que puedo concederte para ello una vez lleguemos a nuestra primera parada.
- ¿No podían habernos asignado de nuevo a Teig y sus chicos?, no podrán ajustarse en tampoco tiempo señor…
- La Coronel y su regimiento son los mejores de la flota, por ese motivo el emperador y su alteza nos los han asignado… -esta vez vi como la coronel Samantha se ponía pálida como una muerta al escuchar la procedencia de su traslado
- Si señor, con su permiso me iré ahora mismo a ello –hizo un gesto de hastió.
Durante las dos horas que duró todo, ni una sola vez pregunte nada a la coronel Samantha, cuando di por terminada la reunión, le rogué que se quedase para hablar con ella. Una vez salieron todos menos Sandra, me puse frente a la Coronel mirándola fijamente. Dejé que fuese Sandra la primera en intervenir.
- Coronel esta nave es el secreto mejor guardado de la Confederación, cualquier mención a ella y sus características se paga muy caro, el único castigo que hay para ello es la pena de muerte. Esto no es una fragata, en realidad es una nave de operaciones especiales que depende directamente del emperador –dijo Sandra.
 - En los próximos días usted tendrá que entrenarse con sus hombres en sus trajes de vacio sobre la cubierta de la nave en durísimas condiciones, y con unas muy severas limitaciones, tendrá diez días únicamente para aclimatarse a ello.
Durante aproximadamente otra hora estuvimos poniéndole al tanto de la nave a la coronel que parecía tener dificultades en creerse la mitad de las cosas que estábamos contándole. Al final, y tras el curso acelerado sobre la nave, llegamos al meollo de la cuestión, y motivo porque el que solo estábamos allí los tres mandos de rango más elevado de la nave.
- ¿Señor la misión cual es? –repuso Sandra dando por zanjado el tema de la Coronel Samantha
- Debemos de decidir si la Confederación debe de iniciar una guerra o no…, e iniciarla si llega el caso -dije mirándolas fijamente.
Vi como ambas se quedaban con la boca abierta y se ponían lívidas, al ver mi cara, ni por un solo instante, ninguna de las dos se lo tomo a broma, especialmente Sandra, que me conocía más que de sobra.

CONTINUARA


* Represor: Nave Insignia de su Alteza Imperial el príncipe heredero Jhored Thalant
* Almirante de media Luna: Los rangos de la Flota para los Almirantes, van de una estrella a seis, por cada tres estrellas, estas se sustituyen por una media Luna.
* Graduación en la Flota: Son los habituales de cualquier ejército de tierra hasta llegar a Coronel, desde ahí van, Comodoro, Contraalmirante, Vicealmirante, Almirante, hasta seis Estrellas y Comando General de la Flota de hasta tres Estrellas.
*Regimiento de soldados de Asalto o Marines de Asalto: Se componen de 500 soldados y oficiales, divididos en 5 compañías de 100 miembros. Cada una de estas se divide a su vez en 4 Escuadrones de 25 miembros, que a su vez se dividen en 5 Grupos de asalto de 5 miembros. Aunque esta sea la organización estándar, debido a que son fuerzas especiales, su composición suele varias de acuerdo a las misiones que se les encomiendan, aunque su preferencia sea usar siempre en lo posible el grupo de asalto como composición mínima.

17 comentarios:

  1. ¡Felicitaciones por el estreno de tu blog! Te ha quedado magnifico ;-)

    Luego pasaré a dejarte un comentario sobre el primer relato publicado.

    Muaaaaaaaaaaccccckkkkkkkksssssssssssss

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  2. excelente como siempre :), inicia bien esta historia. Felicidades por esta nueva etapa :)

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  3. ¿shiroi kage? ¿el mismo shiroi kage que publica en todorelatos con el alias de shadow? si la respuesta es si, solo puedo decir felicidades me encanto este relato y le agrego la pregunta de siempre. ¿para cuando el proximo capitulo?.

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  4. Si os fijáis, al fondo de la página del blog, justo debajo de esta sección de comentarios, veréis que junto a la imagen del Fénix, en color blanco, pone "Shadow, Autor de Todorelatos".

    No sé cuando publicare el próximo capitulo, esta serie me la voy a tomar con calma. Los libros serán independientes unos de otros, pero todos ellos entrecruzándose en "La Confederación Imperial Galáctica", que es su verdadera protagonista, así que os rogaría por favor, que tengáis paciencia conmigo, gracias.

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  5. sin duda sos vos shadow, tus relatos son muy adictivos, ya me veo entrando varias veces al dia para ver como sigue.
    suerte

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  6. Felicidades por el Blog, me gusto el relato, no se si será solo impresión mía pero te note mas libre que en todo relatos, sin que esto demerite ninguna de las obras, todas de excelente calidad como siempre mi agradecimiento y mis mejores deseos para el autor

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  7. BlackDragonDEA - Sydius9 de noviembre de 2012, 23:05

    Shadow! Como siempre escribes con una calidad que no encuentro en otro autor. Me alegro que empiezes otro nuevo libro y/o cronica... pero esta vez con un tema espacial...

    Espero que sigas asi. Y estes bien.

    Un abrazo

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  8. Felicitaciones, excelente relato...

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  9. Gracias, pinta bien el comienzo de este relato de cf, y al parecer una space opera. Mi genero preferido.


    Un saludo a la legion y un abrazo al maestro.

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  10. MUCHAS FELICIDADES SOY UN FIEL FAN Y SEGUIDOR TUYO; DESDE EL OTRO LADO DEL CHARCO SIGO TODAS TUS PUBLICACIONES DE TODORELATOS, EN SANLUIS POTOSI MEXICO TIENES UN ADMIRADOR. SIN DUDA CRONICAS DE VLA Y HASTA EL DIA DE HOY SON LAS KE MAS ME AGRADAN PERO ESPERO SEGUIR ESTA CON EL MISMO ENTUCIASMO DESDE MEXICO UN ABRASO NADIE01

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  11. Felicidades por este relato ha sido interesante como todo lo que escribe ya que tambien lo estoy siguiendo en todo reltos gracias

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  12. Muchas felicidades por este blog, te estaba haciendo falta ya, y estoy ansioso por leer todos los libros de esta historia, te felicito sinceramente

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  13. Acabo de decubrir estos tus otros relatos, los empezare a leer, y te comentare
    La literatura de ficcion, como la erotica, son mis grandes distracciones, mis entretenimientos

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  14. Y vamos iniciando el recorrido... Un gusto leerte

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